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Relaciones: Israel - Palestina
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<blockquote data-quote="Rumplestilskin" data-source="post: 666644" data-attributes="member: 229"><p>Seguro. Es tan posible como que el comunismo funcione..........y ya ves cuantos comunistas hay todavía. </p><p></p><p>O tan posible como que el 5929 del celular te diga si sos bueno en el amor o no..........y ya ves cuantas publicidades pagan (con la plata de los giles que llaman). </p><p></p><p></p><p></p><p>No, Israel usa los cohetes lanzados sobre sus ciudades como argumentos para atacarlos. Eso acá y en China es <em>casus belli. </em></p><p></p><p></p><p></p><p>Sí. </p><p></p><p>¿Por qué? Porque si no te acaban ellos a tí. </p><p></p><p>Y volvemos una vez más a lo mismo. </p><p></p><p><strong>No apliquen sus ideas al Medio oriente. </strong></p><p></p><p>Licastro, hace 60 años, el Japón veía como sus ciudades eran reducidas a cenizas, una tras otra, sin poder defenderse. Para detener eso bastaba firmar un papel.........y no lo hacían. ¿Por qué? </p><p></p><p><strong>Porque no lo entienden </strong></p><p></p><p>Hay culturas que no entienden las cosas igual que nosotros. </p><p></p><p></p><p>Lee esto:</p><p></p><p><a href="http://www.militar.org.ua/foro/los-judios-son-cobardes-un-enfoque-sicologico-del-conflicto-t14734.html">http://www.militar.org.ua/foro/los-judios-son-cobardes-un-enfoque-sicologico-del-conflicto-t14734.html</a></p><p></p><p>El forista Iblis es musulmán, e intenta explicar como ven ellos el conflicto. Para ellos, que Israel no los extermine como a cucarachas con napal es muestra de debilidad israelí y de la posibilidad final de ganar. La cosmovisión árabe (como la japonesa) no concibe la idea de que el fuerte pueda ceder. Si cede, es porque no es fuerte, y entonces puede ser derrotado. </p><p></p><p>Ahora lee esto:</p><p><em></em></p><p><em><strong>La opción de "la bomba": El único homenaje posible a las víctimas del terrorismo</strong></em></p><p><em></em></p><p><em>Por Carlos Escudé</em></p><p><em></em></p><p><em> Que el uso del arma más poderosa de su arsenal sea un tabú impensable cuyo mero análisis se percibe como abominable es una anomalía histórica. Nunca antes en la historia mundial sucedió semejante cosa, y las nuevas de días recientes, que nos anotician de que Estados Unidos ha desarrollado planes de contingencia nucleares contra potencias no nucleares (como Corea del Norte, Irak, Siria, Libia e Irán) demuestra que no durará para siempre.</em></p><p><em></em></p><p><em> El tabú de la bomba (atómica) tiene su origen en la doctrina de la Guerra Fría de una Mutually Assured Destruction; destrucción mutuamente asegurada cuyas siglas en inglés, MAD, significan “demente”. La lógica era que la bomba era necesaria para la disuasión, pero que jamás debía ser usada porque usarla contra un enemigo que la poseyera significaba la destrucción mutua, y emplearla contra un enemigo que no la poseyese contribuiría a crear una “cultura” del uso de la bomba que eventualmente llevaría a lanzarla contra un enemigo que sí la tuviera. Resultado final, el holocausto nuclear.</em></p><p><em></em></p><p><em> Pero con la emergencia del fundamentalismo islámico (el único que recurre sistemáticamente a ataques suicidas en estos tiempos) esta lógica está caduca. No puede haber equilibrio del terror frente a un enemigo que está dispuesto al suicidio, incluso a costa de la muerte de miles de inocentes como ocurrió el 11 de septiembre. Si ese enemigo tuviera la bomba la tiraría sin contemplar las consecuencias, e incluso haría el vil cálculo de que como Occidente no quiere suicidarse, hesitaría en desatar una retaliación en consonancia con el ataque.</em></p><p><em></em></p><p><em> Frente a esta certeza, certificada por criminales conductas suicidas reiteradas cientos de veces incluso en Buenos Aires en 1992 y en 1994, es indispensable que Occidente despierte frente al terrible hecho de que el imperativo categórico de la supervivencia manda estar dispuesto a apelar a su arma más poderosa aún en la ausencia de un ataque nuclear, porque frente a este enemigo la mesura es un desperdicio que eventualmente nos destruirá.</em></p><p><em></em></p><p><em> Estos no son tiempos para Chamberlain. Son tiempos para Churchill. El apaciguamiento nutre al enemigo. Incluso la escalada mesurada intentada por Ariel Sharon en Israel, quien didácticamente intenta demostrarle a los palestinos que la violencia no les conviene porque por cada israelí caerán diez palestinos, es insuficiente y autodestructiva frente a la lógica del suicida, a quien Alá ha prometido un paraíso material en el Más Allá que incluye decenas de vírgenes.</em></p><p><em></em></p><p><em> Por cierto, más allá de la sana decisión de George W. Bush de contemplar el uso de armas nucleares contra enemigos exportadores del terrorismo y de armas de destrucción masiva, la situación en el Medio Oriente escala de una manera incontrolable, lo que no es sino previsible dada la “fundamentalización” de los palestinos.</em></p><p><em></em></p><p><em> La causa palestina fue en un principio una reivindicación puramente territorial. Aunque nació con el error que los indujo en 1947 a rechazar la resolución de las Naciones Unidas sobre la partición, lo que los condenó a una serie interminable de derrotas innecesarias, esta causa era inicialmente negociable porque se encuadraba dentro de la lógica de la “racionalidad”, ya que los errores forman parte de la conducta racional.</em></p><p><em></em></p><p><em> Sin embargo, la primera guerra de Afganistán, librada en la década de 1980 con apoyo norteamericano para liberar a ese país de la ocupación soviética, convocó a muchos miles de palestinos, además de magnates y militantes del Golfo Pérsico, y guerreros argelinos, libios y sirios. Aquellos fueron seducidos por el panislamismo y el fundamentalismo. Cuando los palestinos regresaron a su tierra su semilla extremista prendió hasta el punto de lentamente cambiar el significado de la reivindicación para la mayor parte de su pueblo, que dejó de ser nacional y territorial para convertirse en panislámica y existencial.</em></p><p><em></em></p><p><em> A partir de ese momento, la negociación verdadera (en sí misma muy difícil pero teóricamente posible) se tornó teóricamente imposible. No se puede negociar con gentes que consideran que todo acuerdo de paz es un logro táctico para avanzar hacia el objetivo estratégico de destruir primero a Israel y después a Occidente. Y aunque hubiera todavía palestinos dispuestos de buena fe a negociar territorio (quizás incluso Yasser Arafat, ¿porqué no darle el beneficio de la duda?), estos ya no representan a la población palestina, cuya prensa y escuela predican el fundamentalismo para contaminar a las generaciones venideras de su pueblo de esa demencia suicida. En todo caso, los moderados son hoy idiotas útiles al servicio de los extremistas.</em></p><p><em></em></p><p><em> Gracias a los “moderados” que negociaban, de buena fe o no tanto, los fundamentalistas ganaron tiempo a la vez que torpedearon todo acuerdo en ciernes, para luego permitir a hombres y mujeres de buena fe instar nuevamente a la negociación, una y otra vez. Los moderados, si los hubo, fueron útiles a los propósitos de los extremistas, de la misma manera en que en el Golfo Pérsico las políticas pro-occidentales de la Casa de Saúd son útiles para el nido de terroristas que se cobijan en su territorio al amparo de esas políticas.</em></p><p><em></em></p><p><em> Es hora ya de terminar con esta ridícula farsa. La decisión del presidente norteamericano de extender la posibilidad del uso de la bomba atómica a potencias no nucleares exportadoras de terrorismo es un primer paso, acertado, en esa dirección. ¿Cómo puede contarse con el viejo equilibrio del terror frente a suicidas que no se aterrorizan sino que por el contrario están dispuestos a inmolarse para sembrar el terror? Lo que el extremismo islámico inventó es el equivalente de la bomba atómica y sólo puede ser derrotado por la bomba atómica. Y hay que golpear antes de que el enemigo la posea, preferiblemente en alianza con Rusia, como en las dos guerras mundiales.</em></p><p><em></em></p><p><em> La decisión de los Estados Unidos es también una buena señal para Israel, que ya sabe que la paz es imposible. Es porque entiende que la tragedia es inevitable que un pacifista como Shimon Peres está dispuesto a ser el canciller de un halcón como Sharon. El paso siguiente es comprender que no basta con matar a diez palestinos por cada israelí que caiga asesinado. Esto sólo consigue aumentar el número de terroristas fundamentalistas en todo el mundo islámico.</em></p><p><em></em></p><p><em> La única manera de torcer esta tendencia es acobardarlos de manera que ya casi ninguno ose levantar un dedo contra un israelí, y eso se conseguirá sólo cuando el coraje moral del Estado de Israel alcance para detonar una pequeña bomba de uno o dos kilotones sobre Gaza.</em></p><p><em></em></p><p><em> Sólo cuando los islámicos comprendan que el agua de todos los océanos no alcanzará para enjuagar las lágrimas producidas entre los suyos por la demencia fundamentalista, se reconquistará la posibilidad de negociación y paz. Estos son tiempos para un Churchill y para una pequeña Hiroshima, sin la cual la historia nos deparará un holocausto mucho mayor, que empequeñecerá aquella tragedia del Japón agresor de la Segunda Guerra.</em></p><p><em></em></p><p><em> Y aquí, en Buenos Aires, en las vísperas de su aniversario, estos son tiempos para rendir un homenaje a las víctimas del atentado de 1992, ya sin hipocresías pacifistas sino conscientes de que frente a este enemigo y en estas circunstancias la paz es imposible sin la guerra.</em></p><p></p><p></p><p>Eso no lo dice un pelagato, si no uno de los analistas políticos más capaces del país (se puede o no estar de acuerdo con sus posturas, pero su nivel académico es incuestionable). </p><p></p><p>¿Y sabes qué? <strong>Tiene razón. </strong></p><p></p><p>Gracias a Dios eso hasta hoy se ha podido evitar porque el islamismo no tiene poder militar suficiente como para amenazar a Occidente. <strong>Hay tiempo.</strong> Entonces, hay una carrera de caballos en el mundo islámico, una carrera que decide su futuro: <strong>la racionalidad VS su capacidad militar.</strong> </p><p></p><p>Si la racionalidad gana la carrera; todos viviremos felices y en paz. O, al menos, un conflicto o varios, pero limitados. </p><p></p><p>Pero si su capacidad militar gana. Si logran capacidad de generar daño importante antes que racionalidad......................</p><p></p><p>Occidente se defenderá. Y si es necesario, usará el arma máxima. Como ya lo hizo una vez. </p><p></p><p>Ruega porque el primer caballo gane la carrera. </p><p></p><p></p><p></p><p>Eso sí, criticar desde el pacifismo (pacifismo que mató a muchas más personas que Hitler) es fácil. Total, el morochito latinoamericano que no hubiese durado un día en la Alemania Nazi puede ****** cuanto quiera a EE.UU y cía por sus bombardeos.........él no hizo absolutamente nada por su propia salvación. Pero el malvado EE.U lo salvó.</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Rumplestilskin, post: 666644, member: 229"] Seguro. Es tan posible como que el comunismo funcione..........y ya ves cuantos comunistas hay todavía. O tan posible como que el 5929 del celular te diga si sos bueno en el amor o no..........y ya ves cuantas publicidades pagan (con la plata de los giles que llaman). No, Israel usa los cohetes lanzados sobre sus ciudades como argumentos para atacarlos. Eso acá y en China es [I]casus belli. [/I] Sí. ¿Por qué? Porque si no te acaban ellos a tí. Y volvemos una vez más a lo mismo. [B]No apliquen sus ideas al Medio oriente. [/B] Licastro, hace 60 años, el Japón veía como sus ciudades eran reducidas a cenizas, una tras otra, sin poder defenderse. Para detener eso bastaba firmar un papel.........y no lo hacían. ¿Por qué? [B]Porque no lo entienden [/B] Hay culturas que no entienden las cosas igual que nosotros. Lee esto: [url]http://www.militar.org.ua/foro/los-judios-son-cobardes-un-enfoque-sicologico-del-conflicto-t14734.html[/url] El forista Iblis es musulmán, e intenta explicar como ven ellos el conflicto. Para ellos, que Israel no los extermine como a cucarachas con napal es muestra de debilidad israelí y de la posibilidad final de ganar. La cosmovisión árabe (como la japonesa) no concibe la idea de que el fuerte pueda ceder. Si cede, es porque no es fuerte, y entonces puede ser derrotado. Ahora lee esto: [I] [B]La opción de "la bomba": El único homenaje posible a las víctimas del terrorismo[/B] Por Carlos Escudé Que el uso del arma más poderosa de su arsenal sea un tabú impensable cuyo mero análisis se percibe como abominable es una anomalía histórica. Nunca antes en la historia mundial sucedió semejante cosa, y las nuevas de días recientes, que nos anotician de que Estados Unidos ha desarrollado planes de contingencia nucleares contra potencias no nucleares (como Corea del Norte, Irak, Siria, Libia e Irán) demuestra que no durará para siempre. El tabú de la bomba (atómica) tiene su origen en la doctrina de la Guerra Fría de una Mutually Assured Destruction; destrucción mutuamente asegurada cuyas siglas en inglés, MAD, significan “demente”. La lógica era que la bomba era necesaria para la disuasión, pero que jamás debía ser usada porque usarla contra un enemigo que la poseyera significaba la destrucción mutua, y emplearla contra un enemigo que no la poseyese contribuiría a crear una “cultura” del uso de la bomba que eventualmente llevaría a lanzarla contra un enemigo que sí la tuviera. Resultado final, el holocausto nuclear. Pero con la emergencia del fundamentalismo islámico (el único que recurre sistemáticamente a ataques suicidas en estos tiempos) esta lógica está caduca. No puede haber equilibrio del terror frente a un enemigo que está dispuesto al suicidio, incluso a costa de la muerte de miles de inocentes como ocurrió el 11 de septiembre. Si ese enemigo tuviera la bomba la tiraría sin contemplar las consecuencias, e incluso haría el vil cálculo de que como Occidente no quiere suicidarse, hesitaría en desatar una retaliación en consonancia con el ataque. Frente a esta certeza, certificada por criminales conductas suicidas reiteradas cientos de veces incluso en Buenos Aires en 1992 y en 1994, es indispensable que Occidente despierte frente al terrible hecho de que el imperativo categórico de la supervivencia manda estar dispuesto a apelar a su arma más poderosa aún en la ausencia de un ataque nuclear, porque frente a este enemigo la mesura es un desperdicio que eventualmente nos destruirá. Estos no son tiempos para Chamberlain. Son tiempos para Churchill. El apaciguamiento nutre al enemigo. Incluso la escalada mesurada intentada por Ariel Sharon en Israel, quien didácticamente intenta demostrarle a los palestinos que la violencia no les conviene porque por cada israelí caerán diez palestinos, es insuficiente y autodestructiva frente a la lógica del suicida, a quien Alá ha prometido un paraíso material en el Más Allá que incluye decenas de vírgenes. Por cierto, más allá de la sana decisión de George W. Bush de contemplar el uso de armas nucleares contra enemigos exportadores del terrorismo y de armas de destrucción masiva, la situación en el Medio Oriente escala de una manera incontrolable, lo que no es sino previsible dada la “fundamentalización” de los palestinos. La causa palestina fue en un principio una reivindicación puramente territorial. Aunque nació con el error que los indujo en 1947 a rechazar la resolución de las Naciones Unidas sobre la partición, lo que los condenó a una serie interminable de derrotas innecesarias, esta causa era inicialmente negociable porque se encuadraba dentro de la lógica de la “racionalidad”, ya que los errores forman parte de la conducta racional. Sin embargo, la primera guerra de Afganistán, librada en la década de 1980 con apoyo norteamericano para liberar a ese país de la ocupación soviética, convocó a muchos miles de palestinos, además de magnates y militantes del Golfo Pérsico, y guerreros argelinos, libios y sirios. Aquellos fueron seducidos por el panislamismo y el fundamentalismo. Cuando los palestinos regresaron a su tierra su semilla extremista prendió hasta el punto de lentamente cambiar el significado de la reivindicación para la mayor parte de su pueblo, que dejó de ser nacional y territorial para convertirse en panislámica y existencial. A partir de ese momento, la negociación verdadera (en sí misma muy difícil pero teóricamente posible) se tornó teóricamente imposible. No se puede negociar con gentes que consideran que todo acuerdo de paz es un logro táctico para avanzar hacia el objetivo estratégico de destruir primero a Israel y después a Occidente. Y aunque hubiera todavía palestinos dispuestos de buena fe a negociar territorio (quizás incluso Yasser Arafat, ¿porqué no darle el beneficio de la duda?), estos ya no representan a la población palestina, cuya prensa y escuela predican el fundamentalismo para contaminar a las generaciones venideras de su pueblo de esa demencia suicida. En todo caso, los moderados son hoy idiotas útiles al servicio de los extremistas. Gracias a los “moderados” que negociaban, de buena fe o no tanto, los fundamentalistas ganaron tiempo a la vez que torpedearon todo acuerdo en ciernes, para luego permitir a hombres y mujeres de buena fe instar nuevamente a la negociación, una y otra vez. Los moderados, si los hubo, fueron útiles a los propósitos de los extremistas, de la misma manera en que en el Golfo Pérsico las políticas pro-occidentales de la Casa de Saúd son útiles para el nido de terroristas que se cobijan en su territorio al amparo de esas políticas. Es hora ya de terminar con esta ridícula farsa. La decisión del presidente norteamericano de extender la posibilidad del uso de la bomba atómica a potencias no nucleares exportadoras de terrorismo es un primer paso, acertado, en esa dirección. ¿Cómo puede contarse con el viejo equilibrio del terror frente a suicidas que no se aterrorizan sino que por el contrario están dispuestos a inmolarse para sembrar el terror? Lo que el extremismo islámico inventó es el equivalente de la bomba atómica y sólo puede ser derrotado por la bomba atómica. Y hay que golpear antes de que el enemigo la posea, preferiblemente en alianza con Rusia, como en las dos guerras mundiales. La decisión de los Estados Unidos es también una buena señal para Israel, que ya sabe que la paz es imposible. Es porque entiende que la tragedia es inevitable que un pacifista como Shimon Peres está dispuesto a ser el canciller de un halcón como Sharon. El paso siguiente es comprender que no basta con matar a diez palestinos por cada israelí que caiga asesinado. Esto sólo consigue aumentar el número de terroristas fundamentalistas en todo el mundo islámico. La única manera de torcer esta tendencia es acobardarlos de manera que ya casi ninguno ose levantar un dedo contra un israelí, y eso se conseguirá sólo cuando el coraje moral del Estado de Israel alcance para detonar una pequeña bomba de uno o dos kilotones sobre Gaza. Sólo cuando los islámicos comprendan que el agua de todos los océanos no alcanzará para enjuagar las lágrimas producidas entre los suyos por la demencia fundamentalista, se reconquistará la posibilidad de negociación y paz. Estos son tiempos para un Churchill y para una pequeña Hiroshima, sin la cual la historia nos deparará un holocausto mucho mayor, que empequeñecerá aquella tragedia del Japón agresor de la Segunda Guerra. Y aquí, en Buenos Aires, en las vísperas de su aniversario, estos son tiempos para rendir un homenaje a las víctimas del atentado de 1992, ya sin hipocresías pacifistas sino conscientes de que frente a este enemigo y en estas circunstancias la paz es imposible sin la guerra.[/I] Eso no lo dice un pelagato, si no uno de los analistas políticos más capaces del país (se puede o no estar de acuerdo con sus posturas, pero su nivel académico es incuestionable). ¿Y sabes qué? [B]Tiene razón. [/B] Gracias a Dios eso hasta hoy se ha podido evitar porque el islamismo no tiene poder militar suficiente como para amenazar a Occidente. [B]Hay tiempo.[/B] Entonces, hay una carrera de caballos en el mundo islámico, una carrera que decide su futuro: [B]la racionalidad VS su capacidad militar.[/B] Si la racionalidad gana la carrera; todos viviremos felices y en paz. O, al menos, un conflicto o varios, pero limitados. Pero si su capacidad militar gana. Si logran capacidad de generar daño importante antes que racionalidad...................... Occidente se defenderá. Y si es necesario, usará el arma máxima. Como ya lo hizo una vez. Ruega porque el primer caballo gane la carrera. Eso sí, criticar desde el pacifismo (pacifismo que mató a muchas más personas que Hitler) es fácil. Total, el morochito latinoamericano que no hubiese durado un día en la Alemania Nazi puede ****** cuanto quiera a EE.UU y cía por sus bombardeos.........él no hizo absolutamente nada por su propia salvación. Pero el malvado EE.U lo salvó. [/QUOTE]
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