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Mensaje: <blockquote data-quote="Leutnant" data-source="post: 3124349" data-attributes="member: 45">Hola, Cat!Así fué, en el caso de la revolución de las Provincias Unidas, las tropas criollas carecian fuertemente de experiencia militar, especialmente en los cuadros, porque la mayoria de oficiales y suboficiales al momento de estallar la guerra decidieron seguir siendo leales a la Corona y se pasaron a Montevideo, cuando Buenos Aires era un caldero de revolucionarios. La carestía de oficiales superiores veteranos o con experiencia, diría que fué el primer gran obstaculo de la causa independentista y és por esto que se hiso una enorme campaña para ir llenando cargos, atraer a voluntarios, revolucionarios, idealistas, mercenarios, corsos, de todas las latitudes. El ejército de Pueyrredon que construirían las figuras de Belgrano, Güemes, Las Heras, La Madrid, Soler y los más grandes patriotas que haya visto ésta tierra, tenía que armarse e instruirse para la contrarevolución que se les venía encima. Un gran partidario e impulsor de ésta reestructuración militar fué el mismísimo José de San Martín.Y no fueron pocos los que acudieron a la llamada a las armas de las filas americanas. Como bien decís, tanto la 1ª Junta como los directorios pusieron todo el esfuerzo en formar al ejército desde cero, porque no les quedaba otra! Las milicias patrioticas eran insuficientes. Habia que formar granaderos, fusileros, cazadores, húsares, artilleros. Tenian que conseguir todo, desde los hombres hasta las armas y los uniformes. A la artillería habia que hacerla y se necesitaba gente especializada a tal fín, que NO habia. Pistolas, mosquetes, tercerolas, hasta los sables tenian que importarlos, para suplir los de escasa producción propia. Armas de toda Europa llegaron por triangulación clandestina facilitada debajo de la mesa por el Reino Unido y financiada por patricios y afines a la causa alrededor del mundo.Voluntarios llegaron prestos a ayudar, adiestrar y combatir, en todas las funciones imaginables para el movimiento del ejército, a lo largo de más de una década de guerra. Entre los combatientes más notables: el austriaco Eduard Kaunitz von Holmberg -comandante de la artillería de Belgrano-; oficiales alemanes como Julio Albergg, Theodor Schuster, Friedrich Rauch -luego importante figura en la guerra contra los indios-, David Kessler. Francos como Charles Forest, Ambroise Jérome Cramer -Ingeniero militar y veterano de Waterloo, futuro adecán de Belgrano-, Ángel Hubac. Ibéricos como Juan Francisco Díaz, Ángel Monasterio; ingléses e irlandéses como William Miller -que llegó al generalato- y John O´Brien -uno de los ayudantes personales de San Martín-, Young capitán de los Cazadores Extranjeros de Mendoza; otros como el capitán George Orr notable instructor del ejército del Norte muerto en batalla; los estadounidenses Juan Vicente Walder, Thomas Taylor, Thomas Robinson, Jones y Wilson, Benjamín Franklin Seaver, los hermanos griegos Miguel Teodoro y Samuel Pedro Spiro, el maltés Juan Bautista Azopardo. Por nombrar algúnos, de seguro se me escapan varios nombres y tan solo de los más ilustres porque del soldado lláno ha quedado la gloria anónima. Pero lo cierto es que hubo un gran afluente de voluntarios. Algunos de ellos con aportes inestimables como el del célebre William Brown que hasta reunió personalmente a su tripulación de irlandeses, incluido su propio hermano Michael Brown y a su cuñado Walter Daves, para luchar en las primeras naves criollas que jugaron un papel importantísimo en asegurar el Rio de la Plata y luego llevar el combate al resto de America, multiplicando los contratos de corsos como Thomás Taylor que lucharian desde el Caribe por un lado, hasta la mismisima California subiendo por el Pacífico, la hazaña del francés Hippolyte Bouchard, por ejemplo.Aunque también llegaba cada nene de cuidado, que eran más parecidos a los mercenarios de la Wagner o Black Water en su momento, con dudosa trayectoria y aún peor accionar que vinieron lisa y llanamente para cobrar y pirarse como Dauxión Lavaysse, el barón Silvestre Bayern, el lamentable capitán Francis Drouet. A algunos caraduras se los contrataba porque decian ser antiguos oficiales de la Gran Armée de Napoleón y terminaban desertando en medio de la Quiaca. Pero bueno, estos últimos eran los menos en un ejército formado por miles de hombres, criollos y extranjeros que lo dieron todo por la Revolución y desde la nada misma terminarían liberando a los pueblos de América.En fín. Un poco de historia.Saludos!!!P.D: En el libro "Guerra de la Independencia", hay un capítulo muy interesante que habla de éstos voluntarios: "Los soldados de la Independencia", por Guillermo Palombo y Luis Miguel de Igarzábal Clausse. Tambien los capítulos referidos a los vericuetos para conseguir las armas y el tremendo sacrificio que se hiso para lograrlo son excelentes, lo recomiendo.</blockquote>

Verificación: Guerra desarrollada entre Argentina y el Reino Unido en 1982