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Mensaje: <blockquote data-quote="Barbanegra" data-source="post: 1661502" data-attributes="member: 10064"><img src="http://estaticos.elmundo.es/assets/multimedia/imagenes/2014/10/17/14135047145712.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /> Disturbios en Jerusalén Este y batalla diplomática en la ONUDisturbios en varias zonas de Jerusalén, enfrentamientos cerca de Ramala y una apasionante batalla diplomática en la ONU caracterizan los últimos dias de un conflicto sin solución en el horizonte. La muerte del niño palestino Baha Badr (13 años)- por disparos del ejército israelí en unos enfrentamientos cerca de Ramalá- eleva la tensión ya de por si alta tras varias semanas de disturbios en Jerusalén Este.Ante el aumento del lanzamiento de piedras y cóctels molotov de jóvenes palestinos contra ciudadanos y policías israelíes de esta ciudad y los cada vez más frecuentes choques en la Explanada de las Mezquitas, la Policía de Jerusalén ha reforzado sus efectivos de cara a los rezos musulmanes de este viernes.Según testimonios y fuentes médicas de Ramalá, Badr murió por el disparo de un soldado israelí que pertenecía a la fuerza que penetró en la aldea cisjordana de Beit Liqya para detener a jóvenes que habían lanzado piedras y cóctels molotov. El menor, herido en el pecho, fue trasladado a un hospital de Ramala donde murió al cabo de unos minutos.Según los portavoces del Ejército israelí, respondieron con fuego real a un ataque con cóctels molotov lanzados a una distancia de 20 metros por un grupo de jóvenes. "Los soldados sintieron que sus vidas corrían peligro y actuaron en defensa propia", dicen en el Tsáhal que ha abierto una investigación sobre la muerte en Beit Liqya.Al mismo tiempo, adolescentes palestinos lanzaron anoche cuatro coctel molotov contra un edificio del barrio de Nof Zion, cerca del barrio árabe Jabal Mukaber mientras unos choques en Ras El Amud acabó con un policía herido y varias detenciones.Los choques en Jerusalén -cada vez más frecuentes pero aún lejos de conformar la base que dé paso a la Tercera Intifada- vienen tras un violento verano (el secuestro y asesinato de tres adolescentes judíos, las redadas posteriores, el asesinato vengativo de un joven palestino de Shuafat y la guerra de 50 días entre Israel y el grupo islamista Hamas).Los disturbios son alimentados también por la tensión religiosa y política en torno a la Explanada de las Mezquitas. Para el Islam, el tercer lugar más sagrado del mundo. Para el judaísmo, parte del llamado "Monte del Templo" que colinda con el último vestigio del Segundo Templo (Muro de las Lamentaciones). Mientras Israel acusa a los palestinos de iniciar los disturbios con el lanzamiento de piedras y cóctels molotov contra creyentes judíos, turistas y policías, los palestinos denuncian las "provocaciones" del Gobierno israelí por permitir la entrada en el recinto religioso de lo que llaman "judíos extremistas"."La Policía no hace lo suficiente para frenar los actos vandálicos palestinos contra nuestros ciudadanos y bienes como el tranvia de Jerusalén", critica el alcalde Nir Barkat en una dura carta de protesta contra el ministro de Seguridad Interna, Yitzhak Aharonovich, ante lo que algunos periodistas locales definen como "Intifada de los niños".La Autoridad Nacional Palestina (ANP) y la OLP denuncian la colonización en Jerusalén Este y responsabilizan a Israel de los enfrentamientos en la Explanada de las Mezquitas. El presidente palestino, Abu Mazen, exige la creación de un Estado independiente en las fronteras del 67 y con capital en Jerusalén Este. Esta zona, bajo dominio jordano, fue ocupada por Israel en la guerra del 67.Batalla diplomática en la ONUPero no sólo hay enfrentamientos en las calles. Israelíes y palestinos mantienen un choque en la arena diplomática elevado con los últimos discursos de sus líderes en la ONU y la intención de Abu Mazen de pedir al Consejo de Seguridad una resolución que determine el plazo para acabar con la ocupación y permitir la creación de su Estado. Las dos partes buscan apoyos en el órgano de decisión del organismo internacional.EEUU, que no desea emplear el derecho de veto, intenta convencer a Abu Mazen para que aplace su iniciativa en la ONU hasta enero del 2015 (así lo ha revelado el líder palestino)y regrese a las negociaciones de paz con Israel.Las abismales diferencias entre Abu Mazen y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, sin embargo, no dan muchas opciones a los renovados esfuerzos del jefe de la diplomacia norteamericana, el incansable John Kerry.No lo tendrá fácil para rescatar las negociaciones estancadas desde abril ya que incluso su propio jefe, Barak Obama, no cree que Abu Mazen y Netanyahu quieran o puedan hacer las concesiones necesarias para pactar un histórico acuerdo.La ausencia de diálogo directo para llegar un acuerdo, el convencimiento general de que las posturas son irreconciliables, las acusaciones mutuas, la frustración, los disturbios y la siempre sensible y conflictiva situación en Jerusalén componen una combinación peligrosa.<a href="http://www.elmundo.es/internacional/2014/10/17/54405f90e2704e83588b456f.html">http://www.elmundo.es/internacional/2014/10/17/54405f90e2704e83588b456f.html</a></blockquote>

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