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<blockquote data-quote="HernanF" data-source="post: 835251" data-attributes="member: 7964"><p>Editorial sobre el conflicto desde Libano.</p><p></p><p><strong><span style="font-size: 18px">Una visión sionista del desafío de Hamas y del papel de Egipto sobre un próximo ataque israelí. / Une vision sioniste du défi du Hamas et du rôle de l’Egypte dans une frappe israélienne à venir.</span></strong></p><p></p><p>Un año después de la guerra agresiva israelí llevada contra Gaza, viejas preguntas todavía se imponen: ¿Israel empezará una nueva agresión contra la franja de Gaza? ¿Y hacia dónde irá dirigida esta agresión?</p><p>Para no salir de la lógica, Israel tiene que suponer que la situación actual del movimiento Hamas, su capacidad militar y su solidez económica, un año después de la agresión, constituyen una fuerte incitación para la ocupación israelí de volver a atacar militarmente la franja de Gaza.</p><p>Además de eso, la alternativa a la acción militar para derribar a Hamas, o por lo menos a contenerlo, queda el bloqueo israelí impuesto sobre Gaza (desde hace tres años), con una participación árabe activa desde hace un año. Asediamos Gaza, pero de sus consecuencias culpamos a Hamas, como las tragedias que sufre al pueblo palestino, relacionando estos resultados a las acciones del movimiento entre las que están sobre todo la resistencia.</p><p>Sabemos que a pesar de todo, Hamas pudo desarrollar sus dispositivos militares, aprendiendo lecciones de la agresión de finales de 2008. Ellos llegan a niveles récords con relación a las vísperas de la agresión, según informes israelíes. Esta capacidad afirmada agrava la crisis israelí y la imposibilidad de ignorar a Hamas. Hamas continúa siendo un obstáculo verdadero delante de toda regularización que los israelíes quieren hacer “tragar” a los palestinos, bajo una fuerte asistencia americana.</p><p>En cambio, varias razones y datos pueden frenar los ardores que incitan a los israelíes a una nueva operación militar de gran envergadura, por lo menos actualmente. Enumeraremos varias razones, entre otras.</p><p>En primer lugar, los israelíes esperan lo que el régimen egipcio puede hacer para evitar la guerra, tan costosa. Ellos apuestan sobre todo a la construcción de la «pared de acero» que podría limitar la posibilidad de la resistencia en la franja de Gaza de desarrollar sus aptitudes militares que amenazarían todavía más la seguridad israelí.</p><p>Luego Benjamin Netanyahu, el primer ministro israelí, se encuentra obligado a oponerse a la prioridad americana que consiste en empujar la operación de paz con los palestinos. Esta prioridad podría frenar toda voluntad de una escalada militar sobre el frente que podría dar resultados concretos y políticamente desconocidos.</p><p>Por otra parte, los israelíes se ocupan de enfocar todas las luces sobre el programa nuclear iraní que ya llegó a un estadio crítico. Toda la dirección israelí, política y militar, así como los servicios de información creen (o quieren hacer creer) que Irán posee toda la experiencia y todos los productos necesarios para la fabricación de armas nucleares.</p><p>Y toda agresión contra la franja de Gaza podría desviar las prioridades de la administración americana, y esto está lejos de la voluntad de Israel, porque Irán representa una amenaza que pesa sobre su seguridad nacional.</p><p>Con el fin de empezar una nueva guerra de gran envergadura contra Gaza, falta a la dirigencia israelí una legitimación tanto interna como internacional. La calma, aún siendo precaria, frena todo impulso en esta dirección, por lo menos en este momento.</p><p>La operación de paz se encuentra en un callejón sin salida, bajo un gobierno más bien de derecha extrema, una razón suplementaria para detener el ardor israelí.</p><p>Y sobre el terreno propiamente dicho, Israel deberá delimitar bien sus objetivos para toda nueva agresión contra Gaza, sobre todo porque la acción militar ha sido demasiado usada durante la última operación.</p><p>Así, la dirección israelí deberá escoger bien sus objetivos para conocer bien los resultados, según las experiencias del pasado. Objetivos como la reocupación de la franja de Gaza, la destrucción de las fuerzas militares de Hamas y otras facciones, o por lo menos habrá que moderarlos políticamente, o finalmente imponer medidas sobre el terreno que impidan a Hamas continuar reforzándose militarmente.</p><p>Actualmente, los israelíes se juegan mucho al régimen egipcio y a lo que él podrá hacer en este asunto, esperando los desarrollos regionales con respecto al “dossier” de la paz (con los palestinos) y del “dossier” nuclear iraní.</p><p>Los medios informan una sugerencia hecha por el primer ministro israelí, durante su visita a El Cairo, hace una semana. Pide en Egipto organizar una reunión cumbre entre él y Mahmoud Abbas. Decimos que este último mira esta sugerencia con ojo conciliador.</p><p>¿Pero qué podremos inferir de la sugerencia de Netanyahu? ¿Podemos decir que esta sugerencia es el principio de una nueva rueda de negociaciones israelí-palestinas? Pero mirando bien esta petición de Netanyahu, podremos ver tres objetivos:</p><p>Primero: aislar y debilitar Hamas, detestado por diferentes razones, por Israel, por Fatah guiado por Mahmoud Abbas en Cisjordania, y por Egipto.</p><p>Israel encuentra el desafío de Hamas insoportable. Y Abbas, de su lado, ve en Hamas a un competidor peligroso para la dirección palestina. Y para el régimen egipcio, el movimiento islámico palestino, teniendo un lazo fuerte con el grupo de “Hermanos musulmanes de Egipto”, representa un peligro para la seguridad del Sinaï.</p><p>En segundo lugar: hay unas aprehensiones que acompañan la presión ejecutada por Israel y los Estados Unidos sobre Egipto para que participe en el proyecto y que trate de impedir a los palestinos cavar túneles que relacionen la franja de Gaza y los territorios egipcios, construyendo una pared metálica muy profunda sobre las fronteras.</p><p>En tercer lugar: Podría ser que Netanyahu quisiera “robar la luz” que pende sobre George Mitchell, el enviado especial de Obama en Oriente Medio. Este último no cesa desde hace tiempo de incitar a los israelíes y palestinos a recuperar las negociaciones congeladas. Mitchell está seguro que Netanyahu no tiene ninguna voluntad de empezar negociaciones serias, con su política provocadora de construcción de colonias.</p><p>Además, el espacio entre las opiniones de Netanyahu que conciernen a las negociaciones y las opiniones de los palestinos es muy ancho. Este espacio no deja ninguna posibilidad a toda negociación de tener éxito. Refleja en cambio su inutilidad. Israel tiene una gran aprehensión, mucho más que otra cosa, frente a una intervención internacional en el conflicto israelí-palestino.</p><p>Sabe bien que podría haber un consenso que reuniría a los Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y la ONU sobre la solución a dos Estados.</p><p>Israel, por la sugerencia de su primer ministro, quiere subyugar toda tentativa internacional que pretenda poner un marco para las negociaciones o que pretenda apelar a una conferencia internacional.</p><p>Finalmente, el objetivo de Netanyahu es imponerles a los palestinos ya vencidos sus condiciones, en negociaciones bilaterales, sin mediador alguno.</p><p></p><p><em>Fuente</em>: Diario libanés Al-Akhbar</p><p>Traducción propia.</p><p></p><p>.</p><p></p><p><strong><span style="font-size: 15px">Une vision sioniste du défi du Hamas et du rôle de l’Egypte dans une frappe israélienne à venir.</span></strong></p><p></p><p>Un an après la guerre agressive israélienne menée contre Gaza, d’anciennes questions s’imposent encore: "Israël" entamera-t-elle encore une nouvelle agression contre la bande de Gaza? Et jusqu’où cette agression ira-t-elle?</p><p>Pour ne pas sortir de la logique, il est à supposer que la situation actuelle du mouvement du Hamas, sa capacité militaire et sa solidité économique, un an après l’agression, constituent des fortes incitant les occupants israéliens à réattaquer militairement la bande de Gaza.</p><p>En plus de cela, l’alternative au choix militaire pour faire tomber le Hamas, ou du moins le contenir, reste le blocus israélien imposé sur la bande de Gaza (depuis trois ans), avec une participation arabe active depuis un an. On assiège Gaza, mais on porte au Hamas ses conséquences comme les tragédies desquelles souffrent le peuple palestinien, en reliant ces résultats aux choix du mouvement dont surtout la résistance.</p><p>On sait que malgré tout, le Hamas a pu développer ses dispositions militaires, en tirant des leçons de l’agression de fin 2008. Elles arrivent à des niveaux records par rapport à la veille de l’agression, selon des rapports israéliens. Cette capacité affermie aggrave la crise israélienne et l’impossibilité d’ignorer le Hamas. Le Hamas continue à être un véritable obstacle devant toute régularisation que les Israéliens veulent faire avaler aux Palestiniens, sous une forte assistance américaine.</p><p>Par contre, plusieurs raisons et données peuvent freiner les ardeurs poussant les Israéliens à une nouvelle opération militaire de grande envergure, au moins actuellement. On énumérera plusieurs raisons, entre autres.</p><p>Tout d’abord, les Israéliens attendent ce que le régime égyptien peut faire pour éviter la guerre, tant coûteuse. Ils parient sur la construction du « mur d’acier » qui pourrait limiter la possibilité de la résistance dans la bande de Gaza de développer ses aptitudes militaires menaçant encore plus la sécurité israélienne.</p><p>Puis Benyamin Netanyahu, le premier ministre israélien, se trouve obligé de n’être en opposition à la priorité américaine qui consiste à pousser l’opération de paix avec les Palestiniens. Cette priorité pourrait freiner toute volonté d’une escalade militaire sur le front qui pourrait donner des résultats concrets et politiques inconnus.</p><p>Par ailleurs, les Israéliens s’occupent à focaliser toutes les lumières sur le programme nucléaire iranien qui est déjà arrivé à un stade critique. Toute la direction israélienne, politique et militaire, ainsi que les services de renseignements croient (ou veulent faire croire) que l’Iran possède toute l’expérience et tous les produits nécessaires à la fabrication d’armes nucléaires.</p><p>Et toute agression contre la bande de Gaza pourrait dévier les priorités de l’administration américaine, et cela sera loin de la volonté d’"Israël" pour qui l’Iran représente la menace pesant sur sa sécurité nationale.</p><p>Afin d’entamer une nouvelle guerre de grande envergure contre la bande de Gaza, il manque à la direction israélienne une légitimité aussi bien intérieure qu’internationale. Le calme, même précaire, freine toute impulsion dans cette direction, au moins à ce stade.</p><p>L’opération de paix se trouve dans une impasse, sous un gouvernement plutôt d’extrême droite, une raison supplémentaire pour stopper l'ardeur israélienne.</p><p>Et sur le terrain proprement dit, "Israël" devra bien délimiter ses objectifs pour toute nouvelle agression contre la Bande, surtout que le choix militaire a été trop usé durant la dernière agression.</p><p>Ainsi, la direction israélienne devra bien choisir ses objectifs pour bien en connaître les résultats, selon les expériences du passé. Des objectifs comme la réoccupation de la bande de Gaza, la destruction des forces militaires du Hamas et des autres factions, ou du moins il faudra les modeler politiquement, ou enfin imposer des mesures sur le terrain les empêchant de continuer à se renforcer militairement.</p><p>En tout cas, actuellement, les Israéliens misent beaucoup sur le régime égyptien et sur ce qu’il pourra faire dans ce domaine, en attendant les développements régionaux au niveau du dossier de la paix (avec les Palestiniens) et du dossier nucléaire iranien.</p><p>Les médias rapportent une suggestion faite par le premier ministre israélien, pendant sa visite au Caire, il y a une semaine. Il demande à l’Egypte d’organiser une réunion au sommet entre lui et Mahmoud Abbas. On dit que ce dernier regarde cette suggestion d’un œil conciliant.</p><p>Mais que pourra-t-on tirer de la suggestion de Netanyahu ? Peut-on dire que cette suggestion soit le début d’une nouvelle tournée de négociations israélo-palestiniennes ? Mais en regardant bien cette demande de Netanyahu, on pourra voir trois objectifs :</p><p>Premièrement : isoler et affaiblir le Hamas, détesté pour des différentes raisons, par "Israël" comme par le Fatah guidé par Mahmoud Abbas, en Cisjordanie, ainsi que par l’Egypte.</p><p>"Israël" trouve le défi du Hamas insupportable. Et Abbas, de son côté, voit dans le Hamas un concurrent dangereux à la direction palestinienne. Et pour le régime égyptien, le mouvement islamique palestinien, ayant un fort lien avec le groupe des Frères Musulmans de l’Egypte, représente un danger pour la sécurité dans le Sinaï.</p><p>Deuxièmement : il y a quelques appréhensions accompagnant la pression pratiquée par "Israël" et les Etats-Unis sur l’Egypte pour qu’elle participe au projet essayant d’empêcher les Palestiniens de creuser des tunnels reliant la bande de Gaza et les territoires égyptiens, en construisant un mur métallique très profond sur les frontières.</p><p>Troisièmement : Il se pourrait que Netanyahu voudrait voler la lumière de George Mitchell, l’envoyé spécial d’Obama au Moyen-Orient. Ce dernier ne cesse depuis un certain temps d’inciter les Israéliens et les Palestiniens à reprendre les négociations gelées. Il est sûr que Netanyahu n’a aucune volonté d’entamer des négociations sérieuses, avec sa politique provocatrice de construction de colonies.</p><p>De plus, la lacune entre les opinions de Netanyahu concernant les négociations et les opinions des Palestiniens est très large. Cette lacune ne laisse aucune chance à toute négociation de réussir. Elle reflète par contre son inutilité. "Israël" a une grande appréhension, beaucoup plus qu’autre chose, vis-à-vis d’une intervention internationale dans le conflit israélo-palestinien.</p><p>Elle sait bien qu’il pourrait y avoir un consensus rassemblant les Etats-Unis, la Russie, l’Union Européenne et l’ONU sur la solution à deux Etats.</p><p>"Israël", par la suggestion de son premier ministre, veut dépasser toute tentative internationale visant à mettre un cadre pour les négociations ou à appeler à une conférence internationale.</p><p>Finalement, l’objectif de Netanyahu est d’imposer aux Palestiniens vaincus ses conditions, dans des négociations bilatérales, sans aucun médiateur.</p><p></p><p><strong>Al-Akhbar</strong></p></blockquote><p></p>
[QUOTE="HernanF, post: 835251, member: 7964"] Editorial sobre el conflicto desde Libano. [B][SIZE=5]Una visión sionista del desafío de Hamas y del papel de Egipto sobre un próximo ataque israelí. / Une vision sioniste du défi du Hamas et du rôle de l’Egypte dans une frappe israélienne à venir.[/SIZE][/B] Un año después de la guerra agresiva israelí llevada contra Gaza, viejas preguntas todavía se imponen: ¿Israel empezará una nueva agresión contra la franja de Gaza? ¿Y hacia dónde irá dirigida esta agresión? Para no salir de la lógica, Israel tiene que suponer que la situación actual del movimiento Hamas, su capacidad militar y su solidez económica, un año después de la agresión, constituyen una fuerte incitación para la ocupación israelí de volver a atacar militarmente la franja de Gaza. Además de eso, la alternativa a la acción militar para derribar a Hamas, o por lo menos a contenerlo, queda el bloqueo israelí impuesto sobre Gaza (desde hace tres años), con una participación árabe activa desde hace un año. Asediamos Gaza, pero de sus consecuencias culpamos a Hamas, como las tragedias que sufre al pueblo palestino, relacionando estos resultados a las acciones del movimiento entre las que están sobre todo la resistencia. Sabemos que a pesar de todo, Hamas pudo desarrollar sus dispositivos militares, aprendiendo lecciones de la agresión de finales de 2008. Ellos llegan a niveles récords con relación a las vísperas de la agresión, según informes israelíes. Esta capacidad afirmada agrava la crisis israelí y la imposibilidad de ignorar a Hamas. Hamas continúa siendo un obstáculo verdadero delante de toda regularización que los israelíes quieren hacer “tragar” a los palestinos, bajo una fuerte asistencia americana. En cambio, varias razones y datos pueden frenar los ardores que incitan a los israelíes a una nueva operación militar de gran envergadura, por lo menos actualmente. Enumeraremos varias razones, entre otras. En primer lugar, los israelíes esperan lo que el régimen egipcio puede hacer para evitar la guerra, tan costosa. Ellos apuestan sobre todo a la construcción de la «pared de acero» que podría limitar la posibilidad de la resistencia en la franja de Gaza de desarrollar sus aptitudes militares que amenazarían todavía más la seguridad israelí. Luego Benjamin Netanyahu, el primer ministro israelí, se encuentra obligado a oponerse a la prioridad americana que consiste en empujar la operación de paz con los palestinos. Esta prioridad podría frenar toda voluntad de una escalada militar sobre el frente que podría dar resultados concretos y políticamente desconocidos. Por otra parte, los israelíes se ocupan de enfocar todas las luces sobre el programa nuclear iraní que ya llegó a un estadio crítico. Toda la dirección israelí, política y militar, así como los servicios de información creen (o quieren hacer creer) que Irán posee toda la experiencia y todos los productos necesarios para la fabricación de armas nucleares. Y toda agresión contra la franja de Gaza podría desviar las prioridades de la administración americana, y esto está lejos de la voluntad de Israel, porque Irán representa una amenaza que pesa sobre su seguridad nacional. Con el fin de empezar una nueva guerra de gran envergadura contra Gaza, falta a la dirigencia israelí una legitimación tanto interna como internacional. La calma, aún siendo precaria, frena todo impulso en esta dirección, por lo menos en este momento. La operación de paz se encuentra en un callejón sin salida, bajo un gobierno más bien de derecha extrema, una razón suplementaria para detener el ardor israelí. Y sobre el terreno propiamente dicho, Israel deberá delimitar bien sus objetivos para toda nueva agresión contra Gaza, sobre todo porque la acción militar ha sido demasiado usada durante la última operación. Así, la dirección israelí deberá escoger bien sus objetivos para conocer bien los resultados, según las experiencias del pasado. Objetivos como la reocupación de la franja de Gaza, la destrucción de las fuerzas militares de Hamas y otras facciones, o por lo menos habrá que moderarlos políticamente, o finalmente imponer medidas sobre el terreno que impidan a Hamas continuar reforzándose militarmente. Actualmente, los israelíes se juegan mucho al régimen egipcio y a lo que él podrá hacer en este asunto, esperando los desarrollos regionales con respecto al “dossier” de la paz (con los palestinos) y del “dossier” nuclear iraní. Los medios informan una sugerencia hecha por el primer ministro israelí, durante su visita a El Cairo, hace una semana. Pide en Egipto organizar una reunión cumbre entre él y Mahmoud Abbas. Decimos que este último mira esta sugerencia con ojo conciliador. ¿Pero qué podremos inferir de la sugerencia de Netanyahu? ¿Podemos decir que esta sugerencia es el principio de una nueva rueda de negociaciones israelí-palestinas? Pero mirando bien esta petición de Netanyahu, podremos ver tres objetivos: Primero: aislar y debilitar Hamas, detestado por diferentes razones, por Israel, por Fatah guiado por Mahmoud Abbas en Cisjordania, y por Egipto. Israel encuentra el desafío de Hamas insoportable. Y Abbas, de su lado, ve en Hamas a un competidor peligroso para la dirección palestina. Y para el régimen egipcio, el movimiento islámico palestino, teniendo un lazo fuerte con el grupo de “Hermanos musulmanes de Egipto”, representa un peligro para la seguridad del Sinaï. En segundo lugar: hay unas aprehensiones que acompañan la presión ejecutada por Israel y los Estados Unidos sobre Egipto para que participe en el proyecto y que trate de impedir a los palestinos cavar túneles que relacionen la franja de Gaza y los territorios egipcios, construyendo una pared metálica muy profunda sobre las fronteras. En tercer lugar: Podría ser que Netanyahu quisiera “robar la luz” que pende sobre George Mitchell, el enviado especial de Obama en Oriente Medio. Este último no cesa desde hace tiempo de incitar a los israelíes y palestinos a recuperar las negociaciones congeladas. Mitchell está seguro que Netanyahu no tiene ninguna voluntad de empezar negociaciones serias, con su política provocadora de construcción de colonias. Además, el espacio entre las opiniones de Netanyahu que conciernen a las negociaciones y las opiniones de los palestinos es muy ancho. Este espacio no deja ninguna posibilidad a toda negociación de tener éxito. Refleja en cambio su inutilidad. Israel tiene una gran aprehensión, mucho más que otra cosa, frente a una intervención internacional en el conflicto israelí-palestino. Sabe bien que podría haber un consenso que reuniría a los Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y la ONU sobre la solución a dos Estados. Israel, por la sugerencia de su primer ministro, quiere subyugar toda tentativa internacional que pretenda poner un marco para las negociaciones o que pretenda apelar a una conferencia internacional. Finalmente, el objetivo de Netanyahu es imponerles a los palestinos ya vencidos sus condiciones, en negociaciones bilaterales, sin mediador alguno. [I]Fuente[/I]: Diario libanés Al-Akhbar Traducción propia. . [B][SIZE=4]Une vision sioniste du défi du Hamas et du rôle de l’Egypte dans une frappe israélienne à venir.[/SIZE][/B] Un an après la guerre agressive israélienne menée contre Gaza, d’anciennes questions s’imposent encore: "Israël" entamera-t-elle encore une nouvelle agression contre la bande de Gaza? Et jusqu’où cette agression ira-t-elle? Pour ne pas sortir de la logique, il est à supposer que la situation actuelle du mouvement du Hamas, sa capacité militaire et sa solidité économique, un an après l’agression, constituent des fortes incitant les occupants israéliens à réattaquer militairement la bande de Gaza. En plus de cela, l’alternative au choix militaire pour faire tomber le Hamas, ou du moins le contenir, reste le blocus israélien imposé sur la bande de Gaza (depuis trois ans), avec une participation arabe active depuis un an. On assiège Gaza, mais on porte au Hamas ses conséquences comme les tragédies desquelles souffrent le peuple palestinien, en reliant ces résultats aux choix du mouvement dont surtout la résistance. On sait que malgré tout, le Hamas a pu développer ses dispositions militaires, en tirant des leçons de l’agression de fin 2008. Elles arrivent à des niveaux records par rapport à la veille de l’agression, selon des rapports israéliens. Cette capacité affermie aggrave la crise israélienne et l’impossibilité d’ignorer le Hamas. Le Hamas continue à être un véritable obstacle devant toute régularisation que les Israéliens veulent faire avaler aux Palestiniens, sous une forte assistance américaine. Par contre, plusieurs raisons et données peuvent freiner les ardeurs poussant les Israéliens à une nouvelle opération militaire de grande envergure, au moins actuellement. On énumérera plusieurs raisons, entre autres. Tout d’abord, les Israéliens attendent ce que le régime égyptien peut faire pour éviter la guerre, tant coûteuse. Ils parient sur la construction du « mur d’acier » qui pourrait limiter la possibilité de la résistance dans la bande de Gaza de développer ses aptitudes militaires menaçant encore plus la sécurité israélienne. Puis Benyamin Netanyahu, le premier ministre israélien, se trouve obligé de n’être en opposition à la priorité américaine qui consiste à pousser l’opération de paix avec les Palestiniens. Cette priorité pourrait freiner toute volonté d’une escalade militaire sur le front qui pourrait donner des résultats concrets et politiques inconnus. Par ailleurs, les Israéliens s’occupent à focaliser toutes les lumières sur le programme nucléaire iranien qui est déjà arrivé à un stade critique. Toute la direction israélienne, politique et militaire, ainsi que les services de renseignements croient (ou veulent faire croire) que l’Iran possède toute l’expérience et tous les produits nécessaires à la fabrication d’armes nucléaires. Et toute agression contre la bande de Gaza pourrait dévier les priorités de l’administration américaine, et cela sera loin de la volonté d’"Israël" pour qui l’Iran représente la menace pesant sur sa sécurité nationale. Afin d’entamer une nouvelle guerre de grande envergure contre la bande de Gaza, il manque à la direction israélienne une légitimité aussi bien intérieure qu’internationale. Le calme, même précaire, freine toute impulsion dans cette direction, au moins à ce stade. L’opération de paix se trouve dans une impasse, sous un gouvernement plutôt d’extrême droite, une raison supplémentaire pour stopper l'ardeur israélienne. Et sur le terrain proprement dit, "Israël" devra bien délimiter ses objectifs pour toute nouvelle agression contre la Bande, surtout que le choix militaire a été trop usé durant la dernière agression. Ainsi, la direction israélienne devra bien choisir ses objectifs pour bien en connaître les résultats, selon les expériences du passé. Des objectifs comme la réoccupation de la bande de Gaza, la destruction des forces militaires du Hamas et des autres factions, ou du moins il faudra les modeler politiquement, ou enfin imposer des mesures sur le terrain les empêchant de continuer à se renforcer militairement. En tout cas, actuellement, les Israéliens misent beaucoup sur le régime égyptien et sur ce qu’il pourra faire dans ce domaine, en attendant les développements régionaux au niveau du dossier de la paix (avec les Palestiniens) et du dossier nucléaire iranien. Les médias rapportent une suggestion faite par le premier ministre israélien, pendant sa visite au Caire, il y a une semaine. Il demande à l’Egypte d’organiser une réunion au sommet entre lui et Mahmoud Abbas. On dit que ce dernier regarde cette suggestion d’un œil conciliant. Mais que pourra-t-on tirer de la suggestion de Netanyahu ? Peut-on dire que cette suggestion soit le début d’une nouvelle tournée de négociations israélo-palestiniennes ? Mais en regardant bien cette demande de Netanyahu, on pourra voir trois objectifs : Premièrement : isoler et affaiblir le Hamas, détesté pour des différentes raisons, par "Israël" comme par le Fatah guidé par Mahmoud Abbas, en Cisjordanie, ainsi que par l’Egypte. "Israël" trouve le défi du Hamas insupportable. Et Abbas, de son côté, voit dans le Hamas un concurrent dangereux à la direction palestinienne. Et pour le régime égyptien, le mouvement islamique palestinien, ayant un fort lien avec le groupe des Frères Musulmans de l’Egypte, représente un danger pour la sécurité dans le Sinaï. Deuxièmement : il y a quelques appréhensions accompagnant la pression pratiquée par "Israël" et les Etats-Unis sur l’Egypte pour qu’elle participe au projet essayant d’empêcher les Palestiniens de creuser des tunnels reliant la bande de Gaza et les territoires égyptiens, en construisant un mur métallique très profond sur les frontières. Troisièmement : Il se pourrait que Netanyahu voudrait voler la lumière de George Mitchell, l’envoyé spécial d’Obama au Moyen-Orient. Ce dernier ne cesse depuis un certain temps d’inciter les Israéliens et les Palestiniens à reprendre les négociations gelées. Il est sûr que Netanyahu n’a aucune volonté d’entamer des négociations sérieuses, avec sa politique provocatrice de construction de colonies. De plus, la lacune entre les opinions de Netanyahu concernant les négociations et les opinions des Palestiniens est très large. Cette lacune ne laisse aucune chance à toute négociation de réussir. Elle reflète par contre son inutilité. "Israël" a une grande appréhension, beaucoup plus qu’autre chose, vis-à-vis d’une intervention internationale dans le conflit israélo-palestinien. Elle sait bien qu’il pourrait y avoir un consensus rassemblant les Etats-Unis, la Russie, l’Union Européenne et l’ONU sur la solution à deux Etats. "Israël", par la suggestion de son premier ministre, veut dépasser toute tentative internationale visant à mettre un cadre pour les négociations ou à appeler à une conférence internationale. Finalement, l’objectif de Netanyahu est d’imposer aux Palestiniens vaincus ses conditions, dans des négociations bilatérales, sans aucun médiateur. [B]Al-Akhbar[/B] [/QUOTE]
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Guerra desarrollada entre Argentina y el Reino Unido en 1982
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