El contenido y, en parte, el órden en que está dispuesto, está basado en el libro de Zaloga "Pz IV vs Char B1 Bis...". Sin embargo, muchos datos estaban desordenados, eran incorrectos o el autor no se había tomado la molestia de hacerlos coincidir, por ejemplo, con el tanque al cual pertenecían. Principalmente los datos técnicos estaban bastante desacertados por lo que hubo que correr hacia otras fuentes. Lo mismo hice para detalles menores, y en los casos en que no los pudiera encontrar, o no hubiera coincidencia entre lo que afirman las distintas fuentes, lo aclaré en las notas.
Verán ciertos hipervínculos en nombres de vehículos o batallas claves. Algunos están linkeados a simples artículos de wikipedia, como para que el lector pueda tener una idea de qué se está hablando, y otros lo están a artículos más que interesantes, así que recomiendo ir clickeando en cada uno.
Al narrar la o las batallas, traté de reducirme lo más que pude al combate puntual, que era el de tanques, y dejé muchos datos que sí aporta Zaloga y otras fuentes respecto a los combates de infantería, el aporte de la artillería, así como muchos nombres de combatientes, soldados y comandantes. Si esta narración de la batalla por Stonne, algo más detallada, les interesa, la pueden leer en los últimos tres capítulos del citado libro de Zaloga.
PzKpfw. IV vs Char B1 Bis (Parte I)
Durante la Primera Guerra Mundial, avances tecnológicos como las ametralladoras o la artillería de largo alcance se emplearon como instrumentos defensivos y dieron lugar a la guerra de trincheras.
Los primeros vehículos blindados carecían de capacidad de vadeo y la autonomía necesaria para penetrar las líneas defensivas, sin contar que su fiabilidad mecánica era muy reducida.
Sin embargo, la decisiva derrota sufrida por Alemania en Amiens, el 8 de agosto de 1918, el empleo masivo de 430 tanques ingleses en conjunto con infantería y caballería, dejó claro que esta incipiente tecnología podía asestar un duro golpe a la estrategia defensiva que se venía planteando hasta entonces. Si bien solo se había penetrado las defensas avanzadas alemanas, quedó evidenciado que los diseños que pronto entrarían en combate tendrían resultados mayores. El general Ludendorff, comandante de toda la maquinaria bélica alemana observó que su país no podría adaptarse a tiempo a los cambios en el combate. La guerra finalizó poco tiempo después, y el Tratado de Versalles impuso a Alemania la imposibilidad de contar con tanques en su inventario.
Terminada la Primera Guerra Mundial, las naciones tomaron diferentes posturas con respecto al empleo y desarrollo de unidades blindadas.
Los alemanes, por su parte, estaban mayoritariamente convencidos de que el empleo de tanques en gran número, de manera sorpresiva y en zonas inesperadas había sido una de las causas de la derrota. Así lo relata el general Von Kuhl, quien formó parte del Estado Mayor del Grupo de Ejército atacado en Amiens.
Los aliados vieron la utilidad de los tanques, pero no compartieron, al menos en un principio, la visión respecto a cómo emplearlos. Los franceses destinaron a los tanques la función de acompañar a la infantería y de reemplazar a la caballería en las tareas de exploración. Es función de esto desarrollaron tanques ligeros y otros muy bien blindados y armados. Posteriormente, se desarrollaron tanques intermedios en tamaño y peso, que debían combinar la capacidad de resistir la artillería de la época con cierta movilidad y velocidad. Entre estos se encontraba el Char B. Los tanques se organizaron de modo que actuaran en pequeños grupos, agregados a las divisiones de infantería.
Tras la destrucción del Ejército polaco se apresuraron a conformar divisiones blindadas con menor número de infantería –proporcionalmente-, destinados a abrir brechas en las líneas enemigas a través de las cuales pudieran pasar unidades convencionales. Carecían, aún, de autosuficiencias para poder penetrar en profundidad y destruir centros claves. El problema de estas divisiones fue principalmente cronológico, dado que la falta de tiempo impidió una instrucción adecuada, y solo dos de ellas estaban organizadas en su totalidad para mayo de 1940.
Inglaterra continuó encabezando el desarrollo técnico hasta la década de 1930. Habían visto en los elementos blindados un medio económico y eficaz para controlar regiones remotas del Imperio. En cuanto a su doctrina, un gran grupo de oficiales había tenido una correcta percepción acerca de la potencialidad del tanque y las unidades mecanizadas. Se proponía no solo el reemplazo de la caballería por unidades blindadas, sino la mecanización de la artillería y la infantería para poder acompañar a dichos tanques. Exponentes de esto fueron Basil Liddell Hart y el general Fuller, entre otros.
En 1934 el general Hobart, en calidad de comandante de la primera unidad de carros hizo hincapié en lo que los generales Broad y Pile ya habían expuesto y demostrado: con un gran avance en profundidad, una fuerza móvil de carros de combate, puede poner en condiciones de inferioridad a una fuerza superior numérica y cualitativamente. Con esto, Hobart quería decir que no estaba dispuesto a que la infantería y artillería limitaran la velocidad de avance de sus tanques. Las ideas propuestas por Liddell Hart y Fuller, y por Hobart despertaron duras críticas y resistencia por parte de militares y políticos tradicionalistas, algunos de los cuales eran reacios a aceptar la pérdida de importancia de la caballería, por ejemplo. Esta oposición tuvo un efecto retardador sobre el progreso en materia de desarrollo e instrucción de las unidades blindadas británicas, por lo que para 1940 solo unas pocas unidades estaban suficientemente preparadas.
En Alemania, los militares tradicionales expresaron la misma postura que sus equivalentes franceses e ingleses. Sin embargo, la llegada de Hitler, y la anulación de las restricciones impuestas por el Tratado de Versalles, supuso un fuerte apoyo a generales como Guderian, Thoma, Lutz, Brauchitsch, Blomberg y Reichenau, quienes compartían su visión respecto a la importancia del tanque como medio para lanzar golpes en profundidad, habiendo tomado ideas de Hobart.
Rechazaron la idea francesa e inglesa de disponer de tanques “de infantería”, sino que concentraron los medios acorazados en unidades especiales, constituidas por un equilibrado número de blindados, infantería, ingenieros, artillería, etc. A su intenso entrenamiento y su experiencia se sumaba la coordinación con el arma aérea, que reemplazaría a la artillería pesada para las unidades que operaban en la profundidad del territorio enemigo.
La organización francesa: Division Cuirassée
Durante su creación y utilización en la Primera Guerra Mundial, los tanques dependieron de la rama de artillería del Ejército. En el período de entreguerras, el Ejército francés se mostró muy entusiasta respecto a la mecanización de sus medios y a los tanques, pero dejó las divisiones blindadas a cargo tanto de la infantería como de la caballería. Estas ramas tenían distintas visiones sobre los medios que se debían tener y el empleo de los mismos.
Se tenía en claro la vital importancia de los tanques, y el inspector general de la infantería declaró en 1938 “My profound conviction is that these machines are destined to play a decisive role in a future conflict; the infantry was unable to do without tanks in the last war and will be able even less in future operations. The tank must be the preferred arm in a nation poor in personnel. War is a question of force where the advantage rests with the most powerful machine and not with the most rapid machine”.
Los tanques de la infantería quedaron resignados al rol de acompañar a esta al combate, y no se los veía como elementos de ataque. En parte, la postura defensiva que adoptó Francia contribuyó a que no se desarrollara una doctrina ofensiva de empleo de tanques, como sí hizo Alemania.
En mayo de 1940, 1540 carros de combate (casi la mitad de la masa total de tanques del país) correspondían a batallones de tanques de acompañamiento, siendo los principales tanques de la infantería el Hotchkiss H-39 y el Renault R-35, ambos fuertemente blindados pero lentos.
La caballería, por su parte, tras el fracasado empleo de caballos en la Primera Guerra, inició un fuerte proceso de mecanización para mantenerse como la fuerza móvil del Ejército. A diferencia de la fuerza de carros de la infantería, que caría de un impulsor de la mecanización tras el retiro del general Estienne en 1927, la caballería contaba con la figura del general Maxime Weygand, jefe del Staff General y vicepresidente del Consejo Superior de Guerra.
De este modo, la caballería decidió formar divisiones mecanizadas denominadas Division Légère
Méchanique (DLM), que combinaban tanques con infantería y artillería mecanizada, estableciéndose la 1e DLM (primera División Ligera Mecanizada) entre 1935 y 1936, y la segunda en 1937, totalizando tres para el momento del inicio de las hostilidades en 1940.
Los principales tanques de la caballería eran el Hotchkiss H-39 y el Somua S-35, con el apoyo de vehículos blindados Panhard 178. A su vez, los medios de reconocimiento también se mecanizaron.
En total, 835 tanques estaban en las unidades de la caballería en mayo de 1940.
Si bien Estienne veía al Char B1 como un tanque de maniobra (con funcionamiento independiente), su retiro previo al establecimiento de alguna doctrina respecto a este nuevo rol hizo que, como veremos, el Char B1 se desarrollara sin consenso sobre qué rol iba a cumplir y qué prestaciones debería tener.
Sin embargo, en 1930 se comenzó a prestar atención al concepto de chars de manoeuvre ensemble o tanques de maniobra en conjunto (concepto que sería adoptado, con distintas interpretaciones, por varios países, principalmente la Unión Soviética, e incluyendo a EEUU, Italia y Argentina). En efecto, en 1936 el Staff General aceptó ese concepto y definió la misión para los tanques: cooperar con la infantería, avanzar por delante de los tanques de acompañamiento, atacando distintos objetivos, pudiendo operar por los flancos más débiles, y atacar a las columnas blindadas enemigas. Sin embargo, esto difería de la idea de Estienne en tanto se concebía a estos batallones de tanques como subordinados a las divisiones de infantería, y por lo tanto su rol era meramente táctico: solucionar problemas locales de dicha división, de una forma más independiente que los tanques de acompañamiento.
Tanto Estienne como el coronel De Gaulle sugirieron y defendieron la creación de divisiones de tanques con una orientación ofensiva y una misión autónoma. Estas ideas tuvieron poco apoyo durante los años 30. Por ejemplo, el general Gamelin declaró en 1936 “The problems of constituting large tank units has been studied in France since 1932; the development of the antitank weapon has caused a renunciation of this concept”. Sin embargo, la opinión comenzó a cambiar y se empezó a ver con buenos ojos la creación de divisiones con fuerzas combinadas, basadas en el Char B1, y en 1938, el Consejo Superior de Guerra creó una comisión para evaluar una gran unidad blindada que contara con Char B1, Char D2, infantería mecanizada y artillería mecanizada. Sin embargo, las pruebas de campo fueron canceladas para evitar elevar las tensiones internacionales, tras la anexión de Austria y los Sudetes a la Alemania Nazi.
Si bien se entendía la necesidad de contar con estas unidades autónomas, también se creía que no habría suficientes Char B1 hasta fines de 1940 o 1941.
Fue la efectividad que mostraron las divisiones panzer en Polonia, en 1939, lo que terminó de convencer a los franceses.
El primer paso fue la creación de las demi-brigades (semibrigadas o medias brigadas), que unificaban un par batallones de tanques bajo un comando único. Luego, se aprobó la creación de cuatro Divisions Cuirassées (Division Blindadas). La primeras dos fueron creadas en enero de 1940 (al mando de Bruneau y Bruché respectivamente), y la tercera, en marzo (al mando de Brocard). La cuarta, al mando de De Gaulle, comenzó a formarse a las apuradas en mayo de 1940 tras el ataque alemán.
Las Divisiones Blindadas estaban formadas por dos semibrigadas (una de Char B1 Bis y una de Hotchkiss H-39), cada una formada por dos batallones, un único batallón de infantería o bataillon de chasseurs (por la carencia transportes Lorraine), con elementos de artillería de acompañamiento y antitanque, pero sin elementos de reconocimiento, por la limitada cantidad de autos blindados disponibles.
De este modo, las divisiones no estaban bien balanceadas, y contaba con solo 6130 hombres, contra los casi 13000 con los que contaban algunas divisiones panzer, y menos de 160 tanques contra un promedio de 265 tanques por cada división panzer.
A los problemas organizacionales, se sumó la tardanza en la entrega no solo de los Char B1, sino de los vehículos de transporte de tropas. El entrenamiento en conjunto fue mínimo o inexistente, así como los despliegues a gran escala. La primera división, establecida en Suippes, tuvo, al igual que la segunda, tres meses de entrenamiento, pero este se limitó al trabajo en pequeñas unidades. La Segunda División realizó el 8 de mayo un ejercicio (presenciado por el general Flavigny) en el cual se simulaba un contraataque, pero la División tardó 5 horas en avanzar cuatro kilómetros, llegando al objetivo totalmente desorganizada. Por último, la Tercera División Blindada tuvo apenas un mes de entrenamiento. La Cuarta División, al mando de De Gaulle, se improvisó el al comienzo de mayo.
(Zaloga)
La organización alemana: Panzerdivision
Muchos oficiales alemanes vieron en el tanque el potencial para romper con la estaticidad de la guerra de trincheras. A pesar de las prohibiciones impuestas por el Tratado de Versalles, Alemania comenzó a desarrollar sus medios blindados, preparar su industria, preparar su doctrina e instruir a sus tropas, especialmente tras el ascenso de Hitler en 1933. El contacto entre los ejércitos alemanes y soviéticos en la década del 1920 contribuyó al interés alemán por los medios blindados.
La creación de las divisiones blindadas era promovida, particularmente, por el mayor general (generalmajor) Oswald Lutz, inspector de las tropas mecanizadas, y de su Jefe del staff, teniente coronel Heinz Guderian.
En 1933, el proceso de remilitarización alemán tuvo un gran impulso. La primera unidad panzer se formó clandestinamente en Zossen en Noviembre de ese año. Si bien ya estaba planificado el desarrollo de tanques medianos y pesados, inicialmente se empleó el tanque ligero PzKpfw. I. como un medio adecuado y disponible para brindar entrenamiento a las tropas.
En enero de 1935, Lutz sugirió la creación de las primeras 3 divisiones panzer. La primera de ellas se organizó en octubre de ese año, siendo las otras dos creadas a medida que hubo suficientes tanques disponibles. La tercera división fue creada en Berlin el 15 de octubre de 1935. Le siguió la 4ª división, creada en Wurzburgo el 10 de noviembre de 1938, y la 5ª, creada en Oppeln el 24 de noviembre.
La mecanización de los elementos de la caballería se llevó a cabo bajo la forma de Divisiones Ligeras (Leichte Division), que cumplía los roles típicos de la caballería de exploración y reconocimiento. La primera de estas fue creada en 1938, a partir de la 1ª brigada ligera, cuya creación se había dado en octubre del año anterior. Para 1938 se contaba con 5 divisiones panzer y 4 ligeras. Con la anexión de los Sudetes, las divisiones ligeras incorporaron tanques PzKpfw. 35 (t) y PzKpfw. 38 (t), ambos de origen checo.
En 1939 se formó la décima división panzer, en Praga. Ese mismo año, el staff general decidió convertir las divisiones ligeras en divisiones panzer, proceso que comenzó en octubre de dicho año, una vez finalizada la campaña en Polonia. Así, las primeras cuatro divisiones ligeras se convirtieron en la sexta, séptima, octava y novena división panzer (esta última, en enero de 1940).
Las divisiones panzer luego se concentraron en cuerpos panzer (Panzerkorps), que reunían dos divisiones panzer (o una o dos división panzer y una división de infantería mecanizada), y 2 o 3 cuerpos formaban un grupo de ejército (Panzerarmee).
A pesar de estas grandes concentraciones de tanques al inicio de la guerra, a medida que esta avanzó, Alemania dispersó sus fuerzas blindadas para proveer de apoyo a todas las unidades de infantería bajo la forma de compañías de artillería de asalto, compañías de cazatanques, y regimientos de tanques pesados. Los demás ejércitos también tenían una distribución similar: Francia tenía casi la mitad de sus tanques fuera de sus DCr y DLM; EEUU, en 1944, tenía 48 de 118 batallones de tanques en divisiones blindadas; el Ejército Rojo, también para ese año, tenía solo un 40% de sus tanques y artillería autopropulsada en sus cuerpos mecanizados.
Los alemanes empleaban el concepto de Auftragstaktik. De acuerdo a esto, los oficiales que cumplían roles de comandantes tácticos, recibían de sus superiores órdenes o directivas que indicaban la intención o propósito de la misión (así como el material y el tiempo a emplear), pero no el método. De esta manera, la táctica empleada dependía de los comandantes subalternos, los que requerían de gran iniciativa, pero le daba gran flexibilidad y capacidad de adaptación ante el accionar enemigo. La radio era un elemento crucial para poder llevar adelante la llamada Blitzkrieg, dándole a los comandantes información prácticamente en tiempo real.
Por el contrario, la doctrina francesa conocida como “Batalla metódica”, instaba a sus comandantes tácticos no a la iniciativa sino a seguir las órdenes (el plan de batalla) al pie de la letra, lo que hacía a sus oficiales dependientes de recibir las órdenes antes de tomar acción alguna.
Si bien los franceses también intentaron adoptar tecnologías para la comunicación, solo la mitad de sus tanques poseían radio, mientras que prácticamente todos los blindados alemanes poseían, al menos, un receptor.
(zaloga)
Organización interna de la 4a, 5a y 10a División Panzer.
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Al narrar la o las batallas, traté de reducirme lo más que pude al combate puntual, que era el de tanques, y dejé muchos datos que sí aporta Zaloga y otras fuentes respecto a los combates de infantería, el aporte de la artillería, así como muchos nombres de combatientes, soldados y comandantes. Si esta narración de la batalla por Stonne, algo más detallada, les interesa, la pueden leer en los últimos tres capítulos del citado libro de Zaloga.
PzKpfw. IV vs Char B1 Bis (Parte I)
Durante la Primera Guerra Mundial, avances tecnológicos como las ametralladoras o la artillería de largo alcance se emplearon como instrumentos defensivos y dieron lugar a la guerra de trincheras.
Los primeros vehículos blindados carecían de capacidad de vadeo y la autonomía necesaria para penetrar las líneas defensivas, sin contar que su fiabilidad mecánica era muy reducida.
Sin embargo, la decisiva derrota sufrida por Alemania en Amiens, el 8 de agosto de 1918, el empleo masivo de 430 tanques ingleses en conjunto con infantería y caballería, dejó claro que esta incipiente tecnología podía asestar un duro golpe a la estrategia defensiva que se venía planteando hasta entonces. Si bien solo se había penetrado las defensas avanzadas alemanas, quedó evidenciado que los diseños que pronto entrarían en combate tendrían resultados mayores. El general Ludendorff, comandante de toda la maquinaria bélica alemana observó que su país no podría adaptarse a tiempo a los cambios en el combate. La guerra finalizó poco tiempo después, y el Tratado de Versalles impuso a Alemania la imposibilidad de contar con tanques en su inventario.
Terminada la Primera Guerra Mundial, las naciones tomaron diferentes posturas con respecto al empleo y desarrollo de unidades blindadas.
Los alemanes, por su parte, estaban mayoritariamente convencidos de que el empleo de tanques en gran número, de manera sorpresiva y en zonas inesperadas había sido una de las causas de la derrota. Así lo relata el general Von Kuhl, quien formó parte del Estado Mayor del Grupo de Ejército atacado en Amiens.
Los aliados vieron la utilidad de los tanques, pero no compartieron, al menos en un principio, la visión respecto a cómo emplearlos. Los franceses destinaron a los tanques la función de acompañar a la infantería y de reemplazar a la caballería en las tareas de exploración. Es función de esto desarrollaron tanques ligeros y otros muy bien blindados y armados. Posteriormente, se desarrollaron tanques intermedios en tamaño y peso, que debían combinar la capacidad de resistir la artillería de la época con cierta movilidad y velocidad. Entre estos se encontraba el Char B. Los tanques se organizaron de modo que actuaran en pequeños grupos, agregados a las divisiones de infantería.
Tras la destrucción del Ejército polaco se apresuraron a conformar divisiones blindadas con menor número de infantería –proporcionalmente-, destinados a abrir brechas en las líneas enemigas a través de las cuales pudieran pasar unidades convencionales. Carecían, aún, de autosuficiencias para poder penetrar en profundidad y destruir centros claves. El problema de estas divisiones fue principalmente cronológico, dado que la falta de tiempo impidió una instrucción adecuada, y solo dos de ellas estaban organizadas en su totalidad para mayo de 1940.
Inglaterra continuó encabezando el desarrollo técnico hasta la década de 1930. Habían visto en los elementos blindados un medio económico y eficaz para controlar regiones remotas del Imperio. En cuanto a su doctrina, un gran grupo de oficiales había tenido una correcta percepción acerca de la potencialidad del tanque y las unidades mecanizadas. Se proponía no solo el reemplazo de la caballería por unidades blindadas, sino la mecanización de la artillería y la infantería para poder acompañar a dichos tanques. Exponentes de esto fueron Basil Liddell Hart y el general Fuller, entre otros.
En 1934 el general Hobart, en calidad de comandante de la primera unidad de carros hizo hincapié en lo que los generales Broad y Pile ya habían expuesto y demostrado: con un gran avance en profundidad, una fuerza móvil de carros de combate, puede poner en condiciones de inferioridad a una fuerza superior numérica y cualitativamente. Con esto, Hobart quería decir que no estaba dispuesto a que la infantería y artillería limitaran la velocidad de avance de sus tanques. Las ideas propuestas por Liddell Hart y Fuller, y por Hobart despertaron duras críticas y resistencia por parte de militares y políticos tradicionalistas, algunos de los cuales eran reacios a aceptar la pérdida de importancia de la caballería, por ejemplo. Esta oposición tuvo un efecto retardador sobre el progreso en materia de desarrollo e instrucción de las unidades blindadas británicas, por lo que para 1940 solo unas pocas unidades estaban suficientemente preparadas.
En Alemania, los militares tradicionales expresaron la misma postura que sus equivalentes franceses e ingleses. Sin embargo, la llegada de Hitler, y la anulación de las restricciones impuestas por el Tratado de Versalles, supuso un fuerte apoyo a generales como Guderian, Thoma, Lutz, Brauchitsch, Blomberg y Reichenau, quienes compartían su visión respecto a la importancia del tanque como medio para lanzar golpes en profundidad, habiendo tomado ideas de Hobart.
Rechazaron la idea francesa e inglesa de disponer de tanques “de infantería”, sino que concentraron los medios acorazados en unidades especiales, constituidas por un equilibrado número de blindados, infantería, ingenieros, artillería, etc. A su intenso entrenamiento y su experiencia se sumaba la coordinación con el arma aérea, que reemplazaría a la artillería pesada para las unidades que operaban en la profundidad del territorio enemigo.
La organización francesa: Division Cuirassée
Durante su creación y utilización en la Primera Guerra Mundial, los tanques dependieron de la rama de artillería del Ejército. En el período de entreguerras, el Ejército francés se mostró muy entusiasta respecto a la mecanización de sus medios y a los tanques, pero dejó las divisiones blindadas a cargo tanto de la infantería como de la caballería. Estas ramas tenían distintas visiones sobre los medios que se debían tener y el empleo de los mismos.
Se tenía en claro la vital importancia de los tanques, y el inspector general de la infantería declaró en 1938 “My profound conviction is that these machines are destined to play a decisive role in a future conflict; the infantry was unable to do without tanks in the last war and will be able even less in future operations. The tank must be the preferred arm in a nation poor in personnel. War is a question of force where the advantage rests with the most powerful machine and not with the most rapid machine”.
Los tanques de la infantería quedaron resignados al rol de acompañar a esta al combate, y no se los veía como elementos de ataque. En parte, la postura defensiva que adoptó Francia contribuyó a que no se desarrollara una doctrina ofensiva de empleo de tanques, como sí hizo Alemania.
En mayo de 1940, 1540 carros de combate (casi la mitad de la masa total de tanques del país) correspondían a batallones de tanques de acompañamiento, siendo los principales tanques de la infantería el Hotchkiss H-39 y el Renault R-35, ambos fuertemente blindados pero lentos.
La caballería, por su parte, tras el fracasado empleo de caballos en la Primera Guerra, inició un fuerte proceso de mecanización para mantenerse como la fuerza móvil del Ejército. A diferencia de la fuerza de carros de la infantería, que caría de un impulsor de la mecanización tras el retiro del general Estienne en 1927, la caballería contaba con la figura del general Maxime Weygand, jefe del Staff General y vicepresidente del Consejo Superior de Guerra.
De este modo, la caballería decidió formar divisiones mecanizadas denominadas Division Légère
Méchanique (DLM), que combinaban tanques con infantería y artillería mecanizada, estableciéndose la 1e DLM (primera División Ligera Mecanizada) entre 1935 y 1936, y la segunda en 1937, totalizando tres para el momento del inicio de las hostilidades en 1940.
Los principales tanques de la caballería eran el Hotchkiss H-39 y el Somua S-35, con el apoyo de vehículos blindados Panhard 178. A su vez, los medios de reconocimiento también se mecanizaron.
En total, 835 tanques estaban en las unidades de la caballería en mayo de 1940.
Si bien Estienne veía al Char B1 como un tanque de maniobra (con funcionamiento independiente), su retiro previo al establecimiento de alguna doctrina respecto a este nuevo rol hizo que, como veremos, el Char B1 se desarrollara sin consenso sobre qué rol iba a cumplir y qué prestaciones debería tener.
Sin embargo, en 1930 se comenzó a prestar atención al concepto de chars de manoeuvre ensemble o tanques de maniobra en conjunto (concepto que sería adoptado, con distintas interpretaciones, por varios países, principalmente la Unión Soviética, e incluyendo a EEUU, Italia y Argentina). En efecto, en 1936 el Staff General aceptó ese concepto y definió la misión para los tanques: cooperar con la infantería, avanzar por delante de los tanques de acompañamiento, atacando distintos objetivos, pudiendo operar por los flancos más débiles, y atacar a las columnas blindadas enemigas. Sin embargo, esto difería de la idea de Estienne en tanto se concebía a estos batallones de tanques como subordinados a las divisiones de infantería, y por lo tanto su rol era meramente táctico: solucionar problemas locales de dicha división, de una forma más independiente que los tanques de acompañamiento.
Tanto Estienne como el coronel De Gaulle sugirieron y defendieron la creación de divisiones de tanques con una orientación ofensiva y una misión autónoma. Estas ideas tuvieron poco apoyo durante los años 30. Por ejemplo, el general Gamelin declaró en 1936 “The problems of constituting large tank units has been studied in France since 1932; the development of the antitank weapon has caused a renunciation of this concept”. Sin embargo, la opinión comenzó a cambiar y se empezó a ver con buenos ojos la creación de divisiones con fuerzas combinadas, basadas en el Char B1, y en 1938, el Consejo Superior de Guerra creó una comisión para evaluar una gran unidad blindada que contara con Char B1, Char D2, infantería mecanizada y artillería mecanizada. Sin embargo, las pruebas de campo fueron canceladas para evitar elevar las tensiones internacionales, tras la anexión de Austria y los Sudetes a la Alemania Nazi.
Si bien se entendía la necesidad de contar con estas unidades autónomas, también se creía que no habría suficientes Char B1 hasta fines de 1940 o 1941.
Fue la efectividad que mostraron las divisiones panzer en Polonia, en 1939, lo que terminó de convencer a los franceses.
El primer paso fue la creación de las demi-brigades (semibrigadas o medias brigadas), que unificaban un par batallones de tanques bajo un comando único. Luego, se aprobó la creación de cuatro Divisions Cuirassées (Division Blindadas). La primeras dos fueron creadas en enero de 1940 (al mando de Bruneau y Bruché respectivamente), y la tercera, en marzo (al mando de Brocard). La cuarta, al mando de De Gaulle, comenzó a formarse a las apuradas en mayo de 1940 tras el ataque alemán.
Las Divisiones Blindadas estaban formadas por dos semibrigadas (una de Char B1 Bis y una de Hotchkiss H-39), cada una formada por dos batallones, un único batallón de infantería o bataillon de chasseurs (por la carencia transportes Lorraine), con elementos de artillería de acompañamiento y antitanque, pero sin elementos de reconocimiento, por la limitada cantidad de autos blindados disponibles.
De este modo, las divisiones no estaban bien balanceadas, y contaba con solo 6130 hombres, contra los casi 13000 con los que contaban algunas divisiones panzer, y menos de 160 tanques contra un promedio de 265 tanques por cada división panzer.
A los problemas organizacionales, se sumó la tardanza en la entrega no solo de los Char B1, sino de los vehículos de transporte de tropas. El entrenamiento en conjunto fue mínimo o inexistente, así como los despliegues a gran escala. La primera división, establecida en Suippes, tuvo, al igual que la segunda, tres meses de entrenamiento, pero este se limitó al trabajo en pequeñas unidades. La Segunda División realizó el 8 de mayo un ejercicio (presenciado por el general Flavigny) en el cual se simulaba un contraataque, pero la División tardó 5 horas en avanzar cuatro kilómetros, llegando al objetivo totalmente desorganizada. Por último, la Tercera División Blindada tuvo apenas un mes de entrenamiento. La Cuarta División, al mando de De Gaulle, se improvisó el al comienzo de mayo.
(Zaloga)
La organización alemana: Panzerdivision
Muchos oficiales alemanes vieron en el tanque el potencial para romper con la estaticidad de la guerra de trincheras. A pesar de las prohibiciones impuestas por el Tratado de Versalles, Alemania comenzó a desarrollar sus medios blindados, preparar su industria, preparar su doctrina e instruir a sus tropas, especialmente tras el ascenso de Hitler en 1933. El contacto entre los ejércitos alemanes y soviéticos en la década del 1920 contribuyó al interés alemán por los medios blindados.
La creación de las divisiones blindadas era promovida, particularmente, por el mayor general (generalmajor) Oswald Lutz, inspector de las tropas mecanizadas, y de su Jefe del staff, teniente coronel Heinz Guderian.
En 1933, el proceso de remilitarización alemán tuvo un gran impulso. La primera unidad panzer se formó clandestinamente en Zossen en Noviembre de ese año. Si bien ya estaba planificado el desarrollo de tanques medianos y pesados, inicialmente se empleó el tanque ligero PzKpfw. I. como un medio adecuado y disponible para brindar entrenamiento a las tropas.
En enero de 1935, Lutz sugirió la creación de las primeras 3 divisiones panzer. La primera de ellas se organizó en octubre de ese año, siendo las otras dos creadas a medida que hubo suficientes tanques disponibles. La tercera división fue creada en Berlin el 15 de octubre de 1935. Le siguió la 4ª división, creada en Wurzburgo el 10 de noviembre de 1938, y la 5ª, creada en Oppeln el 24 de noviembre.
La mecanización de los elementos de la caballería se llevó a cabo bajo la forma de Divisiones Ligeras (Leichte Division), que cumplía los roles típicos de la caballería de exploración y reconocimiento. La primera de estas fue creada en 1938, a partir de la 1ª brigada ligera, cuya creación se había dado en octubre del año anterior. Para 1938 se contaba con 5 divisiones panzer y 4 ligeras. Con la anexión de los Sudetes, las divisiones ligeras incorporaron tanques PzKpfw. 35 (t) y PzKpfw. 38 (t), ambos de origen checo.
En 1939 se formó la décima división panzer, en Praga. Ese mismo año, el staff general decidió convertir las divisiones ligeras en divisiones panzer, proceso que comenzó en octubre de dicho año, una vez finalizada la campaña en Polonia. Así, las primeras cuatro divisiones ligeras se convirtieron en la sexta, séptima, octava y novena división panzer (esta última, en enero de 1940).
Las divisiones panzer luego se concentraron en cuerpos panzer (Panzerkorps), que reunían dos divisiones panzer (o una o dos división panzer y una división de infantería mecanizada), y 2 o 3 cuerpos formaban un grupo de ejército (Panzerarmee).
A pesar de estas grandes concentraciones de tanques al inicio de la guerra, a medida que esta avanzó, Alemania dispersó sus fuerzas blindadas para proveer de apoyo a todas las unidades de infantería bajo la forma de compañías de artillería de asalto, compañías de cazatanques, y regimientos de tanques pesados. Los demás ejércitos también tenían una distribución similar: Francia tenía casi la mitad de sus tanques fuera de sus DCr y DLM; EEUU, en 1944, tenía 48 de 118 batallones de tanques en divisiones blindadas; el Ejército Rojo, también para ese año, tenía solo un 40% de sus tanques y artillería autopropulsada en sus cuerpos mecanizados.
Los alemanes empleaban el concepto de Auftragstaktik. De acuerdo a esto, los oficiales que cumplían roles de comandantes tácticos, recibían de sus superiores órdenes o directivas que indicaban la intención o propósito de la misión (así como el material y el tiempo a emplear), pero no el método. De esta manera, la táctica empleada dependía de los comandantes subalternos, los que requerían de gran iniciativa, pero le daba gran flexibilidad y capacidad de adaptación ante el accionar enemigo. La radio era un elemento crucial para poder llevar adelante la llamada Blitzkrieg, dándole a los comandantes información prácticamente en tiempo real.
Por el contrario, la doctrina francesa conocida como “Batalla metódica”, instaba a sus comandantes tácticos no a la iniciativa sino a seguir las órdenes (el plan de batalla) al pie de la letra, lo que hacía a sus oficiales dependientes de recibir las órdenes antes de tomar acción alguna.
Si bien los franceses también intentaron adoptar tecnologías para la comunicación, solo la mitad de sus tanques poseían radio, mientras que prácticamente todos los blindados alemanes poseían, al menos, un receptor.
(zaloga)
Organización interna de la 4a, 5a y 10a División Panzer.
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