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<blockquote data-quote="TORDO79" data-source="post: 1533487" data-attributes="member: 3802"><p><strong>Continua....</strong></p><p><strong></strong></p><p><strong>"...A las 0600 horas del 9 de febrero, las tres Fuerzas de Tarea y el Escalón Comando del Puesto de Comando Táctico adelantado de la Vta. Brigada tomaron sus puestos de combate en las zonas que previamente se había dispuesto. Ese domingo de Carnaval, la Fuerza de Tarea "Aconquija" ocupó el Ingenio Santa Lucía, mientras la Fuerza de Tarea "Rayo" ocupaba el Ingenio la Fronterita y la Fuerza de tarea "Chañi" tomaba posiciones en Los Sosa. El Escuadrón de Gendarmería Nacional "San Juan" marcha hacia El Mollar y La Angostura, en tanto el Escalón Adelantado se establecía en la ciudad de Famaillá, con una Sección Seguridad, Una Sección de Comunicaciones y un Escalón Logístico de la brigada.</strong></p><p><strong></strong></p><p><strong>Mis tres Fuerzas de Tarea abordaron las posiciones desde el Este y el Escuadrón de Gendarmería lo hizo desde el Oeste. Al mismo tiempo, y coincidentemente con mi llegada a Famaillá, los 200 hombres de la Guardia de Infantería procedieron a relevar el enclave urbano y sus 12.000 habitantes, realizando, entre otras cosas, un detallado censo que les insumió la primer semana. Cualquier cambio de domicilio o viaje que se efectuara fuera del poblado debía reportarse a los efectivos del Puesto de Comando; toda arma que se tuviese, incluidas las de caza, debían ser denunciadas y entregadas; toda información que los famaillenses conocieran acerca de la subversión debían reportarla. De aquí se siguieron las primeras detenciones efectuadas en el Operativo.</strong></p><p><strong></strong></p><p><strong>Ni bien tomé posesión de la Jefatura de Policía de Famaillá, emplazamiento del Comando Táctico comencé a reconocer e inspeccionar las distintas Fuerzas de Tarea. Por la tarde hice una recorrida en helicóptero al Mollar, para regresar pasadas las primeras horas de la noche a Famaillá. Al regresar pregunté cuál había sido la reacción de los tucumanos ante el comunicado del comandante de la Vta. brigada (1), a lo cual se me respondió que todavía no se había realizado un análisis definitivo. El 10, o sea al día siguiente, lancé el segundo comunicado (2) -y más tarde el tercero (3)-, convocando al pueblo para que se uniese al Ejército en la lucha histórica que el país sostenía contra la subversión marxista. El propósito que perseguía con los comunicados -ya que se me había prohibido dirigirme a los hombres y mujeres de Tucumán por televisión, como fue en un principio mi idea- era dislocar o separar al marxismo, que trataba de enquistarse en el pueblo, de ese pueblo al que sabía sufrido pero patriota. Debido a los sucesivos comunicados y a mi preocupación por sentar el principio que; o se contaba con el pueblo o la lucha se haría interminable fuí llamado "peronista" o "populista". Si quienes lanzaban sobre mi cabeza tamaña acusación se hubiesen tomado el trabajo, nada difícil, de leer a los clásicos franceses, habrían caido en la cuenta de cuan equivocados estaban. En Francia el peronismo no existe y los soldados que hicieron la guerra de Argelia no eran populistas, precisamente; sin embargo, todos los que luego relataron sus experiencias estan constestes en afirmar la importancia que tiene en esta clase de guerra la población civil.</strong></p><p></p><p></p><p><strong>Disposición de las Fuerzas de Tarea</strong></p><p><strong></strong></p><p><strong></strong></p><p><strong>Entre el Río Colorado y el Río Caspichango se hallaba la Fuerza de Tarea "Rayo", al mando de un Teniente Coronel con su Plana Mayor Reducida y dos subunidades: Un Escuadrón de Caballería del Destacamento de Exploración de Caballería 140 de Salta, y una Compañía de Ingenieros del Batallón de Ingenieros de Combate 141 de Santiago del Estero. Contaba, además, con un Escalón Logístico y un Escalón de Comunicaciones. Por su parte, la Fuerza de Tarea "Aconquija", compuesta por una Plana Mayor Reducida y dos subunidades: Una Compañía de Infantería del Regimiento 19 de Infantería de Tucumán y una Compañía del Regimiento 28 de Infantería de Monte, de Tartagal, Salta, se hallaba situado entre el Río Caspichango y el Río Los Sosa. Más al Sur, la Fuerza de Tarea "Chañi" ocupaba el espacio geográfico comprendido entre el Río Los Sosa y el Río Pueblo Viejo. En este primer Plan Táctico no había cerco alguno, por la sencilla razón de que era imposible cercar a un enemigo, huidizo y extremadamente móvil, en la impenetrable selva norteña. Traté, por lo tanto, sabiendo que el ERP estaba concentrado con el grueso de la Compañía de Monte en la zona sudoeste de la provincia, de cortarle toda vía de reclutamiento y comunicación con la ciudad capital, impidiéndole, en la medida de lo posible, que no pudiese desarrollar incursiones entre la Ruta Nac. Nro. 38 y la Línea, más adelantada, de Exploración y Seguridad próxima al borde del monte entre el Río Colorado al norte y el Pueblo Viejo al sur. Asimismo y para evitar la evasión y escape hacia el Valle del Tafí, hube de bloquear la zona de La Angostura y El mollar con el Escuadrón de Gendarmería "San Juan". El ERP podía eludir el combate hacía el sur o hacía el norte.</strong></p><p></p><p></p><p><strong>En todas las guerras -la de guerrillas incluida-, la principal lucha se desenvuelve entre los ejércitos para ganar primero y retener después la iniciativa. Ganar la iniciativa supone ganar dos tipos de ventajas: primeramente en cuanto a la actividad que, contrastada pasividad del bando contrario, que se limita con la actividad ofensiva de las fuerzas legales; seguidamente, el Ejército que gane la iniciativa tendrá de su lado una libertad de maniobra infinitamente superior a la del adversario. Hasta el comienzo de las operaciones el ERP tenía la iniciativa y desplegaba entre la población una política de captación e intimidación, según los casos, que le permitió dominar el territorio y las conciencias. Los campamentos enemigos estaban en el llano y en el monte, cerca de los conglomerados urbanos y rurales, a los cuales se los trabajaba constantemente, llegándose, en Santa Lucía, a domarlos casi en su totalidad. Si se tiene presente que sólo 30 kilómetros separan San Miguel de Tucumán de la selva más espesa, se tendrá una idea de lo difícil que era nuestra situación, y del porqué había sido elegido el "Jardín de la República" para iniciar en la Argentina la guerrilla rural.</strong></p><p><strong></strong></p><p><strong>De alguna manera se necesitaba revertir, y pronto, esa situación, razón por la cual estimé imprescindible que las tres Fuerzas de Tarea, el Escuadrón de Gendarmería y a la Guardia de Infantería de la Policía Federal -que tenía a su cargo el control de las poblaciones a caballo de la Ruta Nac. Nro. 38- fuesen secundadas por las tropas que operaban en la ciudad, donde se encontraba el verdadero meollo del problema. En San Miguel de Tucumán operaba la Fuerza de Tarea San Miguel compuesta por Una Compañía del Regimiento de Infantería 19; Una sección de la Compañía Comando y Servicio de Brigada, y una compañía de Arsenales 5 y Una Sección de la Compañía de Comunicaciones 5. Además de los efectivos de la Policía Provincial y dos oficiales encargados de detectar los problemas sociales y económicos de la población para darles solución sin necesidad de tener que vérselas con la intrincada burocracia estatal.</strong></p><p></p><p><strong><u>La "línea de exploración y seguridad"</u></strong></p><p></p><p></p><p><strong>Comenzadas las operaciones en la selva, las presunciones del marxismo, que suponía ineficiente al Ejército Argentino, demostráronse falsas. La zona llamada semi-liberada, es decir, el sector donde los irregulares gozaban de una tranquilidad absoluta y dentro del cual se desplazaban sin dificultades, pronto dejó de existir. Los campamentos del ERP desaparecieron de los llanos, y si bien fueron reconstruídos en la selva, ya la situación se tornaba diferente. El ERP podía seguir desplazándose de un lugar a otro, pero ya no tenía inmunidad, no podía desenvolver libremente su campaña de acción política en las ciudades y sabía que en todo lugar las tropas de la Vta. brigada acechaban en emboscadas, con o sin uniforme, para tomarles prisioneros o darles muertes a sus combatientes.</strong></p><p><strong></strong></p><p><strong>La orden que dí a las Fuerzas de tarea era la siguiente: no transponer hacia el oeste-noroeste la Línea de Exploración y seguridad, línea ésta, imaginaria, que bordeaba el monte y en algunos lugares, lo penetraba en dos o tres kilómetros como máximo. Ni bien el ERP percibió que las tropas de la Vta. brigada no se adentraban en la selva más allá de la línea predicha, creyó que el Ejército iba a desarrollar en Tucumán una política de mero control y trató, por consiguiente, de explotar a su favor tal realidad. La jefatura II -Inteligencia- del Comando en jefe del Ejército, me hizo llegar un informe donde constaba que en distintos lugares de la Provincia, e incluso, en la Capital Federal, la población se hacía eco de la campaña del oponente, según la cual el Ejército no se animaba a entrar en el monte y combatir al ERP. Cuando dejé Tucumán pude apreciar hasta qué punto esto era cierto, pues hablando con civiles de mi amistad, insospechado por tanto, de cualquier confraternización con el marxismo, me preguntaron si aquella política de no dar combate se debía a la inseguridad de las tropas.</strong></p><p><strong></strong></p><p><strong>En rigor sucedía todo lo contrario. No era cuestión de cobardía o valentía, sino de dejarse o no atrapar por las tácticas impuestas por el oponente. La Compañía de Monte conocía la zona sobre la que había trabajado durante 6 años. Por lo tanto había cedido a la tentación de perseguirla dentro de la selva hubiese resultado suicida, pues la subversión hubiese repetido la práctica que puso en marcha un año antes, en 1974, cuando evitó cuidadosamente sostener enfrentamientos con las tropas legales, y logrando hacerles el vacío concentrándose en Horcomolle, a 20 kilómetros noroeste de San Miguel de Tucumán. Inicialmente, había que trabajar en los alrrededores de las bases, cuidando de no dejar desguarnecida la retaguardia que cubría la Guardia de Infantería de la Policía Federal.</strong></p><p></p><p></p><p><strong>A pesar, sin embargo, de los primeros éxitos logrados, se me presentaban dos dificultades en cuanto a la distribución de mis hombres sobre el terreno. El situar a las fuerzas policiales sobre la Ruta nacional Nro. 38, a modo de retaguardia de las tres Fuerzas de tareas, resultó una medida acertada. El espacio que debían controlar estas últimas era demasiado grande.</strong></p><p><strong></strong></p><p><strong><u>Comienza la lucha</u></strong></p><p><strong></strong></p><p><strong></strong></p><p><strong>Según pude comprobar más tarde, al secuestrar distinto material de inteligencia al oponente, el ERP conocía, en términos generales, que se iniciaría un "Operativo". De acuerdo a un parte que encontramos en el campamento de Lules, luego del enfrentamiento del día 9, la "Compañía del Monte" estaba preparada. "La información de Inteligencia Nacional, es que esta semana se lanza un gran operativo, con rastrillo, etc., tanto en la Ciudad como en el campo. Sería bueno prepararle una "emboscada" ya que la opinión nuestra es que van a reprimir con violencia al estilo de CORDOBA con los sindicatos. Y nos parece que van intentar golpearnos arriba. Con relación a las bajadas, controlarlas estrictamente -se refieren a las bajadas del monte a las poblaciones- Lo de "BARTOLO" con "PACO" no puede ser; que se quede". Hasta aquí el parte del ERP que dá una idea de cuánto sabían acerca de nuestras órdenes secretas, -las cuales seguramente obtenía vía agentes infiltrtados.-</strong></p><p><strong></strong></p><p><strong></strong></p><p><strong>Pues bien, cuando una Sección de la Guardia de Infantería de la Policía Federal transitaba por el camino de San Pablo a Potreros de las Tablas, fué violentamente atacada por el ERP desde un campamento situado en la parte norte de la quebrada. Un disparo del enemigo alcanzó a penetrar por el techo de los móviles e hirió a un agente en la pierna. De inmediato, el contingente procedió a bajarse de los vehículos y responder a la agresión, escalando el empinado cerro. Luego de transitar por un angosto sendero natural formado por la caída de un arroyo, los efectivos comenzaron a subir hasta la cima, tarea que les llevó unos 20 minutos. Luego de intercambiar disparos por varios minutos el ERP abandonó el campamento y se retiró hacia el interior del monte, dejando el campamento intacto. Situado sobre terrazas artificiales usadas como zonas de descanso, el campamento estaba situado a sólo 4 kilómetros de la Ciudad de Lules y sólo tres de la usina eléctrica que aprovecha las aguas del río homónimo, contaba con varios puestos fortificados sobre el límite de la ladera. Así, en cuanto se acercaban patrullas del Ejército, mediante un sistema rudimentario pero eficaz de alarma -batería de 6 voltios que hacía sonar una bocina de automóvil- los delincuentes subversivos ocupaban sus puestos y dominaban el camino que corría debajo.-</strong></p><p><strong></strong></p><p><strong>El ERP contaba con un vigía parapetado en un mangrullo, desde donde podía contemplarse, sin ser visto, toda la zona este. Apenas veía algun movimiento sospechoso, el delincuente subversivo daba la alarma y los irregulares se atrincheraban detrás de las fortificaciones hechas de tronco de árbol. Dentro del campamento las tropas legales hallaron varios ramales secundarios, unidos, unos con otros, a través de un cable plastificado que guiaba a los delincuentes a los distintos lugares del mismo dentro de la espesura del monte...."</strong></p><p><strong></strong></p><p><strong></strong></p><p><strong></strong></p><p><strong></strong></p><p><strong></strong></p><p><strong></strong></p><p><strong></strong></p></blockquote><p></p>
[QUOTE="TORDO79, post: 1533487, member: 3802"] [B]Continua.... "...A las 0600 horas del 9 de febrero, las tres Fuerzas de Tarea y el Escalón Comando del Puesto de Comando Táctico adelantado de la Vta. Brigada tomaron sus puestos de combate en las zonas que previamente se había dispuesto. Ese domingo de Carnaval, la Fuerza de Tarea "Aconquija" ocupó el Ingenio Santa Lucía, mientras la Fuerza de Tarea "Rayo" ocupaba el Ingenio la Fronterita y la Fuerza de tarea "Chañi" tomaba posiciones en Los Sosa. El Escuadrón de Gendarmería Nacional "San Juan" marcha hacia El Mollar y La Angostura, en tanto el Escalón Adelantado se establecía en la ciudad de Famaillá, con una Sección Seguridad, Una Sección de Comunicaciones y un Escalón Logístico de la brigada. Mis tres Fuerzas de Tarea abordaron las posiciones desde el Este y el Escuadrón de Gendarmería lo hizo desde el Oeste. Al mismo tiempo, y coincidentemente con mi llegada a Famaillá, los 200 hombres de la Guardia de Infantería procedieron a relevar el enclave urbano y sus 12.000 habitantes, realizando, entre otras cosas, un detallado censo que les insumió la primer semana. Cualquier cambio de domicilio o viaje que se efectuara fuera del poblado debía reportarse a los efectivos del Puesto de Comando; toda arma que se tuviese, incluidas las de caza, debían ser denunciadas y entregadas; toda información que los famaillenses conocieran acerca de la subversión debían reportarla. De aquí se siguieron las primeras detenciones efectuadas en el Operativo. Ni bien tomé posesión de la Jefatura de Policía de Famaillá, emplazamiento del Comando Táctico comencé a reconocer e inspeccionar las distintas Fuerzas de Tarea. Por la tarde hice una recorrida en helicóptero al Mollar, para regresar pasadas las primeras horas de la noche a Famaillá. Al regresar pregunté cuál había sido la reacción de los tucumanos ante el comunicado del comandante de la Vta. brigada (1), a lo cual se me respondió que todavía no se había realizado un análisis definitivo. El 10, o sea al día siguiente, lancé el segundo comunicado (2) -y más tarde el tercero (3)-, convocando al pueblo para que se uniese al Ejército en la lucha histórica que el país sostenía contra la subversión marxista. El propósito que perseguía con los comunicados -ya que se me había prohibido dirigirme a los hombres y mujeres de Tucumán por televisión, como fue en un principio mi idea- era dislocar o separar al marxismo, que trataba de enquistarse en el pueblo, de ese pueblo al que sabía sufrido pero patriota. Debido a los sucesivos comunicados y a mi preocupación por sentar el principio que; o se contaba con el pueblo o la lucha se haría interminable fuí llamado "peronista" o "populista". Si quienes lanzaban sobre mi cabeza tamaña acusación se hubiesen tomado el trabajo, nada difícil, de leer a los clásicos franceses, habrían caido en la cuenta de cuan equivocados estaban. En Francia el peronismo no existe y los soldados que hicieron la guerra de Argelia no eran populistas, precisamente; sin embargo, todos los que luego relataron sus experiencias estan constestes en afirmar la importancia que tiene en esta clase de guerra la población civil.[/B] [B]Disposición de las Fuerzas de Tarea Entre el Río Colorado y el Río Caspichango se hallaba la Fuerza de Tarea "Rayo", al mando de un Teniente Coronel con su Plana Mayor Reducida y dos subunidades: Un Escuadrón de Caballería del Destacamento de Exploración de Caballería 140 de Salta, y una Compañía de Ingenieros del Batallón de Ingenieros de Combate 141 de Santiago del Estero. Contaba, además, con un Escalón Logístico y un Escalón de Comunicaciones. Por su parte, la Fuerza de Tarea "Aconquija", compuesta por una Plana Mayor Reducida y dos subunidades: Una Compañía de Infantería del Regimiento 19 de Infantería de Tucumán y una Compañía del Regimiento 28 de Infantería de Monte, de Tartagal, Salta, se hallaba situado entre el Río Caspichango y el Río Los Sosa. Más al Sur, la Fuerza de Tarea "Chañi" ocupaba el espacio geográfico comprendido entre el Río Los Sosa y el Río Pueblo Viejo. En este primer Plan Táctico no había cerco alguno, por la sencilla razón de que era imposible cercar a un enemigo, huidizo y extremadamente móvil, en la impenetrable selva norteña. Traté, por lo tanto, sabiendo que el ERP estaba concentrado con el grueso de la Compañía de Monte en la zona sudoeste de la provincia, de cortarle toda vía de reclutamiento y comunicación con la ciudad capital, impidiéndole, en la medida de lo posible, que no pudiese desarrollar incursiones entre la Ruta Nac. Nro. 38 y la Línea, más adelantada, de Exploración y Seguridad próxima al borde del monte entre el Río Colorado al norte y el Pueblo Viejo al sur. Asimismo y para evitar la evasión y escape hacia el Valle del Tafí, hube de bloquear la zona de La Angostura y El mollar con el Escuadrón de Gendarmería "San Juan". El ERP podía eludir el combate hacía el sur o hacía el norte.[/B] [B]En todas las guerras -la de guerrillas incluida-, la principal lucha se desenvuelve entre los ejércitos para ganar primero y retener después la iniciativa. Ganar la iniciativa supone ganar dos tipos de ventajas: primeramente en cuanto a la actividad que, contrastada pasividad del bando contrario, que se limita con la actividad ofensiva de las fuerzas legales; seguidamente, el Ejército que gane la iniciativa tendrá de su lado una libertad de maniobra infinitamente superior a la del adversario. Hasta el comienzo de las operaciones el ERP tenía la iniciativa y desplegaba entre la población una política de captación e intimidación, según los casos, que le permitió dominar el territorio y las conciencias. Los campamentos enemigos estaban en el llano y en el monte, cerca de los conglomerados urbanos y rurales, a los cuales se los trabajaba constantemente, llegándose, en Santa Lucía, a domarlos casi en su totalidad. Si se tiene presente que sólo 30 kilómetros separan San Miguel de Tucumán de la selva más espesa, se tendrá una idea de lo difícil que era nuestra situación, y del porqué había sido elegido el "Jardín de la República" para iniciar en la Argentina la guerrilla rural. De alguna manera se necesitaba revertir, y pronto, esa situación, razón por la cual estimé imprescindible que las tres Fuerzas de Tarea, el Escuadrón de Gendarmería y a la Guardia de Infantería de la Policía Federal -que tenía a su cargo el control de las poblaciones a caballo de la Ruta Nac. Nro. 38- fuesen secundadas por las tropas que operaban en la ciudad, donde se encontraba el verdadero meollo del problema. En San Miguel de Tucumán operaba la Fuerza de Tarea San Miguel compuesta por Una Compañía del Regimiento de Infantería 19; Una sección de la Compañía Comando y Servicio de Brigada, y una compañía de Arsenales 5 y Una Sección de la Compañía de Comunicaciones 5. Además de los efectivos de la Policía Provincial y dos oficiales encargados de detectar los problemas sociales y económicos de la población para darles solución sin necesidad de tener que vérselas con la intrincada burocracia estatal.[/B] [B][U]La "línea de exploración y seguridad"[/U][/B] [B]Comenzadas las operaciones en la selva, las presunciones del marxismo, que suponía ineficiente al Ejército Argentino, demostráronse falsas. La zona llamada semi-liberada, es decir, el sector donde los irregulares gozaban de una tranquilidad absoluta y dentro del cual se desplazaban sin dificultades, pronto dejó de existir. Los campamentos del ERP desaparecieron de los llanos, y si bien fueron reconstruídos en la selva, ya la situación se tornaba diferente. El ERP podía seguir desplazándose de un lugar a otro, pero ya no tenía inmunidad, no podía desenvolver libremente su campaña de acción política en las ciudades y sabía que en todo lugar las tropas de la Vta. brigada acechaban en emboscadas, con o sin uniforme, para tomarles prisioneros o darles muertes a sus combatientes. La orden que dí a las Fuerzas de tarea era la siguiente: no transponer hacia el oeste-noroeste la Línea de Exploración y seguridad, línea ésta, imaginaria, que bordeaba el monte y en algunos lugares, lo penetraba en dos o tres kilómetros como máximo. Ni bien el ERP percibió que las tropas de la Vta. brigada no se adentraban en la selva más allá de la línea predicha, creyó que el Ejército iba a desarrollar en Tucumán una política de mero control y trató, por consiguiente, de explotar a su favor tal realidad. La jefatura II -Inteligencia- del Comando en jefe del Ejército, me hizo llegar un informe donde constaba que en distintos lugares de la Provincia, e incluso, en la Capital Federal, la población se hacía eco de la campaña del oponente, según la cual el Ejército no se animaba a entrar en el monte y combatir al ERP. Cuando dejé Tucumán pude apreciar hasta qué punto esto era cierto, pues hablando con civiles de mi amistad, insospechado por tanto, de cualquier confraternización con el marxismo, me preguntaron si aquella política de no dar combate se debía a la inseguridad de las tropas. En rigor sucedía todo lo contrario. No era cuestión de cobardía o valentía, sino de dejarse o no atrapar por las tácticas impuestas por el oponente. La Compañía de Monte conocía la zona sobre la que había trabajado durante 6 años. Por lo tanto había cedido a la tentación de perseguirla dentro de la selva hubiese resultado suicida, pues la subversión hubiese repetido la práctica que puso en marcha un año antes, en 1974, cuando evitó cuidadosamente sostener enfrentamientos con las tropas legales, y logrando hacerles el vacío concentrándose en Horcomolle, a 20 kilómetros noroeste de San Miguel de Tucumán. Inicialmente, había que trabajar en los alrrededores de las bases, cuidando de no dejar desguarnecida la retaguardia que cubría la Guardia de Infantería de la Policía Federal.[/B] [B]A pesar, sin embargo, de los primeros éxitos logrados, se me presentaban dos dificultades en cuanto a la distribución de mis hombres sobre el terreno. El situar a las fuerzas policiales sobre la Ruta nacional Nro. 38, a modo de retaguardia de las tres Fuerzas de tareas, resultó una medida acertada. El espacio que debían controlar estas últimas era demasiado grande. [U]Comienza la lucha[/U] Según pude comprobar más tarde, al secuestrar distinto material de inteligencia al oponente, el ERP conocía, en términos generales, que se iniciaría un "Operativo". De acuerdo a un parte que encontramos en el campamento de Lules, luego del enfrentamiento del día 9, la "Compañía del Monte" estaba preparada. "La información de Inteligencia Nacional, es que esta semana se lanza un gran operativo, con rastrillo, etc., tanto en la Ciudad como en el campo. Sería bueno prepararle una "emboscada" ya que la opinión nuestra es que van a reprimir con violencia al estilo de CORDOBA con los sindicatos. Y nos parece que van intentar golpearnos arriba. Con relación a las bajadas, controlarlas estrictamente -se refieren a las bajadas del monte a las poblaciones- Lo de "BARTOLO" con "PACO" no puede ser; que se quede". Hasta aquí el parte del ERP que dá una idea de cuánto sabían acerca de nuestras órdenes secretas, -las cuales seguramente obtenía vía agentes infiltrtados.- Pues bien, cuando una Sección de la Guardia de Infantería de la Policía Federal transitaba por el camino de San Pablo a Potreros de las Tablas, fué violentamente atacada por el ERP desde un campamento situado en la parte norte de la quebrada. Un disparo del enemigo alcanzó a penetrar por el techo de los móviles e hirió a un agente en la pierna. De inmediato, el contingente procedió a bajarse de los vehículos y responder a la agresión, escalando el empinado cerro. Luego de transitar por un angosto sendero natural formado por la caída de un arroyo, los efectivos comenzaron a subir hasta la cima, tarea que les llevó unos 20 minutos. Luego de intercambiar disparos por varios minutos el ERP abandonó el campamento y se retiró hacia el interior del monte, dejando el campamento intacto. Situado sobre terrazas artificiales usadas como zonas de descanso, el campamento estaba situado a sólo 4 kilómetros de la Ciudad de Lules y sólo tres de la usina eléctrica que aprovecha las aguas del río homónimo, contaba con varios puestos fortificados sobre el límite de la ladera. Así, en cuanto se acercaban patrullas del Ejército, mediante un sistema rudimentario pero eficaz de alarma -batería de 6 voltios que hacía sonar una bocina de automóvil- los delincuentes subversivos ocupaban sus puestos y dominaban el camino que corría debajo.- El ERP contaba con un vigía parapetado en un mangrullo, desde donde podía contemplarse, sin ser visto, toda la zona este. Apenas veía algun movimiento sospechoso, el delincuente subversivo daba la alarma y los irregulares se atrincheraban detrás de las fortificaciones hechas de tronco de árbol. Dentro del campamento las tropas legales hallaron varios ramales secundarios, unidos, unos con otros, a través de un cable plastificado que guiaba a los delincuentes a los distintos lugares del mismo dentro de la espesura del monte...." [/B] [/QUOTE]
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Verificación
Guerra desarrollada entre Argentina y el Reino Unido en 1982
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