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<blockquote data-quote="Merchant Marine one" data-source="post: 3191478" data-attributes="member: 13119"><p><h3>Los Comodoros de Marina de la Reserva Naval</h3><p>Carlos Piñeiro Iñiguez, Daniel Degani y Miguel Ángel de Marco son los únicos profesionales que alcanzaron esta máxima distinción tras sus valiosas contribuciones a la Armada Argentina.</p><hr /><p>MARTES 4, OCTUBRE 2022</p><p><img src="https://gacetamarinera.com.ar/wp-content/uploads/2022/10/0410_Reserva_01.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></p><p>El origen del sistema de Reservas en Argentina se remonta a los tiempos de la Revolución de Mayo, cuando las expediciones al interior del país ponían en riesgo a la ciudad de Buenos Aires que quedaba reducida para su defensa. Manuel de Luzuriaga propuso entonces la creación de un Regimiento de Guardia Nacional, idea apoyada por los vecinos porteños y el Cabildo.</p><p>El rol de los reservistas estaba orientado a completar el cuadro permanente de las Fuerzas Armadas en caso de que hiciera falta cubrir cargos sin demoras. Ciudadanos preparados militarmente, pero que además mantenían una profesión en la vida civil, quedaban así a disposición ante cualquier conflicto que los requiriera.</p><p>Con el correr de los años, los hombres y mujeres de la Reserva fueron adquiriendo más funciones, siendo una de éstas estrechar vínculos con la sociedad divulgando la labor de las Fuerzas.</p><p>Actualmente, en tiempos de paz, los reservistas continúan forjando lazos para la Defensa, asesorando en temáticas especializadas y prestando apoyo también en caso de desastres, emergencias o catástrofes.</p><h4>Tres orígenes, un mismo lazo</h4><p>Carlos Piñeiro Iñiguez, Daniel Degani y Miguel Ángel de Marco son los únicos profesionales distinguidos con las jerarquías de Comodoro de Marina de la <a href="https://gacetamarinera.com.ar/reserva-naval-otra-forma-de-estar-al-servicio-de-la-patria/">Reserva Naval</a> de la Armada Argentina.</p><p>Si bien cada uno de ellos se desenvolvió por caminos diferentes, todos forjaron sólidos lazos con la Institución, motivados por una misma pasión.</p><p>“Por una cuestión de edad formo parte de los tiempos del Servicio Militar Obligatorio. Como en aquel entonces yo era estudiante universitario, al salir sorteado pedí una prórroga y una vez recibido me presenté en la Armada. A quienes éramos profesionales se nos daba la posibilidad de hacer un curso de seis meses en la Escuela de Oficiales de la Armada en Puerto Belgrano. Si lo completábamos, obteníamos el grado de Guardiamarina y se nos enviaba al destino que nos requiriera. Yo pertenezco al escalafón de Infantería de Marina y desarrollé mis tareas en el Comando de Operaciones Navales (actual Comando de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada)”, comenta el Comodoro de Marina Piñeiro Iñiguez sobre su primer contacto con la Institución.</p><p><img src="https://gacetamarinera.com.ar/wp-content/uploads/2022/10/Iniguez.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" />Comodoro de Marina Carlos Piñeiro Iñiguez</p><p>Para sus camaradas, el comienzo en la vida naval fue distinto: “Yo estudié Medicina, realicé la especialización en cirugía y luego ingresé a la Armada en 1993 para hacer el Curso de Integración Naval (CUINA). Ya egresado, fui destinado al Hospital Naval Puerto Belgrano hasta 1998, salvo un pasaje entre noviembre de 1993 y abril de 1994 que estuve en la Antártida, en la Base Jubany (actual Carlini). De Puerto Belgrano me salió el pase a la fragata ARA ‘Libertad’. Ese fue mi último destino antes de asentarme en Francia, donde vivo actualmente”, detalla el Comodoro de Marina Degani.</p><p>El Comodoro de Marina De Marco completa: “Habiendo desarrollado buena parte de mi carrera universitaria como profesor y directivo de la Universidad Católica Argentina en Rosario, me desempeñaba como editorialista del diario ‘La Capital’. Una tarde en la redacción me invitó a tomar un café el corresponsal naval del diario, Agustín Ernesto Viale Ábalos. Él me propuso acreditarme ante la Armada y la idea me encantó. El director del diario prestó conformidad y unos meses más tarde estaba realizando con otros periodistas un curso de actualización sobre temas marítimos en la Escuela de Guerra Naval, que nos abrió las puertas del Cuerpo de Corresponsales. La capacitación incluía visitas a distintas bases y breves embarcos”.</p><p><img src="https://gacetamarinera.com.ar/wp-content/uploads/2022/10/01-11_Distincion-CM_Demarco-6.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" />Comodoro de Marina Miguel Ángel de Marco</p><p>Los tres profesionales –el primero de ellos embajador nacional, médico cirujano el segundo y doctor en Historia el tercero–, abrazaron su actual jerarquía tras un largo recorrido e innumerables aportes a la Armada, contribuyendo en investigaciones y estudios históricos, facilitando material académico y representándola inclusive desde el exterior.</p><p>“Un 9 de julio por casualidad pasé por Bormes-les-Mimosas (pueblo natal del prócer naval Hipólito Bouchard) y escuché el Himno Nacional Argentino. Me acerqué y cuando terminó la ceremonia me dijeron que estaban festejando ese día por Bouchard. Como no había argentinos, le dije al Alcalde que a partir de ese momento siempre iba a haber un representante de nuestro país participando del 9 de Julio y celebrando a Bouchard. Yo siempre traté de ver cómo colaborar desde mi rol de reservista, así que a partir de ese momento me interesé en aquellos franceses que, de alguna manera, contribuyeron a engrandecer a nuestro país a través de la Armada”, cuenta Daniel Degani.</p><p><img src="https://gacetamarinera.com.ar/wp-content/uploads/2022/10/2101_ReconocimientoFrances_01.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" />Comodoro de Marina Daniel Degani</p><p>En el caso del Comodoro de Marina Piñeiro Iñiguez, su función de embajador nacional actuó como nexo fundamental a la hora de tender lazos con la Institución. Desde su rol diplomático impulsó diversos reconocimientos y condecoraciones vinculadas a la historia naval argentina en República Dominicana, Santo Domingo y Guayaquil (Ecuador). Además, siendo Cónsul en Uruguay, estuvo a cargo de la ubicación y repatriación de los restos del Coronel de Marina Leonardo Rosales que descansaban en el Cementerio de Carmelo y fueron trasladados a la iglesia central de Punta Alta (ciudad cabecera del Partido de Coronel de Marina Leonardo Rosales, al sudoeste de la provincia de Buenos Aires, lindante con la Base Naval Puerto Belgrano).</p><p>“Sabía que los restos estaban en Uruguay, pero no teníamos la ubicación exacta. El trabajo requirió mucha investigación previa, pero el resultado fue muy emotivo. Poder cerrar ese capítulo tuvo mucha importancia, no solo por la vinculación afectiva y espiritual que me unía con la Armada, sino que además fue significativo desde el punto de vista humano e histórico”, apunta.</p><p>El Comodoro de Marina De Marco, por su lado, siempre mantuvo una fluida interacción como corresponsal e historiador. Esta relación se materializó, por ejemplo, con la publicación del libro “A toda vela, en la Libertad”, tras su embarco en el buque escuela argentino durante los viajes de instrucción XXIV y XXVII: “Allí registré, no mis propias experiencias –que están anotadas en dos gruesos diarios íntimos–, sino las que son comunes a todos los viajes”.</p><p><img src="https://gacetamarinera.com.ar/wp-content/uploads/2022/10/comodoro-de-marco_2.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" />Comodoro de Marina Miguel Ángel de Marco</p><p>También jugó un papel importante en la incorporación de historiadores universitarios al escalafón profesional de la Armada, y en el desarrollo del Instituto Nacional Browniano, que lo tuvo como su Presidente desde 2017 hasta este año.</p><h4>Orgullo y honor</h4><p>Al describir lo que significa contribuir con la Armada y ser sus representantes, los tres Comodoros de Marina coinciden en un profundo sentimiento de orgullo: “Camaradería, respeto, culto a las tradiciones, solidaridad sustentada en el espíritu de buque, amor a la Patria; son los vínculos entrañables que conforman la pertenencia a la Armada”, describe Miguel Ángel de Marco. En relación a esto, también destacan la labor de la División Reserva Naval, responsable de vincular a distintos profesionales con la Institución y de adiestrar a sus integrantes.</p><p>“Poder portar este uniforme es un orgullo. Hay que estar a la altura de lo que significa porque también implica una responsabilidad muy grande. Uno es reservista porque quiere, nadie lo obliga. Para hacerlo hay que sentir amor por la Armada y por la Patria. A mí lo único que me moviliza es eso. Nadie me obliga. Es una manera, a miles de kilómetros, de seguir sirviendo a la institución naval que tanto quiero, y a la República Argentina que es mi Patria”, refiere Daniel Degani que actualmente lidera la sede francesa del Instituto Nacional Browniano.</p><p><img src="https://gacetamarinera.com.ar/wp-content/uploads/2022/10/Iniguez_1.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" />Comodoro de Marina Daniel Degani</p><p>“Sin dudas es un honor que una Institución por la cual siento gran aprecio y respeto me haya otorgado el grado de Comodoro de Marina”, continúa Carlos Piñeiro Iñiguez. “La Reserva Naval es muy importante para la Armada porque está constituida por hombres y mujeres que desarrollaron plenamente una actividad profesional en el ámbito civil y que, por una relación de afecto, cercanía o respeto, pueden servir y brindar su conocimiento. Ser distinguido con esta jerarquía es una valiosa prueba de confianza y afecto”, concluye.</p><p><img src="https://gacetamarinera.com.ar/wp-content/uploads/2022/10/Pineiro-Iniguez-2.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" />Comodoro de Marina Carlos Piñeiro Iñiguez</p><p></p><p>Créditos: Gaceta Marinera Digital</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Merchant Marine one, post: 3191478, member: 13119"] [HEADING=2]Los Comodoros de Marina de la Reserva Naval[/HEADING] Carlos Piñeiro Iñiguez, Daniel Degani y Miguel Ángel de Marco son los únicos profesionales que alcanzaron esta máxima distinción tras sus valiosas contribuciones a la Armada Argentina. [HR][/HR] MARTES 4, OCTUBRE 2022 [IMG]https://gacetamarinera.com.ar/wp-content/uploads/2022/10/0410_Reserva_01.jpg[/IMG] El origen del sistema de Reservas en Argentina se remonta a los tiempos de la Revolución de Mayo, cuando las expediciones al interior del país ponían en riesgo a la ciudad de Buenos Aires que quedaba reducida para su defensa. Manuel de Luzuriaga propuso entonces la creación de un Regimiento de Guardia Nacional, idea apoyada por los vecinos porteños y el Cabildo. El rol de los reservistas estaba orientado a completar el cuadro permanente de las Fuerzas Armadas en caso de que hiciera falta cubrir cargos sin demoras. Ciudadanos preparados militarmente, pero que además mantenían una profesión en la vida civil, quedaban así a disposición ante cualquier conflicto que los requiriera. Con el correr de los años, los hombres y mujeres de la Reserva fueron adquiriendo más funciones, siendo una de éstas estrechar vínculos con la sociedad divulgando la labor de las Fuerzas. Actualmente, en tiempos de paz, los reservistas continúan forjando lazos para la Defensa, asesorando en temáticas especializadas y prestando apoyo también en caso de desastres, emergencias o catástrofes. [HEADING=3]Tres orígenes, un mismo lazo[/HEADING] Carlos Piñeiro Iñiguez, Daniel Degani y Miguel Ángel de Marco son los únicos profesionales distinguidos con las jerarquías de Comodoro de Marina de la [URL='https://gacetamarinera.com.ar/reserva-naval-otra-forma-de-estar-al-servicio-de-la-patria/']Reserva Naval[/URL] de la Armada Argentina. Si bien cada uno de ellos se desenvolvió por caminos diferentes, todos forjaron sólidos lazos con la Institución, motivados por una misma pasión. “Por una cuestión de edad formo parte de los tiempos del Servicio Militar Obligatorio. Como en aquel entonces yo era estudiante universitario, al salir sorteado pedí una prórroga y una vez recibido me presenté en la Armada. A quienes éramos profesionales se nos daba la posibilidad de hacer un curso de seis meses en la Escuela de Oficiales de la Armada en Puerto Belgrano. Si lo completábamos, obteníamos el grado de Guardiamarina y se nos enviaba al destino que nos requiriera. Yo pertenezco al escalafón de Infantería de Marina y desarrollé mis tareas en el Comando de Operaciones Navales (actual Comando de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada)”, comenta el Comodoro de Marina Piñeiro Iñiguez sobre su primer contacto con la Institución. [IMG]https://gacetamarinera.com.ar/wp-content/uploads/2022/10/Iniguez.jpg[/IMG]Comodoro de Marina Carlos Piñeiro Iñiguez Para sus camaradas, el comienzo en la vida naval fue distinto: “Yo estudié Medicina, realicé la especialización en cirugía y luego ingresé a la Armada en 1993 para hacer el Curso de Integración Naval (CUINA). Ya egresado, fui destinado al Hospital Naval Puerto Belgrano hasta 1998, salvo un pasaje entre noviembre de 1993 y abril de 1994 que estuve en la Antártida, en la Base Jubany (actual Carlini). De Puerto Belgrano me salió el pase a la fragata ARA ‘Libertad’. Ese fue mi último destino antes de asentarme en Francia, donde vivo actualmente”, detalla el Comodoro de Marina Degani. El Comodoro de Marina De Marco completa: “Habiendo desarrollado buena parte de mi carrera universitaria como profesor y directivo de la Universidad Católica Argentina en Rosario, me desempeñaba como editorialista del diario ‘La Capital’. Una tarde en la redacción me invitó a tomar un café el corresponsal naval del diario, Agustín Ernesto Viale Ábalos. Él me propuso acreditarme ante la Armada y la idea me encantó. El director del diario prestó conformidad y unos meses más tarde estaba realizando con otros periodistas un curso de actualización sobre temas marítimos en la Escuela de Guerra Naval, que nos abrió las puertas del Cuerpo de Corresponsales. La capacitación incluía visitas a distintas bases y breves embarcos”. [IMG]https://gacetamarinera.com.ar/wp-content/uploads/2022/10/01-11_Distincion-CM_Demarco-6.jpg[/IMG]Comodoro de Marina Miguel Ángel de Marco Los tres profesionales –el primero de ellos embajador nacional, médico cirujano el segundo y doctor en Historia el tercero–, abrazaron su actual jerarquía tras un largo recorrido e innumerables aportes a la Armada, contribuyendo en investigaciones y estudios históricos, facilitando material académico y representándola inclusive desde el exterior. “Un 9 de julio por casualidad pasé por Bormes-les-Mimosas (pueblo natal del prócer naval Hipólito Bouchard) y escuché el Himno Nacional Argentino. Me acerqué y cuando terminó la ceremonia me dijeron que estaban festejando ese día por Bouchard. Como no había argentinos, le dije al Alcalde que a partir de ese momento siempre iba a haber un representante de nuestro país participando del 9 de Julio y celebrando a Bouchard. Yo siempre traté de ver cómo colaborar desde mi rol de reservista, así que a partir de ese momento me interesé en aquellos franceses que, de alguna manera, contribuyeron a engrandecer a nuestro país a través de la Armada”, cuenta Daniel Degani. [IMG]https://gacetamarinera.com.ar/wp-content/uploads/2022/10/2101_ReconocimientoFrances_01.jpg[/IMG]Comodoro de Marina Daniel Degani En el caso del Comodoro de Marina Piñeiro Iñiguez, su función de embajador nacional actuó como nexo fundamental a la hora de tender lazos con la Institución. Desde su rol diplomático impulsó diversos reconocimientos y condecoraciones vinculadas a la historia naval argentina en República Dominicana, Santo Domingo y Guayaquil (Ecuador). Además, siendo Cónsul en Uruguay, estuvo a cargo de la ubicación y repatriación de los restos del Coronel de Marina Leonardo Rosales que descansaban en el Cementerio de Carmelo y fueron trasladados a la iglesia central de Punta Alta (ciudad cabecera del Partido de Coronel de Marina Leonardo Rosales, al sudoeste de la provincia de Buenos Aires, lindante con la Base Naval Puerto Belgrano). “Sabía que los restos estaban en Uruguay, pero no teníamos la ubicación exacta. El trabajo requirió mucha investigación previa, pero el resultado fue muy emotivo. Poder cerrar ese capítulo tuvo mucha importancia, no solo por la vinculación afectiva y espiritual que me unía con la Armada, sino que además fue significativo desde el punto de vista humano e histórico”, apunta. El Comodoro de Marina De Marco, por su lado, siempre mantuvo una fluida interacción como corresponsal e historiador. Esta relación se materializó, por ejemplo, con la publicación del libro “A toda vela, en la Libertad”, tras su embarco en el buque escuela argentino durante los viajes de instrucción XXIV y XXVII: “Allí registré, no mis propias experiencias –que están anotadas en dos gruesos diarios íntimos–, sino las que son comunes a todos los viajes”. [IMG]https://gacetamarinera.com.ar/wp-content/uploads/2022/10/comodoro-de-marco_2.jpg[/IMG]Comodoro de Marina Miguel Ángel de Marco También jugó un papel importante en la incorporación de historiadores universitarios al escalafón profesional de la Armada, y en el desarrollo del Instituto Nacional Browniano, que lo tuvo como su Presidente desde 2017 hasta este año. [HEADING=3]Orgullo y honor[/HEADING] Al describir lo que significa contribuir con la Armada y ser sus representantes, los tres Comodoros de Marina coinciden en un profundo sentimiento de orgullo: “Camaradería, respeto, culto a las tradiciones, solidaridad sustentada en el espíritu de buque, amor a la Patria; son los vínculos entrañables que conforman la pertenencia a la Armada”, describe Miguel Ángel de Marco. En relación a esto, también destacan la labor de la División Reserva Naval, responsable de vincular a distintos profesionales con la Institución y de adiestrar a sus integrantes. “Poder portar este uniforme es un orgullo. Hay que estar a la altura de lo que significa porque también implica una responsabilidad muy grande. Uno es reservista porque quiere, nadie lo obliga. Para hacerlo hay que sentir amor por la Armada y por la Patria. A mí lo único que me moviliza es eso. Nadie me obliga. Es una manera, a miles de kilómetros, de seguir sirviendo a la institución naval que tanto quiero, y a la República Argentina que es mi Patria”, refiere Daniel Degani que actualmente lidera la sede francesa del Instituto Nacional Browniano. [IMG]https://gacetamarinera.com.ar/wp-content/uploads/2022/10/Iniguez_1.jpg[/IMG]Comodoro de Marina Daniel Degani “Sin dudas es un honor que una Institución por la cual siento gran aprecio y respeto me haya otorgado el grado de Comodoro de Marina”, continúa Carlos Piñeiro Iñiguez. “La Reserva Naval es muy importante para la Armada porque está constituida por hombres y mujeres que desarrollaron plenamente una actividad profesional en el ámbito civil y que, por una relación de afecto, cercanía o respeto, pueden servir y brindar su conocimiento. Ser distinguido con esta jerarquía es una valiosa prueba de confianza y afecto”, concluye. [IMG]https://gacetamarinera.com.ar/wp-content/uploads/2022/10/Pineiro-Iniguez-2.jpg[/IMG]Comodoro de Marina Carlos Piñeiro Iñiguez Créditos: Gaceta Marinera Digital [/QUOTE]
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