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Opareación Carlota, Misión Cubana en Angola
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<blockquote data-quote="CALIFFA" data-source="post: 392149" data-attributes="member: 430"><p>(version cubana )La victoria de Angola frente a la invasión extranjera en 1976, la permanencia de las tropas cubanas en este país y la activa colaboración con los zimbabwanos, namibios y sudafricanos repercuten favorablemente en la solución futura de Zimbabwe, más tarde en Namibia y finalmente en Sudáfrica. </p><p></p><p>En un mensaje del Comandante en Jefe al presidente Neto, en febrero de 1977, del que fui portador, expresaba: El imperialismo ha de conocer lo que hace Angola por Zimbabwe; lo que hace Angola por Namibia; lo que hace Angola por África del Sur. En términos concretos, nada menos que entrenando en su territorio a 20 mil combatientes de esos tres países oprimidos por los racistas. </p><p></p><p>Con ello Angola corre un peligro, pero es un peligro que vale la pena correr; es un deber inexcusable de solidaridad e internacionalismo. </p><p></p><p>Esta preparación de los combatientes de los tres pueblos oprimidos por el régimen racista del apartheid y su criatura Ian Smith se mantiene durante toda la década de los años ochenta y constituye una ayuda decisiva a la lucha de los patriotas. En Angola, el gobierno presidido por Neto primero y Dos Santos después, y los de Cuba y de la Unión Soviética, colaboraron estrechamente en el empeño por la liberación de África de la opresión racista. </p><p></p><p>En medio de ese esfuerzo en África Subsahariana en julio de 1977 se inicia la guerra de agresión de Somalia contra Etiopía. El gobierno revolucionario encabezado por Mengistu Haile Marian desarrolla una labor gigantesca por transformar ese país, asolado durante 40 años por la tiranía corrupta y rapaz del emperador Haile Selassie y convertido en una de las naciones más pobres del mundo. </p><p></p><p>Los expansionistas somalos del gobierno de Siad Barre reclaman más de 300 mil kilómetros cuadrados de suelo etíope en la región del Ogadén. Sus fuerzas, mejor armadas por el Sha de Persia, Egipto y otros países árabes reaccionarios y, más adelante, por la OTAN, habían logrado penetrar hasta las inmediaciones de Harar y Dire Dawa, donde los patriotas etíopes ofrecían una resistencia heroica. </p><p></p><p>Etiopía pide ayuda a Cuba en diciembre de 1977 para detener el avance somalo, empujarlo hasta sus fronteras y salvar la integridad territorial del gran país del Cuerno de África. El 22 de enero de 1978 entran en combate, junto a los etíopes, los internacionalistas cubanos. Es el bautismo de fuego de la Operación Protesta de Baraguá. </p><p></p><p>A más de 15 mil kilómetros de nuestra isla, para llegar por avión se necesitaban dos días y por barco tres semanas. Tropas blindadas cubanas junto a la valiente infantería etíope logran conjurar el peligro que se cernía sobre estas dos ciudades y hacer retroceder al enemigo. En 42 días de combates conjuntos y avance incesante las tropas de patriotas e internacionalistas toman el día 5 la ciudad de Jijiga, ocupada por el invasor desde septiembre del año anterior. La victoria sobre el último y principal bastión de los invasores quiebra el apetito expansionista del régimen somalo. Sus tropas se retiran en fuga hacia la frontera. La integridad territorial del país se restableció el 11 de marzo de 1978. Durante varios años un fuerte destacamento de tropas cubanas permanece en Etiopía hasta que el peligro de un nuevo intento somalo deja de existir. </p><p></p><p>En noviembre de 1987 fuerzas sudafricanas y bandas de la UNITA detienen una poderosa columna de las FAPLA que avanza hacia Mavinga, el punto más lejano del sureste angolano y emprenden la persecución de las fuerzas en retirada. En la zona de Cuito Cuanavale, donde se reagrupan las brigadas elite de la FAPLA que integran la columna, se crea una situación peligrosa para estas, pues el enemigo, dotado de gran cantidad de blindados y novedosos cañones G5 y G6 y fuerte aviación de combate, avanza con el propósito de liquidar la agrupación de tropas allí concentradas en posición defensiva. </p><p></p><p>En esta ocasión, los agresores sudafricanos no esconden su identidad como en 1975. Por el contrario, el presidente racista Pieter W. Botha, revista con un grupo de ministros sus tropas en el interior de Angola y le da publicidad a la visita. Tal arrogancia solo puede explicarse por el apoyo de Estados Unidos y la tenencia de seis bombas atómicas, “secreto” que sus aliados norteamericanos no desconocen y que la dirección cubana sospecha. </p><p></p><p>El presidente angolano Dos Santos solicita ayuda a Cuba para conjurar la debacle que puede sufrirse en Cuito Cuanavale. El 15 de noviembre, tras un cuidadoso análisis en reunión presidida por el Comandante en Jefe, se acuerda responder positivamente a la petición angolana. Las fuerzas que integran la línea Mozámedes–Menongue no debían debilitarse por lo que fue necesario el envío de nuevas fuerzas. De inmediato los mejores pilotos de Cuba se sitúan en la base de Menongue para desde allí golpear al enemigo. </p><p></p><p>Después de mes y medio de diario hostigamiento con artillería terrestre y fuego aéreo, el 13 de enero se produce el primer intento de asaltar las posiciones angolanas en Cuito Cuanavale. Logran penetrar pero tienen finalmente que retirarse. </p><p></p><p>Para el segundo intento, igualmente fallido, el 14 de febrero, ya tropas cubanas combaten junto a las FAPLA en Cuito. Nuevamente en los días 19 y 20 de aquel mes son rechazadas las arremetidas de los blindados de Pretoria. El 25, en una nueva tentativa, los tanques enemigos caen en los campos de minas y sufren serias pérdidas. En dos nuevas acometidas, el 1ro y el 23 de marzo resultan derrotados los asaltantes. </p><p></p><p>Las andanadas artilleras de los racistas a cualquier hora del día o de la noche, iniciadas en diciembre, prosiguen durante todo un semestre; pero no hay nuevos intentos de ataques terrestres. Cuito Cuanavale se ha convertido en un bastión inexpugnable y una trampa para el enemigo. </p><p></p><p>Entretanto, el refuerzo cubano sigue llegando y su organización y avance hacia el suroeste tiene en cuenta la posibilidad de un golpe nuclear de un enemigo sin escrúpulos y desesperado, como es el régimen del apartheid. En tiempo récord se construye una pista de aviación en Cahama, que acerca nuestra fuerza aérea de combate a la frontera y posibilita incluso golpear los aeródromos militares del norte de Namibia. </p><p></p><p>Antes de mediados de año habían llegado desde la mayor de las Antillas todos los refuerzos. Se eleva a más de 50 mil la cantidad de combatientes cubanos en Angola. </p><p></p><p>Estrechamente unidos con el grueso de nuestras fuerzas desplegadas en el sur, muchos miles de combatientes de las FAPLA y de la SWAPO forman cohesionadas unidades decididas a expulsar a los indeseables racistas. </p><p></p><p>Ha surgido la posibilidad real de combates en la frontera o más al sur. Namibia deja de ser un refugio seguro para las tropas del apartheid. A principios de mayo con el auspicio de Estados Unidos, que funge como “mediador”, se inician en Londres las negociaciones entre Sudáfrica de un lado y Angola y Cuba del otro. </p><p></p><p>Un segundo encuentro tiene lugar en el Cairo a fines de junio, en el cual se fija otro para la segunda semana de julio en Nueva York. Dos días después de la reunión de Egipto, ante un ataque provocador sudafricano, pasado el mediodía del 27 de junio, en Calueque, poblado angolano ubicado a unos 15 kilómetros de la frontera, nuestros Mig-23 asestan un golpe demoledor contra la guarnición racista del complejo hidroeléctrico. De los 50 sudafricanos apostados allí, la mayoría es aniquilada, probablemente algunos logran escapar y uno queda con vida y ánimo para registrar el hecho en una pared, en idioma afrikáner (existe prueba fotográfica), con la siguiente frase lapidaria: Los Mig-23 nos han partido el corazón. </p><p></p><p>Durante los siguientes seis meses se efectuaron negociaciones en diversas ciudades del mundo (Nueva York, Ginebra, Brazzaville) en medio de un alto al fuego, en que los sudafricanos pretendían ganar tiempo para efectuar sus elecciones municipales y regatear acerca de los términos del calendario de retirada de las tropas cubanas, toda vez que los plazos perentorios de salida de Namibia de las tropas de ocupación de Pretoria estaban determinados con precisión en la Resolución 475/78 de la ONU para la independencia de esta nación de África suroccidental. </p><p></p><p>El 22 de diciembre de 1988 se firman en la ONU los Acuerdos para la Paz en el suroeste de África. Tuve el honor de presidir la delegación cubana que participó de ese momento histórico en Nueva York, como antes lo había hecho en los encuentros iniciales de Londres y el Cairo. El 21 de marzo de 1990 el proceso de descolonización de Namibia culmina con el triunfo de la SWAPO en las elecciones y el ascenso de San Nujoma como jefe del Estado naciente. </p><p></p><p>Nuestra delegación vibró de emoción junto a todo el pueblo de Namibia cuando en Windhoek descendió del mástil la bandera del apartheid y se elevó soberana la enseña nacional de Namibia. Y otra emoción no menos intensa vivimos aquel día, el abrazo de Nelson Mandela, libre ya para siempre y al frente de la lucha de su pueblo victorioso. </p><p></p><p>Con 36 días de antelación a la fecha fijada en los Acuerdos de la ONU, el 25 de mayo de 1991 llegan a La Habana en cinco aviones los últimos cientos de combatientes internacionalistas que quedaban en Angola. </p><p></p><p>Termina exitosa la epopeya militar de Cuba en África negra, iniciada por el Che el 14 de abril de 1965. Se había extendido durante 26 años, protagonizada por 380 mil combatientes y 70 mil colaboradores civiles, 450 mil hombres y mujeres de nuestro pequeño país. Dos mil de ellos ofrendaron generosamente sus vidas por la causa de la libertad y el progreso de África. ( Continuara ) </p><p></p><p>* El autor es miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y del Consejo Asesor de la revista Tricontinental.</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="CALIFFA, post: 392149, member: 430"] (version cubana )La victoria de Angola frente a la invasión extranjera en 1976, la permanencia de las tropas cubanas en este país y la activa colaboración con los zimbabwanos, namibios y sudafricanos repercuten favorablemente en la solución futura de Zimbabwe, más tarde en Namibia y finalmente en Sudáfrica. En un mensaje del Comandante en Jefe al presidente Neto, en febrero de 1977, del que fui portador, expresaba: El imperialismo ha de conocer lo que hace Angola por Zimbabwe; lo que hace Angola por Namibia; lo que hace Angola por África del Sur. En términos concretos, nada menos que entrenando en su territorio a 20 mil combatientes de esos tres países oprimidos por los racistas. Con ello Angola corre un peligro, pero es un peligro que vale la pena correr; es un deber inexcusable de solidaridad e internacionalismo. Esta preparación de los combatientes de los tres pueblos oprimidos por el régimen racista del apartheid y su criatura Ian Smith se mantiene durante toda la década de los años ochenta y constituye una ayuda decisiva a la lucha de los patriotas. En Angola, el gobierno presidido por Neto primero y Dos Santos después, y los de Cuba y de la Unión Soviética, colaboraron estrechamente en el empeño por la liberación de África de la opresión racista. En medio de ese esfuerzo en África Subsahariana en julio de 1977 se inicia la guerra de agresión de Somalia contra Etiopía. El gobierno revolucionario encabezado por Mengistu Haile Marian desarrolla una labor gigantesca por transformar ese país, asolado durante 40 años por la tiranía corrupta y rapaz del emperador Haile Selassie y convertido en una de las naciones más pobres del mundo. Los expansionistas somalos del gobierno de Siad Barre reclaman más de 300 mil kilómetros cuadrados de suelo etíope en la región del Ogadén. Sus fuerzas, mejor armadas por el Sha de Persia, Egipto y otros países árabes reaccionarios y, más adelante, por la OTAN, habían logrado penetrar hasta las inmediaciones de Harar y Dire Dawa, donde los patriotas etíopes ofrecían una resistencia heroica. Etiopía pide ayuda a Cuba en diciembre de 1977 para detener el avance somalo, empujarlo hasta sus fronteras y salvar la integridad territorial del gran país del Cuerno de África. El 22 de enero de 1978 entran en combate, junto a los etíopes, los internacionalistas cubanos. Es el bautismo de fuego de la Operación Protesta de Baraguá. A más de 15 mil kilómetros de nuestra isla, para llegar por avión se necesitaban dos días y por barco tres semanas. Tropas blindadas cubanas junto a la valiente infantería etíope logran conjurar el peligro que se cernía sobre estas dos ciudades y hacer retroceder al enemigo. En 42 días de combates conjuntos y avance incesante las tropas de patriotas e internacionalistas toman el día 5 la ciudad de Jijiga, ocupada por el invasor desde septiembre del año anterior. La victoria sobre el último y principal bastión de los invasores quiebra el apetito expansionista del régimen somalo. Sus tropas se retiran en fuga hacia la frontera. La integridad territorial del país se restableció el 11 de marzo de 1978. Durante varios años un fuerte destacamento de tropas cubanas permanece en Etiopía hasta que el peligro de un nuevo intento somalo deja de existir. En noviembre de 1987 fuerzas sudafricanas y bandas de la UNITA detienen una poderosa columna de las FAPLA que avanza hacia Mavinga, el punto más lejano del sureste angolano y emprenden la persecución de las fuerzas en retirada. En la zona de Cuito Cuanavale, donde se reagrupan las brigadas elite de la FAPLA que integran la columna, se crea una situación peligrosa para estas, pues el enemigo, dotado de gran cantidad de blindados y novedosos cañones G5 y G6 y fuerte aviación de combate, avanza con el propósito de liquidar la agrupación de tropas allí concentradas en posición defensiva. En esta ocasión, los agresores sudafricanos no esconden su identidad como en 1975. Por el contrario, el presidente racista Pieter W. Botha, revista con un grupo de ministros sus tropas en el interior de Angola y le da publicidad a la visita. Tal arrogancia solo puede explicarse por el apoyo de Estados Unidos y la tenencia de seis bombas atómicas, “secreto” que sus aliados norteamericanos no desconocen y que la dirección cubana sospecha. El presidente angolano Dos Santos solicita ayuda a Cuba para conjurar la debacle que puede sufrirse en Cuito Cuanavale. El 15 de noviembre, tras un cuidadoso análisis en reunión presidida por el Comandante en Jefe, se acuerda responder positivamente a la petición angolana. Las fuerzas que integran la línea Mozámedes–Menongue no debían debilitarse por lo que fue necesario el envío de nuevas fuerzas. De inmediato los mejores pilotos de Cuba se sitúan en la base de Menongue para desde allí golpear al enemigo. Después de mes y medio de diario hostigamiento con artillería terrestre y fuego aéreo, el 13 de enero se produce el primer intento de asaltar las posiciones angolanas en Cuito Cuanavale. Logran penetrar pero tienen finalmente que retirarse. Para el segundo intento, igualmente fallido, el 14 de febrero, ya tropas cubanas combaten junto a las FAPLA en Cuito. Nuevamente en los días 19 y 20 de aquel mes son rechazadas las arremetidas de los blindados de Pretoria. El 25, en una nueva tentativa, los tanques enemigos caen en los campos de minas y sufren serias pérdidas. En dos nuevas acometidas, el 1ro y el 23 de marzo resultan derrotados los asaltantes. Las andanadas artilleras de los racistas a cualquier hora del día o de la noche, iniciadas en diciembre, prosiguen durante todo un semestre; pero no hay nuevos intentos de ataques terrestres. Cuito Cuanavale se ha convertido en un bastión inexpugnable y una trampa para el enemigo. Entretanto, el refuerzo cubano sigue llegando y su organización y avance hacia el suroeste tiene en cuenta la posibilidad de un golpe nuclear de un enemigo sin escrúpulos y desesperado, como es el régimen del apartheid. En tiempo récord se construye una pista de aviación en Cahama, que acerca nuestra fuerza aérea de combate a la frontera y posibilita incluso golpear los aeródromos militares del norte de Namibia. Antes de mediados de año habían llegado desde la mayor de las Antillas todos los refuerzos. Se eleva a más de 50 mil la cantidad de combatientes cubanos en Angola. Estrechamente unidos con el grueso de nuestras fuerzas desplegadas en el sur, muchos miles de combatientes de las FAPLA y de la SWAPO forman cohesionadas unidades decididas a expulsar a los indeseables racistas. Ha surgido la posibilidad real de combates en la frontera o más al sur. Namibia deja de ser un refugio seguro para las tropas del apartheid. A principios de mayo con el auspicio de Estados Unidos, que funge como “mediador”, se inician en Londres las negociaciones entre Sudáfrica de un lado y Angola y Cuba del otro. Un segundo encuentro tiene lugar en el Cairo a fines de junio, en el cual se fija otro para la segunda semana de julio en Nueva York. Dos días después de la reunión de Egipto, ante un ataque provocador sudafricano, pasado el mediodía del 27 de junio, en Calueque, poblado angolano ubicado a unos 15 kilómetros de la frontera, nuestros Mig-23 asestan un golpe demoledor contra la guarnición racista del complejo hidroeléctrico. De los 50 sudafricanos apostados allí, la mayoría es aniquilada, probablemente algunos logran escapar y uno queda con vida y ánimo para registrar el hecho en una pared, en idioma afrikáner (existe prueba fotográfica), con la siguiente frase lapidaria: Los Mig-23 nos han partido el corazón. Durante los siguientes seis meses se efectuaron negociaciones en diversas ciudades del mundo (Nueva York, Ginebra, Brazzaville) en medio de un alto al fuego, en que los sudafricanos pretendían ganar tiempo para efectuar sus elecciones municipales y regatear acerca de los términos del calendario de retirada de las tropas cubanas, toda vez que los plazos perentorios de salida de Namibia de las tropas de ocupación de Pretoria estaban determinados con precisión en la Resolución 475/78 de la ONU para la independencia de esta nación de África suroccidental. El 22 de diciembre de 1988 se firman en la ONU los Acuerdos para la Paz en el suroeste de África. Tuve el honor de presidir la delegación cubana que participó de ese momento histórico en Nueva York, como antes lo había hecho en los encuentros iniciales de Londres y el Cairo. El 21 de marzo de 1990 el proceso de descolonización de Namibia culmina con el triunfo de la SWAPO en las elecciones y el ascenso de San Nujoma como jefe del Estado naciente. Nuestra delegación vibró de emoción junto a todo el pueblo de Namibia cuando en Windhoek descendió del mástil la bandera del apartheid y se elevó soberana la enseña nacional de Namibia. Y otra emoción no menos intensa vivimos aquel día, el abrazo de Nelson Mandela, libre ya para siempre y al frente de la lucha de su pueblo victorioso. Con 36 días de antelación a la fecha fijada en los Acuerdos de la ONU, el 25 de mayo de 1991 llegan a La Habana en cinco aviones los últimos cientos de combatientes internacionalistas que quedaban en Angola. Termina exitosa la epopeya militar de Cuba en África negra, iniciada por el Che el 14 de abril de 1965. Se había extendido durante 26 años, protagonizada por 380 mil combatientes y 70 mil colaboradores civiles, 450 mil hombres y mujeres de nuestro pequeño país. Dos mil de ellos ofrendaron generosamente sus vidas por la causa de la libertad y el progreso de África. ( Continuara ) * El autor es miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y del Consejo Asesor de la revista Tricontinental. [/QUOTE]
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