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<blockquote data-quote="Barbanegra" data-source="post: 1505967" data-attributes="member: 10064"><p style="text-align: center"><u><img src="http://estaticos.elmundo.es/assets/multimedia/imagenes/2014/01/31/13911856362755.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /> </u></p> <p style="text-align: center"><u><span style="font-size: 22px"><strong>Ginebra II: 1.900 muertos más en siete días de negociación</strong></span></u></p><p>Hoy se cierra en Ginebra la primera ronda de conversaciones de paz que ha sentado cara a cara, después de tres años de guerra, al gobierno sirio y a representantes de la oposición en el exilio. Han sido siete días de desencuentros en los que, pese a que no se ha logrado acuerdo alguno, la parte mediadora dice vislumbrar "un principio constructivo". No así Damasco, que ha advertido de que podría no volver.</p><p></p><p>El árbitro de la ONU, Lajdar Brahimi, ha anunciado que la segunda ronda de encuentros empezará el próximo 10 de febrero. Pero Walid Mualem, ministro de Exteriores y jefe del comité del régimen, le ha señalado que antes de confirmar su vuelta a la mesa tendrá que consultarlo con Bashar Asad. "No me han dicho que no vayan a volver", ha matizado Brahimi, que ha calificado de "aceptable" el entendimiento alcanzado estos días.</p><p></p><p>Esta aseveración contradijo al feroz discurso posterior de Mualem. "No hay oposición moderada", sino "terroristas", aseguró. Tildó de "injerencia descarada" la postura de EEUU. Siria sólo ha entregado, y con retraso, el 5% de las armas químicas pactadas en septiembre. Por ello el secretario de Estado Kerry había asegurado hoy "no descartar ninguna opción" para urgir a Asad a "cumplir con sus obligaciones".</p><p></p><p>Brahimi se topó con muros desde el principio. El encuentro inicial, el viernes pasado, tuvo que posponerse por la negativa de las partes a verse las caras. Damasco hasta amagó con retirarse si no había "seriedad" en sus contrincantes. Al día siguiente, los comités enemigos sí se sentaron en la misma mesa, pero sólo comunicándose a través del mediador.</p><p></p><p>Con los días, se ha ganado tibiamente en fluidez. Régimen y Coalición Nacional Siria, principal grupo disidente, han diferido en la interpretación de los acuerdos de Ginebra I - 30 de junio de 2012 - que llamaban a transferir el poder a un gobierno de transición en la nación árabe. Para la Coalición, eso implicaba el adiós de Bashar Asad, algo que el Presidente no acepta.</p><p></p><p>Sin avances políticos, Brahimi intentó buscar ententes humanitarios. Su objetivo fue conseguir que un convoy de ayuda humanitaria rompiese el cerco que las tropas del régimen imponen sobre 500 familias, en la ciudad vieja de Homs, desde hace 18 meses. Damasco sigue acusando a los milicianos opositores de no garantizar la seguridad para entregarla.</p><p></p><p>Tampoco se pudo materializar un pacto para intercambiar prisioneros, en el que no se quieren implicar las brigadas alzadas más radicales. El principio de acuerdo para evacuar a mujeres y niños de las zonas asediadas de Homs no fructificó. Muchos opositores temían que la separación de mujeres y hombres llevara a la reedición de la dramática masacre de Srebrenica de 1995.</p><p></p><p>El presidente de la Coalición Nacional Siria, Ahmed Yarba, ha acusado continuamente al régimen de intentar llevar a su terreno las negociaciones. Frente a la retórica inflamada del régimen, ha contrastado positivamente el tono calmado opositor. A pesar de la división, el jueves se presenció un raro minuto de silencio conjunto. Los rivales rindieron homenaje a las más de 130.000 víctimas de la sangrienta tragedia siria.</p><p></p><p>Brahimi enumeró, en su discurso final, diez puntos de entendimiento. "Los dos bandos reconocen que Siria debe ser una democracia basada en la transparencia y el respeto al imperio de la Ley y a los derechos humanos", ejemplificó. Palabras que sonaron a hueco sobre en Siria, donde, según activistas, 1.870 personas han muerto en el curso de unas negociaciones que pueden quedar en nada.</p><p></p><p><a href="http://www.elmundo.es/internacional/2014/01/31/52ebcf07268e3e22588b456d.html">http://www.elmundo.es/internacional/2014/01/31/52ebcf07268e3e22588b456d.html</a></p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Barbanegra, post: 1505967, member: 10064"] [CENTER][U][IMG]http://estaticos.elmundo.es/assets/multimedia/imagenes/2014/01/31/13911856362755.jpg[/IMG] [SIZE=6][B]Ginebra II: 1.900 muertos más en siete días de negociación[/B][/SIZE][/U][/CENTER] Hoy se cierra en Ginebra la primera ronda de conversaciones de paz que ha sentado cara a cara, después de tres años de guerra, al gobierno sirio y a representantes de la oposición en el exilio. Han sido siete días de desencuentros en los que, pese a que no se ha logrado acuerdo alguno, la parte mediadora dice vislumbrar "un principio constructivo". No así Damasco, que ha advertido de que podría no volver. El árbitro de la ONU, Lajdar Brahimi, ha anunciado que la segunda ronda de encuentros empezará el próximo 10 de febrero. Pero Walid Mualem, ministro de Exteriores y jefe del comité del régimen, le ha señalado que antes de confirmar su vuelta a la mesa tendrá que consultarlo con Bashar Asad. "No me han dicho que no vayan a volver", ha matizado Brahimi, que ha calificado de "aceptable" el entendimiento alcanzado estos días. Esta aseveración contradijo al feroz discurso posterior de Mualem. "No hay oposición moderada", sino "terroristas", aseguró. Tildó de "injerencia descarada" la postura de EEUU. Siria sólo ha entregado, y con retraso, el 5% de las armas químicas pactadas en septiembre. Por ello el secretario de Estado Kerry había asegurado hoy "no descartar ninguna opción" para urgir a Asad a "cumplir con sus obligaciones". Brahimi se topó con muros desde el principio. El encuentro inicial, el viernes pasado, tuvo que posponerse por la negativa de las partes a verse las caras. Damasco hasta amagó con retirarse si no había "seriedad" en sus contrincantes. Al día siguiente, los comités enemigos sí se sentaron en la misma mesa, pero sólo comunicándose a través del mediador. Con los días, se ha ganado tibiamente en fluidez. Régimen y Coalición Nacional Siria, principal grupo disidente, han diferido en la interpretación de los acuerdos de Ginebra I - 30 de junio de 2012 - que llamaban a transferir el poder a un gobierno de transición en la nación árabe. Para la Coalición, eso implicaba el adiós de Bashar Asad, algo que el Presidente no acepta. Sin avances políticos, Brahimi intentó buscar ententes humanitarios. Su objetivo fue conseguir que un convoy de ayuda humanitaria rompiese el cerco que las tropas del régimen imponen sobre 500 familias, en la ciudad vieja de Homs, desde hace 18 meses. Damasco sigue acusando a los milicianos opositores de no garantizar la seguridad para entregarla. Tampoco se pudo materializar un pacto para intercambiar prisioneros, en el que no se quieren implicar las brigadas alzadas más radicales. El principio de acuerdo para evacuar a mujeres y niños de las zonas asediadas de Homs no fructificó. Muchos opositores temían que la separación de mujeres y hombres llevara a la reedición de la dramática masacre de Srebrenica de 1995. El presidente de la Coalición Nacional Siria, Ahmed Yarba, ha acusado continuamente al régimen de intentar llevar a su terreno las negociaciones. Frente a la retórica inflamada del régimen, ha contrastado positivamente el tono calmado opositor. A pesar de la división, el jueves se presenció un raro minuto de silencio conjunto. Los rivales rindieron homenaje a las más de 130.000 víctimas de la sangrienta tragedia siria. Brahimi enumeró, en su discurso final, diez puntos de entendimiento. "Los dos bandos reconocen que Siria debe ser una democracia basada en la transparencia y el respeto al imperio de la Ley y a los derechos humanos", ejemplificó. Palabras que sonaron a hueco sobre en Siria, donde, según activistas, 1.870 personas han muerto en el curso de unas negociaciones que pueden quedar en nada. [url]http://www.elmundo.es/internacional/2014/01/31/52ebcf07268e3e22588b456d.html[/url] [/QUOTE]
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