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<blockquote data-quote="HernanF" data-source="post: 1077199" data-attributes="member: 7964"><p>Cuadros que marcaron a fuego, para bien y para mal, la historia de La Legión.</p><p></p><p><span style="font-size: 18px"><strong>Hélie de Saint-Marc, Gran Cruz de la Legión</strong><strong> de Honor.</strong></span></p><p></p><p>El comandante Hélie de Saint-Marc va a ser elevado a la dignidad de Gran Cruz de la Legión de Honor, la distinción más alta que la República francesa confiere.</p><p>Hélie de Saint-Marc, de 89 años, es una personalidad bien conocida y muy respetada por su humanismo, mucho más allá del mundo militar: miembro de la Resistencia, deportado, oficial de la Legión extranjera, participó en el putsch de los generales, en 1961. Detenido, permaneció cinco años en prisión, antes de ser indultado. Es autor de numerosos libros, y sus Memorias, "los campos de brasas", fue muy exitoso.</p><p>Él encarna, mejor que ninguno, el destino trágico de toda una generación de militares, que rescató del olvido recientemente el Premio Goncourt.</p><p></p><p><a href="http://s890.photobucket.com/user/hernupeto/media/Fuerzas%20francesas/1Bataille_de_la_Riviere_Noire__1952.jpg.html"><img src="http://i890.photobucket.com/albums/ac103/hernupeto/Fuerzas%20francesas/1Bataille_de_la_Riviere_Noire__1952.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></a></p><p></p><p></p><p></p><p><em><strong>Uno de los prólogos de la edición de sus memorias:</strong></em></p><p></p><p><a href="http://s890.photobucket.com/user/hernupeto/media/Fuerzas%20francesas/1Memoireslechampdebrases.jpg.html"><img src="http://i890.photobucket.com/albums/ac103/hernupeto/Fuerzas%20francesas/1Memoireslechampdebrases.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></a></p><p></p><p>La vida de Hélie Denoix de Saint-Marc se parece a una novela turbia y desgarradora: la Resistencia, la Gestapo, Buchenwald, la Legión extranjera, tres estancias en Indochina, el Canal de Suez, Argelia, el pustch de Argelia a la cabeza del 1º Regimiento extranjero de paracaidistas (REP), un proceso que causó sensación y una condena a diez años de reclusión criminal... Una vida que comienza en la respetabilidad de una familia acomodada y termina en el banquillo de los acusados.</p><p>Del campo de Buchenwald a la prisión de Tulle, todos los que rodearon a Hélie de Saint-Marc señalaron su brillantez. Durante su proceso judicial, toda la prensa, sea de extrema derecha hasta extrema izquierda, manifestó su confusión frente a la rebelión y la condena de un hombre que no tenía nada de fanático. El general Ingold, canciller de la Orden de la Liberación, dimitió del Alto Tribunal del que era miembro, en signo de protesta contra el juicio al comandante de Saint-Marc.</p><p>Si él encarna la trayectoria de toda una generación, el comandante de Saint-Marc supera el destino de los "soldados perdidos". Extraña mezcla de coraje y sensibilidad, de dureza e idealismo, él lleva una mirada inesperada sobre la sucesión de pruebas que debió atravesar.</p><p>Siguiendo el hilo de esta vida tan fuera de lo común, en el curso de una investigación de varios años, de Bordeaux a Hanoi, pasando por Argelia, el autor reunió documentos inéditos y recogió numerosos testimonios, entre los que estuvo por supuesto el de Hélie de Saint-Marc, que aceptó quebrar un silencio de veinte años.</p><p></p><p><a href="http://s890.photobucket.com/user/hernupeto/media/Fuerzas%20francesas/11er_REP__1958.jpg.html"><img src="http://i890.photobucket.com/albums/ac103/hernupeto/Fuerzas%20francesas/11er_REP__1958.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></a></p><p></p><p></p><p></p><p><em><strong>Palabras del Comandante Hélie de Saint-Marc:</strong></em></p><p></p><p>«<em>Que decirle a un joven de 20 años</em>»</p><p></p><p>Cuando se conoció todo y lo contrario de todo,</p><p>cuando se vivió mucho y ya es el crepúsculo de su vida,</p><p>estamos tentados de no decir nada,</p><p>sabiendo que a cada generación le basta su pena,</p><p>sabiendo así que la búsqueda, la duda, los replanteos</p><p>forman parte de la nobleza de la existencia.</p><p></p><p>Sin embargo, no quiero ocultarme,</p><p>y a este joven interlocutor, le responderé,</p><p>recordando lo que escribía un autor contemporáneo:</p><p></p><p>«No hay que encerrarse en su verdad</p><p>y querer mantenerla como una certeza,</p><p>mejor saber ofrecerla como un misterio».</p><p></p><p>A mi joven interlocutor,</p><p>diré pues, que vivimos un período difícil</p><p>donde las bases de lo que se llamaba Moral</p><p>y que hoy se llama Ética,</p><p>son puestas en discusión constantemente,</p><p>en particular en los dominios del don de la vida,</p><p>de la manipulación de la vida,</p><p>de la interrupción de la vida.</p><p></p><p>En estos dominios,</p><p>terribles cuestiones nos esperan en las décadas venideras.</p><p>Sí, vivimos un período difícil</p><p>donde el individualismo sistemático,</p><p>el provecho a cualquier precio,</p><p>el materialismo,</p><p>se erigen sobre las fuerzas del espíritu.</p><p></p><p>Sí, vivimos un período difícil</p><p>donde siempre es cuestión de derechos y nunca de deber</p><p>y donde la responsabilidad que es el peso de todo destino,</p><p>tiende a ser ocultada.</p><p></p><p>Pero le diré a mi joven interlocutor que a pesar de todo,</p><p>hay que creer en la grandeza de la aventura humana.</p><p>Hay que saber,</p><p>hasta el último día,</p><p>hasta la última hora,</p><p>deslizarse por su propio peñasco.</p><p>La vida es un combate</p><p>el oficio de hombre es un duro oficio.</p><p>Los que viven son los que pelean.</p><p></p><p>Hay que saber</p><p>que nada es seguro,</p><p>que nada es fácil,</p><p>que nada es regalado,</p><p>que nada es gratuito.</p><p></p><p>Todo lo que se conquista con esfuerzo, se merece.</p><p>Si no hay sacrificio, no tiene valor lo que se obtiene.</p><p></p><p>Le diré a mi joven interlocutor</p><p>que para mi visión muy modesta,</p><p>creo que la vida es un don de Dios</p><p>y que hay que saber descubrir más allá de lo aparente</p><p>así como lo absurdo del mundo,</p><p>que le da significado a nuestra existencia.</p><p></p><p>Le diré</p><p>que hay que saber encontrar a través de las dificultades y las pruebas,</p><p>esta generosidad,</p><p>esta nobleza,</p><p>esta belleza milagrosa y misteriosa repartida a través del mundo,</p><p>que hay que saber descubrir estas estrellas,</p><p>que nos guían donde estemos sumergidos</p><p>en lo más hondo de la noche</p><p>y el temblor sagrado de las cosas invisibles.</p><p></p><p>Le diré</p><p>que todo hombre es una excepción,</p><p>que él tiene su propia dignidad</p><p>y que hay que saber respetar esta dignidad.</p><p></p><p>Le diré</p><p>que contra viento y marea</p><p>hay que creer en su país y en su futuro.</p><p></p><p>Finalmente, le diré</p><p>que de todas las virtudes,</p><p>la más importante, porque es la fuerza motriz de todas las demás</p><p>y que es necesaria para el ejercicio de las otras,</p><p>de todas las virtudes,</p><p>la más importante me parece ser el coraje, los corajes,</p><p>y sobre todo aquello de lo que no se habla</p><p>y que consiste en ser fiel a sus sueños de juventud.</p><p></p><p>Y practicar este coraje, estos corajes,</p><p>es tal vez esto…</p><p>«El Honor de Vivir»</p><p></p><p><strong>Hélie de Saint-Marc</strong></p><p></p><p><a href="http://s890.photobucket.com/user/hernupeto/media/Fuerzas%20francesas/LegionH.jpg.html"><img src="http://i890.photobucket.com/albums/ac103/hernupeto/Fuerzas%20francesas/LegionH.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></a></p><p></p><p>Museo de la Legión de Honor en Paris.</p><p></p><p></p><p><em>Fuentes</em>:</p><p>Marianne2 Jean-Dominique Merchet 04 de noviembre de 2011</p><p>Laurent Beccaria</p><p>Mémoires les champs de braises.</p><p>Traducción propia.</p><p></p><p>.</p><p></p><p><span style="font-size: 12px"><strong>Hélie de Saint-Marc, Grand Croix de la Légion</strong><strong> d'honneur. </strong></span></p><p></p><p><span style="font-size: 10px">Le commandant Hélie de Saint-Marc va être, selon nos informations, élevé à la dignité de Grand-Croix de la Légion d'Honneur, la plus haute distinction que la République peut conférer. </span></p><p><span style="font-size: 10px">Hélie de Saint-Marc, 89 ans, est une personnalité bien connue et très respectée pour son humanisme, bien au-delà du monde militaire: résistant, déporté, officier de la Légion étrangère, il participe au putsch des généraux, en 1961. Arrêté, il reste cinq ans en prison, avant d'être grâcié. Il est l'auteur de nombreux livres, dont ses Mémoires, "les Champs de braise", ont connu un grand succès. </span></p><p><span style="font-size: 10px">Il incarne, mieux que quiconque, le destin tragique de toute une génération de militaires, que retrace le récent Prix Goncourt. </span></p><p></p><p><span style="font-size: 10px">Marianne2 Rédigé par Jean-Dominique Merchet 04 Novembre 2011 </span></p><p></p><p><span style="font-size: 10px">La vie d'Hélie Denoix de Saint Marc ressemble à un roman troublé et déchirant: la Résistance, la Gestapo, Buchenwald, la Légion étrangère, trois séjours en Indochine, Suez, l'Algérie, le putsch d'Alger à la tête du 1er régiment étranger de parachutistes (R.E.P), un procès à sensation et une condamnation à dix ans de réclusion criminelle... Une vie qui commence dans la respectabilité d'une famille protégée et aboutit sur le banc des accusés.</span></p><p><span style="font-size: 10px">Du camp de Buchenwald à la prison de Tulle, tous ceux qui ont côtoyé Hélie de Saint Marc ont souligné son rayonnement. Lors de son procès, toute la presse, de quelque bord qu'elle fût, manifesta son trouble devant la révolte et la condamnation d'un homme qui n'avait rien d'un fanatique. Le général Ingold, chancelier de l'ordre de la Libération, démissionna du Haut Tribunal dont il était membre en signe de protestation contre le jugement frappant le commandant de Saint Marc. </span></p><p><span style="font-size: 10px">S'il incarne le parcours de toute une génération, le commandant de Saint Marc dépasse le destin des "soldats perdus". Étrange mélange de courage et de sensibilité, de dureté et d'idéalisme, il porte un regard inattendu sur la succession d'épreuves qu'il a traversées.</span></p><p><span style="font-size: 10px">En suivant le fil de cette vie hors du commun au cours d'une enquête de plusieurs années, de Bordeaux à Hanoi, en passant par Alger, l'auteur a réuni des documents inédits et recueilli de nombreux témoignages - dont bien sûr celui d'Hélie de Saint Marc qui a accepté de briser pour lui un silence de vingt ans.</span></p><p></p><p><span style="font-size: 10px">«Que dire a un jeune de 20 ans»</span></p><p></p><p><span style="font-size: 10px">Quand on a connu tout et le contraire de tout,</span></p><p><span style="font-size: 10px">quand on a beaucoup vécu et qu’on est au soir de sa vie,</span></p><p><span style="font-size: 10px">on est tenté de ne rien lui dire,</span></p><p><span style="font-size: 10px">sachant qu’à chaque génération suffit sa peine,</span></p><p><span style="font-size: 10px">sachant aussi que la recherche, le doute, les remises en cause</span></p><p><span style="font-size: 10px">font partie de la noblesse de l’existence.</span></p><p></p><p><span style="font-size: 10px">Pourtant, je ne veux pas me dérober,</span></p><p><span style="font-size: 10px">et à ce jeune interlocuteur, je répondrai ceci,</span></p><p><span style="font-size: 10px">en me souvenant de ce qu’écrivait un auteur contemporain :</span></p><p></p><p><span style="font-size: 10px">«Il ne faut pas s’installer dans sa vérité</span></p><p><span style="font-size: 10px">et vouloir l’asséner comme une certitude,</span></p><p><span style="font-size: 10px">mais savoir l’offrir en tremblant comme un mystère».</span></p><p></p><p><span style="font-size: 10px">A mon jeune interlocuteur,</span></p><p><span style="font-size: 10px">je dirai donc que nous vivons une période difficile</span></p><p><span style="font-size: 10px">où les bases de ce qu’on appelait la Morale</span></p><p><span style="font-size: 10px">et qu’on appelle aujourd’hui l’Ethique,</span></p><p><span style="font-size: 10px">sont remises constamment en cause,</span></p><p><span style="font-size: 10px">en particulier dans les domaines du don de la vie,</span></p><p><span style="font-size: 10px">de la manipulation de la vie,</span></p><p><span style="font-size: 10px">de l’interruption de la vie.</span></p><p></p><p><span style="font-size: 10px">Dans ces domaines,</span></p><p><span style="font-size: 10px">de terribles questions nous attendent dans les décennies à venir.</span></p><p><span style="font-size: 10px">Oui, nous vivons une période difficile</span></p><p><span style="font-size: 10px">où l’individualisme systématique,</span></p><p><span style="font-size: 10px">le profit à n’importe quel prix,</span></p><p><span style="font-size: 10px">le matérialisme,</span></p><p><span style="font-size: 10px">l’emportent sur les forces de l’esprit.</span></p><p></p><p><span style="font-size: 10px">Oui, nous vivons une période difficile</span></p><p><span style="font-size: 10px">où il est toujours question de droit et jamais de devoir</span></p><p><span style="font-size: 10px">et où la responsabilité qui est l’once de tout destin,</span></p><p><span style="font-size: 10px">tend à être occultée.</span></p><p></p><p><span style="font-size: 10px">Mais je dirai à mon jeune interlocuteur que malgré tout cela,</span></p><p><span style="font-size: 10px">il faut croire à la grandeur de l’aventure humaine.</span></p><p><span style="font-size: 10px">Il faut savoir,</span></p><p><span style="font-size: 10px">jusqu’au dernier jour,</span></p><p><span style="font-size: 10px">jusqu’à la dernière heure,</span></p><p><span style="font-size: 10px">rouler son propre rocher.</span></p><p><span style="font-size: 10px">La vie est un combat</span></p><p><span style="font-size: 10px">le métier d’homme est un rude métier.</span></p><p><span style="font-size: 10px">Ceux qui vivent sont ceux qui se battent.</span></p><p></p><p><span style="font-size: 10px">Il faut savoir</span></p><p><span style="font-size: 10px">que rien n’est sûr,</span></p><p><span style="font-size: 10px">que rien n’est facile,</span></p><p><span style="font-size: 10px">que rien n’est donné,</span></p><p><span style="font-size: 10px">que rien n’est gratuit.</span></p><p></p><p><span style="font-size: 10px">Tout se conquiert, tout se mérite.</span></p><p><span style="font-size: 10px">Si rien n’est sacrifié, rien n’est obtenu.</span></p><p></p><p><span style="font-size: 10px">Je dirai à mon jeune interlocuteur</span></p><p><span style="font-size: 10px">que pour ma très modeste part,</span></p><p><span style="font-size: 10px">je crois que la vie est un don de Dieu</span></p><p><span style="font-size: 10px">et qu’il faut savoir découvrir au-delà de ce qui apparaît </span></p><p><span style="font-size: 10px">comme l’absurdité du monde,</span></p><p><span style="font-size: 10px">une signification à notre existence.</span></p><p></p><p><span style="font-size: 10px">Je lui dirai</span></p><p><span style="font-size: 10px">qu’il faut savoir trouver à travers les difficultés et les épreuves,</span></p><p><span style="font-size: 10px">cette générosité,</span></p><p><span style="font-size: 10px">cette noblesse,</span></p><p><span style="font-size: 10px">cette miraculeuse et mystérieuse beauté éparse à travers le monde,</span></p><p><span style="font-size: 10px">qu’il faut savoir découvrir ces étoiles,</span></p><p><span style="font-size: 10px">qui nous guident où nous sommes plongés</span></p><p><span style="font-size: 10px">au plus profond de la nuit</span></p><p><span style="font-size: 10px">et le tremblement sacré des choses invisibles.</span></p><p></p><p><span style="font-size: 10px">Je lui dirai</span></p><p><span style="font-size: 10px">que tout homme est une exception,</span></p><p><span style="font-size: 10px">qu’il a sa propre dignité</span></p><p><span style="font-size: 10px">et qu’il faut savoir respecter cette dignité.</span></p><p></p><p><span style="font-size: 10px">Je lui dirai</span></p><p><span style="font-size: 10px">qu’envers et contre tous</span></p><p><span style="font-size: 10px">il faut croire à son pays et en son avenir.</span></p><p></p><p><span style="font-size: 10px">Enfin, je lui dirai</span></p><p><span style="font-size: 10px">que de toutes les vertus,</span></p><p><span style="font-size: 10px">la plus importante, parce qu’elle est la motrice de toutes les autres</span></p><p><span style="font-size: 10px">et qu’elle est nécessaire à l’exercice des autres,</span></p><p><span style="font-size: 10px">de toutes les vertus,</span></p><p><span style="font-size: 10px">la plus importante me paraît être le courage, les courages,</span></p><p><span style="font-size: 10px">et surtout celui dont on ne parle pas</span></p><p><span style="font-size: 10px">et qui consiste à être fidèle à ses rêves de jeunesse.</span></p><p></p><p><span style="font-size: 10px">Et pratiquer ce courage, ces courages,</span></p><p><span style="font-size: 10px">c’est peut-être cela...</span></p><p><span style="font-size: 10px">«L’Honneur de Vivre» </span></p><p></p><p><strong><span style="font-size: 10px">Hélie de Saint Marc</span></strong></p><p></p><p><span style="font-size: 10px">.</span></p></blockquote><p></p>
[QUOTE="HernanF, post: 1077199, member: 7964"] Cuadros que marcaron a fuego, para bien y para mal, la historia de La Legión. [SIZE=5][B]Hélie de Saint-Marc, Gran Cruz de la Legión[/B][B] de Honor.[/B][/SIZE] El comandante Hélie de Saint-Marc va a ser elevado a la dignidad de Gran Cruz de la Legión de Honor, la distinción más alta que la República francesa confiere. Hélie de Saint-Marc, de 89 años, es una personalidad bien conocida y muy respetada por su humanismo, mucho más allá del mundo militar: miembro de la Resistencia, deportado, oficial de la Legión extranjera, participó en el putsch de los generales, en 1961. Detenido, permaneció cinco años en prisión, antes de ser indultado. Es autor de numerosos libros, y sus Memorias, "los campos de brasas", fue muy exitoso. Él encarna, mejor que ninguno, el destino trágico de toda una generación de militares, que rescató del olvido recientemente el Premio Goncourt. [URL=http://s890.photobucket.com/user/hernupeto/media/Fuerzas%20francesas/1Bataille_de_la_Riviere_Noire__1952.jpg.html][IMG]http://i890.photobucket.com/albums/ac103/hernupeto/Fuerzas%20francesas/1Bataille_de_la_Riviere_Noire__1952.jpg[/IMG][/URL] [I][B]Uno de los prólogos de la edición de sus memorias:[/B][/I] [URL=http://s890.photobucket.com/user/hernupeto/media/Fuerzas%20francesas/1Memoireslechampdebrases.jpg.html][IMG]http://i890.photobucket.com/albums/ac103/hernupeto/Fuerzas%20francesas/1Memoireslechampdebrases.jpg[/IMG][/URL] La vida de Hélie Denoix de Saint-Marc se parece a una novela turbia y desgarradora: la Resistencia, la Gestapo, Buchenwald, la Legión extranjera, tres estancias en Indochina, el Canal de Suez, Argelia, el pustch de Argelia a la cabeza del 1º Regimiento extranjero de paracaidistas (REP), un proceso que causó sensación y una condena a diez años de reclusión criminal... Una vida que comienza en la respetabilidad de una familia acomodada y termina en el banquillo de los acusados. Del campo de Buchenwald a la prisión de Tulle, todos los que rodearon a Hélie de Saint-Marc señalaron su brillantez. Durante su proceso judicial, toda la prensa, sea de extrema derecha hasta extrema izquierda, manifestó su confusión frente a la rebelión y la condena de un hombre que no tenía nada de fanático. El general Ingold, canciller de la Orden de la Liberación, dimitió del Alto Tribunal del que era miembro, en signo de protesta contra el juicio al comandante de Saint-Marc. Si él encarna la trayectoria de toda una generación, el comandante de Saint-Marc supera el destino de los "soldados perdidos". Extraña mezcla de coraje y sensibilidad, de dureza e idealismo, él lleva una mirada inesperada sobre la sucesión de pruebas que debió atravesar. Siguiendo el hilo de esta vida tan fuera de lo común, en el curso de una investigación de varios años, de Bordeaux a Hanoi, pasando por Argelia, el autor reunió documentos inéditos y recogió numerosos testimonios, entre los que estuvo por supuesto el de Hélie de Saint-Marc, que aceptó quebrar un silencio de veinte años. [URL=http://s890.photobucket.com/user/hernupeto/media/Fuerzas%20francesas/11er_REP__1958.jpg.html][IMG]http://i890.photobucket.com/albums/ac103/hernupeto/Fuerzas%20francesas/11er_REP__1958.jpg[/IMG][/URL] [I][B]Palabras del Comandante Hélie de Saint-Marc:[/B][/I] «[I]Que decirle a un joven de 20 años[/I]» Cuando se conoció todo y lo contrario de todo, cuando se vivió mucho y ya es el crepúsculo de su vida, estamos tentados de no decir nada, sabiendo que a cada generación le basta su pena, sabiendo así que la búsqueda, la duda, los replanteos forman parte de la nobleza de la existencia. Sin embargo, no quiero ocultarme, y a este joven interlocutor, le responderé, recordando lo que escribía un autor contemporáneo: «No hay que encerrarse en su verdad y querer mantenerla como una certeza, mejor saber ofrecerla como un misterio». A mi joven interlocutor, diré pues, que vivimos un período difícil donde las bases de lo que se llamaba Moral y que hoy se llama Ética, son puestas en discusión constantemente, en particular en los dominios del don de la vida, de la manipulación de la vida, de la interrupción de la vida. En estos dominios, terribles cuestiones nos esperan en las décadas venideras. Sí, vivimos un período difícil donde el individualismo sistemático, el provecho a cualquier precio, el materialismo, se erigen sobre las fuerzas del espíritu. Sí, vivimos un período difícil donde siempre es cuestión de derechos y nunca de deber y donde la responsabilidad que es el peso de todo destino, tiende a ser ocultada. Pero le diré a mi joven interlocutor que a pesar de todo, hay que creer en la grandeza de la aventura humana. Hay que saber, hasta el último día, hasta la última hora, deslizarse por su propio peñasco. La vida es un combate el oficio de hombre es un duro oficio. Los que viven son los que pelean. Hay que saber que nada es seguro, que nada es fácil, que nada es regalado, que nada es gratuito. Todo lo que se conquista con esfuerzo, se merece. Si no hay sacrificio, no tiene valor lo que se obtiene. Le diré a mi joven interlocutor que para mi visión muy modesta, creo que la vida es un don de Dios y que hay que saber descubrir más allá de lo aparente así como lo absurdo del mundo, que le da significado a nuestra existencia. Le diré que hay que saber encontrar a través de las dificultades y las pruebas, esta generosidad, esta nobleza, esta belleza milagrosa y misteriosa repartida a través del mundo, que hay que saber descubrir estas estrellas, que nos guían donde estemos sumergidos en lo más hondo de la noche y el temblor sagrado de las cosas invisibles. Le diré que todo hombre es una excepción, que él tiene su propia dignidad y que hay que saber respetar esta dignidad. Le diré que contra viento y marea hay que creer en su país y en su futuro. Finalmente, le diré que de todas las virtudes, la más importante, porque es la fuerza motriz de todas las demás y que es necesaria para el ejercicio de las otras, de todas las virtudes, la más importante me parece ser el coraje, los corajes, y sobre todo aquello de lo que no se habla y que consiste en ser fiel a sus sueños de juventud. Y practicar este coraje, estos corajes, es tal vez esto… «El Honor de Vivir» [B]Hélie de Saint-Marc[/B] [URL=http://s890.photobucket.com/user/hernupeto/media/Fuerzas%20francesas/LegionH.jpg.html][IMG]http://i890.photobucket.com/albums/ac103/hernupeto/Fuerzas%20francesas/LegionH.jpg[/IMG][/URL] Museo de la Legión de Honor en Paris. [I]Fuentes[/I]: Marianne2 Jean-Dominique Merchet 04 de noviembre de 2011 Laurent Beccaria Mémoires les champs de braises. Traducción propia. . [SIZE=3][B]Hélie de Saint-Marc, Grand Croix de la Légion[/B][B] d'honneur. [/B][/SIZE] [SIZE=2]Le commandant Hélie de Saint-Marc va être, selon nos informations, élevé à la dignité de Grand-Croix de la Légion d'Honneur, la plus haute distinction que la République peut conférer. Hélie de Saint-Marc, 89 ans, est une personnalité bien connue et très respectée pour son humanisme, bien au-delà du monde militaire: résistant, déporté, officier de la Légion étrangère, il participe au putsch des généraux, en 1961. Arrêté, il reste cinq ans en prison, avant d'être grâcié. Il est l'auteur de nombreux livres, dont ses Mémoires, "les Champs de braise", ont connu un grand succès. Il incarne, mieux que quiconque, le destin tragique de toute une génération de militaires, que retrace le récent Prix Goncourt. [/SIZE] [SIZE=2]Marianne2 Rédigé par Jean-Dominique Merchet 04 Novembre 2011 [/SIZE] [SIZE=2]La vie d'Hélie Denoix de Saint Marc ressemble à un roman troublé et déchirant: la Résistance, la Gestapo, Buchenwald, la Légion étrangère, trois séjours en Indochine, Suez, l'Algérie, le putsch d'Alger à la tête du 1er régiment étranger de parachutistes (R.E.P), un procès à sensation et une condamnation à dix ans de réclusion criminelle... Une vie qui commence dans la respectabilité d'une famille protégée et aboutit sur le banc des accusés. Du camp de Buchenwald à la prison de Tulle, tous ceux qui ont côtoyé Hélie de Saint Marc ont souligné son rayonnement. Lors de son procès, toute la presse, de quelque bord qu'elle fût, manifesta son trouble devant la révolte et la condamnation d'un homme qui n'avait rien d'un fanatique. Le général Ingold, chancelier de l'ordre de la Libération, démissionna du Haut Tribunal dont il était membre en signe de protestation contre le jugement frappant le commandant de Saint Marc. S'il incarne le parcours de toute une génération, le commandant de Saint Marc dépasse le destin des "soldats perdus". Étrange mélange de courage et de sensibilité, de dureté et d'idéalisme, il porte un regard inattendu sur la succession d'épreuves qu'il a traversées. En suivant le fil de cette vie hors du commun au cours d'une enquête de plusieurs années, de Bordeaux à Hanoi, en passant par Alger, l'auteur a réuni des documents inédits et recueilli de nombreux témoignages - dont bien sûr celui d'Hélie de Saint Marc qui a accepté de briser pour lui un silence de vingt ans.[/SIZE] [SIZE=2]«Que dire a un jeune de 20 ans»[/SIZE] [SIZE=2]Quand on a connu tout et le contraire de tout, quand on a beaucoup vécu et qu’on est au soir de sa vie, on est tenté de ne rien lui dire, sachant qu’à chaque génération suffit sa peine, sachant aussi que la recherche, le doute, les remises en cause font partie de la noblesse de l’existence.[/SIZE] [SIZE=2]Pourtant, je ne veux pas me dérober, et à ce jeune interlocuteur, je répondrai ceci, en me souvenant de ce qu’écrivait un auteur contemporain :[/SIZE] [SIZE=2]«Il ne faut pas s’installer dans sa vérité et vouloir l’asséner comme une certitude, mais savoir l’offrir en tremblant comme un mystère».[/SIZE] [SIZE=2]A mon jeune interlocuteur, je dirai donc que nous vivons une période difficile où les bases de ce qu’on appelait la Morale et qu’on appelle aujourd’hui l’Ethique, sont remises constamment en cause, en particulier dans les domaines du don de la vie, de la manipulation de la vie, de l’interruption de la vie.[/SIZE] [SIZE=2]Dans ces domaines, de terribles questions nous attendent dans les décennies à venir. Oui, nous vivons une période difficile où l’individualisme systématique, le profit à n’importe quel prix, le matérialisme, l’emportent sur les forces de l’esprit.[/SIZE] [SIZE=2]Oui, nous vivons une période difficile où il est toujours question de droit et jamais de devoir et où la responsabilité qui est l’once de tout destin, tend à être occultée.[/SIZE] [SIZE=2]Mais je dirai à mon jeune interlocuteur que malgré tout cela, il faut croire à la grandeur de l’aventure humaine. Il faut savoir, jusqu’au dernier jour, jusqu’à la dernière heure, rouler son propre rocher. La vie est un combat le métier d’homme est un rude métier. Ceux qui vivent sont ceux qui se battent.[/SIZE] [SIZE=2]Il faut savoir que rien n’est sûr, que rien n’est facile, que rien n’est donné, que rien n’est gratuit.[/SIZE] [SIZE=2]Tout se conquiert, tout se mérite. Si rien n’est sacrifié, rien n’est obtenu.[/SIZE] [SIZE=2]Je dirai à mon jeune interlocuteur que pour ma très modeste part, je crois que la vie est un don de Dieu et qu’il faut savoir découvrir au-delà de ce qui apparaît comme l’absurdité du monde, une signification à notre existence.[/SIZE] [SIZE=2]Je lui dirai qu’il faut savoir trouver à travers les difficultés et les épreuves, cette générosité, cette noblesse, cette miraculeuse et mystérieuse beauté éparse à travers le monde, qu’il faut savoir découvrir ces étoiles, qui nous guident où nous sommes plongés au plus profond de la nuit et le tremblement sacré des choses invisibles.[/SIZE] [SIZE=2]Je lui dirai que tout homme est une exception, qu’il a sa propre dignité et qu’il faut savoir respecter cette dignité.[/SIZE] [SIZE=2]Je lui dirai qu’envers et contre tous il faut croire à son pays et en son avenir.[/SIZE] [SIZE=2]Enfin, je lui dirai que de toutes les vertus, la plus importante, parce qu’elle est la motrice de toutes les autres et qu’elle est nécessaire à l’exercice des autres, de toutes les vertus, la plus importante me paraît être le courage, les courages, et surtout celui dont on ne parle pas et qui consiste à être fidèle à ses rêves de jeunesse.[/SIZE] [SIZE=2]Et pratiquer ce courage, ces courages, c’est peut-être cela... «L’Honneur de Vivre» [/SIZE] [B][SIZE=2]Hélie de Saint Marc[/SIZE][/B] [SIZE=2].[/SIZE] [/QUOTE]
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