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Area Militar General
Malvinas 1982
Personal Argentino en zona de combate
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<blockquote data-quote="nippur_1967" data-source="post: 791861" data-attributes="member: 1952"><p><strong>RI Mec 6 y RI 1</strong></p><p></p><p>Fin de la crisis e iniciación de la guerra.</p><p></p><p>El 1 de mayo, aproximadamente a las 0450 horas, dos fuertes explosiones en la zona del aeropuerto conmovieron a todos violentamente. Era el inicio de una guerra, guerra limitada pero guerra al fin, en la que habíamos ingresado, quizás sin desearlo, y para la cual, justo es reconocerlo, no se había dispuesto de medios ni de tiempo para una adecuada preparación. En esas circunstancias, se escucharon por la red radioeléctrica de comando, las palabras del Grl Jofre al Jefe del RIMec 25, mensaje en el que le advertía la posibilidad segura que en unos minutos más se produciría otro ataque similar, lo que efectivamente ocurrió.</p><p></p><p>Desde esa fecha hasta el ataque final a Puerto Argentino, sin solución de continuidad, se produjeron ataques aéreos por parte de patrullas aéreas enemigas (PAC) - normalmente durante el día - y fuego naval de perturbación, en horas de la noche. Felizmente éste no era muy eficaz, razón por la cual, el personal que estaba protegido en las posiciones, no era presa de sus efectos. No obstante, la impotencia que significaba no disponer de armas cuyo alcance permitiese inferir algún daño al enemigo - excepción hecha de dos cañones cal 15, 5 traídos del continente con posterioridad (bautizados “Gran Berta”), más los pocos Exocet increíblemente adaptados para lanzamiento terrestre, y la artillería de defensa aérea, que al disponer de moderno material pudo neutralizar e impedir el vuelo de aeronaves inglesas hasta determinada altura, sin olvidar los ataques efectuados por los aviones de la Fuerza Aérea y la Aviación Naval - provocaba una permanente tensión, con el consiguiente desgaste psíquico que se sumaba al cansancio físico del personal. Y piénsese, al respecto, que lo expresado se veía agravado, entre otros factores, por la imposibilidad de relevos que permitiesen un descanso rotativo, sumado este hecho a la carencia de alimentos, en virtud del bloqueo que obligó a los elementos del Ejército a racionar un solo plato fuerte por día, desde el 13 de mayo hasta los primeros días de junio. Por otra parte, la comida, pese a la abnegación del personal que la distribuía, llegaba fría a los destinatarios, pues sólo se disponía de recipientes cilindros metálicos para su reparto, en medio de temperaturas con marcas negativas permanentes. Esta situación fue produciendo un desgaste general progresivo, imposible de mitigar.</p><p></p><p>Además, influyó también negativamente en el mantenimiento de la moral, la falta de recepción regular de la correspondencia de los familiares directos, debido a que el poco lugar disponible en los aviones, era ocupado por las sacas de correspondencia dirigida “Al Soldado Argentino”. Dicha correspondencia - dispuesta su confección por el Estado - si bien contenía el aliento y la gratitud de la juventud estudiantil, no reemplazaba, ciertamente, a la que se esperaba con ansiedad, hecho que originaba una comprensible decepción. También lo fue la acción psicológica triunfalista transmitida a diario por las emisoras radiales, frente a la realidad que vivían los combatientes </p><p></p><p>Pese a las limitaciones expresadas, los responsables de la conducción de todos los niveles y los propios soldados, con iniciativa y creatividad, instrumentaron medidas tendientes a superar estos severos condicionamientos. Entre ellas, citamos las siguientes: la instalación de una panadería en la localidad; el armado de lugares de baño que permitían su empleo por turno, por parte de las fracciones, con agua caliente pero salada, - duchas que aproximadamente, podían concretarse una vez por semana o cada diez días - la instalación de contenedores para que el personal, por turno, descansara fuera de las posiciones, los que finalmente no se ocuparon por la vulnerabilidad que ofrecían al fuego enemigo; el uso del teléfono a larga distancia a una pequeña cantidad de personal que debía marchar a la empresa telefónica de la ciudad; los rudimentarios sistemas de calefacción en las posiciones, con los que se lograba, también, calentar los alimentos, y practicar el secado de ropa, etc.</p><p></p><p>Por su parte, el Comando Agrupación Ejército dispuso la comprobación del armamento disponible en dos oportunidades, lo cual permitió, con limitaciones, la reparación de desperfectos existentes desde la paz, motivados por la obsolescencia de alguno de ellos. Todo el personal realizaba esfuerzos para superar falencias y condicionamientos, sabiendo que, en definitiva, cuando llegase el momento de una definición, se agotarían los recursos para cumplir con lo disponible, de la mejor manera posible. Así, por ejemplo, el extinto Teniente Peratta, Jefe de la Sección Morteros Pesados cal 120 mm, luego de una prueba de tiro, requirió contar con placas bases de repuesto, pues por las características del terreno, las existentes (una por mortero), se hundían de forma tal que era muy difícil extraerlas y disponer nuevamente con premura del arma en condiciones de tiro, y en dirección opuesta (el enemigo podía atacar en los 360º). Se le respondió entonces que en la isla no existían disponibilidades, y que llegado el momento, el deseo de cumplir con la misión impuesta, seguramente le permitiría lograrlo. Así sucedió la noche del 13 al 14 de junio, cuando los morteros que se encontraban en condiciones de tirar en dirección Sur, debieron abrir el fuego para neutralizar una invasión al Norte, sobre la Península de Camber, sector Este del R I Mec 7, a una distancia aproximada de 3.800 mts. En dicha ocasión pudieron efectuarse, aproximadamente, sesenta disparos.</p><p></p><p>El desgaste ocasionado por la ocupación de una posición prácticamente sitiada, generaba, consecuentemente, en muchos, el deseo de operar ofensivamente en procura de una definición. Así lo sentían y así la manifestaron en una oportunidad, dos oficiales Jefes de Sección durante una conversación con el Jefe de Regimiento. Esta posibilidad ya se encontraba en estudio en el Cdo Agr Ej Pto Argentino, pero finalmente fue desechada por desestimarse su posibilidad de éxito. Debe recordarse, que la carencia de elementales medios de transporte, incluso para la dotación inicial de munición y las armas de apoyo, como también la ausencia de mochilas, entre otros elementos faltantes, había convertido a las tropas, sin que ello se deseara, en prisioneras del terreno, retrotrayéndolas a una situación similar a la de la época de la guerra de trincheras.</p><p></p><p>Finalmente, a partir del 12 de junio, el fuego de la artillería de campaña enemiga se hizo sentir con toda su intensidad sobre la posición de Puerto Argentino. Era notable advertir el cambio de posición de sus piezas por modo aeromóvil, mientras las propias debían permanecer inmóviles. El 14 de junio, a las 0300 horas aproximadamente, mientras el fuego sobre las posiciones del RIMec 7 iluminaban como luz de día el sector de dicha unidad, el Regimiento debió preparar dos cañones 10,5 mm, los cuales, a órdenes de personal del Cdo Agr Ej Pto Arg, debieron ser trasladados al Oeste de la posición. Sin embargo, no llegaron a emplearse, en razón de que a su llegada, los efectivos propios se encontraban replegando. Aproximadamente a las 0600 horas, debido al progreso del ataque inglés y a la orden impartida al RIMec 3 - por la cual este Regimiento debió abandonar su posición con los efectivos disponibles para cumplir una misión al Oeste - el flanco lindante con esta Unidad quedó libre. El Regimiento 6 recibió, entonces, la orden de preparar sus armas de apoyo de fuego en dirección Oeste.</p><p></p><p>En tal circunstancia, se les ordenó a los jefes de fracción el cambio de frente (Sur a Oeste). En tanto, el Jefe de la Reserva (Sección Exploración), debía ocupar una posición de bloqueo en el flanco Oeste, y el Puesto de Comando de la Unidad fue trasladado al Puesto de Comando de Alternativa (Reserva). Cumplidas estas acciones, y en ocasión que el Jefe de Regimiento le informó al Comandante de la Agrupación la finalización del cambio de dispositivo, éste le comunicó su satisfacción por el sobresaliente desempeño del Jefe de Operaciones, a cargo de la Reserva de la Agrupación Ejército y de la Compañía B, los que operaban directamente bajo su mando. </p><p></p><p>A partir de las 1045 horas, aproximadamente, se produjo un silencio en el campo de combate, y minutos después, se recibió una orden en el Puesto de Comando, la cual imponía el cese de toda actividad operacional. </p><p></p><p>Hasta aquí, lo ocurrido en el sector de defensa del Regimiento, menos lo actuado por la Compañía B. A continuación, el Jefe de la Subunidad describe la situación correspondiente a dicha compañía.</p><p></p><p>La Compañía de Infantería B </p><p></p><p>El día 15 de abril, el Jefe de Regimiento transmitió a la subunidad, la orden referida a su desempeño como Reserva Aeromóvil de la posición “Puerto Argentino”, a órdenes directas del Comando de Agrupación Ejército (Cdo Br I Mec X).</p><p></p><p>A partir de ese momento, se efectuaron actividades inherentes al planeamiento emergente de la misión recibida, por lo que se ocuparon, a orden, varias zonas de reunión.</p><p></p><p>A la semana del arribo, el 20 de abril, el Oficial de Operaciones de la Unidad, Mayor Oscar Ramón Jaimet, se hizo cargo de la Reserva, quedando la Subunidad, por ende, a sus órdenes. Posteriormente, el 27 del mismo mes, se le ordenó a la Compañía ocupar una posición de bloqueo en el Cerro Dos Hermanas (Two Sister), lugar donde permaneció hasta el 13 de junio. ( Ver gráfico Nro 2 ). </p><p></p><p>Recién el 30 de abril se logró reunir la totalidad del equipo y munición, elementos que, en su mayor parte, debieron ser transportados a brazo hasta el lugar. El clima, como ya se ha expresado, provocó que el personal debiera permanecer la mayor parte del tiempo, con su ropa húmeda, a veces mojada. Los escasos lapsos de sol se aprovechaban para secarla, y también para ajustar el dispositivo, reglar las armas y escribir cartas a los respectivos hogares. Cabe señalar que la posición ocupada, alejada de la población y en un cerro pedregoso, agravaba las condiciones y el desgaste del personal.</p><p></p><p>El 1 de mayo, la Compañía fue espectadora “de lujo” del ataque inglés al aeropuerto, ya que la posición dominaba todo Puerto Argentino, hacia el Este.</p><p>.</p><p>Hasta el 10 de mayo, las actividades transcurrieron con un grado mayor de alistamiento, tratándose de mantener en alto la disciplina. Se realizaban, en las pausas del fuego aéreo y naval, formaciones con parte del personal, revistas médicas, etc., es decir, se cumplían todas aquellas actividades que permitían alentar en la gente, una elevada cohesión. El racionamiento se efectuaba una vez al día, por cuanto a las 1800 horas oscurecía y el lugar no ofrecía facilidades para cocinar o calentar la comida sin delatar la ubicación.</p><p></p><p>Delante de la posición, la Compañía de Comandos 601 realizaba numerosas actividades de combate. El contacto con sus integrantes, por su fortaleza espiritual y su óptima capacitación, reconfortaba la moral propia, al tiempo que generaba un sentimiento de orgullo hacia los oficiales y suboficiales que la integraban.</p><p></p><p>Sin embargo, pese al fuego aéreo y al de la artillería naval, la moral del personal no decayó. Pero el enemigo más importante -“la rigurosidad del clima”- continuaba su acción.</p><p></p><p>El 12 de mayo, por vez primera, una formación de aviones propios sobrevoló las posiciones. El entusiasmo fue enorme. De inmediato, se pensó que la impunidad con que los barcos ingleses “ nos visitaban” a diario, iba a ser adecuadamente “atendida”.</p><p></p><p>Entre el 16 y 22 de mayo, se dispusieron rotaciones de personal a nivel sección, a fin de permitir, entre otras cosas, un buen baño y un descanso reparador, sin las tensiones propias de la primera línea. Hasta esa fecha, sólo se habían evacuado seis soldados, uno de ellos por una herida accidental de arma de fuego.</p><p></p><p>El 28 de mayo, el Cerro “Dos Hermanas” sufrió un hostigamiento permanente de cañoneo naval. Simultáneamente, la posibilidad de cumplir una misión de alerta temprana en proximidades del Monte Simón, según se había recibido en una orden, quedaba sin efecto, modificándose por última vez el dispositivo, el 30 de mayo ( Ver gráfico Nro 3 ). En esa oportunidad, se tomó contacto con el Batallón de Infantería de Marina 5, Unidad que recibiría a la Compañía, en caso que fuere necesario realizar un repliegue.</p><p></p><p>En esos días, lo más importante fue la llegada a la posición del Regimiento de Infantería 4 (RI4), quien ocupó la altura Oeste del Cerro Dos Hermanas. Un esfuerzo titánico, teniendo en cuenta los momentos tácticos que ya se vivían y las condiciones en las que había llegado esa Unidad.</p><p></p><p>El 3 de junio, la Subunidad tuvo los primeros evacuados por esquirlas de fuego naval y artillería de campaña del enemigo. El 8 de junio, la masa de los fuegos ingleses fueron concentrados sobre el Monte Longdon. La situación era tensa y el estado de alerta, total. Ya nadie debía ni podía descansar.</p><p></p><p>Entre el 11 y 12 de junio, el fuego enemigo fue intenso, obligando, por momentos a que los efectivos se aplastasen el terreno. Se agregaba, también, el fuego de armas automáticas (distancias medias y próximas). Aproximadamente, a las 0200 horas del día 12, fracciones del RI 4 ( Compañía C/RI 4), que se encontraban al SO, lindando con la posición de la subunidad, se replegaron combatiendo en dirección a Moody Brook, sobre el camino que une Murrel Bridge con Moody Brook. Esta situación dejó prácticamente aisladas a la 1ra y 3da Sección que combatían en primera línea. Se recibió, en dicha circunstancia, fuego de morteros y armas portátiles, al tiempo que se sufrían las primeras bajas en proximidades del Puesto Comando del Jefe de la Reserva. (Ver Gráfico Nº 3).</p><p></p><p>Aproximadamente a las 0500 horas, la tarea de recuperar las fracciones más adelantadas había finalizado, pero el repliegue de los efectivos del RI 4, hecho anteriormente señalado, y la presión del ataque enemigo que amenazaba los flancos y la retaguardia de las referidas secciones, obligaron a la Compañía a iniciar un repliegue nocturno en dirección al BIM 5 ( Monte Tamblendown ), más precisamente hacia el sector de la Compañía Nácar de dicha Unidad. El repliegue, en este caso, se realizó bajo la presión del fuego enemigo, y fue respondido por el propio. Esta costosa y difícil circunstancia se superó, merced al espíritu de sacrificio, abnegación y valor de todos los integrantes de la Subunidad. Merece destacarse, en este trance, la actitud del Soldado Conscripto Oscar Ismael Poltronieri, quien permaneció aferrado a su arma automática, protegiendo el repliegue de los restantes efectivos en reiteradas oportunidades, circunstancias por la cual se lo creyó muerto varias veces .</p><p></p><p>El día 13 se alcanzó el sector Norte del Mte Tamblendown, oportunidad en la que el Cte Agr Ej Pto Arg agregó la subunidad al BIM 5, pero en condiciones de ser empleada a órdenes de la Agrupación para la ejecución de contraataques en su sector y en el del RIMec 7. El Jefe de la Reserva tomó entonces contacto con el Jefe de Unidad de IM. La Compañía procedió a reorganizarse. En ese momento, ya se contaba con muy escasa munición, y debido al repliegue bajo presión, se poseía como equipo, sólo “lo puesto”. El personal de las otras subunidades del Regimiento, que se encontraban al Este, enviaron una de las mantas que poseían para paliar esta circunstancia.</p><p></p><p>Por su parte, la situación que vivía el BIM 5, en especial la Compañía Nacar, demandó que el Jefe de la Reserva se adelantara con la 2da Sección disminuida y un grupo apoyo integrado con las ametralladoras disponibles, excepto las de la 3ra Sección, y dispusiera su empeñamiento como refuerzo, en el sector de la referida Subunidad. La 3ra Sección, también destacada con idéntica finalidad, durante su desplazamiento se trabó en combate con el enemigo que intentaba penetrar la posición del BIM 5 por el flanco N, logrando bloquearlo. Con ello, permitió el repliegue de los efectivos comprometidos, pertenecientes a dicha Unidad.</p><p></p><p>El día 14, en las primeras horas, un contraataque, ejecutado por los efectivos disminuidos de la Compañía B, en el sector defensivo de la Compañía “Nacar” del BIM 5, fue bloqueado por el enemigo. Como consecuencia, quedó aferrada la 3ra Sección, la cual logró replegarse merced al refuerzo de los efectivos disponibles de la Sección Apoyo. Se recibió entonces intenso fuego de artillería y morteros, y se combatió al Este de Tumbledown. Nuevamente se sufrieron bajas importantes ( Ver gráfico Nro 4 ). Transcurrido el amanecer, y encontrándose los Jefes de la Reserva y de la Compañía B en el puesto comando del jefe del BIM 5, se resolvió alcanzar, con los efectivos disponibles, las alturas de Super Hill. Cuando los efectivos se encontraban en proximidades de esa zona, se recibió de parte del Cdo Agr Ej Pto Argentino, la orden de cese del fuego.</p><p></p><p>Posteriormente, a media mañana, el repliegue de la Subunidad continuó hacia Moody Brook, recibiendo fuego desde Wireless Ridge, circunstancia que obligó a ocupar una posición, desde la cual el enemigo fue neutralizado. También se facilitó el repliegue de una fracción del RI Mec 3 que se encontraba al N del curso de agua. A su arribo, se había logrado desprenderse del enemigo, alcanzándose finalmente, el límite O de la localidad de Pto Argentino.</p><p></p><p>Como síntesis de lo actuado por esta compañía, vale citar los conceptos de quien fuera Jefe del BIM 5, el Contraalmirante de Infantería de Marina (R) Carlos H. Robacio, contenidos en su libro Desde el Frente (1ra Ed, Solaris S. A., Bs As, 1996, Pág 479), donde el autor expresa: “Fueron evidentes la fortaleza demostrada durante los enfrentamientos y los numerosos actos de valor colectivo e individual que enaltecen al Batallón y Unidades del Ejército ( especialmente aquellas Subunidades que pudimos calibrar porque lucharon codo a codo con los hombres del BIM 5)”.<span style="color: Silver"></span></p><p><span style="color: Silver"></span></p><p><span style="color: Silver"><span style="font-size: 9px">---------- Post added at 09:17 ---------- Previous post was at 09:16 ----------</span></span></p><p><span style="color: Silver"></span></p><p><span style="color: Silver"></span>Final</p><p> </p><p>Retomando el relato de lo sucedido al conjunto del Regimiento, digamos que a las 1530 horas del 14 de junio, el Jefe del Regimiento, junto con los restantes jefes de elementos dependientes, debieron concurrir a una reunión con el Comandante de la Agrupación Ejército, General Jofre, la cual se realizó en su Puesto de Comando. Durante esta reunión, y sensiblemente emocionado, el mencionado General destacó “Su convicción acerca del esfuerzo realizado y la disposición demostrada para el cumplimiento del deber militar, en condiciones realmente muy adversas, a la vez que exhortó a mantener la entereza, una actitud digna frente al enemigo y a prestar atención al resguardo físico y anímico de la tropa” Previamente, se había dado sepultura a los suboficiales muertos en proximidades del Puesto de Comando del Regimiento, pero esto no fue posible hacerlo con el personal caído en el Oeste, durante el repliegue, por cuanto el terreno ya había sido ocupado por el enemigo. Esa noche, todos durmieron, agotados, en sus posiciones. La Ca B lo hizo en proximidades del aeropuerto.</p><p></p><p>Indudablente fue ésta una noche de difícil olvido, en la que se mezclaron muy disímiles sensaciones: la tristeza de la derrota y la muerte de muchos camaradas, el cansancio producto de lo vivido durante dos extenuantes meses - y muy en particular durante la última semana-, la posibilidad de descansar sabiendo que no serían despertados por el fuego enemigo y la expectativa por conocer lo que vendría. Quizás, lo expresado, pueda tener alguna semejanza con el sueño luego de la muerte de un ser muy querido, con el que se han vivido las alternativas de una larga y dolorosa enfermedad.</p><p></p><p>Al día siguiente, al despertar, se comenzó a ver, en el sector, patrullas inglesas que se desplazaban en proximidades. En cumplimiento de una orden del Cte Br, el Regimiento, en su totalidad, marchó hacia el aeropuerto, y de ahí en más, luego de inutilizar armas y abandonar la munición, se produjeron las actividades propias de los prisioneros de guerra.</p><p></p><p>El 20 de junio a las 1500 horas, los efectivos de la Unidad embarcaron en su totalidad en el buque hospital ARA “Alte Irizar”. Sólo permanecieron como prisioneros, hasta el 14 de julio, el Jefe de Regimiento y el Jefe de Operaciones, además de los oficiales, algunos suboficiales y un reducido número de soldados de Patricios. Primeramente, se los alojó en un frigorífico abandonado en San Carlos, y luego en un transportador, el Saint Edmund, junto a aproximadamente quinientos prisioneros argentinos, en general los más antiguos de las Fuerzas participantes. Sin duda, se cerraba entonces un capítulo de esta historia y comenzaba otro, signado por angustias, expectativas e incomprensiones, seguramente más difícil que el anterior.</p><p></p><p>Más allá del desenlace final, ajeno a la responsabilidad de los combatientes, sin diferencias jerárquicas, éstos hicieron mucho más de los esperable con los escasos medios disponibles, resistiendo pese al enorme desgaste físico y diferencia tecnológica, durante dos meses, en una posición insular sitiada desde el inicio por un bloqueo estratégico seguido del táctico, circunstancias siempre desfavorables para el logro de la victoria, según lo demuestra la historia militar universal en múltiples situaciones similares, (plaza sitiada plaza tomada).</p><p></p><p>El Jefe de Operaciones y la subunidad destacada como Reserva (Ca B), tuvieron un destacado desempeño, por el cual varios de sus integrantes - entre ellos todos sus oficiales y el encargado de la subunidad - fueron objeto de condecoraciones y distinciones. Merece consignarse, que formó parte de sus efectivos el único soldado conscripto de todas las Fuerzas, que mereció la máxima condecoración que otorga la Nación a los combatientes. Estos hechos y la actuación de los restantes efectivos de la unidad, permiten afirmar que igual comportamiento hubiesen tenido estos últimos en situación similar. Así, los efectivos pertenecientes a estos dos primigenios Regimientos de la Patria, supieron escribir para su historia otra página de sublime entrega, enorme valor, y ejemplar abnegación y sacrificio.</p><p></p><p></p><p>Muertos en combate: 1. Sgto Ay Eusebio Antonio Aguilar, Enc Ca Cdo, 2. Sgto Ayte Edgar Coc Néstor Ochoa, Enc Gpo Rancho Ca Ser, 3. S/C 62 Sergio Omar Azcarate, Sec Mor Pes Agr RIMec 3, 4. S/C 62 Horacio Balvidares, Ca B; 5. S/C 62 Walter Ignacio Becerra, Ca B, 6. S/C 62 Luis Jorge Bordon, Ca B 7. S/C 62 Horacio Jose Echave, Ca B, 8. S/C 62 Hector Antonio Guanes, Ca B, 9. S/C 62 Juan Domingo Horisberger, Ca B, 10. S/C 62 Ricardo Jose Luna, Ca B, 11. S/C 62 Juan Domingo Rodriguez, Ca B.</p><p></p><p>Condecorado con la Cruz “La Nación Argentina al Heroico Valor en Combate” S/C Oscar Ismael Poltronieri, Ca B, </p><p></p><p>Condecorados con la Medalla “La Nación Argentina al Valor en Combate”: My Oscar Ramón Jaimet Oficial de Operaciones (S 3) , Jefe de la Reserva de la Agr Ej Pto Argentino, Cabo 1ro Luis D´Oro, Sec Mor Pes.</p><p></p><p>Condecorados con la Medalla “La Nación Argentina al Herido en Combate”,S/C Néstor Osvaldo Larrigaldieri, Ca C Patricios, S/C Alfredo Guillermo González, Ca C Patricios, S/C Santos Norberto Hereñu, Ca B, S/C Omar Ozcoide, Ca A. </p><p></p><p>“Mención”: Teniente 1ro Raúl Daniel Abella, J Ca B, S/C Pedro Francisco Adorno (1), Ca B, S/C Oscar Eduardo Castro (1), Ca A S/C Carlos Alberto Disanto (1), Ca A, S/C Juan Antonio Duarte (1), Ca B , S/C Néstor Osvaldo Gómez (1) , Ca B, S/C Carlos Alberto Herrera (1), Ca B, S/C Jorge Irrazabal (1), Ca B, S/C José Luis Passi (1), Ca B, S/C Arturo Ricardo Pedeuboy (1), Ca B, S/C Hugo Peralta (1), Ca B, S/C Saúl Wilfredo Pérez (1), Ca Ser, S/C Daniel Ricardo Ramos (1), Ca A.</p><p>(1) Herido</p><p></p><p>Distinguidos por el Ejército con la Medalla “Al Esfuerzo y la Abnegación”: Cap Raúl Daniel Abella, J Ca B, Tte Guillermo Luis Robredo y Venencia, Ca B, Subt Guillermo Enrique Corbella, Ca B, Subt Aldo Eugenio Franco, Ca B, Subt Augusto Esteban Vilgré Lamadrid, Ca B, Sgto 1ro Jorge Edgardo Pitrella, Enc Ca B</p><p></p><p></p><p>Distinguidos por el Ejército con la Medalla “Herido en Combate”: S/C Pedro Francisco Adorno, Ca B, S/C Oscar Eduardo Castro, Ca A, S/C Carlos Disanto, Ca A, S/C Juan Antonio Duarte, Ca B, S/C Néstor Osvaldo Gómez, CA B, S/C Jorge Irrazabal, Ca B, S/C José Luis Passi, Ca B, S/C Arturo Ricardo Pedeuboy, Ca B, S/C Hugo Peralta, Ca B, S/C Saúl Wilfredo Pérez, Ca Ser, S/C Ricardo Daniel Ramos, Ca A. </p><p></p><p>Distinguidos por el Ejército con “Mención”: Cabo 1ro Sergio Ruiz, Ca B, Cabo Marcos Fernández, Ca B, Cabo Marcos Palomo, Ca A, Cabo Cesar Manuel Rodríguez, Ca B, S/C Raúl Alberto Arato, Ca B, Fabián Héctor Arregui, Ca B, S/C Carlos Daniel Britos, Ca B, S/C Hugo Daniel Reparaz Ca B.</p><p></p><p>* Con la jerarquía de Teniente Coronel, se desempeñó durante el conflicto como Jefe del RIMec 6 “Grl </p><p> Viamonte”. Actualmente, es Presidente de la Asociación Veteranos de Guerra de Malvinas. (AVEGUEMA). </p><p></p><p>** Con la jerarquía de Teniente 1ro, se desempeñó durante la guerra como Jefe de la Compañía de Infantería B </p><p> “Peribebuy”. Debido a su desempeño, fue distinguido por el Ejército con la medalla “Al Esfuerzo y la Abnegación”.</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="nippur_1967, post: 791861, member: 1952"] [b]RI Mec 6 y RI 1[/b] Fin de la crisis e iniciación de la guerra. El 1 de mayo, aproximadamente a las 0450 horas, dos fuertes explosiones en la zona del aeropuerto conmovieron a todos violentamente. Era el inicio de una guerra, guerra limitada pero guerra al fin, en la que habíamos ingresado, quizás sin desearlo, y para la cual, justo es reconocerlo, no se había dispuesto de medios ni de tiempo para una adecuada preparación. En esas circunstancias, se escucharon por la red radioeléctrica de comando, las palabras del Grl Jofre al Jefe del RIMec 25, mensaje en el que le advertía la posibilidad segura que en unos minutos más se produciría otro ataque similar, lo que efectivamente ocurrió. Desde esa fecha hasta el ataque final a Puerto Argentino, sin solución de continuidad, se produjeron ataques aéreos por parte de patrullas aéreas enemigas (PAC) - normalmente durante el día - y fuego naval de perturbación, en horas de la noche. Felizmente éste no era muy eficaz, razón por la cual, el personal que estaba protegido en las posiciones, no era presa de sus efectos. No obstante, la impotencia que significaba no disponer de armas cuyo alcance permitiese inferir algún daño al enemigo - excepción hecha de dos cañones cal 15, 5 traídos del continente con posterioridad (bautizados “Gran Berta”), más los pocos Exocet increíblemente adaptados para lanzamiento terrestre, y la artillería de defensa aérea, que al disponer de moderno material pudo neutralizar e impedir el vuelo de aeronaves inglesas hasta determinada altura, sin olvidar los ataques efectuados por los aviones de la Fuerza Aérea y la Aviación Naval - provocaba una permanente tensión, con el consiguiente desgaste psíquico que se sumaba al cansancio físico del personal. Y piénsese, al respecto, que lo expresado se veía agravado, entre otros factores, por la imposibilidad de relevos que permitiesen un descanso rotativo, sumado este hecho a la carencia de alimentos, en virtud del bloqueo que obligó a los elementos del Ejército a racionar un solo plato fuerte por día, desde el 13 de mayo hasta los primeros días de junio. Por otra parte, la comida, pese a la abnegación del personal que la distribuía, llegaba fría a los destinatarios, pues sólo se disponía de recipientes cilindros metálicos para su reparto, en medio de temperaturas con marcas negativas permanentes. Esta situación fue produciendo un desgaste general progresivo, imposible de mitigar. Además, influyó también negativamente en el mantenimiento de la moral, la falta de recepción regular de la correspondencia de los familiares directos, debido a que el poco lugar disponible en los aviones, era ocupado por las sacas de correspondencia dirigida “Al Soldado Argentino”. Dicha correspondencia - dispuesta su confección por el Estado - si bien contenía el aliento y la gratitud de la juventud estudiantil, no reemplazaba, ciertamente, a la que se esperaba con ansiedad, hecho que originaba una comprensible decepción. También lo fue la acción psicológica triunfalista transmitida a diario por las emisoras radiales, frente a la realidad que vivían los combatientes Pese a las limitaciones expresadas, los responsables de la conducción de todos los niveles y los propios soldados, con iniciativa y creatividad, instrumentaron medidas tendientes a superar estos severos condicionamientos. Entre ellas, citamos las siguientes: la instalación de una panadería en la localidad; el armado de lugares de baño que permitían su empleo por turno, por parte de las fracciones, con agua caliente pero salada, - duchas que aproximadamente, podían concretarse una vez por semana o cada diez días - la instalación de contenedores para que el personal, por turno, descansara fuera de las posiciones, los que finalmente no se ocuparon por la vulnerabilidad que ofrecían al fuego enemigo; el uso del teléfono a larga distancia a una pequeña cantidad de personal que debía marchar a la empresa telefónica de la ciudad; los rudimentarios sistemas de calefacción en las posiciones, con los que se lograba, también, calentar los alimentos, y practicar el secado de ropa, etc. Por su parte, el Comando Agrupación Ejército dispuso la comprobación del armamento disponible en dos oportunidades, lo cual permitió, con limitaciones, la reparación de desperfectos existentes desde la paz, motivados por la obsolescencia de alguno de ellos. Todo el personal realizaba esfuerzos para superar falencias y condicionamientos, sabiendo que, en definitiva, cuando llegase el momento de una definición, se agotarían los recursos para cumplir con lo disponible, de la mejor manera posible. Así, por ejemplo, el extinto Teniente Peratta, Jefe de la Sección Morteros Pesados cal 120 mm, luego de una prueba de tiro, requirió contar con placas bases de repuesto, pues por las características del terreno, las existentes (una por mortero), se hundían de forma tal que era muy difícil extraerlas y disponer nuevamente con premura del arma en condiciones de tiro, y en dirección opuesta (el enemigo podía atacar en los 360º). Se le respondió entonces que en la isla no existían disponibilidades, y que llegado el momento, el deseo de cumplir con la misión impuesta, seguramente le permitiría lograrlo. Así sucedió la noche del 13 al 14 de junio, cuando los morteros que se encontraban en condiciones de tirar en dirección Sur, debieron abrir el fuego para neutralizar una invasión al Norte, sobre la Península de Camber, sector Este del R I Mec 7, a una distancia aproximada de 3.800 mts. En dicha ocasión pudieron efectuarse, aproximadamente, sesenta disparos. El desgaste ocasionado por la ocupación de una posición prácticamente sitiada, generaba, consecuentemente, en muchos, el deseo de operar ofensivamente en procura de una definición. Así lo sentían y así la manifestaron en una oportunidad, dos oficiales Jefes de Sección durante una conversación con el Jefe de Regimiento. Esta posibilidad ya se encontraba en estudio en el Cdo Agr Ej Pto Argentino, pero finalmente fue desechada por desestimarse su posibilidad de éxito. Debe recordarse, que la carencia de elementales medios de transporte, incluso para la dotación inicial de munición y las armas de apoyo, como también la ausencia de mochilas, entre otros elementos faltantes, había convertido a las tropas, sin que ello se deseara, en prisioneras del terreno, retrotrayéndolas a una situación similar a la de la época de la guerra de trincheras. Finalmente, a partir del 12 de junio, el fuego de la artillería de campaña enemiga se hizo sentir con toda su intensidad sobre la posición de Puerto Argentino. Era notable advertir el cambio de posición de sus piezas por modo aeromóvil, mientras las propias debían permanecer inmóviles. El 14 de junio, a las 0300 horas aproximadamente, mientras el fuego sobre las posiciones del RIMec 7 iluminaban como luz de día el sector de dicha unidad, el Regimiento debió preparar dos cañones 10,5 mm, los cuales, a órdenes de personal del Cdo Agr Ej Pto Arg, debieron ser trasladados al Oeste de la posición. Sin embargo, no llegaron a emplearse, en razón de que a su llegada, los efectivos propios se encontraban replegando. Aproximadamente a las 0600 horas, debido al progreso del ataque inglés y a la orden impartida al RIMec 3 - por la cual este Regimiento debió abandonar su posición con los efectivos disponibles para cumplir una misión al Oeste - el flanco lindante con esta Unidad quedó libre. El Regimiento 6 recibió, entonces, la orden de preparar sus armas de apoyo de fuego en dirección Oeste. En tal circunstancia, se les ordenó a los jefes de fracción el cambio de frente (Sur a Oeste). En tanto, el Jefe de la Reserva (Sección Exploración), debía ocupar una posición de bloqueo en el flanco Oeste, y el Puesto de Comando de la Unidad fue trasladado al Puesto de Comando de Alternativa (Reserva). Cumplidas estas acciones, y en ocasión que el Jefe de Regimiento le informó al Comandante de la Agrupación la finalización del cambio de dispositivo, éste le comunicó su satisfacción por el sobresaliente desempeño del Jefe de Operaciones, a cargo de la Reserva de la Agrupación Ejército y de la Compañía B, los que operaban directamente bajo su mando. A partir de las 1045 horas, aproximadamente, se produjo un silencio en el campo de combate, y minutos después, se recibió una orden en el Puesto de Comando, la cual imponía el cese de toda actividad operacional. Hasta aquí, lo ocurrido en el sector de defensa del Regimiento, menos lo actuado por la Compañía B. A continuación, el Jefe de la Subunidad describe la situación correspondiente a dicha compañía. La Compañía de Infantería B El día 15 de abril, el Jefe de Regimiento transmitió a la subunidad, la orden referida a su desempeño como Reserva Aeromóvil de la posición “Puerto Argentino”, a órdenes directas del Comando de Agrupación Ejército (Cdo Br I Mec X). A partir de ese momento, se efectuaron actividades inherentes al planeamiento emergente de la misión recibida, por lo que se ocuparon, a orden, varias zonas de reunión. A la semana del arribo, el 20 de abril, el Oficial de Operaciones de la Unidad, Mayor Oscar Ramón Jaimet, se hizo cargo de la Reserva, quedando la Subunidad, por ende, a sus órdenes. Posteriormente, el 27 del mismo mes, se le ordenó a la Compañía ocupar una posición de bloqueo en el Cerro Dos Hermanas (Two Sister), lugar donde permaneció hasta el 13 de junio. ( Ver gráfico Nro 2 ). Recién el 30 de abril se logró reunir la totalidad del equipo y munición, elementos que, en su mayor parte, debieron ser transportados a brazo hasta el lugar. El clima, como ya se ha expresado, provocó que el personal debiera permanecer la mayor parte del tiempo, con su ropa húmeda, a veces mojada. Los escasos lapsos de sol se aprovechaban para secarla, y también para ajustar el dispositivo, reglar las armas y escribir cartas a los respectivos hogares. Cabe señalar que la posición ocupada, alejada de la población y en un cerro pedregoso, agravaba las condiciones y el desgaste del personal. El 1 de mayo, la Compañía fue espectadora “de lujo” del ataque inglés al aeropuerto, ya que la posición dominaba todo Puerto Argentino, hacia el Este. . Hasta el 10 de mayo, las actividades transcurrieron con un grado mayor de alistamiento, tratándose de mantener en alto la disciplina. Se realizaban, en las pausas del fuego aéreo y naval, formaciones con parte del personal, revistas médicas, etc., es decir, se cumplían todas aquellas actividades que permitían alentar en la gente, una elevada cohesión. El racionamiento se efectuaba una vez al día, por cuanto a las 1800 horas oscurecía y el lugar no ofrecía facilidades para cocinar o calentar la comida sin delatar la ubicación. Delante de la posición, la Compañía de Comandos 601 realizaba numerosas actividades de combate. El contacto con sus integrantes, por su fortaleza espiritual y su óptima capacitación, reconfortaba la moral propia, al tiempo que generaba un sentimiento de orgullo hacia los oficiales y suboficiales que la integraban. Sin embargo, pese al fuego aéreo y al de la artillería naval, la moral del personal no decayó. Pero el enemigo más importante -“la rigurosidad del clima”- continuaba su acción. El 12 de mayo, por vez primera, una formación de aviones propios sobrevoló las posiciones. El entusiasmo fue enorme. De inmediato, se pensó que la impunidad con que los barcos ingleses “ nos visitaban” a diario, iba a ser adecuadamente “atendida”. Entre el 16 y 22 de mayo, se dispusieron rotaciones de personal a nivel sección, a fin de permitir, entre otras cosas, un buen baño y un descanso reparador, sin las tensiones propias de la primera línea. Hasta esa fecha, sólo se habían evacuado seis soldados, uno de ellos por una herida accidental de arma de fuego. El 28 de mayo, el Cerro “Dos Hermanas” sufrió un hostigamiento permanente de cañoneo naval. Simultáneamente, la posibilidad de cumplir una misión de alerta temprana en proximidades del Monte Simón, según se había recibido en una orden, quedaba sin efecto, modificándose por última vez el dispositivo, el 30 de mayo ( Ver gráfico Nro 3 ). En esa oportunidad, se tomó contacto con el Batallón de Infantería de Marina 5, Unidad que recibiría a la Compañía, en caso que fuere necesario realizar un repliegue. En esos días, lo más importante fue la llegada a la posición del Regimiento de Infantería 4 (RI4), quien ocupó la altura Oeste del Cerro Dos Hermanas. Un esfuerzo titánico, teniendo en cuenta los momentos tácticos que ya se vivían y las condiciones en las que había llegado esa Unidad. El 3 de junio, la Subunidad tuvo los primeros evacuados por esquirlas de fuego naval y artillería de campaña del enemigo. El 8 de junio, la masa de los fuegos ingleses fueron concentrados sobre el Monte Longdon. La situación era tensa y el estado de alerta, total. Ya nadie debía ni podía descansar. Entre el 11 y 12 de junio, el fuego enemigo fue intenso, obligando, por momentos a que los efectivos se aplastasen el terreno. Se agregaba, también, el fuego de armas automáticas (distancias medias y próximas). Aproximadamente, a las 0200 horas del día 12, fracciones del RI 4 ( Compañía C/RI 4), que se encontraban al SO, lindando con la posición de la subunidad, se replegaron combatiendo en dirección a Moody Brook, sobre el camino que une Murrel Bridge con Moody Brook. Esta situación dejó prácticamente aisladas a la 1ra y 3da Sección que combatían en primera línea. Se recibió, en dicha circunstancia, fuego de morteros y armas portátiles, al tiempo que se sufrían las primeras bajas en proximidades del Puesto Comando del Jefe de la Reserva. (Ver Gráfico Nº 3). Aproximadamente a las 0500 horas, la tarea de recuperar las fracciones más adelantadas había finalizado, pero el repliegue de los efectivos del RI 4, hecho anteriormente señalado, y la presión del ataque enemigo que amenazaba los flancos y la retaguardia de las referidas secciones, obligaron a la Compañía a iniciar un repliegue nocturno en dirección al BIM 5 ( Monte Tamblendown ), más precisamente hacia el sector de la Compañía Nácar de dicha Unidad. El repliegue, en este caso, se realizó bajo la presión del fuego enemigo, y fue respondido por el propio. Esta costosa y difícil circunstancia se superó, merced al espíritu de sacrificio, abnegación y valor de todos los integrantes de la Subunidad. Merece destacarse, en este trance, la actitud del Soldado Conscripto Oscar Ismael Poltronieri, quien permaneció aferrado a su arma automática, protegiendo el repliegue de los restantes efectivos en reiteradas oportunidades, circunstancias por la cual se lo creyó muerto varias veces . El día 13 se alcanzó el sector Norte del Mte Tamblendown, oportunidad en la que el Cte Agr Ej Pto Arg agregó la subunidad al BIM 5, pero en condiciones de ser empleada a órdenes de la Agrupación para la ejecución de contraataques en su sector y en el del RIMec 7. El Jefe de la Reserva tomó entonces contacto con el Jefe de Unidad de IM. La Compañía procedió a reorganizarse. En ese momento, ya se contaba con muy escasa munición, y debido al repliegue bajo presión, se poseía como equipo, sólo “lo puesto”. El personal de las otras subunidades del Regimiento, que se encontraban al Este, enviaron una de las mantas que poseían para paliar esta circunstancia. Por su parte, la situación que vivía el BIM 5, en especial la Compañía Nacar, demandó que el Jefe de la Reserva se adelantara con la 2da Sección disminuida y un grupo apoyo integrado con las ametralladoras disponibles, excepto las de la 3ra Sección, y dispusiera su empeñamiento como refuerzo, en el sector de la referida Subunidad. La 3ra Sección, también destacada con idéntica finalidad, durante su desplazamiento se trabó en combate con el enemigo que intentaba penetrar la posición del BIM 5 por el flanco N, logrando bloquearlo. Con ello, permitió el repliegue de los efectivos comprometidos, pertenecientes a dicha Unidad. El día 14, en las primeras horas, un contraataque, ejecutado por los efectivos disminuidos de la Compañía B, en el sector defensivo de la Compañía “Nacar” del BIM 5, fue bloqueado por el enemigo. Como consecuencia, quedó aferrada la 3ra Sección, la cual logró replegarse merced al refuerzo de los efectivos disponibles de la Sección Apoyo. Se recibió entonces intenso fuego de artillería y morteros, y se combatió al Este de Tumbledown. Nuevamente se sufrieron bajas importantes ( Ver gráfico Nro 4 ). Transcurrido el amanecer, y encontrándose los Jefes de la Reserva y de la Compañía B en el puesto comando del jefe del BIM 5, se resolvió alcanzar, con los efectivos disponibles, las alturas de Super Hill. Cuando los efectivos se encontraban en proximidades de esa zona, se recibió de parte del Cdo Agr Ej Pto Argentino, la orden de cese del fuego. Posteriormente, a media mañana, el repliegue de la Subunidad continuó hacia Moody Brook, recibiendo fuego desde Wireless Ridge, circunstancia que obligó a ocupar una posición, desde la cual el enemigo fue neutralizado. También se facilitó el repliegue de una fracción del RI Mec 3 que se encontraba al N del curso de agua. A su arribo, se había logrado desprenderse del enemigo, alcanzándose finalmente, el límite O de la localidad de Pto Argentino. Como síntesis de lo actuado por esta compañía, vale citar los conceptos de quien fuera Jefe del BIM 5, el Contraalmirante de Infantería de Marina (R) Carlos H. Robacio, contenidos en su libro Desde el Frente (1ra Ed, Solaris S. A., Bs As, 1996, Pág 479), donde el autor expresa: “Fueron evidentes la fortaleza demostrada durante los enfrentamientos y los numerosos actos de valor colectivo e individual que enaltecen al Batallón y Unidades del Ejército ( especialmente aquellas Subunidades que pudimos calibrar porque lucharon codo a codo con los hombres del BIM 5)”.[COLOR="Silver"] [SIZE=1]---------- Post added at 09:17 ---------- Previous post was at 09:16 ----------[/SIZE] [/COLOR]Final Retomando el relato de lo sucedido al conjunto del Regimiento, digamos que a las 1530 horas del 14 de junio, el Jefe del Regimiento, junto con los restantes jefes de elementos dependientes, debieron concurrir a una reunión con el Comandante de la Agrupación Ejército, General Jofre, la cual se realizó en su Puesto de Comando. Durante esta reunión, y sensiblemente emocionado, el mencionado General destacó “Su convicción acerca del esfuerzo realizado y la disposición demostrada para el cumplimiento del deber militar, en condiciones realmente muy adversas, a la vez que exhortó a mantener la entereza, una actitud digna frente al enemigo y a prestar atención al resguardo físico y anímico de la tropa” Previamente, se había dado sepultura a los suboficiales muertos en proximidades del Puesto de Comando del Regimiento, pero esto no fue posible hacerlo con el personal caído en el Oeste, durante el repliegue, por cuanto el terreno ya había sido ocupado por el enemigo. Esa noche, todos durmieron, agotados, en sus posiciones. La Ca B lo hizo en proximidades del aeropuerto. Indudablente fue ésta una noche de difícil olvido, en la que se mezclaron muy disímiles sensaciones: la tristeza de la derrota y la muerte de muchos camaradas, el cansancio producto de lo vivido durante dos extenuantes meses - y muy en particular durante la última semana-, la posibilidad de descansar sabiendo que no serían despertados por el fuego enemigo y la expectativa por conocer lo que vendría. Quizás, lo expresado, pueda tener alguna semejanza con el sueño luego de la muerte de un ser muy querido, con el que se han vivido las alternativas de una larga y dolorosa enfermedad. Al día siguiente, al despertar, se comenzó a ver, en el sector, patrullas inglesas que se desplazaban en proximidades. En cumplimiento de una orden del Cte Br, el Regimiento, en su totalidad, marchó hacia el aeropuerto, y de ahí en más, luego de inutilizar armas y abandonar la munición, se produjeron las actividades propias de los prisioneros de guerra. El 20 de junio a las 1500 horas, los efectivos de la Unidad embarcaron en su totalidad en el buque hospital ARA “Alte Irizar”. Sólo permanecieron como prisioneros, hasta el 14 de julio, el Jefe de Regimiento y el Jefe de Operaciones, además de los oficiales, algunos suboficiales y un reducido número de soldados de Patricios. Primeramente, se los alojó en un frigorífico abandonado en San Carlos, y luego en un transportador, el Saint Edmund, junto a aproximadamente quinientos prisioneros argentinos, en general los más antiguos de las Fuerzas participantes. Sin duda, se cerraba entonces un capítulo de esta historia y comenzaba otro, signado por angustias, expectativas e incomprensiones, seguramente más difícil que el anterior. Más allá del desenlace final, ajeno a la responsabilidad de los combatientes, sin diferencias jerárquicas, éstos hicieron mucho más de los esperable con los escasos medios disponibles, resistiendo pese al enorme desgaste físico y diferencia tecnológica, durante dos meses, en una posición insular sitiada desde el inicio por un bloqueo estratégico seguido del táctico, circunstancias siempre desfavorables para el logro de la victoria, según lo demuestra la historia militar universal en múltiples situaciones similares, (plaza sitiada plaza tomada). El Jefe de Operaciones y la subunidad destacada como Reserva (Ca B), tuvieron un destacado desempeño, por el cual varios de sus integrantes - entre ellos todos sus oficiales y el encargado de la subunidad - fueron objeto de condecoraciones y distinciones. Merece consignarse, que formó parte de sus efectivos el único soldado conscripto de todas las Fuerzas, que mereció la máxima condecoración que otorga la Nación a los combatientes. Estos hechos y la actuación de los restantes efectivos de la unidad, permiten afirmar que igual comportamiento hubiesen tenido estos últimos en situación similar. Así, los efectivos pertenecientes a estos dos primigenios Regimientos de la Patria, supieron escribir para su historia otra página de sublime entrega, enorme valor, y ejemplar abnegación y sacrificio. Muertos en combate: 1. Sgto Ay Eusebio Antonio Aguilar, Enc Ca Cdo, 2. Sgto Ayte Edgar Coc Néstor Ochoa, Enc Gpo Rancho Ca Ser, 3. S/C 62 Sergio Omar Azcarate, Sec Mor Pes Agr RIMec 3, 4. S/C 62 Horacio Balvidares, Ca B; 5. S/C 62 Walter Ignacio Becerra, Ca B, 6. S/C 62 Luis Jorge Bordon, Ca B 7. S/C 62 Horacio Jose Echave, Ca B, 8. S/C 62 Hector Antonio Guanes, Ca B, 9. S/C 62 Juan Domingo Horisberger, Ca B, 10. S/C 62 Ricardo Jose Luna, Ca B, 11. S/C 62 Juan Domingo Rodriguez, Ca B. Condecorado con la Cruz “La Nación Argentina al Heroico Valor en Combate” S/C Oscar Ismael Poltronieri, Ca B, Condecorados con la Medalla “La Nación Argentina al Valor en Combate”: My Oscar Ramón Jaimet Oficial de Operaciones (S 3) , Jefe de la Reserva de la Agr Ej Pto Argentino, Cabo 1ro Luis D´Oro, Sec Mor Pes. Condecorados con la Medalla “La Nación Argentina al Herido en Combate”,S/C Néstor Osvaldo Larrigaldieri, Ca C Patricios, S/C Alfredo Guillermo González, Ca C Patricios, S/C Santos Norberto Hereñu, Ca B, S/C Omar Ozcoide, Ca A. “Mención”: Teniente 1ro Raúl Daniel Abella, J Ca B, S/C Pedro Francisco Adorno (1), Ca B, S/C Oscar Eduardo Castro (1), Ca A S/C Carlos Alberto Disanto (1), Ca A, S/C Juan Antonio Duarte (1), Ca B , S/C Néstor Osvaldo Gómez (1) , Ca B, S/C Carlos Alberto Herrera (1), Ca B, S/C Jorge Irrazabal (1), Ca B, S/C José Luis Passi (1), Ca B, S/C Arturo Ricardo Pedeuboy (1), Ca B, S/C Hugo Peralta (1), Ca B, S/C Saúl Wilfredo Pérez (1), Ca Ser, S/C Daniel Ricardo Ramos (1), Ca A. (1) Herido Distinguidos por el Ejército con la Medalla “Al Esfuerzo y la Abnegación”: Cap Raúl Daniel Abella, J Ca B, Tte Guillermo Luis Robredo y Venencia, Ca B, Subt Guillermo Enrique Corbella, Ca B, Subt Aldo Eugenio Franco, Ca B, Subt Augusto Esteban Vilgré Lamadrid, Ca B, Sgto 1ro Jorge Edgardo Pitrella, Enc Ca B Distinguidos por el Ejército con la Medalla “Herido en Combate”: S/C Pedro Francisco Adorno, Ca B, S/C Oscar Eduardo Castro, Ca A, S/C Carlos Disanto, Ca A, S/C Juan Antonio Duarte, Ca B, S/C Néstor Osvaldo Gómez, CA B, S/C Jorge Irrazabal, Ca B, S/C José Luis Passi, Ca B, S/C Arturo Ricardo Pedeuboy, Ca B, S/C Hugo Peralta, Ca B, S/C Saúl Wilfredo Pérez, Ca Ser, S/C Ricardo Daniel Ramos, Ca A. Distinguidos por el Ejército con “Mención”: Cabo 1ro Sergio Ruiz, Ca B, Cabo Marcos Fernández, Ca B, Cabo Marcos Palomo, Ca A, Cabo Cesar Manuel Rodríguez, Ca B, S/C Raúl Alberto Arato, Ca B, Fabián Héctor Arregui, Ca B, S/C Carlos Daniel Britos, Ca B, S/C Hugo Daniel Reparaz Ca B. * Con la jerarquía de Teniente Coronel, se desempeñó durante el conflicto como Jefe del RIMec 6 “Grl Viamonte”. Actualmente, es Presidente de la Asociación Veteranos de Guerra de Malvinas. (AVEGUEMA). ** Con la jerarquía de Teniente 1ro, se desempeñó durante la guerra como Jefe de la Compañía de Infantería B “Peribebuy”. Debido a su desempeño, fue distinguido por el Ejército con la medalla “Al Esfuerzo y la Abnegación”. [/QUOTE]
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Guerra desarrollada entre Argentina y el Reino Unido en 1982
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