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Area Militar General
Malvinas 1982
Personal Argentino en zona de combate
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<blockquote data-quote="nippur_1967" data-source="post: 791817" data-attributes="member: 1952"><p><u><strong>VIALIDAD NACIONAL</strong></u></p><p>Bajo él la dirección del Ingeniero Alberto Gaffuri secundado por tres técnicos de Vialidad Nacional y once voluntarios de empresas privadas se formalizaron tareas conjuntas con Ingenieros Militares consistentes en trabajos de conservación vial; construcción de caminos, conformación de pistas para helicópteros, construcción de defensas etc. Para estos y otros trabajos los técnicos contaron con camiones, grúas, topadoras, motoniveladoras y demás elementos que le facilitaron cumplir su misión en el difícil suelo malvinero.</p><p></p><p><span style="font-family: 'Times New Roman'"><span style="color: rgb(255, 0, 0)">Ing. Alberto M. Gaffuri - llega el 12/04</span></span></p><p><span style="font-family: 'Times New Roman'"><span style="color: rgb(255, 0, 0)">Tecn. Roberto E. Cogorno</span></span></p><p><span style="font-family: 'Times New Roman'"><span style="color: rgb(255, 0, 0)">Facundo Tolaba, <span style="font-family: 'Times New Roman'">maquinista vial </span></span></span></p><p><span style="font-family: 'Times New Roman'"><span style="color: rgb(255, 0, 0)">Luján E. Marrone, <span style="font-family: 'Times New Roman'">mecánico vial (56 años)</span></span></span></p><p><span style="font-family: 'Times New Roman'"></span></p><p><span style="font-family: 'Times New Roman'"><span style="font-family: 'Times New Roman'"><span style="font-family: 'Times New Roman'"><span style="color: rgb(255, 0, 0)">cinco maquinistas de la Empresa KION </span></span></span></span></p><p><span style="font-family: 'Times New Roman'"><span style="font-family: 'Times New Roman'"><span style="font-family: 'Times New Roman'"><span style="color: rgb(255, 0, 0)">seis de la Empresa SADE.</span></span></span></span></p><p><span style="font-family: 'Times New Roman'"><span style="color: rgb(255, 0, 0)">uno de la empresa DROMOS</span></span></p><p></p><p></p><p></p><p>[MEDIA=youtube]o0UOLttHuhI[/MEDIA]</p><p></p><p></p><p><span style="font-family: 'Times New Roman'"><span style="color: rgb(0, 0, 0)"><span style="font-family: 'Times New Roman'"><span style="font-family: 'Times New Roman'"><span style="font-family: 'Times New Roman'"><span style="font-size: 12px">Por la tarde se presenta <span style="color: rgb(0, 89, 179)">Francisco Ríos</span>, maquinista de la Empresa Dromos de Comodoro </span>Rivadavia, quien con su cargadora-retroexcavadora acababa de aterrizar</span></span></span></span></span></p><p><span style="font-family: 'Times New Roman'"></span></p><p><span style="font-family: 'Times New Roman'"><span style="font-size: 12px"><span style="color: rgb(0, 0, 0)">En la madrugada del Domingo 18, nos despedimos de los 5 maquinistas de la Empresa SADE y 5 de la Empresa Kion, quienes son evacuados al continente, quedando la</span></span></span><span style="font-size: 12px"><span style="color: rgb(0, 0, 0)"><em><span style="font-family: 'Times New Roman'">“Delegación” </span></em><span style="font-family: 'Times New Roman'">reducida a solo 6 hombres: los 4 de Vialidad, <span style="color: rgb(0, 89, 179)">Alejandro Kulikoski</span> de Kion (en el libro "Malvinas a sangre y fuego se menciona que cabó las primeras tumbas") y Francisco Ríos de Dromos.</span></span></span></p><p></p><p>SADE</p><p>Olmos Luis Angel</p><p></p><p>KION</p><p>Alejandro Kulikoski</p><p></p><p>DROMOS</p><p>Francisco Ríos</p><p></p><p></p><p><strong><u>LA DIRECCION NACIONAL DE VIALIDAD EN LA GESTA DE MALVINAS</u></strong></p><p><em>* Por el Ing. Alberto M. Gaffuri</em></p><p>(Gacetas Malvinenses)</p><p></p><p>1- Planificación de los servicios a establecer</p><p>Apenas recuperadas las Islas Malvinas, nuestro país se vio obligado a planificar aceleradamente y poner en marcha, una serie de trabajos específicos que abarcaban todas las gamas de la actividad nacional, como ser las de establecer y poner en marcha todo lo ateniente a distintos tipos de servicios, a saber: Transportes; Comunicaciones; Combustibles; Periodísticos; Salud; Red de Observadores Aéreos R.O.A.; Servicios espirituales; etc..</p><p></p><p>2- Ofrecimientos de voluntarios</p><p>En la tarde del 6 de abril, un grupo de profesionales y técnicos de la Dirección Nacional de Vialidad, estábamos ansiosos aguardando ser recibidos por el Administrador General, Ing. Julio C. Caballero, quien ya estaba tanto de que veníamos con decidido compromiso a ofrecernos como voluntarios para ir a las “Islas”, para cuando la repartición así lo dispusiese. Minutos después, muy emocionado, nos recibe con un fuerte abrazo y tras elogiar nuestra patriótica decisión, nos comunica que por el momento, sólo serían parte de la “primera avanzada”, un selecto grupo, ya que acababa de recibir una nota del Comandante de Ingenieros, General de Brigada Néstor Castelli, notificándolo de la convocatoria de los agentes: Ing. Alberto M. Gaffuri, Tecn. Roberto E. Cogorno, Facundo Tolava y Luján E. Marrone, encontrándonos desde ese momento, bajo jurisdicción militar, con arreglo a las disposiciones del Código de Justicia Militar y de la Ley N°: 20.318, debiéndonos presentar de inmediato, en la “Escuela de Ingenieros- Compañía de Ingenieros de Combate 601”, en Campo de Mayo.</p><p></p><p>3- Creación de la “Delegación Islas Malvinas”</p><p>Al día siguiente, el Administrador General, remite una nota al señor Gobernador Militar de las Islas Malvinas, General Mario Benjamín Menéndez, a efectos de comunicarle que esa Dirección Nacional, con el objeto de afianzar aun mas nuestra soberanía y contribuir a los objetivos propuestos, había creado la “Delegación Islas Malvinas”, designándose al Ing. Gaffuri como Jefe de la misma y al Téc. Cogorno como su auxiliar. Ambos, tendríamos la misión de realizar una adecuada evaluación de las necesidades existentes, proponer las medidas indispensables para atender convenientemente la misión específica de Vialidad Nacional en las Islas y de supervisar el uso del equipo vial que se había dispuesto, actuando en calidad de apoyo técnico de la Compañía de Ingenieros de Combate 601.</p><p></p><p>4- Presentación en la “Escuela de Ingenieros de Combate 601”</p><p>El 8 de abril, nos encontrábamos bien de madrugada en la “Escuela”, prestos para recibir instrucciones atenientes a nuestra misión, responsabilidades y dependencia jerárquica que nos tocaría cumplimentar. Es así que, como “Jefe de la Delegación” dependería directamente del Secretario de Obras Públicas, Coronel Dorrego, secundado por Cogorno y la colaboración de Tolava, como maquinista vial y de Marrone, como mecánico vial.</p><p>Al día siguiente, los cuatro viales, los cinco maquinistas de la Empresa KION y los seis de la Empresa SADE - que también habían sido convocados - recibimos dos juegos completos de uniforme de combate y una gran bolsa marinera, todo verde oliva, junto con un par de borceguíes, dos mudas de ropa interior, una bolsa de dormir, un capote para la lluvia, una campera de abrigo y la clásica medalla de identificación troquelada de aluminio.</p><p>A las 13.00 hs., nos dieron ”franco” hasta el Domingo 11 a las 15,00 hs., para pasar unos</p><p>momentos con nuestras respectivas familias, antes de la partida.</p><p></p><p>5- Despedida, alistamiento y partida</p><p>¡Llegó el Día!. Ese Domingo 11, a las 15,00 hs., nos despedimos de nuestros seres queridos, en la puerta de la “Escuela”.</p><p>Bien entrada la noche, luciendo todos, nuestros flamantes uniformes de combate, formamos</p><p>en la Plaza de Armas, donde en una austera ceremonia, el Director de la “Escuela” Coronel</p><p>Belli, pronuncia una encendida arenga para despedir al personal del Arma de Ingenieros y</p><p>al selecto grupo de 15 civiles voluntarios que en pocas horas mas, partiríamos a cumplir con</p><p>nuestro deber. Seguidamente, y en un sigilo total, fuimos subiendo a los camiones que nos</p><p>habían asignado para nuestro traslado a Palomar.</p><p>A medida que los vehículos iban trasponiendo el Portón, estando todo a oscuras, éramos</p><p>saludados efusivamente por el resto de la guarnición con un vibrante: “¡VIVA LA</p><p>PATRIA!”, surgida de las emocionadas gargantas de los que quedaban, a la espera de</p><p>nuestro regreso. Fue como una voz renacida de la heroica historia de nuestros patriotas que,</p><p>actualizada en esas jóvenes gargantas, caló muy hondo en nuestros corazones.</p><p>Llegados al Aeropuerto del “Palomar”, formados al pie del Boeing 707 de Aerolíneas</p><p>Argentinas, el Comandante de Ingenieros, nos despide con exultantes palabras, destacando</p><p>fundamentalmente la integración en las filas de sus hombres de armas, de esos decididos</p><p>civiles, muchos de los cuales superábamos con holgura la edad de alistamiento, los que sin</p><p>dudar en dejar familia y comodidades, queríamos estar presentes, para cumplir con la Patria,</p><p>en eL desempeño de nuestras respectivas capacidades.</p><p>También hizo lo propio, nuestro Administrador General, quien tras breves, pero sentidas</p><p>palabras, nos despidió a cada uno con un fraternal abrazo.</p><p>Ya despuntaba el 12 de abril, cuando los aproximadamente 240 efectivos, fuimos abordando</p><p>la nave, a la que de ex profeso le habían quitado todos los asientos para obtener mayor</p><p>capacidad de carga. Poco después, partiríamos rumbo a Río Gallegos.</p><p>Luego de unas tres horas de vuelo, llegamos al aeropuerto de Río Gallegos, donde sin mas</p><p>dilaciones, trasbordamos a dos aviones Boeing 737 de la misma empresa, los que por su</p><p>menor envergadura los hacían mas aptos para operar en la pista de “Puerto Argentino”.</p><p></p><p>6- ¡Por fin...Malvinas!</p><p>A las 07.30 hs., aterrizamos en el Aeropuerto “Puerto Argentino”.</p><p></p><p>7- ¡Al hombro, Ar!</p><p>Pasado el mediodía y visto que el “60” no venía a buscarnos, a la orden de</p><p>“¡Al hombro, Ar!” emprendimos lentamente la marcha hacia nuestro destino que quedaba</p><p>pasando la ciudad, llevando todo nuestro equipo, incluyendo los pies de las ametralladoras de 12,7 mm., el parque de municiones, las bolsas con víveres, etc.. Por suerte, a medida de que avanzábamos, se pudo ir traspasando parte de la carga a un Unimog, el cual, mediante un</p><p>constante ir y venir, nos permitió llegar mas aliviados a la zona que nos habían asignado (en</p><p>adelante “Campamento El Ruso”).</p><p>Por la tarde se presenta Francisco Ríos, maquinista de la Empresa Dromos de Comodoro</p><p>Rivadavia, quien con su cargadora-retroexcavadora acababa de aterrizar.</p><p></p><p>8- Instalación de nuestro “Campamento El Ruso”</p><p>El mismo 13 de abril, procedimos a ocupar una casa prefabricada que estaba en construcción,</p><p>para establecer el puesto de mando y una sala para cobijar a los que “estaban de paso”.</p><p>Viendo que quedaba disponible un cuartito, ideal como “Sala de Radio”, instalo uno de los</p><p>equipos, que había traído para comunicarme con Casa Central y nuestros Distritos</p><p>jurisdiccionales. A las 18,00 hs., inicio la trasmisión, quedando formalmente inaugurado el</p><p>servicio, el que se mantendrá ininterrumpidamente operable hasta último momento.</p><p></p><p>9- Primeros trabajos oficiales</p><p>Por orden del Secretario de Obras Públicas, Coronel Dorrego, me presento ante el</p><p>Director del Hospital Militar, Mayor Médico Enrique M. Cevallos, quien necesitaba encarar en primer término, la construcción de una pista apta para la operación simultánea de hasta dos helicópteros, afectados a las tareas de rescate y evacuación de heridos, complementada con un camino de servicio.</p><p>No contando aún con nuestros equipos viales, decidimos restaurar una vieja topadora chica,</p><p>con la que nivelamos el terreno. Luego, trabajando con la hoja del equipo en reversa, se fue</p><p>conformando una plataforma apta para la operación de los helicópteros.</p><p>Para garantizar el rápido escurrimiento de las aguas, se construyeron drenajes con agregado</p><p>grueso, cunetas en “V” y alcantarillas con tambores de 200 lts. vacíos.</p><p>Finalmente, y a efectos de proveer condiciones mínimas de operatividad, se realizó una</p><p>demarcación con líneas hechas con piedras blancas.</p><p></p><p>10- Reducción del personal</p><p>En la madrugada del Domingo 18, nos despedimos de los 5 maquinistas de la Empresa</p><p>SADE y 5 de la Empresa Kion, quienes son evacuados al continente, quedando la</p><p>“Delegación” reducida a solo 6 hombres: los 4 de Vialidad, Alejandro Kulikoski de</p><p>Kion y Francisco Ríos de Dromos.</p><p></p><p>12-Vialidad Nacional dice ¡Presente!</p><p>Por la tarde y con mucho orgullo, instalamos los primeros 3 carteles viales, que señalaban:</p><p>“Republica Argentina – Puerto Argentino – Dirección Nacional de Vialidad”.</p><p></p><p>11- ¡Llegaron los equipos!</p><p>El viernes 22 de abril fue un día de fiesta para todos, porque nos avisaron que pasáramos por</p><p>el Puerto a retirar unos equipos que el “Formosa”, buque de carga de E.L.M.A. había</p><p>desembarcado de sus bodegas.</p><p>Grande fue nuestra sorpresa al ver que, además de una grúa sobre camión, 2 camiones, Jeeps,</p><p>Unimogs, cocinas de campaña, armamento, municiones, tambores de 200 lts. de combustible,</p><p>víveres, para “La Compañía”, venían nuestros equipos viales, a saber: 2 topadoras, 5</p><p>camiones volcadores, 2 casillas rodantes y repuestos varios. Además, el Ejército había</p><p>contratado: 3 cargadoras frontales con pala retroexcavadora trasera, a la Empresa Kion y</p><p>una cargadora frontal grande, a la Empresa SADE.</p><p>Todos este equipamiento, habría de constituirse en poco tiempo mas, en los instrumentos de trabajo mas importantes, con los cuales íbamos a “presentar batalla” en los difíciles terrenos malvineros que nos esperaba vencer, ya que, no había que olvidar el suelo de las Islas, los que por sus características turbosas, formado sobre bases de escasa consistencia y saturado de agua, hacía difícil el desplazamiento de los vehículos.</p><p>También ese día, nos enteramos de que el buque “Córdoba”, no iba a poder llegar a las Islas a causa del bloqueo impuesto por los ingleses. La noticia nos produjo a todos, gran desazón, ya que pensábamos contar con un importante refuerzo de maquinaria vial.</p><p>Con este parque de equipos, nos propusimos continuar con la obra de construcción del camino que, desde Puerto Argentino concluir en Darwin. Lamentablemente, como pronto se iniciarían las acciones bélicas, no pudo proseguirse con la misma.</p><p></p><p>12- Condiciones de vida</p><p>A partir de la fecha, la precariedad del lugar, es solidariamente compartida con estoicismo en todos sus aspectos. Las comidas enlatadas y el guiso, pasan a ser la rutinaria ración diaria. Lo mismo ocurre a la hora de dormir, pues debemos hacerlos siempre vestidos, situación ésta que se mantendrá hasta el final.</p><p></p><p>13- Trabajos específicos realizados</p><p>Desde el vamos, nos integramos a la actividad impuesta por las circunstancias, abocándonos de lleno a las tareas que nos iban siendo asignadas, las que no admitían demora alguna, contando para ello con el insoslayable apoyo de nuestros equipos que, por sus características, resultaron ideales para encarar:</p><p>a) Trabajos viales: Explotación de yacimientos de suelos y de ripio; Mantenimiento, conservación y construcción de caminos; Relleno de zonas bajas; Ejecución de zanjas.</p><p>b) Trabajos de apoyo militar: Polvorines a cielo abierto; Depósitos de combustibles y lubricantes; Asentamiento de piezas de artillería; Nidos de ametralladoras antiaéreas; Protecciones de directores de tiro y de radares; Defensas de instalaciones de seguridad; Trincheras, pozos de zorro y refugios subterráneos; Obstáculos para vehículos enemigos.</p><p>Con respecto al tema de los refugios, hubo uno que realmente se destacó por su</p><p>magnitud. Me refiero a nuestro “bunker” de unos 10 mts. por 5 mts. por 2,20 mts. de</p><p>altura interior, que construimos aprovechando la existencia de unos perfiles</p><p>metálicos.</p><p>c) Transportes especiales realizados con nuestros “Doodge 700”: Efectivos, pertrechos, víveres, hacia o desde el frente de combate; Tambores de 200 lts.; Placas de aluminio para la pista del Aeropuerto; Materiales varios de construcción, repuestos; Vallados con alambre de púas; Panes de turba, para camuflaje; Víveres y ropa al C.A.L.;</p><p></p><p>d) Trabajos auxiliares: Rescate y remolque de los vehículos; Servicios de reparaciones.</p><p>Todos estos trabajos involucraban además, duras tareas adicionales, propias del dificultoso terreno donde nos tocaba actuar. Salvar los pesados equipos y demás vehículos, que cotidianamente quedaban empantanados, hasta hundirse en la blanda turba, nos obligaba a veces a trabajar afanosamente largas horas bajo rigurosas condiciones meteorológicas, enterrados en el fango hasta la rodilla, con los pies totalmente mojados, azotados por el frío viento achaparrado y las continuas lloviznas, sin poder siquiera comer algo caliente. Para mayor desgracia, la mayoría de los equipos no tenían cabina, por lo que nuestros operadores, debían efectuar las tareas a la intemperie.</p><p></p><p>14- Nuestra “Primera experiencia”</p><p>Y así, llegamos al 1° de Mayo, cuando a las 04,40 hs., somos despertados por el tronar de un intenso bombardeo inglés, ensañado en dejar la pista del Aeropuerto fuera de operaciones. Éste fue para la mayoría, nuestro “bautismo de fuego”, de una guerra que en poco tiempo mas, se nos avecinaría y en la que íbamos apreciar claramente las consecuencias de esa cruda realidad.</p><p>Producto de las continuas explosiones que se sucedían profusamente y de las luces de bengala lanzadas por los ingleses para visualizar la pista, hacia que el cielo nocturno, cubierto por nubes bajas, se viera iluminado por una tétrica luz difusa.</p><p></p><p>15- Los siguientes días</p><p>A partir de ese momento, los días fueron pasando, sin mayores variantes, haciéndonos comprender que la vida dentro de las casillas, ya no eran nada seguras, dada su brillantez (tenían la carrocería de aluminio) y la altura sobre el terreno, la convertían de noche en un blanco perfecto para los comandos enemigos que ya estaban operando en la zona. Además, la imprevisibilidad de los ataques, hacían imposible salvar los escasos metros que nos separaban del “Bunker”.</p><p>Después del 21 y pese a los recios combates que se desarrollaban en San Carlos, aun continuábamos, dando muestras de confianza y optimismo con nuestro trabajo, especialmente a los “soldados”, con los que se había generado un mutuo afecto.</p><p>El 25 de mayo, con el objeto de conmemorar la fecha Patria, fuimos invitados al asiento que ocupaban los efectivos del Regimiento 25 de Infantería. Allí, durante una emotiva ceremonia, su Jefe, el Teniente Coronel Seineldin, luego de una misa de campaña en acción de gracias, exaltó ante las tropas formadas, la presencia de “esos civiles valerosos que voluntariamente estaban cumpliendo una riesgosa misión, en medio de la batalla, sin mas armas que sus propias herramientas”.</p><p>Mas tarde, pudimos observar como, mientras la aviación enemiga bombardeaba incesantemente la pista del Aeropuerto, algunos “Pucará”, surcaban el cielo a muy baja altura, casi rozando las aguas de la bahía, tratando de contrarrestar dicha acción.</p><p></p><p>18- Últimos días</p><p>Dada la época del año, las nevadas pasaron ya a ser mas copiosas y a acortarse las horas diurnas, obstaculizando el desarrollo normal de nuestras tareas. Por tal motivo, las autoridades dispusieron que nos estableciéramos en el galpón del puerto local.</p><p>Pasan los días y los ataques enemigos van incrementándose sustancialmente, empezando a arreciar, en intensidad y precisión, desarrollándose las acciones cada vez mas cerca de nuestra posición, razón por la cual, decidí solicitar al Coronel Dorrego la inmediata evacuación de parte de mis compañeros viales, la que se concretaría el jueves 10 de junio cuando, luego de soportar un intenso cañoneo nocturno, Cogorno, Marrone y Ríos parten en una lancha de desembarco hacia el Buque de Transporte Polar ARA “Bahía Paraíso” (transformado en Buque Hospital), con rumbo al continente.</p><p>¡Se avecina el final! ¡Ya están muy cerca!. El día 13 de Junio, los ingleses nos “baten” intensamente con cohetería que estallan en el aire, para causar mayores estragos.</p><p></p><p>19- 14 de Junio - Fin de las hostilidades</p><p>¡Día muy amargo para todos nosotros!. Luego de acordarse el “alto el fuego”, ya bien entrada la tarde, gracias a la intervención de la Cruz Roja Internacional, junto con otros 10 civiles y Tolava, logramos embarcar en el alijador “Yehuin”, llevando los pocos efectos personales que nos permiten cargar.</p><p>Todos los embarcados colaboramos, para acomodar apretados en cubierta, un centenar de camillas con los heridos que continuamente iban llegando. A cada uno les proporcionamos una barra de chocolate, la que devoraban con indescriptible goce.</p><p>Como nevaba copiosamente, los cubrimos completamente con una frazada, para que soportaran mejor el viaje hasta el Rompehielos ARA “Comandante Irizar” (Preparado como Buque Hospital), que nos esperaba en la rada exterior, mientras afectivamente les decíamos: “¡Varón: ya cumpliste con la Patria, ahora volvemos a casa. Tranquilo!..”.</p><p>Hacia la medianoche, todos los que estábamos en condiciones físicas y anímicas, cargamos a cada uno de ellos sobre nuestras espaldas, subiéndolos arriesgadamente por la planchada que desde el “Irizar” bajaba tambaleante sobre la resbaladiza cubierta.</p><p></p><p>20- Regreso a casa</p><p>El 16, pasado el mediodía, después de cargar los últimos heridos que quedaban, zarpamos</p><p>hacia el continente.</p><p>Durante la travesía asistíamos y reconfortábamos a los heridos, instalados en la “sala de recuperación”, armada en la bodega principal, en la que por la gran cantidad de pacientes, hubo que ubicar las camas pegadas de a cuatro y en tres niveles.</p><p>También, fue notable la concurrencia a los oficios religiosos celebrados a bordo en acción de gracias de los que, por obra de la Providencia, no teníamos heridas en nuestros cuerpos, pero si guardábamos todo el dolor y la angustia de una tragedia de la cual habíamos sido protagonistas.</p><p>Aun no asomaba el sol de aquel 18 de Junio, cuando llegamos a la rada de Comodoro Rivadavia. De inmediato, nos pusimos a colaborar con los miembros de la tripulación, en los preparativos para el embarque helitransportado de los “soldados”, que con los dos poderosos “Sea King” de que disponían, iban a trasladarlos al Hospital Regional.</p><p>A media tarde, en el último vuelo, nos transportaron a todos los civiles, a tierra, desde donde nos llevaron al Destacamento N°:9 de Inteligencia Militar. Allí, luego de prestar declaración, nos impartieron rigurosas disposiciones de contrainteligencia vinculadas con la reserva que debíamos guardar en todo lo que pudiéramos decir, mostrar o escribir sobre las experiencias vividas .</p><p>Para el 19 al mediodía, estábamos abordando un vuelo regular de Aerolíneas Argentinas. A las 15,15 hs., arribamos al Aeropuerto “Jorge Newbery”, donde nos esperaba una camioneta de la Empresa, la cual, nos dejó frente a la “Sala VIP”. Grande fue mi sorpresa al ver a todos mis seres queridos, que me aguardaban muy emocionados.</p><p>Es aquí, donde a pesar de haber soportado estoicamente un cúmulo de vicisitudes, no resisto mas y rompo a llorar como un niño, mientras abrazo fuertemente a mis pequeños hijos, pensando en aquellos compañeros que ya nunca mas podrían hacerlo.</p><p></p><p>21- Desconvocatoria</p><p>El 22 de Junio, el Comando de Ingenieros, nos comunica que a partir de la fecha, quedaba sin efecto nuestra convocatoria al Servicio Civil de Defensa, de conformidad con la Ley N°: 20.318, cesando en consecuencia nuestro Estado Militar y sujeción al Estatuto para el Personal Civil de las Fuerzas Armadas.</p><p></p><p>23-Informe Oficial del Ejército Argentino: El Ejército Argentino, quiso resaltar nuestra labor y en su “Informe Oficial sobre el Conflicto Malvinas”, dejó expresados estos conceptos: “Este personal compartió todas las vicisitudes del personal militar. Sufrió los efectos del clima, la alimentación carenciada y los permanentes bombardeos navales y terrestres. Ante estos ataques tuvieron que pasar muchas noches en los pozos de zorro, pero igual cumplieron sin desmayos con su misión. esos hombres constituyen un destacado ejemplo de valor cívico, abnegación y dedicación en el desempeño de su tarea. estos méritos lo hacen acreedores al reconocimiento de la ciudadanía. el Ejército Argentino al recordar esta gesta, desea dejar expresada su gratitud”.</p><p></p><p>· Durante la guerra se desempeñó como Jefe de la Delegación Malvinas de la ex Dirección Nacional de</p><p>Vialidad (DNV)</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="nippur_1967, post: 791817, member: 1952"] [U][B]VIALIDAD NACIONAL[/B][/U] Bajo él la dirección del Ingeniero Alberto Gaffuri secundado por tres técnicos de Vialidad Nacional y once voluntarios de empresas privadas se formalizaron tareas conjuntas con Ingenieros Militares consistentes en trabajos de conservación vial; construcción de caminos, conformación de pistas para helicópteros, construcción de defensas etc. Para estos y otros trabajos los técnicos contaron con camiones, grúas, topadoras, motoniveladoras y demás elementos que le facilitaron cumplir su misión en el difícil suelo malvinero. [FONT=Times New Roman][COLOR=rgb(255, 0, 0)]Ing. Alberto M. Gaffuri - llega el 12/04 Tecn. Roberto E. Cogorno Facundo Tolaba, [FONT=Times New Roman]maquinista vial [/FONT] Luján E. Marrone, [FONT=Times New Roman]mecánico vial (56 años)[/FONT][/COLOR] [FONT=Times New Roman][FONT=Times New Roman][COLOR=rgb(255, 0, 0)]cinco maquinistas de la Empresa KION seis de la Empresa SADE.[/COLOR][/FONT][/FONT] [COLOR=rgb(255, 0, 0)]uno de la empresa DROMOS[/COLOR][/FONT] [MEDIA=youtube]o0UOLttHuhI[/MEDIA] [FONT=Times New Roman][COLOR=rgb(0, 0, 0)][FONT=Times New Roman][FONT=Times New Roman][FONT=Times New Roman][SIZE=3]Por la tarde se presenta [COLOR=rgb(0, 89, 179)]Francisco Ríos[/COLOR], maquinista de la Empresa Dromos de Comodoro [/SIZE]Rivadavia, quien con su cargadora-retroexcavadora acababa de aterrizar[/FONT][/FONT][/FONT][/COLOR] [SIZE=3][COLOR=rgb(0, 0, 0)]En la madrugada del Domingo 18, nos despedimos de los 5 maquinistas de la Empresa SADE y 5 de la Empresa Kion, quienes son evacuados al continente, quedando la[/COLOR][/SIZE][/FONT][SIZE=3][COLOR=rgb(0, 0, 0)][I][FONT=Times New Roman]“Delegación” [/FONT][/I][FONT=Times New Roman]reducida a solo 6 hombres: los 4 de Vialidad, [COLOR=rgb(0, 89, 179)]Alejandro Kulikoski[/COLOR] de Kion (en el libro "Malvinas a sangre y fuego se menciona que cabó las primeras tumbas") y Francisco Ríos de Dromos.[/FONT][/COLOR][/SIZE] SADE Olmos Luis Angel KION Alejandro Kulikoski DROMOS Francisco Ríos [B][U]LA DIRECCION NACIONAL DE VIALIDAD EN LA GESTA DE MALVINAS[/U][/B] [I]* Por el Ing. Alberto M. Gaffuri[/I] (Gacetas Malvinenses) 1- Planificación de los servicios a establecer Apenas recuperadas las Islas Malvinas, nuestro país se vio obligado a planificar aceleradamente y poner en marcha, una serie de trabajos específicos que abarcaban todas las gamas de la actividad nacional, como ser las de establecer y poner en marcha todo lo ateniente a distintos tipos de servicios, a saber: Transportes; Comunicaciones; Combustibles; Periodísticos; Salud; Red de Observadores Aéreos R.O.A.; Servicios espirituales; etc.. 2- Ofrecimientos de voluntarios En la tarde del 6 de abril, un grupo de profesionales y técnicos de la Dirección Nacional de Vialidad, estábamos ansiosos aguardando ser recibidos por el Administrador General, Ing. Julio C. Caballero, quien ya estaba tanto de que veníamos con decidido compromiso a ofrecernos como voluntarios para ir a las “Islas”, para cuando la repartición así lo dispusiese. Minutos después, muy emocionado, nos recibe con un fuerte abrazo y tras elogiar nuestra patriótica decisión, nos comunica que por el momento, sólo serían parte de la “primera avanzada”, un selecto grupo, ya que acababa de recibir una nota del Comandante de Ingenieros, General de Brigada Néstor Castelli, notificándolo de la convocatoria de los agentes: Ing. Alberto M. Gaffuri, Tecn. Roberto E. Cogorno, Facundo Tolava y Luján E. Marrone, encontrándonos desde ese momento, bajo jurisdicción militar, con arreglo a las disposiciones del Código de Justicia Militar y de la Ley N°: 20.318, debiéndonos presentar de inmediato, en la “Escuela de Ingenieros- Compañía de Ingenieros de Combate 601”, en Campo de Mayo. 3- Creación de la “Delegación Islas Malvinas” Al día siguiente, el Administrador General, remite una nota al señor Gobernador Militar de las Islas Malvinas, General Mario Benjamín Menéndez, a efectos de comunicarle que esa Dirección Nacional, con el objeto de afianzar aun mas nuestra soberanía y contribuir a los objetivos propuestos, había creado la “Delegación Islas Malvinas”, designándose al Ing. Gaffuri como Jefe de la misma y al Téc. Cogorno como su auxiliar. Ambos, tendríamos la misión de realizar una adecuada evaluación de las necesidades existentes, proponer las medidas indispensables para atender convenientemente la misión específica de Vialidad Nacional en las Islas y de supervisar el uso del equipo vial que se había dispuesto, actuando en calidad de apoyo técnico de la Compañía de Ingenieros de Combate 601. 4- Presentación en la “Escuela de Ingenieros de Combate 601” El 8 de abril, nos encontrábamos bien de madrugada en la “Escuela”, prestos para recibir instrucciones atenientes a nuestra misión, responsabilidades y dependencia jerárquica que nos tocaría cumplimentar. Es así que, como “Jefe de la Delegación” dependería directamente del Secretario de Obras Públicas, Coronel Dorrego, secundado por Cogorno y la colaboración de Tolava, como maquinista vial y de Marrone, como mecánico vial. Al día siguiente, los cuatro viales, los cinco maquinistas de la Empresa KION y los seis de la Empresa SADE - que también habían sido convocados - recibimos dos juegos completos de uniforme de combate y una gran bolsa marinera, todo verde oliva, junto con un par de borceguíes, dos mudas de ropa interior, una bolsa de dormir, un capote para la lluvia, una campera de abrigo y la clásica medalla de identificación troquelada de aluminio. A las 13.00 hs., nos dieron ”franco” hasta el Domingo 11 a las 15,00 hs., para pasar unos momentos con nuestras respectivas familias, antes de la partida. 5- Despedida, alistamiento y partida ¡Llegó el Día!. Ese Domingo 11, a las 15,00 hs., nos despedimos de nuestros seres queridos, en la puerta de la “Escuela”. Bien entrada la noche, luciendo todos, nuestros flamantes uniformes de combate, formamos en la Plaza de Armas, donde en una austera ceremonia, el Director de la “Escuela” Coronel Belli, pronuncia una encendida arenga para despedir al personal del Arma de Ingenieros y al selecto grupo de 15 civiles voluntarios que en pocas horas mas, partiríamos a cumplir con nuestro deber. Seguidamente, y en un sigilo total, fuimos subiendo a los camiones que nos habían asignado para nuestro traslado a Palomar. A medida que los vehículos iban trasponiendo el Portón, estando todo a oscuras, éramos saludados efusivamente por el resto de la guarnición con un vibrante: “¡VIVA LA PATRIA!”, surgida de las emocionadas gargantas de los que quedaban, a la espera de nuestro regreso. Fue como una voz renacida de la heroica historia de nuestros patriotas que, actualizada en esas jóvenes gargantas, caló muy hondo en nuestros corazones. Llegados al Aeropuerto del “Palomar”, formados al pie del Boeing 707 de Aerolíneas Argentinas, el Comandante de Ingenieros, nos despide con exultantes palabras, destacando fundamentalmente la integración en las filas de sus hombres de armas, de esos decididos civiles, muchos de los cuales superábamos con holgura la edad de alistamiento, los que sin dudar en dejar familia y comodidades, queríamos estar presentes, para cumplir con la Patria, en eL desempeño de nuestras respectivas capacidades. También hizo lo propio, nuestro Administrador General, quien tras breves, pero sentidas palabras, nos despidió a cada uno con un fraternal abrazo. Ya despuntaba el 12 de abril, cuando los aproximadamente 240 efectivos, fuimos abordando la nave, a la que de ex profeso le habían quitado todos los asientos para obtener mayor capacidad de carga. Poco después, partiríamos rumbo a Río Gallegos. Luego de unas tres horas de vuelo, llegamos al aeropuerto de Río Gallegos, donde sin mas dilaciones, trasbordamos a dos aviones Boeing 737 de la misma empresa, los que por su menor envergadura los hacían mas aptos para operar en la pista de “Puerto Argentino”. 6- ¡Por fin...Malvinas! A las 07.30 hs., aterrizamos en el Aeropuerto “Puerto Argentino”. 7- ¡Al hombro, Ar! Pasado el mediodía y visto que el “60” no venía a buscarnos, a la orden de “¡Al hombro, Ar!” emprendimos lentamente la marcha hacia nuestro destino que quedaba pasando la ciudad, llevando todo nuestro equipo, incluyendo los pies de las ametralladoras de 12,7 mm., el parque de municiones, las bolsas con víveres, etc.. Por suerte, a medida de que avanzábamos, se pudo ir traspasando parte de la carga a un Unimog, el cual, mediante un constante ir y venir, nos permitió llegar mas aliviados a la zona que nos habían asignado (en adelante “Campamento El Ruso”). Por la tarde se presenta Francisco Ríos, maquinista de la Empresa Dromos de Comodoro Rivadavia, quien con su cargadora-retroexcavadora acababa de aterrizar. 8- Instalación de nuestro “Campamento El Ruso” El mismo 13 de abril, procedimos a ocupar una casa prefabricada que estaba en construcción, para establecer el puesto de mando y una sala para cobijar a los que “estaban de paso”. Viendo que quedaba disponible un cuartito, ideal como “Sala de Radio”, instalo uno de los equipos, que había traído para comunicarme con Casa Central y nuestros Distritos jurisdiccionales. A las 18,00 hs., inicio la trasmisión, quedando formalmente inaugurado el servicio, el que se mantendrá ininterrumpidamente operable hasta último momento. 9- Primeros trabajos oficiales Por orden del Secretario de Obras Públicas, Coronel Dorrego, me presento ante el Director del Hospital Militar, Mayor Médico Enrique M. Cevallos, quien necesitaba encarar en primer término, la construcción de una pista apta para la operación simultánea de hasta dos helicópteros, afectados a las tareas de rescate y evacuación de heridos, complementada con un camino de servicio. No contando aún con nuestros equipos viales, decidimos restaurar una vieja topadora chica, con la que nivelamos el terreno. Luego, trabajando con la hoja del equipo en reversa, se fue conformando una plataforma apta para la operación de los helicópteros. Para garantizar el rápido escurrimiento de las aguas, se construyeron drenajes con agregado grueso, cunetas en “V” y alcantarillas con tambores de 200 lts. vacíos. Finalmente, y a efectos de proveer condiciones mínimas de operatividad, se realizó una demarcación con líneas hechas con piedras blancas. 10- Reducción del personal En la madrugada del Domingo 18, nos despedimos de los 5 maquinistas de la Empresa SADE y 5 de la Empresa Kion, quienes son evacuados al continente, quedando la “Delegación” reducida a solo 6 hombres: los 4 de Vialidad, Alejandro Kulikoski de Kion y Francisco Ríos de Dromos. 12-Vialidad Nacional dice ¡Presente! Por la tarde y con mucho orgullo, instalamos los primeros 3 carteles viales, que señalaban: “Republica Argentina – Puerto Argentino – Dirección Nacional de Vialidad”. 11- ¡Llegaron los equipos! El viernes 22 de abril fue un día de fiesta para todos, porque nos avisaron que pasáramos por el Puerto a retirar unos equipos que el “Formosa”, buque de carga de E.L.M.A. había desembarcado de sus bodegas. Grande fue nuestra sorpresa al ver que, además de una grúa sobre camión, 2 camiones, Jeeps, Unimogs, cocinas de campaña, armamento, municiones, tambores de 200 lts. de combustible, víveres, para “La Compañía”, venían nuestros equipos viales, a saber: 2 topadoras, 5 camiones volcadores, 2 casillas rodantes y repuestos varios. Además, el Ejército había contratado: 3 cargadoras frontales con pala retroexcavadora trasera, a la Empresa Kion y una cargadora frontal grande, a la Empresa SADE. Todos este equipamiento, habría de constituirse en poco tiempo mas, en los instrumentos de trabajo mas importantes, con los cuales íbamos a “presentar batalla” en los difíciles terrenos malvineros que nos esperaba vencer, ya que, no había que olvidar el suelo de las Islas, los que por sus características turbosas, formado sobre bases de escasa consistencia y saturado de agua, hacía difícil el desplazamiento de los vehículos. También ese día, nos enteramos de que el buque “Córdoba”, no iba a poder llegar a las Islas a causa del bloqueo impuesto por los ingleses. La noticia nos produjo a todos, gran desazón, ya que pensábamos contar con un importante refuerzo de maquinaria vial. Con este parque de equipos, nos propusimos continuar con la obra de construcción del camino que, desde Puerto Argentino concluir en Darwin. Lamentablemente, como pronto se iniciarían las acciones bélicas, no pudo proseguirse con la misma. 12- Condiciones de vida A partir de la fecha, la precariedad del lugar, es solidariamente compartida con estoicismo en todos sus aspectos. Las comidas enlatadas y el guiso, pasan a ser la rutinaria ración diaria. Lo mismo ocurre a la hora de dormir, pues debemos hacerlos siempre vestidos, situación ésta que se mantendrá hasta el final. 13- Trabajos específicos realizados Desde el vamos, nos integramos a la actividad impuesta por las circunstancias, abocándonos de lleno a las tareas que nos iban siendo asignadas, las que no admitían demora alguna, contando para ello con el insoslayable apoyo de nuestros equipos que, por sus características, resultaron ideales para encarar: a) Trabajos viales: Explotación de yacimientos de suelos y de ripio; Mantenimiento, conservación y construcción de caminos; Relleno de zonas bajas; Ejecución de zanjas. b) Trabajos de apoyo militar: Polvorines a cielo abierto; Depósitos de combustibles y lubricantes; Asentamiento de piezas de artillería; Nidos de ametralladoras antiaéreas; Protecciones de directores de tiro y de radares; Defensas de instalaciones de seguridad; Trincheras, pozos de zorro y refugios subterráneos; Obstáculos para vehículos enemigos. Con respecto al tema de los refugios, hubo uno que realmente se destacó por su magnitud. Me refiero a nuestro “bunker” de unos 10 mts. por 5 mts. por 2,20 mts. de altura interior, que construimos aprovechando la existencia de unos perfiles metálicos. c) Transportes especiales realizados con nuestros “Doodge 700”: Efectivos, pertrechos, víveres, hacia o desde el frente de combate; Tambores de 200 lts.; Placas de aluminio para la pista del Aeropuerto; Materiales varios de construcción, repuestos; Vallados con alambre de púas; Panes de turba, para camuflaje; Víveres y ropa al C.A.L.; d) Trabajos auxiliares: Rescate y remolque de los vehículos; Servicios de reparaciones. Todos estos trabajos involucraban además, duras tareas adicionales, propias del dificultoso terreno donde nos tocaba actuar. Salvar los pesados equipos y demás vehículos, que cotidianamente quedaban empantanados, hasta hundirse en la blanda turba, nos obligaba a veces a trabajar afanosamente largas horas bajo rigurosas condiciones meteorológicas, enterrados en el fango hasta la rodilla, con los pies totalmente mojados, azotados por el frío viento achaparrado y las continuas lloviznas, sin poder siquiera comer algo caliente. Para mayor desgracia, la mayoría de los equipos no tenían cabina, por lo que nuestros operadores, debían efectuar las tareas a la intemperie. 14- Nuestra “Primera experiencia” Y así, llegamos al 1° de Mayo, cuando a las 04,40 hs., somos despertados por el tronar de un intenso bombardeo inglés, ensañado en dejar la pista del Aeropuerto fuera de operaciones. Éste fue para la mayoría, nuestro “bautismo de fuego”, de una guerra que en poco tiempo mas, se nos avecinaría y en la que íbamos apreciar claramente las consecuencias de esa cruda realidad. Producto de las continuas explosiones que se sucedían profusamente y de las luces de bengala lanzadas por los ingleses para visualizar la pista, hacia que el cielo nocturno, cubierto por nubes bajas, se viera iluminado por una tétrica luz difusa. 15- Los siguientes días A partir de ese momento, los días fueron pasando, sin mayores variantes, haciéndonos comprender que la vida dentro de las casillas, ya no eran nada seguras, dada su brillantez (tenían la carrocería de aluminio) y la altura sobre el terreno, la convertían de noche en un blanco perfecto para los comandos enemigos que ya estaban operando en la zona. Además, la imprevisibilidad de los ataques, hacían imposible salvar los escasos metros que nos separaban del “Bunker”. Después del 21 y pese a los recios combates que se desarrollaban en San Carlos, aun continuábamos, dando muestras de confianza y optimismo con nuestro trabajo, especialmente a los “soldados”, con los que se había generado un mutuo afecto. El 25 de mayo, con el objeto de conmemorar la fecha Patria, fuimos invitados al asiento que ocupaban los efectivos del Regimiento 25 de Infantería. Allí, durante una emotiva ceremonia, su Jefe, el Teniente Coronel Seineldin, luego de una misa de campaña en acción de gracias, exaltó ante las tropas formadas, la presencia de “esos civiles valerosos que voluntariamente estaban cumpliendo una riesgosa misión, en medio de la batalla, sin mas armas que sus propias herramientas”. Mas tarde, pudimos observar como, mientras la aviación enemiga bombardeaba incesantemente la pista del Aeropuerto, algunos “Pucará”, surcaban el cielo a muy baja altura, casi rozando las aguas de la bahía, tratando de contrarrestar dicha acción. 18- Últimos días Dada la época del año, las nevadas pasaron ya a ser mas copiosas y a acortarse las horas diurnas, obstaculizando el desarrollo normal de nuestras tareas. Por tal motivo, las autoridades dispusieron que nos estableciéramos en el galpón del puerto local. Pasan los días y los ataques enemigos van incrementándose sustancialmente, empezando a arreciar, en intensidad y precisión, desarrollándose las acciones cada vez mas cerca de nuestra posición, razón por la cual, decidí solicitar al Coronel Dorrego la inmediata evacuación de parte de mis compañeros viales, la que se concretaría el jueves 10 de junio cuando, luego de soportar un intenso cañoneo nocturno, Cogorno, Marrone y Ríos parten en una lancha de desembarco hacia el Buque de Transporte Polar ARA “Bahía Paraíso” (transformado en Buque Hospital), con rumbo al continente. ¡Se avecina el final! ¡Ya están muy cerca!. El día 13 de Junio, los ingleses nos “baten” intensamente con cohetería que estallan en el aire, para causar mayores estragos. 19- 14 de Junio - Fin de las hostilidades ¡Día muy amargo para todos nosotros!. Luego de acordarse el “alto el fuego”, ya bien entrada la tarde, gracias a la intervención de la Cruz Roja Internacional, junto con otros 10 civiles y Tolava, logramos embarcar en el alijador “Yehuin”, llevando los pocos efectos personales que nos permiten cargar. Todos los embarcados colaboramos, para acomodar apretados en cubierta, un centenar de camillas con los heridos que continuamente iban llegando. A cada uno les proporcionamos una barra de chocolate, la que devoraban con indescriptible goce. Como nevaba copiosamente, los cubrimos completamente con una frazada, para que soportaran mejor el viaje hasta el Rompehielos ARA “Comandante Irizar” (Preparado como Buque Hospital), que nos esperaba en la rada exterior, mientras afectivamente les decíamos: “¡Varón: ya cumpliste con la Patria, ahora volvemos a casa. Tranquilo!..”. Hacia la medianoche, todos los que estábamos en condiciones físicas y anímicas, cargamos a cada uno de ellos sobre nuestras espaldas, subiéndolos arriesgadamente por la planchada que desde el “Irizar” bajaba tambaleante sobre la resbaladiza cubierta. 20- Regreso a casa El 16, pasado el mediodía, después de cargar los últimos heridos que quedaban, zarpamos hacia el continente. Durante la travesía asistíamos y reconfortábamos a los heridos, instalados en la “sala de recuperación”, armada en la bodega principal, en la que por la gran cantidad de pacientes, hubo que ubicar las camas pegadas de a cuatro y en tres niveles. También, fue notable la concurrencia a los oficios religiosos celebrados a bordo en acción de gracias de los que, por obra de la Providencia, no teníamos heridas en nuestros cuerpos, pero si guardábamos todo el dolor y la angustia de una tragedia de la cual habíamos sido protagonistas. Aun no asomaba el sol de aquel 18 de Junio, cuando llegamos a la rada de Comodoro Rivadavia. De inmediato, nos pusimos a colaborar con los miembros de la tripulación, en los preparativos para el embarque helitransportado de los “soldados”, que con los dos poderosos “Sea King” de que disponían, iban a trasladarlos al Hospital Regional. A media tarde, en el último vuelo, nos transportaron a todos los civiles, a tierra, desde donde nos llevaron al Destacamento N°:9 de Inteligencia Militar. Allí, luego de prestar declaración, nos impartieron rigurosas disposiciones de contrainteligencia vinculadas con la reserva que debíamos guardar en todo lo que pudiéramos decir, mostrar o escribir sobre las experiencias vividas . Para el 19 al mediodía, estábamos abordando un vuelo regular de Aerolíneas Argentinas. A las 15,15 hs., arribamos al Aeropuerto “Jorge Newbery”, donde nos esperaba una camioneta de la Empresa, la cual, nos dejó frente a la “Sala VIP”. Grande fue mi sorpresa al ver a todos mis seres queridos, que me aguardaban muy emocionados. Es aquí, donde a pesar de haber soportado estoicamente un cúmulo de vicisitudes, no resisto mas y rompo a llorar como un niño, mientras abrazo fuertemente a mis pequeños hijos, pensando en aquellos compañeros que ya nunca mas podrían hacerlo. 21- Desconvocatoria El 22 de Junio, el Comando de Ingenieros, nos comunica que a partir de la fecha, quedaba sin efecto nuestra convocatoria al Servicio Civil de Defensa, de conformidad con la Ley N°: 20.318, cesando en consecuencia nuestro Estado Militar y sujeción al Estatuto para el Personal Civil de las Fuerzas Armadas. 23-Informe Oficial del Ejército Argentino: El Ejército Argentino, quiso resaltar nuestra labor y en su “Informe Oficial sobre el Conflicto Malvinas”, dejó expresados estos conceptos: “Este personal compartió todas las vicisitudes del personal militar. Sufrió los efectos del clima, la alimentación carenciada y los permanentes bombardeos navales y terrestres. Ante estos ataques tuvieron que pasar muchas noches en los pozos de zorro, pero igual cumplieron sin desmayos con su misión. esos hombres constituyen un destacado ejemplo de valor cívico, abnegación y dedicación en el desempeño de su tarea. estos méritos lo hacen acreedores al reconocimiento de la ciudadanía. el Ejército Argentino al recordar esta gesta, desea dejar expresada su gratitud”. · Durante la guerra se desempeñó como Jefe de la Delegación Malvinas de la ex Dirección Nacional de Vialidad (DNV) [/QUOTE]
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Guerra desarrollada entre Argentina y el Reino Unido en 1982
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