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<blockquote data-quote="Rolando Lero" data-source="post: 1210195" data-attributes="member: 15908"><p>12/07/2012 - 11h46 | Breno Altman | São Paulo </p><p></p><p><strong>Deposição de Fernando Lugo fue golpe contra lo Brasil</strong></p><p></p><p>Oscilando entre momentos de choque y presión en los bastidores, actitud de los EUA en la crisis paraguaya coloca Brasilia en jaque</p><p></p><p>Casi un mes después del desfecho sumario que provocó la derrocada del presidente constitucional de Paraguay, ya es posible analizar con más acuidade los intereses geopolíticos envueltos.</p><p></p><p>No es una novedad que las iniciativas de integración suramericana, profundizadas después de la posesión de gobiernos progresistas en ese rincón, establecen desafío para la estrategia de Casa Branca, cuyas raíces remontan a la vieja Doctrina Monroe. Desde que el quinto presidente de Estados Unidos proclamó su enunciado, en 1823, "a América para los americanos" volcó el zênite de la política continental de Washington.</p><p></p><p>En la volcada del siglo, el centro de esa estrategia era la constitución de la ALCA - el área de Libre Comercio de Américas, que selaria la hegemonia sobre naciones que considera su reserva natural de influencia. Las victorias electorales de izquierda, especialmente de Hugo Chávez y Lula, colocaron por tierra el plan expansionista.</p><p></p><p>Los formuladores del Departamento de Estado llevaron algún tiempo para reaccionar. Sustituyeron el abordaje de bloque por la bilateralidade. A través de tratados de libre-comercio y acuerdos militares, entendieron que el mejor camino para defender sus posiciones sería dificultar que la región encontrara fórmulas de unidad fuera de su control.</p><p></p><p>Con ese objetivo, además de los vínculos con gobiernos conservadores (el caso de Colombia es el más ejemplar), los EUA trataron de intensificar su actuación para aislar los procesos más consolidados de cambio político (especialmente Venezuela de Chávez) e interferir contra nuevos avances de la izquierda. Las fichas reveladas por el Wikileaks están fartas de informaciones a respeto.</p><p></p><p>La actitud en relación a Brasil, sin embargo, viña mostrándose inestable. Con momentos de choque, como en el caso iraní, y otros de presión en los bastidores, buscando enflaquecer las posiciones brasileñas en el escenario internacional sin afrontá-las. En la mayor parte del tiempo, pero, Casa Branca prefirió defender sus intereses atrás del escenario.</p><p></p><p>Base militar</p><p></p><p>La derrumbada de Lugo, sin embargo, abre nuevo capítulo. Inmediatamente reconocido por Washington, el gobierno de Federico Franco facilita enclave norteamericano en el área del Mercosur, incluyendo la renudación del proyecto de la base militar de Mariscal Estigarriba. Pocos días después de la caída del presidente, una delegación del Pentágono ya se encontraba en Asunción, conforme reveló el insuspeito diputado Lopes Chávez, presidente de la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados y aliado del general Lino Oviedo, uno de los mentores del golpe.</p><p></p><p>Además de pretensiones prácticas, los EUA, al favorezcan una volcada de mesa en la vecindad brasileña, posiblemente imaginaron colocar en jaque la capacidad del principal país de la región en reaccionar la situaciones de conflicto. No es secreto, finalmente, que el bloque suramericano depende de la fuerza política, económica y militar de Brasil.</p><p></p><p>Pero el desenlace, por ora, fustiga los deseos de la superpotencia. A pesar de la influencia de grupos pro-Monroe, y por eso aún criticado por la hesitação ante el golpe, el Itamaraty siguió las determinaciones de la presidente Dilma y Casa Branca tomó lo intercambio, con la suspensión de Paraguay y la integración de Venezuela al Mercosur.</p><p></p><p>Luego los aliados de Washington, de las más distinguidas nacionalidades, comenzaron la espernear, intentando revertir o desgastar la respuesta liderada pelo Brasil. A comenzar por el secretario-general de la OEA (Organización de los Estados Americanos), entidad notoriamente subordinada a los designios norteamericanos. Una reacción que resalta lo en cuanto a disputa ultrapasa el escenario de un pequeño país.</p><p></p><p>Está en juego el propio proyecto de integración suramericana. Los adversarios de ese proceso arriesgaron un ataque frontal al liderazgo brasileño, en plena Río+20, en la expectativa de derrumbar una pieza del dominó y ver todas las demás caigan en la secuencia. Hasta ahora, encontraron resistencia a la altura.</p><p></p><p>*Breno Altman es periodista y director editorial del Opera Mundi</p><p></p><p><a href="http://operamundi.uol.com.br/conteudo/o">http://operamundi.uol.com.br/conteudo/o</a> ... asil.shtml</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Rolando Lero, post: 1210195, member: 15908"] 12/07/2012 - 11h46 | Breno Altman | São Paulo [B]Deposição de Fernando Lugo fue golpe contra lo Brasil[/B] [B][/B] Oscilando entre momentos de choque y presión en los bastidores, actitud de los EUA en la crisis paraguaya coloca Brasilia en jaque Casi un mes después del desfecho sumario que provocó la derrocada del presidente constitucional de Paraguay, ya es posible analizar con más acuidade los intereses geopolíticos envueltos. No es una novedad que las iniciativas de integración suramericana, profundizadas después de la posesión de gobiernos progresistas en ese rincón, establecen desafío para la estrategia de Casa Branca, cuyas raíces remontan a la vieja Doctrina Monroe. Desde que el quinto presidente de Estados Unidos proclamó su enunciado, en 1823, "a América para los americanos" volcó el zênite de la política continental de Washington. En la volcada del siglo, el centro de esa estrategia era la constitución de la ALCA - el área de Libre Comercio de Américas, que selaria la hegemonia sobre naciones que considera su reserva natural de influencia. Las victorias electorales de izquierda, especialmente de Hugo Chávez y Lula, colocaron por tierra el plan expansionista. Los formuladores del Departamento de Estado llevaron algún tiempo para reaccionar. Sustituyeron el abordaje de bloque por la bilateralidade. A través de tratados de libre-comercio y acuerdos militares, entendieron que el mejor camino para defender sus posiciones sería dificultar que la región encontrara fórmulas de unidad fuera de su control. Con ese objetivo, además de los vínculos con gobiernos conservadores (el caso de Colombia es el más ejemplar), los EUA trataron de intensificar su actuación para aislar los procesos más consolidados de cambio político (especialmente Venezuela de Chávez) e interferir contra nuevos avances de la izquierda. Las fichas reveladas por el Wikileaks están fartas de informaciones a respeto. La actitud en relación a Brasil, sin embargo, viña mostrándose inestable. Con momentos de choque, como en el caso iraní, y otros de presión en los bastidores, buscando enflaquecer las posiciones brasileñas en el escenario internacional sin afrontá-las. En la mayor parte del tiempo, pero, Casa Branca prefirió defender sus intereses atrás del escenario. Base militar La derrumbada de Lugo, sin embargo, abre nuevo capítulo. Inmediatamente reconocido por Washington, el gobierno de Federico Franco facilita enclave norteamericano en el área del Mercosur, incluyendo la renudación del proyecto de la base militar de Mariscal Estigarriba. Pocos días después de la caída del presidente, una delegación del Pentágono ya se encontraba en Asunción, conforme reveló el insuspeito diputado Lopes Chávez, presidente de la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados y aliado del general Lino Oviedo, uno de los mentores del golpe. Además de pretensiones prácticas, los EUA, al favorezcan una volcada de mesa en la vecindad brasileña, posiblemente imaginaron colocar en jaque la capacidad del principal país de la región en reaccionar la situaciones de conflicto. No es secreto, finalmente, que el bloque suramericano depende de la fuerza política, económica y militar de Brasil. Pero el desenlace, por ora, fustiga los deseos de la superpotencia. A pesar de la influencia de grupos pro-Monroe, y por eso aún criticado por la hesitação ante el golpe, el Itamaraty siguió las determinaciones de la presidente Dilma y Casa Branca tomó lo intercambio, con la suspensión de Paraguay y la integración de Venezuela al Mercosur. Luego los aliados de Washington, de las más distinguidas nacionalidades, comenzaron la espernear, intentando revertir o desgastar la respuesta liderada pelo Brasil. A comenzar por el secretario-general de la OEA (Organización de los Estados Americanos), entidad notoriamente subordinada a los designios norteamericanos. Una reacción que resalta lo en cuanto a disputa ultrapasa el escenario de un pequeño país. Está en juego el propio proyecto de integración suramericana. Los adversarios de ese proceso arriesgaron un ataque frontal al liderazgo brasileño, en plena Río+20, en la expectativa de derrumbar una pieza del dominó y ver todas las demás caigan en la secuencia. Hasta ahora, encontraron resistencia a la altura. *Breno Altman es periodista y director editorial del Opera Mundi [url]http://operamundi.uol.com.br/conteudo/o[/url] ... asil.shtml [/QUOTE]
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