La doctrina Gerasimov: segunda entrega
Abr 11 2016
por
José Miguel Palacios
Análisis GESI, 7/2016
Resumen: En su reciente discurso ante la Academia de Ciencias Militares, el Jefe del Estado Mayor General ruso, Valeri Gerasimov, desarrolla las ideas ya explicadas en su conocido discurso de 2013, a la luz de experiencias recientes como el conflicto de Ucrania y la intervención rusa en Siria. A diferencia de lo que hiciera en 2013, Gerasimov habla ahora de “guerra híbrida” y de “métodos híbridos”, aunque lo hace en un sentido algo distinto del habitual en Occidente.
A finales de enero de 2013, el general Gerasimov, Jefe del Estado Mayor General ruso, pronunció un importante discurso ante la Academia de Ciencias Militares. El texto sería publicado unas semanas más tarde por
Voienno-Promyshlenny Kurier bajo el título “El valor de la ciencia radica en la anticipación” (Gerasimov, 2013) y, según la valoración mayoritaria en Occidente, constituye el documento fundacional de la llamada “doctrina Gerasimov” sobre la guerra híbrida
[1].
Tres años después, el 27 de febrero de 2016, Gerasimov ha vuelto a hablar ante la Academia de Ciencias Militares sobre las características de las guerras contemporáneas. Tres años después, el semanario de información militar
Voienno-Promyshlenny Kurier ha publicado así mismo el texto de su intervención (Gerasimov, 2016). ¿Nos encontramos, quizá, ante una segunda entrega, ante una versión revisada de la ya famosa “doctrina Gerasimov”?
Muchas cosas importantes han ocurrido entre 2013 y 2016. El conflicto de Ucrania, el empeoramiento de las relaciones entre Rusia y Occidente, la intervención rusa en Siria… Las reflexiones de 2013 estaban basadas en una serie de experiencias ajenas, mientras que los últimos años han ofrecido a las Fuerzas Armadas rusas numerosas ocasiones prácticas para poner a prueba conceptos, procedimientos y materiales. Podemos preguntarnos si sigue siendo válido todo lo que Gerasimov avanzaba en 2013. O bien, si la experiencia le ha obligado a reconsiderar en parte su visión, a introducir en ella correctivos. Y, si fuera así, cuáles.
En pocas páginas intentaremos resumir lo dicho por Gerasimov y ofrecer una primera interpretación de su significado.
Características de los conflictos contemporáneos
La caracterización que hace Gerasimov de los conflictos militares contemporáneos
[2] es muy similar a la que hacía en 2013. La única novedad importante es su utilización de expresiones como “guerra híbrida” o “métodos híbridos”, ausentes hasta ahora del léxico militar (oficial) ruso.
“Actualmente, en la época de la globalización, del debilitamiento de las fronteras entre estados, del desarrollo de los medios de comunicación, el cambio de las formas de resolver las contradicciones entre estados ha pasado a ser un factor de la máxima importancia. En los conflictos contemporáneos es cada vez más frecuente que se dé prioridad a un uso conjunto de medidas de carácter no militar, políticas, económicas, informativas y de otro tipo, que se ponen en práctica con el sostén de la fuerza militar. Son los llamados métodos híbridos”.
Resulta interesante observar que Gerasimov utiliza el concepto “guerra híbrida” o sus derivados en un sentido distinto del que es habitual en Occidente. Para Hoffman, el padre del concepto, la “guerra híbrida incorpora toda una serie de diferentes formas de hacer la guerra, incluyendo medios convencionales, tácticas y formaciones irregulares, atentados terroristas, incluyendo violencia y coerción indiscriminadas, y desorden criminal” (Hoffman, 2007:14). Es decir, en la guerra híbrida se combinan acciones militares convencionales con otras propias de la guerra irregular. Como explicaba el Coronel español Calvo Albero en 2009, en la “guerra híbrida” “al menos uno de los adversarios recurre a una combinación de operaciones convencionales y guerra irregular, mezclada esta última con acciones terroristas y conexiones con el crimen organizado” (Calvo, 2009:11). En cambio, para Gerasimov, “métodos híbridos” son, precisamente, los que van más allá de los métodos militares tradicionales.
En cualquier caso, Gerasimov entiende que la combinación de acciones tradicionales con lo que él llama “acciones híbridas” (es decir, la “guerra híbrida”, tal y como la entendemos en Occidente) es una característica general de los conflictos armados contemporáneos
[3].
“Podemos concluir que el uso de métodos tradicionales en combinación con medios híbridos es en estos momentos una característica de cualquier conflicto armado”[4].
La conclusión de Gerasimov es lógica. Si los conflictos armados, es decir, la forma más frecuente de uso de la fuerza militar en el mundo contemporáneo, se caracterizan por un amplio uso de los medios y procedimientos no específicamente militares, la organización de la defensa debe reflejar este hecho. En la tradición soviética y rusa, existe una fuerte identificación entre la burocracia militar y la defensa, algo que en las nuevas circunstancias debería atenuarse. La defensa contemporánea sería, para Gerasimov, una función central del estado en la que debe participar la práctica totalidad de los órganos de poder estatal:
“La tendencia del desarrollo de las guerras tradicionales y, sobre todo, de las híbridas ha creado la necesidad de introducir cambios en la organización de la defensa. La defensa armada del estado, incluyendo la preparación para ella, ya no puede reducirse a las medidas militares y requiere la consolidación de los esfuerzos de la práctica totalidad de los órganos de poder”.
En qué consisten los conflictos híbridos
En el discurso de Gerasimov, la discusión sobre los procedimientos híbridos ocupa un lugar central. Ya hemos adelantado que su idea de “híbrido” es mucho más limitada que la occidental. Podemos añadir ahora que, en la práctica, Gerasimov llega casi a identificar “métodos híbridos” con “subversión”. De hecho, entiende que las “revoluciones de colores”
[5] son magníficos ejemplos de acciones híbridas:
“Su esencia consiste en la consecución de los fines políticos ejerciendo una presión militar mínima sobre el enemigo. Sobre todo, a cuenta del debilitamiento de su potencial militar y económico, de la presión informativa y psicológica, del apoyo activo a la oposición interna, del uso de acciones guerrilleras y de operaciones especiales. Como medio principal se utilizan las ‘revoluciones de colores’ que, en opinión de los que las provocan, deben conducir a un cambio no violento de gobierno en el país oponente. En esencia, cualquier ‘revolución de color’ es un golpe de estado organizado desde el exterior”.
Aunque el concepto “revolución de color” empezó a utilizarse para nombrar revoluciones incruentas (o casi) en el espacio postsoviético, Gerasimov lo amplía para incluir en él fenómenos similares ocurridos en otros países. En particular, caracteriza como “revoluciones de colores” los movimientos ocurridos en diversos países del Norte de África y Oriente Medio durante la llamada “primavera árabe”:
“Algunos ejemplos muy representativos son la explosión de nacionalismo en Ucrania y la agitación revolucionaria en los países árabes. La acción masiva sobre la opinión pública hizo posible el incremento del potencial de protesta de la población y la extensión del ‘movimiento de color’ en los países del Norte de África, lo que condujo al cambio de régimen político en algunos de ellos”.
Entre las características de los “métodos híbridos”, Gerasimov destaca la dificultad para prever las consecuencias de su uso. Algo que contrastaría con la predictibilidad de los efectos de los métodos militares tradicionales:
“Las acciones militares tradicionales se ejecutan según las reglas del arte militar. Su carácter y consecuencias pueden, en principio, preverse. Los resultados del uso de métodos indirectos pueden tan solo suponerse. Un estado que es víctima de una agresión híbrida, en general, cae en una situación de caos completo, de crisis política interna y de colapso económico. El asesinato de civiles por razones nacionales o religiosas, el aumento de la criminalidad, la emigración masiva no controlada, son consecuencias de las ‘revoluciones de colores’”.
Un último factor que destaca Gerasimov es la importancia que en la “guerra híbrida” tiene la “guerra informativa”. Sus efectos, según el Jefe del Estado Mayor General ruso, son comparables a los del uso masivo de tropas:
“Hay que prestar una atención especial al que es el elemento esencial de los métodos híbridos. La falsificación de los acontecimientos, la limitación de la actividad de los medios de información, se convierten en uno de los métodos asimétricos más eficaces para la conducción de las guerras. Su efecto puede ser comparable a los resultados de un uso masivo de tropas”.
Defensa territorial
Una de las novedades más interesantes que aportaba la Doctrina Militar rusa de 2014 era su renovado interés por la Defensa Territorial. Y es que en su punto 39.з se disponía la “formación de Tropas territoriales para la protección y defensa de instalaciones militares, estatales y de otro tipo, de servicios vitales para la población, del funcionamiento del transporte, vías de comunicaciones y telecomunicaciones, infraestructura energética, así como instalaciones que pueden resultar peligrosas para la vida y la salud de las personas” (Palacios, 2015: 43). Este interés por la Defensa Territorial se refleja también en el discurso de Gerasimov, siempre en el contexto de hacer frente a posibles amenazas híbridas, que se materializarían probablemente como “revoluciones de colores”.
“El aumento de las amenazas híbridas condiciona la urgencia de incrementar la eficacia de la defensa territorial (…). Según las enmiendas que se han introducido en la legislación, junto con las Fuerzas Armadas y otros cuerpos armados de la defensa territorial forman parte las fuerzas y medios de todos los órganos ejecutivos federales, de las administraciones regionales y de los órganos de autogestión local. Esto permite que en el periodo de de amenaza inmediata de agresión reforzar las medidas para hacer frente a compañías privadas extranjeras, grupos de operaciones especiales y organizaciones terroristas”.
En la práctica, el interés ruso por la Defensa Territorial parece ser aún muy limitado y, en cualquier caso, inferior al que puede advertirse en otros países postsoviéticos, como Bielorrusia o Ucrania. Al menos en publicaciones abiertas, las referencias a la defensa territorial son excepcionales y no parecen existir estudios recientes sobre ejemplos clásicos de sistemas de defensa territorial, como la Defensa Popular Total y Autoprotección Social yugoslava o la Guerra de Todo el Pueblo cubana. Por eso, Gerasimov pide a los pensadores militares agrupados en la Academia de Ciencias Militares que dediquen una atención mayor a este tema:
“La ciencia militar debe desarrollar (…) formas para el empleo en pocos días o incluso horas de las componentes militar y no militar de la defensa territorial en caso de crisis. Esto a su vez requiere una reacción prácticamente inmediata de la dirección política del país con la participación no solo de las Fuerzas Armadas, sino también de los recursos de la práctica totalidad de los ministerios y organismos públicos”.
Alta tecnología
A mediados de la década anterior se desarrolló en Estados Unidos un interesante debate sobre la utilidad de las inversiones en medios militares de alta tecnología cuando la probabilidad de un enfrentamiento con ejércitos bien equipados era muy baja y el uso normal de las Fuerzas Armadas sería en operaciones contra la insurgencia, como las de Iraq o Afganistán. Precisamente, el concepto de “guerra híbrida” surge, al menos en parte, como consecuencia de este debate. No se podían abandonar las costosas inversiones en material militar de alta tecnología porque guerra regular y guerra irregular no constituían necesariamente dos opciones alternativas, sino que podían ser las dos caras de una misma moneda. Diez años más tarde, Gerasimov llega a una conclusión similar:
“La experiencia de Siria ha confirmado que la guerra híbrida requiere armamento de alto nivel tecnológico. Las Fuerzas Armadas son eficaces si son capaces de cumplir sus misiones con el menor uso posible del componente militar”.
Conclusiones tentativas
Algunas conclusiones tentativas:
- El nuevo discurso de Gerasimov desarrolla una serie de ideas muy similares a las de 2013. Está influido por los acontecimientos de los últimos tres años, pero las novedades que se advierten en el discurso son más de enfoque que de principio.
- Como en 2013, Gerasimov se refiere a unas características generales de los conflictos contemporáneos, que entiende son de aplicación general. No intenta desarrollar una doctrina específicamente rusa para el uso de la fuerza en las condiciones imperantes en la actualidad (una “doctrina Gerasimov”).
- Es consciente de la lectura que se ha hecho en Occidente de su discurso de 2013 y sabe que este nuevo discurso va a ser leído con gran atención. Quizá por ello, juega con el concepto de “guerra híbrida”, modificando de una manera significativa su contenido y dejando bien claro que, desde su punto de vista, se trata de una invención occidental.
- El punto que más le interesa es qué puede hacer Rusia (por extensión, sus también sus países aliados y amigos) para protegerse de “acciones híbridas” promovidas desde Occidente. La principal amenaza que considera es la de una “revolución de color” dirigida a provocar un cambio de gobierno/régimen.
- No renuncia a la inversión militar en alta tecnología (sin detallar), que entiende puede ser de gran utilidad también frente a “amenazas híbridas”.
José Miguel Palacios es Teniente Coronel de Infantería y Doctor en Ciencias Políticas.
Bibliografía
Baqués, Josep (2015), “
El papel de Rusia en el conflicto de Ucrania: ¿La guerra híbrida de las grandes potencias?”,
Revista de Estudios en Seguridad Internacional, Vol. 1, No. 1, pp. 41-61.
Bartles, Charles K. (2016), “Getting Gerasimov Right”,
Military Review, January-February 2016, pp. 30-38.
Bērziņš, Jānis (2016), “Russian Warfare is not Hybrid”.
Strategy and Economics, Jānis Bērziņš's Blog, 16.03.2016:
http://blog.berzins.eu/russian-warfare-is-not-hybrid/.
Calv Albero, José Luis (2009), “La Evolución de las Insurgencias y el Concepto de Guerra Híbrida”,
Ejército, No. 822, pp. 6-13.
Gerasimov, Valeri (2013), “Ценность науки в предвидении” (El valor de la ciencia radica en la anticipación),
VPK, No. 8/2013 (476), 27.02.2013.
http://vpk.name/print/i85159.html.
Gerasimov, Valeri (2016), “По опыту Сирии. Гибридная война требует высокотехнологичного оружия и научного обоснования” (Según la experiencia de Siria. La guerra híbrida requiere armamento de alta tecnología y un fundamento científico),
VPK, No. 9/2016 (624), 09.03.2016.
http://vpk-news.ru/print/articles/29579.
Hoffman, Frank.G. (2007),
Conflicts in the 21st Century: The Rise of Hybrid War, Arlington: Potomac Institute for Policy Studies.
http://www.projectwhitehorse.com/pdfs/HybridWar_0108.pdf.
Palacios, José-Miguel (2015), “Doctrina Militar Rusa y conflicto de Ucrania”,
Ejército, No. 890 (mayo de 2015).
[1] Empiezan a surgir voces que disienten de esta interpretación mayoritaria. Por ejemplo, Charles K. Bartles (Bartles, 2016) o Jānis Bērziņš (Bērziņš, 2016).
[2] La Doctrina Militar Rusa de 2014 distingue entre “conflicto militar” y “conflicto armado”. “Conflicto militar” es un concepto general: “forma de resolución de las contradicciones entre estados o dentro de un mismo estado mediante el uso de la fuerza militar”. Abarca todos los tipos de confrontación armada, incluyendo guerras a gran escala, guerras regionales, guerras locales y conflictos armados. El “conflicto armado” es definido como un “choque armado de alcance limitado entre estados (conflicto armado internacional) o bandos enfrentados dentro de un mismo estado (conflicto armado de carácter interno)”.
[3] Como ya se ha explicado anteriormente, el léxico militar ruso distingue entre “conflicto armado” y “conflicto militar”. Lo que afirma Gerasimov se refiere explícitamente a los conflictos armados y, por tanto, no es, en principio, aplicable a otros tipos de conflicto militar, como las guerras locales, guerras regionales y guerras a gran escala.
[4] Josep Baqués, en un reciente artículo (Baqués, 2015), comentaba el supuesto uso por parte ruso de la “guerra híbrida” durante el conflicto de Ucrania, a pesar de que era la parte más fuerte. Para Gerasimov, sin embargo, el uso de procedimientos “híbridos” (irregulares) no está reservado a la parte más débil, sino que es una característica general de los conflictos armados actuales.
[5] El artículo de Wikipedia (edición española) sobre las Revoluciones de colores ofrece una caracterización general del fenómeno, así como ejemplos de revoluciones exitosas y fallidas. Revoluciones de colores. (1 de marzo de 2016).
Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 23 de marzo de 2016 08:57, desde
https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Revoluciones_de_colores&oldid=89527506.
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