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<blockquote data-quote="TORDO79" data-source="post: 1550471" data-attributes="member: 3802"><p><span style="font-size: 22px"><strong>Historia de un Alemán, de Sebastian Haffner</strong></span></p><p><span style="font-size: 22px"></span></p><p>24 de Abril de 2014</p><p></p><p>"...Recomiendo con entusiasmo a los lectores el estupendo libro de <strong>Sebastian Haffner</strong>, '<strong><em>Historia de un Alemán'</em></strong> (Barcelona: Ediciones Destino, 2012), que hace poco disfruté. Se trata de las memorias de este destacado historiador, correspondientes a los años 1914-1933; es decir, desde el comienzo de la <strong>Primera Guerra Mundial </strong>hasta el <strong>ascenso de Hitler al poder</strong>.</p><p></p><p>Haffner experimentó esos años cruciales como niño, adolescente y joven adulto en medio de inmensas <strong>convulsiones</strong>, que eventualmente<strong> le forzaron a abandonar su país</strong> por décadas.</p><p></p><p>El libro es de gran interés para los <strong>venezolanos</strong> de hoy, pues existen elocuentes analogías entre lo que sucedió ese tiempo en <strong>Alemania</strong> y lo que ahora acontece en <strong>Venezuela</strong>. Desde luego, insisto en que hablamos acá de analogías y no de repeticiones. Por ejemplo, escribe Haffner:<u> <em><strong>“No me equivoqué ni un solo instante al pensar que los nazis eran unos enemigos para mí y para todo lo que yo apreciaba. En lo que sí erré por completo fue al no pensar que fueran a convertirse en unos enemigos tan terribles”</strong></em></u>. Estoy seguro de que tales impresiones resuenan con fuerza en los espíritus de muchos entre nosotros.</p><p></p><p>Entre los numerosos aspectos que de estas memorias, admirablemente estructuradas, pueden señalarse con miras a su pertinencia para la actual Venezuela, tres en particular llaman la atención. El primero, ya esbozado, se refiere a la dificultad que con frecuencia nos impide evaluar con claridad y tempranamente la magnitud de una <strong>amenaza política, encarnada en un propósito revolucionario</strong>. Ello les pasó a Haffner y a incontables compatriotas suyos, que solo entendieron lo que Hitler y sus seguidores realmente representaban cuando era <strong>demasiado tarde para detenerles</strong>.</p><p></p><p>El segundo tema tiene que ver con lo ocurrido en marzo de 1933. Luego de solo dos meses en el poder nuevas elecciones fueron convocadas por Hitler y los nazis, que obtuvieron como partido político el mayor número de posiciones en el parlamento, pero que no obstante y a pesar de la avasallante propaganda, intimidación y persecución a sus adversarios no lograron la mayoría absoluta. Los alemanes todavía rechazaron en ese momento clave, aunque por escaso margen, la amenaza mortal del <strong>hitlerismo</strong>. La sociedad mostró no estar aún de rodillas frente al mal. Sin embargo, ante esta inesperada derrota, los <strong>nazis</strong> <strong>reaccionaron con eficacia</strong>. Al poco tiempo la victoria se disipó, los dirigentes se esfumaron, las organizaciones sucumbieron y el camino quedó abierto al totalitarismo nazi. Fue esta una experiencia sobre la que cabe reflexionar, pues las oportunidades no son infinitas y las que se pierden muy pocas veces retornan.</p><p></p><p>En tercer lugar, transcribo lo que Haffner con tanta lucidez expone:<em><strong><u> “Puede sonar paradójico, pero no deja de ser un simple hecho que las decisiones y los acontecimientos históricos realmente importantes tienen lugar entre nosotros, en los seres anónimos, en las entrañas de un individuo cualquiera, y que ante esas decisiones masivas y simultáneas, cuyos responsables a menudo no son conscientes de estar tomando, hasta los dictadores, los ministros y los generales más poderosos se encuentran completamente indefensos”</u></strong></em>. Esta observación me parece de un especial contenido para la Venezuela de hoy. Estoy persuadido de que, entre febrero y marzo de este año 2014, la sociedad venezolana experimentó el preludio de un fenómeno de transformación colectiva, y que la llegada de ese punto de saturación que va creciendo en el alma de la <em>“gente cualquiera”</em>, como bien dice Haffner, avanza de modo inexorable y anuncia <strong>grandes cambios</strong>...."</p><p></p><p>Fuente: Aníbal Romero (Filósofo, Politólogo y Doctor en Estudios Estratégicos. Profesor titular de la <strong><a href="http://www.usb.ve/">Universidad Simón Bolívar</a>)</strong></p></blockquote><p></p>
[QUOTE="TORDO79, post: 1550471, member: 3802"] [SIZE=6][B]Historia de un Alemán, de Sebastian Haffner[/B] [/SIZE] 24 de Abril de 2014 "...Recomiendo con entusiasmo a los lectores el estupendo libro de [B]Sebastian Haffner[/B], '[B][I]Historia de un Alemán'[/I][/B] (Barcelona: Ediciones Destino, 2012), que hace poco disfruté. Se trata de las memorias de este destacado historiador, correspondientes a los años 1914-1933; es decir, desde el comienzo de la [B]Primera Guerra Mundial [/B]hasta el [B]ascenso de Hitler al poder[/B]. Haffner experimentó esos años cruciales como niño, adolescente y joven adulto en medio de inmensas [B]convulsiones[/B], que eventualmente[B] le forzaron a abandonar su país[/B] por décadas. El libro es de gran interés para los [B]venezolanos[/B] de hoy, pues existen elocuentes analogías entre lo que sucedió ese tiempo en [B]Alemania[/B] y lo que ahora acontece en [B]Venezuela[/B]. Desde luego, insisto en que hablamos acá de analogías y no de repeticiones. Por ejemplo, escribe Haffner:[U] [I][B]“No me equivoqué ni un solo instante al pensar que los nazis eran unos enemigos para mí y para todo lo que yo apreciaba. En lo que sí erré por completo fue al no pensar que fueran a convertirse en unos enemigos tan terribles”[/B][/I][/U]. Estoy seguro de que tales impresiones resuenan con fuerza en los espíritus de muchos entre nosotros. Entre los numerosos aspectos que de estas memorias, admirablemente estructuradas, pueden señalarse con miras a su pertinencia para la actual Venezuela, tres en particular llaman la atención. El primero, ya esbozado, se refiere a la dificultad que con frecuencia nos impide evaluar con claridad y tempranamente la magnitud de una [B]amenaza política, encarnada en un propósito revolucionario[/B]. Ello les pasó a Haffner y a incontables compatriotas suyos, que solo entendieron lo que Hitler y sus seguidores realmente representaban cuando era [B]demasiado tarde para detenerles[/B]. El segundo tema tiene que ver con lo ocurrido en marzo de 1933. Luego de solo dos meses en el poder nuevas elecciones fueron convocadas por Hitler y los nazis, que obtuvieron como partido político el mayor número de posiciones en el parlamento, pero que no obstante y a pesar de la avasallante propaganda, intimidación y persecución a sus adversarios no lograron la mayoría absoluta. Los alemanes todavía rechazaron en ese momento clave, aunque por escaso margen, la amenaza mortal del [B]hitlerismo[/B]. La sociedad mostró no estar aún de rodillas frente al mal. Sin embargo, ante esta inesperada derrota, los [B]nazis[/B] [B]reaccionaron con eficacia[/B]. Al poco tiempo la victoria se disipó, los dirigentes se esfumaron, las organizaciones sucumbieron y el camino quedó abierto al totalitarismo nazi. Fue esta una experiencia sobre la que cabe reflexionar, pues las oportunidades no son infinitas y las que se pierden muy pocas veces retornan. En tercer lugar, transcribo lo que Haffner con tanta lucidez expone:[I][B][U] “Puede sonar paradójico, pero no deja de ser un simple hecho que las decisiones y los acontecimientos históricos realmente importantes tienen lugar entre nosotros, en los seres anónimos, en las entrañas de un individuo cualquiera, y que ante esas decisiones masivas y simultáneas, cuyos responsables a menudo no son conscientes de estar tomando, hasta los dictadores, los ministros y los generales más poderosos se encuentran completamente indefensos”[/U][/B][/I]. Esta observación me parece de un especial contenido para la Venezuela de hoy. Estoy persuadido de que, entre febrero y marzo de este año 2014, la sociedad venezolana experimentó el preludio de un fenómeno de transformación colectiva, y que la llegada de ese punto de saturación que va creciendo en el alma de la [I]“gente cualquiera”[/I], como bien dice Haffner, avanza de modo inexorable y anuncia [B]grandes cambios[/B]...." Fuente: Aníbal Romero (Filósofo, Politólogo y Doctor en Estudios Estratégicos. Profesor titular de la [B][URL='http://www.usb.ve/']Universidad Simón Bolívar[/URL])[/B] [/QUOTE]
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