No es seguro volar aviones militares argentinos
Desde que se cayó un Learjet 25 de la FAA en Bolivia, se ha desatado una gran crisis de seguridad aérea en las aeronaves militares argentinas, agravada aún más con la caída de otras dos aeronaves militares: Un Grumman OV-1D de la Aviación de Ejército argentino y un Dassault Mirage IIIEA de la FAA
A pesar de ello, el mismo gobierno aún no ha admitido que existen serias deficiencias en los aviones militares. Debemos recordar que durante estos últimos cuatro años de gestión presidencial se produjeron 15 accidentes, costando la vida a siete militares.
A raíz de ello, el Ministerio de Defensa encargó a la Universidad Nacional de La Plata una investigación para saber el estado real de las aeronaves de la Fuerzas Armadas argentinas. La conclusión del mismo es que no se alcanzaría la condición de aeronavegabilidad de estos aviones.
En el encabezado del informe, el coordinador de la Facultad de Ingeniería, ingeniero aeronáutico Alejandro Pesarini, define al Ministerio de Defensa el significado de la palabra aeronavegabilidad: “Representa la aptitud técnica y legal que debe tener una aeronave para volar en el aire en condiciones de operación segura”. Tras varios meses de trabajo, los ingenieros aeronauticos elaboraron un informe preliminar cuyo resultado se mantuvo lejos de la prensa como si su divulgación fuera a vulnerar el secreto militar.
La tarea se centralizó, en primer lugar, en los tres talleres de reparación y mantenimiento que poseen las tres FFAA para sus aviones: La Ira Brigada Aérea de la Fuerza Aérea ubicada en El Palomar; el Taller Aeronaval Central de la Armada, en Bahía Blanca; y el Batallón de Abastecimiento y Mantenimiento de Aeronaves 601 del Ejército Argentino, en Campo de Mayo.
Entre las objeciones más preocupantes a las que accedió la prensa se pueden citar: “Los elementos para realizar mediciones, así como instrumentos (torquímetros, manómetros, calibres, micrómetros, etc.) no cuentan con un adecuado control de calibración; Se evidenció falta de recursos económicos necesarios para el correcto funcionamiento de la entidad mantenimiento; también, se evidenció que en forma sistemática se han diferido ítems de mantenimiento por falta de equipamiento; se evidenciaron elementos instalados en aeronaves en servicio vencidos por vida límite”
Fuente: Avion Revue nro. 91