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Area Militar General
Malvinas 1982
Personal Argentino en zona de combate
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<blockquote data-quote="nippur_1967" data-source="post: 792294" data-attributes="member: 1952"><p><strong>EL BATALLON DE INFANTERÍA DE MARINA Nº5 (BIM 5) </strong></p><p><strong>LA CAMPAÑA DE LAS ISLAS MALVINAS</strong></p><p></p><p><em>* Por el Contralmirante de Infantería de Marina (R) Carlos Robacio</em></p><p></p><p></p><p>*Durante la guerra con el grado de Capitán de Fragata de Infantería de Marina se desempeñó como Jefe del Batallón de Infantería de Marina Nº 5 (BIM 5). En la actualidad es socio activo de nuestra entidad </p><p></p><p>Antecedentes </p><p></p><p>El BIM 5, como comúnmente lo denominan los lugareños de Río Grande, Tierra del Fuego, nació y se desarrolló en un ámbito geográfico de clima riguroso, vientos excesivamente fuertes que calan a pesar de todos los abrigos, en especial en esos inviernos extremos en que la nieve y el hielo todo lo cubren y exigen a fondo al combatiente (el suelo se congela hasta más de un metro de la superficie). </p><p></p><p>Esta geografía y clima, agregadas al hecho de estar posicionado en una zona limítrofe, nos pueden hacer comprender el porqué del temple y el estilo independiente y peculiar de todos sus integrantes. </p><p></p><p>En ese confín del mundo, quien debe desarrollar sus actividades, aprende con rapidez que en el terreno, sin comunicaciones y logística, elementos que ya los Macedonios bien comprendieron en la antigüedad, es imposible desarrollar cualquier tipo de actividad o sobrevivir a las inclemencias del clima y mucho menos emprender o desarrollar las necesarias para el adiestramiento a la intemperie. </p><p></p><p>El terreno de su zona de responsabilidad en la Tierra del Fuego, parte de la tundra patagónica, está plagado de túrbales y hay una buena porción de baja montaña, serranías y bosques, ámbitos todos en los cuales el Batallón acostumbra a desarrollar sus actividades. </p><p></p><p>Todo esto crea un ambiente propicio para un adiestramiento intenso y realista. Si a ello agregamos las facilidades de munición mucha más que abundante que disponíamos en esa época, que nos dieron la posibilidad de desarrollar numerosos ejercicios (y en todos hicimos un uso abundante de munición de guerra) nos permitió ir acercando toda la actividad de adiestramiento a la realidad que posteriormente íbamos a vivir. Ello fue una cruda y muy riesgosa exigencia, pero nos dió un adecuado marco de veteranía pues conocíamos muy de cerca el peligro y la contundencia del armamento que disponíamos, como así también nos permitió tener clara conciencia que para enfrentar el combate todos nos necesitábamos y éramos igualmente importantes. </p><p></p><p>Por otro lado, convivíamos en nuestro cuartel con elementos de nuestro comando superior, la Fuerza de Infantería de Marina Austral (en ese entonces con sede en Santa Cruz), tales como una batería de Artillería, elementos de Exploración, Comandos, etc.; mas los refuerzos que para aclimatación y adaptación destacaba desde el norte periódicamente la Infantería de Marina (IM) </p><p></p><p>Debemos sumar también los elementos de la Aviación Naval (aviones y helicópteros) que periódicamente se hacían presente en la isla para adiestramiento y, finalmente, la presencia de buques de guerra de la Armada en sus pasajes para la Base de Ushuaia. </p><p></p><p>Toda esa disponibilidad de medios facilitaban y obligaban al Comando del Batallón a desarrollar una intensa actividad de planificación y ejecutar ejercitaciones completas y complejas, siempre bien dosificadas en el manejo de todos los fuegos, tanto terrestres, como navales y aéreos. </p><p></p><p>La distancia de los centros del poder, la abundancia y complejidad de medios disponibles, le daban a la Unidad una gran libertad de acción para cumplir acabadamente una misión bien concreta, como es la defensa de nuestros límites en esa remota región austral. </p><p></p><p>La unidad se adiestró permanentemente para el combate en zonas frías, baja montaña y monte austral. </p><p></p><p>Es decir, desde siempre y través de todos los tiempos, esta Unidad, fue, es y será siempre un motivo de verdadero orgullo para cualquier Infante de Marina que pase por sus filas, no importa quien la comande, ni quien la integre, pues por tradición, por capacidad de medios y peculiares vivencias, en ella se hacen hombres y comandantes. </p><p></p><p>Si a ello le agregamos el sistema de incorporación bimestral de los conscriptos de la IM de ese entonces que facilitó y obvió el drama que tendrían la mayoría de las Unidades de otras Fuerzas Terrestres que intervendrían posteriormente en el conflicto. Sencillamente aprecio que el BIM 5, era la única Unidad, equipada, adiestrada y espacialmente aclimatada para participar en el conflicto de 1982. No quiero que ese motivo de orgullo haga malinterpretar mi pensamiento, nada más lejano en mi mente, ni en la de ninguno de sus integrantes, desmerecer el desempeño de otras Unidades, ya que, esas diferencias, exaltan mucho más el valor de todos mis camaradas puesto que en ese conflicto cada uno dio lo que más pudo. </p><p></p><p>El BIM 5 era sin lugar a dudas una Unidad de Combate, cohesionada, sufrida y con un alto espíritu para afrontar cualquier misión. Contaba con el 75% de los Oficiales, Suboficiales y Cabos de 1981, el Comandante cumplía su segundo año de ejercicio del Comando, el 20 % de los conscriptos más noveles habían ingresado a principios de octubre de 1981 y ya. estaban para abril de 1982...totalmente formados y adiestrados. </p><p></p><p>El 2 de Abril de 1982, nos había sorprendido con toda la Unidad adiestrándose en el terreno en nuestra tercera ejercitación, en el ensamblamiento de todos los elementos de combate, apoyo de combate y servicios para apoyo de combate. </p><p></p><p>En esas ejercitaciones, centrábamos el adiestramiento casi exclusivamente en las horas de oscuridad, pues siempre pensé que el combate nocturno se adaptaba mucho más a la realidad. El Batallón se movía con mucha más solvencia en el ataque, que en la defensa, el que ataca de noche, minimiza las bajas y desconcierta al defensor. El combate real nos demostraría que el día es para observar y la noche para atacar, así lo hicieron nuestros adversarios. </p><p></p><p>El alto espíritu de Unidad hizo que casi el 90% de la tanda que estábamos dando de baja y a punto de partir para sus hogares, bajaran de los aviones y se reintegraran voluntariamente a la Unidad, cuando se hizo publico el desembarco del 2 de abril y cambiaron nuevamente su ropa civil por la de combate. </p><p></p><p>Paradójicamente esos conscriptos más veteranos, integrarían la mayoría de las bajas en el combate de nuestro batallón. Me emociona aún recordar su total entrega para cubrir y proteger a sus compañeros menos fogueados, contrariando incluso mis órdenes de repliegue en la mañana del 14 de Junio de 1982. Esta es una verdad que contradice a aquellos que mal llaman "chicos" a nuestros “combatientes", esa mentira, es un insulto para una mayoría abrumadora de valientes que luchó y dio su sangre..., mas allá de todo interés, en defensa de nuestra soberanía. </p><p></p><p>Nuestro Batallón no llevó todos sus hombres, ni la totalidad de sus elementos en su despliegue, fue una tarea azarosa y dura determinar quienes irían y quienes tenían que quedarse, cuando llegó la tan ansiada orden de desplazamiento a nuestras añoradas Islas Malvinas. </p><p>Es conveniente aclarar aquí, como también lo hice con mis hombres antes de partir, el porqué no llevamos a Malvinas la Bandera de Guerra de la Unidad. Nunca ignoré dada la envergadura y veteranía del enemigo que íbamos enfrentar, la posibilidad de que nuestra misión pudiera no terminar con el éxito que nuestra mente y corazones verdaderamente deseaban. Ese sagrado paño representa todo lo que somos los argentinos y la Patria heredada, que verdaderamente existe y seguirá existiendo. No podía ese paño, correr el riesgo de caer en manos extrañas a las nuestras ya que, siempre se inculcó en el Batallón que "Dios y nuestros símbolos se llevan permanentemente </p><p>en la mente y en el campo de lo que somos capaces de hacer", aunque El y ellos no estén en visibles. </p><p></p><p>El BIM 5 en Malvinas </p><p></p><p></p><p>Cuando arribamos a Malvinas el 08 de Abril de 1982, ya se encontraban en la Isla, conformadas bajo el mando del Gobernador, el General de Brigada Mario B. Menéndez, tres agrupaciones: la del Ejército Argentino, de la Fuerza Aérea y de la Armada, y cada Fuerza debía solucionar el Sostén Logístico de sus efectivos. </p><p></p><p>De inmediato pasamos a depender del apoyo logístico que nos proveería la Armada, en lo que hace al empleo operativo de la Unidad, su dependencia era del Comandante de las Fuerzas Terrestres (Ver </p><p></p><p>El BIM 5 inicialmente estaba conformado por las siguientes fracciones: Comando de Batallón, Compañía de Apoyo Logístico, tres Compañías de Tiradores, una Sección de Morteros de 106,6 mm, otra de 81 mm y una Batería de Artillería Otto Melara de 105 mm.; aunque en realidad sus efectivos totales, armamento y equipos pesados irían arribando y se completarían el 11 de abril, salvo algunos polizones "fugados de Río Grande”, que se fueron agregando. </p><p></p><p>Posteriormente por cambios en el dispositivo en el terreno y para lograr un mejor aprovechamiento del mismo, se agregaría la Compañía C (-), del RI 3 bajo el mando del Capitán Varela, de la cual conservamos un inmejorable recuerdo junto con la Compañía B (-) del RI 6 del Mayor Jaimet que se agregaría en las instancias finales de la batalla. Ambas Subunidades combatieron con mi Batallón </p><p>En los momentos iniciales del despliegue, como unidades palpables y concretas estaban el RI 25, el RI 8 y el BIM 5. </p><p></p><p>También tomamos entonces conocimiento que las fuerzas terrestres enemigas serían de una magnitud de alrededor de tres brigadas y que las mismas tenían la capacidad necesaria para ejecutar un desembarco anfibio, combinado con un asalto vertical y además que ya se encontraban operando elementos de reconocimiento en las islas. </p><p></p><p>Al enterarnos que el RI 8 sería desplazado a Puerto Fox, sentimos una gran inquietud y hubo que introducir cambios en las responsabilidades. EL RI 25, se hizo cargo de la defensa hacia el Este de Puerto Argentino y el BIM 5 hacia el Oeste, tanto es así que el Monte Longdon fue ocupado inicialmente por la Compañía Obra (-) de nuestro Batallón. </p><p></p><p>Posteriormente llegarían refuerzos (Ver Figura N° 3.) Para la defensa de Puerto Argentino, todos esos refuerzos se irían integrando bajo la dependencia del nuevo Comandante de la Fuerzas Terrestres, el General de Brigada Oscar Jofré, con Unidades de la X Brigada de Infantería, mientras que los de la Brigada III se estacionarían a la vera del estrecho de San Carlos. </p><p></p><p>En la defensa de Puerto Argentino, bajo el aspecto estrictamente terrestre, para no alargar innecesariamente este relato, se desplegarían las siguientes Unidades: En el istmo del Aeropuerto, el RI 25, luego el RI 6 al Sudeste de la localidad. Al Sur de Puerto Argentino, el Grupo de Artillería 3 y el RI 3, hasta el camino al sudeste de Sapper Hill. </p><p></p><p>El BIM5 en el centro del dispositivo, en Sapper Hill, Monte William y Monte Tumbledown . Hacia el oeste, en Montes Harriet y Dos Hermanas (Two Sisters) el RI 4. Como nexo entre esta Unidad y el RI 7, la Compañía B del RI 6, el mencionado R I7 en Monte Longdon y las alturas de Wireless Ridge. Es bueno recordar que las zonas asignadas a todas esas Unidades excedían dos y tres veces el área que normalmente se le debía asignar a Unidades del tipo de las descriptas. </p><p></p><p>3. Las acciones de combate </p><p></p><p>Es bien sabido que a partir del 1 ° de Mayo se inician las acciones de combate, con el bombardeo a la Zona del Aeropuerto y casi inmediatamente se inicia el asedio de fuego naval, al que se le irían agregando con posterioridad, los fuegos de la artillería terrestre enemiga. Resumiendo, la Guarnición que defendía la localidad de Puerto Argentino antes de llegar a la batalla final, soportaría un asedio de casi 44 días y, lamentablemente, sin la posibilidad de devolver tantas atenciones, salvo esporádicamente. </p><p></p><p>Haré ahora en el relato un salto muy grande sobre las diferentes situaciones que se fueron atravesando en San Carlos, Pradera del Ganso (Goose Green), las luchas de los Comandos por el terreno intermedio y por último las correspondientes a los Montes Harriet, Dos Hermanas (Two Sisters) y Longdon, pues imagino que las mismas están reflejadas o se mostrarán por los actores directamente involucrados. </p><p></p><p>Trataré de hacer un relato muy comprimido por razones de espacio y de tiempo, circunscribiendo el mismo fundamentalmente a las vivencias que involucran al Batallón que comandara en ese tiempo en Malvinas. </p><p></p><p>La Batalla por Puerto Argentino comienza con el ataque por parte de la Brigada de los Royal Marines al RI 4 que ocupaba los Montes Harriet y Dos Hermanas (Two Sisters) y por parte del Batallón de Paracaidistas N° 3 a la Compañía B del RI 7 que se encontraba reforzada con una Sección de Ametralladoras 12,7 mm perteneciente a una Compañía de IM de Ametralladoras que se había organizado especialmente para el conflicto y que fuera destinada originalmente como refuerzo de mi Batallón, al arribar a Malvinas la Subunidad fue agregada por secciones a varias Unidades, otra se agregaría al RI 25. </p><p></p><p>El ceder estas secciones, así como el apoyo indiscriminado de la Artillería del Ejército en Malvinas hacia el BIM 5, la integración de Elementos de Comandos de las tres Fuerzas, el apoyo de Ingenieros, etc., fueron definitivamente el inicio de la acción conjunta que antes básicamente no practicábamos. </p><p></p><p>A partir del día 12 de Junio, aproximadamente a las 1000 horas de la mañana, el dispositivo defensivo mantenía aún en primera línea al BIM 5 reforzado, y al RI 7 (-). Este Regimiento, que había perdido su Compañía B, persistía en aferrarse a las alturas Wireless Ridge, con su puesto de Comando y la Compañía C en posición. </p><p></p><p>En las alturas del oeste, ahora en manos inglesas, la Brigada de Royal Marines (RM),compuesta por los Batallones RM 40, 42 y 45 se había apoderado de los montes Harriet y Dos Hermanas (Two Sisters) y se aprestaba a ser sobrepasada por la V Brigada del Ejercito Británico , a tres Regimientos: uno Galés, otro Escocés y otro Nepalés (Ghurka), para lanzar la segunda fase de la batalla, sobre el BIM 5. </p><p></p><p>En tanto, en Monte Longdon, se encontraba el Batallón de Paracaidistas Ingleses Nº 3 (Para 3) listo para apoyar el ataque del Para Nº 2, sobre el RI 7 (-). </p><p>Es interesante aprender las lecciones del enemigo, en el sentido de tener bien en claro, como iba disponiendo de sus efectivos en ambas fases de su asalto sobre las posiciones del sistema defensivo, siempre asegurando una clara superioridad numérica, de no menos de 3 a 1, tomando como una totalidad la magnitud de las unidades que se enfrentarían. </p><p></p><p>La realidad es que en los puntos de contacto, en donde concentraban su ataque, esta superioridad fue muchísimo más elevada. </p><p></p><p>Obviando su determinación para atacar casi exclusivamente en la noche, otros aspectos interesantes a destacar, es que quienes ya habían atacado, eran sobrepasados y se continuaba el ataque con tropas de refresco (algo que nunca tuvo oportunidad nuestro sistema, totalmente estático), como así también el empleo de sus abundantes y profusas comunicaciones radioeléctricas y el uso de señales pirotécnicas, en un claro contraste con nuestras fuerzas terrestres. </p><p></p><p>Sin mencionar el preciso y persistente bombardeo naval, y reduciendo el campo al apoyo artillero puesto en escena, ellos emplearon un Grupo de Artillería. Real, y los Grupos de Artillería 29 y 49, contra nuestros Grupos de Artillería N° 3 (GA 3) y Aerotransportado N° 4 (GA 4). El alcance del enemigo era de 17 Kms., contra los 10,5 Kms. Propios. </p><p></p><p>Los Británicos movieron permanentemente su artillería a pesar de su superioridad en alcance, cosa que no ocurrió lamentablemente del lado propio, a excepción de una Batería de 105 mm., que se adelantó por el Moody Valley, unos cuatrocientos metros hacia el Oeste del ex cuartel de los Royal Marines. </p><p></p><p>Nuestros Grupos de Artillería alcanzaban escasamente la primera línea (la que habían combatido con anterioridad los RI 4 y RI 7 en la primera fase de la batalla). Esta falencia evidentemente se acentuó en el caso del RI 4, ya que el GA 3 solamente alcanzaba la cima de Monte Harriet. Esto no ocurrió en nuestro caso ya que dispusimos de un apoyo artillero total y a discreción. </p><p></p><p>Quiero recalcar que en el combate moderno y con la profusión de apoyo artillero , "No levanta la cabeza para observar, el que quiere, sino el que puede". </p><p></p><p>En ese aspecto, el BIM5 también estaba preparado ya que, si bien disponíamos de los Observadores Adelantados de Artillería reglamentarios, todos los cuadros (incluidos los motoristas y cocineros...todos!), estaban adiestrados para controlar los fuegos de apoyo, de las propias armas del batallón, como de la artillería terrestre en apoyo y/o los fuegos propios navales y aéreos. </p><p></p><p>Todo estaba integrado en el Batallón en la Central de Coordinación de los Fuegos de Apoyo (CCFA) Esa era nuestra organización para determinar, cómo eran y de donde provenían los fuegos del enemigo y los propios. Casi me animo a afirmar que nuestra CCFA, por la excelentes comunicaciones que disponíamos, las coordinaciones y enlaces con todos los Grupos de Artillería, hicieron de nuestra Unidad un algo muy duro de roer, con alta moral y altamente eficaz. No teníamos dudas, no se logró romper la cohesión de la Unidad y aún en el momento de la rendición, varias horas después que el grueso, mis hombres estaban en condiciones de proseguir la lucha, a pesar de los duros combates (incluso con lucha cuerpo a cuerpo), en que habían intervenido. Aunque, pasado el mediodía del 14 de Junio, ya no teníamos munición. </p><p></p><p>El enemigo ponía detrás de cada tubo de Artillería (aproximadamente 54 bocas en total) varios cientos de proyectiles, contra los 368 diarios, por Batería, que habíamos previsto, (según diarios de la época, sobre la primera línea de cada unidad argentina que atacaban, disponían de una cantidad inusitada de proyectiles, aproximadamente unos 1000 por hora). </p><p></p><p>No obstante, durante la Batalla, nuestra Artillería llegó a consumir prácticamente unos 15000 proyectiles sobre las fuerzas atacantes. </p><p></p><p>Dejo de lado a nuestros queridos Bertas , que si bien infundieron temor por su calibre y alcance, no pudieron sostener ninguna misión importante, dada la escasez de munición de 155 mm. disponible. </p><p></p><p>El ataque final </p><p></p><p></p><p>Durante todo el día 13 de junio, el enemigo efectuó tanto sobre el RI 7 Y el BIM 5 un demoledor bombardeo de artillería, al que se sumaba el fuego naval. Además efectuaban fuegos de interdicción sobre las Unidades que estaban ubicadas más hacia el este a los efectos de mantenerlas aferradas a sus posiciones evitando prácticamente todo movimiento hacia el frente. </p><p></p><p>Nuestra CCFA funcionaba a pleno y fuimos adquiriendo un gran entendimiento con la Artillería propia, la que muy difícilmente erraba alguna concentración desempeñándose con alta eficacia. </p><p></p><p>La reducida y pequeña Central no sólo indicaba los blancos, sino que muchas veces dábamos directamente a las Baterías los datos a introducir, para hacer los fuegos más eficaces. Mientras el duelo de artillería era incesante, el enemigo se aprestaba para su asalto final. </p><p></p><p>Increíblemente, en la tarde del 13 de Junio las fuerzas atacantes iniciaron, con las últimas luces un ataque de diversión desplazándose desde Monte Harriet y siguiendo la dirección del camino hacia Puerto Argentino, con intención de atacar el Monte William, con efectivos aproximados a una Compañía reforzada. </p><p></p><p>El fin era velar la real ubicación de cual sería su centro de gravedad (obviamente Tumbledown) tal como pensábamos que lo habían previsto para esa noche, en la fase final de la batalla. </p><p></p><p>Este absurdo movimiento que buscaba sorprendemos e inducirnos a que el eje del futuro ataque sería desde el sudoeste, fue oportunamente detectado por el adelantamiento de nuestra reserva, la Compañía O (-), desplazamiento que aún no comprendo cómo el enemigo, no había detectado.</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="nippur_1967, post: 792294, member: 1952"] [B]EL BATALLON DE INFANTERÍA DE MARINA Nº5 (BIM 5) [/B] [B]LA CAMPAÑA DE LAS ISLAS MALVINAS[/B] [I]* Por el Contralmirante de Infantería de Marina (R) Carlos Robacio[/I] *Durante la guerra con el grado de Capitán de Fragata de Infantería de Marina se desempeñó como Jefe del Batallón de Infantería de Marina Nº 5 (BIM 5). En la actualidad es socio activo de nuestra entidad Antecedentes El BIM 5, como comúnmente lo denominan los lugareños de Río Grande, Tierra del Fuego, nació y se desarrolló en un ámbito geográfico de clima riguroso, vientos excesivamente fuertes que calan a pesar de todos los abrigos, en especial en esos inviernos extremos en que la nieve y el hielo todo lo cubren y exigen a fondo al combatiente (el suelo se congela hasta más de un metro de la superficie). Esta geografía y clima, agregadas al hecho de estar posicionado en una zona limítrofe, nos pueden hacer comprender el porqué del temple y el estilo independiente y peculiar de todos sus integrantes. En ese confín del mundo, quien debe desarrollar sus actividades, aprende con rapidez que en el terreno, sin comunicaciones y logística, elementos que ya los Macedonios bien comprendieron en la antigüedad, es imposible desarrollar cualquier tipo de actividad o sobrevivir a las inclemencias del clima y mucho menos emprender o desarrollar las necesarias para el adiestramiento a la intemperie. El terreno de su zona de responsabilidad en la Tierra del Fuego, parte de la tundra patagónica, está plagado de túrbales y hay una buena porción de baja montaña, serranías y bosques, ámbitos todos en los cuales el Batallón acostumbra a desarrollar sus actividades. Todo esto crea un ambiente propicio para un adiestramiento intenso y realista. Si a ello agregamos las facilidades de munición mucha más que abundante que disponíamos en esa época, que nos dieron la posibilidad de desarrollar numerosos ejercicios (y en todos hicimos un uso abundante de munición de guerra) nos permitió ir acercando toda la actividad de adiestramiento a la realidad que posteriormente íbamos a vivir. Ello fue una cruda y muy riesgosa exigencia, pero nos dió un adecuado marco de veteranía pues conocíamos muy de cerca el peligro y la contundencia del armamento que disponíamos, como así también nos permitió tener clara conciencia que para enfrentar el combate todos nos necesitábamos y éramos igualmente importantes. Por otro lado, convivíamos en nuestro cuartel con elementos de nuestro comando superior, la Fuerza de Infantería de Marina Austral (en ese entonces con sede en Santa Cruz), tales como una batería de Artillería, elementos de Exploración, Comandos, etc.; mas los refuerzos que para aclimatación y adaptación destacaba desde el norte periódicamente la Infantería de Marina (IM) Debemos sumar también los elementos de la Aviación Naval (aviones y helicópteros) que periódicamente se hacían presente en la isla para adiestramiento y, finalmente, la presencia de buques de guerra de la Armada en sus pasajes para la Base de Ushuaia. Toda esa disponibilidad de medios facilitaban y obligaban al Comando del Batallón a desarrollar una intensa actividad de planificación y ejecutar ejercitaciones completas y complejas, siempre bien dosificadas en el manejo de todos los fuegos, tanto terrestres, como navales y aéreos. La distancia de los centros del poder, la abundancia y complejidad de medios disponibles, le daban a la Unidad una gran libertad de acción para cumplir acabadamente una misión bien concreta, como es la defensa de nuestros límites en esa remota región austral. La unidad se adiestró permanentemente para el combate en zonas frías, baja montaña y monte austral. Es decir, desde siempre y través de todos los tiempos, esta Unidad, fue, es y será siempre un motivo de verdadero orgullo para cualquier Infante de Marina que pase por sus filas, no importa quien la comande, ni quien la integre, pues por tradición, por capacidad de medios y peculiares vivencias, en ella se hacen hombres y comandantes. Si a ello le agregamos el sistema de incorporación bimestral de los conscriptos de la IM de ese entonces que facilitó y obvió el drama que tendrían la mayoría de las Unidades de otras Fuerzas Terrestres que intervendrían posteriormente en el conflicto. Sencillamente aprecio que el BIM 5, era la única Unidad, equipada, adiestrada y espacialmente aclimatada para participar en el conflicto de 1982. No quiero que ese motivo de orgullo haga malinterpretar mi pensamiento, nada más lejano en mi mente, ni en la de ninguno de sus integrantes, desmerecer el desempeño de otras Unidades, ya que, esas diferencias, exaltan mucho más el valor de todos mis camaradas puesto que en ese conflicto cada uno dio lo que más pudo. El BIM 5 era sin lugar a dudas una Unidad de Combate, cohesionada, sufrida y con un alto espíritu para afrontar cualquier misión. Contaba con el 75% de los Oficiales, Suboficiales y Cabos de 1981, el Comandante cumplía su segundo año de ejercicio del Comando, el 20 % de los conscriptos más noveles habían ingresado a principios de octubre de 1981 y ya. estaban para abril de 1982...totalmente formados y adiestrados. El 2 de Abril de 1982, nos había sorprendido con toda la Unidad adiestrándose en el terreno en nuestra tercera ejercitación, en el ensamblamiento de todos los elementos de combate, apoyo de combate y servicios para apoyo de combate. En esas ejercitaciones, centrábamos el adiestramiento casi exclusivamente en las horas de oscuridad, pues siempre pensé que el combate nocturno se adaptaba mucho más a la realidad. El Batallón se movía con mucha más solvencia en el ataque, que en la defensa, el que ataca de noche, minimiza las bajas y desconcierta al defensor. El combate real nos demostraría que el día es para observar y la noche para atacar, así lo hicieron nuestros adversarios. El alto espíritu de Unidad hizo que casi el 90% de la tanda que estábamos dando de baja y a punto de partir para sus hogares, bajaran de los aviones y se reintegraran voluntariamente a la Unidad, cuando se hizo publico el desembarco del 2 de abril y cambiaron nuevamente su ropa civil por la de combate. Paradójicamente esos conscriptos más veteranos, integrarían la mayoría de las bajas en el combate de nuestro batallón. Me emociona aún recordar su total entrega para cubrir y proteger a sus compañeros menos fogueados, contrariando incluso mis órdenes de repliegue en la mañana del 14 de Junio de 1982. Esta es una verdad que contradice a aquellos que mal llaman "chicos" a nuestros “combatientes", esa mentira, es un insulto para una mayoría abrumadora de valientes que luchó y dio su sangre..., mas allá de todo interés, en defensa de nuestra soberanía. Nuestro Batallón no llevó todos sus hombres, ni la totalidad de sus elementos en su despliegue, fue una tarea azarosa y dura determinar quienes irían y quienes tenían que quedarse, cuando llegó la tan ansiada orden de desplazamiento a nuestras añoradas Islas Malvinas. Es conveniente aclarar aquí, como también lo hice con mis hombres antes de partir, el porqué no llevamos a Malvinas la Bandera de Guerra de la Unidad. Nunca ignoré dada la envergadura y veteranía del enemigo que íbamos enfrentar, la posibilidad de que nuestra misión pudiera no terminar con el éxito que nuestra mente y corazones verdaderamente deseaban. Ese sagrado paño representa todo lo que somos los argentinos y la Patria heredada, que verdaderamente existe y seguirá existiendo. No podía ese paño, correr el riesgo de caer en manos extrañas a las nuestras ya que, siempre se inculcó en el Batallón que "Dios y nuestros símbolos se llevan permanentemente en la mente y en el campo de lo que somos capaces de hacer", aunque El y ellos no estén en visibles. El BIM 5 en Malvinas Cuando arribamos a Malvinas el 08 de Abril de 1982, ya se encontraban en la Isla, conformadas bajo el mando del Gobernador, el General de Brigada Mario B. Menéndez, tres agrupaciones: la del Ejército Argentino, de la Fuerza Aérea y de la Armada, y cada Fuerza debía solucionar el Sostén Logístico de sus efectivos. De inmediato pasamos a depender del apoyo logístico que nos proveería la Armada, en lo que hace al empleo operativo de la Unidad, su dependencia era del Comandante de las Fuerzas Terrestres (Ver El BIM 5 inicialmente estaba conformado por las siguientes fracciones: Comando de Batallón, Compañía de Apoyo Logístico, tres Compañías de Tiradores, una Sección de Morteros de 106,6 mm, otra de 81 mm y una Batería de Artillería Otto Melara de 105 mm.; aunque en realidad sus efectivos totales, armamento y equipos pesados irían arribando y se completarían el 11 de abril, salvo algunos polizones "fugados de Río Grande”, que se fueron agregando. Posteriormente por cambios en el dispositivo en el terreno y para lograr un mejor aprovechamiento del mismo, se agregaría la Compañía C (-), del RI 3 bajo el mando del Capitán Varela, de la cual conservamos un inmejorable recuerdo junto con la Compañía B (-) del RI 6 del Mayor Jaimet que se agregaría en las instancias finales de la batalla. Ambas Subunidades combatieron con mi Batallón En los momentos iniciales del despliegue, como unidades palpables y concretas estaban el RI 25, el RI 8 y el BIM 5. También tomamos entonces conocimiento que las fuerzas terrestres enemigas serían de una magnitud de alrededor de tres brigadas y que las mismas tenían la capacidad necesaria para ejecutar un desembarco anfibio, combinado con un asalto vertical y además que ya se encontraban operando elementos de reconocimiento en las islas. Al enterarnos que el RI 8 sería desplazado a Puerto Fox, sentimos una gran inquietud y hubo que introducir cambios en las responsabilidades. EL RI 25, se hizo cargo de la defensa hacia el Este de Puerto Argentino y el BIM 5 hacia el Oeste, tanto es así que el Monte Longdon fue ocupado inicialmente por la Compañía Obra (-) de nuestro Batallón. Posteriormente llegarían refuerzos (Ver Figura N° 3.) Para la defensa de Puerto Argentino, todos esos refuerzos se irían integrando bajo la dependencia del nuevo Comandante de la Fuerzas Terrestres, el General de Brigada Oscar Jofré, con Unidades de la X Brigada de Infantería, mientras que los de la Brigada III se estacionarían a la vera del estrecho de San Carlos. En la defensa de Puerto Argentino, bajo el aspecto estrictamente terrestre, para no alargar innecesariamente este relato, se desplegarían las siguientes Unidades: En el istmo del Aeropuerto, el RI 25, luego el RI 6 al Sudeste de la localidad. Al Sur de Puerto Argentino, el Grupo de Artillería 3 y el RI 3, hasta el camino al sudeste de Sapper Hill. El BIM5 en el centro del dispositivo, en Sapper Hill, Monte William y Monte Tumbledown . Hacia el oeste, en Montes Harriet y Dos Hermanas (Two Sisters) el RI 4. Como nexo entre esta Unidad y el RI 7, la Compañía B del RI 6, el mencionado R I7 en Monte Longdon y las alturas de Wireless Ridge. Es bueno recordar que las zonas asignadas a todas esas Unidades excedían dos y tres veces el área que normalmente se le debía asignar a Unidades del tipo de las descriptas. 3. Las acciones de combate Es bien sabido que a partir del 1 ° de Mayo se inician las acciones de combate, con el bombardeo a la Zona del Aeropuerto y casi inmediatamente se inicia el asedio de fuego naval, al que se le irían agregando con posterioridad, los fuegos de la artillería terrestre enemiga. Resumiendo, la Guarnición que defendía la localidad de Puerto Argentino antes de llegar a la batalla final, soportaría un asedio de casi 44 días y, lamentablemente, sin la posibilidad de devolver tantas atenciones, salvo esporádicamente. Haré ahora en el relato un salto muy grande sobre las diferentes situaciones que se fueron atravesando en San Carlos, Pradera del Ganso (Goose Green), las luchas de los Comandos por el terreno intermedio y por último las correspondientes a los Montes Harriet, Dos Hermanas (Two Sisters) y Longdon, pues imagino que las mismas están reflejadas o se mostrarán por los actores directamente involucrados. Trataré de hacer un relato muy comprimido por razones de espacio y de tiempo, circunscribiendo el mismo fundamentalmente a las vivencias que involucran al Batallón que comandara en ese tiempo en Malvinas. La Batalla por Puerto Argentino comienza con el ataque por parte de la Brigada de los Royal Marines al RI 4 que ocupaba los Montes Harriet y Dos Hermanas (Two Sisters) y por parte del Batallón de Paracaidistas N° 3 a la Compañía B del RI 7 que se encontraba reforzada con una Sección de Ametralladoras 12,7 mm perteneciente a una Compañía de IM de Ametralladoras que se había organizado especialmente para el conflicto y que fuera destinada originalmente como refuerzo de mi Batallón, al arribar a Malvinas la Subunidad fue agregada por secciones a varias Unidades, otra se agregaría al RI 25. El ceder estas secciones, así como el apoyo indiscriminado de la Artillería del Ejército en Malvinas hacia el BIM 5, la integración de Elementos de Comandos de las tres Fuerzas, el apoyo de Ingenieros, etc., fueron definitivamente el inicio de la acción conjunta que antes básicamente no practicábamos. A partir del día 12 de Junio, aproximadamente a las 1000 horas de la mañana, el dispositivo defensivo mantenía aún en primera línea al BIM 5 reforzado, y al RI 7 (-). Este Regimiento, que había perdido su Compañía B, persistía en aferrarse a las alturas Wireless Ridge, con su puesto de Comando y la Compañía C en posición. En las alturas del oeste, ahora en manos inglesas, la Brigada de Royal Marines (RM),compuesta por los Batallones RM 40, 42 y 45 se había apoderado de los montes Harriet y Dos Hermanas (Two Sisters) y se aprestaba a ser sobrepasada por la V Brigada del Ejercito Británico , a tres Regimientos: uno Galés, otro Escocés y otro Nepalés (Ghurka), para lanzar la segunda fase de la batalla, sobre el BIM 5. En tanto, en Monte Longdon, se encontraba el Batallón de Paracaidistas Ingleses Nº 3 (Para 3) listo para apoyar el ataque del Para Nº 2, sobre el RI 7 (-). Es interesante aprender las lecciones del enemigo, en el sentido de tener bien en claro, como iba disponiendo de sus efectivos en ambas fases de su asalto sobre las posiciones del sistema defensivo, siempre asegurando una clara superioridad numérica, de no menos de 3 a 1, tomando como una totalidad la magnitud de las unidades que se enfrentarían. La realidad es que en los puntos de contacto, en donde concentraban su ataque, esta superioridad fue muchísimo más elevada. Obviando su determinación para atacar casi exclusivamente en la noche, otros aspectos interesantes a destacar, es que quienes ya habían atacado, eran sobrepasados y se continuaba el ataque con tropas de refresco (algo que nunca tuvo oportunidad nuestro sistema, totalmente estático), como así también el empleo de sus abundantes y profusas comunicaciones radioeléctricas y el uso de señales pirotécnicas, en un claro contraste con nuestras fuerzas terrestres. Sin mencionar el preciso y persistente bombardeo naval, y reduciendo el campo al apoyo artillero puesto en escena, ellos emplearon un Grupo de Artillería. Real, y los Grupos de Artillería 29 y 49, contra nuestros Grupos de Artillería N° 3 (GA 3) y Aerotransportado N° 4 (GA 4). El alcance del enemigo era de 17 Kms., contra los 10,5 Kms. Propios. Los Británicos movieron permanentemente su artillería a pesar de su superioridad en alcance, cosa que no ocurrió lamentablemente del lado propio, a excepción de una Batería de 105 mm., que se adelantó por el Moody Valley, unos cuatrocientos metros hacia el Oeste del ex cuartel de los Royal Marines. Nuestros Grupos de Artillería alcanzaban escasamente la primera línea (la que habían combatido con anterioridad los RI 4 y RI 7 en la primera fase de la batalla). Esta falencia evidentemente se acentuó en el caso del RI 4, ya que el GA 3 solamente alcanzaba la cima de Monte Harriet. Esto no ocurrió en nuestro caso ya que dispusimos de un apoyo artillero total y a discreción. Quiero recalcar que en el combate moderno y con la profusión de apoyo artillero , "No levanta la cabeza para observar, el que quiere, sino el que puede". En ese aspecto, el BIM5 también estaba preparado ya que, si bien disponíamos de los Observadores Adelantados de Artillería reglamentarios, todos los cuadros (incluidos los motoristas y cocineros...todos!), estaban adiestrados para controlar los fuegos de apoyo, de las propias armas del batallón, como de la artillería terrestre en apoyo y/o los fuegos propios navales y aéreos. Todo estaba integrado en el Batallón en la Central de Coordinación de los Fuegos de Apoyo (CCFA) Esa era nuestra organización para determinar, cómo eran y de donde provenían los fuegos del enemigo y los propios. Casi me animo a afirmar que nuestra CCFA, por la excelentes comunicaciones que disponíamos, las coordinaciones y enlaces con todos los Grupos de Artillería, hicieron de nuestra Unidad un algo muy duro de roer, con alta moral y altamente eficaz. No teníamos dudas, no se logró romper la cohesión de la Unidad y aún en el momento de la rendición, varias horas después que el grueso, mis hombres estaban en condiciones de proseguir la lucha, a pesar de los duros combates (incluso con lucha cuerpo a cuerpo), en que habían intervenido. Aunque, pasado el mediodía del 14 de Junio, ya no teníamos munición. El enemigo ponía detrás de cada tubo de Artillería (aproximadamente 54 bocas en total) varios cientos de proyectiles, contra los 368 diarios, por Batería, que habíamos previsto, (según diarios de la época, sobre la primera línea de cada unidad argentina que atacaban, disponían de una cantidad inusitada de proyectiles, aproximadamente unos 1000 por hora). No obstante, durante la Batalla, nuestra Artillería llegó a consumir prácticamente unos 15000 proyectiles sobre las fuerzas atacantes. Dejo de lado a nuestros queridos Bertas , que si bien infundieron temor por su calibre y alcance, no pudieron sostener ninguna misión importante, dada la escasez de munición de 155 mm. disponible. El ataque final Durante todo el día 13 de junio, el enemigo efectuó tanto sobre el RI 7 Y el BIM 5 un demoledor bombardeo de artillería, al que se sumaba el fuego naval. Además efectuaban fuegos de interdicción sobre las Unidades que estaban ubicadas más hacia el este a los efectos de mantenerlas aferradas a sus posiciones evitando prácticamente todo movimiento hacia el frente. Nuestra CCFA funcionaba a pleno y fuimos adquiriendo un gran entendimiento con la Artillería propia, la que muy difícilmente erraba alguna concentración desempeñándose con alta eficacia. La reducida y pequeña Central no sólo indicaba los blancos, sino que muchas veces dábamos directamente a las Baterías los datos a introducir, para hacer los fuegos más eficaces. Mientras el duelo de artillería era incesante, el enemigo se aprestaba para su asalto final. Increíblemente, en la tarde del 13 de Junio las fuerzas atacantes iniciaron, con las últimas luces un ataque de diversión desplazándose desde Monte Harriet y siguiendo la dirección del camino hacia Puerto Argentino, con intención de atacar el Monte William, con efectivos aproximados a una Compañía reforzada. El fin era velar la real ubicación de cual sería su centro de gravedad (obviamente Tumbledown) tal como pensábamos que lo habían previsto para esa noche, en la fase final de la batalla. Este absurdo movimiento que buscaba sorprendemos e inducirnos a que el eje del futuro ataque sería desde el sudoeste, fue oportunamente detectado por el adelantamiento de nuestra reserva, la Compañía O (-), desplazamiento que aún no comprendo cómo el enemigo, no había detectado. [/QUOTE]
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Personal Argentino en zona de combate
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