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Mensaje: <blockquote data-quote="EFDV" data-source="post: 2739026" data-attributes="member: 15609">Habría que definir, si no se ha hecho aún, criterios y metodologías de evaluación.Hay cosas que indudablemente no se podrán evaluar. Por ejemplo, las capacidades off-road, la participación en ejercicios tácticos, etc.Pero hay otras cosas que sí se pueden evaluar. De hecho, quizás más que en un licitación ordinaria. Por ejemplo, consumo promedio de combustible, necesidades de mantenimiento, tazas de fallas, facilidad de mantenimiento con el personal disponible, red de soporte técnico, etc.Será trabajo liviano, pero estos vehículos están haciendo muchos kilómetros en poco tiempo y los gastos operativos seguramente corren a cuenta del ejercito.Sólo con registrar lo que sucede en la vida de cada vehículo en estos meses será suficiente para en un futuro estudiar los datos.Aunque todas las pick ups se parecen, también se puede evaluar posición de manejo, facilidad del personal para ascender y descender, confort para cinco personas, técnicas de carga, descarga y transporte, etc.Creo que se puede evaluar todo lo que tenga que ver con el uso en cuartel y en tiempo de paz, ya que es el trabajo que están haciendo con mucho mayor intensidad que con cualquier ejercicio teorico.Indudablemente hay un esquema de “responsabilidad social empresarial” que también tiene que ver con el marketing de dichas empresas.De hecho, las pick ups cedidas son las que tienen dedicadas a mercadeo.Pero, como expuse en su tiempo, a caballo regalado no se le miran los dientes.Es más, no me parece mal que aprovechen esto para hacer su publicidad en tiempos donde la publicidad tradicional no funciona.¿Se le puede pedir otras cosas a las compañías? ¿Están dispuestas a dar otras cosas? Es un tema a gestionar. Seguramente pueden aportar algo más. Por ejemplo, se ha hablado de la producción de respiradores. Por lo pronto, la mayoría parece haber puesto sus impresoras 3D a imprimir protectores visuales y, más residentemente, otros componentes necesarios.Creo que habría que hacer gestiones adicionales para ver cómo pueden contribuir más a este esfuerzo las empresas del país. Sea con donaciones o prestamos, sea con aportes de su capacidad organizativa y productiva. Y si se niegan, siempre se puede recurrir al requisado.Igualmente, no todas las empresas son fábricas de autos. En Argentinas tenemos empresas de transporte con enormes flotas de camiones. Quizás tiene más sentidos pedirles apoyo a las mismas.De hecho, están escusados de la cuarentena pero una parte de la flota esta desocupada (las que transportan comida continuan trabajando con bastante normalidad, pero los que transportan vehículos, por ejemplo, estarían paradas).Estas empresas especializadas en logísticas seguramente tienen más fácil aportar sus capacidades a la necesidad nacional.Una fábrica de autos puede aportar en aquello que es su especialidad. Una de transporte en lo suyo. Otra de informática en lo suyo. Cada una seguramente puede aportar un poco desde lo que son sus mejores habilidades. No le pidamos peras al olmo. Pidámosles peras al peral, corteza al olmo, etc.Tampoco hay que perder de vista otros aspectos. Es una tarea que queda principalmente para ellas ¿cómo pueden reorganizar sus actividades para poder hacer negocios en la “nueva normalidad”?. Una nueva normalidad en desarrollo y que, en mi opinión, viene para quedarse.Porque más allá de los bienes que puedan aportar en este gran esfuerzo nacional, lo más importante es que las empresas no quiebren, que mantengan los empleos y que se reestructuren para que puedan continuar cumpliendo con su fin social: ganar dinero y progresar.Las fábricas no tienen que desaparecer. Tienen que sobrevivir, progresar, generar dinero, generar empleos y pagar impuestos. Los impuestos son el mayor aporte al sostenimiento de la parte que le toca al Gobierno (Ejército inclusive), y para pagar impuestos necesitan producir y vender.Porque es muy difícil pedirle mayores aportes a las empresas cuando están paradas. El mayor interés del Estado en este momento es que no pase como en la crisis del 29 y las empresas comiencen a quebrar y ser desmembradas y sus trabajadores desocupados. Porque una empresa desmembrada desaparece para siempre y sus empleados pueden devenir en desocupados estructurales.Así que lo mejor es que, mientras encuentran formas de hacer negocios en la nueva normalidad, no se descapitalicen (por ejemplo, donando sus maquinarias y vehículos al Ejército), sino que subsistan como unidades económicas integrales, con todo su capital, todos su bienes muebles e inmuebles y todos sus empleados. Para ello, de hecho, el Gobierno esta desplegando esfuerzos, por un lado; y las propias empresas tienen que estar trabajando en adaptarse a la nueva realidad del mercado, por otro lado.</blockquote>

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