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<blockquote data-quote="MGB (ex LMGP44)" data-source="post: 1055770" data-attributes="member: 5240"><p><span style="color: #0000ff"><span style="font-size: 24px"><span style="font-family: 'Arial Black'">El nazi que buscaba uranio </span></span></span></p><p></p><p><span style="font-family: 'Arial Black'">Un jerarca nazi refugiado en Santa Rosa de Calamuchita, Ludolf von Alvensleben, había comprado una estrecha franja de tierra en Rincón de Luna, al pie del Cerro Blanco.</span></p><p></p><p><span style="font-family: 'Arial Black'">25/09/2011 09:02 | Jorge Camarasa (Especial)</span></p><p></p><p><strong>Fuente:</strong> <a href="http://www.lavoz.com.ar/cordoba/nazi-que-buscaba-uranio"><span style="color: #810081"><u>El nazi que buscaba Uranio (LA VOZ DEL INTERIOR)</u></span></a></p><p> </p><p style="text-align: center"><a href="http://interdefensa.argentinaforo.net/t3250-el-nazi-que-buscaba-uranio#"><u><span style="color: #0000ff">Ampliar esta imagen.</span></u></a><a href="http://interdefensa.argentinaforo.net/t3250-el-nazi-que-buscaba-uranio#"><u><span style="color: #0000ff">Reducir esta imagen</span></u></a><a href="http://interdefensa.argentinaforo.net/t3250-el-nazi-que-buscaba-uranio#"><u><span style="color: #0000ff">Clic aquí para ver su tamaño original</span></u></a></p> <p style="text-align: center"><u><span style="color: #0000ff"><img src="http://fotos.subefotos.com/dc7a178d901fad1a393d91c8429c2129o.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></span></u></p><p> </p><p>Ludolf von Alvensleben, el criminal de guerra nazi de más alto grado entre los centenares que se refugiaron en la Argentina peronista, fue el primero en buscar uranio cerca de Yacanto de Calamuchita, donde ahora quiere explotar una mina la empresa Cerro Blanco SA.</p><p></p><p style="text-align: center"><img src="http://www.harz-saale.de/persoenlichkeiten/pers_20jahrhundert/persoenlichkeiten_im_zweiten_weltkrieg/ludolf_von_alvensleben/files/ludolf_von_alvensleben.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></p><p></p><p>En medio del rechazo de los habitantes del lugar, la minera, como informó este diario hace 20 días, se propone extraer cuarzo en una zona que, según los registros de la Nación, contendría además un yacimiento de uranio, berilo y tantalio.</p><p></p><p>Alvensleben, un ex general de las SS que había sido parte del estado mayor de Heinrich Himmler y se había refugiado en el país después de la guerra, ya había hecho prospecciones en ese lugar a fines de los años ’50, asistido por un físico nuclear rumano.</p><p> </p><p style="text-align: center"><a href="http://interdefensa.argentinaforo.net/t3250-el-nazi-que-buscaba-uranio#"><u><span style="color: #0000ff">Ampliar esta imagen.</span></u></a><a href="http://interdefensa.argentinaforo.net/t3250-el-nazi-que-buscaba-uranio#"><u><span style="color: #0000ff">Reducir esta imagen</span></u></a><a href="http://interdefensa.argentinaforo.net/t3250-el-nazi-que-buscaba-uranio#"><u><span style="color: #0000ff">Clic aquí para ver su tamaño original</span></u></a></p> <p style="text-align: center"><u><span style="color: #0000ff"><img src="http://fotos.subefotos.com/6230f37b97c50296da6c8fce010013a9o.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></span></u></p> <p style="text-align: center"><span style="font-family: 'Arial Black'">Primera línea. Alvensleben (derecha) hizo una carrera meteórica en las SS. En Santa Rosa, fue concejal por la UCR.</span></p><p></p><p>Por entonces, el oficial vivía en Santa Rosa de Calamuchita, donde murió en 1970, y donde se desempeñó como concejal de la Unión Cívica Radical mientras estaba prófugo de la Justicia polaca, que lo había condenado por el asesinato de 4.247 personas en Crimea, en el invierno de 1939.</p><p></p><p>Alvensleben, además, había sido inspector de caza y pesca en Embalse de Río Tercero, operador inmobiliario en la zona y presidente del club de fútbol Unión.</p><p></p><p>Hoy, su tumba casi abandonada en el sector protestante del cementerio de Santa Rosa es el último rastro que queda de ese hombre curioso y paradójico, que vivió una doble vida expuesta a los ojos de todos.</p><p></p><p><span style="font-family: 'Arial Black'">Un nazi de alcurnia. </span>Ludolf von Alvensleben, el hombre que buscaría uranio en Yacanto, era hijo y nieto de generales prusianos, y su padre lo tuvo a los 57 años. Cuando cumplió los 10, lo inscribió en una escuela militar. Pasó la guerra de 1914-1918 en un regimiento de húsares, y cuando regresó a casa comenzó a estudiar. Desde la Edad Media, Halle tenía una de las universidades más prestigiosas de Alemania, y entre los ciudadanos ilustres figuraba el compositor de música barroca Georg Händel. El joven Ludolf se graduó allí con mérito en Agricultura.</p><p></p><p>Para entonces, se había mudado de Halle a un castillo medieval. Los Alvensleben formaban parte de las familias más tradicionales de la región, y desde mediados del siglo XVIII eran los dueños del castillo de Schochwitz, un edificio de ocho mil metros cubiertos, tres plantas, capilla y techo de tejas rojas, construido en el siglo XII en medio de un bosque de 10 hectáreas. La familia tenía tierras en la región y un escudo de armas que enumeraba sus dominios.</p><p></p><p><span style="font-family: 'Arial Black'">En 1970, en su lápida del cementerio de Santa Rosa de Calamuchita, alguien haría grabar la frase: “ Herr auf Schochwitz, Krimpe u. Wils ” (“Señor de Schochwitz, Krimpe y Wils”).</span></p><p></p><p>Entre 1923 y 1929, Bubi, como lo llamaban familiarmente, comenzó a militar en una organización de ultraderecha llamada Stahlhelm, una milicia fundada por Franz Seldte, quien sería el primer ministro de Trabajo del gabinete de Adolf Hitler. En la Stahlhelm no se admitían judíos, y en 1934, con medio millón de activistas, se incorporaría en masa al partido nazi.</p><p></p><p>Alvensleben había ingresado al partido el 1º de agosto de 1929, con el número de afiliado 149.345, y su incorporación a las SS se produjo el 5 de abril de 1934, con el número 177.002. El 3 de mayo de 1924, apenas había empezado a militar, se había casado en el castillo familiar con Melitta von Guaita, cuatro años menor que él, con la que tendría cuatro hijos: dos varones y dos mujeres. Se quedarían juntos toda la vida, y la mujer abandonaría Santa Rosa de Calamuchita sólo después de la muerte de su esposo.</p><p></p><p><span style="font-family: 'Arial Black'">El cronista que ascendió a general. </span>El modo en que Bubi desarrolló su maratón política y militar fue vertiginoso. Empezó escribiendo en los diarios del partido, después fue fuerza de choque y estuvo preso por el asesinato de opositores en peleas callejeras. También fue parlamentario. En cinco años llegó a general de división y siete meses más tarde lo ascendieron a teniente general.</p><p></p><p>Por entonces, era una mezcla de aristócrata refinado con nazi fanático, y la mixtura le había ayudado a posicionarse: había sido comandante de regimientos en Dresden, Wissenfelds y Sttutgart y a fines de 1938 ya era oficial de estado mayor del jefe de las SS, Heinrich Himmler. Al año siguiente, tras la invasión a Polonia, comenzaría su carrera como criminal.</p><p></p><p>Su primer destino de guerra, en septiembre de 1939, fue en el puerto polaco de Danzig, sobre el mar Báltico. Su función era dirigir los grupos de autodefensa de los alemanes en la zona, y, antes de que terminara el año, mostraría que lo hacía bien; durante una visita de Himmler, supervisó la ejecución de 20 polacos acusados de sabotaje, y mató personalmente a algunos con su pistola.</p><p></p><p>Entre las víctimas estaba Graf von Alvensleben Schönborn, un primo suyo casado con una judía polaca, a quien antes de ejecutar Bubi había apostrofado diciéndole que era un “traidor a la raza”.</p><p></p><p>A fines de 1941, Ludolf von Alvensleben fue trasladado a Crimea, como jefe de policía de la ciudad de Simferopol, en el sur del país. Llegó el 6 de diciembre y se puso al frente de las represalias contra los partisanos de la región. En los meses siguientes, en 52 operaciones de las que hay registro, 3.111 resistentes fueron eliminados.</p><p></p><p><span style="font-family: 'Arial Black'">Fuga hacia Argentina.</span> En los primeros días de mayo de 1945, tras la caída del Reich, el teniente general Ludolf von Alvensleben, Bubi, fue capturado en Berlín por soldados británicos y llevado al campo de prisioneros de Neuengamme, en Hamburgo, al norte del país. El último cargo que había ostentado era el de comandante mayor de prisioneros de guerra de la Alemania nazi.</p><p></p><p>Fue alojado en una barraca con otros oficiales, y allí se enteró de la detención y el suicidio de su jefe, Heinrich Himmler. Estuvo detenido 16 meses, y el 11 de septiembre de 1946 se fugó. El general Karl Wolff, su colega en el estado mayor de las SS, relató que Bubi salió del campo escondido dentro de un tanque donde se transportaba leche. El propio Alvensleben, más bizarro, contaría años después en Santa Rosa que había huido oculto en un camión atmosférico.</p><p></p><p>No bien pudo, como otros centenares de criminales de guerra, Alvensleben viajó a la Argentina. Primero vivió en Buenos Aires, y después se trasladó a Córdoba. Al principio a Villa María, y, tras un paso fugaz por Villa General Belgrano, se instaló en Santa Rosa.</p><p></p><p>En el pueblo, la casa en la que Ludolf von Alvensleben vivió hasta su muerte es ahora un corralón de materiales. Está sobre la ruta 5, a unas 15 cuadras del centro del pueblo, y la zona se ha habitado tanto que ya no merece el nombre que tenía en 1956: El Mirador.</p><p></p><p>Al principio Bubi llegó solo, y después vinieron su esposa Melitta y los hijos: Ludovica, de 31 años; Constantino, de 14, y Busso, de 12. Erika, de 22, había tenido un “desliz” con un peón en Villa María (ver aparte), y estaba en Alemania. En la casa, los Alvensleben empleaban a una mujer para las tareas domésticas, y a su hijo, como chofer. Tenían dos perros Bóxer que andaban sueltos por el parque, correteando entre maniquíes de trapo en los que el dueño de casa, según los vecinos, a veces practicaba tiro al blanco.</p><p></p><p><span style="font-family: 'Arial Black'">Un concejal criminal.</span> Con sus casi dos metros de altura y sus modos a la vez refinados y autoritarios, Bubi no pasaba inadvertido en el pueblo. Andaba en una camioneta Ford, se dedicaba a la compra y venta de ganado y de lotes en las sierras, y en Santa Rosa empezó a despuntar un hobby poco frecuente en un aristócrata: jugar al fútbol. Llegó a ser presidente del Club Atlético Unión y cuentan que era buen arquero en los partidos de veteranos. Lo atestigua una vieja foto que lo muestra atajando un penal.</p><p></p><p>Quizá por la relación con Sabattini en los tiempos de Villa María, Alvensleben se había acercado al radicalismo, y a su llegada a Santa Rosa se contactó con los referentes del partido en la región. Se hizo amigo del escribano Oscar Soto López, quien más tarde sería ministro del Gobierno provincial, y en las elecciones del 7 de julio de 1963, en las que resultaría elegido presidente Arturo Illia, apareció en la boleta como candidato a concejal suplente. Aquella vez los radicales ganaron el municipio, y el 22 de julio de 1964, tras el fallecimiento del presidente del Concejo, Bubi asumió como miembro titular y fue designado vicepresidente primero. Su gestión se recordaría por hacer cumplir el reglamento: obligaba a los concejales a asistir a las sesiones y, según el acta de asunción, juró el cargo por Dios, la Patria y los Santos Evangelios.</p><p></p><p>Era educado y heladamente amable; culto, formal y buen conversador, y hablaba bastante bien el español. Su vida social se limitaba al club y a la política, y fuera de eso visitaba a unos pocos amigos, y eran menos todavía los que iban a su casa. Su relación más estrecha, en Santa Rosa, era con el suizo Francisco von Martini. En los veranos, cuando el ex gobernador Sabattini pasaba unas semanas de vacaciones en Villa Rumipal, Bubi iba a verlo, lo mismo que a Carlos Astrada Ponce, uno de los terratenientes de la zona. También era miembro de la cooperadora policial.</p><p></p><p>Después de su paso por el Concejo Deliberante, Alvensleben fue nombrado inspector de caza y pesca en Embalse de Río Tercero, el más grande de los lagos de Córdoba. Allí controlaba a los pescadores furtivos que utilizaban redes para capturar pejerreyes, y una de las anécdotas que todavía se escuchan en Santa Rosa es que una vez, mientras perseguía con un Jeep a uno de ellos, el hombre se salió del camino, chocó contra una cuneta y murió. También hay quien dice que Bubi le había disparado con una escopeta.</p><p></p><p>Tal vez en Santa Rosa nadie lo supiera, pero cuatro meses antes de ser elegido concejal, el 31 de enero de ese mismo año, Ludolf von Alvensleben, el hombre que había sido varias veces diputado en el Reichstag alemán, fue condenado a muerte en ausencia por la corte de Torun, Polonia, bajo el cargo de asesinato de 4.247 personas en el helado invierno de 1939, mientras era el comandante supremo de las tropas nazis en Prusia Occidental.</p><p></p><p><span style="font-family: 'Arial Black'">El buscador de uranio.</span> Al poco tiempo de llegar a Santa Rosa, Alvensleben compró un lote de 80 hectáreas en un paraje inhóspito llamado Cañada de las Mulas, 30 kilómetros al noroeste del pueblo. Era un lugar pedregoso, sin accesos ni vegetación, y en el centro del terreno había una casa de piedra a la que solía irse, solo, a pasar algunos días.</p><p> </p><p style="text-align: center"><a href="http://interdefensa.argentinaforo.net/t3250-el-nazi-que-buscaba-uranio#"><u><span style="color: #0000ff">Ampliar esta imagen.</span></u></a><a href="http://interdefensa.argentinaforo.net/t3250-el-nazi-que-buscaba-uranio#"><u><span style="color: #0000ff">Reducir esta imagen</span></u></a><a href="http://interdefensa.argentinaforo.net/t3250-el-nazi-que-buscaba-uranio#"><u><span style="color: #0000ff">Clic aquí para ver su tamaño original</span></u></a></p> <p style="text-align: center"><u><span style="color: #0000ff"><img src="http://fotos.subefotos.com/e9644c9ea1f6adb9886b1d4df52342eco.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></span></u></p> <p style="text-align: center"><span style="font-family: 'Arial Black'">De puño y letra. “Ludolfo” H. von Alvensleben compró varias porciones de tierra en la zona de Calamuchita.</span></p><p></p><p>¿Una excentricidad? Tal vez, pero el hecho es que luego vendió ese campo y fue comprando y vendiendo otros, hasta encontrar uno más al sudoeste, al sur de Yacanto de Calamuchita, en una zona al pie del Cerro Blanco llamada Rincón de Luna, que apenas si figura en los mapas.</p><p></p><p>Esa vez, el campo que había adquirido era algo insólito: una estrecha franja inaccesible de 17 kilómetros de largo por 700 metros de ancho, perpendicular a las sierras.</p><p></p><p>El agrimensor que lo mensuró, Dídimo Ortiz, anotó de su puño y letra en el plano catastral: “Debido a la topografía montañosa de la propiedad, no es posible el trazado de un camino. El tránsito se efectúa por camino de herradura de más de 40 años de uso”.</p><p></p><p><span style="font-family: 'Arial Black'">¿Qué buscaba allí Alvensleben? Según le diría a Ortiz, uranio.</span></p><p></p><p><span style="font-family: 'Arial Black'">Un par de años antes, Bubi, el mismo Ortiz y un tercer hombre habían estado haciendo cateos en las laderas del Cerro Blanco. Quien los acompañaba era un físico nuclear de origen rumano, Neda Marinescu, que estaba en la Argentina desde 1951.</span></p><p></p><p><span style="font-family: 'Arial Black'">Marinescu se había incorporado al grupo de científicos y técnicos alemanes que habían llegado al país a partir de 1947, encabezados por Kurt Tank, y que desarrollarían el proyecto del Pulqui. Se había instalado con ellos en Córdoba, y había montado un instituto de investigación nuclear dependiente de la Universidad.</span></p><p></p><p>Autor de varios tratados, ex colaborador de los esposos Jolliot-Curie en París y reconocido académicamente en todo el mundo, en 1955, tras la caída del peronismo, <span style="font-family: 'Arial Black'">el rumano tendría el mismo fin que Tank y sus ingenieros aeronáuticos: sería detenido, puesto en la cárcel y expulsado de las aulas. Se quedó en el país y aún vivía en Córdoba cuando Alvensleben lo convenció de buscar uranio en las sierras.</span></p><p></p><p>Las paradojas de Bubi. Schochwitz, donde había nacido Bubi, hoy es una aldea pintoresca de 1.200 habitantes, con una tasa de criminalidad cero. En el centro del pueblo, el castillo del siglo XII sigue siendo la atracción de los visitantes.</p><p></p><p>Si en 1938 y 1939, en ese castillo, Ludolf von Alvensleben había sido el anfitrión de Adolf Hitler; del ministro de Propaganda, Joseph Goebbels, y del jefe de las SS, Heinrich Himmler, sus dueños actuales, la condesa Ingrid Zerfowski y su esposo, Jimmy Welsh, usan parte de las instalaciones como hotel boutique para hospedar a nobles y multimillonarios.</p><p></p><p>A 12 mil kilómetros al sudoeste de allí, en el cementerio de Santa Rosa de Calamuchita, una tumba casi tapada por las agujas de los pinos está adornada con un ramillete de mustias flores de plástico.</p><p></p><p>El hombre que yace bajo la lápida había sido dueño y señor de Schochwitz, pero la vida acabaría ensañándose con él. De diputado en el Reichstag había pasado a concejal en el pueblo; de barón con alcurnia, a presidente de un club de barrio, y de general SS, a perseguidor de pescadores furtivos en el lago de Embalse.</p><p></p><p>Ludolf Hermann Emanuelle Georg Kurt Werner von Alvensleben (Halle, Alemania, 1901-Santa Rosa de Calamuchita, Argentina, 1970) terminó su vida muy lejos de donde la había empezado.</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="MGB (ex LMGP44), post: 1055770, member: 5240"] [COLOR=#0000ff][SIZE=24px][FONT=Arial Black]El nazi que buscaba uranio [/FONT][/SIZE][/COLOR] [FONT=Arial Black]Un jerarca nazi refugiado en Santa Rosa de Calamuchita, Ludolf von Alvensleben, había comprado una estrecha franja de tierra en Rincón de Luna, al pie del Cerro Blanco.[/FONT] [FONT=Arial Black]25/09/2011 09:02 | Jorge Camarasa (Especial)[/FONT] [B]Fuente:[/B] [URL='http://www.lavoz.com.ar/cordoba/nazi-que-buscaba-uranio'][COLOR=#810081][U]El nazi que buscaba Uranio (LA VOZ DEL INTERIOR)[/U][/COLOR][/URL] [CENTER][URL='http://interdefensa.argentinaforo.net/t3250-el-nazi-que-buscaba-uranio#'][U][COLOR=#0000ff]Ampliar esta imagen.[/COLOR][/U][/URL][URL='http://interdefensa.argentinaforo.net/t3250-el-nazi-que-buscaba-uranio#'][U][COLOR=#0000ff]Reducir esta imagen[/COLOR][/U][/URL][URL='http://interdefensa.argentinaforo.net/t3250-el-nazi-que-buscaba-uranio#'][U][COLOR=#0000ff]Clic aquí para ver su tamaño original[/COLOR][/U][/URL][/CENTER] [CENTER][U][COLOR=#0000ff][IMG]http://fotos.subefotos.com/dc7a178d901fad1a393d91c8429c2129o.jpg[/IMG][/COLOR][/U][/CENTER] Ludolf von Alvensleben, el criminal de guerra nazi de más alto grado entre los centenares que se refugiaron en la Argentina peronista, fue el primero en buscar uranio cerca de Yacanto de Calamuchita, donde ahora quiere explotar una mina la empresa Cerro Blanco SA. [center][img]http://www.harz-saale.de/persoenlichkeiten/pers_20jahrhundert/persoenlichkeiten_im_zweiten_weltkrieg/ludolf_von_alvensleben/files/ludolf_von_alvensleben.jpg[/img][/center] En medio del rechazo de los habitantes del lugar, la minera, como informó este diario hace 20 días, se propone extraer cuarzo en una zona que, según los registros de la Nación, contendría además un yacimiento de uranio, berilo y tantalio. Alvensleben, un ex general de las SS que había sido parte del estado mayor de Heinrich Himmler y se había refugiado en el país después de la guerra, ya había hecho prospecciones en ese lugar a fines de los años ’50, asistido por un físico nuclear rumano. [CENTER][URL='http://interdefensa.argentinaforo.net/t3250-el-nazi-que-buscaba-uranio#'][U][COLOR=#0000ff]Ampliar esta imagen.[/COLOR][/U][/URL][URL='http://interdefensa.argentinaforo.net/t3250-el-nazi-que-buscaba-uranio#'][U][COLOR=#0000ff]Reducir esta imagen[/COLOR][/U][/URL][URL='http://interdefensa.argentinaforo.net/t3250-el-nazi-que-buscaba-uranio#'][U][COLOR=#0000ff]Clic aquí para ver su tamaño original[/COLOR][/U][/URL][/CENTER] [CENTER][U][COLOR=#0000ff][IMG]http://fotos.subefotos.com/6230f37b97c50296da6c8fce010013a9o.jpg[/IMG][/COLOR][/U][/CENTER] [CENTER][FONT=Arial Black]Primera línea. Alvensleben (derecha) hizo una carrera meteórica en las SS. En Santa Rosa, fue concejal por la UCR.[/FONT][/CENTER] Por entonces, el oficial vivía en Santa Rosa de Calamuchita, donde murió en 1970, y donde se desempeñó como concejal de la Unión Cívica Radical mientras estaba prófugo de la Justicia polaca, que lo había condenado por el asesinato de 4.247 personas en Crimea, en el invierno de 1939. Alvensleben, además, había sido inspector de caza y pesca en Embalse de Río Tercero, operador inmobiliario en la zona y presidente del club de fútbol Unión. Hoy, su tumba casi abandonada en el sector protestante del cementerio de Santa Rosa es el último rastro que queda de ese hombre curioso y paradójico, que vivió una doble vida expuesta a los ojos de todos. [FONT=Arial Black]Un nazi de alcurnia. [/FONT]Ludolf von Alvensleben, el hombre que buscaría uranio en Yacanto, era hijo y nieto de generales prusianos, y su padre lo tuvo a los 57 años. Cuando cumplió los 10, lo inscribió en una escuela militar. Pasó la guerra de 1914-1918 en un regimiento de húsares, y cuando regresó a casa comenzó a estudiar. Desde la Edad Media, Halle tenía una de las universidades más prestigiosas de Alemania, y entre los ciudadanos ilustres figuraba el compositor de música barroca Georg Händel. El joven Ludolf se graduó allí con mérito en Agricultura. Para entonces, se había mudado de Halle a un castillo medieval. Los Alvensleben formaban parte de las familias más tradicionales de la región, y desde mediados del siglo XVIII eran los dueños del castillo de Schochwitz, un edificio de ocho mil metros cubiertos, tres plantas, capilla y techo de tejas rojas, construido en el siglo XII en medio de un bosque de 10 hectáreas. La familia tenía tierras en la región y un escudo de armas que enumeraba sus dominios. [FONT=Arial Black]En 1970, en su lápida del cementerio de Santa Rosa de Calamuchita, alguien haría grabar la frase: “ Herr auf Schochwitz, Krimpe u. Wils ” (“Señor de Schochwitz, Krimpe y Wils”).[/FONT] Entre 1923 y 1929, Bubi, como lo llamaban familiarmente, comenzó a militar en una organización de ultraderecha llamada Stahlhelm, una milicia fundada por Franz Seldte, quien sería el primer ministro de Trabajo del gabinete de Adolf Hitler. En la Stahlhelm no se admitían judíos, y en 1934, con medio millón de activistas, se incorporaría en masa al partido nazi. Alvensleben había ingresado al partido el 1º de agosto de 1929, con el número de afiliado 149.345, y su incorporación a las SS se produjo el 5 de abril de 1934, con el número 177.002. El 3 de mayo de 1924, apenas había empezado a militar, se había casado en el castillo familiar con Melitta von Guaita, cuatro años menor que él, con la que tendría cuatro hijos: dos varones y dos mujeres. Se quedarían juntos toda la vida, y la mujer abandonaría Santa Rosa de Calamuchita sólo después de la muerte de su esposo. [FONT=Arial Black]El cronista que ascendió a general. [/FONT]El modo en que Bubi desarrolló su maratón política y militar fue vertiginoso. Empezó escribiendo en los diarios del partido, después fue fuerza de choque y estuvo preso por el asesinato de opositores en peleas callejeras. También fue parlamentario. En cinco años llegó a general de división y siete meses más tarde lo ascendieron a teniente general. Por entonces, era una mezcla de aristócrata refinado con nazi fanático, y la mixtura le había ayudado a posicionarse: había sido comandante de regimientos en Dresden, Wissenfelds y Sttutgart y a fines de 1938 ya era oficial de estado mayor del jefe de las SS, Heinrich Himmler. Al año siguiente, tras la invasión a Polonia, comenzaría su carrera como criminal. Su primer destino de guerra, en septiembre de 1939, fue en el puerto polaco de Danzig, sobre el mar Báltico. Su función era dirigir los grupos de autodefensa de los alemanes en la zona, y, antes de que terminara el año, mostraría que lo hacía bien; durante una visita de Himmler, supervisó la ejecución de 20 polacos acusados de sabotaje, y mató personalmente a algunos con su pistola. Entre las víctimas estaba Graf von Alvensleben Schönborn, un primo suyo casado con una judía polaca, a quien antes de ejecutar Bubi había apostrofado diciéndole que era un “traidor a la raza”. A fines de 1941, Ludolf von Alvensleben fue trasladado a Crimea, como jefe de policía de la ciudad de Simferopol, en el sur del país. Llegó el 6 de diciembre y se puso al frente de las represalias contra los partisanos de la región. En los meses siguientes, en 52 operaciones de las que hay registro, 3.111 resistentes fueron eliminados. [FONT=Arial Black]Fuga hacia Argentina.[/FONT] En los primeros días de mayo de 1945, tras la caída del Reich, el teniente general Ludolf von Alvensleben, Bubi, fue capturado en Berlín por soldados británicos y llevado al campo de prisioneros de Neuengamme, en Hamburgo, al norte del país. El último cargo que había ostentado era el de comandante mayor de prisioneros de guerra de la Alemania nazi. Fue alojado en una barraca con otros oficiales, y allí se enteró de la detención y el suicidio de su jefe, Heinrich Himmler. Estuvo detenido 16 meses, y el 11 de septiembre de 1946 se fugó. El general Karl Wolff, su colega en el estado mayor de las SS, relató que Bubi salió del campo escondido dentro de un tanque donde se transportaba leche. El propio Alvensleben, más bizarro, contaría años después en Santa Rosa que había huido oculto en un camión atmosférico. No bien pudo, como otros centenares de criminales de guerra, Alvensleben viajó a la Argentina. Primero vivió en Buenos Aires, y después se trasladó a Córdoba. Al principio a Villa María, y, tras un paso fugaz por Villa General Belgrano, se instaló en Santa Rosa. En el pueblo, la casa en la que Ludolf von Alvensleben vivió hasta su muerte es ahora un corralón de materiales. Está sobre la ruta 5, a unas 15 cuadras del centro del pueblo, y la zona se ha habitado tanto que ya no merece el nombre que tenía en 1956: El Mirador. Al principio Bubi llegó solo, y después vinieron su esposa Melitta y los hijos: Ludovica, de 31 años; Constantino, de 14, y Busso, de 12. Erika, de 22, había tenido un “desliz” con un peón en Villa María (ver aparte), y estaba en Alemania. En la casa, los Alvensleben empleaban a una mujer para las tareas domésticas, y a su hijo, como chofer. Tenían dos perros Bóxer que andaban sueltos por el parque, correteando entre maniquíes de trapo en los que el dueño de casa, según los vecinos, a veces practicaba tiro al blanco. [FONT=Arial Black]Un concejal criminal.[/FONT] Con sus casi dos metros de altura y sus modos a la vez refinados y autoritarios, Bubi no pasaba inadvertido en el pueblo. Andaba en una camioneta Ford, se dedicaba a la compra y venta de ganado y de lotes en las sierras, y en Santa Rosa empezó a despuntar un hobby poco frecuente en un aristócrata: jugar al fútbol. Llegó a ser presidente del Club Atlético Unión y cuentan que era buen arquero en los partidos de veteranos. Lo atestigua una vieja foto que lo muestra atajando un penal. Quizá por la relación con Sabattini en los tiempos de Villa María, Alvensleben se había acercado al radicalismo, y a su llegada a Santa Rosa se contactó con los referentes del partido en la región. Se hizo amigo del escribano Oscar Soto López, quien más tarde sería ministro del Gobierno provincial, y en las elecciones del 7 de julio de 1963, en las que resultaría elegido presidente Arturo Illia, apareció en la boleta como candidato a concejal suplente. Aquella vez los radicales ganaron el municipio, y el 22 de julio de 1964, tras el fallecimiento del presidente del Concejo, Bubi asumió como miembro titular y fue designado vicepresidente primero. Su gestión se recordaría por hacer cumplir el reglamento: obligaba a los concejales a asistir a las sesiones y, según el acta de asunción, juró el cargo por Dios, la Patria y los Santos Evangelios. Era educado y heladamente amable; culto, formal y buen conversador, y hablaba bastante bien el español. Su vida social se limitaba al club y a la política, y fuera de eso visitaba a unos pocos amigos, y eran menos todavía los que iban a su casa. Su relación más estrecha, en Santa Rosa, era con el suizo Francisco von Martini. En los veranos, cuando el ex gobernador Sabattini pasaba unas semanas de vacaciones en Villa Rumipal, Bubi iba a verlo, lo mismo que a Carlos Astrada Ponce, uno de los terratenientes de la zona. También era miembro de la cooperadora policial. Después de su paso por el Concejo Deliberante, Alvensleben fue nombrado inspector de caza y pesca en Embalse de Río Tercero, el más grande de los lagos de Córdoba. Allí controlaba a los pescadores furtivos que utilizaban redes para capturar pejerreyes, y una de las anécdotas que todavía se escuchan en Santa Rosa es que una vez, mientras perseguía con un Jeep a uno de ellos, el hombre se salió del camino, chocó contra una cuneta y murió. También hay quien dice que Bubi le había disparado con una escopeta. Tal vez en Santa Rosa nadie lo supiera, pero cuatro meses antes de ser elegido concejal, el 31 de enero de ese mismo año, Ludolf von Alvensleben, el hombre que había sido varias veces diputado en el Reichstag alemán, fue condenado a muerte en ausencia por la corte de Torun, Polonia, bajo el cargo de asesinato de 4.247 personas en el helado invierno de 1939, mientras era el comandante supremo de las tropas nazis en Prusia Occidental. [FONT=Arial Black]El buscador de uranio.[/FONT] Al poco tiempo de llegar a Santa Rosa, Alvensleben compró un lote de 80 hectáreas en un paraje inhóspito llamado Cañada de las Mulas, 30 kilómetros al noroeste del pueblo. Era un lugar pedregoso, sin accesos ni vegetación, y en el centro del terreno había una casa de piedra a la que solía irse, solo, a pasar algunos días. [CENTER][URL='http://interdefensa.argentinaforo.net/t3250-el-nazi-que-buscaba-uranio#'][U][COLOR=#0000ff]Ampliar esta imagen.[/COLOR][/U][/URL][URL='http://interdefensa.argentinaforo.net/t3250-el-nazi-que-buscaba-uranio#'][U][COLOR=#0000ff]Reducir esta imagen[/COLOR][/U][/URL][URL='http://interdefensa.argentinaforo.net/t3250-el-nazi-que-buscaba-uranio#'][U][COLOR=#0000ff]Clic aquí para ver su tamaño original[/COLOR][/U][/URL][/CENTER] [CENTER][U][COLOR=#0000ff][IMG]http://fotos.subefotos.com/e9644c9ea1f6adb9886b1d4df52342eco.jpg[/IMG][/COLOR][/U][/CENTER] [CENTER][FONT=Arial Black]De puño y letra. “Ludolfo” H. von Alvensleben compró varias porciones de tierra en la zona de Calamuchita.[/FONT][/CENTER] ¿Una excentricidad? Tal vez, pero el hecho es que luego vendió ese campo y fue comprando y vendiendo otros, hasta encontrar uno más al sudoeste, al sur de Yacanto de Calamuchita, en una zona al pie del Cerro Blanco llamada Rincón de Luna, que apenas si figura en los mapas. Esa vez, el campo que había adquirido era algo insólito: una estrecha franja inaccesible de 17 kilómetros de largo por 700 metros de ancho, perpendicular a las sierras. El agrimensor que lo mensuró, Dídimo Ortiz, anotó de su puño y letra en el plano catastral: “Debido a la topografía montañosa de la propiedad, no es posible el trazado de un camino. El tránsito se efectúa por camino de herradura de más de 40 años de uso”. [FONT=Arial Black]¿Qué buscaba allí Alvensleben? Según le diría a Ortiz, uranio.[/FONT] [FONT=Arial Black]Un par de años antes, Bubi, el mismo Ortiz y un tercer hombre habían estado haciendo cateos en las laderas del Cerro Blanco. Quien los acompañaba era un físico nuclear de origen rumano, Neda Marinescu, que estaba en la Argentina desde 1951.[/FONT] [FONT=Arial Black]Marinescu se había incorporado al grupo de científicos y técnicos alemanes que habían llegado al país a partir de 1947, encabezados por Kurt Tank, y que desarrollarían el proyecto del Pulqui. Se había instalado con ellos en Córdoba, y había montado un instituto de investigación nuclear dependiente de la Universidad.[/FONT] Autor de varios tratados, ex colaborador de los esposos Jolliot-Curie en París y reconocido académicamente en todo el mundo, en 1955, tras la caída del peronismo, [FONT=Arial Black]el rumano tendría el mismo fin que Tank y sus ingenieros aeronáuticos: sería detenido, puesto en la cárcel y expulsado de las aulas. Se quedó en el país y aún vivía en Córdoba cuando Alvensleben lo convenció de buscar uranio en las sierras.[/FONT] Las paradojas de Bubi. Schochwitz, donde había nacido Bubi, hoy es una aldea pintoresca de 1.200 habitantes, con una tasa de criminalidad cero. En el centro del pueblo, el castillo del siglo XII sigue siendo la atracción de los visitantes. Si en 1938 y 1939, en ese castillo, Ludolf von Alvensleben había sido el anfitrión de Adolf Hitler; del ministro de Propaganda, Joseph Goebbels, y del jefe de las SS, Heinrich Himmler, sus dueños actuales, la condesa Ingrid Zerfowski y su esposo, Jimmy Welsh, usan parte de las instalaciones como hotel boutique para hospedar a nobles y multimillonarios. A 12 mil kilómetros al sudoeste de allí, en el cementerio de Santa Rosa de Calamuchita, una tumba casi tapada por las agujas de los pinos está adornada con un ramillete de mustias flores de plástico. El hombre que yace bajo la lápida había sido dueño y señor de Schochwitz, pero la vida acabaría ensañándose con él. De diputado en el Reichstag había pasado a concejal en el pueblo; de barón con alcurnia, a presidente de un club de barrio, y de general SS, a perseguidor de pescadores furtivos en el lago de Embalse. Ludolf Hermann Emanuelle Georg Kurt Werner von Alvensleben (Halle, Alemania, 1901-Santa Rosa de Calamuchita, Argentina, 1970) terminó su vida muy lejos de donde la había empezado. [/QUOTE]
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