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Area Militar General
Malvinas 1982
Personal Argentino en zona de combate
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<blockquote data-quote="nippur_1967" data-source="post: 2073504" data-attributes="member: 1952"><p>Esa noche me fue difícil dormir, pensaba en todo momento como se debía perfeccionar el plan.</p><p></p><p>El día 29 de Marzo comencé a ver que había gente del Estado Mayor que muchas cosas no le cerraban y por presión o por preguntas, el Brigadier nos informó a la Plana Mayor cual era verdadero motivo por el cual estábamos allí. Para mí fue un alivio, podía ahora compartir con alguien las alternativas previstas del plan. Este seguía siendo secreto para el resto de los colaboradores del Estado Mayor</p><p></p><p>Tuvimos una pequeña reunión con el personal del Grupo 1, nadie era un improvisado, todos conocían perfectamente la especialidad y estaban entrenados para el trabajo que se le había asignado de esa reunión surgió del Suboficial Barbe la posibilidad de escuchar radio Malvinas.</p><p></p><p>La radio en Puerto Argentino era por cable, y en cada casa había un parlante con una perilla que le permitía regular el volumen, pero para los habitantes de las otras islas y de las estancias próximas al pueblo se utilizaban una frecuencia en la banda baja de HF, muy próxima a los dos megaciclos debido a que no podían hacerlo por cable.</p><p></p><p>Le pedí a Mayor Módica, colaboración para instalar un receptor en el taller. Como necesitábamos un mástil de 6 metros salimos urgente a comprarlo y posteriormente a instalarlo arriba del taller de radio ayudas de la Región Aérea Sur.</p><p></p><p>En poco tiempo comenzamos a escuchar la broadcasting de Malvinas, a todos se nos llenó de la cara de alegría. Esa alegría era interna por que no todos conocían el plan.</p><p></p><p>A partir de ese momento nuestro personal escuchaba solamente la frecuencia de la radio de Malvinas tratábamos de aportar datos para Inteligencia. Ya vivíamos la gesta de Malvinas.</p><p></p><p>Mientras escuchábamos música y noticias de la BBC, el operador de la radio informó que iba a leer un mensaje enviado por la reina de Inglaterra al Gobernador de la Isla. En ese mensaje, para asombro de nosotros la Reina explicaba que existían rumores que la República Argentina estaba preparando una invasión a las Islas, que Gran Bretaña no la podía evitar pero que iba a hacer todo lo que estuviera a su alcance para recuperarla. El mensaje leído finalizaba con la tradicional frase “Dios salve a la reina “. A pedido del Vicecomodoro Mendiberri que se desempeñaba como Jefe de Inteligencia de la Brigada la misma fue grabada y enviada por él a la IX Brigada de Infantería donde ya funcionaba un Estado Mayor.</p><p></p><p>Fuimos a esperar el avión de LADE en el que venían los técnicos que nos enviaban para instalar los equipos. Tenían poco más de 20 años. Les dimos instrucciones de lo que necesitábamos y la forma de realizar las pruebas. En esa hora fuimos lo más claro y precisos con ellos. Quizás le transmitimos una responsabilidad muy grande, se fueron sin decir palabras. Sabíamos el clima que ya vivían los Isleños debido al mensaje que se emitía por la Radio Malvinas.</p><p></p><p>La madrugada del día martes 30 de marzo, ya sabíamos que el primer paso había sido dado con éxito, los equipos funcionaban perfectamente bien, el Mayor Gamen y el Vicecomodoro Gilobert ya cumplían la ficticia función de meteorólogos.</p><p></p><p>Fuimos a recibir el vuelo de regreso donde nuestros técnicos venían de cumplir tan exitosa misión, ambos estaban extenuados, no podían hablar por la afonía que tenían debido al frío que habían tomado en la noche instalando las antenas en el exterior de la casa, trabajando a oscuras y peleando contra el frío viento reinante. Pero se los notaba felices por que habían superado todos los problemas y veían lo agradecidos que estabamos todos nosotros.</p><p></p><p>Es una lástima no recordar sus nombres, ya que fueron de los primeros que trabajaron para esta gesta.</p><p></p><p>Nuestra primera etapa del Plan se había cumplido, ya se recibía información meteorológica “adicional” de Puerto Argentino.</p><p></p><p>La tarde del martes seguimos trabajando con nuestras tareas, analizando el plan de frecuencias, controlando los equipos, y previendo que íbamos a llevar en cada vuelo.</p><p></p><p>A medida que iba llegando el día 1 de abril, más difícil era dormir pues, ya había mucha gente llegando o trabajando en el operativo. No todos conocían el plan por lo que se dificultaba mucho más las conversaciones diarias.</p><p></p><p>El día 31 de marzo en las primeras horas del día nuestros especialistas tenían todo listo para actuar a la madrugada del día siguiente. Cada uno sabia lo que tenia que hacer, que debía instalar, y como lo debía hacer.</p><p></p><p>Ese día a la tarde, hablando informalmente con los médicos de la Brigada nos comentaron que ellos iban a tener preparados para cualquier emergencia varios quirófanos en el Hospital de YPF que quedaba ubicado en un lugar denominado Kilómetro 3, camino a la Ciudad de Comodoro Rivadavia, pensé en la necesidad de poder tener un enlace directo con sanidad por cualquier emergencia que tuviéramos en la Isla.</p><p>La idea era que, en caso de evacuaciones sanitarias por medio de aeronaves, los médicos conocieran el diagnostico de antemano para preparar los quirófanos e prever el tipo de ambulancia. Ese trabajo se lo pedí al Mayor Módica, él conocía muy bien al personal de médicos de la Guarnición y también muy bien la forma de implementar un enlace.</p><p></p><p></p><p></p><p>Cuando anochecía comenzaron a llegar varios aviones Hércules C-130, no fue el ruido lo que delató la presencia de ellos, sino la conquista de espacios en los casinos, las piezas tenían varias cuchetas y un sinnúmero de bolsos, ya era difícil hasta obtener un lugar para dormir.</p><p></p><p>Como pasa en estos casos las bromas estaban a la orden del día. Eran muy pocos los que tomaban este momento con miedo, daba sensación que el nerviosismo nos obligaba a actuar de esa manera.</p><p></p><p>Cerca de medianoche se nos informó que debido al mal tiempo, la Armada pedía demorar 24 horas el desembarco. Fueron 24 horas más de vigilia, de pensar, de recordar, y de analizar lo ya planeado.</p><p></p><p><strong>El arribo a las Islas Malvinas</strong></p><p></p><p>El día 2 de abril a la madrugada embarcamos en el primer avión C-130 que despegó con destino a Puerto Argentinos. Además del Estado Mayor, iba el GOE y el Grupo de 1 de Comunicaciones. El vuelo fue en silencio, íbamos ubicados al costado de dos vehículos del Ejército. Fue más largo de lo habitual, ya aterrizados y mientras íbamos carreteando hacia la plataforma el personal del GOE se fue tirando del avión. Cuando se nos dio la orden de descender del avión, mientras íbamos tomando posición hacia la torre de control se sentían disparos aislados y se veían tambores de 200 litros obstruyendo la pista de aterrizaje.</p><p></p><p></p><p></p><p>No habían pasado un minuto que ya desde nuestro lugar de operación, debajo de la torre de control, con el equipo portátil de HF estábamos comunicados con el continente. El personal de operaciones ya estaba autorizando aterrizajes y despegues y coordinando los vuelos con helicópteros de la Armada a través de nuestro VHF portátil.</p><p></p><p>Todo funcionaba tal cual lo habíamos pensados, los operadores enviando y recibiendo mensajes con total naturalidad. Comenzamos a instalar los equipos fijos y también a estudiar donde se debían pasar los cables para habilitar una pequeña central telefónica para el Estado Mayor.</p><p></p><p>A pesar del movimiento intenso que había en el Aeropuerto, las versiones que circulaban, y que los disparos seguían en un extremo del aeropuerto, el personal de comunicaciones (que ya habían sido bautizados por el Primer teniente Zanardi como los “ganchos salvajes “), estaban calentando el agua para tomar mate. Todos los que fueron estaban muy entrenados, trabajaban rápidamente y en silencio.</p><p></p><p></p><p>El apodo de “ganchos”, se debió a que todos eran suboficiales de comunicaciones y es común en nuestra Fuerza expresarse en forma lunfarda, cuando se esta hablando de Suboficiales, y el de “salvaje” fue por que en aquella época tuvo mucho éxito la película de guerra “Los gansos salvajes” y es similitud al desempeño de un bravo pelotón de soldados norteamericanos los comenzamos a definir como los “Ganchos Salvajes”.</p><p></p><p>Recuerdo de esos momentos dos anécdotas, la primera era que desde el continente todos los aviones que participaban en esta invasión tenían los indicativos Litro más un número.</p><p></p><p>De pronto un avión argentino que se identificó con un indicativo diferente a Litro, pedía autorización para aterrizar.</p><p></p><p>Rompió con la rutina, era algo fuera de la planificación y creó el mismo nerviosismo que si un avión ingles pedía autorización para aterrizar, era un F-28 de la Armada. Por no estar previsto se le negó la autorización y viendo que el comandante de aeronave insistía se le ordeno al GOE colocar tambores de 200 litros como obstáculos en la pista para evitarlo. Fue un momento muy tenso, me impactó la decisión con que actuaba el joven Estado Mayor, en el avión venia el Comandante de Operaciones Navales. El avión tuvo que regresar.</p><p></p><p></p><p></p><p>Otra anécdota interesante fue la evacuación de heridos, un grupo de cuatro o cinco hombres de la Armada que habían participado en la Toma de la Casa del Gobernador habían sido heridos por armas largas, los habían llevados en helicópteros para operarlos en uno de los barcos que hacía de hospital, pero dado la gravedad optaron por enviarlos al continente por modo aéreo. A través de nuestro sistema de coordinación médica pudimos comunicarles a los médicos del Hospital de YPF el diagnóstico exacto que tenía cada paciente, que curaciones se le pudieron hacer en el barco y que tipo de cirugía se debía realizar a cada uno de ellos. Los heridos fueron trasladados desde el barco al aeropuerto en helicópteros y desde allí en F-28 al continente. En Comodoro Rivadavia siempre nos agradecieron el poder saber con antelación el tipo de tratamiento que habían recibido cada uno de los heridos para poder prever a los especialistas, y gracias a esa coordinación pudimos salvar más de una vida.</p><p></p><p>A todo esto, con los “ganchos salvajes” ya estábamos viendo cual era el mejor lugar para “acobacharse”, ya que teníamos un refrigerio para pasar el primer día de combate y lo principal era prever el lugar de descanso.</p><p></p><p></p><p></p><p><strong>Primer acto oficial del izamiento de la bandera argentina en Puerto Argentino</strong></p><p></p><p>Aproximadamente a eso de las 10 de la mañana del 2 de abril, el Brigadier Castellano me ordenó que con un Suboficial de Comunicaciones me dirija a la ciudad para un acto, donde por primera vez se iba a izar la bandera argentina después de la usurpación inglesa. Fácil es decirlo, pero muy difícil de concretarlo, ya que nosotros no teníamos vehículos, nuestra misión era solo estar en la Isla 48 horas y brindar las comunicaciones para un óptimo funcionamiento del aeropuerto, no teníamos previsto ningún vehículo en nuestros planes.</p><p></p><p></p><p></p><p>Mientras analizábamos como llegar al centro de la ciudad, que creo que estaba a unos seis o siete kilómetros, se acerca una lancha anfibia de la Armada a conocer la zona del aeropuerto. Tenia unas ruedas muy grandes tipo tractor, con frente (capot) similar a una lancha. Le pedimos si nos podían llevar hasta la casa del Gobernador, aceptaron y nos llevan hasta ese sitio.</p><p></p><p>Fuimos sentados sobre la carrocería, el camino estaba vacío, se veían banderas argentinas colgadas de algunos alambrados. Fue un viaje incomodo, pero lleno de emoción.</p><p></p><p>Cuando llegamos a la ciudad me dio la impresión de estar deshabitada, el chofer sufrió el primer impacto al ver que los escasos vehículos circulaban por el lado opuesto a lo que estábamos acostumbrados.</p><p></p><p>Al llegar a las inmediaciones de la casa del Gobernador, mi primera sorpresa fue encontrarme alrededor del mástil al Vicecomodoro Alegría, estaba vestido de combate con una gorra de servicio, junto a él estaba el Vicecomodoro Gilobert vestido con ropas civiles y en su cabeza una gorra de servicio, también estaba el Mayor Gamen vestido de civil con su familia.</p><p></p><p></p><p></p><p>El mástil de la casa del Gobernador, estaba en un pequeño jardín en desnivel en el costado de la residencia y terminaba en la calle principal que bordeaba el mar.</p><p></p><p>A pocos metros de allí, había muerto el Cap. Giaquino</p><p></p><p>Se ordenó realizar la formación en frente del mástil. La Armada y el Ejercito tenia una sección con bandera de guerra y escolta, el lugar de ubicación de ellos era de espaldas al mar, o sea mirando a la casa del Gobernador.</p><p></p><p>A mí criterio la Fuerza Aérea no estaba prevista en esta ceremonia.</p><p>Nosotros no teníamos ningún tipo de bandera, ni tampoco tropa para participar en esta formación.</p><p>A cargo de la sección del Grupo especial del Ejército estaba el Teniente Coronel Seneldin.</p><p>En un costado donde se colocan los invitados, estaba la Fuerza Aérea representada por el Brigadier Castellanos, los Vicecomodoros Alegría y Gilobert, el Mayor Gamen, un suboficial de comunicaciones y yo, también estaba la familia Gamen.</p><p></p><p></p><p></p><p>En ese acto había tantos periodistas y camarógrafos como militares.</p><p></p><p>Se ató en el mástil una bandera argentina muy grande, la persona seleccionada para izarla era el General García.</p><p>Para obtener buenas fotografías y facilitarles el trabajo a los camarógrafos, el izamiento era realizado muy lentamente, el viento era fuerte y soplaba a nuestras espaldas, la bandera desde el primer momento flameaba inquieta.</p><p>Cuando pasó la mitad del mástil, se desató el extremo inferior, segundos después el superior y la bandera se voló del mástil ante el asombro de los presentes.</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="nippur_1967, post: 2073504, member: 1952"] Esa noche me fue difícil dormir, pensaba en todo momento como se debía perfeccionar el plan. El día 29 de Marzo comencé a ver que había gente del Estado Mayor que muchas cosas no le cerraban y por presión o por preguntas, el Brigadier nos informó a la Plana Mayor cual era verdadero motivo por el cual estábamos allí. Para mí fue un alivio, podía ahora compartir con alguien las alternativas previstas del plan. Este seguía siendo secreto para el resto de los colaboradores del Estado Mayor Tuvimos una pequeña reunión con el personal del Grupo 1, nadie era un improvisado, todos conocían perfectamente la especialidad y estaban entrenados para el trabajo que se le había asignado de esa reunión surgió del Suboficial Barbe la posibilidad de escuchar radio Malvinas. La radio en Puerto Argentino era por cable, y en cada casa había un parlante con una perilla que le permitía regular el volumen, pero para los habitantes de las otras islas y de las estancias próximas al pueblo se utilizaban una frecuencia en la banda baja de HF, muy próxima a los dos megaciclos debido a que no podían hacerlo por cable. Le pedí a Mayor Módica, colaboración para instalar un receptor en el taller. Como necesitábamos un mástil de 6 metros salimos urgente a comprarlo y posteriormente a instalarlo arriba del taller de radio ayudas de la Región Aérea Sur. En poco tiempo comenzamos a escuchar la broadcasting de Malvinas, a todos se nos llenó de la cara de alegría. Esa alegría era interna por que no todos conocían el plan. A partir de ese momento nuestro personal escuchaba solamente la frecuencia de la radio de Malvinas tratábamos de aportar datos para Inteligencia. Ya vivíamos la gesta de Malvinas. Mientras escuchábamos música y noticias de la BBC, el operador de la radio informó que iba a leer un mensaje enviado por la reina de Inglaterra al Gobernador de la Isla. En ese mensaje, para asombro de nosotros la Reina explicaba que existían rumores que la República Argentina estaba preparando una invasión a las Islas, que Gran Bretaña no la podía evitar pero que iba a hacer todo lo que estuviera a su alcance para recuperarla. El mensaje leído finalizaba con la tradicional frase “Dios salve a la reina “. A pedido del Vicecomodoro Mendiberri que se desempeñaba como Jefe de Inteligencia de la Brigada la misma fue grabada y enviada por él a la IX Brigada de Infantería donde ya funcionaba un Estado Mayor. Fuimos a esperar el avión de LADE en el que venían los técnicos que nos enviaban para instalar los equipos. Tenían poco más de 20 años. Les dimos instrucciones de lo que necesitábamos y la forma de realizar las pruebas. En esa hora fuimos lo más claro y precisos con ellos. Quizás le transmitimos una responsabilidad muy grande, se fueron sin decir palabras. Sabíamos el clima que ya vivían los Isleños debido al mensaje que se emitía por la Radio Malvinas. La madrugada del día martes 30 de marzo, ya sabíamos que el primer paso había sido dado con éxito, los equipos funcionaban perfectamente bien, el Mayor Gamen y el Vicecomodoro Gilobert ya cumplían la ficticia función de meteorólogos. Fuimos a recibir el vuelo de regreso donde nuestros técnicos venían de cumplir tan exitosa misión, ambos estaban extenuados, no podían hablar por la afonía que tenían debido al frío que habían tomado en la noche instalando las antenas en el exterior de la casa, trabajando a oscuras y peleando contra el frío viento reinante. Pero se los notaba felices por que habían superado todos los problemas y veían lo agradecidos que estabamos todos nosotros. Es una lástima no recordar sus nombres, ya que fueron de los primeros que trabajaron para esta gesta. Nuestra primera etapa del Plan se había cumplido, ya se recibía información meteorológica “adicional” de Puerto Argentino. La tarde del martes seguimos trabajando con nuestras tareas, analizando el plan de frecuencias, controlando los equipos, y previendo que íbamos a llevar en cada vuelo. A medida que iba llegando el día 1 de abril, más difícil era dormir pues, ya había mucha gente llegando o trabajando en el operativo. No todos conocían el plan por lo que se dificultaba mucho más las conversaciones diarias. El día 31 de marzo en las primeras horas del día nuestros especialistas tenían todo listo para actuar a la madrugada del día siguiente. Cada uno sabia lo que tenia que hacer, que debía instalar, y como lo debía hacer. Ese día a la tarde, hablando informalmente con los médicos de la Brigada nos comentaron que ellos iban a tener preparados para cualquier emergencia varios quirófanos en el Hospital de YPF que quedaba ubicado en un lugar denominado Kilómetro 3, camino a la Ciudad de Comodoro Rivadavia, pensé en la necesidad de poder tener un enlace directo con sanidad por cualquier emergencia que tuviéramos en la Isla. La idea era que, en caso de evacuaciones sanitarias por medio de aeronaves, los médicos conocieran el diagnostico de antemano para preparar los quirófanos e prever el tipo de ambulancia. Ese trabajo se lo pedí al Mayor Módica, él conocía muy bien al personal de médicos de la Guarnición y también muy bien la forma de implementar un enlace. Cuando anochecía comenzaron a llegar varios aviones Hércules C-130, no fue el ruido lo que delató la presencia de ellos, sino la conquista de espacios en los casinos, las piezas tenían varias cuchetas y un sinnúmero de bolsos, ya era difícil hasta obtener un lugar para dormir. Como pasa en estos casos las bromas estaban a la orden del día. Eran muy pocos los que tomaban este momento con miedo, daba sensación que el nerviosismo nos obligaba a actuar de esa manera. Cerca de medianoche se nos informó que debido al mal tiempo, la Armada pedía demorar 24 horas el desembarco. Fueron 24 horas más de vigilia, de pensar, de recordar, y de analizar lo ya planeado. [B]El arribo a las Islas Malvinas[/B] El día 2 de abril a la madrugada embarcamos en el primer avión C-130 que despegó con destino a Puerto Argentinos. Además del Estado Mayor, iba el GOE y el Grupo de 1 de Comunicaciones. El vuelo fue en silencio, íbamos ubicados al costado de dos vehículos del Ejército. Fue más largo de lo habitual, ya aterrizados y mientras íbamos carreteando hacia la plataforma el personal del GOE se fue tirando del avión. Cuando se nos dio la orden de descender del avión, mientras íbamos tomando posición hacia la torre de control se sentían disparos aislados y se veían tambores de 200 litros obstruyendo la pista de aterrizaje. No habían pasado un minuto que ya desde nuestro lugar de operación, debajo de la torre de control, con el equipo portátil de HF estábamos comunicados con el continente. El personal de operaciones ya estaba autorizando aterrizajes y despegues y coordinando los vuelos con helicópteros de la Armada a través de nuestro VHF portátil. Todo funcionaba tal cual lo habíamos pensados, los operadores enviando y recibiendo mensajes con total naturalidad. Comenzamos a instalar los equipos fijos y también a estudiar donde se debían pasar los cables para habilitar una pequeña central telefónica para el Estado Mayor. A pesar del movimiento intenso que había en el Aeropuerto, las versiones que circulaban, y que los disparos seguían en un extremo del aeropuerto, el personal de comunicaciones (que ya habían sido bautizados por el Primer teniente Zanardi como los “ganchos salvajes “), estaban calentando el agua para tomar mate. Todos los que fueron estaban muy entrenados, trabajaban rápidamente y en silencio. El apodo de “ganchos”, se debió a que todos eran suboficiales de comunicaciones y es común en nuestra Fuerza expresarse en forma lunfarda, cuando se esta hablando de Suboficiales, y el de “salvaje” fue por que en aquella época tuvo mucho éxito la película de guerra “Los gansos salvajes” y es similitud al desempeño de un bravo pelotón de soldados norteamericanos los comenzamos a definir como los “Ganchos Salvajes”. Recuerdo de esos momentos dos anécdotas, la primera era que desde el continente todos los aviones que participaban en esta invasión tenían los indicativos Litro más un número. De pronto un avión argentino que se identificó con un indicativo diferente a Litro, pedía autorización para aterrizar. Rompió con la rutina, era algo fuera de la planificación y creó el mismo nerviosismo que si un avión ingles pedía autorización para aterrizar, era un F-28 de la Armada. Por no estar previsto se le negó la autorización y viendo que el comandante de aeronave insistía se le ordeno al GOE colocar tambores de 200 litros como obstáculos en la pista para evitarlo. Fue un momento muy tenso, me impactó la decisión con que actuaba el joven Estado Mayor, en el avión venia el Comandante de Operaciones Navales. El avión tuvo que regresar. Otra anécdota interesante fue la evacuación de heridos, un grupo de cuatro o cinco hombres de la Armada que habían participado en la Toma de la Casa del Gobernador habían sido heridos por armas largas, los habían llevados en helicópteros para operarlos en uno de los barcos que hacía de hospital, pero dado la gravedad optaron por enviarlos al continente por modo aéreo. A través de nuestro sistema de coordinación médica pudimos comunicarles a los médicos del Hospital de YPF el diagnóstico exacto que tenía cada paciente, que curaciones se le pudieron hacer en el barco y que tipo de cirugía se debía realizar a cada uno de ellos. Los heridos fueron trasladados desde el barco al aeropuerto en helicópteros y desde allí en F-28 al continente. En Comodoro Rivadavia siempre nos agradecieron el poder saber con antelación el tipo de tratamiento que habían recibido cada uno de los heridos para poder prever a los especialistas, y gracias a esa coordinación pudimos salvar más de una vida. A todo esto, con los “ganchos salvajes” ya estábamos viendo cual era el mejor lugar para “acobacharse”, ya que teníamos un refrigerio para pasar el primer día de combate y lo principal era prever el lugar de descanso. [B]Primer acto oficial del izamiento de la bandera argentina en Puerto Argentino[/B] Aproximadamente a eso de las 10 de la mañana del 2 de abril, el Brigadier Castellano me ordenó que con un Suboficial de Comunicaciones me dirija a la ciudad para un acto, donde por primera vez se iba a izar la bandera argentina después de la usurpación inglesa. Fácil es decirlo, pero muy difícil de concretarlo, ya que nosotros no teníamos vehículos, nuestra misión era solo estar en la Isla 48 horas y brindar las comunicaciones para un óptimo funcionamiento del aeropuerto, no teníamos previsto ningún vehículo en nuestros planes. Mientras analizábamos como llegar al centro de la ciudad, que creo que estaba a unos seis o siete kilómetros, se acerca una lancha anfibia de la Armada a conocer la zona del aeropuerto. Tenia unas ruedas muy grandes tipo tractor, con frente (capot) similar a una lancha. Le pedimos si nos podían llevar hasta la casa del Gobernador, aceptaron y nos llevan hasta ese sitio. Fuimos sentados sobre la carrocería, el camino estaba vacío, se veían banderas argentinas colgadas de algunos alambrados. Fue un viaje incomodo, pero lleno de emoción. Cuando llegamos a la ciudad me dio la impresión de estar deshabitada, el chofer sufrió el primer impacto al ver que los escasos vehículos circulaban por el lado opuesto a lo que estábamos acostumbrados. Al llegar a las inmediaciones de la casa del Gobernador, mi primera sorpresa fue encontrarme alrededor del mástil al Vicecomodoro Alegría, estaba vestido de combate con una gorra de servicio, junto a él estaba el Vicecomodoro Gilobert vestido con ropas civiles y en su cabeza una gorra de servicio, también estaba el Mayor Gamen vestido de civil con su familia. El mástil de la casa del Gobernador, estaba en un pequeño jardín en desnivel en el costado de la residencia y terminaba en la calle principal que bordeaba el mar. A pocos metros de allí, había muerto el Cap. Giaquino Se ordenó realizar la formación en frente del mástil. La Armada y el Ejercito tenia una sección con bandera de guerra y escolta, el lugar de ubicación de ellos era de espaldas al mar, o sea mirando a la casa del Gobernador. A mí criterio la Fuerza Aérea no estaba prevista en esta ceremonia. Nosotros no teníamos ningún tipo de bandera, ni tampoco tropa para participar en esta formación. A cargo de la sección del Grupo especial del Ejército estaba el Teniente Coronel Seneldin. En un costado donde se colocan los invitados, estaba la Fuerza Aérea representada por el Brigadier Castellanos, los Vicecomodoros Alegría y Gilobert, el Mayor Gamen, un suboficial de comunicaciones y yo, también estaba la familia Gamen. En ese acto había tantos periodistas y camarógrafos como militares. Se ató en el mástil una bandera argentina muy grande, la persona seleccionada para izarla era el General García. Para obtener buenas fotografías y facilitarles el trabajo a los camarógrafos, el izamiento era realizado muy lentamente, el viento era fuerte y soplaba a nuestras espaldas, la bandera desde el primer momento flameaba inquieta. Cuando pasó la mitad del mástil, se desató el extremo inferior, segundos después el superior y la bandera se voló del mástil ante el asombro de los presentes. [/QUOTE]
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Guerra desarrollada entre Argentina y el Reino Unido en 1982
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