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Mensaje: <blockquote data-quote="Sebastian" data-source="post: 1400048" data-attributes="member: 8629">El iraní Ahmadineyad se despide de la presidencia con su retórica antiisraelíDeja la Presidencia señalado por sus compatriotas como el culpable de la crisis económicaEn su discurso de despedida con nuevas amenazas a Israel<img src="http://ep01.epimg.net/internacional/imagenes/2013/08/02/actualidad/1375452286_218101_1375454266_noticia_normal.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" />El presidente saliente Ahmadineyad este jueves al despedirse. / ABEDIN TAHERKENAREH (EFE)Vilipendiado en el extranjero por sus virulentos ataques contra Occidente, culpado en su país por la crisis económica y aislado del líder supremo que le alumbró para el poder, <a href="http://internacional.elpais.com/tag/mahmud_ahmadineyad/a/">Mahmud Ahmadineyad</a> abandona la Presidencia de Irán con muy pocos amigos y un futuro incierto. Los iraníes eligieron a su antítesis –Hasán Rohani, un hombre de maneras suaves, miembro moderado del clero—para sustituirlo, esperando sin duda tiempos mejores que los ocho últimos años que han padecido bajo el cáustico oustider de mano dura.La retórica abrasiva de Ahmadineyad le convirtió en objetivo fácil para los adversarios de Irán en el extranjero, y el colapso de la economía bajo el peso de las sanciones internacionales y la mala gestión interna le convirtieron en un imán al que echar la culpa en casa.Pero aquellos que esperaban una rápida mejora de la calidad de vida, una acelerada reconciliación con Occidente o más transparencia en la manera en que Irán es gobernado pueden encontrarse pronto con que los problemas son más profundos que el pequeño hombre con de barba desaliñada y trajes mal cortados.Desde su sorpresiva victoria en las elecciones de 2005, Ahmadineyad ascendió de la casi absoluta oscuridad para convertirse en el protagonista más visible en el escenario iraní, recuperándose por el camino de <a href="http://internacional.elpais.com/internacional/2009/06/19/actualidad/1245362406_850215.html">un disputado triunfo en para la reelección</a> que sacudió al país hasta los cimientos.Su discurso de despedida como presidente este viernes fue un clásico de Ahmadineyad: “Prometo a Dios que se avecina una tormenta feroz que arrancará la entidad sionista”, ha dicho en referencia a Israel en el día de Jerusalén, una fiesta anual dedicada a criticar el dominio israelí sobre Jerusalén.Objetivo de las mofas de los iraníes progresistas, logró la admiración de los tradicionalistas y las clases trabajadoras a través de su carisma, su vida sencilla y sus creencias populistas.Aprovechando cada ocasión para molestar a los detractores de Irán, ha acusado a Estados Unidos de estar detrás de los atentados del 11-S, ha negado que en Irán existan homosexuales y ha arremetido contra los líderes occidentales por ser manipulados por los “mentirosos sionistas”.“La retórica irresponsable del presidente sobre Israel, el Holocausto y otros asuntos ha profundizado el aislamiento de Irán”, según Shaul Bakhas, profesor de Historia de la Universidad de George Mason en Virginia (EEUU). “Su asunción del lenguaje de la negación del Holocausto, su predicción de que Israel será borrado del mapa de la historia… facilitó que muchos pintaran a Irán como un Estado radical”.<a href="http://internacional.elpais.com/internacional/2013/08/02/actualidad/1375452286_218101.html">http://internacional.elpais.com/internacional/2013/08/02/actualidad/1375452286_218101.html</a></blockquote>

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