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Malvinas 1982
Pequeños homenajes a Malvinas y sus heroes
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<blockquote data-quote="Willypicapiedra" data-source="post: 1985198" data-attributes="member: 162"><p>para leer..</p><p></p><p>PESADILLAS – (cuento corto)</p><p>Islas Malvinas, Otoño de 1982</p><p>Gonzalez sintió el puñetazo en el pecho, se le aflojaron las piernas y cayó de rodillas, como un títere al que una mano invisible cortara de pronto los hilos, los brazos colgando a los lados, el mentón contra el pecho.</p><p>Pasado el breve instante de estupor, lo supo con certeza infinita, estaba muerto.</p><p>Un terror infinito le estalló en las entrañas.</p><p>De pronto todo fue absurdo, sin sentido y ya no le importó nada la misión, la guerra, la Patria…nada.</p><p>Deseó con espanto que todo fuera un sueño, no estar allí, escapar. El pánico sacudía su cuerpo con espasmos helados.</p><p>Ya totalmente ajenos a su voluntad, los intestinos perdieron control, derramándose en sus pantalones.</p><p>Un grito pugnó por escapar de su garganta, pero los labios apenas se movieron. El llamado salvaje, inconsciente y primordial se transformó en apenas un susurro ahogado por la sangre.</p><p>-¡Mamá!- murmuró y cayó hacia adelante.</p><p>Cuando su rostro se aplastó sobre la turba húmeda, ya estaba verdaderamente muerto.</p><p>En algún lugar de Buenos Aires, su madre se despertó agitada en la cama, en mitad de la noche y sin saber porqué, comenzó a sollozar.</p><p>El soldado de primera clase Robert L. Williams pensó en su viejo instructor.</p><p>-No tire del gatillo, apriételo suavemente hasta que lo sorprenda el disparo – decía constantemente durante la instrucción.</p><p>Así lo había hecho.</p><p>La aguja percusora de su FSL se estrelló contra el culote de la vaina metálica encendiendo la pólvora del cartucho, los gases al expandirse empujaron la munición calibre 7,62 milímetros a través del cañón del fusil, provocando un seco retroceso del arma y un estampido que resonó en el valle.</p><p>Vió a Gonzalez caer de rodillas.</p><p>-Un “comeporotos” menos- pensó.</p><p>Sin detenerse a ver como su blanco caía de bruces, buscó con la mira al segundo “Argie” … y ya no pensó más, es difícil hacerlo cuando una bala te golpea la frente, esparciéndote los sesos en el aire.</p><p>El segundo Argentino había sido más rápido y letal.</p><p>Esta vez en Londres, una niña pecosa y rubicunda despertó gritando por su papá.</p><p>Cuando bajé el fusil, a pesar del frío me sudaban las manos.</p><p>Si no sobrevivo a esta noche…¿Quién llorará por mí?</p><p>VGM Juan José Fumez</p><p>Reconquista 16/03/2014</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Willypicapiedra, post: 1985198, member: 162"] para leer.. PESADILLAS – (cuento corto) Islas Malvinas, Otoño de 1982 Gonzalez sintió el puñetazo en el pecho, se le aflojaron las piernas y cayó de rodillas, como un títere al que una mano invisible cortara de pronto los hilos, los brazos colgando a los lados, el mentón contra el pecho. Pasado el breve instante de estupor, lo supo con certeza infinita, estaba muerto. Un terror infinito le estalló en las entrañas. De pronto todo fue absurdo, sin sentido y ya no le importó nada la misión, la guerra, la Patria…nada. Deseó con espanto que todo fuera un sueño, no estar allí, escapar. El pánico sacudía su cuerpo con espasmos helados. Ya totalmente ajenos a su voluntad, los intestinos perdieron control, derramándose en sus pantalones. Un grito pugnó por escapar de su garganta, pero los labios apenas se movieron. El llamado salvaje, inconsciente y primordial se transformó en apenas un susurro ahogado por la sangre. -¡Mamá!- murmuró y cayó hacia adelante. Cuando su rostro se aplastó sobre la turba húmeda, ya estaba verdaderamente muerto. En algún lugar de Buenos Aires, su madre se despertó agitada en la cama, en mitad de la noche y sin saber porqué, comenzó a sollozar. El soldado de primera clase Robert L. Williams pensó en su viejo instructor. -No tire del gatillo, apriételo suavemente hasta que lo sorprenda el disparo – decía constantemente durante la instrucción. Así lo había hecho. La aguja percusora de su FSL se estrelló contra el culote de la vaina metálica encendiendo la pólvora del cartucho, los gases al expandirse empujaron la munición calibre 7,62 milímetros a través del cañón del fusil, provocando un seco retroceso del arma y un estampido que resonó en el valle. Vió a Gonzalez caer de rodillas. -Un “comeporotos” menos- pensó. Sin detenerse a ver como su blanco caía de bruces, buscó con la mira al segundo “Argie” … y ya no pensó más, es difícil hacerlo cuando una bala te golpea la frente, esparciéndote los sesos en el aire. El segundo Argentino había sido más rápido y letal. Esta vez en Londres, una niña pecosa y rubicunda despertó gritando por su papá. Cuando bajé el fusil, a pesar del frío me sudaban las manos. Si no sobrevivo a esta noche…¿Quién llorará por mí? VGM Juan José Fumez Reconquista 16/03/2014 [/QUOTE]
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Guerra desarrollada entre Argentina y el Reino Unido en 1982
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