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Area Militar General
Malvinas 1982
Los ataques aeronavales del 25 de Mayo
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<blockquote data-quote="Ranchero" data-source="post: 446684" data-attributes="member: 4017"><p><strong>Entrevista Cap. Navío (RE) Curilovic</strong></p><p></p><p></p><p></p><p>PARTE 1</p><p>Tal cual esta en el Grupo Yahoo</p><p>Los caracteres &#8220 pueden deberse al uso de Negrita, yo no lo modifique en nada.</p><p></p><p></p><p>ATAQUE Y HUNDIMIENTO DEL BUQUE LOGÍSTICO Y TRANSPORTE DE AERONAVES, </p><p>ACL “ATLANTIC CONVEYOR”.</p><p></p><p>* Por el Capitán de Navío (R) Roberto Curilovic </p><p></p><p></p><p></p><p>Acabo de recibir un llamado del Sr. Vicealmirante Alfonso, quien me </p><p>solicitó que escribiese algún artículo para esta joven Gaceta y </p><p>compartir con los lectores algo de nuestra experiencia de combate en </p><p>el Conflicto del Atlántico Sur. </p><p></p><p>Me embargaron de inmediato varias sensaciones, una, el orgullo y </p><p>agradecimiento por el pedido recibido, la segunda, el compromiso por </p><p>cumplir en tiempo pese a mis actuales obligaciones que me exigen </p><p>viajes permanentes fuera del país, y, la más importante, tratar de no </p><p>convertirme en un frío y aburrido relator técnico explicando una </p><p>operación particular. </p><p></p><p>En efecto, buscando la espontaneidad, recordé un artículo basado en </p><p>una entrevista que en 1997 me realizó Juan Luis Gallardo, escritor y </p><p>periodista de lujo, como colaboración a la Revista de la Escuela de </p><p>Guerra Naval. </p><p></p><p>De manera que sin su autorización formal, pero seguramente con su </p><p>anuencia implícita basada en la amistad que mantenemos, me atreví a </p><p>transcribir algunas preguntas y respuestas desarrolladas en esa </p><p>oportunidad. </p><p></p><p></p><p>Como se llegó a esta particular circunstancia, lo sintetiza la citada </p><p>entrevista:</p><p></p><p>----------------------------------------------------------</p><p>------------------------- </p><p></p><p>Pregunta (Juan L. Gallardo): - A título de curiosidad, luego de </p><p>egresar como piloto naval ¿cuál fue el primer avión que voló?</p><p></p><p>Respuesta (R. Curilovic): - El T-28. Y esto es algo digno de </p><p>señalarse, pues demuestra la velocidad con que la Armada acompañó los </p><p>notables avances tecnológicos en esos tiempos.</p><p></p><p>Yo concluí el curso de piloto a fines de 1969, volando ese avión de </p><p>hélice, con motor a pistón; diez años después, en 1980, me estaba </p><p>adiestrando en los Super Etendard, aparatos de reacción que, con el </p><p>misil Exocet, conformaban un sistema de armas notablemente </p><p>evolucionado y sofisticado. </p><p></p><p>P: - Entiendo que Ud. formó parte del primer grupo de pilotos </p><p>argentinos que tomó contacto con ese avión.</p><p></p><p>R: - Efectivamente. Formaba parte de la escuadrilla de Skyhawk A4-Q </p><p>cuando se empezó a pensar en su reemplazo. No habiendo podido </p><p>conseguir máquinas norteamericanas, en virtud de prohibiciones de </p><p>suministro vigentes por entonces, se buscaron otras que pudieran </p><p>operar en nuestro portaaviones. Analizadas distintas posibilidades </p><p>se optó finalmente por los Super Etendard si bien, como los A.4, </p><p>operarían con márgenes estrechos sobre el portaaviones, ya que no </p><p>debe olvidarse que nuestro buque estaba diseñado para aviones a </p><p>hélice y pistón. </p><p></p><p>P: - Seleccionado el Super Etendard ¿qué ocurrió después?</p><p></p><p>R: - Fueron elegidos diez pilotos experimentados en volar los A.4 y </p><p>nos enviaron a Europa para adaptarnos a los nuevos aviones. Viajamos </p><p>a Francia hacia octubre de 1980. Allí nos adiestramos a la par de los </p><p>pilotos franceses ya que la fábrica estaba entregando los flamantes </p><p>aparatos a la marina de ese país y los catorce adquiridos por </p><p>nosotros, se intercalaron en la primera partida recibida por los </p><p>propios franceses.</p><p></p><p>Completado el curso en junio de 1981, permanecí en Francia junto al </p><p>entonces Teniente de Fragata Mayora para realizar un curso de </p><p>señalero de aterrizaje en portaaviones. </p><p></p><p>P: - ¿Cuántos y cuándo llegan aquí los primeros Super Etendard?</p><p></p><p>R: - En diciembre de 1981 llegaron los primeros cinco aviones, a los </p><p>cuales acompañé. </p><p></p><p>P: - De manera que estuvieron en la Argentina muy pocos meses antes </p><p>de entrar en acción. ¿Comenzaron de inmediato a operarlos desde el </p><p>portaaviones?</p><p></p><p>R: - No, porque era necesario adaptar antes el buque para ello y esas </p><p>tareas no estaban </p><p></p><p>concluidas cuando sobrevino la guerra de Malvinas.</p><p></p><p>Por eso, durante su transcurso, se operó desde bases en tierra. En </p><p>virtud de ello, proseguimos el adiestramiento en la Base Aeronaval </p><p>Comandante Espora, con ataques simulados sobre cuanto barco anduvo </p><p>navegando dentro de nuestro radio de acción. </p><p></p><p>P: - ¿En qué momento tuvo usted conocimiento de que podría llegar a </p><p>entrar realmente </p><p></p><p>en combate?</p><p></p><p>R: - Sobre fines de marzo me embarqué en el portaaviones A.R.A “25 de </p><p>Mayo” con los aviones A4-Q. Salimos para una maniobra rutinaria y, en </p><p>navegación, se nos informa al respecto de la acción sobre Malvinas. </p><p>El portaaviones, durante el “Operativo Rosario”, permanece a unas 90 </p><p>millas al norte de las islas, integrando una Fuerza de Cobertura, </p><p>para destacar luego los aviones Tracker que se asentaron en Puerto </p><p>Argentino. En lo que me atañe, soy reincorporado a la escuadrilla de </p><p>Super Etendard, que aún se hallaba en Espora. </p><p></p><p>P: - ¿En que condiciones operativas estaba la escuadrilla al momento </p><p>de su reincorporación?</p><p></p><p>R: - Según dije, el total de Super Etendard adquiridos fue de 14 pero </p><p>en ese momento sólo contábamos con 5 de ellos, decidiéndose alistar </p><p>cuatro y utilizar el quinto (el 3-A-201) para ser “canibalizado”, o </p><p>sea como banco de repuestos, pues el embargo dispuesto impediría </p><p>obtenerlos de otro modo, disponiéndose de una partida limitada de los </p><p>mismos.</p><p></p><p>En cuanto a los misiles Exocet, teníamos 5, que fueron entregados con </p><p>los aviones. </p><p></p><p>P: - Llegamos así a un punto importante: esos 5 misiles ¿podían ser </p><p>empleados cuando estalló la guerra?</p><p></p><p>R: - Primero conviene aclarar que los Super Etendard poseen también </p><p>otras capacidades – bombas, cañones, cohetes - , además de poder </p><p>emplear misiles aire/ superficie como los AM-39 Exocet. Pero el </p><p>comandante de la escuadrilla, Capitán de Fragata J. Colombo, resolvió </p><p>con buen criterio concentrarse prioritariamente en esta última </p><p>configuración, que aparecía como la más redituable. Resultaba </p><p>preciso, no obstante, llevar a cabo la adaptación electrónica entre </p><p>el misil y el avión, tarea que en principio debía realizar una </p><p>comisión técnica de la fábrica Aerospatiale, que viajaría al país en </p><p>abril, a fin de establecer el diálogo electrónico entre el misil y el </p><p>avión. </p><p></p><p>P: - Como la comisión de técnicos franceses seguramente no vino, ¿qué </p><p>se hizo?</p><p></p><p>R: - Recuerde usted que aquí ya hacía años operábamos desde los </p><p>buques un sistema de misiles Exocet Mar/Mar 38, de modo que existía </p><p>una basta experiencia al respecto. Y los técnicos de los talleres de </p><p>misiles y de electrónica empezó a trabajar en el asunto. Pero </p><p>faltaban algunos datos y códigos vitales que debían insertarse en la </p><p>computadora de tiro que alimentaba la del misil. Datos que no podían </p><p>solicitarse a Francia, porque se hallaba en vigencia lo que podríamos </p><p>llamar un “bloqueo tecnológico”, un embargo técnico, </p><p>a nuestro respecto. Estábamos solos en el tema. </p><p>Comenzó entonces la tarea de </p><p>quienes, habiendo formado parte de la comisión que compró el sistema </p><p>de armas, aún permanecían en Francia, logrando el Capitán J. Lavezzo </p><p>hacerse de la información faltante para alistar los Exocet con que </p><p>contábamos. Finalmente hacia el 20 de abril, el capitán Colombo pudo </p><p>presentarse al comandante de la Aviación Naval e informarle: “el </p><p>sistema Super Etendard-Exocet en servicio”. Pero claro, para llegar </p><p>a eso, la dificultad comentada no había sido el único problema a </p><p>resolver.</p><p></p><p>P: - ¿Cuál otro hubo?</p><p></p><p>R: - El problema operativo, la táctica a emplear. O sea la mejor </p><p>manera de sacar partido del sistema de armas que teníamos. Y, en tal </p><p>sentido, nos resultó de suma utilidad el hecho de que nuestra Armada </p><p>poseyera destructores del tipo 42 construidos en Inglaterra, gemelos </p><p>a los buques de defensa aérea que utilizarían los británicos y </p><p>provistos con radares análogos a los de éstos. De modo que, en </p><p>operaciones simuladas contra nuestros propios destructores, diseñamos </p><p>los mejores perfiles de aproximación para atacar las unidades </p><p>enemigas. Ello sin perjuicio de ejercitarnos también contra otras </p><p>naves que navegaban en el área, según lo dije anteriormente. </p><p></p><p>P: - Ya en servicio el sistema Super Etendard-Exocet, se resuelve </p><p>trasladar la escuadrilla a Río Grande...</p><p></p><p>R: - En efecto, no estando en condiciones de recibirla el </p><p>portaaviones, se estudió asentarla en el aeródromo de Puerto </p><p>Argentino. Pero las características de la pista, la falta de sistema </p><p>de frenado y el escaso apoyo electrónico del que se dispondría allí, </p><p>determinaron que se optara por actuar desde el continente, </p><p>eligiéndose la Base Aeronaval de Río Grande por ser la más próxima a </p><p>las islas. Detalle importante este último, si se considera que el </p><p>consumo de combustible en vuelos rasantes es muy grande (70 litros </p><p>por minuto), resultando así limitada la autonomía de los aviones que </p><p>emplean esta modalidad de ataque, por la cual ya nos habíamos </p><p>inclinado. Equipados con el misil y con tanques suplementarios, los </p><p>Super Etendard tenían un radio de acción (ida y vuelta) de </p><p>aproximadamente 380 millas (704 Km), sin reabastecerse. </p><p></p><p>P: - Una autonomía que apenas permitía llegar a Malvinas y volver.</p><p></p><p>R: - Sí. Y como descontábamos que la flota inglesa se situaría más </p><p>allá del archipiélago, nos ejercitamos en la maniobra de </p><p>reaprovisionamiento, que realizábamos con un avión KC-130 de la </p><p>Fuerza Aérea Argentina. Así alcanzamos a las 500 millas (930 Km) de </p><p>radio de acción, aproximadamente. Además, el capitán Colombo había </p><p>dispuesto que nuestros aviones salieran en parejas, provistos cada </p><p>uno con un misil y formando a ese efecto cinco equipos, integrados </p><p>del modo siguiente: el primero de los oficiales en orden de </p><p>antigüedad volaría con el último; el segundo con el penúltimo; el </p><p>tercero con el ante penúltimo....y así seguir, hasta completar los </p><p>equipos con un total de diez pilotos. </p><p></p><p>P: - ¿Cómo quedaron formados los equipos? </p><p></p><p>R: - Colombo (el comandante), con Machetanz; Badacarratz con Mayora; </p><p>Agotegaray con Rodríguez Mariani; Curilovic con Barraza y Francisco </p><p>con Collavino. Se estableció que las parejas saldrían en ese orden y </p><p>que, al iniciar una misión, la siguiente quedaría de guardia, en </p><p>espera, “con la goma puesta”... </p><p></p><p>P: - ¿”Con la goma puesta”? </p><p></p><p>R: - Sí, alistada, con el incómodo y caluroso traje antiexposición </p><p>colocado y los aviones alistados, a fin de ahorrar tiempos. </p><p></p><p>P: - Por lo tanto, el primer equipo que entró en acción fue el que </p><p>formaban Colombo - Machetanz, quedando alistados Bedacarratz - </p><p>Mayora...</p><p></p><p>R: - Ello aconteció el 1° de mayo. Y en esas circunstancias el </p><p>comandante nos dio un ejemplo, pues al efectuar el reabastecimiento, </p><p>se trabó una válvula en su avión, que empezó a perder combustible. </p><p>Lo cual obligó a abortar la misión y los aviones a regresar. Pero, </p><p>pese a su deseo de entrar en combate, el comandante y su numeral </p><p>cedieron lugar a la pareja que les seguía en turno, respetando el </p><p>Capitán Colombo, en su propio perjuicio, las reglas por él </p><p>establecidas. Y fueron Bedacarratz - Mayora quienes hundieron </p><p>el “Sheffield” en la misión siguiente, realizada el 4 de mayo. Pero </p><p>a esta altura del relato, es preciso consignar la tarea fundamental </p><p>que cumplieron los aviones exploradores para hacer posible la </p><p>nuestra. </p><p></p><p>P: - ¿Qué hacían esos aviones?</p><p></p><p>R: - El radar de un Super Etendard es un radar de localización, no un </p><p>radar de búsqueda. Necesitábamos por lo tanto el apoyo de aviones </p><p>provistos de éstos, aptos para barrer zonas más amplias y determinar </p><p>la situación en superficie. Esta labor la cumplieron esforzadamente </p><p>dos antiguos P-2 Neptune que, más tarde, imposibilitados de seguir </p><p>operando, debieron ser replegados. </p><p></p><p>P: - No es el objeto de este reportaje extenderse respecto al </p><p>hundimiento del Sheffield, operación en la cual Ud. no intervino. </p><p>Pero pese a ello, me gustaría saber cómo vivieron el suceso en Río </p><p>Grande.</p><p></p><p>R: - Con la alegría que suscitaba, en todos los casos, el regreso de </p><p>los aviones que habían salido en misiones de combate. Y luego, al </p><p>confirmarse el éxito obtenido, con la alegría suplementaria que </p><p>significó comprobar que las cosas se hicieron bien en el nada fácil </p><p>alistamiento del sistema de armas “Super Etendard – Exocet”. Por </p><p>otra parte, conviene recordar que para los británicos el golpe </p><p>resultó muy duro pues, además de las pérdidas que les ocasionó, les </p><p>demostró que dicho sistema de armas estaba en condiciones de </p><p>funcionar, cosa que ellos no sabían con certeza.</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Ranchero, post: 446684, member: 4017"] [b]Entrevista Cap. Navío (RE) Curilovic[/b] PARTE 1 Tal cual esta en el Grupo Yahoo Los caracteres “ pueden deberse al uso de Negrita, yo no lo modifique en nada. ATAQUE Y HUNDIMIENTO DEL BUQUE LOGÍSTICO Y TRANSPORTE DE AERONAVES, ACL “ATLANTIC CONVEYOR”. * Por el Capitán de Navío (R) Roberto Curilovic Acabo de recibir un llamado del Sr. Vicealmirante Alfonso, quien me solicitó que escribiese algún artículo para esta joven Gaceta y compartir con los lectores algo de nuestra experiencia de combate en el Conflicto del Atlántico Sur. Me embargaron de inmediato varias sensaciones, una, el orgullo y agradecimiento por el pedido recibido, la segunda, el compromiso por cumplir en tiempo pese a mis actuales obligaciones que me exigen viajes permanentes fuera del país, y, la más importante, tratar de no convertirme en un frío y aburrido relator técnico explicando una operación particular. En efecto, buscando la espontaneidad, recordé un artículo basado en una entrevista que en 1997 me realizó Juan Luis Gallardo, escritor y periodista de lujo, como colaboración a la Revista de la Escuela de Guerra Naval. De manera que sin su autorización formal, pero seguramente con su anuencia implícita basada en la amistad que mantenemos, me atreví a transcribir algunas preguntas y respuestas desarrolladas en esa oportunidad. Como se llegó a esta particular circunstancia, lo sintetiza la citada entrevista: ---------------------------------------------------------- ------------------------- Pregunta (Juan L. Gallardo): - A título de curiosidad, luego de egresar como piloto naval ¿cuál fue el primer avión que voló? Respuesta (R. Curilovic): - El T-28. Y esto es algo digno de señalarse, pues demuestra la velocidad con que la Armada acompañó los notables avances tecnológicos en esos tiempos. Yo concluí el curso de piloto a fines de 1969, volando ese avión de hélice, con motor a pistón; diez años después, en 1980, me estaba adiestrando en los Super Etendard, aparatos de reacción que, con el misil Exocet, conformaban un sistema de armas notablemente evolucionado y sofisticado. P: - Entiendo que Ud. formó parte del primer grupo de pilotos argentinos que tomó contacto con ese avión. R: - Efectivamente. Formaba parte de la escuadrilla de Skyhawk A4-Q cuando se empezó a pensar en su reemplazo. No habiendo podido conseguir máquinas norteamericanas, en virtud de prohibiciones de suministro vigentes por entonces, se buscaron otras que pudieran operar en nuestro portaaviones. Analizadas distintas posibilidades se optó finalmente por los Super Etendard si bien, como los A.4, operarían con márgenes estrechos sobre el portaaviones, ya que no debe olvidarse que nuestro buque estaba diseñado para aviones a hélice y pistón. P: - Seleccionado el Super Etendard ¿qué ocurrió después? R: - Fueron elegidos diez pilotos experimentados en volar los A.4 y nos enviaron a Europa para adaptarnos a los nuevos aviones. Viajamos a Francia hacia octubre de 1980. Allí nos adiestramos a la par de los pilotos franceses ya que la fábrica estaba entregando los flamantes aparatos a la marina de ese país y los catorce adquiridos por nosotros, se intercalaron en la primera partida recibida por los propios franceses. Completado el curso en junio de 1981, permanecí en Francia junto al entonces Teniente de Fragata Mayora para realizar un curso de señalero de aterrizaje en portaaviones. P: - ¿Cuántos y cuándo llegan aquí los primeros Super Etendard? R: - En diciembre de 1981 llegaron los primeros cinco aviones, a los cuales acompañé. P: - De manera que estuvieron en la Argentina muy pocos meses antes de entrar en acción. ¿Comenzaron de inmediato a operarlos desde el portaaviones? R: - No, porque era necesario adaptar antes el buque para ello y esas tareas no estaban concluidas cuando sobrevino la guerra de Malvinas. Por eso, durante su transcurso, se operó desde bases en tierra. En virtud de ello, proseguimos el adiestramiento en la Base Aeronaval Comandante Espora, con ataques simulados sobre cuanto barco anduvo navegando dentro de nuestro radio de acción. P: - ¿En qué momento tuvo usted conocimiento de que podría llegar a entrar realmente en combate? R: - Sobre fines de marzo me embarqué en el portaaviones A.R.A “25 de Mayo” con los aviones A4-Q. Salimos para una maniobra rutinaria y, en navegación, se nos informa al respecto de la acción sobre Malvinas. El portaaviones, durante el “Operativo Rosario”, permanece a unas 90 millas al norte de las islas, integrando una Fuerza de Cobertura, para destacar luego los aviones Tracker que se asentaron en Puerto Argentino. En lo que me atañe, soy reincorporado a la escuadrilla de Super Etendard, que aún se hallaba en Espora. P: - ¿En que condiciones operativas estaba la escuadrilla al momento de su reincorporación? R: - Según dije, el total de Super Etendard adquiridos fue de 14 pero en ese momento sólo contábamos con 5 de ellos, decidiéndose alistar cuatro y utilizar el quinto (el 3-A-201) para ser “canibalizado”, o sea como banco de repuestos, pues el embargo dispuesto impediría obtenerlos de otro modo, disponiéndose de una partida limitada de los mismos. En cuanto a los misiles Exocet, teníamos 5, que fueron entregados con los aviones. P: - Llegamos así a un punto importante: esos 5 misiles ¿podían ser empleados cuando estalló la guerra? R: - Primero conviene aclarar que los Super Etendard poseen también otras capacidades – bombas, cañones, cohetes - , además de poder emplear misiles aire/ superficie como los AM-39 Exocet. Pero el comandante de la escuadrilla, Capitán de Fragata J. Colombo, resolvió con buen criterio concentrarse prioritariamente en esta última configuración, que aparecía como la más redituable. Resultaba preciso, no obstante, llevar a cabo la adaptación electrónica entre el misil y el avión, tarea que en principio debía realizar una comisión técnica de la fábrica Aerospatiale, que viajaría al país en abril, a fin de establecer el diálogo electrónico entre el misil y el avión. P: - Como la comisión de técnicos franceses seguramente no vino, ¿qué se hizo? R: - Recuerde usted que aquí ya hacía años operábamos desde los buques un sistema de misiles Exocet Mar/Mar 38, de modo que existía una basta experiencia al respecto. Y los técnicos de los talleres de misiles y de electrónica empezó a trabajar en el asunto. Pero faltaban algunos datos y códigos vitales que debían insertarse en la computadora de tiro que alimentaba la del misil. Datos que no podían solicitarse a Francia, porque se hallaba en vigencia lo que podríamos llamar un “bloqueo tecnológico”, un embargo técnico, a nuestro respecto. Estábamos solos en el tema. Comenzó entonces la tarea de quienes, habiendo formado parte de la comisión que compró el sistema de armas, aún permanecían en Francia, logrando el Capitán J. Lavezzo hacerse de la información faltante para alistar los Exocet con que contábamos. Finalmente hacia el 20 de abril, el capitán Colombo pudo presentarse al comandante de la Aviación Naval e informarle: “el sistema Super Etendard-Exocet en servicio”. Pero claro, para llegar a eso, la dificultad comentada no había sido el único problema a resolver. P: - ¿Cuál otro hubo? R: - El problema operativo, la táctica a emplear. O sea la mejor manera de sacar partido del sistema de armas que teníamos. Y, en tal sentido, nos resultó de suma utilidad el hecho de que nuestra Armada poseyera destructores del tipo 42 construidos en Inglaterra, gemelos a los buques de defensa aérea que utilizarían los británicos y provistos con radares análogos a los de éstos. De modo que, en operaciones simuladas contra nuestros propios destructores, diseñamos los mejores perfiles de aproximación para atacar las unidades enemigas. Ello sin perjuicio de ejercitarnos también contra otras naves que navegaban en el área, según lo dije anteriormente. P: - Ya en servicio el sistema Super Etendard-Exocet, se resuelve trasladar la escuadrilla a Río Grande... R: - En efecto, no estando en condiciones de recibirla el portaaviones, se estudió asentarla en el aeródromo de Puerto Argentino. Pero las características de la pista, la falta de sistema de frenado y el escaso apoyo electrónico del que se dispondría allí, determinaron que se optara por actuar desde el continente, eligiéndose la Base Aeronaval de Río Grande por ser la más próxima a las islas. Detalle importante este último, si se considera que el consumo de combustible en vuelos rasantes es muy grande (70 litros por minuto), resultando así limitada la autonomía de los aviones que emplean esta modalidad de ataque, por la cual ya nos habíamos inclinado. Equipados con el misil y con tanques suplementarios, los Super Etendard tenían un radio de acción (ida y vuelta) de aproximadamente 380 millas (704 Km), sin reabastecerse. P: - Una autonomía que apenas permitía llegar a Malvinas y volver. R: - Sí. Y como descontábamos que la flota inglesa se situaría más allá del archipiélago, nos ejercitamos en la maniobra de reaprovisionamiento, que realizábamos con un avión KC-130 de la Fuerza Aérea Argentina. Así alcanzamos a las 500 millas (930 Km) de radio de acción, aproximadamente. Además, el capitán Colombo había dispuesto que nuestros aviones salieran en parejas, provistos cada uno con un misil y formando a ese efecto cinco equipos, integrados del modo siguiente: el primero de los oficiales en orden de antigüedad volaría con el último; el segundo con el penúltimo; el tercero con el ante penúltimo....y así seguir, hasta completar los equipos con un total de diez pilotos. P: - ¿Cómo quedaron formados los equipos? R: - Colombo (el comandante), con Machetanz; Badacarratz con Mayora; Agotegaray con Rodríguez Mariani; Curilovic con Barraza y Francisco con Collavino. Se estableció que las parejas saldrían en ese orden y que, al iniciar una misión, la siguiente quedaría de guardia, en espera, “con la goma puesta”... P: - ¿”Con la goma puesta”? R: - Sí, alistada, con el incómodo y caluroso traje antiexposición colocado y los aviones alistados, a fin de ahorrar tiempos. P: - Por lo tanto, el primer equipo que entró en acción fue el que formaban Colombo - Machetanz, quedando alistados Bedacarratz - Mayora... R: - Ello aconteció el 1° de mayo. Y en esas circunstancias el comandante nos dio un ejemplo, pues al efectuar el reabastecimiento, se trabó una válvula en su avión, que empezó a perder combustible. Lo cual obligó a abortar la misión y los aviones a regresar. Pero, pese a su deseo de entrar en combate, el comandante y su numeral cedieron lugar a la pareja que les seguía en turno, respetando el Capitán Colombo, en su propio perjuicio, las reglas por él establecidas. Y fueron Bedacarratz - Mayora quienes hundieron el “Sheffield” en la misión siguiente, realizada el 4 de mayo. Pero a esta altura del relato, es preciso consignar la tarea fundamental que cumplieron los aviones exploradores para hacer posible la nuestra. P: - ¿Qué hacían esos aviones? R: - El radar de un Super Etendard es un radar de localización, no un radar de búsqueda. Necesitábamos por lo tanto el apoyo de aviones provistos de éstos, aptos para barrer zonas más amplias y determinar la situación en superficie. Esta labor la cumplieron esforzadamente dos antiguos P-2 Neptune que, más tarde, imposibilitados de seguir operando, debieron ser replegados. P: - No es el objeto de este reportaje extenderse respecto al hundimiento del Sheffield, operación en la cual Ud. no intervino. Pero pese a ello, me gustaría saber cómo vivieron el suceso en Río Grande. R: - Con la alegría que suscitaba, en todos los casos, el regreso de los aviones que habían salido en misiones de combate. Y luego, al confirmarse el éxito obtenido, con la alegría suplementaria que significó comprobar que las cosas se hicieron bien en el nada fácil alistamiento del sistema de armas “Super Etendard – Exocet”. Por otra parte, conviene recordar que para los británicos el golpe resultó muy duro pues, además de las pérdidas que les ocasionó, les demostró que dicho sistema de armas estaba en condiciones de funcionar, cosa que ellos no sabían con certeza. [/QUOTE]
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