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Area Militar General
Malvinas 1982
Puerto Thatcher??????????????
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<blockquote data-quote="andres_aviador" data-source="post: 1344293" data-attributes="member: 227"><p>Que notable la carencia de memoria y dignidad que tienen estos "isleños".</p><p></p><p>Vivían olvidados en el rincón más remoto y miserable del imperio, no se les concedía el pasapote británico, tampoco la libra inglesa, apenas contaban con una moneda local de valor puramente simbólico. Los despreciaban, los llamaban <em>kelpers</em>, y nadie en el Parlamento se interesaba de su suerte, felicidad o destino.</p><p></p><p>La poca fortuna que les fue concedida tenía la forma de unos rebaños de ovejas que los hacían y aún los hacen, más patéticos que auténticamente rurales. El oceano y el frío hicieron valerosos a los vikingos, los kelpers en todo caso siempre han sido conformistas: les bastó con la infamia de 1833 para sentirse satisfechos de coraje y de botín, como piratas que son, ni ellos mismos se precian.</p><p></p><p>La Argentina, quizá magnánima, quizá pragmática, se comprometió a interesarse por su suerte. Les construyó un aeropuerto para que los conectara espiritualmente con el continente al que ya están unidos geográficamente, geológicamente. Los invitó a la comunión, les ofreció dignidad en forma de servicios sanitarios, alimentos frescos, combustibles, gas natural y educación.</p><p></p><p>Y el perro muerto de hambre al que tratábamos de redimir, nos mordió la mano. Cuando el látigo del amo chascó contra la turba, regresó a sus pies con el servilismo del cobarde y la ilusión del huérfano. Y entonces, tras el prohibitivo costo de la guerra, los mismos tecnócratas neoliberales que los habían olvidado mientras cerraban fábricas y recortaban la flota, abrieron su corazón y los amaron.</p><p></p><p>Amaron a los kelpers y les concedieron el derecho a llamarse británicos casi como si lo merecieran realmente, a diversificar su economía y sus posibilidades culturales pastoreando las ovejas del Sr. Thatcher (ejecutivo de la FIC, pocos recuerdan al esposo de la Dama de Hierro) y a vivir el resto de sus vidas en el estimulante panorama gris de un campamento militar. Sólo lo mejor para la gran familia británica.</p><p></p><p>Pero es indudable que en toda familia hay primos lejanos de los que nadie se acuerda y ovejas negras a las que se les esconde el asiento en la mesa de Navidad. Aunque el señor Cameron se conmueve admirablemente por su suerte, tal parece que en el fondo los <em>kelpers</em> se siguen sintiendo acomplejados. Cuando llegaron como saqueadores, todavía poseían la virtud del coraje, esa que tanto admiraba Borges; ahora que permanecen como usurpadores, ni siquiera se refugian en el vicio de la arrogancia, se remiten a la lástima que puedan provocar en los apáticos ingleses que los observan por televisión.</p><p></p><p>Aunque para ser justos con ellos, al extenso arsenal de las armas británicas han sumado la inesperada ferocidad de su toponimia. Realmente es impensable enfrentarse a ellos tras verificar tamaño acto de valentía. Los argentinos realmente estamos asustados, no tanto por los aviones, buques y cañones que los ingleses despliegan en Malvinas como por la mortífera y desconcertante onomástica con que nos apuntan los <em>kelpers</em>.</p><p></p><p>Pero no vamos a ceder, estamos dispuestos a escalar el conflicto. Y que mejor manera que devolverles el fuego y pagarles con la misma moneda. Vamos a colocarle un nombre ofensivo a alguna pequeña población patagónica. Vamos a buscar una aldea de pescadores o un pequeño puesto ovejero y lo bautizaremos con un patronímico abominable para los <em>kelpers</em>.</p><p></p><p>Se me ocurren varios términos de grueso calibre para usar contra ellos. Aunque hay uno que sin duda es el mejor, el más vergonzoso y terrible. "Puerto Thatcher", así vamos a llamar a nuestra venganza. Le vamos a poner el nombre de aquella mujer que en 1982 le dijo al mundo que Inglaterra no toleraría que Argentina les diera de comer carne a unos tipos a los que se había convencido que sólo merecían comer algas.</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="andres_aviador, post: 1344293, member: 227"] Que notable la carencia de memoria y dignidad que tienen estos "isleños". Vivían olvidados en el rincón más remoto y miserable del imperio, no se les concedía el pasapote británico, tampoco la libra inglesa, apenas contaban con una moneda local de valor puramente simbólico. Los despreciaban, los llamaban [I]kelpers[/I], y nadie en el Parlamento se interesaba de su suerte, felicidad o destino. La poca fortuna que les fue concedida tenía la forma de unos rebaños de ovejas que los hacían y aún los hacen, más patéticos que auténticamente rurales. El oceano y el frío hicieron valerosos a los vikingos, los kelpers en todo caso siempre han sido conformistas: les bastó con la infamia de 1833 para sentirse satisfechos de coraje y de botín, como piratas que son, ni ellos mismos se precian. La Argentina, quizá magnánima, quizá pragmática, se comprometió a interesarse por su suerte. Les construyó un aeropuerto para que los conectara espiritualmente con el continente al que ya están unidos geográficamente, geológicamente. Los invitó a la comunión, les ofreció dignidad en forma de servicios sanitarios, alimentos frescos, combustibles, gas natural y educación. Y el perro muerto de hambre al que tratábamos de redimir, nos mordió la mano. Cuando el látigo del amo chascó contra la turba, regresó a sus pies con el servilismo del cobarde y la ilusión del huérfano. Y entonces, tras el prohibitivo costo de la guerra, los mismos tecnócratas neoliberales que los habían olvidado mientras cerraban fábricas y recortaban la flota, abrieron su corazón y los amaron. Amaron a los kelpers y les concedieron el derecho a llamarse británicos casi como si lo merecieran realmente, a diversificar su economía y sus posibilidades culturales pastoreando las ovejas del Sr. Thatcher (ejecutivo de la FIC, pocos recuerdan al esposo de la Dama de Hierro) y a vivir el resto de sus vidas en el estimulante panorama gris de un campamento militar. Sólo lo mejor para la gran familia británica. Pero es indudable que en toda familia hay primos lejanos de los que nadie se acuerda y ovejas negras a las que se les esconde el asiento en la mesa de Navidad. Aunque el señor Cameron se conmueve admirablemente por su suerte, tal parece que en el fondo los [I]kelpers[/I] se siguen sintiendo acomplejados. Cuando llegaron como saqueadores, todavía poseían la virtud del coraje, esa que tanto admiraba Borges; ahora que permanecen como usurpadores, ni siquiera se refugian en el vicio de la arrogancia, se remiten a la lástima que puedan provocar en los apáticos ingleses que los observan por televisión. Aunque para ser justos con ellos, al extenso arsenal de las armas británicas han sumado la inesperada ferocidad de su toponimia. Realmente es impensable enfrentarse a ellos tras verificar tamaño acto de valentía. Los argentinos realmente estamos asustados, no tanto por los aviones, buques y cañones que los ingleses despliegan en Malvinas como por la mortífera y desconcertante onomástica con que nos apuntan los [I]kelpers[/I]. Pero no vamos a ceder, estamos dispuestos a escalar el conflicto. Y que mejor manera que devolverles el fuego y pagarles con la misma moneda. Vamos a colocarle un nombre ofensivo a alguna pequeña población patagónica. Vamos a buscar una aldea de pescadores o un pequeño puesto ovejero y lo bautizaremos con un patronímico abominable para los [I]kelpers[/I]. Se me ocurren varios términos de grueso calibre para usar contra ellos. Aunque hay uno que sin duda es el mejor, el más vergonzoso y terrible. "Puerto Thatcher", así vamos a llamar a nuestra venganza. Le vamos a poner el nombre de aquella mujer que en 1982 le dijo al mundo que Inglaterra no toleraría que Argentina les diera de comer carne a unos tipos a los que se había convencido que sólo merecían comer algas. [/QUOTE]
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Verificación
Guerra desarrollada entre Argentina y el Reino Unido en 1982
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Malvinas 1982
Puerto Thatcher??????????????
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