El responsable del programa “F-110” de la Armada expondrá en Londres el alcance de la futura fragata española, que “se integrará en un nuevo escuadrón bajo la cadena de mando del Almirante de la Flota”
Miércoles 27 de Noviembre de 2013 12:38
(defensa.com)
Fabricadas por Navantia, las fragatas F-110 reemplazarán a las seis de la clase “Santa María”, que llegarán al final de su vida operativa en 2020 y están llamadas a reforzar las capacidades de la flota de la Armada española durante al menos 40 años, siendo una solución intermedia entre los BAM (Buques de Acción Marítima) y las fragatas de la clase Álvaro de Bazán. Designadas por la Armada como BSA (Buque de Superficie de la Armada), el objetivo es contar con un buque multi-propósito con capacidad de defensa antiaérea. Estarán dotadas asimismo con un helicóptero y un transporte aéreo no tripulado.
Aunque la información oficial del desarrollo del programa es limitada, el capitán Juan González Aller Lacalle, jefe del proyecto del Programa F-110 en la Armada, explicará en el encuentro Surface Warships 2014 (Londres, 20-31 de enero de 2014) la futura estrategia de la flota y ahondará en el proceso que lleva a cabo la industria con la Armada para determinar los requisitos y las capacidades de las F-110. Aller Lacalle explicó a la publicación Defence IQ el estado del programa en estos momentos.
“La F-110 se integrará dentro de la Armada española en un nuevo escuadrón de fragatas bajo la cadena de mando del Almirante de Flota ”, precisó, quien “estará a cargo de la preparación, formación, y proceso de certificación de las nuevas unidades para ser integradas en cualquier fuerza naval en el desempeño de operaciones reales. El escuadrón sustituirá al de la clase FFG y, siendo un buque de escolta oceánica, se espera que la F-110 incremente la capacidad para operar en el litoral”.
El capitán Aller detalló asimismo que “en España, para cada programa, el proceso de desarrollo de las capacidades tiene cuatro fases: “Concepto”, “Definición y Decisión”, “Ejecución” y “Servicio””. La primera fase ya finalizó en enero de 2013, e incluye la elaboración de dos documentos. “Ahora estamos en el medio de la fase de “Definición y Decisión”, lo que significa, en otras palabras, que el desarrollo de los “Requisitos del Personal” debería estar completo en junio de 2014, fase dirigida por el personal de la Armada. Una vez se haya completado esta fase, el ministro de Defensa y la Armada tomarán las riendas de las siguientes etapas, relacionadas con los pasos a seguir en el desarrollo de las capacidades”.
El objetivo fundamental del programa es ser polivalente y proveer una solución modular y a la vez eficiente en términos de costos. Sin embargo, algunas de las características podrían necesitar ser permanentes, por lo que existe cierta curiosidad en lo que respecta a la medida en la que el espacio físico estará limitado a misiones específicas o bien pueda existir riesgo de que las carencias en la capacidad sean inevitables en ciertas ocasiones.
“Muchas de las capacidades de las F-110 son permanentes, las que nosotros denominamos como capacidades básicas de la embarcación”, explica Lacalle. “Además, las F-110 tendrán un espacio flexible multifuncional, dedicado a distribuir capacidades modulares, no permanentes, que incrementen las básicas de la embarcación sólo para objetivos específicos en las misiones. Cada capacidad modular está compuesta de una misión modular, que es la misión de sistemas y equipos de apoyo, además del personal que requiera para operar con ellas en el mar".
Una serie de capacidades modulares han sido ya identificadas, entre ellas la capacidad contra minas, operaciones con vehículos no tripulados (UAV, USV, etc.), soporte médico y un módulo de prisión, entre otras. De acuerdo con el perfil de la misión, se emprenderá una diferente combinación de módulos de misiones. Según Aller, “ ahora estamos inmersos en estudios para identificar todos los requisitos a considerar en la fragata, no sólo los relacionados con la embarcación, sino también los relacionados con la organización, infraestructura y organizaciones de tierra, entre otros muchos. Ya hemos identificado la capacidad adicional que las F-110 van a proveer por sus características modulares".
Respecto a los objetivos de recorte en el número de efectivos a bordo, el responsable del programa aseguró que “estamos analizando diferentes maneras que quizá nos permitan reducir los complementos del buque, comparados con nuestro FFG y las fragatas F-100. El concepto general de una tripulación reducida que la Armada está adoptando para todas las nuevas unidades tiene un impacto directo en el costo de adquisición, disminuyendo el coste del ciclo de vida, y también en el desplazamiento (menos las zonas de alojamiento a bordo); minimizando así la probabilidad de bajas en combate o accidentes en el mar. Además, las nuevas tecnologías permiten el diseño de las embarcaciones con un alto nivel de automatización y que sistemas no tripulados a bordo sean capaces de llevar a cabo algunas de las tareas que tradicionalmente ha realizado la tripulación, hay otros diseños involucrados que ni siquiera requieren de una atención permanente de la tripulación”.
El capitán Aller se refirió asimismo a la colaboración con Navantia, con quien, dijo, “desde un principio hemos estado trabajando conjuntamente. Un equipo de sus ingenieros han estado apoyándonos y compartiendo información con la Armada española y su Comando Logístico para identificar las necesidades técnicas de la F-110. Por lo tanto, el feedback de Navantia con nuestros requisitos operativos es lo que nos permite evaluar correctamente la viabilidad o dificultades para conseguir lo que necesitamos”.
El almirante jefe del Estado Mayor de la Armada (Ajema), Jaime Muñoz-Delgado, rubricaba el pasado 27 de diciembre las líneas generales de la Marina para los «próximos años». En el documento, donde se explicita que la crisis y los recortes presupuestarios afectan a toda la estructura de la Armada, si marca que “las prioridades de la Armada deben centrarse en adquirir cinco unidades de la nueva serie de fragatas F-110 para sustituir a las fragatas clase Santa María”. El futuro de la Armada y del equilibrio de la flota pasa por la ejecución de la clase F-110, que como sus predecesoras, las F-100, se fabricarían en los astilleros de Navantia . No se ha marcado, no obstante, ningún tipo de plazo ni presupuesto para la puesta en marcha del programa.