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Mensaje: <blockquote data-quote="Shandor" data-source="post: 1629322" data-attributes="member: 50"><a href="http://www.zona-militar.com/financialtimes/Servicios-de-seguridad-britanicos-frente-a-un-desafio-poco-envidiable-20140822-0016.html">Servicios de seguridad británicos frente a un desafío poco envidiable</a>El asesinato del periodista norteamericano James Foley en manos de un militante islámico británico brinda una escalofriante visión de la amenaza que significa el yijadismo local. Salvo una atrocidad el año pasado cuando Lee Rigby, un soldado que estaba fuera de servicio, fue asesinado en las calles de Londres, los servicios de seguridad han mantenido al país libre de yijadistas desde el 7 de julio de 2005, cuando terroristas suicidas atacaron la capital matando a 52 personas. La policía y del MI5 se llevan ese mérito.Si bien la imagen de un británico miembro del grupo islámico Estado de Irak atribuyéndose la autoría de la decapitación de una víctima atada está calculada para provocar, es igualmente escandalosa. Los ciudadanos británicos viajaron en masa hacia Siria desde que comenzó el levantamiento contra el régimen de Assad en 2011. De los 500 que viajaron a Siria y a Irak, unos 200 han regresado a Gran Bretaña. No hay dudas de que fueron bien entrenados y radicalizados.El gobierno de David Cameron hace bien en verificar si está haciendo suficiente para contrarrestar al Estado de Irak y sus equivocados seguidores. Un interrogante que se avecina es si el Reino Unido debería unirse a Estados Unidos en los ataques aéreos para evitar que el grupo Estado de Irak forme un califato fortalecido. Pero cualquiera sea la decisión de Cameron, querrá volver a analizar si el Reino Unido tiene suficientes poderes y recursos legales para boicotear a los violentos islámicos en su país.Cameron debería recordar que no hay soluciones disponibles para este problema. Después de las bombas de 2005, el gobierno de Tony Blair pensaba que el terrorismo se podría desbaratar mediante legislación drástica, incluyendo el disparate de detener preventivamente por noventa días a los sospechosos de terrorismo.Si bien podrían necesitarse algunos poderes nuevos, la policía y los servicios de seguridad ahora cuentan con todo lo que requieren para detener en los puertos gente que viaje hacia o desde Siria. Las políticas británicas para evitar la radicalización musulmana son también buenas, en especial las iniciativas del Ministerio del Interior tendientes a convencer a los musulmanes jóvenes de que rechacen el Yijad. Llegar ahora con iniciativas impulsivas no pensadas en profundidad para aprovechar tiempos preelectorales, sería tonto al extremo.Sin embargo, el repulsivo acto de propaganda yijadista de esta semana lleva a hacer dos reflexiones. Primero, los políticos deben reconocer con mayor honestidad que Gran Bretaña tiene un problema con el extremismo musulmán y se está convirtiendo rápidamente en un conocido exportador del yijad. Se cree que cerca de 4.000 británicos fueron a pelear en Afganistán además de los que han viajado a Siria y a Irak. Los líderes de las comunidades sean mezquitas, escuelas o gobiernos locales deben participar de un debate serio sobre porqué tantos hombres jóvenes se sienten alejados de la sociedad. Y lo mismo con los líderes políticos nacionales. A casi una década de las bombas de 2005, no tenemos respuestas satisfactorias.Segundo, los políticos y los medios deberían reflexionar sobre el daño que hizo Edward Snowden, el ex espía, con sus revelaciones sobre las tareas de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense y la GCHQ británica. La información clasificada que dejó filtrar brindó a los yijadistas el manual básico completo de lo que las autoridades de EE.UU y el Reino Unido son capaces de hacer en términos de vigilancia digital. Las revelaciones también hicieron un daño innecesario a la confianza pública en los servicios de seguridad británicos ya que transmitió el falso mensaje de que se está realizando una masiva vigilancia invasiva.Los archivos de Snowden generaron dudas legítimas sobre la responsabilidad, pero sus seguidores sea la izquierda anti-establishment o la derecha liberal ahora podrían reflexionar sobre una verdad incómoda: la amenaza del islam radical es real y la mayor tarea de los servicios de seguridad es proteger al pueblo.Evitar que los musulmanes jóvenes se radicalicen es una tarea que llevará una generación. Mientras tanto, los servicios de seguridad en Gran Bretaña y de Occidente están desplegados al máximo en el seguimiento de quienes nos podrían hacer daño. Nos estamos olvidando de eso a nuestro riesgo.cronista comercial</blockquote>

Verificación: Libertador de Argentina