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<blockquote data-quote="Walther Muller" data-source="post: 1156247" data-attributes="member: 15663"><p><strong>Una Historia Militar de las Fuerzas Armadas (III).</strong></p><p></p><p><strong> Por Kelder Toti</strong></p><p>La reestructuración de los batallones de infantería en nueve Brigadas; por la derrota táctica que le ocasiona Pedro Elías Aristiguieta en Cumaná (1929), formadas por cuatro batallones, se ofrece un Curso Superior desde 1921, donde asisten 15 Oficiales Superiores, dictado por oficiales franceses, quienes impartieron un curso elemental para 45 oficiales subalternos. La creación de las Brigadas es para socorrer a los batallones independiente, en caso de ser sorprendidos, teniendo una brigada cuatro batallones, uno en el flanco derecho, otro en el flanco izquierdo, uno en el centro y uno de reserva, en los combates, los opositores de Gómez difícilmente podían superar, en capacidad de fuego a una brigada, como quedó demostrado en la expedición de Juan Pablo Peñalosa en 1931.</p><p>Juan Vicente Gómez comprende las limitaciones del Ejército, y no vacila en aliarse con la potencias que amenazaron a Cipriano Castro, para obtener su beneplácito, que le impedirán a Castro organizar su regreso a Caracas, después de sus operaciones en los riñones, manda a llamar al Coronel Samuel Mc Gil, que será el director de la Academia Militar, tecnificando y consolidando a las Fuerzas Armadas, solo en aquel tiempo tuvieron que hacerle frente a pequeñas escaramuzas o invasiones, que no contaron con la tropa en cantidades que pudieran enfrentarse a los Chácharos y al ejército: la Invasión del Falke, el asalto de Curazao, la guerrilla de Horacio Ducharne y las operaciones de comando de Arévalo Cedeño no fueron más que alfilerazos, algunos extremadamente dolorosos como los que inflingieron en los llanos Arévalo Cedeño, otros más pintorescos como: los de Simón Urbina y Gustavo Machado, en todo caso la ineptitud de los mandos medios, incapacidad en el traslado de la tropa y la idolización del dispositivo de Cipriano Castro facilitó algunos desastres, que en un ejército de mayor preparación no hubieran pasado de meras escaramuzas, de ahí la negativa de Juan Vicente Gómez de colaborar con los aliados en la Primera Guerra Mundial y dilatar los reclamos colombianos en la fronteras con maniobras de Circo.</p><p>A pasado a la historia la importancia geoestratégica de la Sagrada dirigida por Eloy Tarazona y los Chácharos comandados por Felix Galavis, que tenía que hacer frente a las revueltas campesinas y a los motines urbanos, derrotando y deteniendo aquellos revoltosos que amenazaban al gomecismo, ya que ambos se vigilaban mutuamente, utilizando una vasta red de espía tanto a nivel de prefectura como a nivel central, coordinada desde Maracay, trasmitiendo las órdenes por telégrafo en clave cifrada, leyendo el Benemérito los informes de sus prefectos, dictada las órdenes a sus secretarios, existiendo una sincronización tanto de la burocracia civil, que se le encargaba la tarea de aliviar los problemas sociales a través de subsidios, obras de infraestructura, saneamiento sanitario, etc. El fin de la inteligencia era disuadir, vigilar, sobornar, apresar y ejecutar en última instancia a los disidentes, guindándolos públicamente por los testículos.</p><p>La forma de vigilar a los pueblos era a través de pordioseros, los maestros que le preguntaban a sus alumnos, que se hablaba en sus casas; pulperos que sondeaban al público; comerciantes que informaban sobre diversos pueblos a la Sagrada. El castigo podía variar, según la persona. Algunos eran ejecutados en forma inmediata, y desaparecían misteriosamente, los más populares eran traslados a las cárceles tanto del Cuartel Libertador de Maracaibo, a la Rotunda y al Castillo de San Felipe, los más peligrosos iban a trabajar a las carreteras a morir de paludismo.</p><p>Los embajadores y cónsules en el extranjero que contrataban a extranjeros, policías o venezolanos exiliados para espiar a los emigrados, en alianza con las compañías petrolera transnacionales. Las redes de espionaje exterior tenía la búsqueda de información de los opositores. Esta red estaba en las Islas del Caribe, Colombia, Panamá, México, EEUU, España, Francia, Inglaterra y Holanda. El personal diplomático dirigía sus informaciones a Caracas y Maracay, contando con la ayuda de los gobiernos locales, quienes eran retribuidos sus empresarios con ventajas económicas del gomecismo.</p><p>Gómez inspiró tal terror que pudo morir tranquilamente en su cama, solo se supo su deceso tres días después de su muerte, sin duda la actuación hábil de López Contreras, que lo convirtió en su sucesor, permitió consolidarlo en el poder, pero sus métodos de gobierno bajo el amparo de los Chácharos y del Ejército Nacional, logró la hazaña de establecer una red de obligaciones recíprocas sobre todo el territorio que establecieron una lealtad mecánica sobre el Benemérito, apoyada en una extensa red de telégrafos, posteriormente el teléfono, carreteras, y un ejército moderno que servía de disuasivo ante cualquier levantamiento, de todas manera existía formas de intimidación como colgar a los opositores de los testículos o ejecutarlos colgándolo de la mandíbula con un gancho de carnicería, dejaron a los venezolanos aterrorizados frente a la Sagrada.</p><p></p><p>La Invasión del Falke</p><p></p><p><a href="http://www.orienteweb.com/PueblosCiudades/Cumana/RomanDelgado.html"><span style="color: windowtext">Román Delgado C</span></a>halbaud, compadre del Benemérito Juan Vicente Gómez, es el gran planificador militar de la Invasión del Falke, su carrera militar se remonta a los tiempos de Joaquín Crespo, que le consigue un lugar en la Escuela Naval de Puerto Cabello a bordo del buque escuela Ana Jacinta; En 1901, le encargan la misión del vapor Restaurador, de perseguir al buque Ban Righ (7); el cual transitaba las costas venezolanas, descargando tropas utilizadas en combate en la Revolución Libertadora, que nunca logra apresar. Comanda la Escuadra en 1902, responsable de la derrota de La Guaira Durante la Revolución Libertadora, Chalbaud es premiado con el cargo de Jefe de la Armada Nacional, que apoyó las fuerzas al mando de Juan Vicente Gómez, en el Estado Bolívar. Entre los años 1903 y 1906, Delgado Chalbaud se mantuvo en el grupo opuesto a Gómez durante La Conjura, que tenía como objetivo sacar del poder al presidente Cipriano Castro, aprovechando su delicado estado de salud, y colocar en su lugar a Francisco Linares Alcántara. Este movimiento fracasó debido a que el presidente Castro recuperó su salud (8).</p><p>En 1909 fundó la Compañía Anónima de Navegación Fluvial y Costanera. Sus vínculos con el gobierno gomecista lo hicieron candidato para suceder al Benemérito. El fracaso de los proyectos confiados por Gómez a Chalbaud: la creación de un banco, la construcción de un sistema de cloacas para Caracas, el ferrocarril del Amazonas, los vapores del Alto Orinoco y el Río Negro, entro otros; hicieron que Delgado Chalbaud perdiera sus privilegios político y hubo una ruptura definitiva con el autócrata.</p><p>En 1913, inició una movilización conspirativa con el objetivo de evitar la reelección de Gómez; pero fue delatado y encarcelado en La Rotunda durante 14 años. En 1927, fue liberado y salió a París, donde organizó una incursión armada, con la ayuda de algunos aliados europeos, para tomar el poder. Finalmente, en 1929, a bordo del buque Falke desembarcó en Cumaná con un grupo de antigomecistas. Este movimiento es el de mayor impacto conspirativo y político. Luego en libertad y exiliado, lo llevó a preparar la invasión acompañado de muchos connacionales, que repudiaban el régimen gomecista, en el mismo barco que alquilaría, como intermediario en un país europeo (9).</p><p>La Invasion del Falke, la organiza Delgado Chalbaud desde París, logró ser acompañado, por varios revolucionarios, entre ellos varios coterráneos, que desembarcan en Cumaná aquella mañana del 11 de Agosto de 1.929. Se había armado el barco, para que condujera a Delgado Chalbaud y demás compañeros de lucha, desde Alemania hasta Venezuela. En alta mar deciden cambiarle el nombre al barco por el de Anzoátegui, en honor al ilustre guerrero barcelonés (10). En mayo de 1927 partió Arévalo Cedeño hacia París para entrevistarse con el general Román Delgado Chalbaud para coordinar las operaciones de invasión, por la escaza capacidad de liderazgo de Román Delgado Chalbaud no se logró llegar a ningún acuerdo, por falta de liderazgo militar de Delgado Chalbaud, que hubiera permitido crear un nuevo frente, que aliviaría la presión del desembarco anfibio de Chalbaud.</p><p>Los banqueros de la firma “Felix Prenzlau & Cia” de Hamburgo con las garantías que presenta Delgado Chalbaud le prestan 300.000 U$ para la expedición. Los aportes de algunos exiliados venezolanos en Europa, entre ellos el magnate petrolero Antonio Aranguren y las garantías financiera del Credit Francais y de la casa Louis Dreyfus de Paris. Con los préstamos: fleta el Falke para la expedición, barco de 1.200 toneladas, dos mil fusiles, veinticinco carabinas, veinticinco pistolas alemanas, 2 millones de balas en 850 cajas y seis ametralladoras. El Consul venezolano en Hamburgo Rafael Paredes Urdaneta, denuncia la salida de la expedición el 19 de Julio de 1929 del Puerto de Danzing.</p><p>Atravesaron el Báltico. El Mar del Norte y Las Azores. El 7 de Agosto están en costas venezolanas de La Blanquilla. No llega de Santo Domingo “El Gisela” con los cien hombres prometidos por Romulo Betancourt. La expedición del Falke se diferencia de sus predecesoras, ya que incluía un plan estructurado de apoyo terrestre. Pese a ello, el proyecto de invasión resultó en una derrota.</p><p>Un análisis de los acontecimientos demuestra, que los combates no se sucedieron en virtud del plan establecido; por lo cual el grupo invasor sufrió bajas sustanciales. Asimismo, el asalto de la ciudad de Cumaná y su ocupación, resultó momentánea. Se concluye que el fracaso de la expedición por los siguientes factores: a) Falta de entrenamiento militar de los rebeldes, que facilitó su huida y derrota. b) Huida precipitada de la embarcación; c) El retardo del frente comandado por Pedro Elías Aristiguieta, que llegó con nueve horas de retardo; d) La carencia de un sistema efectivo de información; e) Falta de apoyo popular en tierra; f) El desplazamiento de unidades de guerrilla que retardasen los refuerzos de Maracay, Coro y de los Llanos del gobierno. (12). g) Los cargos de comando y dirección de combate, recayeron en personas no capacitada para tal tarea.</p><p>El plan de operaciones constaba de dos etapas. La expedición de Delgado Chalbaud desembarcaría en la parte occidental de Cumaná, estableciendo una cabeza de puente para la segunda expedición, ambos atacarían Cumaná, y con fuerzas reclutadas marcharían rumbo a Caracas; al mismo tiempo los jefes guerrilleros antigomecistas refugiados en Colombia: Juan Pablo Peñaloza y Regulo Olivares invadiría desde el Táchira. Delgado Chalbaud avanzaría desde el Oriente y Peñaloza y Olivares desde el Occidente y Samuel Mc Gill iría a la cabeza de una segunda expedición. Este plan de operaciones se precisó a mediados de 1929.</p><p>La sublevación en abril de 1929 del general José Rafael Gabaldón, apenas si puede catalogarse de tal: Fue un saludo a la bandera. Ocurrió cuando estaba ya en marcha la invasión de Román Delgado Chalbaud junto con José Rafael Pocaterra. En política lo importante era participar en una acción violenta para dar el salto a la cúspide. Betancourt ve en la expedición del Falke la oportunidad de su vida. Hace un amago de contacto con estos revolucionarios, y le dice a unos amigos que se va a embarcar en el “La Gisela”, para luego unirse a la gente del “El Falke”. “La Gisela” sufre una avería, casi zozobra y los revolucionarios: Leoni y Betancourt se rinden pronto: Llevaban tres revólveres solamente y quedan varados en la playa de Barahona. Deciden entonces irse a Santo Domingo. Luego se trasladan a Trinidad donde esperan noticias del desembarco y de las acciones de Delgado Chalbaud.</p><p>En Peñas Negras –Estado Sucre-, Delgado Chalbaud se reúne con Pedro Elías Aristeguieta, acuerdan el plan de operaciones. El primero con el Falke atacará por el Salado a Cumaná, mientras Pedro Elías lo hará por el Caiguire, haciendo un movimiento de tenaza sobre Cumaná. Luego irán a tomar a Barcelona y Carúpano. Pedro Elías le entrega setenta y cinco pescadores y Delgado Chalbaud le entrega trescientos fusiles. El domingo once de agosto, a la cinco de la mañana, se acuerda atacar la plaza.</p><p>Suben al barco, y Delgado Chalbaud organiza el orden de batalla, serán tres columnas, comandadas por los Generales: Doroteo Flores, Linares Alcantara y Carabaño. Delgado Chalbaud, con su ayudante el teniente Armando Zuloaga Blanco, mandará la reserva. Atracan en el muelle. Son las cinco de la mañana en Puerto Sucre, y aún no se oyen los disparos del General Aristiguieta, No aparecerá hasta las doce del mediodía, “por haberse pérdido en el camino”, es posible que se haya retardado por la lluvia, en todo caso la extraña perdida del baquiano Merardo, que guíaba a la tropa de Pedro Elías, que tenía que llevar al contingente de hombres armados al sitio de la batalla, llegaran con 9 horas después de lo planeado, no pudiendo sincronizar las tropas de Aristiguieta sus operaciones con las de<a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Rom%C3%A1n_Delgado_Chalbaud"><span style="color: windowtext"> Delgado Chalbaud</span></a>, incapaz éste de cercar la ciudad y hostigarla hasta la llegad de los refuerzos. Los informantes de Gómez en el exterior que lo mantenían al tanto sobre el desplazamiento del Falke y dieron con el sitio de desembarco; la falta de entrenamiento militar de los invasores provocó su derrota (13).</p><p>A las ocho de la mañana, por las calles de Cumaná, suben la tropa de Delgado. El General Emilio Fernández, ya tenía noticia de la invasión, por el telegrama de Gómez, además tuvo la noticia del desembarco de Delgado Chalbaud por la información, que le trajo Luís Rodríguez, dueño de un tren de pesquería, que trabajaba en Araya. Para darle ímpetu al ataque de Delgado toma la bandera, y se coloca al frente de la tropa.</p><p>Alzando el tricolor se convierte Delgado Chalbaud, un blanco fácil para los francotiradores, la misma decisión la toman Carabaño, Flores, Zuloaga. Al llegar al Puente Guzman Blanco, vino el desastre los francotiradores matan al General Delgado Chalbaud cuando comenzaba avanzar sobre el puente, dejando huerfana la expedición. Armando Zuloaga corre con su misma suerte al intentar cruzar la calle. Mucha gente de la tropa quedó tendida en la acera.</p><p>En la otra parte del puente está Emilio Fernández. Al caer Delgado Chalbaud sentado sobre el estandarte. Ordena que le digan a su hijo Carlos, -quien se ha quedado en el barco- que si “me matan muero con gusto, porque es por la patria”. El general Flores también está herido. Delgado recibe otro tiro en el pecho, “ya está”, y cayó muerto sobre la bandera. Le habían disparado desde un árbol. Rafael Vegas recibió un impacto de bala en la cara. A López Méndez le dieron en el vientre. Rafael María Carabaño, Julio Mc Gill, Carlos Julio Rojas, Pérez Frontado están heridos.</p><p>De los aviones de bombardeo, eran con alas dobles muy grandes, gruesos adelante y delgados atrás. El sonido también era muy diferente al de los aviones actuales, no era un zumbido parejo sino más bien un TACATACATACA, como el sonido de algunas motos. Hacían vuelo rasante. La invasión ocurrió en agosto, que es precisamente la época de lluvias. Los aviones vinieron por varios días y llegaban entre las once de la mañana y la una y media de la tarde. Los aviones despegaban de la Base Aérea de Maracay, y tomaban tres horas en llegar a Cumaná, se guiaban por la costa, eran aviones caza bombarderos Breguet Br 19 B2, los raid era en formaciones de 2 unidades bombardeaban con dos bombas de 50 kg, lograron provocar un herido entre la población, y distrayeron la atención de los combate por la ciudad (14).</p><p></p><p>El León del Llano.</p><p></p><p>El Célebre jefe de guerrillero Arevalo Cedeño de comienzos del siglo XX, se destacó por su férrea oposición al régimen de <a href="http://www.venezuelatuya.com/biografias/juan_vicente_gomez.htm"><span style="color: windowtext"> Gómez</span></a>, la cual se expresó en las múltiples invasiones que realizó sobre el territorio venezolano, El 19 de mayo de 1914, a la cabeza de 40 hombres lidera su primer alzamiento en contra de la dictadura de Gómez, sufriendo derrotas en varios combates tras lo cual escapó a Trinidad y de allí a Colombia desde donde organizó y llevó a cabo 7 invasiones sobre el territorio venezolano por el Arauca, entre 1915 y 1933. En 1921, en su tercera invasión al mando de sólo 123 hombres, tomó San Fernando de Atabapo, capital del territorio federal Amazonas, donde gobernaba Tomás Funes, a quien apresó y sometió a un Consejo de Guerra, que lo condenó a muerte, encargándose de ordenar su ejecución en presencia de todos los habitantes del poblado el 30 de enero de 1921(11).</p><p>La resistencia giraba en torno a un hombre llamado Emilio Arévalo Cedeño, guerrillero antigomecista y combatiente implacable que recorrió Venezuela luchando contra las tropas oficiales. Tuvo la idea de atacar San Fernando y proveerse de armas y de pertrechos que lo fortalecieran para atacar posteriormente Caracas.</p><p>De Colombia parte la invasión, el motivo es que el “terror del Amazonas” tiene armas y dinero, así podrá seguir adelante, lleva 123 hombres, cuando sus hombres le preguntan: ¿dónde vamos General?, su respuesta es contundente: - “los llevo a la victoria”. Todo comienza la noche del treinta y uno de diciembre de 1920, llega al Meta, han sido tres días de navegación por el Casanare, una semana llega al alto Orinoco, llegan a la orilla a nado donde mueren por los caribes y caimanes veinte hombres en el desembarco. Saben que tiene ochocientos soldados, pero quinientos están buscando balatá, son guiados por el baquiano Joaquín Palencia, a la una de la mañana toman por asalto a San Fernando de Atabapo, han tomado a Tomás Funes por sorpresa, la lucha dura dos días, toman un cañón abandonado que llenan de cuñas de pólvora y de piedras redondas para disparar contra la casa fuerte, y recogen troncos y yerbas para meterle candela a los sitiados</p><p>Funes escucha una detonación y no le presta mucha atención. Sus lugartenientes Avispa y Picure afilan sus machetes como autómatas. Pasos suenan como los de un grupo de personas que corre. Que pronto han regresado mis hombres, piensa Funes para sus adentros. Abre su ventana y una descarga llega hasta él. Sale ileso y de momento queda sorprendido. Pero no se desanima, bloquea los accesos a la casa y devuelve disparo por disparo. Suenan detonaciones por la orilla del rió. Funes deja a Picure a cargo de defender el primer flanco. Fuego contra esos canallas, ordena. No dejaremos a nadie con vida. Disparen sobre seguro, ordena a su vez Arévalo Cedeño, recuerden que tenemos pocos pertrechos.</p><p>Arrecia el tiroteo a medida que el sol se adueña del cielo. Nadie rehuye el combate, excepto Avispa y Picure que se les desfallecen las piernas de miedo como si estuvieran atacados de paludismo. Funes los observaba con desprecio. A ustedes también voy a ajustarles las cuentas luego, pensaba. Solo esperaba que el Coronel López fuera en su ayuda, estaba seguro de que pronto llegarían refuerzos, del interior del Amazonas.</p><p>Ya las deserciones de sus filas comenzaban a sucederse. El destino de la guarnición estaba sellado, 24 horas más tarde era tomado prisionero y puesto frente al tribunal que decidiría su suerte. Confesó Funes todos sus crímenes e incluso intentó justificarlos. El veredicto fue unánime: La pena capital. El último deseo concedido: No vendársele los ojos. Se preparó el pelotón. Un segundo antes de morir gritó “¡Adiós amigos míos!” Y los certeros disparos acabaron con el reinado del terror en San Fernando de Atabapo (14).</p><p>La acción más extraordinaria de este guerrillero fue la derrota y la captura de Tomás Funes, quien fungía del Gobernador del Territorio Federal Amazonas, y junto con Vicencio Pérez Soto y Eustoquio Gómez eran los tres más formidables pilares militares de Juan Vicente Gómez, en la administración civil. El fusilamiento de Funes por parte de Arevalo Cedeño puede considerarse una de las acciones más épicas realizada en contra del Gomecismo, si se toma en cuenta la poderosa fuerza que tenía este hombre para proteger sus intereses en batalá, su error estaba que se encontraban en las plantaciones, y desprotegió la capital San Fernando de Atabapo, tras la toma de la Gobernación Arévalo Cedeño pierde el tiempo en saraos y parrandas, lo que le permite a Gómez mandar refuerzos al Amazonas, mientras Arévalo huye con sus fuerzas a Colombia, el intentó organizar un gobierno revolucionario en el Territorio Federal Amazonas. En realidad el general Arévalo tenía que hacer frente al gobierno colombiano que también le perseguía.</p><p>En un país aterrado por la represión más sanguinaria de todos los tiempos, el desafío de Arévalo Cedeño fue un acontecimiento único: derrotó en varias oportunidades a las fuerzas gomecistas en contiendas como la de Santa María de Ipire donde acabó una fuerza diez veces superior a la suya, comandada por el General Manuel Sarmiento, presidente del Estado Guárico y quien a la sazón se encontraba en Valle de La Pascua. Luego triunfa en Gafualito (y a 190 kilómetros de Maracay, donde estaba Gómez bastante preocupado). A las fuerzas de Gómez las había vencido en Río Negro, Cenizas, Guasdualito, Campo Alegre, Bruzual, Cuchivero, Lezama, Turén, Acarigua y Araure, donde las emboscadas y la escaza capacidad combativa del Ejército facilitan sus triunfos.</p><p>Como era telegrafista, desde algunos puestos que tomaba en sus andanzas le tomaba el pelo a Gómez enviándole mensajes que lo sacaban de sus casillas. En una oportunidad habiendo provocado Arévalo Cedeño una desbandada en el ejército gomecista del general Manuel Padilla, éste no obstante envió un mensaje telegráfico a Gómez diciéndole que había derrotado al faccioso Arévalo Cedeño. Enterado don Emilio del mensaje, al día siguiente toma el pueblo de Santa Ana y conocedor de la línea sur-este manipula el aparato, llama con la señal “treintiuno” (distintivo de los telegramas para Gómez) y le escribe: “... De acuerdo con mi telegrama de ayer, tengo la satisfacción de participar a Ud. Que he capturado al faccioso y ladrón Arévalo Cedeño, suplicando a Ud. respetuosamente se sirva decirme que hago con él...”</p><p>En otra oportunidad, cuando el gobierno de EE UU solicitó a Gómez diera libertad a los presos y convocara al país a elecciones libres, don Emilio tomó la oficina telegráfica de Orituco y trasmitió el siguiente mensaje: “General Juan Vicente Gómez – Maracay. Han llegado noticias a mi campamento de que el gobierno americano obliga a Ud. a abandonar el poder, libertar a todos nuestros compatriotas encarcelados, abrir las puertas de la Patria a todos los desterrados y convocar al país a elecciones. Patriota como soy, convengo en que Ud. haga lo que se le impone, porque es lo humanitario, lo civilizado y lo republicano; pero debo protestar por la intervención de un poder extranjero en los asuntos internos de nuestro país. Es decir que combatí contra Ud. y seguiré combatiendo contra los americanos del Norte, porque la herencia de Bolívar es única, indivisible y no permite intervención. Su compatriota que jamás ha sido su amigo – E. Arévalo Cedeño.”</p><p>Agobiados por el acoso colombiano y las fuerzas de Gómez, luego de un combate de 36 horas en la boca del Casiquiare, con seis cartuchos y sin comida, emprendieron retirada por el alto Orinoco para alcanzar la frontera con Brasil. Un día cazaron un pequeño mono que tuvo que servir de alimento para veintiocho hombres. En enero de 1925 en una impresionante travesía, llegaron a Santa Rosa de Amanadona para pasar luego al Brasil. Confiesa a sus camaradas, desalentado, que deben solicitar el derecho de asilo a la República del Brasil, para luego emprender la lucha con nuevos bríos.</p><p>Gómez no perdía tiempo contra sus enemigos y tenía a los estudiantes presos trabajando en las carreteras. Entonces, como un verdadero vengador de injusticias, don Emilio se aprestó para un ataque singular. Voló a Palenque. Los espías de Gómez se enteraron de la operación y levantaron poderosos campamentos militares, retirando a los presos a lugares lejanos. Hubo el general Arévalo de retirarse a Anzoátegui. Comprobaba en su marcha que nadie quería unírsele; según él nadie quería a Gómez pero todo el mundo le sacaba el cuerpo. Entonces inició un largo periplo por sabanas y selvas, siempre seguidos cerca por las fuerzas del gobierno. Fuerzas combinadas de cinco estados (Guárico, Apure, Bolívar, Anzoátegui y Monagas), le perseguían disputándose el honor de capturarle. Repasaron el Orinoco varias veces procurando confundir a sus enemigos. Fueron seguidos por camiones y cargados de soldados, quizás por primera vez en el país se realizaban estas acciones militares. Cuanto seguidor de la causa de Arévalo Cedeño caía en manos del gobierno era liquidado en el acto. Así sería la ferocidad con que era perseguido este guerrillero que dos oficiales se habían suicidado por no pasar por la vergüenza de presentarse ante Gómez habiendo sido burlados por la acción de este guariqueño. Estos fueron, el general José Miguel Guevara y el coronel Alfredo Rodríguez López.</p><p>Los acosos eran cada vez más fieros. Por alcanzar nuevamente tierras colombianas por el Arauca, padecieron fiebres, mordeduras de las llamadas veinticuatros y tambochas, bajo acometidas de fieras, llegaron a pasar cuatro días sin comer, cruzando ríos como el Guárico, el Pao, Portuguesa, Guanare, Masparro, Uribante, Sarare, vomitando bilis y sin poder echarse a descansar. En 1930 pudo Arévalo llegar a Santa Marta y de aquí ir a Trinidad a bordo del vapor Coronado, pero el gobernador de esta isla le prohibió su desembarco. La recompensa por su captura llegó a tasarse en un millón de bolívares (que viene a ser como millardo hoy en día.) Lo devolvieron a Venezuela, a Carúpano, donde lo esperaba la Sagrada, pero gracias a un amigo pudo ***** un vapor francés que lo llevó a la República Dominicana. Allí volvió a encontrarse con José Rafael Pocaterra; ya habían matado a Román Delgado Chalbaud y tanto la invasión del general Rafael Simón Urbina como la sublevación del general José Rafael Gabaldón en Portuguesa habían terminado en fracasos. Cundía el más grande desaliento. Todos parecían admitir que era imposible derrocar a Gómez.</p><p>Produjeron fuertes pérdidas al gobierno, por ejemplo, en Mata de Agua, en el bajo Meta, en Lezama y en Bolívar y en un hato llamada Las Mercedes. Se retiraron luego por el río Caparo durante veintinueve días de navegación. Cruzaron el Alto Apure, cayeron en el Arauca y pasaron el invierno en Santa Rosa. El 5 de agosto estaban en El Caribe. Totalmente rodeados resistieron a las tropas del coronel Meléndez de Apure y del coronel Sánchez del Estado Bolívar. Le mataron el caballo a Arévalo y lo salvó milagrosamente uno de sus oficiales, un coriano, saturnino García. Varios de sus compañeros cayeron en aquella acción, entre ellos su querido amigo Carlos Julio Ponte.</p><p><span style="color: rgb(204,204,204)"><span style="font-size: 10px">--- merged: Apr 9, 2012 8:15 PM ---</span></span></p><p><strong>Una Historia Militar de las Fuerzas Armadas (IV).</strong></p><p></p><p><strong> Por Kelder Toti.</strong></p><p></p><p></p><p>Otros Alzamientos.</p><p></p><p>…“el Capitán Rafael Alvarado del Regimiento de Artillería No. 1 en convivencia (Sic) con el subteniente Rafael Antonio Barrios del Batallón acuartelado en Miraflores hizo sublevar parte de dicho Batallón, asesinando […] al Capitán Ramón González […y] al Coronel Aníbal García […] Seguidamente marcharon hacia el cuartel San Carlos, del que contaban apoderarse mediante la complicidad del subteniente Agustín Fernández […] fueron rápidamente rechazados y dispersados por el General Eleazar López Contreras, Jefe de la Brigada acantonada en Caracas, quien avisado de lo que se preparaba, logró entrar al Cuartel momentos antes arrestando a Fernández y organizando rápidamente la resistencia […] la aprensión de los comprometidos, entre los cuales se encuentra dos oficiales más [Sic] y varios civiles”…</p><p>El gobierno toma medidas inmediatas para controlar la situación, entre el 25 de Abril y el 1 de mayo se crean 3 nuevos Batallones ubicados estratégicamente en Maracay: el Batallón “23 de Abril” en Valencia el Batallón “1 de Mayo” y en Guigüe el Batallón “Maracay”. Los sabuesos del gomecismo dan con los oficiales y civiles comprometidos, los cuales van a parar a las cárceles de la dictadura y, en el mejor de los casos, al exilio</p><p>En 1930 se crea el Estado Mayor General presidido por el General Eleazar López Contreras, y entre los ayudante el Teniente-Coronel Isaías Medina Angarita. López Contreras como Ministro de Guerra y Marina, en 1933, se promulga una nueva legislación militar, un Código de Justicia Militar y Naval, una nueva Ley Orgánica del Ejército y la Armada, así como otra sobre el Servicio Militar. Se reorganiza el Ejército en Brigadas, Regimiento para la artillería, y Escuadrón para la aviación militar. Se reorganiza en 1931, el servicio de ingenieros militares.</p><p><strong>El Hombre que se volvió Loco.</strong></p><p></p><p>Eleazar López Contreras destruye con falsas maniobras políticas a las Fuerzas Armadas, al politizarla y corromperla para controlarlas, al mismo tiempo que reprime los brotes sindicales y el gomecismo con ferocidad macabra, contratando sicarios de su propia familia para que asesine a los elementos que se le opongan; a la larga divide al país sin ningún sentido, facilitando la presión colombiana, que no dejará pasar la oportunidad, a pesar de la superioridad material de las Fuerzas Armadas (1), estas ceden ante las amenazas colombianas, que aplicarán lo aprendido de la Guerra Colombo Peruana de 1931-1934, que reclamarán caro las ofensas de Gómez, presentándole al presidente un ultimátum, amenazando a López con avanzar en profundidad, obligándolo a firmar el Tratado de 1941, con el cual Venezuela perdía 153.500 Km2 de territorio (2).</p><p>No contento con ello, provoca sin necesidad la neutralidad parcializada de Venezuela en la Segunda Guerra Mundial en contra del Eje, a favor de los aliados, arrestando a los marineros, súbditos de las potencias del Eje y confisca las propiedades de sus ciudadanos, repartiéndosela entre ellos, para satisfacer al Departamento de Estado, quedándose en algunos casos con ella, es interesante el ejemplo del Club Alemán del Paraíso, que se convertiría en la sede del Colegio de Médico de Venezuela. Esto sería respondido por los alemanes quienes se vengarían ante los ultrajes: hundiendo los barcos de la marina mercante de Venezuela, muriendo en los ataques de las “manadas de lobo” aproximadamente 17 marineros, y organizaron una vasta red de espionaje y sabotaje que pasará a la historia como la RED Bolívar, lo que no tardaría en obligar a intervenir a la U.S. Navy, SSO y el FBI, al combatir a los agentes germanófilos, para sostener la logística de la guerra, tan necesitada de petróleo, ocupando posiciones claves para la guerra antisubmarina en contra de Alemania. Sometió a Venezuela a los deseos de los aliados, en nombre de la democracia y la lucha contra el fascismo, que se escondió bajo el bolivarianismo y panamericanismo, en boga en aquel tiempo.</p><p>Al iniciarse las hostilidades en 1939, eran muchos los barcos pertenecientes a los países en pugna que navegaban por los mares del mundo. En líneas generales, casi todos los capitanes de los barcos mercantes, habían sido instruidos desde meses antes sobre la conducta a seguir. Algunos sin embargo fueron sorprendidos por el estallido de la guerra sin contar con instrucciones precisas acerca del rumbo que deberían tomar en la emergencia. Tal el caso de varias naves alemanas e italianas en las proximidades de la costa de Venezuela. Entre los meses de septiembre de 1939 y junio de 1940, en el momento de entrar Italia en la contienda, navegaban por la zona citada, los cargueros alemanes: “<em>Durazzo” </em>y “<em>Sesostris”</em> y los italianos “<em>Jole Fassio”</em>, “<em>Bacicin Padre”</em>, “<em>Teresa Odero”</em> y “<em>Trottiera”</em>. Lo hacían con diferentes rumbos y cargas y en general, transportaban minerales estratégicos o combustibles o se dirigían a cargarlos, al comenzar la guerra, buscando refugio en puerto.</p><p>Ante el desarrollo de los acontecimientos y tratando de eludir la presencia de las naves de guerra aliadas, británicas o francesas, en su mayoría, los citados barcos tomaron rumbo hacia los puertos venezolanos más próximos. Así, hacia junio de 1940, en Maracaibo se hallaba anclado el “<em>Durazzo”</em> y en La Guaira el “<em>Jole Fassio”</em>, ambos sin carga. En Carúpano se refugiaba el “<em>Sesostris”</em>, con un cargamento de madera, asfalto, café y cacao, mientras que en Puerto Cabello lo hacían “El <em>Teresa Odero” </em>y el “<em>Trottiera”</em>, sin carga, y el “<em>Bacicin Padre”</em> con petróleo.</p><p>Diría al respecto el capitán del “<em>Jole Fassio”</em>, al recordar el episodio muchos años después: “veníamos lastrados con agua de Génova, con destino a Curazao a cargar gasolina y querosén. Llevábamos nueve meses de guerra y mi país, Italia, seguía en posición neutral. Pasábamos grandes sustos en cada viaje, pues en medio del océano nos detenían las naves aliadas para revisarnos, medir el cargamento y hacernos miles de preguntas, tratando de descubrir si habíamos abastecido a algún submarino enemigo. Además, éramos escoltados permanentemente por los británicos, que en cualquier momento podían hundirnos, si desobedecíamos sus órdenes. Fue en ese último viaje de mi vida, el 8 de junio de 1940, cuando recibí la noticia de que Italia entraría en guerra... y, por lo tanto, debería refugiarme en la boca del Amazonas, en Brasil. Sin embargo, antes de llegar al mencionado lugar, recibí una contraorden: debía regresar a Curacao con mi petrolero de nueve mil toneladas de desplazamiento, para cargar combustible. Y así lo hicimos. Sin embargo, estando a tres horas de navegación para llegar a puerto y ya enviados los telegramas anunciando la llegada, a las seis de la tarde me informó el almirante Cavagnari, del Estado Mayor de la marina italiana, que siguiera hasta Venezuela para refugiarme, hundiendo inclusive el barco si fuera necesario. La misma orden la recibieron los demás capitanes, que ya se encontraban en aguas territoriales venezolanas. Fue así como entré al puerto de La Guaira, donde permanecí hasta el 24 de junio...” Esa era la orden quedaba el Almirantazgo, para evitar la captura del barco por el enemigo.</p><p>El barco italiano, sin embargo, no estaba solo. Las naves mencionadas anteriormente lo acompañaban en aquella decisión inesperada. Transcurrieron así varios meses, sin que ningún incidente alterara la situación. Los habitantes de Puerto Cabello recibieron de buena forma a las jóvenes tripulaciones refugiadas y se convirtieron en una especie de invitados de la ciudad. Los extranjeros visitaban con frecuencia el cine, bares, etc. y de alguna forma u otra formaban parte de la población para la época. El gobierno mantuvo su actitud de neutralidad y hasta entregaba los respectivos sueldos a los marineros de los barcos refugiados. La Navidad de 1940 fue triste para las tripulaciones, pero un poco menos para la del <em>Sesostris</em>, el único barco de bandera alemana, ya que estos fueron invitados a la fiesta de Navidad que se solía festejar en el Club Unión, como se llamaba el club alemán de Puerto Cabello. En esta celebración a la cual asistieron los oficiales y los marineros, muchos de estos ofrecieron en venta objetos de artesanía elaborados por ellos mismos, como timones, maquetas de barcos célebres, etc.</p><p>Los capitanes de los barcos italianos y alemanes se mantenían a la expectativa, aceptando pasivamente las órdenes recibidas de las autoridades venezolanas, pero también listos para llevar a la práctica las instrucciones recibidas oportunamente, de sus respectivos gobiernos. Estas últimas eran claras y simples: las naves no deberían caer en manos del enemigo en ningún momento ni bajo ningún concepto. Si tal situación fuera inminente, los barcos tendrían que ser hundidos de inmediato.</p><p>El 30 de marzo de 1941, finalmente, todas las naves italianas que se encontraban en puertos norteamericanos fueron incautadas por las autoridades. La información, como un reguero de pólvora, corrió entre los tripulantes de los barcos internados en Venezuela. En La Guaira, donde se encontraban los mercantes italianos “<em>Bacicin Padre”</em>, “<em>Teresa Odero”</em>, “<em>Trottiera”</em> y “<em>Jole Fassio”</em> y el alemán <em>Sesostris</em>, las autoridades (como buenos lacayos) intentaron repetir el hecho en la tarde del 31 de marzo. Así que un destacamento de la marina de guerra alcanzó a ocupar rápida y sorpresivamente al buque petrolero “<em>Bacicin Padre”</em>. La operación, sin embargo, no pudo continuar. Los cuatro restantes, tras la decidida acción de sus tripulantes, fueron rápida presa del fuego, por orden de sus capitanes, incendiando y encallando el barco.</p><p>"El cielo se puso rojo con el resplandor", "El agua hervía en torno de los barcos"; estos fueron algunos de los titulares que aparecieron en la prensa del 1 de abril. Aproximadamente a las ocho de la noche ya se habían aglomerado una gran cantidad de personas en el puerto, que sorprendidas y confundidas miraban estupefactos el horrible espectáculo. Pronto, se corrió la voz de que esto no era ningún accidente. La población estaba indignada. No podían creer que estos refugiados a quienes habían tratado como huéspedes especiales pudieran poner en peligro las instalaciones del puerto que los había auxiliado en su tiempo de desdicha. La multitud no toleró semejante insulto y el disgusto general se convirtió en una persecución de marineros y oficiales que duró hasta altas horas de la madrugada. Al día siguiente se renovaron las indignaciones y las masas se aglomeraron enfrente de la casa #5 de la calle Comercio, donde se rumoraba que se encontraban escondidos varios marineros italianos. Las puertas y ventanas de esta casa, al igual que sus refugiados, fueron salvados por la policía. Afortunadamente no hubo ningún linchamiento ni accidente que lamentar. Después de haber sido capturadas todas las tripulaciones de los barcos (alrededor de 300 marineros y oficiales) fueron llevadas a distintos lugares ya que no cabían en la jefatura de la policía. Algunos marineros alemanes fueron llevados al cercano pueblo de San Esteban, donde se hospedaron en casas de familias alemanas que vivían en este pueblo.</p><p>Las tripulaciones fueron enjuiciadas. Los cargos presentados por Venezuela fueron dos principalmente: 1-Haber puesto en peligro las instalaciones del puerto; y 2-Haber violado el tratado de refugio que Venezuela había otorgado, olvidando que lo provoca su acción es la amenaza de incautación, por la presión de los norteamericanos.</p><p>Recordaría, en octubre de 1972 en declaraciones a la prensa, el comandante del Jole Fassio: Amleto Rovelli: “Los tripulantes fueron llevados a San Esteban, a pocos kilómetros de Puerto Cabello. Después vinieron los largos días del proceso a los capitanes y el enjuiciamiento de las tripulaciones que habían tenido la culpa de obedecer a sus respectivas autoridades... El 14 de agosto se produjo la primera sentencia. Los capitanes fuimos condenados a cuatro años de cárcel y los tripulantes a dos”. Por otra parte, el gobierno de Venezuela, presidido por Isaías Medina Angarita, se opuso a enviarnos al estado de Montana, en los Estados Unidos, donde lo solicitaban las autoridades americanas para ser internados en un campo de concentración. Medina Angarita indulta posteriormente a las tripulaciones italianas, mientras que los alemanes deberían seguir cumpliendo la condena.</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Walther Muller, post: 1156247, member: 15663"] [B]Una Historia Militar de las Fuerzas Armadas (III).[/B] [B] [/B] [B] Por Kelder Toti[/B] La reestructuración de los batallones de infantería en nueve Brigadas; por la derrota táctica que le ocasiona Pedro Elías Aristiguieta en Cumaná (1929), formadas por cuatro batallones, se ofrece un Curso Superior desde 1921, donde asisten 15 Oficiales Superiores, dictado por oficiales franceses, quienes impartieron un curso elemental para 45 oficiales subalternos. La creación de las Brigadas es para socorrer a los batallones independiente, en caso de ser sorprendidos, teniendo una brigada cuatro batallones, uno en el flanco derecho, otro en el flanco izquierdo, uno en el centro y uno de reserva, en los combates, los opositores de Gómez difícilmente podían superar, en capacidad de fuego a una brigada, como quedó demostrado en la expedición de Juan Pablo Peñalosa en 1931. Juan Vicente Gómez comprende las limitaciones del Ejército, y no vacila en aliarse con la potencias que amenazaron a Cipriano Castro, para obtener su beneplácito, que le impedirán a Castro organizar su regreso a Caracas, después de sus operaciones en los riñones, manda a llamar al Coronel Samuel Mc Gil, que será el director de la Academia Militar, tecnificando y consolidando a las Fuerzas Armadas, solo en aquel tiempo tuvieron que hacerle frente a pequeñas escaramuzas o invasiones, que no contaron con la tropa en cantidades que pudieran enfrentarse a los Chácharos y al ejército: la Invasión del Falke, el asalto de Curazao, la guerrilla de Horacio Ducharne y las operaciones de comando de Arévalo Cedeño no fueron más que alfilerazos, algunos extremadamente dolorosos como los que inflingieron en los llanos Arévalo Cedeño, otros más pintorescos como: los de Simón Urbina y Gustavo Machado, en todo caso la ineptitud de los mandos medios, incapacidad en el traslado de la tropa y la idolización del dispositivo de Cipriano Castro facilitó algunos desastres, que en un ejército de mayor preparación no hubieran pasado de meras escaramuzas, de ahí la negativa de Juan Vicente Gómez de colaborar con los aliados en la Primera Guerra Mundial y dilatar los reclamos colombianos en la fronteras con maniobras de Circo. A pasado a la historia la importancia geoestratégica de la Sagrada dirigida por Eloy Tarazona y los Chácharos comandados por Felix Galavis, que tenía que hacer frente a las revueltas campesinas y a los motines urbanos, derrotando y deteniendo aquellos revoltosos que amenazaban al gomecismo, ya que ambos se vigilaban mutuamente, utilizando una vasta red de espía tanto a nivel de prefectura como a nivel central, coordinada desde Maracay, trasmitiendo las órdenes por telégrafo en clave cifrada, leyendo el Benemérito los informes de sus prefectos, dictada las órdenes a sus secretarios, existiendo una sincronización tanto de la burocracia civil, que se le encargaba la tarea de aliviar los problemas sociales a través de subsidios, obras de infraestructura, saneamiento sanitario, etc. El fin de la inteligencia era disuadir, vigilar, sobornar, apresar y ejecutar en última instancia a los disidentes, guindándolos públicamente por los testículos. La forma de vigilar a los pueblos era a través de pordioseros, los maestros que le preguntaban a sus alumnos, que se hablaba en sus casas; pulperos que sondeaban al público; comerciantes que informaban sobre diversos pueblos a la Sagrada. El castigo podía variar, según la persona. Algunos eran ejecutados en forma inmediata, y desaparecían misteriosamente, los más populares eran traslados a las cárceles tanto del Cuartel Libertador de Maracaibo, a la Rotunda y al Castillo de San Felipe, los más peligrosos iban a trabajar a las carreteras a morir de paludismo. Los embajadores y cónsules en el extranjero que contrataban a extranjeros, policías o venezolanos exiliados para espiar a los emigrados, en alianza con las compañías petrolera transnacionales. Las redes de espionaje exterior tenía la búsqueda de información de los opositores. Esta red estaba en las Islas del Caribe, Colombia, Panamá, México, EEUU, España, Francia, Inglaterra y Holanda. El personal diplomático dirigía sus informaciones a Caracas y Maracay, contando con la ayuda de los gobiernos locales, quienes eran retribuidos sus empresarios con ventajas económicas del gomecismo. Gómez inspiró tal terror que pudo morir tranquilamente en su cama, solo se supo su deceso tres días después de su muerte, sin duda la actuación hábil de López Contreras, que lo convirtió en su sucesor, permitió consolidarlo en el poder, pero sus métodos de gobierno bajo el amparo de los Chácharos y del Ejército Nacional, logró la hazaña de establecer una red de obligaciones recíprocas sobre todo el territorio que establecieron una lealtad mecánica sobre el Benemérito, apoyada en una extensa red de telégrafos, posteriormente el teléfono, carreteras, y un ejército moderno que servía de disuasivo ante cualquier levantamiento, de todas manera existía formas de intimidación como colgar a los opositores de los testículos o ejecutarlos colgándolo de la mandíbula con un gancho de carnicería, dejaron a los venezolanos aterrorizados frente a la Sagrada. La Invasión del Falke [URL='http://www.orienteweb.com/PueblosCiudades/Cumana/RomanDelgado.html'][COLOR=windowtext]Román Delgado C[/COLOR][/URL]halbaud, compadre del Benemérito Juan Vicente Gómez, es el gran planificador militar de la Invasión del Falke, su carrera militar se remonta a los tiempos de Joaquín Crespo, que le consigue un lugar en la Escuela Naval de Puerto Cabello a bordo del buque escuela Ana Jacinta; En 1901, le encargan la misión del vapor Restaurador, de perseguir al buque Ban Righ (7); el cual transitaba las costas venezolanas, descargando tropas utilizadas en combate en la Revolución Libertadora, que nunca logra apresar. Comanda la Escuadra en 1902, responsable de la derrota de La Guaira Durante la Revolución Libertadora, Chalbaud es premiado con el cargo de Jefe de la Armada Nacional, que apoyó las fuerzas al mando de Juan Vicente Gómez, en el Estado Bolívar. Entre los años 1903 y 1906, Delgado Chalbaud se mantuvo en el grupo opuesto a Gómez durante La Conjura, que tenía como objetivo sacar del poder al presidente Cipriano Castro, aprovechando su delicado estado de salud, y colocar en su lugar a Francisco Linares Alcántara. Este movimiento fracasó debido a que el presidente Castro recuperó su salud (8). En 1909 fundó la Compañía Anónima de Navegación Fluvial y Costanera. Sus vínculos con el gobierno gomecista lo hicieron candidato para suceder al Benemérito. El fracaso de los proyectos confiados por Gómez a Chalbaud: la creación de un banco, la construcción de un sistema de cloacas para Caracas, el ferrocarril del Amazonas, los vapores del Alto Orinoco y el Río Negro, entro otros; hicieron que Delgado Chalbaud perdiera sus privilegios político y hubo una ruptura definitiva con el autócrata. En 1913, inició una movilización conspirativa con el objetivo de evitar la reelección de Gómez; pero fue delatado y encarcelado en La Rotunda durante 14 años. En 1927, fue liberado y salió a París, donde organizó una incursión armada, con la ayuda de algunos aliados europeos, para tomar el poder. Finalmente, en 1929, a bordo del buque Falke desembarcó en Cumaná con un grupo de antigomecistas. Este movimiento es el de mayor impacto conspirativo y político. Luego en libertad y exiliado, lo llevó a preparar la invasión acompañado de muchos connacionales, que repudiaban el régimen gomecista, en el mismo barco que alquilaría, como intermediario en un país europeo (9). La Invasion del Falke, la organiza Delgado Chalbaud desde París, logró ser acompañado, por varios revolucionarios, entre ellos varios coterráneos, que desembarcan en Cumaná aquella mañana del 11 de Agosto de 1.929. Se había armado el barco, para que condujera a Delgado Chalbaud y demás compañeros de lucha, desde Alemania hasta Venezuela. En alta mar deciden cambiarle el nombre al barco por el de Anzoátegui, en honor al ilustre guerrero barcelonés (10). En mayo de 1927 partió Arévalo Cedeño hacia París para entrevistarse con el general Román Delgado Chalbaud para coordinar las operaciones de invasión, por la escaza capacidad de liderazgo de Román Delgado Chalbaud no se logró llegar a ningún acuerdo, por falta de liderazgo militar de Delgado Chalbaud, que hubiera permitido crear un nuevo frente, que aliviaría la presión del desembarco anfibio de Chalbaud. Los banqueros de la firma “Felix Prenzlau & Cia” de Hamburgo con las garantías que presenta Delgado Chalbaud le prestan 300.000 U$ para la expedición. Los aportes de algunos exiliados venezolanos en Europa, entre ellos el magnate petrolero Antonio Aranguren y las garantías financiera del Credit Francais y de la casa Louis Dreyfus de Paris. Con los préstamos: fleta el Falke para la expedición, barco de 1.200 toneladas, dos mil fusiles, veinticinco carabinas, veinticinco pistolas alemanas, 2 millones de balas en 850 cajas y seis ametralladoras. El Consul venezolano en Hamburgo Rafael Paredes Urdaneta, denuncia la salida de la expedición el 19 de Julio de 1929 del Puerto de Danzing. Atravesaron el Báltico. El Mar del Norte y Las Azores. El 7 de Agosto están en costas venezolanas de La Blanquilla. No llega de Santo Domingo “El Gisela” con los cien hombres prometidos por Romulo Betancourt. La expedición del Falke se diferencia de sus predecesoras, ya que incluía un plan estructurado de apoyo terrestre. Pese a ello, el proyecto de invasión resultó en una derrota. Un análisis de los acontecimientos demuestra, que los combates no se sucedieron en virtud del plan establecido; por lo cual el grupo invasor sufrió bajas sustanciales. Asimismo, el asalto de la ciudad de Cumaná y su ocupación, resultó momentánea. Se concluye que el fracaso de la expedición por los siguientes factores: a) Falta de entrenamiento militar de los rebeldes, que facilitó su huida y derrota. b) Huida precipitada de la embarcación; c) El retardo del frente comandado por Pedro Elías Aristiguieta, que llegó con nueve horas de retardo; d) La carencia de un sistema efectivo de información; e) Falta de apoyo popular en tierra; f) El desplazamiento de unidades de guerrilla que retardasen los refuerzos de Maracay, Coro y de los Llanos del gobierno. (12). g) Los cargos de comando y dirección de combate, recayeron en personas no capacitada para tal tarea. El plan de operaciones constaba de dos etapas. La expedición de Delgado Chalbaud desembarcaría en la parte occidental de Cumaná, estableciendo una cabeza de puente para la segunda expedición, ambos atacarían Cumaná, y con fuerzas reclutadas marcharían rumbo a Caracas; al mismo tiempo los jefes guerrilleros antigomecistas refugiados en Colombia: Juan Pablo Peñaloza y Regulo Olivares invadiría desde el Táchira. Delgado Chalbaud avanzaría desde el Oriente y Peñaloza y Olivares desde el Occidente y Samuel Mc Gill iría a la cabeza de una segunda expedición. Este plan de operaciones se precisó a mediados de 1929. La sublevación en abril de 1929 del general José Rafael Gabaldón, apenas si puede catalogarse de tal: Fue un saludo a la bandera. Ocurrió cuando estaba ya en marcha la invasión de Román Delgado Chalbaud junto con José Rafael Pocaterra. En política lo importante era participar en una acción violenta para dar el salto a la cúspide. Betancourt ve en la expedición del Falke la oportunidad de su vida. Hace un amago de contacto con estos revolucionarios, y le dice a unos amigos que se va a embarcar en el “La Gisela”, para luego unirse a la gente del “El Falke”. “La Gisela” sufre una avería, casi zozobra y los revolucionarios: Leoni y Betancourt se rinden pronto: Llevaban tres revólveres solamente y quedan varados en la playa de Barahona. Deciden entonces irse a Santo Domingo. Luego se trasladan a Trinidad donde esperan noticias del desembarco y de las acciones de Delgado Chalbaud. En Peñas Negras –Estado Sucre-, Delgado Chalbaud se reúne con Pedro Elías Aristeguieta, acuerdan el plan de operaciones. El primero con el Falke atacará por el Salado a Cumaná, mientras Pedro Elías lo hará por el Caiguire, haciendo un movimiento de tenaza sobre Cumaná. Luego irán a tomar a Barcelona y Carúpano. Pedro Elías le entrega setenta y cinco pescadores y Delgado Chalbaud le entrega trescientos fusiles. El domingo once de agosto, a la cinco de la mañana, se acuerda atacar la plaza. Suben al barco, y Delgado Chalbaud organiza el orden de batalla, serán tres columnas, comandadas por los Generales: Doroteo Flores, Linares Alcantara y Carabaño. Delgado Chalbaud, con su ayudante el teniente Armando Zuloaga Blanco, mandará la reserva. Atracan en el muelle. Son las cinco de la mañana en Puerto Sucre, y aún no se oyen los disparos del General Aristiguieta, No aparecerá hasta las doce del mediodía, “por haberse pérdido en el camino”, es posible que se haya retardado por la lluvia, en todo caso la extraña perdida del baquiano Merardo, que guíaba a la tropa de Pedro Elías, que tenía que llevar al contingente de hombres armados al sitio de la batalla, llegaran con 9 horas después de lo planeado, no pudiendo sincronizar las tropas de Aristiguieta sus operaciones con las de[URL='http://es.wikipedia.org/wiki/Rom%C3%A1n_Delgado_Chalbaud'][COLOR=windowtext] Delgado Chalbaud[/COLOR][/URL], incapaz éste de cercar la ciudad y hostigarla hasta la llegad de los refuerzos. Los informantes de Gómez en el exterior que lo mantenían al tanto sobre el desplazamiento del Falke y dieron con el sitio de desembarco; la falta de entrenamiento militar de los invasores provocó su derrota (13). A las ocho de la mañana, por las calles de Cumaná, suben la tropa de Delgado. El General Emilio Fernández, ya tenía noticia de la invasión, por el telegrama de Gómez, además tuvo la noticia del desembarco de Delgado Chalbaud por la información, que le trajo Luís Rodríguez, dueño de un tren de pesquería, que trabajaba en Araya. Para darle ímpetu al ataque de Delgado toma la bandera, y se coloca al frente de la tropa. Alzando el tricolor se convierte Delgado Chalbaud, un blanco fácil para los francotiradores, la misma decisión la toman Carabaño, Flores, Zuloaga. Al llegar al Puente Guzman Blanco, vino el desastre los francotiradores matan al General Delgado Chalbaud cuando comenzaba avanzar sobre el puente, dejando huerfana la expedición. Armando Zuloaga corre con su misma suerte al intentar cruzar la calle. Mucha gente de la tropa quedó tendida en la acera. En la otra parte del puente está Emilio Fernández. Al caer Delgado Chalbaud sentado sobre el estandarte. Ordena que le digan a su hijo Carlos, -quien se ha quedado en el barco- que si “me matan muero con gusto, porque es por la patria”. El general Flores también está herido. Delgado recibe otro tiro en el pecho, “ya está”, y cayó muerto sobre la bandera. Le habían disparado desde un árbol. Rafael Vegas recibió un impacto de bala en la cara. A López Méndez le dieron en el vientre. Rafael María Carabaño, Julio Mc Gill, Carlos Julio Rojas, Pérez Frontado están heridos. De los aviones de bombardeo, eran con alas dobles muy grandes, gruesos adelante y delgados atrás. El sonido también era muy diferente al de los aviones actuales, no era un zumbido parejo sino más bien un TACATACATACA, como el sonido de algunas motos. Hacían vuelo rasante. La invasión ocurrió en agosto, que es precisamente la época de lluvias. Los aviones vinieron por varios días y llegaban entre las once de la mañana y la una y media de la tarde. Los aviones despegaban de la Base Aérea de Maracay, y tomaban tres horas en llegar a Cumaná, se guiaban por la costa, eran aviones caza bombarderos Breguet Br 19 B2, los raid era en formaciones de 2 unidades bombardeaban con dos bombas de 50 kg, lograron provocar un herido entre la población, y distrayeron la atención de los combate por la ciudad (14). El León del Llano. [B] [/B] El Célebre jefe de guerrillero Arevalo Cedeño de comienzos del siglo XX, se destacó por su férrea oposición al régimen de [URL='http://www.venezuelatuya.com/biografias/juan_vicente_gomez.htm'][COLOR=windowtext] Gómez[/COLOR][/URL], la cual se expresó en las múltiples invasiones que realizó sobre el territorio venezolano, El 19 de mayo de 1914, a la cabeza de 40 hombres lidera su primer alzamiento en contra de la dictadura de Gómez, sufriendo derrotas en varios combates tras lo cual escapó a Trinidad y de allí a Colombia desde donde organizó y llevó a cabo 7 invasiones sobre el territorio venezolano por el Arauca, entre 1915 y 1933. En 1921, en su tercera invasión al mando de sólo 123 hombres, tomó San Fernando de Atabapo, capital del territorio federal Amazonas, donde gobernaba Tomás Funes, a quien apresó y sometió a un Consejo de Guerra, que lo condenó a muerte, encargándose de ordenar su ejecución en presencia de todos los habitantes del poblado el 30 de enero de 1921(11). La resistencia giraba en torno a un hombre llamado Emilio Arévalo Cedeño, guerrillero antigomecista y combatiente implacable que recorrió Venezuela luchando contra las tropas oficiales. Tuvo la idea de atacar San Fernando y proveerse de armas y de pertrechos que lo fortalecieran para atacar posteriormente Caracas. De Colombia parte la invasión, el motivo es que el “terror del Amazonas” tiene armas y dinero, así podrá seguir adelante, lleva 123 hombres, cuando sus hombres le preguntan: ¿dónde vamos General?, su respuesta es contundente: - “los llevo a la victoria”. Todo comienza la noche del treinta y uno de diciembre de 1920, llega al Meta, han sido tres días de navegación por el Casanare, una semana llega al alto Orinoco, llegan a la orilla a nado donde mueren por los caribes y caimanes veinte hombres en el desembarco. Saben que tiene ochocientos soldados, pero quinientos están buscando balatá, son guiados por el baquiano Joaquín Palencia, a la una de la mañana toman por asalto a San Fernando de Atabapo, han tomado a Tomás Funes por sorpresa, la lucha dura dos días, toman un cañón abandonado que llenan de cuñas de pólvora y de piedras redondas para disparar contra la casa fuerte, y recogen troncos y yerbas para meterle candela a los sitiados Funes escucha una detonación y no le presta mucha atención. Sus lugartenientes Avispa y Picure afilan sus machetes como autómatas. Pasos suenan como los de un grupo de personas que corre. Que pronto han regresado mis hombres, piensa Funes para sus adentros. Abre su ventana y una descarga llega hasta él. Sale ileso y de momento queda sorprendido. Pero no se desanima, bloquea los accesos a la casa y devuelve disparo por disparo. Suenan detonaciones por la orilla del rió. Funes deja a Picure a cargo de defender el primer flanco. Fuego contra esos canallas, ordena. No dejaremos a nadie con vida. Disparen sobre seguro, ordena a su vez Arévalo Cedeño, recuerden que tenemos pocos pertrechos. Arrecia el tiroteo a medida que el sol se adueña del cielo. Nadie rehuye el combate, excepto Avispa y Picure que se les desfallecen las piernas de miedo como si estuvieran atacados de paludismo. Funes los observaba con desprecio. A ustedes también voy a ajustarles las cuentas luego, pensaba. Solo esperaba que el Coronel López fuera en su ayuda, estaba seguro de que pronto llegarían refuerzos, del interior del Amazonas. Ya las deserciones de sus filas comenzaban a sucederse. El destino de la guarnición estaba sellado, 24 horas más tarde era tomado prisionero y puesto frente al tribunal que decidiría su suerte. Confesó Funes todos sus crímenes e incluso intentó justificarlos. El veredicto fue unánime: La pena capital. El último deseo concedido: No vendársele los ojos. Se preparó el pelotón. Un segundo antes de morir gritó “¡Adiós amigos míos!” Y los certeros disparos acabaron con el reinado del terror en San Fernando de Atabapo (14). La acción más extraordinaria de este guerrillero fue la derrota y la captura de Tomás Funes, quien fungía del Gobernador del Territorio Federal Amazonas, y junto con Vicencio Pérez Soto y Eustoquio Gómez eran los tres más formidables pilares militares de Juan Vicente Gómez, en la administración civil. El fusilamiento de Funes por parte de Arevalo Cedeño puede considerarse una de las acciones más épicas realizada en contra del Gomecismo, si se toma en cuenta la poderosa fuerza que tenía este hombre para proteger sus intereses en batalá, su error estaba que se encontraban en las plantaciones, y desprotegió la capital San Fernando de Atabapo, tras la toma de la Gobernación Arévalo Cedeño pierde el tiempo en saraos y parrandas, lo que le permite a Gómez mandar refuerzos al Amazonas, mientras Arévalo huye con sus fuerzas a Colombia, el intentó organizar un gobierno revolucionario en el Territorio Federal Amazonas. En realidad el general Arévalo tenía que hacer frente al gobierno colombiano que también le perseguía. En un país aterrado por la represión más sanguinaria de todos los tiempos, el desafío de Arévalo Cedeño fue un acontecimiento único: derrotó en varias oportunidades a las fuerzas gomecistas en contiendas como la de Santa María de Ipire donde acabó una fuerza diez veces superior a la suya, comandada por el General Manuel Sarmiento, presidente del Estado Guárico y quien a la sazón se encontraba en Valle de La Pascua. Luego triunfa en Gafualito (y a 190 kilómetros de Maracay, donde estaba Gómez bastante preocupado). A las fuerzas de Gómez las había vencido en Río Negro, Cenizas, Guasdualito, Campo Alegre, Bruzual, Cuchivero, Lezama, Turén, Acarigua y Araure, donde las emboscadas y la escaza capacidad combativa del Ejército facilitan sus triunfos. Como era telegrafista, desde algunos puestos que tomaba en sus andanzas le tomaba el pelo a Gómez enviándole mensajes que lo sacaban de sus casillas. En una oportunidad habiendo provocado Arévalo Cedeño una desbandada en el ejército gomecista del general Manuel Padilla, éste no obstante envió un mensaje telegráfico a Gómez diciéndole que había derrotado al faccioso Arévalo Cedeño. Enterado don Emilio del mensaje, al día siguiente toma el pueblo de Santa Ana y conocedor de la línea sur-este manipula el aparato, llama con la señal “treintiuno” (distintivo de los telegramas para Gómez) y le escribe: “... De acuerdo con mi telegrama de ayer, tengo la satisfacción de participar a Ud. Que he capturado al faccioso y ladrón Arévalo Cedeño, suplicando a Ud. respetuosamente se sirva decirme que hago con él...” En otra oportunidad, cuando el gobierno de EE UU solicitó a Gómez diera libertad a los presos y convocara al país a elecciones libres, don Emilio tomó la oficina telegráfica de Orituco y trasmitió el siguiente mensaje: “General Juan Vicente Gómez – Maracay. Han llegado noticias a mi campamento de que el gobierno americano obliga a Ud. a abandonar el poder, libertar a todos nuestros compatriotas encarcelados, abrir las puertas de la Patria a todos los desterrados y convocar al país a elecciones. Patriota como soy, convengo en que Ud. haga lo que se le impone, porque es lo humanitario, lo civilizado y lo republicano; pero debo protestar por la intervención de un poder extranjero en los asuntos internos de nuestro país. Es decir que combatí contra Ud. y seguiré combatiendo contra los americanos del Norte, porque la herencia de Bolívar es única, indivisible y no permite intervención. Su compatriota que jamás ha sido su amigo – E. Arévalo Cedeño.” Agobiados por el acoso colombiano y las fuerzas de Gómez, luego de un combate de 36 horas en la boca del Casiquiare, con seis cartuchos y sin comida, emprendieron retirada por el alto Orinoco para alcanzar la frontera con Brasil. Un día cazaron un pequeño mono que tuvo que servir de alimento para veintiocho hombres. En enero de 1925 en una impresionante travesía, llegaron a Santa Rosa de Amanadona para pasar luego al Brasil. Confiesa a sus camaradas, desalentado, que deben solicitar el derecho de asilo a la República del Brasil, para luego emprender la lucha con nuevos bríos. Gómez no perdía tiempo contra sus enemigos y tenía a los estudiantes presos trabajando en las carreteras. Entonces, como un verdadero vengador de injusticias, don Emilio se aprestó para un ataque singular. Voló a Palenque. Los espías de Gómez se enteraron de la operación y levantaron poderosos campamentos militares, retirando a los presos a lugares lejanos. Hubo el general Arévalo de retirarse a Anzoátegui. Comprobaba en su marcha que nadie quería unírsele; según él nadie quería a Gómez pero todo el mundo le sacaba el cuerpo. Entonces inició un largo periplo por sabanas y selvas, siempre seguidos cerca por las fuerzas del gobierno. Fuerzas combinadas de cinco estados (Guárico, Apure, Bolívar, Anzoátegui y Monagas), le perseguían disputándose el honor de capturarle. Repasaron el Orinoco varias veces procurando confundir a sus enemigos. Fueron seguidos por camiones y cargados de soldados, quizás por primera vez en el país se realizaban estas acciones militares. Cuanto seguidor de la causa de Arévalo Cedeño caía en manos del gobierno era liquidado en el acto. Así sería la ferocidad con que era perseguido este guerrillero que dos oficiales se habían suicidado por no pasar por la vergüenza de presentarse ante Gómez habiendo sido burlados por la acción de este guariqueño. Estos fueron, el general José Miguel Guevara y el coronel Alfredo Rodríguez López. Los acosos eran cada vez más fieros. Por alcanzar nuevamente tierras colombianas por el Arauca, padecieron fiebres, mordeduras de las llamadas veinticuatros y tambochas, bajo acometidas de fieras, llegaron a pasar cuatro días sin comer, cruzando ríos como el Guárico, el Pao, Portuguesa, Guanare, Masparro, Uribante, Sarare, vomitando bilis y sin poder echarse a descansar. En 1930 pudo Arévalo llegar a Santa Marta y de aquí ir a Trinidad a bordo del vapor Coronado, pero el gobernador de esta isla le prohibió su desembarco. La recompensa por su captura llegó a tasarse en un millón de bolívares (que viene a ser como millardo hoy en día.) Lo devolvieron a Venezuela, a Carúpano, donde lo esperaba la Sagrada, pero gracias a un amigo pudo ***** un vapor francés que lo llevó a la República Dominicana. Allí volvió a encontrarse con José Rafael Pocaterra; ya habían matado a Román Delgado Chalbaud y tanto la invasión del general Rafael Simón Urbina como la sublevación del general José Rafael Gabaldón en Portuguesa habían terminado en fracasos. Cundía el más grande desaliento. Todos parecían admitir que era imposible derrocar a Gómez. Produjeron fuertes pérdidas al gobierno, por ejemplo, en Mata de Agua, en el bajo Meta, en Lezama y en Bolívar y en un hato llamada Las Mercedes. Se retiraron luego por el río Caparo durante veintinueve días de navegación. Cruzaron el Alto Apure, cayeron en el Arauca y pasaron el invierno en Santa Rosa. El 5 de agosto estaban en El Caribe. Totalmente rodeados resistieron a las tropas del coronel Meléndez de Apure y del coronel Sánchez del Estado Bolívar. Le mataron el caballo a Arévalo y lo salvó milagrosamente uno de sus oficiales, un coriano, saturnino García. Varios de sus compañeros cayeron en aquella acción, entre ellos su querido amigo Carlos Julio Ponte. [COLOR=rgb(204,204,204)][SIZE=2]--- merged: Apr 9, 2012 8:15 PM ---[/SIZE][/COLOR] [B]Una Historia Militar de las Fuerzas Armadas (IV).[/B] [B] [/B] [B] Por Kelder Toti.[/B] Otros Alzamientos. …“el Capitán Rafael Alvarado del Regimiento de Artillería No. 1 en convivencia (Sic) con el subteniente Rafael Antonio Barrios del Batallón acuartelado en Miraflores hizo sublevar parte de dicho Batallón, asesinando […] al Capitán Ramón González […y] al Coronel Aníbal García […] Seguidamente marcharon hacia el cuartel San Carlos, del que contaban apoderarse mediante la complicidad del subteniente Agustín Fernández […] fueron rápidamente rechazados y dispersados por el General Eleazar López Contreras, Jefe de la Brigada acantonada en Caracas, quien avisado de lo que se preparaba, logró entrar al Cuartel momentos antes arrestando a Fernández y organizando rápidamente la resistencia […] la aprensión de los comprometidos, entre los cuales se encuentra dos oficiales más [Sic] y varios civiles”… El gobierno toma medidas inmediatas para controlar la situación, entre el 25 de Abril y el 1 de mayo se crean 3 nuevos Batallones ubicados estratégicamente en Maracay: el Batallón “23 de Abril” en Valencia el Batallón “1 de Mayo” y en Guigüe el Batallón “Maracay”. Los sabuesos del gomecismo dan con los oficiales y civiles comprometidos, los cuales van a parar a las cárceles de la dictadura y, en el mejor de los casos, al exilio En 1930 se crea el Estado Mayor General presidido por el General Eleazar López Contreras, y entre los ayudante el Teniente-Coronel Isaías Medina Angarita. López Contreras como Ministro de Guerra y Marina, en 1933, se promulga una nueva legislación militar, un Código de Justicia Militar y Naval, una nueva Ley Orgánica del Ejército y la Armada, así como otra sobre el Servicio Militar. Se reorganiza el Ejército en Brigadas, Regimiento para la artillería, y Escuadrón para la aviación militar. Se reorganiza en 1931, el servicio de ingenieros militares. [B]El Hombre que se volvió Loco.[/B] [B] [/B] Eleazar López Contreras destruye con falsas maniobras políticas a las Fuerzas Armadas, al politizarla y corromperla para controlarlas, al mismo tiempo que reprime los brotes sindicales y el gomecismo con ferocidad macabra, contratando sicarios de su propia familia para que asesine a los elementos que se le opongan; a la larga divide al país sin ningún sentido, facilitando la presión colombiana, que no dejará pasar la oportunidad, a pesar de la superioridad material de las Fuerzas Armadas (1), estas ceden ante las amenazas colombianas, que aplicarán lo aprendido de la Guerra Colombo Peruana de 1931-1934, que reclamarán caro las ofensas de Gómez, presentándole al presidente un ultimátum, amenazando a López con avanzar en profundidad, obligándolo a firmar el Tratado de 1941, con el cual Venezuela perdía 153.500 Km2 de territorio (2). No contento con ello, provoca sin necesidad la neutralidad parcializada de Venezuela en la Segunda Guerra Mundial en contra del Eje, a favor de los aliados, arrestando a los marineros, súbditos de las potencias del Eje y confisca las propiedades de sus ciudadanos, repartiéndosela entre ellos, para satisfacer al Departamento de Estado, quedándose en algunos casos con ella, es interesante el ejemplo del Club Alemán del Paraíso, que se convertiría en la sede del Colegio de Médico de Venezuela. Esto sería respondido por los alemanes quienes se vengarían ante los ultrajes: hundiendo los barcos de la marina mercante de Venezuela, muriendo en los ataques de las “manadas de lobo” aproximadamente 17 marineros, y organizaron una vasta red de espionaje y sabotaje que pasará a la historia como la RED Bolívar, lo que no tardaría en obligar a intervenir a la U.S. Navy, SSO y el FBI, al combatir a los agentes germanófilos, para sostener la logística de la guerra, tan necesitada de petróleo, ocupando posiciones claves para la guerra antisubmarina en contra de Alemania. Sometió a Venezuela a los deseos de los aliados, en nombre de la democracia y la lucha contra el fascismo, que se escondió bajo el bolivarianismo y panamericanismo, en boga en aquel tiempo. Al iniciarse las hostilidades en 1939, eran muchos los barcos pertenecientes a los países en pugna que navegaban por los mares del mundo. En líneas generales, casi todos los capitanes de los barcos mercantes, habían sido instruidos desde meses antes sobre la conducta a seguir. Algunos sin embargo fueron sorprendidos por el estallido de la guerra sin contar con instrucciones precisas acerca del rumbo que deberían tomar en la emergencia. Tal el caso de varias naves alemanas e italianas en las proximidades de la costa de Venezuela. Entre los meses de septiembre de 1939 y junio de 1940, en el momento de entrar Italia en la contienda, navegaban por la zona citada, los cargueros alemanes: “[I]Durazzo” [/I]y “[I]Sesostris”[/I] y los italianos “[I]Jole Fassio”[/I], “[I]Bacicin Padre”[/I], “[I]Teresa Odero”[/I] y “[I]Trottiera”[/I]. Lo hacían con diferentes rumbos y cargas y en general, transportaban minerales estratégicos o combustibles o se dirigían a cargarlos, al comenzar la guerra, buscando refugio en puerto. Ante el desarrollo de los acontecimientos y tratando de eludir la presencia de las naves de guerra aliadas, británicas o francesas, en su mayoría, los citados barcos tomaron rumbo hacia los puertos venezolanos más próximos. Así, hacia junio de 1940, en Maracaibo se hallaba anclado el “[I]Durazzo”[/I] y en La Guaira el “[I]Jole Fassio”[/I], ambos sin carga. En Carúpano se refugiaba el “[I]Sesostris”[/I], con un cargamento de madera, asfalto, café y cacao, mientras que en Puerto Cabello lo hacían “El [I]Teresa Odero” [/I]y el “[I]Trottiera”[/I], sin carga, y el “[I]Bacicin Padre”[/I] con petróleo. Diría al respecto el capitán del “[I]Jole Fassio”[/I], al recordar el episodio muchos años después: “veníamos lastrados con agua de Génova, con destino a Curazao a cargar gasolina y querosén. Llevábamos nueve meses de guerra y mi país, Italia, seguía en posición neutral. Pasábamos grandes sustos en cada viaje, pues en medio del océano nos detenían las naves aliadas para revisarnos, medir el cargamento y hacernos miles de preguntas, tratando de descubrir si habíamos abastecido a algún submarino enemigo. Además, éramos escoltados permanentemente por los británicos, que en cualquier momento podían hundirnos, si desobedecíamos sus órdenes. Fue en ese último viaje de mi vida, el 8 de junio de 1940, cuando recibí la noticia de que Italia entraría en guerra... y, por lo tanto, debería refugiarme en la boca del Amazonas, en Brasil. Sin embargo, antes de llegar al mencionado lugar, recibí una contraorden: debía regresar a Curacao con mi petrolero de nueve mil toneladas de desplazamiento, para cargar combustible. Y así lo hicimos. Sin embargo, estando a tres horas de navegación para llegar a puerto y ya enviados los telegramas anunciando la llegada, a las seis de la tarde me informó el almirante Cavagnari, del Estado Mayor de la marina italiana, que siguiera hasta Venezuela para refugiarme, hundiendo inclusive el barco si fuera necesario. La misma orden la recibieron los demás capitanes, que ya se encontraban en aguas territoriales venezolanas. Fue así como entré al puerto de La Guaira, donde permanecí hasta el 24 de junio...” Esa era la orden quedaba el Almirantazgo, para evitar la captura del barco por el enemigo. El barco italiano, sin embargo, no estaba solo. Las naves mencionadas anteriormente lo acompañaban en aquella decisión inesperada. Transcurrieron así varios meses, sin que ningún incidente alterara la situación. Los habitantes de Puerto Cabello recibieron de buena forma a las jóvenes tripulaciones refugiadas y se convirtieron en una especie de invitados de la ciudad. Los extranjeros visitaban con frecuencia el cine, bares, etc. y de alguna forma u otra formaban parte de la población para la época. El gobierno mantuvo su actitud de neutralidad y hasta entregaba los respectivos sueldos a los marineros de los barcos refugiados. La Navidad de 1940 fue triste para las tripulaciones, pero un poco menos para la del [I]Sesostris[/I], el único barco de bandera alemana, ya que estos fueron invitados a la fiesta de Navidad que se solía festejar en el Club Unión, como se llamaba el club alemán de Puerto Cabello. En esta celebración a la cual asistieron los oficiales y los marineros, muchos de estos ofrecieron en venta objetos de artesanía elaborados por ellos mismos, como timones, maquetas de barcos célebres, etc. Los capitanes de los barcos italianos y alemanes se mantenían a la expectativa, aceptando pasivamente las órdenes recibidas de las autoridades venezolanas, pero también listos para llevar a la práctica las instrucciones recibidas oportunamente, de sus respectivos gobiernos. Estas últimas eran claras y simples: las naves no deberían caer en manos del enemigo en ningún momento ni bajo ningún concepto. Si tal situación fuera inminente, los barcos tendrían que ser hundidos de inmediato. El 30 de marzo de 1941, finalmente, todas las naves italianas que se encontraban en puertos norteamericanos fueron incautadas por las autoridades. La información, como un reguero de pólvora, corrió entre los tripulantes de los barcos internados en Venezuela. En La Guaira, donde se encontraban los mercantes italianos “[I]Bacicin Padre”[/I], “[I]Teresa Odero”[/I], “[I]Trottiera”[/I] y “[I]Jole Fassio”[/I] y el alemán [I]Sesostris[/I], las autoridades (como buenos lacayos) intentaron repetir el hecho en la tarde del 31 de marzo. Así que un destacamento de la marina de guerra alcanzó a ocupar rápida y sorpresivamente al buque petrolero “[I]Bacicin Padre”[/I]. La operación, sin embargo, no pudo continuar. Los cuatro restantes, tras la decidida acción de sus tripulantes, fueron rápida presa del fuego, por orden de sus capitanes, incendiando y encallando el barco. "El cielo se puso rojo con el resplandor", "El agua hervía en torno de los barcos"; estos fueron algunos de los titulares que aparecieron en la prensa del 1 de abril. Aproximadamente a las ocho de la noche ya se habían aglomerado una gran cantidad de personas en el puerto, que sorprendidas y confundidas miraban estupefactos el horrible espectáculo. Pronto, se corrió la voz de que esto no era ningún accidente. La población estaba indignada. No podían creer que estos refugiados a quienes habían tratado como huéspedes especiales pudieran poner en peligro las instalaciones del puerto que los había auxiliado en su tiempo de desdicha. La multitud no toleró semejante insulto y el disgusto general se convirtió en una persecución de marineros y oficiales que duró hasta altas horas de la madrugada. Al día siguiente se renovaron las indignaciones y las masas se aglomeraron enfrente de la casa #5 de la calle Comercio, donde se rumoraba que se encontraban escondidos varios marineros italianos. Las puertas y ventanas de esta casa, al igual que sus refugiados, fueron salvados por la policía. Afortunadamente no hubo ningún linchamiento ni accidente que lamentar. Después de haber sido capturadas todas las tripulaciones de los barcos (alrededor de 300 marineros y oficiales) fueron llevadas a distintos lugares ya que no cabían en la jefatura de la policía. Algunos marineros alemanes fueron llevados al cercano pueblo de San Esteban, donde se hospedaron en casas de familias alemanas que vivían en este pueblo. Las tripulaciones fueron enjuiciadas. Los cargos presentados por Venezuela fueron dos principalmente: 1-Haber puesto en peligro las instalaciones del puerto; y 2-Haber violado el tratado de refugio que Venezuela había otorgado, olvidando que lo provoca su acción es la amenaza de incautación, por la presión de los norteamericanos. Recordaría, en octubre de 1972 en declaraciones a la prensa, el comandante del Jole Fassio: Amleto Rovelli: “Los tripulantes fueron llevados a San Esteban, a pocos kilómetros de Puerto Cabello. Después vinieron los largos días del proceso a los capitanes y el enjuiciamiento de las tripulaciones que habían tenido la culpa de obedecer a sus respectivas autoridades... El 14 de agosto se produjo la primera sentencia. Los capitanes fuimos condenados a cuatro años de cárcel y los tripulantes a dos”. Por otra parte, el gobierno de Venezuela, presidido por Isaías Medina Angarita, se opuso a enviarnos al estado de Montana, en los Estados Unidos, donde lo solicitaban las autoridades americanas para ser internados en un campo de concentración. Medina Angarita indulta posteriormente a las tripulaciones italianas, mientras que los alemanes deberían seguir cumpliendo la condena. [FONT=Times New Roman][FONT=Times New Roman] [/FONT][/FONT] [/QUOTE]
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Guerra desarrollada entre Argentina y el Reino Unido en 1982
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