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Trump desvela la nueva estrategia de Estados Unidos en Afganistán: "No diré cuándo vamos a atacar, pero atacaremos"
Su "instinto original" era retirar las tropas -como venía pidiendo desde 2011- , pero finalmente no lo ha seguido. El nuevo enfoque estratégico se asienta sobre la premisa de que no va a anunciar previamente lo que las fuerzas armadas van a hacer. "Las condiciones en el terreno guiarán nuestra acciones", señaló en su discurso ante decenas de soldados y un nutrido grupo de miembros de su gabinete.
"No hablaremos sobre el número de tropas o nuestros planes sobre futuras acciones militares", subrayó Trump para explicar uno de los pilares de la nueva estrategia. Desde el pasado mes de junio, el máximo responsable de Defensa contaba con la autorización del presidente para enviar hasta 3.900 soldados a Afganistán. Una cifra que ha quedado en el aire.
El presidente insistió en que es contraproducente dar números o anunciar cuándo se va a atacar. "Los enemigos de EEUU no deben saber nuestros planes", apuntó antes de señalar que no dirá "cuándo vamos a atacar, pero atacaremos".
Tras el anuncio del presidente estadounidense, los talibán han respondido diciendo que Afganistán se convertirá en el "cementerio" de Estados Unidos. "Si los estadounidenses no retiran sus fuerzas de Afganistán, no está lejos (el día en que) Afganistán se convertirá en el cementerio del siglo XXI del imperio estadounidense", indicó en un comunicado remitido a Efe el portavoz de los talibán, Zabihullah Mujahid.
El portavoz talibán aseguró que los insurgentes continuarán en su lucha hasta que EEUU abandone el país. "Mientras que un soldado de EEUU permanezca en el país (...) continuaremos con nuestra yihad contra ellos con la moral fuerte, con plena voluntad y más sobriedad", detalló el líder talibán.
Mujahid aseguró que la "liberación del territorio afgano de los invasores" supone una obligación religiosa y moral para los afganos. "Era necesario que América pensara en retirar sus fuerzas en lugar de continuar la guerra", añadió el portavoz talibán, que señaló que Afganistán no representa "ninguna amenaza para nadie".
Otro de los pilares del nuevo enfoque para la región se basa en la integración de los instrumentos del poder estadounidense: diplomático económico y militar. Y en ejercer más presión sobre Pakistán.
Esta decisión contraria a sus instintos supone un giro respecto a la posición del último lustro, mientras Barack Obama estaba en la Casa Blanca. Entonces Trump demandaba el regreso de los soldados. "Salgamos de Afganistán. Nuestras tropas están siendo asesinadas por los afganos que entrenamos y estamos malgastando miles de millones de dólares allí", escribía en enero de 2013 en Twitter. Tampoco faltó un llamamiento a "reconstruir Estados Unidos".
Este comentario se producía unos días después de que un miembro del ejército nacional afgano abriera fuego dentro de la base militar de la provincia de Paktika y matase a dos soldados y un civil estadounidenses.
Según explicó este lunes en su comparecencia, Trump se ha dado cuenta de que significa tomar decisiones en el Despacho Oval -aunque sean justo las contrarias a lo que inicialmente pensaba. "Las consecuencias de una salida rápida de Afganistán son predecibles e inaceptables", subrayó antes de referirse a lo que había ocurrido en Iraq en 2011.
"El vacío que creamos yéndonos demasiado pronto [de Iraq] dio refugio a IS para expandir, reclutar y lanzar ataques", dijo el presidente antes de remarcar que "no podemos repetir en Afganistán el mismo error que nuestros líderes cometieron en Irak.
Las fuerzas armadas de EEUU llevan desplegadas en Afganistán 16 años, por lo que algunos denominan a este conflicto la 'guerra interminable'. El objetivo inicial de las fuerzas armadas fue combatir a Al Qaeda en la "guerra contra el eje del mal" declarada por George W. Bush tras el ataque terrorista del 11-S. Desde agosto 2014, recordaba Trump en la carta remitida a los portavoces de la Cámara de Representantes y el Senado, esas operaciones han incorporado una segunda misión complementaria para lucha contra el Estado Islámico de Iraq y Siria (IS) en la región.
En la parte final de su intervención de algo menos de media hora -y en la que también se refirió a la unidad de la nación tras los disturbios de Charlottesville y sus polémicas declaraciones-, Trump incidió en que EE.UU trabajará con el gobierno afgano mientras vea determinación progreso. Ahora bien, advirtió Ashraf Ghani que "nuestro compromiso no es ilimitado y nuestro apoyo no es un cheque en blanco". La Administración estadounidense espera ver reformas y progresos.
El Pentágono advertía en su informe dado a conocer en junio de 2017 que al menos 20 grupos insurgentes-terroristas operaban en esta zona -incluyendo los talibán, la Conexión Haqqani, que parece estar detrás del atentado de julio en Kabul, ISIS-K y Al Qaeda-, lo que la convertía en "la concentración de extremistas y grupos terroristas más grande del mundo".
La guerra más larga en la que ha estado involucrada Estados Unidos en la historia deja un mortífero balance de civiles y militares. Según el departamento de Defensa 2.216 soldados perdieron la vida -más de 1.800 muertos en 'acciones hostiles'- y decenas de miles heridos. La cifra de víctimas mortales, sin embargo, sólo se extiende hasta diciembre de 2014.
Es por los caídos y por todos los sacrificios realizados en estos 16 años, dijo el presidente, por lo que "nuestra nación debe buscar un resultado honorable y duradero".
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha dado la "la bienvenida" a la nueva estrategia en Afganistán del presidente estadounidense. "Doy la bienvenida al nuevo enfoque del presidente Trump con respecto a Afganistán y la región, basado en condiciones. La OTAN sigue plenamente comprometida con Afganistán y estoy deseando debatir el camino hacia delante con el secretario (de Defensa, James) Mattis y nuestros aliados y socios internacionales", ha afirmado en un comunicado el político noruego.
También ha recordado que los miembros de la Alianza y sus socios ya habían decidido aumentar la presencia militar en Afganistán. En ese sentido, ha subrayado que la OTAN tiene desplegadas en ese estado asiático 12.000 tropas y que en las últimas semanas, más de quince países "han prometido contribuciones adicionales" a la misión aliada "Apoyo Decidido".
http://www.elmundo.es/internacional/2017/08/22/599b95d8ca474171638b466d.html