Responder al tema

Mensaje: <blockquote data-quote="Shandor" data-source="post: 1378822" data-attributes="member: 50">El final del “vamos por todo” de la teocracia iraníEl cambio político en Irán es enorme pero no debe esperarse una mutación inmediata de los conflictos de ese país en su relación con Occidente, de su programa nuclear o respecto a la relación que Teherán mantiene con el régimen sirio. Hassan Rohani es un reformista muy moderado y pertenece al círculo de clérigos conservadores.Es un hombre de la revolución islámica. Pero el dato central es que tiene una visión diferente que se plantea la reconstrucción de los vínculos de su país con el mundo. Ese tejido fue destruido durante los ocho años del gobierno oscurantista de Mahmud Ahmadinejad que fueron de una constante exasperación, crisis económica, corrupción extendida y ausencia de futuro para una amplísima población joven. La voz de Rohani, que arrasó en las urnas, es la de esa gente irritada y también la del establishment que intuye que, por el camino de ir por todo emprendido por los ultraconservadores y dogmáticos, a Irán sólo le esperaba el abismo.Esta elección sorprendente barrió a un lejano tercer lugar al delfín del líder supremo, el ayatollah Ali Khamenei, lo que implica un mensaje lapidario e imprevisible también para ese vértice. La masividad del voto y de la participación desmanteló la alternativa de una eventual repetición de la maniobra represiva de hace cuatro años que sostuvo contra natura y con decenas de muertos en la calle la reelección de Ahmadinejad. La ruptura de una verticalidad de hierro y el descubrimiento de un instante al otro de que el poder y sus dueños son menos de lo que se promocionaba, es la consecuencia más notable de una población hastiada ante el profundo divorcio de la dirigencia con los intereses de la gente. Es una lección impactante que le convendría observar con atención al líder turco Tayyip Erdogan, interpelado en las calles por masas hartas de no ser escuchadas. Y no sólo a él. También a muchos regímenes alrededor del mundo, muy claramente en nuestras orillas, que se han enamorado del trono en que acabaron sentándose sus presidentes sordos y ciegos a las demandas de cambio y el rechazo generalizado a los abusos.Este proceso enseña que hay un momento en que la gente acaba preguntándose cuál es el lugar que le toca y pasa por encima de los discursos autistas y autocelebratorios para hallar la respuesta. Esto sucede no sólo como reacción a la crisis económica que devora sus posibilidades de desarrollo. Es, además, por el derecho ganado a una vida mejor que malversan estos poderes concentrados.clarin</blockquote>

Verificación: ¿Cuanto es 2 mas 6? (en letras)