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Area Militar General
Malvinas 1982
Malvinas hoy: Estado Vs. Corporación y la provisión de la defensa
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<blockquote data-quote="Pablo01" data-source="post: 928637" data-attributes="member: 4259"><p>Dado el envejecimiento del parque militar propio, el regreso a un escenario bélico simétrico no aparece como la postura más racional ni aconsejable en lo inmediato en la región. El alerta o distracción del Premier Británico sobre regreso al conflicto pasado, emitido antes de enviar medios de investigación y/o extracción de petróleo a Malvinas, la empresa británica Desire Petroleum, asociada con la americana Diamond Drilling dueña de la plataforma Ocean Guardian, sólo aparece como intención política. Es conveniente agregar que por el lado británico ya quedó claro que las distancias del escenario</p><p>a sus bases operativas y de aprovisionamiento son altamente desfavorables y que el conflicto de 1982 fue “no picnic” (14). Resumiendo, y para definir racionalmente la situación planteada, el conflicto armado no debería figurar aún en la agenda de ninguno de los dos Estados.</p><p></p><p>En 1995, el Instituto Internacional de Derecho Humanitario editó el Manual de San Remo aplicable a los conflictos armados en el mar. Por su proximidad en el calendario algunas de sus conclusiones estaban referidas al conflicto de Malvinas. En el párrafo 160 referido a la “Red Cross Box”, una zona neutral acordada por ambas naciones en conflicto no prevista en la Segunda Convención de Ginebra, con un radio de 20 millas náuticas y que se ideó y</p><p>empleó para el intercambio de heridos entre las partes. Por razones humanitarias, el Manual propone a futuro el empleo de esta medida ejemplar (15).</p><p></p><p>Dos Estados-Nación, la Argentina y Gran Bretaña, que en pleno conflicto del tipo siglo XX pudieron establecer acuerdos humanitarios considerados ejemplares por los expertos en el rubro al momento, deberían poder llegar al diálogo racional necesario para poner fin a un conflicto más que centenario de modo de obtener ambos un beneficio comercial consensuado acorde con la realidad global y lejos del juego político estatal. </p><p></p><p>El rol soberano de los Estados no prevé árbitros en las cuestiones territoriales, como pudimos ver en el seminario sobre “La trascendencia de la ampliación del límite exterior de la plataforma continental”, que se dictó durante el año pasado en el Centro Naval y donde aportaron ideas expositores de todas las entidades que hacen al ámbito nacional marítimo. En el evento quedó en evidencia que el trabajo realizado por el país hasta hoy en el área representó un gran esfuerzo, pero que lo que queda aún pendiente puede representar uno mucho mayor.</p><p></p><p>Como conclusión de lo actuado en esas jornadas dijimos: […] la ausencia nacional en nuestro extenso territorio marítimo permite la operación en él de otros actores, ya de diferentes naciones, ya de empresas comerciales ajenas a nuestro patrimonio. La falta de buques y unidades navales en el espacio también atenta contra la soberanía. Hoy, para la Unión Europea, según el Anexo II del acuerdo de Lisboa, las Malvinas formarán parte de su región ultra periférica […] (16). </p><p></p><p>Esa situación, en la que una organización trasnacional toma abiertamente partido en un diferendo entre Estados soberanos es riesgosa y no sólo para los intereses nacionales. En el posible mundo futuro que vislumbramos, las naciones, como lo han hecho a lo largo de la historia, van a intentar mantener un sistema orgánico internacinal estable asegurando normas de control hoy afectadas en las relaciones globales. La respuesta va a estar</p><p>en el cambio racional y oportuno o en la readaptación de los paradigmas vigentes para poder operar dentro de la volatilidad de la crisis y el caos vigentes en las situaciones de alta entropía, como la que vivimos, que provocan siempre un desorden generalizado.</p><p></p><p>Dentro de este contexto, Malvinas puede ser sólo un conflicto más. Nuestro caso no debería ser diferente al de otros; al igual que Hobsbaw se lo puede definir como un conflicto viejo en un escenario nuevo en estado crítico. Un conflicto que por ahora se establece y desarrolla apoyado por intereses comerciales de una parte que generan una respuesta diplomática de la otra.</p><p></p><p>Comparemos. En 1982 las islas estaban ocupadas por Gran Bretaña, la Argentina las recuperó, Gran Bretaña envió una Fuerza Expedicionaria y se configuró un conflicto armado convencional simétrico por cuyo resultado la Argentina debió retirar sus tropas y devolver el terreno previamente ocupado. Hoy las Islas están ocupadas por Gran Bretaña y ambas partes presentarán sus requerimientos, superpuestos, de plataforma submarina extendida a</p><p>las Naciones Unidas. Unilateralmente Gran Bretaña rompió el statu quo al enviar una empresa (corporación) para iniciar la extracción de petróleo en áreas discutidas al Norte de Malvinas, con una capacidad de producción estimada en 30.000 millones de barriles del recurso, sin establecer el racional consenso previo entre las partes en un área de litigio. La diferencia es importante: en 1982 el reto fue argentino, hoy es británico.</p><p></p><p>A fin del corriente año, como se ve en el gráfico, Repsol-YPF prevé iniciar</p><p>exploración en el Océano Atlántico Sur a unas 160 millas náuticas de</p><p>Tierra del Fuego hasta una distancia de alrededor de 200 millas náuticas</p><p>del sudoeste de Malvinas. La zona de litigio del tipo Corporación-Estado</p><p>es similar a la históricamente definida y denominada Zona de Exclusión</p><p>por los británicos en el conflicto de 1982. Estos hechos concretos sólo</p><p>dejan por determinar el tipo de conflicto gestado y los medios a emplear.</p><p>Como corresponde en estos casos, el primer paso ya fue dado; la Argentina</p><p>inició sus reclamos diplomáticos ante Gran Bretaña y ante los Estados Unidos (por la nacionalidad de la Empresa Diamond Drilling), situación de la que informará a las Naciones Unidas y que, por los antecedentes históricos citados, debería llegar al Consejo de Seguridad. Mientras tanto Mr. Brown hace tiempo y distrae en un clima preelectoral que no aparece como muy favorable para su futuro. </p><p></p><p><img src="http://a.imageshack.us/img819/7684/dibujowe.png" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></p><p></p><p>Juan A. Lanús en “Una buena medida en el vacío” dice con respecto al tema […] En un acto de autoridad que celebro, la Presidenta, por decreto del 16 de febrero, impuso a todo buque que transite entre puertos argentinos y las Malvinas o atraviese aguas jurisdiccionales la obligación de solicitar una autorización previa a las autoridades nacionales […].</p><p></p><p>Más adelante se pregunta: […] A dónde estarán nuestros barcos y aviones para controlar el espacio oceánico que nos une a las Islas Malvinas […] (17).</p><p></p><p>Al comenzar destacamos nuestra opinión acerca de la baja posibilidad de un enfrentamiento militar simétrico en el caso; sin embargo usurpar recursos ajenos no debería dejar de lado, en su análisis del escenario global de hoy, la posibilidad de una respuesta de baja intensidad asimétrica por parte del agredido. Es bueno recordar en las Guerras Púnicas al romano Fabio,</p><p>que con fuerzas militares reducidas limitó el avance invasor del cartaginés Aníbal impidiéndole alcanzar su objetivo: Roma. […] La estrategia de Fabio no fue meramente una evasión de la batalla para ganar tiempo, sino calculada por su efecto en la moral de la tropa enemiga […] (18).</p><p></p><p>Resumiendo, creemos que la respuesta más racional y adecuada al reto puede ser el acuerdo comercial previo a la iniciación de operaciones, donde quien inicia las acciones no debería dejar de lado la posible escalada del conflicto en dirección de posibles acciones militares asimétricas que podría generar su decisión. Como se dijo, todo acuerdo territorial entre Estados-Nación puede resultar difícil en el área política, pero tal vez no tanto en el área comercial donde la propuesta se pueda llevar al contexto de las Corporaciones-Nación y Estados. Un acuerdo comercial entre las partes que haga a la explotación conjunta de recursos y a una definición futura del conflicto tal vez pueda lograr lo que no se logró en más de un siglo con otras alternativas.</p><p></p><p>Constantino, en el siglo III d.C. logró superar la crisis política de la Tetrarquía en el gobierno y dar mayor desarrollo al Imperio de Oriente con la construcción de Constantinopla, su Nueva Roma. La introducción de un importante cambio de paradigma, como fue el aceptar la libertad de cultos que permitió al cristianismo incorporarse libremente a la sociedad, pudo salvar al Imperio de un colapso seguro. Con ese cambio oportuno, Constantinopla y</p><p>el Imperio de Oriente sobrevivieron 1.000 años luego de la caída de Roma.</p><p>Los cambios en el paradigma que parecen mostrar la alteración de las estructuras sociales y comerciales del mundo de hoy siempre pueden jaquear algún concepto soberano o adecuarlo a una situación más liberal vigente y esa nueva postura global debe ser tenida especialmente en cuenta. Así ocurrió repetidamente en la historia universal cada vez que el nivel de ilustración del hombre lo llevó a obviar esquemas alejados de lo racional obligando a la libertad y a la necesidad a buscar el justo equilibrio.</p><p>[…] Una sociedad en que la libertad bajo leyes externas se encuentra unida, en el mayor grado posible, con un poder irresistible, es decir, en que impere una constitución civil perfectamente justa, constituye la tarea suprema que la naturaleza ha asignado a la especie humana […] (19).</p><p></p><p>Toda situación que genere u ofrezca situaciones estratégicas favorables debe ser aprovechada para alcanzar el objetivo propio. El conflicto en el Atlántico Sur, que para el Almirante Storni ya configuraba un serio problema estratégico, no pudo ser solucionado por años dentro de los parámetros del Tratado de Westfalia (definición por suma cero) y ha costado ya muchas vidas. Lo que hasta hoy no pudo arreglar el esquema estatal puro, tal vez lo</p><p>pueda solucionar el corporativo (definición por suma variable) o una síntesis entre ambas posturas donde no puede quedar excluido el riesgo de una eventual escalada militar en la configuración del empleo asimétrico de los medios.</p><p></p><p>Vale la pena intentar un acuerdo buscando la mediación de los Estados rectores, en particular de los Estados Unidos a nivel global y del Brasil en el área de operaciones, previo a cualquier otra medida. La no del todo esperada visita de Hillary Clinton al país para ofrecer la mediación de su Estado y el apoyo latinoamericano logrado recientemente se pueden calificar como un buen comienzo. La adecuada y contribuyente provisión a la Defensa Nacional puede elevar significativamente el riesgo de la operación al agresor y el costo operativo de la extracción del crudo (seguros operacionales y eventual desplazamiento de medios militares) quitándole expectativas</p><p>económicas y políticas a la propuesta, en particular a la corporación que recibirá el mismo mensaje de Fabio citado arriba.</p><p></p><p>Los cambios de paradigma, cuando son oportunos, son siempre la esperanza de una nueva aurora, de un paradigma mejor. […] La dialéctica para encontrar, por enfrentamiento de las posturas existentes, la mejor actitud consensuada, puede ser la mejor solución […] (20).</p><p></p><p>La usurpación del siglo XIX, en la geopolítica de la navegación a vela, puede terminar racionalmente transformada en un arrendamiento temporario o una explotación consensuada y retribuida dentro del contexto del nuevo paradigma global y de la tecnología corporativa del siglo XXI. Dos son las opciones en vista: (i) la del viejo paradigma westfaliano en búsqueda de la</p><p>posesión soberana con la amenaza del enfrentamiento armado para la que se debe proveer a la defensa y (ii) la de las corporaciones-nación, en búsqueda de la obtención de utilidades dentro de la variable comercial para la que conviene proveer a la defensa. Muchos Estados globales, algunos vecinos, ya entraron en este esquema de consenso comercial con un éxito destacable. Sepamos elegir, nuestro bienestar en este mundo puede depender de ello. </p><p></p><p>** <em>El Contraalmirante (R)</em></p><p><em>Carlos A. Frasch es Presidente</em></p><p><em>del Centro Naval.</em></p><p><em>Fue Comandante de Operaciones,</em></p><p><em>1993-1994; Presidente del Instituto</em></p><p><em>de Ayuda Financiera, 1999-2003.</em></p><p><em>Participó como experto naval, invitado</em></p><p><em>por el Comité Internacional de</em></p><p><em>la Cruz Roja, en la confección del</em></p><p><em>Manual de San Remo, sobre el DIH</em></p><p><em>aplicable a los Conflictos Armados</em></p><p><em>en el Mar — 1992, Ottawa; 1993,</em></p><p><em>Ginebra y 1994, Livorno.</em></p><p><em>Es profesor de Análisis Estratégico</em></p><p><em>y Taller Multidisciplinario en la</em></p><p><em>Maestría de Relaciones Internacionales</em></p><p><em>que dicta la Facultad de</em></p><p><em>Derecho de la Universidad de Buenos</em></p><p><em>Aires.</em></p><p></p><p>(1)</p><p>Segundo R. Storni, Intereses</p><p>Argentinos en el Mar, IPN, Centro</p><p>Naval, 1962, pág. 42.</p><p></p><p>(2)</p><p>Eric Hobsbawm, Nations and</p><p>Nationalism since 1780, Cambridge</p><p>U.P, Great Britain,</p><p>1990, pág. 170.</p><p></p><p>(3)</p><p>Cerlos A. Naveira, “Malvinas,</p><p>Crisis Energética y Petróleo”,</p><p>Boletín Centro Naval Nº 824,</p><p>Buenos Aires, 2009, pág. 143.</p><p></p><p>(4)</p><p>Thomas Kuhn, La estructura de</p><p>las revoluciones científicas,</p><p>Fondo de Cultura Económica,</p><p>México, 2007, pág. 176</p><p></p><p>(5)</p><p>Preámbulo de la Carta de las</p><p>Naciones Unidas, San Francisco,</p><p>26 de junio de 1945.</p><p></p><p>(6)</p><p>Sir Thomas More, Utopía,</p><p>Dover Pub. New York, 1997,</p><p>pág. 28.</p><p></p><p>(7)</p><p>Carlos Frasch, La decisión en el</p><p>caos, IPN, ITBA, Buenos Aires,</p><p>2006, pág. 138.</p><p></p><p>(8)</p><p>Inmanuel Kant, Hacia la paz</p><p>perpetua, ladosur, Buenos</p><p>Aires, 2004, pág. 42, “El derecho</p><p>de gentes debe fundarse en</p><p>una Federación de Estados</p><p>libres”. Segundo artículo definitivo</p><p>para la Paz Perpetua.</p><p></p><p>(9)</p><p>David Hume, An enquiry concerning</p><p>human understanding, Cambridge,</p><p>England, 1993, pág. 55.</p><p></p><p>(10)</p><p>David Hume, Ibíd, pág. 63.</p><p></p><p>(11)</p><p>E. Herriot, Précis de l’Histoire</p><p>des Lettres Francaises, E. Cornelly</p><p>editeurs, Paris, pág. 605.</p><p></p><p>(12)</p><p>Eric Hobsbawm, ibid pág. 182.</p><p></p><p>(13)</p><p><a href="http://www.ecoportal.net/content/">http://www.ecoportal.net/content/</a></p><p>view/full/48488 pág. 4 de 7.</p><p></p><p>(14)</p><p>Julián Thompson, No picnic,</p><p>Título.</p><p></p><p>(15)</p><p>San Remo Manual on International</p><p>law applicable to armed</p><p>conflicts at sea, Red Cross Box,</p><p>Cambridge University Press,</p><p>pág. 223.</p><p></p><p>(16)</p><p>Comisión Directiva Centro</p><p>Naval, Trascendencia de la</p><p>Ampliación del límite Exterior de</p><p>la Plataforma Continental,</p><p>Boletín del Centro Naval Nº</p><p>825, pág. 224.</p><p></p><p>(17)</p><p>Juan Archibaldo Lanús, embajador</p><p>de la República Argentina</p><p>en Francia (1994 a 2000 y</p><p>2002 a 2006).</p><p></p><p>(18)</p><p>Basil Lidell Hart, Strategy, Praeger,</p><p>New York, 1954, pág. 46.</p><p></p><p>(19)</p><p>Inmanuel Kant, Hacia la paz</p><p>perpetua, ladosur, Buenos</p><p>Aires, 2004, pág. 16.</p><p>(20)</p><p>Carlos Frasch, La decisión en</p><p>el caos, ITBA, IPN, Buenos</p><p>Aires, Argentina, pág. 152.</p><p></p><p>ARTICULO EXTRAIDO DEL BOLETIN DEL CENTRO NAVAL</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Pablo01, post: 928637, member: 4259"] Dado el envejecimiento del parque militar propio, el regreso a un escenario bélico simétrico no aparece como la postura más racional ni aconsejable en lo inmediato en la región. El alerta o distracción del Premier Británico sobre regreso al conflicto pasado, emitido antes de enviar medios de investigación y/o extracción de petróleo a Malvinas, la empresa británica Desire Petroleum, asociada con la americana Diamond Drilling dueña de la plataforma Ocean Guardian, sólo aparece como intención política. Es conveniente agregar que por el lado británico ya quedó claro que las distancias del escenario a sus bases operativas y de aprovisionamiento son altamente desfavorables y que el conflicto de 1982 fue “no picnic” (14). Resumiendo, y para definir racionalmente la situación planteada, el conflicto armado no debería figurar aún en la agenda de ninguno de los dos Estados. En 1995, el Instituto Internacional de Derecho Humanitario editó el Manual de San Remo aplicable a los conflictos armados en el mar. Por su proximidad en el calendario algunas de sus conclusiones estaban referidas al conflicto de Malvinas. En el párrafo 160 referido a la “Red Cross Box”, una zona neutral acordada por ambas naciones en conflicto no prevista en la Segunda Convención de Ginebra, con un radio de 20 millas náuticas y que se ideó y empleó para el intercambio de heridos entre las partes. Por razones humanitarias, el Manual propone a futuro el empleo de esta medida ejemplar (15). Dos Estados-Nación, la Argentina y Gran Bretaña, que en pleno conflicto del tipo siglo XX pudieron establecer acuerdos humanitarios considerados ejemplares por los expertos en el rubro al momento, deberían poder llegar al diálogo racional necesario para poner fin a un conflicto más que centenario de modo de obtener ambos un beneficio comercial consensuado acorde con la realidad global y lejos del juego político estatal. El rol soberano de los Estados no prevé árbitros en las cuestiones territoriales, como pudimos ver en el seminario sobre “La trascendencia de la ampliación del límite exterior de la plataforma continental”, que se dictó durante el año pasado en el Centro Naval y donde aportaron ideas expositores de todas las entidades que hacen al ámbito nacional marítimo. En el evento quedó en evidencia que el trabajo realizado por el país hasta hoy en el área representó un gran esfuerzo, pero que lo que queda aún pendiente puede representar uno mucho mayor. Como conclusión de lo actuado en esas jornadas dijimos: […] la ausencia nacional en nuestro extenso territorio marítimo permite la operación en él de otros actores, ya de diferentes naciones, ya de empresas comerciales ajenas a nuestro patrimonio. La falta de buques y unidades navales en el espacio también atenta contra la soberanía. Hoy, para la Unión Europea, según el Anexo II del acuerdo de Lisboa, las Malvinas formarán parte de su región ultra periférica […] (16). Esa situación, en la que una organización trasnacional toma abiertamente partido en un diferendo entre Estados soberanos es riesgosa y no sólo para los intereses nacionales. En el posible mundo futuro que vislumbramos, las naciones, como lo han hecho a lo largo de la historia, van a intentar mantener un sistema orgánico internacinal estable asegurando normas de control hoy afectadas en las relaciones globales. La respuesta va a estar en el cambio racional y oportuno o en la readaptación de los paradigmas vigentes para poder operar dentro de la volatilidad de la crisis y el caos vigentes en las situaciones de alta entropía, como la que vivimos, que provocan siempre un desorden generalizado. Dentro de este contexto, Malvinas puede ser sólo un conflicto más. Nuestro caso no debería ser diferente al de otros; al igual que Hobsbaw se lo puede definir como un conflicto viejo en un escenario nuevo en estado crítico. Un conflicto que por ahora se establece y desarrolla apoyado por intereses comerciales de una parte que generan una respuesta diplomática de la otra. Comparemos. En 1982 las islas estaban ocupadas por Gran Bretaña, la Argentina las recuperó, Gran Bretaña envió una Fuerza Expedicionaria y se configuró un conflicto armado convencional simétrico por cuyo resultado la Argentina debió retirar sus tropas y devolver el terreno previamente ocupado. Hoy las Islas están ocupadas por Gran Bretaña y ambas partes presentarán sus requerimientos, superpuestos, de plataforma submarina extendida a las Naciones Unidas. Unilateralmente Gran Bretaña rompió el statu quo al enviar una empresa (corporación) para iniciar la extracción de petróleo en áreas discutidas al Norte de Malvinas, con una capacidad de producción estimada en 30.000 millones de barriles del recurso, sin establecer el racional consenso previo entre las partes en un área de litigio. La diferencia es importante: en 1982 el reto fue argentino, hoy es británico. A fin del corriente año, como se ve en el gráfico, Repsol-YPF prevé iniciar exploración en el Océano Atlántico Sur a unas 160 millas náuticas de Tierra del Fuego hasta una distancia de alrededor de 200 millas náuticas del sudoeste de Malvinas. La zona de litigio del tipo Corporación-Estado es similar a la históricamente definida y denominada Zona de Exclusión por los británicos en el conflicto de 1982. Estos hechos concretos sólo dejan por determinar el tipo de conflicto gestado y los medios a emplear. Como corresponde en estos casos, el primer paso ya fue dado; la Argentina inició sus reclamos diplomáticos ante Gran Bretaña y ante los Estados Unidos (por la nacionalidad de la Empresa Diamond Drilling), situación de la que informará a las Naciones Unidas y que, por los antecedentes históricos citados, debería llegar al Consejo de Seguridad. Mientras tanto Mr. Brown hace tiempo y distrae en un clima preelectoral que no aparece como muy favorable para su futuro. [IMG]http://a.imageshack.us/img819/7684/dibujowe.png[/IMG] Juan A. Lanús en “Una buena medida en el vacío” dice con respecto al tema […] En un acto de autoridad que celebro, la Presidenta, por decreto del 16 de febrero, impuso a todo buque que transite entre puertos argentinos y las Malvinas o atraviese aguas jurisdiccionales la obligación de solicitar una autorización previa a las autoridades nacionales […]. Más adelante se pregunta: […] A dónde estarán nuestros barcos y aviones para controlar el espacio oceánico que nos une a las Islas Malvinas […] (17). Al comenzar destacamos nuestra opinión acerca de la baja posibilidad de un enfrentamiento militar simétrico en el caso; sin embargo usurpar recursos ajenos no debería dejar de lado, en su análisis del escenario global de hoy, la posibilidad de una respuesta de baja intensidad asimétrica por parte del agredido. Es bueno recordar en las Guerras Púnicas al romano Fabio, que con fuerzas militares reducidas limitó el avance invasor del cartaginés Aníbal impidiéndole alcanzar su objetivo: Roma. […] La estrategia de Fabio no fue meramente una evasión de la batalla para ganar tiempo, sino calculada por su efecto en la moral de la tropa enemiga […] (18). Resumiendo, creemos que la respuesta más racional y adecuada al reto puede ser el acuerdo comercial previo a la iniciación de operaciones, donde quien inicia las acciones no debería dejar de lado la posible escalada del conflicto en dirección de posibles acciones militares asimétricas que podría generar su decisión. Como se dijo, todo acuerdo territorial entre Estados-Nación puede resultar difícil en el área política, pero tal vez no tanto en el área comercial donde la propuesta se pueda llevar al contexto de las Corporaciones-Nación y Estados. Un acuerdo comercial entre las partes que haga a la explotación conjunta de recursos y a una definición futura del conflicto tal vez pueda lograr lo que no se logró en más de un siglo con otras alternativas. Constantino, en el siglo III d.C. logró superar la crisis política de la Tetrarquía en el gobierno y dar mayor desarrollo al Imperio de Oriente con la construcción de Constantinopla, su Nueva Roma. La introducción de un importante cambio de paradigma, como fue el aceptar la libertad de cultos que permitió al cristianismo incorporarse libremente a la sociedad, pudo salvar al Imperio de un colapso seguro. Con ese cambio oportuno, Constantinopla y el Imperio de Oriente sobrevivieron 1.000 años luego de la caída de Roma. Los cambios en el paradigma que parecen mostrar la alteración de las estructuras sociales y comerciales del mundo de hoy siempre pueden jaquear algún concepto soberano o adecuarlo a una situación más liberal vigente y esa nueva postura global debe ser tenida especialmente en cuenta. Así ocurrió repetidamente en la historia universal cada vez que el nivel de ilustración del hombre lo llevó a obviar esquemas alejados de lo racional obligando a la libertad y a la necesidad a buscar el justo equilibrio. […] Una sociedad en que la libertad bajo leyes externas se encuentra unida, en el mayor grado posible, con un poder irresistible, es decir, en que impere una constitución civil perfectamente justa, constituye la tarea suprema que la naturaleza ha asignado a la especie humana […] (19). Toda situación que genere u ofrezca situaciones estratégicas favorables debe ser aprovechada para alcanzar el objetivo propio. El conflicto en el Atlántico Sur, que para el Almirante Storni ya configuraba un serio problema estratégico, no pudo ser solucionado por años dentro de los parámetros del Tratado de Westfalia (definición por suma cero) y ha costado ya muchas vidas. Lo que hasta hoy no pudo arreglar el esquema estatal puro, tal vez lo pueda solucionar el corporativo (definición por suma variable) o una síntesis entre ambas posturas donde no puede quedar excluido el riesgo de una eventual escalada militar en la configuración del empleo asimétrico de los medios. Vale la pena intentar un acuerdo buscando la mediación de los Estados rectores, en particular de los Estados Unidos a nivel global y del Brasil en el área de operaciones, previo a cualquier otra medida. La no del todo esperada visita de Hillary Clinton al país para ofrecer la mediación de su Estado y el apoyo latinoamericano logrado recientemente se pueden calificar como un buen comienzo. La adecuada y contribuyente provisión a la Defensa Nacional puede elevar significativamente el riesgo de la operación al agresor y el costo operativo de la extracción del crudo (seguros operacionales y eventual desplazamiento de medios militares) quitándole expectativas económicas y políticas a la propuesta, en particular a la corporación que recibirá el mismo mensaje de Fabio citado arriba. Los cambios de paradigma, cuando son oportunos, son siempre la esperanza de una nueva aurora, de un paradigma mejor. […] La dialéctica para encontrar, por enfrentamiento de las posturas existentes, la mejor actitud consensuada, puede ser la mejor solución […] (20). La usurpación del siglo XIX, en la geopolítica de la navegación a vela, puede terminar racionalmente transformada en un arrendamiento temporario o una explotación consensuada y retribuida dentro del contexto del nuevo paradigma global y de la tecnología corporativa del siglo XXI. Dos son las opciones en vista: (i) la del viejo paradigma westfaliano en búsqueda de la posesión soberana con la amenaza del enfrentamiento armado para la que se debe proveer a la defensa y (ii) la de las corporaciones-nación, en búsqueda de la obtención de utilidades dentro de la variable comercial para la que conviene proveer a la defensa. Muchos Estados globales, algunos vecinos, ya entraron en este esquema de consenso comercial con un éxito destacable. Sepamos elegir, nuestro bienestar en este mundo puede depender de ello. ** [I]El Contraalmirante (R) Carlos A. Frasch es Presidente del Centro Naval. Fue Comandante de Operaciones, 1993-1994; Presidente del Instituto de Ayuda Financiera, 1999-2003. Participó como experto naval, invitado por el Comité Internacional de la Cruz Roja, en la confección del Manual de San Remo, sobre el DIH aplicable a los Conflictos Armados en el Mar — 1992, Ottawa; 1993, Ginebra y 1994, Livorno. Es profesor de Análisis Estratégico y Taller Multidisciplinario en la Maestría de Relaciones Internacionales que dicta la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.[/I] (1) Segundo R. Storni, Intereses Argentinos en el Mar, IPN, Centro Naval, 1962, pág. 42. (2) Eric Hobsbawm, Nations and Nationalism since 1780, Cambridge U.P, Great Britain, 1990, pág. 170. (3) Cerlos A. Naveira, “Malvinas, Crisis Energética y Petróleo”, Boletín Centro Naval Nº 824, Buenos Aires, 2009, pág. 143. (4) Thomas Kuhn, La estructura de las revoluciones científicas, Fondo de Cultura Económica, México, 2007, pág. 176 (5) Preámbulo de la Carta de las Naciones Unidas, San Francisco, 26 de junio de 1945. (6) Sir Thomas More, Utopía, Dover Pub. New York, 1997, pág. 28. (7) Carlos Frasch, La decisión en el caos, IPN, ITBA, Buenos Aires, 2006, pág. 138. (8) Inmanuel Kant, Hacia la paz perpetua, ladosur, Buenos Aires, 2004, pág. 42, “El derecho de gentes debe fundarse en una Federación de Estados libres”. Segundo artículo definitivo para la Paz Perpetua. (9) David Hume, An enquiry concerning human understanding, Cambridge, England, 1993, pág. 55. (10) David Hume, Ibíd, pág. 63. (11) E. Herriot, Précis de l’Histoire des Lettres Francaises, E. Cornelly editeurs, Paris, pág. 605. (12) Eric Hobsbawm, ibid pág. 182. (13) [url]http://www.ecoportal.net/content/[/url] view/full/48488 pág. 4 de 7. (14) Julián Thompson, No picnic, Título. (15) San Remo Manual on International law applicable to armed conflicts at sea, Red Cross Box, Cambridge University Press, pág. 223. (16) Comisión Directiva Centro Naval, Trascendencia de la Ampliación del límite Exterior de la Plataforma Continental, Boletín del Centro Naval Nº 825, pág. 224. (17) Juan Archibaldo Lanús, embajador de la República Argentina en Francia (1994 a 2000 y 2002 a 2006). (18) Basil Lidell Hart, Strategy, Praeger, New York, 1954, pág. 46. (19) Inmanuel Kant, Hacia la paz perpetua, ladosur, Buenos Aires, 2004, pág. 16. (20) Carlos Frasch, La decisión en el caos, ITBA, IPN, Buenos Aires, Argentina, pág. 152. ARTICULO EXTRAIDO DEL BOLETIN DEL CENTRO NAVAL [/QUOTE]
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