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<blockquote data-quote="Shandor" data-source="post: 1415905" data-attributes="member: 50"><p><span style="font-size: 18px"><strong>Holocausto: escaparse del horror</strong></span></p><p><strong></strong></p><p><strong>Historias de los que llegaron al país huyendo delterror del nazismo y con el desafío de rehacer sus vidas en una nueva tierra.</strong></p><p>Viajar en un barco durante cincuenta días adentro de un ropero puede parecer duro.Pero si quien lo hizo es un sobreviviente de un campo de concentración nazi en busca de una nueva vida luego del horror, todo suena distinto. “Después de todolo que nos había ocurrido, eso no nos importaba nada”, afirma David Galante,quien hoy tiene 89 años y que llegó a la Argentina en 1947. Nació en la Isla deRodas, Grecia. </p><p>Roberto <strong>Hübscher,de 80, tenía seis años en 1938 cuando fue a jugar al arenero, costumbre que compartía con su amiga Gerda.Inesperadamente, un grupo de soldados apareció marchando: hacían el saludo naziy gritaban “Heil Hitler”. Su compañera del parque se unió a ellos y él, sin entender de qué se trataba, intentó imitar a su amiga, hasta que su madre lo vio y se lo llevó a su casa. En su mente de niño, quizás fue ese el anuncio delo que luego vendría: alejarse de la ciudad que lo había visto nacer, Viena, la capital de Austria. Roberto llegó junto a sus padres a Argentina en 1938. </strong></p><p><strong>David no pudo escapar del infierno. En 1944, cuando tenía 20 años, él y su familia fueron enviados al brutal campo de concentraciónde Auschwitz, donde murieron sus padres y sus tres hermanas en manos del régimen nazi que, como a ellos, asesinó a millones de judíos. Hasta este año, la cifra que se estimaba era de seis millones devíctimas, y recientes investigaciones del Museo del Holocausto de EstadosUnidos hablan de entre quince y veinte millones de personas que murieron o estuvieron en los campos de exterminio. </strong></p><p><strong>Cuando las tropas rusas llegaron para liberar a los prisioneros del nazismo, David, que pesaba 38 kilos, se encontraba en la enfermería recuperándose de una quemadura. Un día que tenía mucho frío decidió acercarse al fuego, pero un soldado nazi lo tiró. Sin importarle que la enfermería fuera la “antesala de la muerte” se acercó, porque las quemaduras se habían empezado a infectar: “Los nazis no querían gente enferma, los eliminaban. Por suerte había llegado la orden de Berlín de que tenían que destruir las cámaras de gas y los crematorios, no querían dejar evidencia de lo que estaban haciendo”, detalla. Cuando el ejército ruso llegó, recuperó 20 kilos en dos meses. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, David empezó adeambular por Europa hasta que pudo volver a Grecia. </strong></p><p><strong>Roberto y su familia pudieron escapar de lHolocausto, aunque eso no significa que hayan logrado huir del odio de los nazis y del dolor que provocaron: “El hecho decisivo fue el 'Anschluss' -la incorporación de Austria al Tercer Reich- en marzo de 1938, la expropiación de la empresa donde trabajaba mi padre -los dueños eran una familia judía- y su despido perentorio del empleo”, recuerda. </strong></p><p><strong>Durante la Segunda Guerra Mundial, e incluso después,las fronteras de muchos países se endurecieron frente a la inmigración. Argentina no fue la excepción: un ejemplo de estas políticas es la circular secreta del ministro de Relaciones Exteriores, José María Cantilo, en 1938, en la que se instaba a los cónsules a negar la visa a aquél que abandonara “su país de origen como indeseable o expulsado, cualquiera sea el motivo de su expulsión”. <span style="color: #ff0000">La orden recién fue derogada en 2005.</span></strong></p><p><strong>Un tío de Roberto vivía en Argentina desde 1924, pore so fue el destino elegido: “Todavía era legal: la última visa que dio el consulado argentino en julio de 1938, cuando entró a regir la resolución secreta de Cantilo de no dar visas a los judíos”, cuenta. Su padre, que anteriormente había trabajado en una fábrica de calzado, se incorporó a Industrias Yuvena: “Pudimos rearmar una vida. En una clase media baja, teniendo en cuenta que mi padre tuvo que volver a comenzar, de ser gerente transnacional pasó a organizar una producción de alpargatas desde cero”, detalla. Después de una infancia de dolorosos movimientos, con los recuerdos que lo acompañarán toda su vida, Roberto terminó el secundario con la ayuda de su familia, se casó y estudió Química en la UBA. </strong></p><p>La radio, ese aparato que crea una relación íntima con quien lo escucha, un día le dijo a David que uno de sus hermanos había sobrevivido. La emoción fue inmensa.Ese hermano estaba en Italia y antes había estado en el campo de concentración Bergen-Belsen. Se reencontraron y decidieron partir hacia Argentina, donde otro hermano de ellos residía desde antes de la guerra. “Europa estaba toda en llamas. Después de todo lo que habíamos pasado, lo único que queríamos era alejarnos”, cuenta David.</p><p>Llegaron escondidos en un barco. El hermano que vivía en Argentina tenía un amigo que era comisario de un barco de carga, quien los ayudó. David pudo rehacer su vida en Argentina a pesar del infierno de Auschwitz. Se casó, tuvo dos hijos y ahora tiene dos nietos. Trabajó en una fábrica de bicicletas hasta que se jubiló.Recién después de cincuenta años pudo hablar de su historia y hoy es una de las voces de la memoria del Museo del Holocausto.</p><p>Lea lanota central de esta entrega: <a href="http://www.clarin.com/sociedad/argentino-ayudo-escapar-nazismo_0_980302126.html"><u>“El argentino que nosayudó a escapar del nazismo”</u></a>. Por Liselotte Leiser </p><p>clarin</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Shandor, post: 1415905, member: 50"] [SIZE=5][B]Holocausto: escaparse del horror[/B][/SIZE] [B] Historias de los que llegaron al país huyendo delterror del nazismo y con el desafío de rehacer sus vidas en una nueva tierra.[/B] Viajar en un barco durante cincuenta días adentro de un ropero puede parecer duro.Pero si quien lo hizo es un sobreviviente de un campo de concentración nazi en busca de una nueva vida luego del horror, todo suena distinto. “Después de todolo que nos había ocurrido, eso no nos importaba nada”, afirma David Galante,quien hoy tiene 89 años y que llegó a la Argentina en 1947. Nació en la Isla deRodas, Grecia. Roberto [B]Hübscher,de 80, tenía seis años en 1938 cuando fue a jugar al arenero, costumbre que compartía con su amiga Gerda.Inesperadamente, un grupo de soldados apareció marchando: hacían el saludo naziy gritaban “Heil Hitler”. Su compañera del parque se unió a ellos y él, sin entender de qué se trataba, intentó imitar a su amiga, hasta que su madre lo vio y se lo llevó a su casa. En su mente de niño, quizás fue ese el anuncio delo que luego vendría: alejarse de la ciudad que lo había visto nacer, Viena, la capital de Austria. Roberto llegó junto a sus padres a Argentina en 1938. David no pudo escapar del infierno. En 1944, cuando tenía 20 años, él y su familia fueron enviados al brutal campo de concentraciónde Auschwitz, donde murieron sus padres y sus tres hermanas en manos del régimen nazi que, como a ellos, asesinó a millones de judíos. Hasta este año, la cifra que se estimaba era de seis millones devíctimas, y recientes investigaciones del Museo del Holocausto de EstadosUnidos hablan de entre quince y veinte millones de personas que murieron o estuvieron en los campos de exterminio. Cuando las tropas rusas llegaron para liberar a los prisioneros del nazismo, David, que pesaba 38 kilos, se encontraba en la enfermería recuperándose de una quemadura. Un día que tenía mucho frío decidió acercarse al fuego, pero un soldado nazi lo tiró. Sin importarle que la enfermería fuera la “antesala de la muerte” se acercó, porque las quemaduras se habían empezado a infectar: “Los nazis no querían gente enferma, los eliminaban. Por suerte había llegado la orden de Berlín de que tenían que destruir las cámaras de gas y los crematorios, no querían dejar evidencia de lo que estaban haciendo”, detalla. Cuando el ejército ruso llegó, recuperó 20 kilos en dos meses. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, David empezó adeambular por Europa hasta que pudo volver a Grecia. Roberto y su familia pudieron escapar de lHolocausto, aunque eso no significa que hayan logrado huir del odio de los nazis y del dolor que provocaron: “El hecho decisivo fue el 'Anschluss' -la incorporación de Austria al Tercer Reich- en marzo de 1938, la expropiación de la empresa donde trabajaba mi padre -los dueños eran una familia judía- y su despido perentorio del empleo”, recuerda. Durante la Segunda Guerra Mundial, e incluso después,las fronteras de muchos países se endurecieron frente a la inmigración. Argentina no fue la excepción: un ejemplo de estas políticas es la circular secreta del ministro de Relaciones Exteriores, José María Cantilo, en 1938, en la que se instaba a los cónsules a negar la visa a aquél que abandonara “su país de origen como indeseable o expulsado, cualquiera sea el motivo de su expulsión”. [COLOR=#ff0000]La orden recién fue derogada en 2005.[/COLOR] Un tío de Roberto vivía en Argentina desde 1924, pore so fue el destino elegido: “Todavía era legal: la última visa que dio el consulado argentino en julio de 1938, cuando entró a regir la resolución secreta de Cantilo de no dar visas a los judíos”, cuenta. Su padre, que anteriormente había trabajado en una fábrica de calzado, se incorporó a Industrias Yuvena: “Pudimos rearmar una vida. En una clase media baja, teniendo en cuenta que mi padre tuvo que volver a comenzar, de ser gerente transnacional pasó a organizar una producción de alpargatas desde cero”, detalla. Después de una infancia de dolorosos movimientos, con los recuerdos que lo acompañarán toda su vida, Roberto terminó el secundario con la ayuda de su familia, se casó y estudió Química en la UBA. [/B] La radio, ese aparato que crea una relación íntima con quien lo escucha, un día le dijo a David que uno de sus hermanos había sobrevivido. La emoción fue inmensa.Ese hermano estaba en Italia y antes había estado en el campo de concentración Bergen-Belsen. Se reencontraron y decidieron partir hacia Argentina, donde otro hermano de ellos residía desde antes de la guerra. “Europa estaba toda en llamas. Después de todo lo que habíamos pasado, lo único que queríamos era alejarnos”, cuenta David. Llegaron escondidos en un barco. El hermano que vivía en Argentina tenía un amigo que era comisario de un barco de carga, quien los ayudó. David pudo rehacer su vida en Argentina a pesar del infierno de Auschwitz. Se casó, tuvo dos hijos y ahora tiene dos nietos. Trabajó en una fábrica de bicicletas hasta que se jubiló.Recién después de cincuenta años pudo hablar de su historia y hoy es una de las voces de la memoria del Museo del Holocausto. Lea lanota central de esta entrega: [URL='http://www.clarin.com/sociedad/argentino-ayudo-escapar-nazismo_0_980302126.html'][U]“El argentino que nosayudó a escapar del nazismo”[/U][/URL]. Por Liselotte Leiser clarin [/QUOTE]
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Verificación
Guerra desarrollada entre Argentina y el Reino Unido en 1982
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