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Mensaje: <blockquote data-quote="Barbanegra" data-source="post: 2080699" data-attributes="member: 10064"><img src="http://e02-elmundo.uecdn.es/assets/multimedia/imagenes/2016/08/21/14717791776070.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /> Irak ejecuta a 36 presuntos yihadistas por el asesinato de 1.700 soldados en TikritEn junio de 2014, cuando las huestes del autodenominado Estado Islámico se hicieron con el control de la ciudad iraquí de Tikrit, perpetraron una de sus matanzas más feroces: 1.700 soldados, en su mayoría cadetes que había sido abandonados por sus superiores, fueron liquidados a sangre fría. Este domingo, Irak ha anunciado la ejecución de 36 presuntos yihadistas condenados por haber participar en el baño de sangre.Los militares asesinados se hallaban en el campo Speicher, una vasta base militar arrebatada por EEUU a las tropas de Sadam Husein durante la invasión de 2003 y administrada por las tropas iraquíes desde la retirada de los estadounidenses. Tras la conquista de Tikrit, ciudad natal de Sadam, el IS (Estado Islámico, por sus siglas en inglés) difundió un vídeo jactándose de haber perpetrado una masacre contra cientos de cadetes -con edades comprendidas entre los 19 y 23 años- en las inmediaciones de lo que una vez fue el palacio presidencial del dictador."La ejecución de los 36 condenados por el crimen de Speicher se ha efectuado esta mañana en la prisión de Nasiriya [ubicada en la ciudad homónima, a unos 370 kilómetros al suroeste de Bagdad]", ha confirmado un portavoz de la oficina del gobernador de la provincia de Dhi-Qar a la que pertenece la villa en declaraciones a France Presse. Los ajusticiados, de nacionalidad iraquí, fueron arrestados en 2015 tras la liberación de la villa y sentenciados el pasado febrero por un suceso que provocó consternación y ayudó a movilizar a las milicias chiíes que desde entonces han librado batalla contra el IS y recuperado parte del territorio.En el ahorcamiento estuvo presente el ministro de Justicia, Haidar al Zamili. El mes pasado, el primer ministro, Haidar al Abadi, avanzó que aceleraría la ejecución de los condenados por terrorismo tras el brutal atentado con coche bomba reivindicado por el IS que segó la vida de más 300 personas en la zona comercial de un céntrico barrio bagdadí de Al Karrada, el ataque más sangriento desde la invasión de 2003.Un día después de la matanza, cinco personas fueron ejecutadas. El Gobierno presentó entonces un proyecto de remodelación del código penal que trata de obligar al presidente iraquí a emitir el decreto que confirme la pena capital menos de un mes después de la sentencia definitiva. Unos 3.000 condenados a muerte con fallo firme esperan en las hacinadas prisiones del país árabe.Las autoridades iraquíes hallaron las fosas comunes en las que fueron arrojados los cadáveres tras arrebatar la ciudad a los adláteres de Abu Bakr al Bagdadi en marzo de 2015. Los soldados fueron capturados el 11 de junio de 2014, tras la irrupción de los yihadistas en el enclave. Como había sucedido unos días antes en Mosul, la segunda ciudad de Irak, las unidades del ejército iraquí -adiestradas y sufragadas por Washington- se deshicieron como un azucarillo. Los mandos huyeron ante las noticias de la llegada del IS -con un número de combatientes muy inferior- dejando huérfanos y aturdidos a sus subordinados.Funcionarios del ejército y líderes tribales suníes convencieron a los cadetes de que la carretera era segura y de que lo más sensato era regresar a sus hogares. Fue la trampa que los envió a las tinieblas. Permanecer en el campo habría sido su tabla de salvación. Poco después de abandonar la base, una patrulla de militantes del IS les dio el alto. El batallón de uniformados marchó a pie por las calles de Tikrit. Más tarde, hacinados en camionetas, fueron trasladados al complejo palaciego de Sadam.Una vez en palacio, los yihadistas separaron a los soldados por sectas: a los suníes les dieron la oportunidad de arrepentirse por haber colaborado con las fuerzas del entonces primer ministro Nuri al Malaki. A los chiíes, en cambio, no les ofrecieron otra alternativa que el tiro en la nuca. Se les requisó el móvil y el dinero y se les confinó en un contenedor de carga durante seis largas horas. Al menos dos personas murieron de asfixia.El meticuloso estudio de las fotografías difundidas por el IS y las imágenes por satélite del recinto llevado a cabo por la organización Human Rigths Watch (HRW) arrojó un resultado espeluznante: en los días que siguieron a la conquista de Tikrit el otrora palacio de Sadam fue escenario de una carnicería de cifras aún imprecisas. HRW documentó entre 560 y 770 muertos pero no descartó que fuera la sepultura de otros cientos. La prensa local elevó la cifra a los 3.000 fallecidos.Las instantáneas captadas el 16 de junio de 2014 por el satélite revelaron enormes manchas de sangre en el extremo norte del edificio Saladdin al Ayubi, uno de los inmuebles del palacio presidencial. En otras áreas se detectó el rastro dejado por maquinaria pesada al mover la tierra, lo que HRW consideró el probable indicio de una fosa común.<a href="http://www.elmundo.es/internacional/2016/08/21/57b981e346163fbd278b461a.html">http://www.elmundo.es/internacional/2016/08/21/57b981e346163fbd278b461a.html</a></blockquote>

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