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<blockquote data-quote="Barbanegra" data-source="post: 2322737" data-attributes="member: 10064"><p style="text-align: center"><img src="https://prod.media.larepublica.pe/720x405/larepublica/imagen/2017/11/05/noticia-alqaeda-rehen.png" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></p> <p style="text-align: center"><span style="font-size: 26px"><strong><u>Cinco años como rehén de Al Qaeda </u></strong></span></p><p>Era una noche clara y fría en el desierto del Sahara y Stephen McGown yacía de espaldas mirando las estrellas. Cubriéndose con una manta rastreaba las constelaciones que aprendió cuando era niño en Sudáfrica.</p><p></p><p>“Estas podrían ser las vacaciones de mi vida”, pensaba, “si no fuera porque soy rehén de Al Qaeda”.</p><p></p><p>Era principios de 2017 y el quinto año de cautiverio para este banquero que vivía en Londres. Cada día, Stephen se levantaba cuando salía el sol para la oración del amanecer, arrodillado en la arena junto a un compañero rehén, Johan, y sus secuestradores yihadistas.</p><p></p><p>A continuación, se servía un desayuno con pan y leche en polvo, y luego los rehenes volvían a dormir o a hacer ejercicio. “Éramos libres de movernos por un área del tamaño de un estadio de fútbol”, recuerda Stephen. “Pero si ibas demasiado lejos, eras reprendido y las caras amistosas se volvían muy serias”.El almuerzo era espagueti o arroz que se servía con carne de cabra, oveja o camello.</p><p></p><p>Por la noche Stephen se esforzaba por socializar con sus captores. “Pensaba en mi familia, si todavía me estaban esperando y si estaban vivos”.</p><p></p><p><strong>Viaje en bicicleta</strong></p><p>Cinco años antes, Stephen y su esposa Catherine estaban planeando dejar su apartamento en Putney, en Londres. En 2011, a sus treinta, la pareja había decidido regresar a Sudáfrica, donde habían crecido. Antes, Stephen se subió a su motocicleta para una “última gran aventura” por Europa y África. Salió de Reino Unido el 11 de octubre de 2011 y viajó por Francia y España hasta Gibraltar, donde cruzó a Marruecos. Luego hacia Mauritania antes de dirigirse al este, hacia Mali, el 9 de noviembre. Decidieron unirse a algunos turistas que se dirigían a Timbuctú.</p><p></p><p>Stephen se registró en un hotel de viajeros barato con Sjaake y Tilly Rijke, una pareja holandesa. A ellos se unieron un turista sueco llamado Johan Gustafsson y un viajero alemán de nombre Martin. El 25 de noviembre, en el hotel, Stephen se relajaba en el patio cuando un grupo de hombres entró corriendo por la puerta.</p><p></p><p>“Un hombre tenía una pistola y otro se quedó en la entrada con un Kalashnikov. Pensé que podrían ser policías. El alemán se resistió y luego escuché disparos”, dice Stephen. “Y les dije a quienes estaban conmigo: ‘Creo que mataron a Martin’”.</p><p></p><p>Stephen fue trasladado en un auto por el desierto. “Nos llevaron hacia el norte en un viaje de unas 15 horas”, dice Stephen. Los tres rehenes fueron forzados a acostarse en el auto. “Tengo doble nacionalidad y cuando me di cuenta de que tenía mi pasaporte británico en el bolsillo, se me heló la sangre”, dice Stephen.</p><p></p><p>Stephen, Sjaake y Johan fueron dejados en algún lugar del desierto del Sahara en el norte de Mali. Les dijeron que habían sido secuestrados por la organización militante islámica al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI).</p><p></p><p>“Nos dijeron en muy mal inglés que no nos matarían. Estábamos petrificados”, dice Stephen. Cuando los secuestradores se encontraron con el pasaporte británico de Stephen, comenzaron a rezar y a inclinarse en la arena. “Estaban muy contentos”. Los tres rehenes estaban custodiados por unos 17 yihadistas que portaban kalashnikovs y granadas de mano. Eran encadenados por las noches.</p><p></p><p>En julio del 2012, se publicó en YouTube un video que mostraba a Stephen y Johan. Tenían barbas largas y cada uno sostenía un sobre. “Estoy saludable y me están tratando bien”, dice en el video. Los rehenes hicieron al menos 15 videos, aunque solo unos pocos se distribuyeron al mundo.</p><p></p><p>Stephen tomó la decisión de construir una relación con sus captores. “Decidí que no quería entrar en el Sahara como una persona equilibrada y salir odiando a la gente”.</p><p></p><p>Fue una de las razones por las que decidió convertirse al Islam seis meses después de su cautiverio. Sjaake y Johan también se convirtieron y todos notaron una mejora en la forma en los que los trataban.</p><p></p><p>Stephen continuó negándose a creer las frecuentes afirmaciones de sus captores de que pronto sería liberado.</p><p></p><p>“Te emocionas. Entonces te das cuenta de que algo salió mal y tocas fondo”, dice.</p><p></p><p>Mientras tanto, el padre de Stephen, Malcom, intentaba impulsar las negociaciones sobre la liberación de su hijo. Se encontró con una organización benéfica llamada Gift of the Givers. “Es un proceso largo que lleva tiempo. Los mensajes se transmiten de persona a persona a lo largo de una cadena, no por teléfono o correo electrónico”, dice Sooliman.</p><p></p><p>Stephen regresó a Johannesburgo el 29 de julio de 2017 después de un chequeo médico y una reunión informativa.</p><p></p><p>Cuando estaba a 10 minutos de su casa, le dijeron que su madre había muerto solo dos meses antes. A su padre y esposa solo se les dijo de su liberación una hora antes de que llegara a casa. “Vi a mi padre primero desde el auto. Se me llenaron los ojos de lágrimas. No lo podía creer”, dice Stephen.</p><p></p><p><a href="http://larepublica.pe/sociedad/1141062-cinco-anos-como-rehen-de-al-qaeda">http://larepublica.pe/sociedad/1141062-cinco-anos-como-rehen-de-al-qaeda</a></p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Barbanegra, post: 2322737, member: 10064"] [CENTER][IMG]https://prod.media.larepublica.pe/720x405/larepublica/imagen/2017/11/05/noticia-alqaeda-rehen.png[/IMG] [SIZE=7][B][U]Cinco años como rehén de Al Qaeda [/U][/B][/SIZE][/CENTER] Era una noche clara y fría en el desierto del Sahara y Stephen McGown yacía de espaldas mirando las estrellas. Cubriéndose con una manta rastreaba las constelaciones que aprendió cuando era niño en Sudáfrica. “Estas podrían ser las vacaciones de mi vida”, pensaba, “si no fuera porque soy rehén de Al Qaeda”. Era principios de 2017 y el quinto año de cautiverio para este banquero que vivía en Londres. Cada día, Stephen se levantaba cuando salía el sol para la oración del amanecer, arrodillado en la arena junto a un compañero rehén, Johan, y sus secuestradores yihadistas. A continuación, se servía un desayuno con pan y leche en polvo, y luego los rehenes volvían a dormir o a hacer ejercicio. “Éramos libres de movernos por un área del tamaño de un estadio de fútbol”, recuerda Stephen. “Pero si ibas demasiado lejos, eras reprendido y las caras amistosas se volvían muy serias”.El almuerzo era espagueti o arroz que se servía con carne de cabra, oveja o camello. Por la noche Stephen se esforzaba por socializar con sus captores. “Pensaba en mi familia, si todavía me estaban esperando y si estaban vivos”. [B]Viaje en bicicleta[/B] Cinco años antes, Stephen y su esposa Catherine estaban planeando dejar su apartamento en Putney, en Londres. En 2011, a sus treinta, la pareja había decidido regresar a Sudáfrica, donde habían crecido. Antes, Stephen se subió a su motocicleta para una “última gran aventura” por Europa y África. Salió de Reino Unido el 11 de octubre de 2011 y viajó por Francia y España hasta Gibraltar, donde cruzó a Marruecos. Luego hacia Mauritania antes de dirigirse al este, hacia Mali, el 9 de noviembre. Decidieron unirse a algunos turistas que se dirigían a Timbuctú. Stephen se registró en un hotel de viajeros barato con Sjaake y Tilly Rijke, una pareja holandesa. A ellos se unieron un turista sueco llamado Johan Gustafsson y un viajero alemán de nombre Martin. El 25 de noviembre, en el hotel, Stephen se relajaba en el patio cuando un grupo de hombres entró corriendo por la puerta. “Un hombre tenía una pistola y otro se quedó en la entrada con un Kalashnikov. Pensé que podrían ser policías. El alemán se resistió y luego escuché disparos”, dice Stephen. “Y les dije a quienes estaban conmigo: ‘Creo que mataron a Martin’”. Stephen fue trasladado en un auto por el desierto. “Nos llevaron hacia el norte en un viaje de unas 15 horas”, dice Stephen. Los tres rehenes fueron forzados a acostarse en el auto. “Tengo doble nacionalidad y cuando me di cuenta de que tenía mi pasaporte británico en el bolsillo, se me heló la sangre”, dice Stephen. Stephen, Sjaake y Johan fueron dejados en algún lugar del desierto del Sahara en el norte de Mali. Les dijeron que habían sido secuestrados por la organización militante islámica al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI). “Nos dijeron en muy mal inglés que no nos matarían. Estábamos petrificados”, dice Stephen. Cuando los secuestradores se encontraron con el pasaporte británico de Stephen, comenzaron a rezar y a inclinarse en la arena. “Estaban muy contentos”. Los tres rehenes estaban custodiados por unos 17 yihadistas que portaban kalashnikovs y granadas de mano. Eran encadenados por las noches. En julio del 2012, se publicó en YouTube un video que mostraba a Stephen y Johan. Tenían barbas largas y cada uno sostenía un sobre. “Estoy saludable y me están tratando bien”, dice en el video. Los rehenes hicieron al menos 15 videos, aunque solo unos pocos se distribuyeron al mundo. Stephen tomó la decisión de construir una relación con sus captores. “Decidí que no quería entrar en el Sahara como una persona equilibrada y salir odiando a la gente”. Fue una de las razones por las que decidió convertirse al Islam seis meses después de su cautiverio. Sjaake y Johan también se convirtieron y todos notaron una mejora en la forma en los que los trataban. Stephen continuó negándose a creer las frecuentes afirmaciones de sus captores de que pronto sería liberado. “Te emocionas. Entonces te das cuenta de que algo salió mal y tocas fondo”, dice. Mientras tanto, el padre de Stephen, Malcom, intentaba impulsar las negociaciones sobre la liberación de su hijo. Se encontró con una organización benéfica llamada Gift of the Givers. “Es un proceso largo que lleva tiempo. Los mensajes se transmiten de persona a persona a lo largo de una cadena, no por teléfono o correo electrónico”, dice Sooliman. Stephen regresó a Johannesburgo el 29 de julio de 2017 después de un chequeo médico y una reunión informativa. Cuando estaba a 10 minutos de su casa, le dijeron que su madre había muerto solo dos meses antes. A su padre y esposa solo se les dijo de su liberación una hora antes de que llegara a casa. “Vi a mi padre primero desde el auto. Se me llenaron los ojos de lágrimas. No lo podía creer”, dice Stephen. [URL]http://larepublica.pe/sociedad/1141062-cinco-anos-como-rehen-de-al-qaeda[/URL] [/QUOTE]
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Guerra desarrollada entre Argentina y el Reino Unido en 1982
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