BATALLA DE LAS PIEDRAS
18 de mayo de 1811
207º aniversario de la batalla de Las Piedras, de la creación del Ejército Nacional, su bautismo de fuego y la primera victoria de las fuerzas patriotas contra el mando español en el Río de la Plata.
El sábado 18 amaneció sin lluvias. Artigas había reunido poco más de 400 infantes y 600 jinetes, que en general eran paisanos, muchos de ellos apenas armados con lanzas. Posadas tenía un ejército de más de 1.200 soldados, equipados con fusiles y disponía de varias piezas de artillería provenientes de los barcos españoles. A las 9.00 de la mañana los realistas en Las Piedras comenzaron a concentrar sus tropas y avanzaron hacia el campamento artiguista, produciéndose escaramuzas. Artigas ordena la movilización, a lo que los realistas responden con un rápido repliegue para situarse en un punto alto del terreno. Sobre las 11.30 comienza la batalla. Artigas envía una columna de caballería, al mando de Antonio Pérez. Apenas reciben fuego, emprenden la retirada. Los realistas intentan darles alcance, abandonando parcialmente su posición ventajosa. La infantería y un grupo de caballería patriota se movilizan al mando del Teniente Eusebio Valdenegro, Artigas dirige otra unidad de caballería y una tercer unidad comandada por Manuel Francisco Artigas se dirige a cortar la retaguardia del enemigo. La artillería realista abre fuego y avanza su infantería, que es enfrentada por los patriotas, con menor número y capacidad de fuego. La intensidad del combate aumentó. La constancia y el orden del fuego patriota obligó a los realistas a abandonar varias piezas de artillería y retroceder con rumbo a Las Piedras. En esa circunstancia Artigas ordena la carga de las caballerías por los flancos y la retaguardia, encerrando al enemigo, que luego de una dura resistencia de más de una hora, termina por rendirse a la puesta del sol. Durante la batalla muchas tropas realistas cambiaron de bando y otras desertaron. Los partes de la época indicaron que los orientales tuvieron 11 muertos y 28 heridos, mientras las milicias de Posadas tuvieron 97 muertos, 61 heridos y 482 prisioneros. Contra las costumbres militares, Artigas no humilló a Posadas haciendo que entregara su espada para quebrarla en su presencia. El jefe oriental, en cambio, hizo recoger el arma por el sacerdote Valentín Gómez y se le atribuye la frase "Clemencia para los vencidos, curad a los heridos". La victoria resultó de gran estímulo para la Junta de Buenos Aires y toda la causa revolucionaria, que venía de sufrir importantes derrotas en varios frentes. Los oficiales vencedores son ascendidos, recibiendo Artigas el grado de Coronel, afianzando también su liderazgo en la Banda Oriental.