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<blockquote data-quote="MIGUEL" data-source="post: 275594" data-attributes="member: 1054"><p>Relato de un ex Infante de Marina que tuvo su Tour of Duty por Vietnam en 1967. No es Brunner (no creo que luego se haya unido a los Black Panther.)</p><p></p><p></p><p>Si te gustaban las habichuelas. habías caido en el lugar propicio. Pero si pretendías comer cosas sabrosas, las raciones C no eran para ti.</p><p>Todos odiábamos las raciones C, y nadie quería comerlas a menos que no tuviera otro remedio. Vi a muchachos tan agotados que podría pensarse que estarían dispuestos a comer cualquier cosa y que estaban ansiosos de poder hacerlo. Pero luego les veía masticar sin ganas sus raciones C y comprendí que las comían sólo porque necesitaban algo de energía para seguir marchando por la jungla tras los pasos de Charlie.</p><p>Nadie las comía a menos que se encontrara en acción en la jungla, aunque he sabido que los muchachos de una unidad de nuestra Fuerza Aérea tenían que comer una vez a la semana las raciones C Ignoro si esto serviría para inculcar a los pilotos y a los restantes hombres de la unidad una mayor consideración hacia las tropas de tierra.</p><p>Las raciones C llegaban en cajas. En la mayoría de las secciones cada hombre tenía derecho por rotación a realizar una primera, una segunda y luego una tercera elección, de forma que todos tuvieran las mismas posibilidades de poner las manos en "platos" de su agrado. </p><p> </p><p></p><p>Una vez hecha la distribución comenzaban los alborotos: los hombres Intercambiaban jamón y huevos por atún, salchichas y habichuelas por estofado.</p><p></p><p>Judías e hijas de ****</p><p>Yo era de los afortunados. Me gustaban las judías con jamón. Los demás las aborrecían y solían llamarlas judías e hijas de ****.</p><p></p><p>Era necesario desenvolver los preparados y distribuir los diversos paquetes por la mochila y los bolsillos. En cada preparado había un paquete de galletas que, en general, se comía como desayuno con algo para untar: manteca de cacahuetes, mermelada o queso graso. Los dulces y el chocolate circulaban en abundancia, pues proporcionan energía de forma inmediata. En una lata también había pan y un budin. A veces se encontraba además un bote de fruta en conserva. </p><p></p><p>En el paquete había, entre otras cosas, una caja de cerillas, un abrelatas, una cuchara de plástico, una servilleta de papel y un sobrecito de café liofilizado o de cacao. El café se disolvía en una marmita usada como taza y el cacao se mezclaba con la mantequilla de cacahuetes para obtener una especie de dulce. Después, algunos le añadían marihuana. Al comienzo de la guerra no había problemas de drogas durante las patrullas. A todo aquel que no funcionase bien, que podía ser m s un peligro para los demás que una ayuda, se le despachaba en la jungla. Se ha hablado mucho del fragging de oficiales, pero también liquidaban soldados rasos.</p><p></p><p></p><p> Otra lata servía como hornillo. Se suponía que en cada preparado había una pastilla de combustible sólido para calentar la comida, pero normalmente siempre faltaba. En su lugar usábamos un trozo de explosivo plástico C-4. No era peligroso, pues no explosionaba, pero debías mantenerte a resguardo del viento porque una bocanada del humo que soltaba podía fundirte la mitad del cerebro.</p><p>En el tórrido clima de Vietnam se necesitaba mucha agua. Algunos la mezclaban con un poco de algo para encubrir el sabor de las tabletas purificadoras. El paso siguiente era la disentería. También el zumo de uva, muy apreciado, provocaba la disentería. Una vez atrapado por la enfermedad, la única posibilidad consistía en intercambiar toda la ración C por mantequilla de cacahuetes y galletas, que se asentaban en el estomago como cemento rápido. </p><p></p><p>Los soldados preferían las raciones reservadas a las LURP, las patrullas de exploración lejana. Consistían en pastas ligeras precocidas y liofilizadas, preparadas en bolsitas de plástico en lugar de latas. La idea procedía de alguien de Okinawa. Los soldados que salían en misiones de patrulla lejana no podían llevar a cuestas los pesados botes de las raciones C. Aquel tipo de Okinawa observó que los orientales llevaban consigo una mayor cantidad de víveres porque consumían una comida seca y ligera. En ese punto, el viejo pragmatismo norteamericano se apoderó de la idea y algún técnico, empleado quizás en el programa espacial, resolvió el problema. Había seis platos en total: verdaderamente sabrosos, sobre todo la carne de vaca. También la fruta era liofilizada. Todo lo que se necesitaba era añadir agua caliente o fría, y la comida estaba lista para el almuerzo.</p><p></p><p>Bistec de búfalo</p><p>El problema que nadie se planteo era que en Vietnam escaseaba el agua potable. Esto suponía que, si bien se ahorraba peso con las raciones de los LURP, era preciso llevar a la espalda tres o cuatro litros de agua de más para preparar esa comida liofilizada. A veces los soldados mataban un búfalo de agua para comer un bistec. </p><p>Todas las unidades intercambiaban comida. Nuestra sección trataba con frecuencia con los australianos, hasta que a esos pobres también les enviaron raciones C. </p><p> </p><p></p><p>Sin embargo, nadie trataba con los surcoreanos y, aunque con frecuencia se vendían las raciones C en el mercado negro a los vietnamitas, nadie, -pero es que nadie- quería comida vietnamita. Lo que era bueno para los "gooks" no lo era para los muchachos del Tío Sam.</p><p></p><p>Algunos LURP, unos tipos realmente duros, comían incluso la salsa vietnamita de pescado agrio llamada nuoc mam. En cada aldea vietnamita había siempre un puchero grande de ella. Su hedor era tan fuerte que se podía oler a kilómetros de distancia. Podías saber si Charlie andaba por allí cerca sólo por su aliento, igual que ellos podían descubrirnos por el olor de nuestro jabón y de la loción para el afeitado. Los perros se volvían locos cuando olían aquella basura. Simplemente daba náuseas. Sin embargo, una vez acostumbrado, uno podía comer cualquier cosa si la cubría con nuoc mam.</p><p></p><p>El soldado James McLaine prestó servicio en Vietnam en 1967 con la Infantería de Marina y tuvo ocasión de probar las diversas raciones de combate. Después de la guerra se unió a las Panteras Negras. </p><p></p><p></p><p></p><p></p><p>--------------------------------------------------------------------------------</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="MIGUEL, post: 275594, member: 1054"] Relato de un ex Infante de Marina que tuvo su Tour of Duty por Vietnam en 1967. No es Brunner (no creo que luego se haya unido a los Black Panther.) Si te gustaban las habichuelas. habías caido en el lugar propicio. Pero si pretendías comer cosas sabrosas, las raciones C no eran para ti. Todos odiábamos las raciones C, y nadie quería comerlas a menos que no tuviera otro remedio. Vi a muchachos tan agotados que podría pensarse que estarían dispuestos a comer cualquier cosa y que estaban ansiosos de poder hacerlo. Pero luego les veía masticar sin ganas sus raciones C y comprendí que las comían sólo porque necesitaban algo de energía para seguir marchando por la jungla tras los pasos de Charlie. Nadie las comía a menos que se encontrara en acción en la jungla, aunque he sabido que los muchachos de una unidad de nuestra Fuerza Aérea tenían que comer una vez a la semana las raciones C Ignoro si esto serviría para inculcar a los pilotos y a los restantes hombres de la unidad una mayor consideración hacia las tropas de tierra. Las raciones C llegaban en cajas. En la mayoría de las secciones cada hombre tenía derecho por rotación a realizar una primera, una segunda y luego una tercera elección, de forma que todos tuvieran las mismas posibilidades de poner las manos en "platos" de su agrado. Una vez hecha la distribución comenzaban los alborotos: los hombres Intercambiaban jamón y huevos por atún, salchichas y habichuelas por estofado. Judías e hijas de **** Yo era de los afortunados. Me gustaban las judías con jamón. Los demás las aborrecían y solían llamarlas judías e hijas de ****. Era necesario desenvolver los preparados y distribuir los diversos paquetes por la mochila y los bolsillos. En cada preparado había un paquete de galletas que, en general, se comía como desayuno con algo para untar: manteca de cacahuetes, mermelada o queso graso. Los dulces y el chocolate circulaban en abundancia, pues proporcionan energía de forma inmediata. En una lata también había pan y un budin. A veces se encontraba además un bote de fruta en conserva. En el paquete había, entre otras cosas, una caja de cerillas, un abrelatas, una cuchara de plástico, una servilleta de papel y un sobrecito de café liofilizado o de cacao. El café se disolvía en una marmita usada como taza y el cacao se mezclaba con la mantequilla de cacahuetes para obtener una especie de dulce. Después, algunos le añadían marihuana. Al comienzo de la guerra no había problemas de drogas durante las patrullas. A todo aquel que no funcionase bien, que podía ser m s un peligro para los demás que una ayuda, se le despachaba en la jungla. Se ha hablado mucho del fragging de oficiales, pero también liquidaban soldados rasos. Otra lata servía como hornillo. Se suponía que en cada preparado había una pastilla de combustible sólido para calentar la comida, pero normalmente siempre faltaba. En su lugar usábamos un trozo de explosivo plástico C-4. No era peligroso, pues no explosionaba, pero debías mantenerte a resguardo del viento porque una bocanada del humo que soltaba podía fundirte la mitad del cerebro. En el tórrido clima de Vietnam se necesitaba mucha agua. Algunos la mezclaban con un poco de algo para encubrir el sabor de las tabletas purificadoras. El paso siguiente era la disentería. También el zumo de uva, muy apreciado, provocaba la disentería. Una vez atrapado por la enfermedad, la única posibilidad consistía en intercambiar toda la ración C por mantequilla de cacahuetes y galletas, que se asentaban en el estomago como cemento rápido. Los soldados preferían las raciones reservadas a las LURP, las patrullas de exploración lejana. Consistían en pastas ligeras precocidas y liofilizadas, preparadas en bolsitas de plástico en lugar de latas. La idea procedía de alguien de Okinawa. Los soldados que salían en misiones de patrulla lejana no podían llevar a cuestas los pesados botes de las raciones C. Aquel tipo de Okinawa observó que los orientales llevaban consigo una mayor cantidad de víveres porque consumían una comida seca y ligera. En ese punto, el viejo pragmatismo norteamericano se apoderó de la idea y algún técnico, empleado quizás en el programa espacial, resolvió el problema. Había seis platos en total: verdaderamente sabrosos, sobre todo la carne de vaca. También la fruta era liofilizada. Todo lo que se necesitaba era añadir agua caliente o fría, y la comida estaba lista para el almuerzo. Bistec de búfalo El problema que nadie se planteo era que en Vietnam escaseaba el agua potable. Esto suponía que, si bien se ahorraba peso con las raciones de los LURP, era preciso llevar a la espalda tres o cuatro litros de agua de más para preparar esa comida liofilizada. A veces los soldados mataban un búfalo de agua para comer un bistec. Todas las unidades intercambiaban comida. Nuestra sección trataba con frecuencia con los australianos, hasta que a esos pobres también les enviaron raciones C. Sin embargo, nadie trataba con los surcoreanos y, aunque con frecuencia se vendían las raciones C en el mercado negro a los vietnamitas, nadie, -pero es que nadie- quería comida vietnamita. Lo que era bueno para los "gooks" no lo era para los muchachos del Tío Sam. Algunos LURP, unos tipos realmente duros, comían incluso la salsa vietnamita de pescado agrio llamada nuoc mam. En cada aldea vietnamita había siempre un puchero grande de ella. Su hedor era tan fuerte que se podía oler a kilómetros de distancia. Podías saber si Charlie andaba por allí cerca sólo por su aliento, igual que ellos podían descubrirnos por el olor de nuestro jabón y de la loción para el afeitado. Los perros se volvían locos cuando olían aquella basura. Simplemente daba náuseas. Sin embargo, una vez acostumbrado, uno podía comer cualquier cosa si la cubría con nuoc mam. El soldado James McLaine prestó servicio en Vietnam en 1967 con la Infantería de Marina y tuvo ocasión de probar las diversas raciones de combate. Después de la guerra se unió a las Panteras Negras. -------------------------------------------------------------------------------- [/QUOTE]
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