Derruido
Colaborador
Los misiles antiaéreos y los tanques rusos de Ortega
Sep-11-08 - por Ignacio J. Osacar (Coordinador de la Comisión de Defensa del CENM)
La reafirmación de la prolongada negativa de Nicaragua para destruir 1050 misiles portátiles antiaéreos agrega un nuevo elemento a las ya existentes tensiones en el Caribe, que confluyen con la ingerencia de Venezuela y la creciente intervención de Rusia en la región.
Estos misiles -conocidos genéricamente como SAM 7- son conservados desde los años 80 en que el gobierno revolucionario sandinista recibía importante ayuda militar de Cuba, la Unión Soviética y países de Europa oriental. Los EEUU han presionado a Nicaragua en numerosas ocasiones, dada la posibilidad de que por negligencia, en su guarda y custodia, estos sistemas encuentren su camino hacia manos terroristas.
La Argentina, junto a EEUU y Canadá, son los únicos países americanos firmantes del acuerdo de Wassenaar, que intenta controlar la posesión y transferencia de estos sistemas de armas.
Sin embargo, es hoy dudoso el estado de servicio en que se encuentran por su antigüedad, a menos que hubieren recibido el mantenimiento adecuado, lo que implica el reemplazo obligado de algunos de sus componentes por vencimiento, cosa que con certeza se desconoce. Los nicaragüenses poseen los modelos SA 14 Gremlin, SA-16 Grimlet y el SA 7 Grail, los cuales según algunas fuentes, solo estarían operativos un número apenas superior a 200.
Ortega propuso a EEUU, hace un año, canjear 650 misiles por medicinas y equipos médicos de alta tecnología por 32 millones de dólares, quedándose con 400 misiles, los cuales son indispensables para la defensa antiaérea del territorio. La contraoferta norteamericana por apenas 5 millones de dólares fue considerada inaceptable y suficiente para dejar de avanzar en la negociación. En 2004, Nicaragua destruyó unilateralmente como gesto de buena voluntad un lote de 1000 misiles.
"Los SAM 7 son lo único que tenemos para defendernos de un ataque aéreo que eventualmente se le ocurriera a Colombia lanzar contra Nicaragua" desde la isla de San Andrés, afirmó Ortega en un reciente acto militar.
La presencia permanente de buques de guerra colombianos con base en estas islas, a menos de 200 Km de las costas nicaragüenses, es apreciada como una amenaza, en el marco de la antigua controversia que mantienen estos dos países respecto a la delimitación marítima. Las islas también cuentan con una pista de aterrizaje asfaltada de 2300 metros apta para la operación de aviones de combate. Por su lado, Nicaragua dispone para defender sus costas en el Mar Caribe y en el Océano Pacífico de solo 5 patrulleros costeros, de menos de 100 toneladas, clase Dabur israelíes y Zhuk rusos.
A pesar de lo afirmado públicamente en la XXma Cumbre del Grupo Rio, por parte del presidente Uribe ante la pregunta directa del presidente Ortega, de que retiraría la presencia naval en el área, esto no se habría cumplido en los hechos.
El temor a la amenaza aérea colombiana es justificado, ya que este país cuenta con 90 aviones con capacidad para el combate, más de 20 de ellos son reactores de altas prestaciones (Kfir C-7 y Mirage 5), y no menos de 200 helicópteros de todo tipo, mientras que Nicaragua no tiene ningún avión que se pueda considerarse seriamente equipado para el combate y apenas una docena de helicópteros armados.
Concurrentemente, los países vecinos también constituyen una amenaza aérea para justificar la posesión de estos misiles, ya que El Salvador cuenta con 21 aviones con capacidad para el combate, entre ellos 5 reactores (A-37 Dragoonfly) y unos 40 helicópteros y Honduras 18 aviones, de los cuales 8 son reactores de altas prestaciones (F-5 Tiger) y 10 helicópteros. Costa Rica no cuenta con aeronaves con capacidad de combate.
Considerando el hecho de que Nicaragua no cuenta con aviones de combate para la defensa de su espacio aéreo, en un supuesto de que los países vecinos decidieran atacar en forma simultanea y coordinada, con la totalidad de sus medios aéreos, la defensa antiaérea nicaragüense, disparando tan solo la mitad de los SAM 7 de su inventario y con un porcentaje de impactos directos del 20%, lograrían destruir o averiar gravemente a la totalidad del material de vuelo empeñado contra ellos. Para justificar la posesión de tantos misiles hay que elegir por lo tanto un enemigo potencial con suficientes aviones.
Otra herencia desproporcionada de mejores tiempos es el material blindado, ya que cuentan con más de 120 tanques de batalla T-55, 10 livianos PT-76, 20 vehículos de exploración BRDM-2 y 166 vehículos blindados para transporte de personal BTR-152 y BTR-60. Aproximadamente la mitad de este material se encuentra en depósito y su estado de mantenimiento sería muy precario, considerando las partidas presupuestarias que se dedicarían a tal fin. En 2007 Nicaragua tuvo un presupuesto de Defensa de tan solo 35,4 millones de dólares, lo que representa el 0.7% de su PBI.
Se debe puntualizar que la falta de aviones de combate y los insuficientes helicópteros armados, impiden disponer de capacidad de apoyo aéreo para las operaciones tácticas de elementos blindados, lo que expone una debilidad importante que contrasta con esta marcada superioridad cuantitativa y cualitativa respecto a sus vecinos. El Salvador dispone de 10 vehículos de exploración blindados (AML 90) y 60 vehículos blindados de transporte de personal (M-37 Cashuat y UR-416), mientras que Honduras cuenta con 12 Tanques livianos (Scorpion) y 57 vehículos de exploración blindados (RBY-1 RAMTA, Saladin, Scimitar).
Para defenderse de la significativa amenaza blindada nicaragüense, los vecinos del norte disponen únicamente de antiguos cañones sin retroceso; Honduras 50 M-40 de 106 mm y 120 Carl Gustav de 84 mm y El Salvador 20 M-40A1 de 106mm y 379 M-67 de 90 mm). Complementariamente ambos países disponen de armas antitanque de infantería de muy corto alcance tipo LAW y similares. No cuentan con misiles antitanques de ningún tipo, ni siquiera los de primera generación.
Desde el punto de vista de las operaciones aéreas, el gran número de misiles antiaéreos portátiles que disponen las fuerzas nicaragüenses constituyen un decisivo factor de fortaleza en contra de la potencial amenaza aérea de El Salvador y Honduras y aun cuando se tratare de Colombia, podrían causarle graves dificultades antes de que pudieran conquistar la superioridad aérea. Respecto a las operaciones terrestres, la gran disponibilidad de vehículos blindados de todo tipo, a oruga y a rueda, constituye en sí mismo un importante factor a considerar, al apreciar la capacidad de ejecutar operaciones ofensivas, solo condicionados por graves limitaciones logísticas y de apoyo aéreo. La intervención de Rusia en el escenario caribeño podría materializarse en la asistencia técnica y el suministro de repuestos para el mantenimiento de sistemas de armas de origen ruso operados por estos gobiernos amigos.
Fuentes:
The Military Balance 2006-2007 - International Institute Strategic Studies, Londres, 2007
Retomará Nicaragua negociación sobre cohetes SAM 7 con EEUU - Reuters, 20-08-08
Sep-11-08 - por Ignacio J. Osacar (Coordinador de la Comisión de Defensa del CENM)
La reafirmación de la prolongada negativa de Nicaragua para destruir 1050 misiles portátiles antiaéreos agrega un nuevo elemento a las ya existentes tensiones en el Caribe, que confluyen con la ingerencia de Venezuela y la creciente intervención de Rusia en la región.
Estos misiles -conocidos genéricamente como SAM 7- son conservados desde los años 80 en que el gobierno revolucionario sandinista recibía importante ayuda militar de Cuba, la Unión Soviética y países de Europa oriental. Los EEUU han presionado a Nicaragua en numerosas ocasiones, dada la posibilidad de que por negligencia, en su guarda y custodia, estos sistemas encuentren su camino hacia manos terroristas.
La Argentina, junto a EEUU y Canadá, son los únicos países americanos firmantes del acuerdo de Wassenaar, que intenta controlar la posesión y transferencia de estos sistemas de armas.
Sin embargo, es hoy dudoso el estado de servicio en que se encuentran por su antigüedad, a menos que hubieren recibido el mantenimiento adecuado, lo que implica el reemplazo obligado de algunos de sus componentes por vencimiento, cosa que con certeza se desconoce. Los nicaragüenses poseen los modelos SA 14 Gremlin, SA-16 Grimlet y el SA 7 Grail, los cuales según algunas fuentes, solo estarían operativos un número apenas superior a 200.
Ortega propuso a EEUU, hace un año, canjear 650 misiles por medicinas y equipos médicos de alta tecnología por 32 millones de dólares, quedándose con 400 misiles, los cuales son indispensables para la defensa antiaérea del territorio. La contraoferta norteamericana por apenas 5 millones de dólares fue considerada inaceptable y suficiente para dejar de avanzar en la negociación. En 2004, Nicaragua destruyó unilateralmente como gesto de buena voluntad un lote de 1000 misiles.
"Los SAM 7 son lo único que tenemos para defendernos de un ataque aéreo que eventualmente se le ocurriera a Colombia lanzar contra Nicaragua" desde la isla de San Andrés, afirmó Ortega en un reciente acto militar.
La presencia permanente de buques de guerra colombianos con base en estas islas, a menos de 200 Km de las costas nicaragüenses, es apreciada como una amenaza, en el marco de la antigua controversia que mantienen estos dos países respecto a la delimitación marítima. Las islas también cuentan con una pista de aterrizaje asfaltada de 2300 metros apta para la operación de aviones de combate. Por su lado, Nicaragua dispone para defender sus costas en el Mar Caribe y en el Océano Pacífico de solo 5 patrulleros costeros, de menos de 100 toneladas, clase Dabur israelíes y Zhuk rusos.
A pesar de lo afirmado públicamente en la XXma Cumbre del Grupo Rio, por parte del presidente Uribe ante la pregunta directa del presidente Ortega, de que retiraría la presencia naval en el área, esto no se habría cumplido en los hechos.
El temor a la amenaza aérea colombiana es justificado, ya que este país cuenta con 90 aviones con capacidad para el combate, más de 20 de ellos son reactores de altas prestaciones (Kfir C-7 y Mirage 5), y no menos de 200 helicópteros de todo tipo, mientras que Nicaragua no tiene ningún avión que se pueda considerarse seriamente equipado para el combate y apenas una docena de helicópteros armados.
Concurrentemente, los países vecinos también constituyen una amenaza aérea para justificar la posesión de estos misiles, ya que El Salvador cuenta con 21 aviones con capacidad para el combate, entre ellos 5 reactores (A-37 Dragoonfly) y unos 40 helicópteros y Honduras 18 aviones, de los cuales 8 son reactores de altas prestaciones (F-5 Tiger) y 10 helicópteros. Costa Rica no cuenta con aeronaves con capacidad de combate.
Considerando el hecho de que Nicaragua no cuenta con aviones de combate para la defensa de su espacio aéreo, en un supuesto de que los países vecinos decidieran atacar en forma simultanea y coordinada, con la totalidad de sus medios aéreos, la defensa antiaérea nicaragüense, disparando tan solo la mitad de los SAM 7 de su inventario y con un porcentaje de impactos directos del 20%, lograrían destruir o averiar gravemente a la totalidad del material de vuelo empeñado contra ellos. Para justificar la posesión de tantos misiles hay que elegir por lo tanto un enemigo potencial con suficientes aviones.
Otra herencia desproporcionada de mejores tiempos es el material blindado, ya que cuentan con más de 120 tanques de batalla T-55, 10 livianos PT-76, 20 vehículos de exploración BRDM-2 y 166 vehículos blindados para transporte de personal BTR-152 y BTR-60. Aproximadamente la mitad de este material se encuentra en depósito y su estado de mantenimiento sería muy precario, considerando las partidas presupuestarias que se dedicarían a tal fin. En 2007 Nicaragua tuvo un presupuesto de Defensa de tan solo 35,4 millones de dólares, lo que representa el 0.7% de su PBI.
Se debe puntualizar que la falta de aviones de combate y los insuficientes helicópteros armados, impiden disponer de capacidad de apoyo aéreo para las operaciones tácticas de elementos blindados, lo que expone una debilidad importante que contrasta con esta marcada superioridad cuantitativa y cualitativa respecto a sus vecinos. El Salvador dispone de 10 vehículos de exploración blindados (AML 90) y 60 vehículos blindados de transporte de personal (M-37 Cashuat y UR-416), mientras que Honduras cuenta con 12 Tanques livianos (Scorpion) y 57 vehículos de exploración blindados (RBY-1 RAMTA, Saladin, Scimitar).
Para defenderse de la significativa amenaza blindada nicaragüense, los vecinos del norte disponen únicamente de antiguos cañones sin retroceso; Honduras 50 M-40 de 106 mm y 120 Carl Gustav de 84 mm y El Salvador 20 M-40A1 de 106mm y 379 M-67 de 90 mm). Complementariamente ambos países disponen de armas antitanque de infantería de muy corto alcance tipo LAW y similares. No cuentan con misiles antitanques de ningún tipo, ni siquiera los de primera generación.
Desde el punto de vista de las operaciones aéreas, el gran número de misiles antiaéreos portátiles que disponen las fuerzas nicaragüenses constituyen un decisivo factor de fortaleza en contra de la potencial amenaza aérea de El Salvador y Honduras y aun cuando se tratare de Colombia, podrían causarle graves dificultades antes de que pudieran conquistar la superioridad aérea. Respecto a las operaciones terrestres, la gran disponibilidad de vehículos blindados de todo tipo, a oruga y a rueda, constituye en sí mismo un importante factor a considerar, al apreciar la capacidad de ejecutar operaciones ofensivas, solo condicionados por graves limitaciones logísticas y de apoyo aéreo. La intervención de Rusia en el escenario caribeño podría materializarse en la asistencia técnica y el suministro de repuestos para el mantenimiento de sistemas de armas de origen ruso operados por estos gobiernos amigos.
Fuentes:
The Military Balance 2006-2007 - International Institute Strategic Studies, Londres, 2007
Retomará Nicaragua negociación sobre cohetes SAM 7 con EEUU - Reuters, 20-08-08