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<blockquote data-quote="HernanF" data-source="post: 835255" data-attributes="member: 7964"><p><strong><span style="font-size: 18px">El grupo palestino Hamas, incitado a reconciliarse con el Fatah, reexamina sus alianzas. / Le Hamas palestinien, incité à se réconcilier avec le Fatah, réexamine ses alliances.</span></strong></p><p></p><p>Desde su llegada al poder en Gaza, en junio de 2007, Hamas nunca estuvo tan aislado. Su soporte sobre esa franja de tierra no es motivo de discusión, otros partidos políticos palestinos, como Fatah y el Frente popular para la liberación de Palestina (FPLP), lo demuestran. De Jabaliya en el norte, y desde Rafah en el sur, las banderas verdes del Movimiento de la resistencia islámica (Hamas), omnipresentes, dejan ver en raras apariciones los colores palestinos.</p><p>Lo mismo ocurre con las libertades políticas: "Hamas, hasta ahora, no nos ataca. Nuestras actividades son libres en los límites que nos impuso. Nuestros militantes guardan sus armas en sus propias casas", resume Rabah Mohanna, jefe de la oficina política de FPLP. Los nubarrones no vienen pues del frente interno, si hasta los comentarios del habitante de Gaza tienden a mostrar un cuadro de nítida erosión de la popularidad de Hamas.</p><p>Lo que es motivo de discusión, es su estrategia y sus alianzas. El Movimiento de resistencia islámica está en apuros por lo menos en cuatro frentes: las negociaciones “a patadas” para lograr un acuerdo con Israel a propósito de la liberación del soldado franco-israelí Gilad Shalit, detenido en la franja de Gaza desde el 2006, Hamas tiene un acuerdo interno sobre este caso para debilitar a Fatah. Enfrentado al partido de Mahmoud Abbas, Hamas se niega siempre a firmar el documento egipcio que serviría de base para la reconciliación palestina.</p><p>La decisión de El Cairo de construir una barrera metálica subterránea a lo largo del "corredor de Filadelfia", para luchar contra los túneles cavados bajo la frontera egipcia, constituye una amenaza económica vital; finalmente, la agravación de la crisis política en Irán, padrino financiero y militar tradicional de Hamas, abre un período aleatorio. "Israel continuará su bloqueo mientras Hamas sea el único poder en la franja de Gaza", considera Ahmed Youssef, consejero político de Ismaïl Haniyeh, primer ministro del gobierno de Hamas.</p><p>El Estado judío, continúa Youssef, no concluirá el acuerdo sobre Gilad Shalit, "porque esto sería perder un argumento para continuar con el bloqueo. De todos modos, no aceptaremos el exilio de los presos palestinos (que Israel exige para por lo menos ciento veinte de ellos fuera de Cisjordania), pues no creo que haya pronto un acuerdo sobre Shalit." Las negociaciones palestinas representan, por otra parte, un riesgo político para Hamas si pierden velocidad.</p><p>Hay por lo menos tres razones en esta desilusión popular: el paro y la pobreza se acentúan; el aura de Hamas sólo como partido de resistencia al "ocupante sionista" está en trance de borrarse con la prolongación de la tregua militar de hecho, que se continúa en el tiempo con Israel; finalmente, no habiendo conseguido transformarse en partido de gobierno, Hamas administra la vida diaria de 1,4 millón de habitantes de Gaza como un partido islámico que recurre sobre todo al hostigamiento policíaco.</p><p>"Hamas, resume un diplomático europeo, no quiere firmar la "hoja de ruta" egipcia, porque no desea afrontar las elecciones palestinas en posición de debilidad.” Hombre de negocios y editorialista, Sami Abdel Chafi comprueba que, sobre este punto, hay un consenso no reconocido: "los americanos, como los israelíes, no están a favor de esta reconciliación, porque no quieren un gobierno de unidad nacional palestina que comprendería a ministros de Hamas."</p><p>¿El Cairo incita, a su manera, a Hamas a aceptar un compromiso con Fatah? Según esta lógica, si la terminal de Rafah, punto de paso oficial con Egipto, fuera completamente abierto, el partido islámico sería todavía menos propenso al compromiso con Fatah. De allí a apretar progresivamente el torno sobre la franja de Gaza, como lo desean los Estados Unidos, hay un margen. Porque si "la economía de los túneles" perece, no es el aparato político de Hamas que lo sufrirá, ciertamente más lo sufrirá la población de Gaza.</p><p>Hamas reaccionó apelando a la solidaridad árabe. Khaled Mechaal, el jefe de la oficina política refugiada en Damasco, se dirigió el 5 de enero a Riyad, para encontrarse con los dirigentes saudíes. Este viaje tenía un fin doble: conseguir del reino que intervenga a la par del presidente egipcio Hosni Moubarak, con el fin de que éste renuncie a "cercar" la franja de Gaza; y acercarse a Arabia Saudita en el momento en el que Irán entró en un proceso político incierto.</p><p>"Le exigí a Khaled Mechaal si su movimiento se situaría al lado de los árabes o al lado de otros", indicó el ministro saudí de asuntos extranjeros, Saoud Al-Faysal, haciendo alusión a Irán. Arabia Saudita no se negaría a dar ayuda financiera a Hamas, explica Rabah Mohanna, poniendo dos condiciones: que el Movimiento de resistencia islámica acepte la reconciliación palestina, y que haga uso de su supuesta influencia en Yemen para contribuir a desactivar la rebelión “houthista” del norte que inquieta a Riyad.</p><p>Nada indica que Khaled Mechaal haya ganado el pleito. "Irán nos da un apoyo importante, tanto financiero, como espiritual y político, lo que no es el caso de países árabes, víctimas de su alianza con los Estados Unidos", recuerda Ahmed Youssef. Sin embargo, con Irán víctima de convulsiones políticas, y con Egipto que privilegia su alianza americana a su solidaridad árabe, el futuro de la franja de Gaza y de Hamas es incierto.</p><p></p><p><em>Fuente</em>: Laurent Zecchini desde Gaza para Le Monde.</p><p>Traducción propia.</p><p></p><p>.</p><p></p><p><strong><span style="font-size: 15px">Le Hamas palestinien, incité à se réconcilier avec le Fatah, réexamine ses alliances.</span></strong></p><p></p><p>Depuis sa prise de pouvoir à Gaza en juin 2007, le Hamas n'a jamais été aussi isolé. Sa férule sur la bande de terre n'est pas en cause, les autres partis politiques palestiniens, comme le Fatah et le Front populaire de libération de la Palestine (FPLP), en témoignent. De Jabaliya au nord, à Rafah au sud, les drapeaux verts du Mouvement de la résistance islamique (Hamas), omniprésents, ne laissent que de rares apparitions aux couleurs palestiniennes.</p><p>Il en est de même des libertés politiques : "Le Hamas, jusqu'à présent, ne nous attaque pas. Nos activités sont libres dans les limites qu'il nous a imposées. Nos militants gardent donc leurs armes chez eux", résume Rabah Mohanna, chef du bureau politique du FPLP. Les nuages ne viennent donc pas du front intérieur, même si les commentaires des Gazaouis tendent à dresser le tableau d'une nette érosion de la popularité du Hamas.</p><p>Ce qui est en cause, c'est sa stratégie et ses alliances. Le Mouvement de la résistance islamique est en difficulté sur au moins quatre fronts : les négociations piétinent pour un accord avec Israël à propos de la libération du soldat franco-israélien Gilad Shalit, détenu à Gaza depuis 2006, alors qu'il table sur un accord pour affaiblir le Fatah ; contrairement au parti de Mahmoud Abbas, le Hamas refuse toujours de signer le document égyptien devant servir de base à la réconciliation palestinienne.</p><p>La décision du Caire de construire une barrière métallique souterraine le long du "couloir de Philadelphie", pour lutter contre les tunnels creusés sous la frontière égyptienne, constitue une menace économique vitale ; enfin, l'aggravation de la crise politique en Iran, parrain financier et militaire traditionnel du Hamas, ouvre une période aléatoire. "Israël continuera son blocus tant que le Hamas sera seul au pouvoir à Gaza", estime Ahmed Youssef, conseiller politique d'Ismaïl Haniyeh, premier ministre du gouvernement du Hamas.</p><p>L'Etat juif, poursuit-il, ne conclura pas d'accord sur Gilad Shalit, "parce que ce serait perdre un argument pour poursuivre le blocus. De toute façon, nous n'accepterons pas l'exil des prisonniers palestiniens (qu'Israël exige pour au moins cent vingt d'entre eux hors de la Cisjordanie), donc je ne pense pas qu'il y aura bientôt un accord sur Shalit." Les négociations palestiniennes représentent, d'autre part, un risque politique pour un Hamas en perte de vitesse.</p><p>Il y a au moins trois raisons à cette désillusion populaire : le chômage et la pauvreté s'accentuent ; l'aura du Hamas comme seul parti de la résistance à l'"occupant sioniste" est en passe de s'effacer avec la prolongation de la trêve militaire de fait qui se prolonge avec Israël ; enfin, n'ayant pas réussi à muer en parti de gouvernement, le Hamas gère la vie quotidienne de 1,4 million de Gazaouis comme un parti islamique qui a surtout recours au harcèlement policier.</p><p>"Le Hamas, résume un diplomate européen, ne veut pas signer la "feuille de route" égyptienne, parce qu'il ne souhaite pas affronter les élections palestiniennes en position de faiblesse." Homme d'affaires et éditorialiste, Sami Abdel Chafi constate que, sur ce point, il y a un consensus non avoué : "Les Américains, comme les Israéliens, ne poussent pas en faveur de cette réconciliation, parce qu'ils ne veulent pas d'un gouvernement d'union nationale palestinien qui comprendrait des ministres du Hamas."</p><p>Le Caire incite-t-il, à sa manière, le Hamas à accepter un compromis avec le Fatah ? Selon cette logique, si le terminal de Rafah, seul point de passage officiel avec l'Egypte, était grand ouvert, le parti islamique serait encore moins enclin au compromis avec le Fatah. De là à resserrer progressivement l'étau sur Gaza, comme le souhaitent les Etats-Unis, il y a une marge. Car si l'"économie des tunnels" périclite, ce n'est pas l'appareil politique du Hamas qui en souffrira, mais plus certainement la population gazaouie.</p><p>Le Hamas a réagi en appelant à la solidarité arabe. Khaled Mechaal, le chef du bureau politique réfugié à Damas, s'est rendu le 5 janvier, à Riyad, pour rencontrer les dirigeants saoudiens. Ce voyage avait un double but : obtenir du royaume qu'il intervienne auprès du président égyptien Hosni Moubarak, afin que celui-ci renonce à "murer" Gaza ; se rapprocher de l'Arabie saoudite au moment où l'Iran est entré dans un processus politique incertain.</p><p>"J'ai demandé à Khaled Mechaal si son mouvement se tenait aux côtés des Arabes ou aux côtés d'autres", a indiqué le ministre saoudien des affaires étrangères, Saoud Al-Fayçal, en faisant allusion à l'Iran. L'Arabie saoudite ne refuserait pas de verser une aide financière au Hamas, explique Rabah Mohanna, mais elle y met deux conditions : que le Mouvement de la résistance islamique accepte la réconciliation palestinienne, et qu'il use de son influence supposée au Yémen pour contribuer à désamorcer la rébellion houthiste du nord qui inquiète Riyad.</p><p>Rien n'indique que Khaled Mechaal ait eu gain de cause. "L'Iran nous apporte un soutien important, financier, moral et politique, ce qui n'est pas le cas de pays arabes, victimes de leur alliance avec les Etats-Unis", rappelle le Ahmed Youssef. Il n'empêche : avec l'Iran victime de convulsions politiques, et l'Egypte qui privilégie son alliance américaine à sa solidarité arabe, l'avenir de Gaza et du Hamas sont incertains.</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="HernanF, post: 835255, member: 7964"] [B][SIZE=5]El grupo palestino Hamas, incitado a reconciliarse con el Fatah, reexamina sus alianzas. / Le Hamas palestinien, incité à se réconcilier avec le Fatah, réexamine ses alliances.[/SIZE][/B] Desde su llegada al poder en Gaza, en junio de 2007, Hamas nunca estuvo tan aislado. Su soporte sobre esa franja de tierra no es motivo de discusión, otros partidos políticos palestinos, como Fatah y el Frente popular para la liberación de Palestina (FPLP), lo demuestran. De Jabaliya en el norte, y desde Rafah en el sur, las banderas verdes del Movimiento de la resistencia islámica (Hamas), omnipresentes, dejan ver en raras apariciones los colores palestinos. Lo mismo ocurre con las libertades políticas: "Hamas, hasta ahora, no nos ataca. Nuestras actividades son libres en los límites que nos impuso. Nuestros militantes guardan sus armas en sus propias casas", resume Rabah Mohanna, jefe de la oficina política de FPLP. Los nubarrones no vienen pues del frente interno, si hasta los comentarios del habitante de Gaza tienden a mostrar un cuadro de nítida erosión de la popularidad de Hamas. Lo que es motivo de discusión, es su estrategia y sus alianzas. El Movimiento de resistencia islámica está en apuros por lo menos en cuatro frentes: las negociaciones “a patadas” para lograr un acuerdo con Israel a propósito de la liberación del soldado franco-israelí Gilad Shalit, detenido en la franja de Gaza desde el 2006, Hamas tiene un acuerdo interno sobre este caso para debilitar a Fatah. Enfrentado al partido de Mahmoud Abbas, Hamas se niega siempre a firmar el documento egipcio que serviría de base para la reconciliación palestina. La decisión de El Cairo de construir una barrera metálica subterránea a lo largo del "corredor de Filadelfia", para luchar contra los túneles cavados bajo la frontera egipcia, constituye una amenaza económica vital; finalmente, la agravación de la crisis política en Irán, padrino financiero y militar tradicional de Hamas, abre un período aleatorio. "Israel continuará su bloqueo mientras Hamas sea el único poder en la franja de Gaza", considera Ahmed Youssef, consejero político de Ismaïl Haniyeh, primer ministro del gobierno de Hamas. El Estado judío, continúa Youssef, no concluirá el acuerdo sobre Gilad Shalit, "porque esto sería perder un argumento para continuar con el bloqueo. De todos modos, no aceptaremos el exilio de los presos palestinos (que Israel exige para por lo menos ciento veinte de ellos fuera de Cisjordania), pues no creo que haya pronto un acuerdo sobre Shalit." Las negociaciones palestinas representan, por otra parte, un riesgo político para Hamas si pierden velocidad. Hay por lo menos tres razones en esta desilusión popular: el paro y la pobreza se acentúan; el aura de Hamas sólo como partido de resistencia al "ocupante sionista" está en trance de borrarse con la prolongación de la tregua militar de hecho, que se continúa en el tiempo con Israel; finalmente, no habiendo conseguido transformarse en partido de gobierno, Hamas administra la vida diaria de 1,4 millón de habitantes de Gaza como un partido islámico que recurre sobre todo al hostigamiento policíaco. "Hamas, resume un diplomático europeo, no quiere firmar la "hoja de ruta" egipcia, porque no desea afrontar las elecciones palestinas en posición de debilidad.” Hombre de negocios y editorialista, Sami Abdel Chafi comprueba que, sobre este punto, hay un consenso no reconocido: "los americanos, como los israelíes, no están a favor de esta reconciliación, porque no quieren un gobierno de unidad nacional palestina que comprendería a ministros de Hamas." ¿El Cairo incita, a su manera, a Hamas a aceptar un compromiso con Fatah? Según esta lógica, si la terminal de Rafah, punto de paso oficial con Egipto, fuera completamente abierto, el partido islámico sería todavía menos propenso al compromiso con Fatah. De allí a apretar progresivamente el torno sobre la franja de Gaza, como lo desean los Estados Unidos, hay un margen. Porque si "la economía de los túneles" perece, no es el aparato político de Hamas que lo sufrirá, ciertamente más lo sufrirá la población de Gaza. Hamas reaccionó apelando a la solidaridad árabe. Khaled Mechaal, el jefe de la oficina política refugiada en Damasco, se dirigió el 5 de enero a Riyad, para encontrarse con los dirigentes saudíes. Este viaje tenía un fin doble: conseguir del reino que intervenga a la par del presidente egipcio Hosni Moubarak, con el fin de que éste renuncie a "cercar" la franja de Gaza; y acercarse a Arabia Saudita en el momento en el que Irán entró en un proceso político incierto. "Le exigí a Khaled Mechaal si su movimiento se situaría al lado de los árabes o al lado de otros", indicó el ministro saudí de asuntos extranjeros, Saoud Al-Faysal, haciendo alusión a Irán. Arabia Saudita no se negaría a dar ayuda financiera a Hamas, explica Rabah Mohanna, poniendo dos condiciones: que el Movimiento de resistencia islámica acepte la reconciliación palestina, y que haga uso de su supuesta influencia en Yemen para contribuir a desactivar la rebelión “houthista” del norte que inquieta a Riyad. Nada indica que Khaled Mechaal haya ganado el pleito. "Irán nos da un apoyo importante, tanto financiero, como espiritual y político, lo que no es el caso de países árabes, víctimas de su alianza con los Estados Unidos", recuerda Ahmed Youssef. Sin embargo, con Irán víctima de convulsiones políticas, y con Egipto que privilegia su alianza americana a su solidaridad árabe, el futuro de la franja de Gaza y de Hamas es incierto. [I]Fuente[/I]: Laurent Zecchini desde Gaza para Le Monde. Traducción propia. . [B][SIZE=4]Le Hamas palestinien, incité à se réconcilier avec le Fatah, réexamine ses alliances.[/SIZE][/B] Depuis sa prise de pouvoir à Gaza en juin 2007, le Hamas n'a jamais été aussi isolé. Sa férule sur la bande de terre n'est pas en cause, les autres partis politiques palestiniens, comme le Fatah et le Front populaire de libération de la Palestine (FPLP), en témoignent. De Jabaliya au nord, à Rafah au sud, les drapeaux verts du Mouvement de la résistance islamique (Hamas), omniprésents, ne laissent que de rares apparitions aux couleurs palestiniennes. Il en est de même des libertés politiques : "Le Hamas, jusqu'à présent, ne nous attaque pas. Nos activités sont libres dans les limites qu'il nous a imposées. Nos militants gardent donc leurs armes chez eux", résume Rabah Mohanna, chef du bureau politique du FPLP. Les nuages ne viennent donc pas du front intérieur, même si les commentaires des Gazaouis tendent à dresser le tableau d'une nette érosion de la popularité du Hamas. Ce qui est en cause, c'est sa stratégie et ses alliances. Le Mouvement de la résistance islamique est en difficulté sur au moins quatre fronts : les négociations piétinent pour un accord avec Israël à propos de la libération du soldat franco-israélien Gilad Shalit, détenu à Gaza depuis 2006, alors qu'il table sur un accord pour affaiblir le Fatah ; contrairement au parti de Mahmoud Abbas, le Hamas refuse toujours de signer le document égyptien devant servir de base à la réconciliation palestinienne. La décision du Caire de construire une barrière métallique souterraine le long du "couloir de Philadelphie", pour lutter contre les tunnels creusés sous la frontière égyptienne, constitue une menace économique vitale ; enfin, l'aggravation de la crise politique en Iran, parrain financier et militaire traditionnel du Hamas, ouvre une période aléatoire. "Israël continuera son blocus tant que le Hamas sera seul au pouvoir à Gaza", estime Ahmed Youssef, conseiller politique d'Ismaïl Haniyeh, premier ministre du gouvernement du Hamas. L'Etat juif, poursuit-il, ne conclura pas d'accord sur Gilad Shalit, "parce que ce serait perdre un argument pour poursuivre le blocus. De toute façon, nous n'accepterons pas l'exil des prisonniers palestiniens (qu'Israël exige pour au moins cent vingt d'entre eux hors de la Cisjordanie), donc je ne pense pas qu'il y aura bientôt un accord sur Shalit." Les négociations palestiniennes représentent, d'autre part, un risque politique pour un Hamas en perte de vitesse. Il y a au moins trois raisons à cette désillusion populaire : le chômage et la pauvreté s'accentuent ; l'aura du Hamas comme seul parti de la résistance à l'"occupant sioniste" est en passe de s'effacer avec la prolongation de la trêve militaire de fait qui se prolonge avec Israël ; enfin, n'ayant pas réussi à muer en parti de gouvernement, le Hamas gère la vie quotidienne de 1,4 million de Gazaouis comme un parti islamique qui a surtout recours au harcèlement policier. "Le Hamas, résume un diplomate européen, ne veut pas signer la "feuille de route" égyptienne, parce qu'il ne souhaite pas affronter les élections palestiniennes en position de faiblesse." Homme d'affaires et éditorialiste, Sami Abdel Chafi constate que, sur ce point, il y a un consensus non avoué : "Les Américains, comme les Israéliens, ne poussent pas en faveur de cette réconciliation, parce qu'ils ne veulent pas d'un gouvernement d'union nationale palestinien qui comprendrait des ministres du Hamas." Le Caire incite-t-il, à sa manière, le Hamas à accepter un compromis avec le Fatah ? Selon cette logique, si le terminal de Rafah, seul point de passage officiel avec l'Egypte, était grand ouvert, le parti islamique serait encore moins enclin au compromis avec le Fatah. De là à resserrer progressivement l'étau sur Gaza, comme le souhaitent les Etats-Unis, il y a une marge. Car si l'"économie des tunnels" périclite, ce n'est pas l'appareil politique du Hamas qui en souffrira, mais plus certainement la population gazaouie. Le Hamas a réagi en appelant à la solidarité arabe. Khaled Mechaal, le chef du bureau politique réfugié à Damas, s'est rendu le 5 janvier, à Riyad, pour rencontrer les dirigeants saoudiens. Ce voyage avait un double but : obtenir du royaume qu'il intervienne auprès du président égyptien Hosni Moubarak, afin que celui-ci renonce à "murer" Gaza ; se rapprocher de l'Arabie saoudite au moment où l'Iran est entré dans un processus politique incertain. "J'ai demandé à Khaled Mechaal si son mouvement se tenait aux côtés des Arabes ou aux côtés d'autres", a indiqué le ministre saoudien des affaires étrangères, Saoud Al-Fayçal, en faisant allusion à l'Iran. L'Arabie saoudite ne refuserait pas de verser une aide financière au Hamas, explique Rabah Mohanna, mais elle y met deux conditions : que le Mouvement de la résistance islamique accepte la réconciliation palestinienne, et qu'il use de son influence supposée au Yémen pour contribuer à désamorcer la rébellion houthiste du nord qui inquiète Riyad. Rien n'indique que Khaled Mechaal ait eu gain de cause. "L'Iran nous apporte un soutien important, financier, moral et politique, ce qui n'est pas le cas de pays arabes, victimes de leur alliance avec les Etats-Unis", rappelle le Ahmed Youssef. Il n'empêche : avec l'Iran victime de convulsions politiques, et l'Egypte qui privilégie son alliance américaine à sa solidarité arabe, l'avenir de Gaza et du Hamas sont incertains. [/QUOTE]
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