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Malvinas 1982
Operaciones Militares en Malvinas antes de 1982
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<blockquote data-quote="bagre" data-source="post: 952264" data-attributes="member: 2431"><p>de la pagina de internet histarmar por carlos may y jorge chihigaren</p><p></p><p></p><p>“Tengo amistad con el CN (RE) Jorge Chihigaren, con quien por pertenecer él al Instituto Nacional Browniano y yo a ATNA, compartimos frecuentemente suculentas conversaciones sobre los temas históricos que nos apasionan.</p><p></p><p>Cierta vez estando reunidos en el INB, observé una bandera que me llamó la atención y le pregunté a Jorge de qué se trataba, pensando que tendría algo que ver con la historia de Brown, pero me respondió que era la bandera que él rescató de la Antártida luego de un episodio por demás singular. </p><p></p><p>Al comentárselo a Charlie Mey de Histarmar, me envió el artículo que transcribo a continuación y que le envié a Jorge Chihigaren.</p><p></p><p>Tanto el artículo como las respuestas de mi querido amigo son de un valor histórico testimonial que considero deberían ser atesorados en los archivos de Histarmar.</p><p>fuente: cn r jorge chihigarem y carlos may de histarmar</p><p>Van entonces los textos. </p><p></p><p>Carlos Biscioni”</p><p></p><p>Churchill envió una fragata para repeler la "invasión" de las Malvinas por dos soldados Argentinos en 1953.</p><p></p><p>Por Cahal Milmo - © 2003 Independent Digital (UK) Ltd - 03 Enero 2004</p><p></p><p>Para Winston Churchill era una ruptura de la soberanía británica que valía una respuesta muscular - el envío de una fuerza de tareas para reclamar una pequeña isla rocosa en el Atlántico Sur invadida por una determinada fuerza de Argentinos. </p><p></p><p>El Foreign Office (Ministerio de Relaciones Exteriores Británico) ya había enviado un telegrama al gobierno de Buenos Aires quejándose de una "incursión armada en las aguas y territorios Británicos" e informando que la presencia de buques y tropas navales eran un acto de agresión indefendible. </p><p></p><p>Pero mientras un destacamento especial de 32 Royal Marines tomaba la costa por asalto para reclamar la isla Decepción, poco después del mediodía del 15 de Febrero de 1953 - unos 30 años antes de que hicieran lo mismo en Malvinas - encontraron que las feroces fuerzas ocupantes consistían en dos suboficiales de marina que estaban contentos de ser enviados de vuelta a casa. </p><p></p><p>Documentos dados a conocer recientemente en los Archivos Nacionales Británicos muestran que durante su segundo período como Primer Ministro, Churchill estaba tan preocupado de que Argentina tuviera intenciones militaristas en las Malvinas y otros territorios "Británicos" en el Atlántico Sur que envió una fragata de la Royal Navy, HMS Snipe, desde Portsmouth. En una nota personal a los jefes de Defensa, Churchill dijo: "Ciertamente una fragata debe ser mantenida en las cercanías de las islas Malvinas... No me había dado cuenta de que vuestros recursos estaban tan constreñidos que aun una Compañía improvisada no pueda ser enviada a Puerto Argentino". </p><p></p><p>Cuando se supo un poco más tarde, en Febrero de 1953 que un aviso Argentino, el ARA Chiriguano, había establecido una cabaña, una tienda de campaña y una bandera en la isla Decepción, parte de las islas Shetland del Sur, a unos 400 yardas de la base británica, era el momento de la acción. </p><p></p><p>Un informe de la contraofensiva, dirigida por Marines armados con ametralladoras Sten, rifles y gas lacrimógeno, decía: "Sargento y Cabo naval Argentinos los únicos ocupantes de la cabaña, no ofrecieron resistencia, fueron revisados por armas". </p><p></p><p>Añadía: "Los dos hombres detenidos están descriptos como resignados y posiblemente contentos de dejar la isla". Ansiosos por no poner su "contra-invasión" como un acto de guerra, los soldados británicos fueron acompañados por el jefe de policía de las islas Malvinas. Los argentinos fueron arrestados y deportados y su cabaña desmantelada por las tropas británicas, junto con un campamento rival dejado por los chilenos.</p><p></p><p></p><p>--------------------------------------------------------------------------------</p><p></p><p>“ Estimado Carlos Biscioni. Le acabo de enviar un mail (en criollo correo electrónico, ojo no soy xenófobo) con comentarios sobre el artículo ingles que me involucra y allí incluyo una sugerencia a su consideración.</p><p>Como le digo en el primer mensaje, por favor haga las modificaciones en formato, sintaxis y toda otra alteración que crea conveniente.”</p><p></p><p></p><p>--------------------------------------------------------------------------------</p><p></p><p>15-05-08</p><p>Es el episodio que ocurrió. Usted ve hay mucha coincidencia con lo que le relato y hay muchísima exageración y errores por ejemplo:</p><p></p><p>- Puede ser y es muy probable que la fragata, que era la Bigbury Bay y no la Snipe que era un Aviso que solía aparecer por la zona como buque de logístico. De cualquier manera confirma la presencia en el área en previsión a lo que acaeció. Es probable que haya zarpado desde Portstmouth y pasado por Malvinas y embarcar al Magistrate, lo que explica el más de un mes de demora en aparecer por allí desde que tuvieran conocimiento de mi "invasión".</p><p></p><p>-"Feroces fuerzas de invasión" Éramos tres Siddahrtas, sin armas y un científico (pseudo).</p><p>-</p><p>-"Éramos todos voluntarios: "¿Deseosos de vuelta a casa"?</p><p></p><p>"tomaron por asalto" Si. Tres tipos sin armas seríamos bárbaros para asaltar el Banco Nación en Plaza de Mayo ¡Éramos Feroces!</p><p></p><p>El 15 de Marzo, puede de ser correcto. Yo salí el 13 y regresé el 15 o el 16 a medio día</p><p>.</p><p>- "Jefe de policía" Los suboficiales me contaron que era un policeman. Si hubiera sido e Jefe tendría alguna insignia y el típico casco.</p><p></p><p>De cualquier manera se trata de ese incidente, contado por los ingleses.</p><p></p><p>Me gustaría saber donde se publicó y en qué fecha. Puede tratarse de un dato resucitado después de la Guerra de Malvinas</p><p></p><p>En caso de publicar mi relato, podría considerarse como una entrevista para conocer la verdad de lo ocurrido. </p><p></p><p>Le agradezco mucho me lo haya enviado y cuando quiera hacemos la entrevista que me pidió para hablar sobre el tema. </p><p></p><p>Un abrazo. </p><p></p><p>Jorge Chihigaren</p><p></p><p>ENTREVISTA CAPITÁN CHIHIGAREN</p><p></p><p>JCh: - Bueno, cuando quiera, empezamos, yo le voy a contar toda la historia, aunque, por ejemplo, el origen de todo esto no lo puedo decir. </p><p></p><p>CB: - Yo lo transcribo; usted, después lo lee y me dice: “Esto se puede dar a conocer y esto, no”. </p><p></p><p>Entrevistado: Correcto, comencemos. </p><p></p><p>INTRODUCCION: </p><p></p><p>Este es el relato de un episodio ocurrido en la Antártida en Febrero de 1953 relacionado con la soberanía nacional en el área, en el cual me tocó participar. La vivencia en el escenario de lo ocurrido y la información que al respecto obtuve posteriormente, de fuentes que intervinieron en el proceso y de personas que en él participaron. Si bien es una pequeña historia, que no tuvo trascendencia pública, es útil conocerla como contribución al conocimiento de las capacidades para el desarrollo de actitudes que han asumido los oponentes y los participantes en el episodio y en la toma de decisiones que, de alguna, forma, podrían reiterase.</p><p></p><p>Agradezco a Carlos Biscioni la deferencia que tiene para conmigo al convocarme para escuchar este relato</p><p></p><p>RELATO: </p><p></p><p>JCh: - En 1952 era Teniente de Fragata con destino en la Base de Submarinos de Mar del Plata integrando la Plana Mayor de la Escuela Antisubmarina, que recién se inauguraba. Fue un año muy feliz, desde el punto de vista profesional porque tenía la oportunidad de embarcar asiduamente en submarinos, en la corbeta escuela A/S ARA República y en casi todos los buques tipo Destructores y Fragatas de la Flota de Mar y volar en hidroaviones Martin Mariner en tareas de instrucción y adiestramiento en táctica A/S, en el manejo y empleo de sistemas y armas específicas en esa, por entonces, novel especialidad en nuestra marina. También era muy placentero residir en esa hermosa ciudad. Pero se me ocurrió leer una novela de Herman Hesse: Siddhartha. </p><p></p><p>CB: - ¡No me diga! Yo soy fanático: tengo toda la obra completa de Herman Hesse. </p><p></p><p>JCh: - Usted recordará, era un príncipe de la India que quiso ver qué pasaba en la vida común y se convirtió en un asceta, un ermitaño. Y llegó a convivir compenetrado con la naturaleza al punto de entender el lenguaje del río próximo a su choza. Conversaba, filosofaba, con él que era, en su soledad, su gran amigo y compañero.</p><p></p><p>El argumento, en esta parte del libro, me causó un gran efecto al relacionarlo con la vocación del marino por su carrera elegida que lo hace comprender al mar, interpretar su lenguaje, y a pasar largas jornadas y meses, e relativa soledad respecto a sus ligazones terrestres. Pensaba que el mar exige que lo comprendan, que sepan interpretar su poema, la magia de sus señales, su placidez en la bonanza y su furia en su enojo. A no temerle pero si respetarlo, y mucho. Tal como le ocurría al personaje citado con entorno en que vivía,</p><p></p><p>Ya había estado en la Antártida como Guardiamarina, a principios del ’48, embarcado en un destructor, el A.R.A. Misiones. Entonces en 1952, a pesar de estar en un destino tan atractivo tanto ‘profesionalmente como por el lugar privilegiado como lo es Mar del Plata, sentí el efecto del magnetismo antártico: habiendo estado allí una primera vez, se siente el impulso de volver. Además, era aún una época romántica para estas incursiones, porque tenía en ese entonces mucho de aventura.: Valga citar, como un dato ilustrativo, que las cartas de navegación eran muy precarias. Incluso, aun gran parte de lo que después se llamó “Mar de la Flota, que era el área más transitada, no estaba del todo sondada; de modo que no se conocía bien lo que había bajo la superficie. Este ejemplo denota que aun en esa época había algo de aventura ¿no? Y mucho por explorar. Por supuesto en nada comparable a la aventura real y hasta temeraria, como sí lo fueron la de los exploradores del siglo XVIII, o la argentina de 1903 cuando nuestro país se hizo cargo del observatorio de las Islas Orcadas cedidas por el explorador y científico escocés señor Bruce, la actividad del Comandante Luis Piedra Buena, las expediciones de salvamento y rescate de la Corbeta A.R.A. Uruguay, ,las expediciones terrestres y aéreas argentinas que llegaron al mismísimo polo geográfico Sur, etc.</p><p></p><p>Mi idea no era ir a quedarme un año allí; era navegar y explorar los mares del área y sentir la emoción de la aventura náutica.; Solicité ‘participar en la Campaña Antártica 1952-53 y fui designado a la Fuerza Naval Antártica, integrando un reducido grupo de unos seis oficiales y doce suboficiales que teníamos la tarea de establecer y ocupar refugios temporarios en tierra en los lugares que seleccionaría el Comandante de dicha Fuerza de Tareas, que era el entonces Capitán de Navío D. Rodolfo N. Panzarini, Dr. en oceanografía y meteorología y experto en asuntos antárticos, para afirmar soberanía en el sector antártico argentino.</p><p></p><p>Para esa tarea, habíamos hecho un curso en el Museo de Historia Natural Bernardino Rivadavia. Incluso hice un cursillo de taxidermia pues tenía la idea de embalsamar un pingüino; casi lo logro...</p><p></p><p>Me tocó embarcar en el A.R.A. Bahía Buen Suceso nave insignia de la Fuerza de Tareas. Zarpamos poco después de Navidad y ascendí a Teniente de Navío en plena campaña; el 31 de diciembre del 53.</p><p></p><p>A principios de Enero fondeados en la Bahía Media Luna, donde se estaba construyendo el destacamento A.R.A. Teniente Cámara y en plena operación logística de abastecimiento y habilitación del mismo, estando de guardia en el puente, dirigiendo las maniobras de las lanchas, las maniobras del aprovisionamiento etc. me hace llamar el comandante de la Fuerza de Tareas quien me dijo, más o menos, lo siguiente: Lo he designado a usted para lo siguiente: Va a embarcar en el Bahía Aguirre con dos suboficiales que están en su grupo de refugios y se va a trasladar a con todo su equipo para ocupar un refugio en tierra: El Comandante de ese buque le dará instrucciones sobre la misión a cumplir” Se trataba de instalar un refugio en la Isla Decepción en caleta Balleneros anticipándonos a que llegara la presencia en el lugar de algún grupo de otro país.</p><p></p><p>En caleta Balleneros, que se encuentra hacia el oeste de la entrada a la gran bahía o mejor dicho al que podríamos casi llamar un mar interior, que en realidad fue el cráter de un volcán que en alguna época geológica y tal vez a causa de un sismo, se había desprendido una parte la pared sur lo que ocasionó la invasión del mar formando ese mar interior. Sin embargo continúa aun la acción volcánica, de modo tal que en el extremo norte de ese espacio se producen erupciones del tipo de solfaratas que, como curiosidad, le comento que calientan el agua de un pequeño lago cercano a la costa donde hay siempre agua caliente.</p><p></p><p>CB: ¿No están allí los Fuelles de Neptuno? </p><p></p><p>JCh: Los Fuelles de Neptuno son la parte sur de la pared del cráter y tienen una altura variable de unos quinientos metros. Tienen una hendidura de unos cuarenta metros en forma de U de unos cincuenta metros de ancho, a la que denomina como la Ventana de Neptuno. Se les dio ese nombre porque de allí vienen los vientos predominantes en la zona. La entrada a ese mar interior, es precisamente la parte del sector de los Fuelles de Neptuno que sufrieron el desprendimiento que dio paso a las aguas que invadieron el cráter. </p><p></p><p>Esta brecha forma un pasaje bastante ancho pero la parte navegable en sí es relativamente angosta. Cuando uno entra con el buque, da la impresión de que se va a chocar contra la pared; da la impresión de que está pasando muy cerca. Y la prueba es que se acostumbra a arrojar papas las que no llegan a destino; uno cree le va a pegar a la pared de los Fuelles que cae verticalmente y no llega, porque está mucho más lejos de lo que se percibe; la entrada a ese mar interior constituye un espectáculo impresionante.</p><p></p><p>En la época de este relato, cercano a la costa noroeste de ese mar interior se encontraba, y aun está, el Destacamento Naval Argentino que lleva en nombre de la isla. Y en caleta Balleneros (*) ubicada en el sector sureste de la isla en cuya costa sur están las laderas los mencionados Fuelles - una base británica. No existía ninguna otra ocupación permanente ni temporaria en toda la isla. </p><p></p><p></p><p>--------------------------------------------------------------------------------</p><p></p><p>(* ) Conviene recordar que la caleta Balleneros había sido utilizada, antes de la II Guerra Mundial, por una factoría noruega de procesamiento de las ballenas, abundantes en la zona, la que contaba con grandes tanque donde se almacenaba el aceite de los cetáceos, el que era trasladado a Noruega por buques tanques de esa nacionalidad para su ulterior comercialización. </p><p></p><p>Al caer Noruega bajo el dominio alemán las instalaciones fueron ocupadas por Alemania, y fue utilizada por ellos como base logística de su flota, sobre todo por los cruceros asignados a la concepción moderna de “guerra de corso” (misión que tenía el crucero Graf Spee) y para submarinos, sobre todo para reabastecimiento de combustible que se almacenaba en los mencionados tanques. </p><p></p><p>Durante la guerra, anoticiados los británicos de la existencia de esa base, enviaron una División de Cruceros que los inutilizaron. </p><p></p><p></p><p>--------------------------------------------------------------------------------</p><p></p><p>Para 1953 las instalaciones, es decir la casa que probablemente haya sido el alojamiento de los noruegos, u otra nueva, estaba ocupada por el personal de la base británica. A unos 500 metros existe aun el cementerio donde yacen los restos de personal de la factoría y marinos, entre ellos el famoso explorador Capitán Larsen.</p><p></p><p>Caleta Balleneros era el único lugar conocido, hasta esa fecha, que podía utilizarse para aterrizaje de aviones livianos, utilizando “alfombra metálica” desplegable sobre el suelo que es de lava, en el espacio llano entre la falda de la montaña y la costa, Había noticias que en alguna oportunidad fue así utilizada por avionetas livianas británicas para aero exploración.</p><p></p><p>Es oportuno menciona brevemente, a esta altura del relato, la situación antártica del momento: No estaba aun, ni en proyecto, el tratado Antártico que rige desde 1959. Varios países tenían, y tienen, pretensión de soberanía en distintas o mismas áreas del continente basándose en las exploraciones, descubrimientos, continuidad geológica, cercanías de territorio etc. Nuestro país cuenta con derechos sólidos e indiscutibles sobre soberanía en el sector y es el único que ha mantenido y continúa manteniendo una ocupación permanente en el área. Desde 1903 sin solución de continuidad en Islas Orcadas que mencioné al principio. En el área norte del continente antártico- espacio que abarca la Península Antártica, (Península San Martín) - la Argentina asienta su soberanía en un sector triangular con vértice en el polo sur entre los meridianos 25º y 74º W. Chile reclama un sector vecino entre los meridianos 53º y 90ª W el cual, como se ve, parte del Este se superpone en con parte el sector Oeste del nuestro en un sector de 31º. Gran Bretaña se asigna para sí un amplio triángulo entre los meridianos 20ª y 80ª W lo que significa que abarca, dentro de él, ambos sectores el argentino y el chileno.</p><p></p><p>En la época del relato no regía el Tratado Antártico, como queda dicho, pero si había un entendimiento de cooperación mutua ente nuestro país y Chile.</p><p></p><p>Volviendo al tema del relato: a las instrucciones recibidas debo agregar, como comentario accesorio, que fui informado que cerca de la base británica habían preparado un espacio que servía como cancha de fútbol: allí, donde se para el centro forward, era el lugar apropiado para la instalación de nuestra casilla, según instrucciones recibidas.</p><p></p><p>Le sugerí al Comandante de la FT que tratándose de una ocupación de la naturaleza descripta, convendría demostrar que no se trataba de una operación militar sino de un acto de relevamiento topográfico, o de algo similar. Que se trataba de una exploración de tipo de estudio geológico para lo cual podríamos agregar algún especialista en geología o topografía que se encontraba embarcado integrando el plantel científico del Servicio de Hidrografía Naval o del Instituto Antártico Argentino. Propuesta que fue aceptada.</p><p></p><p>También me dijo que al finalizar la campaña, a fines de Abril, un buque de la FT pasaría para embarcarnos de regreso. Aclaró que eso se haría si no se encontraba el agua congelada formando un pack que impidiera la navegación. Esta advertencia fue para mí, lógicamente, muy ‘preocupante”, como mencionaré más adelante. Varios años después siendo Segundo Comandante del A.R.A. Bahía Aguirre comprobé que esta congelación puede ocurrir mucho antes que la fecha mencionada.</p><p></p><p>ARA BAHIA AGUIRRE</p><p></p><p>Los cabos primeros de mar Acosta y Jiménez, el geólogo y yo trasbordamos al buque mencionado, el trasporte el ARA Bahía Aguirre y zarpamos hacia la Isla Decepción. No pudimos entrar “en” (digo bien “en” y no “a” porque se trata del “mar interior” o bahía. en realidad no sé como denominarlo) la Isla a causa de un témpano que, aunque chico, impedía el acceso. Se envió un equipo de especialistas, para hacerlo volar con carga explosiva. No hubo caso. Entonces, volvimos a Bahía Media Luna y nos transfirieron al Aviso ARA Chiriguano que, como era mucho más chico, podía maniobrar adecuadamente para sortear el impedimento. Entramos y casi enseguida con caída a estribor de 90 grados arribamos al fondeadero de Caleta Balleneros.</p><p></p><p>Desembarcamos con nuestros enseres y equipos. La tripulación del buque desembarcó la carga necesaria para la construcción de la casilla en que íbamos a habitar, Mientras el grupo de construcciones preparaba el terreno y comenzaba construirla, armamos la carpa que utilizaríamos mientras tanto. La carpa era de las empleadas en las campañas hidrográficas para el personal dedicado a los trabajos topográficos, para la posterior confección de cartas o cuarterones de navegación: Paño doble impermeabilizado, con piso de madera. El equipo de construcciones iba a edificar una casilla de, más o menos, 4 metros por 4, que fue nuestro alojamiento, montada sobre cuatro pilares de unos 60 cm., que abarcaba un pequeño espacio para cocina y otro para baño (sin ducha) y, a la vez, aojamiento de un radio trasmisor y un generador para proveer energía para el mismo y luz eléctrica para la parte habitable. Cerca de la playa se estibó parte de la carga necesaria para utilizar mientras duraba la construcción, es decir algunos víveres, cuatro catres, farolas y combustible. Y lo más importante: el pabellón nacional. La dificultad que tuvimos fue encontrar algo que sirviera como mástil, ya que el pabellón era del tamaño utilizado por buque grandes los días patrios y ceremonias (denominado en la ARA “de primer tamaño”) Resultaba casi tan grande como el tamaño de la casilla. Probamos una costilla de ballena de las tantas que se encontraban en la costa, restos de la antigua factoría noruega, pero no resultó apta por su curvatura. Al fin el grupo de construcciones utilizó un trozo de madera para transformarlo en lo que necesitábamos, Cuando estuvo listo el improvisado mástil, en una breve ceremonia con todo el personal presente, instalamos el pabellón nacional. (Digo instalamos, y no izado, porque estaba clavado al mástil – en la Antártida el pabellón permanece izado las 24 horas). De inmediato y en previsión a que se levantara mal tiempo, lo que es frecuente allí, almacenamos en la carpa elementos esenciales para la subsistencia. Por suerte, alcanzamos a llevar desde la playa, a unos 60 metros, dos de esas estufas que había antes, que se bombeaban, a kerosén tipo “Volcán”, un tambor de combustible; un cajón con queso y otro cajón con galleta marinera y los 4 catres con su correspondiente ropa de cama pues, efectivamente, se desató un fuerte temporal.</p><p></p><p>Poco antes del mal tiempo aparece el jefe de la base inglesa que era un ex piloto de la Fuerza Aérea Australiana, ya civil, que había participado en la II Guerra. Vino a presentarme la queja verbal por nuestro desembarco en “Tierra de su Majestad británica” Previamente había entregado una nota de protesta. (Y recibido la nota argentina) al comandante del Aviso; Yo tenía que demostrarle a los ingleses que no era por ellos que estábamos allí, pero no les podía decir el porqué. Opté por decirle, únicamente, que estaba en territorio argentino y que sería bienvenido a nuestra casilla cuando estuviera lista.´ El australiano se retiró sin hacer ningún otro comentario. Me di cuenta que le molestaba nuestra instalación allí, donde ya hacía mucho tiempo que estaban solos, más que el problema de la soberanía.</p><p></p><p>Pasado el temporal regresa el A.R.A. Chiriguano y desembarca el grupo de construcciones. Finaliza su trabajo y se completa el desembarco de la carga.</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="bagre, post: 952264, member: 2431"] de la pagina de internet histarmar por carlos may y jorge chihigaren “Tengo amistad con el CN (RE) Jorge Chihigaren, con quien por pertenecer él al Instituto Nacional Browniano y yo a ATNA, compartimos frecuentemente suculentas conversaciones sobre los temas históricos que nos apasionan. Cierta vez estando reunidos en el INB, observé una bandera que me llamó la atención y le pregunté a Jorge de qué se trataba, pensando que tendría algo que ver con la historia de Brown, pero me respondió que era la bandera que él rescató de la Antártida luego de un episodio por demás singular. Al comentárselo a Charlie Mey de Histarmar, me envió el artículo que transcribo a continuación y que le envié a Jorge Chihigaren. Tanto el artículo como las respuestas de mi querido amigo son de un valor histórico testimonial que considero deberían ser atesorados en los archivos de Histarmar. fuente: cn r jorge chihigarem y carlos may de histarmar Van entonces los textos. Carlos Biscioni” Churchill envió una fragata para repeler la "invasión" de las Malvinas por dos soldados Argentinos en 1953. Por Cahal Milmo - © 2003 Independent Digital (UK) Ltd - 03 Enero 2004 Para Winston Churchill era una ruptura de la soberanía británica que valía una respuesta muscular - el envío de una fuerza de tareas para reclamar una pequeña isla rocosa en el Atlántico Sur invadida por una determinada fuerza de Argentinos. El Foreign Office (Ministerio de Relaciones Exteriores Británico) ya había enviado un telegrama al gobierno de Buenos Aires quejándose de una "incursión armada en las aguas y territorios Británicos" e informando que la presencia de buques y tropas navales eran un acto de agresión indefendible. Pero mientras un destacamento especial de 32 Royal Marines tomaba la costa por asalto para reclamar la isla Decepción, poco después del mediodía del 15 de Febrero de 1953 - unos 30 años antes de que hicieran lo mismo en Malvinas - encontraron que las feroces fuerzas ocupantes consistían en dos suboficiales de marina que estaban contentos de ser enviados de vuelta a casa. Documentos dados a conocer recientemente en los Archivos Nacionales Británicos muestran que durante su segundo período como Primer Ministro, Churchill estaba tan preocupado de que Argentina tuviera intenciones militaristas en las Malvinas y otros territorios "Británicos" en el Atlántico Sur que envió una fragata de la Royal Navy, HMS Snipe, desde Portsmouth. En una nota personal a los jefes de Defensa, Churchill dijo: "Ciertamente una fragata debe ser mantenida en las cercanías de las islas Malvinas... No me había dado cuenta de que vuestros recursos estaban tan constreñidos que aun una Compañía improvisada no pueda ser enviada a Puerto Argentino". Cuando se supo un poco más tarde, en Febrero de 1953 que un aviso Argentino, el ARA Chiriguano, había establecido una cabaña, una tienda de campaña y una bandera en la isla Decepción, parte de las islas Shetland del Sur, a unos 400 yardas de la base británica, era el momento de la acción. Un informe de la contraofensiva, dirigida por Marines armados con ametralladoras Sten, rifles y gas lacrimógeno, decía: "Sargento y Cabo naval Argentinos los únicos ocupantes de la cabaña, no ofrecieron resistencia, fueron revisados por armas". Añadía: "Los dos hombres detenidos están descriptos como resignados y posiblemente contentos de dejar la isla". Ansiosos por no poner su "contra-invasión" como un acto de guerra, los soldados británicos fueron acompañados por el jefe de policía de las islas Malvinas. Los argentinos fueron arrestados y deportados y su cabaña desmantelada por las tropas británicas, junto con un campamento rival dejado por los chilenos. -------------------------------------------------------------------------------- “ Estimado Carlos Biscioni. Le acabo de enviar un mail (en criollo correo electrónico, ojo no soy xenófobo) con comentarios sobre el artículo ingles que me involucra y allí incluyo una sugerencia a su consideración. Como le digo en el primer mensaje, por favor haga las modificaciones en formato, sintaxis y toda otra alteración que crea conveniente.” -------------------------------------------------------------------------------- 15-05-08 Es el episodio que ocurrió. Usted ve hay mucha coincidencia con lo que le relato y hay muchísima exageración y errores por ejemplo: - Puede ser y es muy probable que la fragata, que era la Bigbury Bay y no la Snipe que era un Aviso que solía aparecer por la zona como buque de logístico. De cualquier manera confirma la presencia en el área en previsión a lo que acaeció. Es probable que haya zarpado desde Portstmouth y pasado por Malvinas y embarcar al Magistrate, lo que explica el más de un mes de demora en aparecer por allí desde que tuvieran conocimiento de mi "invasión". -"Feroces fuerzas de invasión" Éramos tres Siddahrtas, sin armas y un científico (pseudo). - -"Éramos todos voluntarios: "¿Deseosos de vuelta a casa"? "tomaron por asalto" Si. Tres tipos sin armas seríamos bárbaros para asaltar el Banco Nación en Plaza de Mayo ¡Éramos Feroces! El 15 de Marzo, puede de ser correcto. Yo salí el 13 y regresé el 15 o el 16 a medio día . - "Jefe de policía" Los suboficiales me contaron que era un policeman. Si hubiera sido e Jefe tendría alguna insignia y el típico casco. De cualquier manera se trata de ese incidente, contado por los ingleses. Me gustaría saber donde se publicó y en qué fecha. Puede tratarse de un dato resucitado después de la Guerra de Malvinas En caso de publicar mi relato, podría considerarse como una entrevista para conocer la verdad de lo ocurrido. Le agradezco mucho me lo haya enviado y cuando quiera hacemos la entrevista que me pidió para hablar sobre el tema. Un abrazo. Jorge Chihigaren ENTREVISTA CAPITÁN CHIHIGAREN JCh: - Bueno, cuando quiera, empezamos, yo le voy a contar toda la historia, aunque, por ejemplo, el origen de todo esto no lo puedo decir. CB: - Yo lo transcribo; usted, después lo lee y me dice: “Esto se puede dar a conocer y esto, no”. Entrevistado: Correcto, comencemos. INTRODUCCION: Este es el relato de un episodio ocurrido en la Antártida en Febrero de 1953 relacionado con la soberanía nacional en el área, en el cual me tocó participar. La vivencia en el escenario de lo ocurrido y la información que al respecto obtuve posteriormente, de fuentes que intervinieron en el proceso y de personas que en él participaron. Si bien es una pequeña historia, que no tuvo trascendencia pública, es útil conocerla como contribución al conocimiento de las capacidades para el desarrollo de actitudes que han asumido los oponentes y los participantes en el episodio y en la toma de decisiones que, de alguna, forma, podrían reiterase. Agradezco a Carlos Biscioni la deferencia que tiene para conmigo al convocarme para escuchar este relato RELATO: JCh: - En 1952 era Teniente de Fragata con destino en la Base de Submarinos de Mar del Plata integrando la Plana Mayor de la Escuela Antisubmarina, que recién se inauguraba. Fue un año muy feliz, desde el punto de vista profesional porque tenía la oportunidad de embarcar asiduamente en submarinos, en la corbeta escuela A/S ARA República y en casi todos los buques tipo Destructores y Fragatas de la Flota de Mar y volar en hidroaviones Martin Mariner en tareas de instrucción y adiestramiento en táctica A/S, en el manejo y empleo de sistemas y armas específicas en esa, por entonces, novel especialidad en nuestra marina. También era muy placentero residir en esa hermosa ciudad. Pero se me ocurrió leer una novela de Herman Hesse: Siddhartha. CB: - ¡No me diga! Yo soy fanático: tengo toda la obra completa de Herman Hesse. JCh: - Usted recordará, era un príncipe de la India que quiso ver qué pasaba en la vida común y se convirtió en un asceta, un ermitaño. Y llegó a convivir compenetrado con la naturaleza al punto de entender el lenguaje del río próximo a su choza. Conversaba, filosofaba, con él que era, en su soledad, su gran amigo y compañero. El argumento, en esta parte del libro, me causó un gran efecto al relacionarlo con la vocación del marino por su carrera elegida que lo hace comprender al mar, interpretar su lenguaje, y a pasar largas jornadas y meses, e relativa soledad respecto a sus ligazones terrestres. Pensaba que el mar exige que lo comprendan, que sepan interpretar su poema, la magia de sus señales, su placidez en la bonanza y su furia en su enojo. A no temerle pero si respetarlo, y mucho. Tal como le ocurría al personaje citado con entorno en que vivía, Ya había estado en la Antártida como Guardiamarina, a principios del ’48, embarcado en un destructor, el A.R.A. Misiones. Entonces en 1952, a pesar de estar en un destino tan atractivo tanto ‘profesionalmente como por el lugar privilegiado como lo es Mar del Plata, sentí el efecto del magnetismo antártico: habiendo estado allí una primera vez, se siente el impulso de volver. Además, era aún una época romántica para estas incursiones, porque tenía en ese entonces mucho de aventura.: Valga citar, como un dato ilustrativo, que las cartas de navegación eran muy precarias. Incluso, aun gran parte de lo que después se llamó “Mar de la Flota, que era el área más transitada, no estaba del todo sondada; de modo que no se conocía bien lo que había bajo la superficie. Este ejemplo denota que aun en esa época había algo de aventura ¿no? Y mucho por explorar. Por supuesto en nada comparable a la aventura real y hasta temeraria, como sí lo fueron la de los exploradores del siglo XVIII, o la argentina de 1903 cuando nuestro país se hizo cargo del observatorio de las Islas Orcadas cedidas por el explorador y científico escocés señor Bruce, la actividad del Comandante Luis Piedra Buena, las expediciones de salvamento y rescate de la Corbeta A.R.A. Uruguay, ,las expediciones terrestres y aéreas argentinas que llegaron al mismísimo polo geográfico Sur, etc. Mi idea no era ir a quedarme un año allí; era navegar y explorar los mares del área y sentir la emoción de la aventura náutica.; Solicité ‘participar en la Campaña Antártica 1952-53 y fui designado a la Fuerza Naval Antártica, integrando un reducido grupo de unos seis oficiales y doce suboficiales que teníamos la tarea de establecer y ocupar refugios temporarios en tierra en los lugares que seleccionaría el Comandante de dicha Fuerza de Tareas, que era el entonces Capitán de Navío D. Rodolfo N. Panzarini, Dr. en oceanografía y meteorología y experto en asuntos antárticos, para afirmar soberanía en el sector antártico argentino. Para esa tarea, habíamos hecho un curso en el Museo de Historia Natural Bernardino Rivadavia. Incluso hice un cursillo de taxidermia pues tenía la idea de embalsamar un pingüino; casi lo logro... Me tocó embarcar en el A.R.A. Bahía Buen Suceso nave insignia de la Fuerza de Tareas. Zarpamos poco después de Navidad y ascendí a Teniente de Navío en plena campaña; el 31 de diciembre del 53. A principios de Enero fondeados en la Bahía Media Luna, donde se estaba construyendo el destacamento A.R.A. Teniente Cámara y en plena operación logística de abastecimiento y habilitación del mismo, estando de guardia en el puente, dirigiendo las maniobras de las lanchas, las maniobras del aprovisionamiento etc. me hace llamar el comandante de la Fuerza de Tareas quien me dijo, más o menos, lo siguiente: Lo he designado a usted para lo siguiente: Va a embarcar en el Bahía Aguirre con dos suboficiales que están en su grupo de refugios y se va a trasladar a con todo su equipo para ocupar un refugio en tierra: El Comandante de ese buque le dará instrucciones sobre la misión a cumplir” Se trataba de instalar un refugio en la Isla Decepción en caleta Balleneros anticipándonos a que llegara la presencia en el lugar de algún grupo de otro país. En caleta Balleneros, que se encuentra hacia el oeste de la entrada a la gran bahía o mejor dicho al que podríamos casi llamar un mar interior, que en realidad fue el cráter de un volcán que en alguna época geológica y tal vez a causa de un sismo, se había desprendido una parte la pared sur lo que ocasionó la invasión del mar formando ese mar interior. Sin embargo continúa aun la acción volcánica, de modo tal que en el extremo norte de ese espacio se producen erupciones del tipo de solfaratas que, como curiosidad, le comento que calientan el agua de un pequeño lago cercano a la costa donde hay siempre agua caliente. CB: ¿No están allí los Fuelles de Neptuno? JCh: Los Fuelles de Neptuno son la parte sur de la pared del cráter y tienen una altura variable de unos quinientos metros. Tienen una hendidura de unos cuarenta metros en forma de U de unos cincuenta metros de ancho, a la que denomina como la Ventana de Neptuno. Se les dio ese nombre porque de allí vienen los vientos predominantes en la zona. La entrada a ese mar interior, es precisamente la parte del sector de los Fuelles de Neptuno que sufrieron el desprendimiento que dio paso a las aguas que invadieron el cráter. Esta brecha forma un pasaje bastante ancho pero la parte navegable en sí es relativamente angosta. Cuando uno entra con el buque, da la impresión de que se va a chocar contra la pared; da la impresión de que está pasando muy cerca. Y la prueba es que se acostumbra a arrojar papas las que no llegan a destino; uno cree le va a pegar a la pared de los Fuelles que cae verticalmente y no llega, porque está mucho más lejos de lo que se percibe; la entrada a ese mar interior constituye un espectáculo impresionante. En la época de este relato, cercano a la costa noroeste de ese mar interior se encontraba, y aun está, el Destacamento Naval Argentino que lleva en nombre de la isla. Y en caleta Balleneros (*) ubicada en el sector sureste de la isla en cuya costa sur están las laderas los mencionados Fuelles - una base británica. No existía ninguna otra ocupación permanente ni temporaria en toda la isla. -------------------------------------------------------------------------------- (* ) Conviene recordar que la caleta Balleneros había sido utilizada, antes de la II Guerra Mundial, por una factoría noruega de procesamiento de las ballenas, abundantes en la zona, la que contaba con grandes tanque donde se almacenaba el aceite de los cetáceos, el que era trasladado a Noruega por buques tanques de esa nacionalidad para su ulterior comercialización. Al caer Noruega bajo el dominio alemán las instalaciones fueron ocupadas por Alemania, y fue utilizada por ellos como base logística de su flota, sobre todo por los cruceros asignados a la concepción moderna de “guerra de corso” (misión que tenía el crucero Graf Spee) y para submarinos, sobre todo para reabastecimiento de combustible que se almacenaba en los mencionados tanques. Durante la guerra, anoticiados los británicos de la existencia de esa base, enviaron una División de Cruceros que los inutilizaron. -------------------------------------------------------------------------------- Para 1953 las instalaciones, es decir la casa que probablemente haya sido el alojamiento de los noruegos, u otra nueva, estaba ocupada por el personal de la base británica. A unos 500 metros existe aun el cementerio donde yacen los restos de personal de la factoría y marinos, entre ellos el famoso explorador Capitán Larsen. Caleta Balleneros era el único lugar conocido, hasta esa fecha, que podía utilizarse para aterrizaje de aviones livianos, utilizando “alfombra metálica” desplegable sobre el suelo que es de lava, en el espacio llano entre la falda de la montaña y la costa, Había noticias que en alguna oportunidad fue así utilizada por avionetas livianas británicas para aero exploración. Es oportuno menciona brevemente, a esta altura del relato, la situación antártica del momento: No estaba aun, ni en proyecto, el tratado Antártico que rige desde 1959. Varios países tenían, y tienen, pretensión de soberanía en distintas o mismas áreas del continente basándose en las exploraciones, descubrimientos, continuidad geológica, cercanías de territorio etc. Nuestro país cuenta con derechos sólidos e indiscutibles sobre soberanía en el sector y es el único que ha mantenido y continúa manteniendo una ocupación permanente en el área. Desde 1903 sin solución de continuidad en Islas Orcadas que mencioné al principio. En el área norte del continente antártico- espacio que abarca la Península Antártica, (Península San Martín) - la Argentina asienta su soberanía en un sector triangular con vértice en el polo sur entre los meridianos 25º y 74º W. Chile reclama un sector vecino entre los meridianos 53º y 90ª W el cual, como se ve, parte del Este se superpone en con parte el sector Oeste del nuestro en un sector de 31º. Gran Bretaña se asigna para sí un amplio triángulo entre los meridianos 20ª y 80ª W lo que significa que abarca, dentro de él, ambos sectores el argentino y el chileno. En la época del relato no regía el Tratado Antártico, como queda dicho, pero si había un entendimiento de cooperación mutua ente nuestro país y Chile. Volviendo al tema del relato: a las instrucciones recibidas debo agregar, como comentario accesorio, que fui informado que cerca de la base británica habían preparado un espacio que servía como cancha de fútbol: allí, donde se para el centro forward, era el lugar apropiado para la instalación de nuestra casilla, según instrucciones recibidas. Le sugerí al Comandante de la FT que tratándose de una ocupación de la naturaleza descripta, convendría demostrar que no se trataba de una operación militar sino de un acto de relevamiento topográfico, o de algo similar. Que se trataba de una exploración de tipo de estudio geológico para lo cual podríamos agregar algún especialista en geología o topografía que se encontraba embarcado integrando el plantel científico del Servicio de Hidrografía Naval o del Instituto Antártico Argentino. Propuesta que fue aceptada. También me dijo que al finalizar la campaña, a fines de Abril, un buque de la FT pasaría para embarcarnos de regreso. Aclaró que eso se haría si no se encontraba el agua congelada formando un pack que impidiera la navegación. Esta advertencia fue para mí, lógicamente, muy ‘preocupante”, como mencionaré más adelante. Varios años después siendo Segundo Comandante del A.R.A. Bahía Aguirre comprobé que esta congelación puede ocurrir mucho antes que la fecha mencionada. ARA BAHIA AGUIRRE Los cabos primeros de mar Acosta y Jiménez, el geólogo y yo trasbordamos al buque mencionado, el trasporte el ARA Bahía Aguirre y zarpamos hacia la Isla Decepción. No pudimos entrar “en” (digo bien “en” y no “a” porque se trata del “mar interior” o bahía. en realidad no sé como denominarlo) la Isla a causa de un témpano que, aunque chico, impedía el acceso. Se envió un equipo de especialistas, para hacerlo volar con carga explosiva. No hubo caso. Entonces, volvimos a Bahía Media Luna y nos transfirieron al Aviso ARA Chiriguano que, como era mucho más chico, podía maniobrar adecuadamente para sortear el impedimento. Entramos y casi enseguida con caída a estribor de 90 grados arribamos al fondeadero de Caleta Balleneros. Desembarcamos con nuestros enseres y equipos. La tripulación del buque desembarcó la carga necesaria para la construcción de la casilla en que íbamos a habitar, Mientras el grupo de construcciones preparaba el terreno y comenzaba construirla, armamos la carpa que utilizaríamos mientras tanto. La carpa era de las empleadas en las campañas hidrográficas para el personal dedicado a los trabajos topográficos, para la posterior confección de cartas o cuarterones de navegación: Paño doble impermeabilizado, con piso de madera. El equipo de construcciones iba a edificar una casilla de, más o menos, 4 metros por 4, que fue nuestro alojamiento, montada sobre cuatro pilares de unos 60 cm., que abarcaba un pequeño espacio para cocina y otro para baño (sin ducha) y, a la vez, aojamiento de un radio trasmisor y un generador para proveer energía para el mismo y luz eléctrica para la parte habitable. Cerca de la playa se estibó parte de la carga necesaria para utilizar mientras duraba la construcción, es decir algunos víveres, cuatro catres, farolas y combustible. Y lo más importante: el pabellón nacional. La dificultad que tuvimos fue encontrar algo que sirviera como mástil, ya que el pabellón era del tamaño utilizado por buque grandes los días patrios y ceremonias (denominado en la ARA “de primer tamaño”) Resultaba casi tan grande como el tamaño de la casilla. Probamos una costilla de ballena de las tantas que se encontraban en la costa, restos de la antigua factoría noruega, pero no resultó apta por su curvatura. Al fin el grupo de construcciones utilizó un trozo de madera para transformarlo en lo que necesitábamos, Cuando estuvo listo el improvisado mástil, en una breve ceremonia con todo el personal presente, instalamos el pabellón nacional. (Digo instalamos, y no izado, porque estaba clavado al mástil – en la Antártida el pabellón permanece izado las 24 horas). De inmediato y en previsión a que se levantara mal tiempo, lo que es frecuente allí, almacenamos en la carpa elementos esenciales para la subsistencia. Por suerte, alcanzamos a llevar desde la playa, a unos 60 metros, dos de esas estufas que había antes, que se bombeaban, a kerosén tipo “Volcán”, un tambor de combustible; un cajón con queso y otro cajón con galleta marinera y los 4 catres con su correspondiente ropa de cama pues, efectivamente, se desató un fuerte temporal. Poco antes del mal tiempo aparece el jefe de la base inglesa que era un ex piloto de la Fuerza Aérea Australiana, ya civil, que había participado en la II Guerra. Vino a presentarme la queja verbal por nuestro desembarco en “Tierra de su Majestad británica” Previamente había entregado una nota de protesta. (Y recibido la nota argentina) al comandante del Aviso; Yo tenía que demostrarle a los ingleses que no era por ellos que estábamos allí, pero no les podía decir el porqué. Opté por decirle, únicamente, que estaba en territorio argentino y que sería bienvenido a nuestra casilla cuando estuviera lista.´ El australiano se retiró sin hacer ningún otro comentario. Me di cuenta que le molestaba nuestra instalación allí, donde ya hacía mucho tiempo que estaban solos, más que el problema de la soberanía. Pasado el temporal regresa el A.R.A. Chiriguano y desembarca el grupo de construcciones. Finaliza su trabajo y se completa el desembarco de la carga. [/QUOTE]
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