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<blockquote data-quote="comando27" data-source="post: 522667" data-attributes="member: 5508"><p>Estimados, en la Guerra de Malvinas, el clima fue un factor determinante para las tropas. Si bien las tropas del SAS y del Cuadro de Guerra del Artico estaban mejor aclimatadas, es correcto lo que señala Willy, en relación a los errores cometidos por desestimar tal factor por parte de los comandos británicos. A continuación transcribo (traducido con mis limitaciones) una parte del capitulo Operación Corporate del libro de James Adams "Secrets Armies", el cual no tiene desperdicio: "En una clásica operación subrepticia, el SBS fue exitosamente infiltrado en Bahía Hound, a distancia de observación de Grytviken. Todos los hombres desembarcaron con seguridad e inmediatamente se inició la reunión de información con la pequeña fuerza de tareas naval esperando más allá del horizonte. </p><p>El SAS no fue tan afortunado. Para asegurar que su aterrizaje no fuera detectado, y contradiciendo los repetidos asesoramientos de los expertos que creían que un clima muy frío impediría una exposición prolongada, el SAS insistió en intentar un aterrizaje en el Glaciar Fortuna. El 21 de abril, luego de dos aproximaciones sobre del glaciar al noreste de Leith <strong>la infiltración fue suspendida por el riguroso clima</strong>, finalmente un tercer intento fue exitoso. Sin embargo, a los hombres de la Troop 19 , comandada por el oficial de 29 años, John Hamilton, inmediatamente los puso a merced del clima que sólo les permitió moverse 500 metros en las primeras cinco horas. El viento soplaba a más de 100 m.p.h. , moviendo nieve y hielo en la superficie del glaciar y reduciendo la visibilidad a unos pocos pies en el mejor de los casos. El avance a través del glaciar debió realizarse con los hombres encordados, con el hombre punta tanteando en busca de grietas. </p><p>Después de una excepcionalmente incómoda noche refugiados en una depresión poco profunda, <strong>los hombres solicitaron evacuación antes de que algunos murieran por el frío</strong>. Tres helicópteros fueron lanzados desde la flota y, guiados por una baliza de señalización, aterrizaron en el glaciar. Después del despegue, el helicóptero guía enfiló glaciar abajo con seguridad hacia el mar, al igual que el tercero, pero el segundo helicóptero fue golpeado por una repentina ventisca la cual dejó su visibilidad en cero. El piloto perdió su horizonte y la aeronave cayó 200 pies, hacia el hielo. Afortunadamente, justo antes del impacto el piloto levantó tanto la nariz del helicóptero que el rotor de cola tocó primero. Las heridas de los hombres fueron leves y fueron capaces de transferirse a los otros dos helicópteros que regresaron por ellos. Ahora sobrecargados, éstos despegaron. Exactamente ocurrió la misma secuencia de eventos. El helicóptero líder despegó sin problemas mientras el segundo se estrelló en el glaciar, nuevamente sin heridas serias. El Mayor Guy Sheridan cuenta la historia:</p><p>“En ese momento teníamos trece hombres en tierra que <strong>necesitaban ser rescatados con bastante premura si sobrevivían a las terribles condiciones en el glaciar</strong>. No era posible volar hasta la tarde cuando Ian Stanley y Chris Pary (su copiloto) despegaron. Todos pensábamos que había muy poca posibilidad de que hubiera alguno vivo. Luego de una hora y media Ian se comunicó por radio avisando que los había encontrado y que los estaba recogiendo. De lo que no nos habíamos dado cuenta que de Ian evaluó que esta sería la única posibilidad y que sólo podía llevar a la mitad de los sobrevivientes debiendo dejar al resto a la intemperie con todo lo que ello significaba. Por eso los amontonó a todos unos sobre otros y voló de regreso a la ANTRIM ¡con 16 hombres a bordo! Bastante increíble, qué piloto audaz y experto es Ian Stanley.”</p><p>A pesar de la bravura de Stanley (por la que fue condecorado con la DSO) la operación había sido una completa falla..."</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="comando27, post: 522667, member: 5508"] Estimados, en la Guerra de Malvinas, el clima fue un factor determinante para las tropas. Si bien las tropas del SAS y del Cuadro de Guerra del Artico estaban mejor aclimatadas, es correcto lo que señala Willy, en relación a los errores cometidos por desestimar tal factor por parte de los comandos británicos. A continuación transcribo (traducido con mis limitaciones) una parte del capitulo Operación Corporate del libro de James Adams "Secrets Armies", el cual no tiene desperdicio: "En una clásica operación subrepticia, el SBS fue exitosamente infiltrado en Bahía Hound, a distancia de observación de Grytviken. Todos los hombres desembarcaron con seguridad e inmediatamente se inició la reunión de información con la pequeña fuerza de tareas naval esperando más allá del horizonte. El SAS no fue tan afortunado. Para asegurar que su aterrizaje no fuera detectado, y contradiciendo los repetidos asesoramientos de los expertos que creían que un clima muy frío impediría una exposición prolongada, el SAS insistió en intentar un aterrizaje en el Glaciar Fortuna. El 21 de abril, luego de dos aproximaciones sobre del glaciar al noreste de Leith [B]la infiltración fue suspendida por el riguroso clima[/B], finalmente un tercer intento fue exitoso. Sin embargo, a los hombres de la Troop 19 , comandada por el oficial de 29 años, John Hamilton, inmediatamente los puso a merced del clima que sólo les permitió moverse 500 metros en las primeras cinco horas. El viento soplaba a más de 100 m.p.h. , moviendo nieve y hielo en la superficie del glaciar y reduciendo la visibilidad a unos pocos pies en el mejor de los casos. El avance a través del glaciar debió realizarse con los hombres encordados, con el hombre punta tanteando en busca de grietas. Después de una excepcionalmente incómoda noche refugiados en una depresión poco profunda, [B]los hombres solicitaron evacuación antes de que algunos murieran por el frío[/B]. Tres helicópteros fueron lanzados desde la flota y, guiados por una baliza de señalización, aterrizaron en el glaciar. Después del despegue, el helicóptero guía enfiló glaciar abajo con seguridad hacia el mar, al igual que el tercero, pero el segundo helicóptero fue golpeado por una repentina ventisca la cual dejó su visibilidad en cero. El piloto perdió su horizonte y la aeronave cayó 200 pies, hacia el hielo. Afortunadamente, justo antes del impacto el piloto levantó tanto la nariz del helicóptero que el rotor de cola tocó primero. Las heridas de los hombres fueron leves y fueron capaces de transferirse a los otros dos helicópteros que regresaron por ellos. Ahora sobrecargados, éstos despegaron. Exactamente ocurrió la misma secuencia de eventos. El helicóptero líder despegó sin problemas mientras el segundo se estrelló en el glaciar, nuevamente sin heridas serias. El Mayor Guy Sheridan cuenta la historia: “En ese momento teníamos trece hombres en tierra que [B]necesitaban ser rescatados con bastante premura si sobrevivían a las terribles condiciones en el glaciar[/B]. No era posible volar hasta la tarde cuando Ian Stanley y Chris Pary (su copiloto) despegaron. Todos pensábamos que había muy poca posibilidad de que hubiera alguno vivo. Luego de una hora y media Ian se comunicó por radio avisando que los había encontrado y que los estaba recogiendo. De lo que no nos habíamos dado cuenta que de Ian evaluó que esta sería la única posibilidad y que sólo podía llevar a la mitad de los sobrevivientes debiendo dejar al resto a la intemperie con todo lo que ello significaba. Por eso los amontonó a todos unos sobre otros y voló de regreso a la ANTRIM ¡con 16 hombres a bordo! Bastante increíble, qué piloto audaz y experto es Ian Stanley.” A pesar de la bravura de Stanley (por la que fue condecorado con la DSO) la operación había sido una completa falla..." [/QUOTE]
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