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Mensaje: <blockquote data-quote="Eduardo Moretti" data-source="post: 2204048" data-attributes="member: 3824">Meteorología antártica<img src="http://gacetamarinera.com.ar/wp-content/uploads/2017/03/27-03-17-meteorologia-2.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /><img src="http://gacetamarinera.com.ar/wp-content/uploads/2017/03/27-03-17-meteorologia-1.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" />27/03/2017. Pronosticar el tiempo para resguardar al buque y sus tripulantes es la misión principal del meteorólogo de a bordo.28 personas han leído esto.Antártida – Cada vez que un buque zarpa hacia una misión, el pronóstico del tiempo es una de las variables principales de asesoramiento que recibe su comandante. Esta información se elabora previa a la zarpada y se va actualizando periódicamente. Pero si esas navegaciones se realizan por tiempo prolongado, y más aún, en lugares tan inhóspitos como la Antártida, las unidades llevan a bordo un meteorólogo para profundizar ese trabajo. De su interpretación y pronóstico saldrá el asesoramiento para que el comando, en función de sus objetivos y del tiempo para cumplirlos, pueda determinar la mejor derrota posible que permita cumplir la misión y, al mismo tiempo, resguardar a la unidad y a todos sus tripulantes.El Suboficial Primero Miguel Almeida es el meteorólogo a bordo del transporte ARA “Bahía San Blas”. Entró en la Armada hace 25 años, allá por 1992, y hoy acumula una amplia experiencia en la materia, con varias campañas antárticas, navegaciones en diversos buques de la Flota de Mar, como meteorólogo en la Comisión para el Estudio de la Plataforma Continental Argentina (COPLA) y también en la fragata ARA “Libertad”, donde pudo efectuar pronósticos en el Caribe, Europa y África.La rutina del Suboficial Almeida es estricta. Se levanta a las 3.30 y sube al puente de comando para efectuar el análisis de cartas con los mensajes principales de información meteorológica y las imágenes satelitales. Recopila cada dato útil, lo estudia en profundidad, efectúa un análisis matemático y elabora su informe y pronóstico. Después se reúne con el Jefe de Meteorología, Capitán de Fragata meteorólogo Marcelo Sáenz Hintze, le pasa los datos recopilados y su propio pronóstico, y se discuten las diversas apreciaciones. Ahí se obtiene el pronóstico final que servirá de asesoramiento para el comando. Y todo vuelve a comenzar cíclicamente cada seis horas –a las 9, 15, 21 y 3–.No es habitual que en una operación embarquen dos profesionales meteorólogos, pero en el caso de la “Operación Antártida 113”, el Estado Mayor General de la Armada dispuso esto con el fin de optimizar la eficiencia y eficacia de los pronósticos y, por ende, el asesoramiento a la navegación respecto del estado del tiempo.El Suboficial Almeida explica que “si bien se recibe apoyo de unidades de tierra –del Servicio Meteorológico de la Armada con su central en Buenos Aires, pasando por la Central de la Base Aeronaval Comandante Espora y diversas estaciones hasta llegar en este caso a la Antártida, donde tiene influencia la Base Aeronaval Río Grande– no se cuenta con los datos en tiempo y forma para administrar el pronóstico de la navegación en forma directa; entonces al estar el meteorólogo a bordo, tenemos los datos al momento de la navegación y podemos elaborar las perspectivas y el pronóstico de forma más efectiva”.Y agregó: “Los comandantes requieren el asesoramiento y lo valoran. Todos los días consultan los datos que recibimos y se muestran permeables a nuestro asesoramiento, poniendo ellos también en valor –a veces en contraposición– el cumplimiento de la misión que llevan adelante”.Además de efectuar los pronósticos, el Suboficial Almeida mantiene permanente contacto con la central meteorológica de oportunidad y elabora también un informe glaciológico con el estado de los hielos en porcentajes para asesorar sobre la navegabilidad con presencia de témpanos, gruñones, entre otras cosas. Esto último se complementa con datos de glaciología del Servicio Meteorológico de la Armada.Incluso cuando el buque tiene previsto fondear por varios días, el trabajo del meteorólogo no cesa. Seguirá efectuando lecturas, actualizando datos y emitiendo pronósticos para poder alertar sobre condiciones del tiempo que puedan afectar la posición del buque o sus operaciones. También se trabaja sobre las futuras rutas de navegación posibles desde ese lugar hasta el próximo destino y de los momentos óptimos de zarpada –si conviene apurarla o demorarla–.Cuando culmine la CAV el Suboficial Almeida, oriundo de La Plata, pasará a cumplir funciones como encargado de la Central Meteorológica de Río Grande, donde ya prestó servicio entre los años 1996 y 2000, siendo Cabo Segundo. “La Armada siempre me brindó satisfacciones. Siendo Cabo disfruté mucho mi paso por Río Grande y ahora me toca volver como encargado, así que estoy muy contento de lo que viene a futuro”.<a href="http://gacetamarinera.com.ar/meteorologia-antartica/">http://gacetamarinera.com.ar/meteorologia-antartica/</a></blockquote>

Verificación: Guerra desarrollada entre Argentina y el Reino Unido en 1982