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Mensaje: <blockquote data-quote="Leutnant" data-source="post: 665072" data-attributes="member: 45">Ofensiva israelí provocó 64 muertes en Beit HanunEl Estado judío dijo que aceptará un gobierno palestino que renuncie a la violencia. Juan Miguel Muñoz El País, de Madrid Jerusalén. Mientras Hamas y Al Fatah tratan de pactar un gobierno de unidad palestino dirigido por un tecnócrata ajeno a los militantes islámicos, el Ejecutivo israelí se encargó ayer de darle un golpe de muerte a esa negociación. Si la pretensión de los partidos palestinos era sortear el embargo económico que postró a Gaza y Cisjordania en la miseria, la ministra de Exteriores israelí, Tzipi Livni, le echó un balde de agua fría al alentar a Estados Unidos y a la Unión Europea (UE) a seguir con las sanciones económicas, salvo en el supuesto muy improbable de que el nuevo gabinete palestino reconozca de manera formal al Estado de Israel. El gobierno del primer ministro israelí, Ehud Olmert, no va a disminuir la presión si el nuevo ejecutivo palestino no se pliega a las exigencias de los impulsores del bloqueo: reconocimiento formal del Estado judío, renuncia a la violencia y aceptación de los acuerdos suscritos por la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Y no es probable que el eventual gabinete –designado en buena medida por Hamas, aunque sus líderes quedaran excluidos– se amolde a esos requisitos. Lo preciso y lo difuso. Livni no se anduvo con vueltas: "No importa cuáles sean sus nombres. Lo que importa son los principios que guíen al gobierno palestino y que cumplan las tres condiciones". Sin el reconocimiento explícito de Israel por parte de Hamas, no hay compromiso que valga entre los partidos palestinos. Es la retórica habitual desde Tel Aviv. Las garantías que pueda ofrecer el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, sobre el levantamiento del embargo era uno de los temas cruciales de su negociación con el primer ministro de Hamas, Ismail Haniye. Nada apunta a que el mandatario pueda conseguir la reanudación de las ayudas financieras que necesita para, entre otras cosas, pagar los sueldos de los empleados públicos. De ahí que un pacto entre las facciones palestinas no contribuiría, al menos a corto plazo, a aliviar las penurias de los casi cuatro millones que pueblan los territorios ocupados. Entre otras cosas porque el acuerdo se basa en un juego de palabras que permite a ambos partidos interpretaciones a su gusto sobre la resistencia armada o el reconocimiento de Israel. "Si queremos un gobierno que satisfaga las imposiciones de Israel y Estados Unidos, las diferencias entre Hamas y Al Fatah aflorarán", afirmó el profesor de Ciencias Políticas, Sattar Kassem. Según este docente universitario árabe, el interés del gobierno y el ejército israelíes se centra en fomentar la discordia entre Hamas y Al Fatah. Desde hace semanas, militares estadounidenses financian y entrenan a la guardia presidencial palestina ante un probable enfrentamiento armado con Hamas. Tel Aviv también estudia permitir el traslado a Gaza de una brigada de la OLP con base en Jordania con el fin de detener el lanzamiento de cohetes Qassam desde la Franja, lo que desataría choques con los fundamentalistas. Las muertes continúan. Mientras el maratón negociador entre los dirigentes palestinos continuaba, las tropas israelíes abandonaban Beit Hanun, en el norte de la Franja de Gaza, dejando la ciudad, de unos 40 mil habitantes, arrasada: cientos de viviendas destruidas, las infraestructuras seriamente dañadas, docenas de hombres capturados y al menos 64 muertos, dos decenas de ellos, civiles. Pero esa retirada no significa que paren las muertes. Ayer murieron ocho milicianos y una mujer.</blockquote>

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