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Malvinas 1982
Programa Misión Malvinas-Descarga y Archivo 2009-2017
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<blockquote data-quote="TORDO79" data-source="post: 2098886" data-attributes="member: 3802"><p><strong>LA PUNTA ARA...</strong></p><p></p><p><em><strong>"...Cuando el operativo de las fuerzas especiales ordenado por el General Parada se puso en marcha, a los Comandos Anfibios se les asignaron las alturas de Bombilla Hill y el cerro Montevideo, próximas a San Carlos, donde debían observar los movimientos del enemigo y hacer una evaluación de su potencial. </strong></em></p><p><em><strong>Los efectivos partieron de Moody Brook en la mañana del 24, a las órdenes del Capitán de Corbeta de Infantería de Marina Dante Juan Manuel Camiletti, quien se ofreció como voluntario para encabezar la patrulla pese a no ser comando anfibio. </strong></em></p><p><em><strong>El pelotón embarcó en dos helicópteros del Ejército y se desplazó hasta Chata Hill, a unos 50 kilómetros al oeste de la capital, donde estableció su base de patrulla reducida (BPR) después de enterrar parte de su equipo para aligerar su peso.</strong></em></p><p><em><strong>Los Comandos reiniciaron el avance acordando previamente que una vez cumplida la misión, volverían al BPR para reunirse. </strong></em></p><p><em><strong>La marcha hacia Bombilla Hill, se hizo bajo una tenue llovizna y un frío intenso, el típico clima malvinense previo al crudo invierno. </strong></em></p><p><em><strong>Bombilla Hill era una altura importante que dominaba buena parte de la ría de San Carlos y el cerro Montevideo, objetivo final de la misión. </strong></em></p><p><em><strong>Llegaron el 25 de mayo,después de una marcha extenuante y lo primero que hicieron fue montar un puesto de observación desde el cual pudieron seguir la intensa actividad enemiga en torno a la mencionada elevación.</strong></em></p><p><em><strong>Tropas y vehículos, incluyendo helicópteros en misiones de transporte y patrulla, iban y venían desde San Carlos en lo que parecía una operación de gran envergadura. </strong></em></p><p><em><strong>Pasado un período prudencial, el puesto de observación fue levantado y la patrulla se encaminó hacia el cerro Tercer Corral, otra altura importante ubicada algo más al sudoeste, desde la cual era posible cumplir la misión con mayor efectividad. </strong></em></p><p><em><strong>Fue en ese momento que comenzaron a surgir algunos roces entre Camiletti y sus subordinados debido a la velocidad que aquel pretendía imponer a la misión.</strong></em></p><p><em><strong>Dada la evidente proximidad del enemigo, el Suboficial más antiguo de los Comandos, Miguel Ángel Basualdo, reclamaba el apego a los procedimientos propios de su entrenamiento y en eso tenía razón ya que, durante el trayecto hacia Tercer Corral, los efectivos habían sido sobrevolados varias veces por una PAC de Sea Harrier que patrullaba el área. </strong></em></p><p><em><strong>Tras el intercambio de opiniones, la columna continuó su avance cruzando un afluente del río San Carlos donde varios de sus componentes perdieron el equilibrio y cayeron al agua, empapándose de pies a cabeza. </strong></em></p><p><em><strong>Llegaron al cerro el 26 de mayo por la mañana y casi enseguida establecieron un nuevo puesto de observación desde el cual tuvieron una excelente vista de Puerto San Carlos y el cerro Montevideo. </strong></em></p><p><em><strong>En ese punto surgieron nuevas discrepancias entre Camiletti y Basualdo debido a la exposición por demás innecesaria que el primero hizo del grupo, entusiasmado con los resultados de la misión. En vista de ello aunque preocupado porque todavía no se había establecido comunicación con Puerto Argentino, decidió dividir la patrulla en dos; la primera fracción, a las órdenes del Suboficial Basualdo, debía regresar a Puerto Argentino para llevar la importante información obtenida y la segunda, a las del Cabo Principal Enfermero Jesús A. Pereyra , permanecería en el área junto a Camiletti, intentando ampliar el cuadro de situación del enemigo y continuar su aproximación a San Carlos y el cerro Montevideo. </strong></em></p><p><em><strong>Cuando la fracción del Suboficial Basualdo emprendió el regreso, ignoraba que iba a enfrentar situaciones de alto riesgo. Durante su paso por Caleta Trullo (Teal Inlet), los británicos le tomaron prisionero al Cabo Principal Juan Carrasco que se había rezagado y a punto estuvieron de emboscarlos y entablar combate pero el oportuno hallazgo de una ruta de escape les permitió eludir a las columnas enemigas que avanzaban en su misma dirección y deslizarse detrás, siguiendo al ejército británico en su avance hacia el este. A esa altura, después de la captura de Carrasco, el enemigo estaba al tanto de la presencia de Comandos argentinos en el área y los buscaba intensamente. </strong></em></p><p><em><strong>Para su fortuna, el 30 de mayo tomaron contacto con recientemente llegada Compañía de Comandos 602 que estaba efectuando sus primeras misiones avanzadas y ello les permitió reingresar en las líneas de defensa propias sin inconvenientes y de esa manera, entregar al Comando Superior la vital información que habían recogido. </strong></em></p><p><em><strong>Tras la partida de Basualdo, la fracción de Camiletti se desplazó unos 300 metros al oeste, en pos de los montes Verdes, lo que le permitió aproximarse un poco más a Establecimiento San Carlos y ampliar el reconocimiento del área. </strong></em></p><p><em><strong>Alcanzaron la base de los cerros de noche y en la madrugada siguiente comenzaron su ascenso para establecer en su cima una nueva base de observación. La nueva ubicación les permitió estudiar con más detalle los movimientos del enemigo utilizando para ello sus visores nocturnos. </strong></em></p><p><em><strong>Demostrando una gran determinación, Camiletti decidió avanzar un trecho más, con el objeto de ampliar el campo visual, seleccionando para acompañarlo al Cabo Principal Pereyra. </strong></em></p><p><em><strong>Los dos Comandos se desplazaron varios metros hacia delante, atentos al menor movimiento hasta que en un determinado momento, el Cabo Pereyra manifestó su preocupación por el peligro que corría el total de la patrulla si los ingleses los descubrían. Camiletti le ordenó regresar y cuando las primeras luces comenzaban a asomar en el horizonte, reanudó la marcha solo. </strong></em></p><p><em><strong>Cuando el Cabo Pereyra se reunió con el resto de la Sección, una serie de descargas provenientes del sector donde se hallaba Camiletti hizo poner a los Comandos en alerta. El Oficial había sido descubierto y tras un breve intercambio de disparos, había caído prisionero, razón por la cual el resto de la patrulla, siguiendo sus indicaciones, decidió emprender el regreso. </strong></em></p><p><em><strong></strong></em></p><p><em><strong><img src="http://img231.imageshack.us/img231/5403/capturadecamilleti.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /><img src="http://img87.imageshack.us/img87/1659/capturadecamilleti2.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /></strong></em></p><p><em><strong></strong></em></p><p><em><strong></strong></em></p><p><em><strong>El desplazamiento se hizo con mucha cautela dado que la captura de Camiletti había puesto en alerta a las fuerzas británicas que, de manera inmediata, iniciaron un despliegue en cadena para cubrir la zona y evitar la salida de la patrulla argentina. </strong></em></p><p><em><strong>Era necesario buscar cobertura y en esa acción, tres Comandos se arrojaron dentro de un pozo inundado y allí permanecieron varias horas en cuclillas, con el agua helada hasta la cintura, cubiertos por unos pastizales que para su fortuna, los hicieron pasar desapercibidos. </strong></em></p><p><em><strong>El Cabo Verón, no tuvo espacio dentro del pozo y por esa razón se arrojó de espaldas dentro de un hoyo de 20 centímetros de profundidad, con su fusil sobre el pecho, cubierto por el agua de un delgado manantial. Los británicos pasaron junto a ellos sin percatarse de su presencia y siguieron de largo avanzando muy lentamente, atentos a cualquier sonido o movimiento. </strong></em></p><p><em><strong>Comenzaba a anochecer y los hombres llevaban varias horas en esos lugares, con los cuerpos entumecidos por el agua helada y la baja temperatura, cuando desde la derecha se escuchó un disparo de fusil seguido por un nutrido tiroteo. Las balas pasaban a centímetros de sus cabezas y se perdían en la obscuridad, en diferentes direcciones. Al cabo de varios minutos, el fuego cesó y después de media hora de silencio, el sonido de los helicópteros se dejó oír nuevamente. Con la noche ya avanzada, los Comandos salieron de sus escondites y al amparo de la obscuridad, echaron a andar aunque con mucha dificultad por tener sus cuerpos tan agarrotados, que debieron arrastrarse varios metros sobre la turba porque las piernas no les respondían. Cuando pudieron caminar, comenzaron a desplazarse en cuatro patas y después de recuperar lentamente la movilidad, se pusieron de pie y siguieron la marcha hacia sus propias líneas, siempre rodeados por el enemigo que convergía sobre Darwin y Puerto Argentino.</strong></em></p><p><em><strong>El lunes 31 de mayo los Comandos transitaban un sendero al sudeste del monte Estancia cuando tropas británicas los emboscaron. </strong></em></p><p><em><strong>Se entabló a continuación, un recio tiroteo en el que Pereyra y López cayeron gravemente heridos y sus dos compañeros, Alvarado y López, fueron hechos prisioneros. </strong></em></p><p><em><strong>La fotografía de Camiletti prisionero, esposado y con el rostro cubierto mientras efectivos británicos le apuntan con sus armas, dio la vuelta al mundo y se convirtió en una de las imágenes más famosas de la guerra. Tanto él como sus hombres fueron tratados de acuerdo a la Convención de Ginebra aunque con cierta dureza debido a su condición de tropas especiales. </strong></em></p><p><em><strong>Pese a los contratiempos, a los rigores del tiempo y al hecho de que se habían perdido algunos hombres, la misión alcanzó su objetivo cuando la sección del Suboficial Basualdo logró llegar a las líneas propias y entregó la información obtenida al Estado Mayor del General Menéndez..". </strong></em></p><p><em><strong></strong></em></p><p><em><strong>PD:</strong></em></p><p><em><strong>1. Disculpas por no haber colgado el Link anoche, pero parece que en el Foro estaban pasando la escoba los de maestranza...</strong></em></p><p><em><strong></strong></em></p><p><em><strong>2.Respecto al comentario sobre Pergolini, traidores, Judas y renegados hubimos,habemos y tendremos. Pero cuando son del propio palo y cuando dan la espalda a la propia sangre, es mas doloroso y repudiable....</strong></em></p></blockquote><p></p>
[QUOTE="TORDO79, post: 2098886, member: 3802"] [B]LA PUNTA ARA...[/B] [I][B]"...Cuando el operativo de las fuerzas especiales ordenado por el General Parada se puso en marcha, a los Comandos Anfibios se les asignaron las alturas de Bombilla Hill y el cerro Montevideo, próximas a San Carlos, donde debían observar los movimientos del enemigo y hacer una evaluación de su potencial. Los efectivos partieron de Moody Brook en la mañana del 24, a las órdenes del Capitán de Corbeta de Infantería de Marina Dante Juan Manuel Camiletti, quien se ofreció como voluntario para encabezar la patrulla pese a no ser comando anfibio. El pelotón embarcó en dos helicópteros del Ejército y se desplazó hasta Chata Hill, a unos 50 kilómetros al oeste de la capital, donde estableció su base de patrulla reducida (BPR) después de enterrar parte de su equipo para aligerar su peso. Los Comandos reiniciaron el avance acordando previamente que una vez cumplida la misión, volverían al BPR para reunirse. La marcha hacia Bombilla Hill, se hizo bajo una tenue llovizna y un frío intenso, el típico clima malvinense previo al crudo invierno. Bombilla Hill era una altura importante que dominaba buena parte de la ría de San Carlos y el cerro Montevideo, objetivo final de la misión. Llegaron el 25 de mayo,después de una marcha extenuante y lo primero que hicieron fue montar un puesto de observación desde el cual pudieron seguir la intensa actividad enemiga en torno a la mencionada elevación. Tropas y vehículos, incluyendo helicópteros en misiones de transporte y patrulla, iban y venían desde San Carlos en lo que parecía una operación de gran envergadura. Pasado un período prudencial, el puesto de observación fue levantado y la patrulla se encaminó hacia el cerro Tercer Corral, otra altura importante ubicada algo más al sudoeste, desde la cual era posible cumplir la misión con mayor efectividad. Fue en ese momento que comenzaron a surgir algunos roces entre Camiletti y sus subordinados debido a la velocidad que aquel pretendía imponer a la misión. Dada la evidente proximidad del enemigo, el Suboficial más antiguo de los Comandos, Miguel Ángel Basualdo, reclamaba el apego a los procedimientos propios de su entrenamiento y en eso tenía razón ya que, durante el trayecto hacia Tercer Corral, los efectivos habían sido sobrevolados varias veces por una PAC de Sea Harrier que patrullaba el área. Tras el intercambio de opiniones, la columna continuó su avance cruzando un afluente del río San Carlos donde varios de sus componentes perdieron el equilibrio y cayeron al agua, empapándose de pies a cabeza. Llegaron al cerro el 26 de mayo por la mañana y casi enseguida establecieron un nuevo puesto de observación desde el cual tuvieron una excelente vista de Puerto San Carlos y el cerro Montevideo. En ese punto surgieron nuevas discrepancias entre Camiletti y Basualdo debido a la exposición por demás innecesaria que el primero hizo del grupo, entusiasmado con los resultados de la misión. En vista de ello aunque preocupado porque todavía no se había establecido comunicación con Puerto Argentino, decidió dividir la patrulla en dos; la primera fracción, a las órdenes del Suboficial Basualdo, debía regresar a Puerto Argentino para llevar la importante información obtenida y la segunda, a las del Cabo Principal Enfermero Jesús A. Pereyra , permanecería en el área junto a Camiletti, intentando ampliar el cuadro de situación del enemigo y continuar su aproximación a San Carlos y el cerro Montevideo. Cuando la fracción del Suboficial Basualdo emprendió el regreso, ignoraba que iba a enfrentar situaciones de alto riesgo. Durante su paso por Caleta Trullo (Teal Inlet), los británicos le tomaron prisionero al Cabo Principal Juan Carrasco que se había rezagado y a punto estuvieron de emboscarlos y entablar combate pero el oportuno hallazgo de una ruta de escape les permitió eludir a las columnas enemigas que avanzaban en su misma dirección y deslizarse detrás, siguiendo al ejército británico en su avance hacia el este. A esa altura, después de la captura de Carrasco, el enemigo estaba al tanto de la presencia de Comandos argentinos en el área y los buscaba intensamente. Para su fortuna, el 30 de mayo tomaron contacto con recientemente llegada Compañía de Comandos 602 que estaba efectuando sus primeras misiones avanzadas y ello les permitió reingresar en las líneas de defensa propias sin inconvenientes y de esa manera, entregar al Comando Superior la vital información que habían recogido. Tras la partida de Basualdo, la fracción de Camiletti se desplazó unos 300 metros al oeste, en pos de los montes Verdes, lo que le permitió aproximarse un poco más a Establecimiento San Carlos y ampliar el reconocimiento del área. Alcanzaron la base de los cerros de noche y en la madrugada siguiente comenzaron su ascenso para establecer en su cima una nueva base de observación. La nueva ubicación les permitió estudiar con más detalle los movimientos del enemigo utilizando para ello sus visores nocturnos. Demostrando una gran determinación, Camiletti decidió avanzar un trecho más, con el objeto de ampliar el campo visual, seleccionando para acompañarlo al Cabo Principal Pereyra. Los dos Comandos se desplazaron varios metros hacia delante, atentos al menor movimiento hasta que en un determinado momento, el Cabo Pereyra manifestó su preocupación por el peligro que corría el total de la patrulla si los ingleses los descubrían. Camiletti le ordenó regresar y cuando las primeras luces comenzaban a asomar en el horizonte, reanudó la marcha solo. Cuando el Cabo Pereyra se reunió con el resto de la Sección, una serie de descargas provenientes del sector donde se hallaba Camiletti hizo poner a los Comandos en alerta. El Oficial había sido descubierto y tras un breve intercambio de disparos, había caído prisionero, razón por la cual el resto de la patrulla, siguiendo sus indicaciones, decidió emprender el regreso. [IMG]http://img231.imageshack.us/img231/5403/capturadecamilleti.jpg[/IMG][IMG]http://img87.imageshack.us/img87/1659/capturadecamilleti2.jpg[/IMG] El desplazamiento se hizo con mucha cautela dado que la captura de Camiletti había puesto en alerta a las fuerzas británicas que, de manera inmediata, iniciaron un despliegue en cadena para cubrir la zona y evitar la salida de la patrulla argentina. Era necesario buscar cobertura y en esa acción, tres Comandos se arrojaron dentro de un pozo inundado y allí permanecieron varias horas en cuclillas, con el agua helada hasta la cintura, cubiertos por unos pastizales que para su fortuna, los hicieron pasar desapercibidos. El Cabo Verón, no tuvo espacio dentro del pozo y por esa razón se arrojó de espaldas dentro de un hoyo de 20 centímetros de profundidad, con su fusil sobre el pecho, cubierto por el agua de un delgado manantial. Los británicos pasaron junto a ellos sin percatarse de su presencia y siguieron de largo avanzando muy lentamente, atentos a cualquier sonido o movimiento. Comenzaba a anochecer y los hombres llevaban varias horas en esos lugares, con los cuerpos entumecidos por el agua helada y la baja temperatura, cuando desde la derecha se escuchó un disparo de fusil seguido por un nutrido tiroteo. Las balas pasaban a centímetros de sus cabezas y se perdían en la obscuridad, en diferentes direcciones. Al cabo de varios minutos, el fuego cesó y después de media hora de silencio, el sonido de los helicópteros se dejó oír nuevamente. Con la noche ya avanzada, los Comandos salieron de sus escondites y al amparo de la obscuridad, echaron a andar aunque con mucha dificultad por tener sus cuerpos tan agarrotados, que debieron arrastrarse varios metros sobre la turba porque las piernas no les respondían. Cuando pudieron caminar, comenzaron a desplazarse en cuatro patas y después de recuperar lentamente la movilidad, se pusieron de pie y siguieron la marcha hacia sus propias líneas, siempre rodeados por el enemigo que convergía sobre Darwin y Puerto Argentino. El lunes 31 de mayo los Comandos transitaban un sendero al sudeste del monte Estancia cuando tropas británicas los emboscaron. Se entabló a continuación, un recio tiroteo en el que Pereyra y López cayeron gravemente heridos y sus dos compañeros, Alvarado y López, fueron hechos prisioneros. La fotografía de Camiletti prisionero, esposado y con el rostro cubierto mientras efectivos británicos le apuntan con sus armas, dio la vuelta al mundo y se convirtió en una de las imágenes más famosas de la guerra. Tanto él como sus hombres fueron tratados de acuerdo a la Convención de Ginebra aunque con cierta dureza debido a su condición de tropas especiales. Pese a los contratiempos, a los rigores del tiempo y al hecho de que se habían perdido algunos hombres, la misión alcanzó su objetivo cuando la sección del Suboficial Basualdo logró llegar a las líneas propias y entregó la información obtenida al Estado Mayor del General Menéndez..". PD: 1. Disculpas por no haber colgado el Link anoche, pero parece que en el Foro estaban pasando la escoba los de maestranza... 2.Respecto al comentario sobre Pergolini, traidores, Judas y renegados hubimos,habemos y tendremos. Pero cuando son del propio palo y cuando dan la espalda a la propia sangre, es mas doloroso y repudiable....[/B][/I] [/QUOTE]
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