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Futuro de las Fuerzas Aéreas
Northrop Grumman B-21 Raider, el Futuro Bombardero Furtivo de la USAF
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<blockquote data-quote="Grulla" data-source="post: 1798230" data-attributes="member: 5064"><p><strong><span style="font-size: 22px">Opinión: La Experiencia en la Furtividad y la Integración son Ventajas a Favor del Northrop Grumman en el LRS-B </span></strong></p><p><strong></strong></p><p><strong><em>Robert Haffa | Aviation Week & Space Tecnology</em></strong></p><p></p><p>La Fuerza Aérea de Estados Unidos pronto seleccionará un contratista principal para desarrollar y construir su bombardero furtivo de ataque de largo alcance(LRS-B), un avión crítico para asegurar la capacidad de la nación para proyectar su poder militar en cualquier momento y en cualquier lugar. En la superficie, los analistas de la industria han caracterizado a la competencia entre el equipo de Boeing-Lockheed Martin y el liderado por Northrop Grumman como un cara o cruz. Sin embargo, una inmersión más profunda en los requisitos de la Fuerza Aérea y las capacidades de los equipos establece a Northrop Grumman como un gran favorito para producir el LRS-B. He aquí por qué:</p><p></p><p><strong>La capacidad de enfocar y priorizar. </strong>Debido a los errores que caracterizan a la adquisición de los aviones de combate F-35 y los cisternas KC-46, la Fuerza Aérea tiene que tener la seguridad de un contratista principal dispuesto a apoyar, centrar su atención y sus recursos en el nuevo bombardero. Sin embargo, el equipo de Boeing/Lockheed Martin se siente abrumado con tratar de arreglar otros programas prioritarios de la Fuerza Aérea. Boeing encuentra su negocio militar distraído por un sorprendentemente dificultoso programa por un nuevo reabastecedor en vuelo, mientras que Lockheed Martin es consumido por los retrasos y rendimiento deficiente del F-35. En consecuencia, el desarrollo del LRS-B sería visto como una prioridad más baja para el equipo de Boeing-Lockheed cuando el KC-46 y el F-35 ya están en sus fases de producción, para finalmente generar ganancias.</p><p></p><p></p><p></p><p>La historia reciente apoya esta afirmación. Cuando el empuje de la fuerza aérea para más F-22 amenazando los ingresos para el F-35, el apoyo de Lockheed Martin para el F-22 se evapora rápidamente. Del mismo modo, es improbable que Lockheed renunciaría a algunos F-35 o Boeing frenaría la línea KC-46 para mantener en pista al LRS-B, haciendo del LRS-B una moneda de cambio para esos programas en problemas. Por el contrario, Northrop Grumman se centrara en el bombardero y se posicionara para entregarlo a tiempo y dentro del presupuesto.</p><p></p><p><strong>La experiencia relevante necesaria para entregar.</strong> El jefe de adquisiciones de la Fuerza Aérea, testificó ante el Congreso que el limite en el costo de cada bombardero, previamente establecido en US$ 550 millones de dólares por avión, a valor del 2010, se conservará en esta competición. Northrop Grumman es la única empresa con experiencia en desarrollar, construir, desplegar y mantener un bombardero furtivo de ataque de largo alcance, el B-2. Esa experiencia de reducir los costos de mantenimiento, que pueden sumar hasta el 80% del coste del ciclo de vida de un sistema de armas, se ha traducido en que el B-2 cuesta menos por aeronave que otros grandes aviones de la flota de la Fuerza Aérea de tamaño similar. Mantener un B-2 por menos que un RC-135? La experiencia de Northrop lo permite. Por el contrario, aunque el equipo de Boeing / Lockheed promocionara su experiencia en la construcción de grandes aviones comerciales y aviones de combate, la producción y el mantenimiento de un bombardero avanzado es una empresa complicada que exige un liderazgo relevante y talento de ingeniería. Asuntos de desempeño en el pasado. La construcción de un B-2 es una tarea mucho más compleja que la modificación de un avión comercial en un cisterna, pero Boeing todavía está luchando para entregar el KC-46 una década después de iniciar el desarrollo.</p><p></p><p><strong>La capacidad de integrar furtividad en los subsistemas.</strong> La USAF entiende que el sigilo es una combinación de tecnología y tácticas, llamando a la integración de los subsistemas que mejoran la baja observabilidad de la aeronave. Aquí Northrop brilla con sus credenciales de subsistemas de furtividad. Cuando Lockheed necesitaba este tipo de sistemas, se dirigio a Northrop Grumman para el radar furtivo en los F-22 y F-35, los sistemas de comunicaciones y de navegación del F-35 , los enlaces de comunicaciones furtivos para los dos cazas, y los sensores infrarrojos, y el fuselaje central con su entradas de aire furtivas. El Departamento de Defensa también impulsará una variante no tripulado del LRS-B; La experiencia de Northrop Grumman con el Global Hawk de la Fuerza Aérea y el UCAV X-47B de la US Navy lo sitúa muy por delante de la competencia.</p><p></p><p><strong>¿Por que ganará Northrop Grumman?</strong> La Fuerza Aérea necesita un contratista dedicado a ofrecer el LRS-B a tiempo y dentro del presupuesto, sin embargo, Boeing y Lockheed se unieron porque no están posicionados para ganar por si solos. Boeing carece de credenciales en el apartado furtividad, mientras que Lockheed enfrenta retrocesos en el F-35.</p><p></p><p>En el asunto de furtividad todo aspecto, donde el diseño lo es todo, ¿Cómo Boeing como contratista principal dara autoridad de diseño a un subcontratista? Por lo demás, ¿Por qué Lockheed compartiría su experiencia en el diseño de cazas furtivos con Boeing en el programa LRS-B y poner en peligro su ventaja sobre Boeing en la siguiente competencia por el caza de "sexta generación"?</p><p></p><p>La falta de experiencia en bombarderos furtivos, los riesgos de gestión asociados con el equipo de Boeing / Lockheed, y la dedicación de los recursos de esas empresas a otras prioridades de la Fuerza Aérea hacen de este binomio una opción poco prudente para producir el próximo bombardero de ataque de largo alcance de la nación. Northrop Grumman dirige un equipo con la experiencia, la cartera, la dedicación y el enfoque para desarrollar , desplegar y mantener de manera asequible un nuevo bombardero Stealth. Es por eso que va a ganar.</p><p></p><p><img src="http://aviationweek.com/site-files/aviationweek.com/files/uploads/2015/04/vwpt17Apix.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /> <strong><em><span style="font-size: 12px"></span></em></strong></p><p><strong><em><span style="font-size: 12px">Robert Haffa, un coronel retirado de la Fuerza Aérea estadounidense, es el ex director del Centro de Análisis de Northrop Grumman.</span></em></strong></p><p></p><p><strong><u>Fuente:</u></strong> <a href="http://aviationweek.com/defense/opinion-stealth-and-integration-experience-point-northrop-grumman-lrs-b-advantage">http://aviationweek.com/defense/opinion-stealth-and-integration-experience-point-northrop-grumman-lrs-b-advantage</a></p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Grulla, post: 1798230, member: 5064"] [B][SIZE=6]Opinión: La Experiencia en la Furtividad y la Integración son Ventajas a Favor del Northrop Grumman en el LRS-B [/SIZE] [I]Robert Haffa | Aviation Week & Space Tecnology[/I][/B] La Fuerza Aérea de Estados Unidos pronto seleccionará un contratista principal para desarrollar y construir su bombardero furtivo de ataque de largo alcance(LRS-B), un avión crítico para asegurar la capacidad de la nación para proyectar su poder militar en cualquier momento y en cualquier lugar. En la superficie, los analistas de la industria han caracterizado a la competencia entre el equipo de Boeing-Lockheed Martin y el liderado por Northrop Grumman como un cara o cruz. Sin embargo, una inmersión más profunda en los requisitos de la Fuerza Aérea y las capacidades de los equipos establece a Northrop Grumman como un gran favorito para producir el LRS-B. He aquí por qué: [B]La capacidad de enfocar y priorizar. [/B]Debido a los errores que caracterizan a la adquisición de los aviones de combate F-35 y los cisternas KC-46, la Fuerza Aérea tiene que tener la seguridad de un contratista principal dispuesto a apoyar, centrar su atención y sus recursos en el nuevo bombardero. Sin embargo, el equipo de Boeing/Lockheed Martin se siente abrumado con tratar de arreglar otros programas prioritarios de la Fuerza Aérea. Boeing encuentra su negocio militar distraído por un sorprendentemente dificultoso programa por un nuevo reabastecedor en vuelo, mientras que Lockheed Martin es consumido por los retrasos y rendimiento deficiente del F-35. En consecuencia, el desarrollo del LRS-B sería visto como una prioridad más baja para el equipo de Boeing-Lockheed cuando el KC-46 y el F-35 ya están en sus fases de producción, para finalmente generar ganancias. La historia reciente apoya esta afirmación. Cuando el empuje de la fuerza aérea para más F-22 amenazando los ingresos para el F-35, el apoyo de Lockheed Martin para el F-22 se evapora rápidamente. Del mismo modo, es improbable que Lockheed renunciaría a algunos F-35 o Boeing frenaría la línea KC-46 para mantener en pista al LRS-B, haciendo del LRS-B una moneda de cambio para esos programas en problemas. Por el contrario, Northrop Grumman se centrara en el bombardero y se posicionara para entregarlo a tiempo y dentro del presupuesto. [B]La experiencia relevante necesaria para entregar.[/B] El jefe de adquisiciones de la Fuerza Aérea, testificó ante el Congreso que el limite en el costo de cada bombardero, previamente establecido en US$ 550 millones de dólares por avión, a valor del 2010, se conservará en esta competición. Northrop Grumman es la única empresa con experiencia en desarrollar, construir, desplegar y mantener un bombardero furtivo de ataque de largo alcance, el B-2. Esa experiencia de reducir los costos de mantenimiento, que pueden sumar hasta el 80% del coste del ciclo de vida de un sistema de armas, se ha traducido en que el B-2 cuesta menos por aeronave que otros grandes aviones de la flota de la Fuerza Aérea de tamaño similar. Mantener un B-2 por menos que un RC-135? La experiencia de Northrop lo permite. Por el contrario, aunque el equipo de Boeing / Lockheed promocionara su experiencia en la construcción de grandes aviones comerciales y aviones de combate, la producción y el mantenimiento de un bombardero avanzado es una empresa complicada que exige un liderazgo relevante y talento de ingeniería. Asuntos de desempeño en el pasado. La construcción de un B-2 es una tarea mucho más compleja que la modificación de un avión comercial en un cisterna, pero Boeing todavía está luchando para entregar el KC-46 una década después de iniciar el desarrollo. [B]La capacidad de integrar furtividad en los subsistemas.[/B] La USAF entiende que el sigilo es una combinación de tecnología y tácticas, llamando a la integración de los subsistemas que mejoran la baja observabilidad de la aeronave. Aquí Northrop brilla con sus credenciales de subsistemas de furtividad. Cuando Lockheed necesitaba este tipo de sistemas, se dirigio a Northrop Grumman para el radar furtivo en los F-22 y F-35, los sistemas de comunicaciones y de navegación del F-35 , los enlaces de comunicaciones furtivos para los dos cazas, y los sensores infrarrojos, y el fuselaje central con su entradas de aire furtivas. El Departamento de Defensa también impulsará una variante no tripulado del LRS-B; La experiencia de Northrop Grumman con el Global Hawk de la Fuerza Aérea y el UCAV X-47B de la US Navy lo sitúa muy por delante de la competencia. [B]¿Por que ganará Northrop Grumman?[/B] La Fuerza Aérea necesita un contratista dedicado a ofrecer el LRS-B a tiempo y dentro del presupuesto, sin embargo, Boeing y Lockheed se unieron porque no están posicionados para ganar por si solos. Boeing carece de credenciales en el apartado furtividad, mientras que Lockheed enfrenta retrocesos en el F-35. En el asunto de furtividad todo aspecto, donde el diseño lo es todo, ¿Cómo Boeing como contratista principal dara autoridad de diseño a un subcontratista? Por lo demás, ¿Por qué Lockheed compartiría su experiencia en el diseño de cazas furtivos con Boeing en el programa LRS-B y poner en peligro su ventaja sobre Boeing en la siguiente competencia por el caza de "sexta generación"? La falta de experiencia en bombarderos furtivos, los riesgos de gestión asociados con el equipo de Boeing / Lockheed, y la dedicación de los recursos de esas empresas a otras prioridades de la Fuerza Aérea hacen de este binomio una opción poco prudente para producir el próximo bombardero de ataque de largo alcance de la nación. Northrop Grumman dirige un equipo con la experiencia, la cartera, la dedicación y el enfoque para desarrollar , desplegar y mantener de manera asequible un nuevo bombardero Stealth. Es por eso que va a ganar. [IMG]http://aviationweek.com/site-files/aviationweek.com/files/uploads/2015/04/vwpt17Apix.jpg[/IMG] [B][I][SIZE=3] Robert Haffa, un coronel retirado de la Fuerza Aérea estadounidense, es el ex director del Centro de Análisis de Northrop Grumman.[/SIZE][/I][/B] [B][U]Fuente:[/U][/B] [URL]http://aviationweek.com/defense/opinion-stealth-and-integration-experience-point-northrop-grumman-lrs-b-advantage[/URL] [/QUOTE]
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