Menú
Inicio
Visitar el Sitio Zona Militar
Foros
Nuevos mensajes
Buscar en los foros
Qué hay de nuevo
Nuevos mensajes
Última actividad
Miembros
Visitantes actuales
Entrar
Registrarse
Novedades
Buscar
Buscar
Buscar sólo en títulos
Por:
Nuevos mensajes
Buscar en los foros
Menú
Entrar
Registrarse
Inicio
Foros
Area Militar General
Historia Militar
Notas en los medios sobre Nazismo
JavaScript is disabled. For a better experience, please enable JavaScript in your browser before proceeding.
Estás usando un navegador obsoleto. No se pueden mostrar estos u otros sitios web correctamente.
Se debe actualizar o usar un
navegador alternativo
.
Responder al tema
Mensaje
<blockquote data-quote="Shandor" data-source="post: 1392810" data-attributes="member: 50"><p><span style="font-size: 22px"><strong>¿Colaboró Hollywood con Hitler?</strong></span></p><p>La lista de instituciones y sectores a los que se ha acusado de encubrir sus vínculos con el Tercer Reich es larga e incluye a varios gobiernos, al Vaticano, bancos suizos y corporaciones estadounidenses, como IBM, General Motors y DuPont.</p><p></p><p>Ahora, un joven historiador quiere agregar un nombre más glamoroso a esa nómina: Hollywood. En The Collaboration: Hollywood`s Pact With Hitler, Ben Urwand recurre a una riqueza de documentos no citados anteriormente para argumentar que los estudios de Hollywood, en un esfuerzo por proteger al mercado alemán para sus películas, no sólo consintieron en la censura nazi, sino también cooperaron activa y entusiastamente con el esfuerzo propagandístico mundial de ese régimen.</p><p>En los 1930, "Hollywood no sólo colabora con la Alemania nazi", afirma Urwand. "También está colaborando con Adolfo Hitler, la persona y el ser humano".</p><p>Han sido pocos los eruditos que han visto el libro de Urwand, que publicará Harvard University Press en octubre. Sin embargo, su investigación, resumida en junio en la revista en internet Tablet ya está creando conmoción.</p><p><span style="font-size: 15px"><strong>Reacciones.</strong></span></p><p></p><p>"Creo que lo que este tipo encontró podría ser un gran éxito", señaló Deborah Lipstadt, historiadora del Holocausto en la Universidad Emory. "Estoy muy ansiosa por ver el libro. Encontré impresionante la audacia de la historia que al parecer trata de contar".</p><p>Otros académicos familiarizados con el período, no obstante, cuestionan tanto las aseveraciones de originalidad como su inclinación insistentemente oscura, empezando por el título.</p><p></p><p>"La palabra `colaboración` en este contexto es una calumnia", expuso Thomas P. Doherty, un historiador en la Universidad de Brandeis y autor del libro reciente Hollywood and Hitler: 1933-1939, que cubre parte de las mismas bases. "Usas esa palabra para describir al gobierno de Vichy. Louis B. Mayer era un avaro, pero no es el equivalente moral de Vidkun Quisling".</p><p>Los historiadores de cine han sabido de tiempo atrás que el gobierno alemán se entrometía en la industria cinematográfica durante la llamada época de oro de Hollywood, y la prensa estadounidense de ese entonces hizo la crónica de esa actividad. ("El largo brazo de Hitler se extiende hasta los estudios de Hollywood", decía un titular de Newsweek de 1937.)</p><p>Urwand, de 35 años, ofrece, la posición más aguda de todas, recurriendo a materiales de archivos alemanes y estadounidenses para argumentar que la relación entre Hollywood y el Tercer Reich era mucho más profunda, y duró mucho más de lo que ningún académico ha indicado hasta ahora.</p><p>Página tras página, muestra a los jefes de los estudios, muchos de ellos inmigrantes judíos, editando escena por escena a conveniencia de los funcionarios nazis; produciendo material que podría reutilizarse sin dificultades para las cintas de propaganda nazi, y, según un documento, ayudando a financiar la manufactura de armamento alemán.</p><p>Hasta Jack Warner, a quien elogiara Groucho Marx por dirigir "el único estudio con agallas" después de haberle dado luz verde a la película Confesiones de un espía nazi en 1939, es objeto de un golpe revisionista.</p><p>Fue Warner quien personalmente ordenó que se quitara la palabra "judío" de todos los diálogos en la película de 1937, La vida de Emilio Zola, escribe Urwand, y su estudio fue el primero en invitar a funcionarios nazis a sus oficinas en Los Angeles para que vieran las películas y sugirieran cortes.</p><p>"Existe todo un mito en cuanto a que en Warner Brothers se hizo una cruzada contra el fascismo", dijo, "pero fueron los primeros en tratar de apaciguar a los nazis en 1933".</p><p>Urwand, un académico nacido en Australia, cuyos abuelos maternos eran judíos húngaros y pasaron los años de la guerra escondidos, dijo que su proyecto comenzó en 2004, cuando estudiaba la licenciatura en la Universidad de California, Berkeley. Se topó con una entrevista con el guionista Budd Schulbert en la que menciona vagamente que Louis B. Mayer solía reunirse con un cónsul alemán en Los Angeles para discutir los cortes a las películas de su estudio. Oliendo un tema para su tesis, empezó a indagar por todas partes.</p><p><span style="font-size: 15px"><strong>Evidencias.</strong></span></p><p></p><p>En los archivos estatales en Berlín, Urwand encontró una carta de enero de 1938 de la rama alemana de la 20th Century Fox en la que se pregunta si Hitler compartiría sus opiniones sobre las películas estadounidenses, firmada: "Heil Hitler!".</p><p>Siguieron otros descubrimientos, incluidas notas de asistentes de Hitler en las que están registradas sus reacciones a películas que veía cada noche (le encantaban Laurel y Hardy, pero odiaba a Tarzán). También descubrió registros detallados de las visitas regulares a los estudios que hicieron funcionarios alemanes, incluido Georg Gyssling, el cónsul especial asignado para monitorear a Hollywood, quien veía las películas, dictaba solicitudes de cortes escena por escena y participaba en extraños debates.</p><p>Historiadores anteriores escribieron sobre la batalla por The Mad Dog of Europe, una película antinazi, planeada en 1933, a la que se opusieron algunos organismos judíos porque avivaría el antisemitismo. Sin embargo, Urwand, quien descubrió el único guión conocido, argumenta que a los estudios sólo les preocupaba proteger su negocio con Alemania.</p><p>"La colaboración" de Hollywood, argumenta Urwand, empezó en 1930, cuando Carl Laemmle Jr., de los estudios Universal, estuvo de acuerdo en hacer cortes significativos a Sin novedad en el frente después de los disturbios provocados por el partido nazi, que estaba en ascenso en Alemania.</p><p><span style="font-size: 15px"><strong>Hay más de una campana</strong></span></p><p></p><p>El trabajo de Ben Urwand está generando ya controversias. Académicos como Doherty, de Brandeis, señalan que muchas películas de la época contenían velados elementos antinazis. Y Steven J. Ross, catedrático de historia en la Universidad del Sur de California, trabaja en un libro en el que detalla la poco conocida historia de una extensa red de espionaje antinazi que comenzó a funcionar en Los Angeles en 1934, financiada por los propios magnates de Hollywood.</p><p><span style="font-size: 15px"><strong>Ubicando los hechos en el correspondiente contexto</strong></span></p><p></p><p>Guillermo Zapiola</p><p>Las afirmaciones de Ben Urwand en su trabajo sobre Hollywood y el nazismo requieren de algún contexto. No hay dudas de que los magnates de Hollywood trataron de no incomodar al régimen nazi en los años 30: Alemania era un mercado importante. Pero también trataron de aplacar primero a la República Española (Paramount arriesgaba un boicot por difundir Capricho español de von Sternberg), y a Franco luego (nunca se supo quiénes eran los villanos en Por quién doblan las campanas). Y durante la II Guerra Mundial, Stalin fue un buen tipo en el cine norteamericano (ver Misión en Moscú, La estrella del norte o Sombras en la nieve) aunque se volvió malo después. Hoy están haciendo películas que apuntan al mercado chino. El dólar no es rojo ni pardo. Es verde.</p><p><span style="font-size: 15px"><strong>CON Y CONTRA LA ESVÁSTICA</strong></span></p><p></p><p><span style="font-size: 15px"><strong>Sin novedad en el frente</strong></span></p><p></p><p>La versión cinematográfica dirigida por Lewis Milestone en 1930 sobre la novela de Erich Maria Remarque, molestó a los partidarios de Hitler con su mensaje antibélico. Para amortiguar las ofensas y evitar escándalos en los cines alemanes, la empresa Universal aceptó realizar varios cortes al film.</p><p><span style="font-size: 15px"><strong>La vida de Emilio Zola</strong></span></p><p></p><p>Solamente una vez, y en un documento que se lee en pantalla (no en el diálogo), se dice en esta película de 1937 que el falsamente acusado capitán Alfred Dreyfuss es judío. Warner no quiso incomodar a los nazis, y tampoco a los antisemitas norteamericanos.</p><p><span style="font-size: 15px"><strong>Confesiones de un espía nazi</strong></span></p><p></p><p>La guerra se aproximaba, y Hollywood comenzó a pintar a los nazis con acentos más claramente perversos. Tras esta película de Litvak de 1939, los Tres Chiflados vapulearon a Hitler en persona en uno de sus cortos, y seis meses después Chaplin hizo El gran dictador. Luego vino un aluvión antinazi.</p><p>el pais.es</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Shandor, post: 1392810, member: 50"] [SIZE=6][B]¿Colaboró Hollywood con Hitler?[/B][/SIZE] La lista de instituciones y sectores a los que se ha acusado de encubrir sus vínculos con el Tercer Reich es larga e incluye a varios gobiernos, al Vaticano, bancos suizos y corporaciones estadounidenses, como IBM, General Motors y DuPont. Ahora, un joven historiador quiere agregar un nombre más glamoroso a esa nómina: Hollywood. En The Collaboration: Hollywood`s Pact With Hitler, Ben Urwand recurre a una riqueza de documentos no citados anteriormente para argumentar que los estudios de Hollywood, en un esfuerzo por proteger al mercado alemán para sus películas, no sólo consintieron en la censura nazi, sino también cooperaron activa y entusiastamente con el esfuerzo propagandístico mundial de ese régimen. En los 1930, "Hollywood no sólo colabora con la Alemania nazi", afirma Urwand. "También está colaborando con Adolfo Hitler, la persona y el ser humano". Han sido pocos los eruditos que han visto el libro de Urwand, que publicará Harvard University Press en octubre. Sin embargo, su investigación, resumida en junio en la revista en internet Tablet ya está creando conmoción. [SIZE=4][B]Reacciones.[/B][/SIZE] "Creo que lo que este tipo encontró podría ser un gran éxito", señaló Deborah Lipstadt, historiadora del Holocausto en la Universidad Emory. "Estoy muy ansiosa por ver el libro. Encontré impresionante la audacia de la historia que al parecer trata de contar". Otros académicos familiarizados con el período, no obstante, cuestionan tanto las aseveraciones de originalidad como su inclinación insistentemente oscura, empezando por el título. "La palabra `colaboración` en este contexto es una calumnia", expuso Thomas P. Doherty, un historiador en la Universidad de Brandeis y autor del libro reciente Hollywood and Hitler: 1933-1939, que cubre parte de las mismas bases. "Usas esa palabra para describir al gobierno de Vichy. Louis B. Mayer era un avaro, pero no es el equivalente moral de Vidkun Quisling". Los historiadores de cine han sabido de tiempo atrás que el gobierno alemán se entrometía en la industria cinematográfica durante la llamada época de oro de Hollywood, y la prensa estadounidense de ese entonces hizo la crónica de esa actividad. ("El largo brazo de Hitler se extiende hasta los estudios de Hollywood", decía un titular de Newsweek de 1937.) Urwand, de 35 años, ofrece, la posición más aguda de todas, recurriendo a materiales de archivos alemanes y estadounidenses para argumentar que la relación entre Hollywood y el Tercer Reich era mucho más profunda, y duró mucho más de lo que ningún académico ha indicado hasta ahora. Página tras página, muestra a los jefes de los estudios, muchos de ellos inmigrantes judíos, editando escena por escena a conveniencia de los funcionarios nazis; produciendo material que podría reutilizarse sin dificultades para las cintas de propaganda nazi, y, según un documento, ayudando a financiar la manufactura de armamento alemán. Hasta Jack Warner, a quien elogiara Groucho Marx por dirigir "el único estudio con agallas" después de haberle dado luz verde a la película Confesiones de un espía nazi en 1939, es objeto de un golpe revisionista. Fue Warner quien personalmente ordenó que se quitara la palabra "judío" de todos los diálogos en la película de 1937, La vida de Emilio Zola, escribe Urwand, y su estudio fue el primero en invitar a funcionarios nazis a sus oficinas en Los Angeles para que vieran las películas y sugirieran cortes. "Existe todo un mito en cuanto a que en Warner Brothers se hizo una cruzada contra el fascismo", dijo, "pero fueron los primeros en tratar de apaciguar a los nazis en 1933". Urwand, un académico nacido en Australia, cuyos abuelos maternos eran judíos húngaros y pasaron los años de la guerra escondidos, dijo que su proyecto comenzó en 2004, cuando estudiaba la licenciatura en la Universidad de California, Berkeley. Se topó con una entrevista con el guionista Budd Schulbert en la que menciona vagamente que Louis B. Mayer solía reunirse con un cónsul alemán en Los Angeles para discutir los cortes a las películas de su estudio. Oliendo un tema para su tesis, empezó a indagar por todas partes. [SIZE=4][B]Evidencias.[/B][/SIZE] En los archivos estatales en Berlín, Urwand encontró una carta de enero de 1938 de la rama alemana de la 20th Century Fox en la que se pregunta si Hitler compartiría sus opiniones sobre las películas estadounidenses, firmada: "Heil Hitler!". Siguieron otros descubrimientos, incluidas notas de asistentes de Hitler en las que están registradas sus reacciones a películas que veía cada noche (le encantaban Laurel y Hardy, pero odiaba a Tarzán). También descubrió registros detallados de las visitas regulares a los estudios que hicieron funcionarios alemanes, incluido Georg Gyssling, el cónsul especial asignado para monitorear a Hollywood, quien veía las películas, dictaba solicitudes de cortes escena por escena y participaba en extraños debates. Historiadores anteriores escribieron sobre la batalla por The Mad Dog of Europe, una película antinazi, planeada en 1933, a la que se opusieron algunos organismos judíos porque avivaría el antisemitismo. Sin embargo, Urwand, quien descubrió el único guión conocido, argumenta que a los estudios sólo les preocupaba proteger su negocio con Alemania. "La colaboración" de Hollywood, argumenta Urwand, empezó en 1930, cuando Carl Laemmle Jr., de los estudios Universal, estuvo de acuerdo en hacer cortes significativos a Sin novedad en el frente después de los disturbios provocados por el partido nazi, que estaba en ascenso en Alemania. [SIZE=4][B]Hay más de una campana[/B][/SIZE] El trabajo de Ben Urwand está generando ya controversias. Académicos como Doherty, de Brandeis, señalan que muchas películas de la época contenían velados elementos antinazis. Y Steven J. Ross, catedrático de historia en la Universidad del Sur de California, trabaja en un libro en el que detalla la poco conocida historia de una extensa red de espionaje antinazi que comenzó a funcionar en Los Angeles en 1934, financiada por los propios magnates de Hollywood. [SIZE=4][B]Ubicando los hechos en el correspondiente contexto[/B][/SIZE] Guillermo Zapiola Las afirmaciones de Ben Urwand en su trabajo sobre Hollywood y el nazismo requieren de algún contexto. No hay dudas de que los magnates de Hollywood trataron de no incomodar al régimen nazi en los años 30: Alemania era un mercado importante. Pero también trataron de aplacar primero a la República Española (Paramount arriesgaba un boicot por difundir Capricho español de von Sternberg), y a Franco luego (nunca se supo quiénes eran los villanos en Por quién doblan las campanas). Y durante la II Guerra Mundial, Stalin fue un buen tipo en el cine norteamericano (ver Misión en Moscú, La estrella del norte o Sombras en la nieve) aunque se volvió malo después. Hoy están haciendo películas que apuntan al mercado chino. El dólar no es rojo ni pardo. Es verde. [SIZE=4][B]CON Y CONTRA LA ESVÁSTICA[/B][/SIZE] [SIZE=4][B]Sin novedad en el frente[/B][/SIZE] La versión cinematográfica dirigida por Lewis Milestone en 1930 sobre la novela de Erich Maria Remarque, molestó a los partidarios de Hitler con su mensaje antibélico. Para amortiguar las ofensas y evitar escándalos en los cines alemanes, la empresa Universal aceptó realizar varios cortes al film. [SIZE=4][B]La vida de Emilio Zola[/B][/SIZE] Solamente una vez, y en un documento que se lee en pantalla (no en el diálogo), se dice en esta película de 1937 que el falsamente acusado capitán Alfred Dreyfuss es judío. Warner no quiso incomodar a los nazis, y tampoco a los antisemitas norteamericanos. [SIZE=4][B]Confesiones de un espía nazi[/B][/SIZE] La guerra se aproximaba, y Hollywood comenzó a pintar a los nazis con acentos más claramente perversos. Tras esta película de Litvak de 1939, los Tres Chiflados vapulearon a Hitler en persona en uno de sus cortos, y seis meses después Chaplin hizo El gran dictador. Luego vino un aluvión antinazi. el pais.es [/QUOTE]
Insertar citas…
Verificación
¿Cuanto es 2 mas 6? (en letras)
Responder
Inicio
Foros
Area Militar General
Historia Militar
Notas en los medios sobre Nazismo
Este sitio usa cookies. Para continuar usando este sitio, se debe aceptar nuestro uso de cookies.
Aceptar
Más información.…
Arriba