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Relaciones Rusia - OTAN
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<blockquote data-quote="Barbanegra" data-source="post: 2288404" data-attributes="member: 10064"><p style="text-align: center"><img src="http://k.uecdn.es/html5/html5lib/v1.9.1-ue4/modules/KalturaSupport/thumbnail.php/p/108/uiconf_id/8704917/entry_id/0_yt7gsi5u/height/402?" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" /> </p> <p style="text-align: center"><u><span style="font-size: 22px"><strong>Los juegos de guerra de Putin asustan a Europa</strong></span></u></p><p>Europa central mira estos días hacia Rusia con más preocupación. Al otro lado de la frontera, hasta 100.000 soldados rusos participarán en unas maniobras a gran escala el mes que viene. Estos 'juegos de guerra' en los que Rusia ensaya cómo atacar y protegerse de un eventual enemigo europeo, durarán desde el 14 hasta el 20 de septiembre. Moscú insiste en que son los mismos ejercicios que se organizan cada cuatro años. La OTAN, que este año ha reforzado su presencia en los países bálticos para evitar una injerencia rusa como la sucedida en Ucrania, no tiene prevista ninguna respuesta, aunque observará de cerca los movimientos rusos y ha pedido transparencia a Moscú en sus maniobras militares.</p><p></p><p>Jonas es un espigado joven lituano con un pelo rubio como la cerveza oculto bajo el casco militar. Sabe que en cuanto acaba el verano, montando guardia a -12 grados de cara al bosque, el fusil se convierte en un cuerpo extraño con ganas de caerse sobre el hielo. Pero es donde toca estar: en Rukla, a 100 kilómetros de la frontera rusa. Allí la OTAN -escarmentada tras la anexión de Crimea y la injerencia en Donbás por parte de Moscú- ha estado acumulando soldados hasta completar un batallón.</p><p></p><p>Cuando los hermanos mayores de Jonas eran niños, la tele soviética emitía justo antes de los dibujos animados un programa sobre armamento. Así, una generación creció recitando modelos de tanques y cohetes: "Todas las películas eran de la Segunda Guerra Mundial, y los soviéticos eran siempre los buenos". Los malos de aquellas gestas, los alemanes, comparten ahora rancho con Jonas. La OTAN ha reforzado su flanco más débil con una mezcolanza de soldados de distintos países. El tiempo dirá si esa disuasión es suficiente.</p><p></p><p>Lituania asegura que las maniobras de los rusos ensayan una ofensiva hacia el oeste. El pasado 31 de julio, la presidenta, Dalia Grybauskaite, anunció que Estados Unidos incrementará su presencia militar en el país durante el periodo que duren estos entrenamientos. EEUU desplegará una compañía de soldados en cada uno de los tres países Bálticos antes del inicio de las maniobras, según adelantó la embajada norteamericana en Estonia.</p><p></p><p>En el cuartel de Rukla, sentado a la mesa de la cantina, sin lograr parecer uno más porque la edad y la ropa de paisano le delata, está el ministro de Defensa lituano, Raimondas Karoblis: "Está claro que Rusia quiere restablecer su dominación en la zona y cambiar así el sistema de defensa en Europa". Lituania ha reintroducido el servicio militar, se han distribuido manuales entre la población para hacer frente a una eventual 'guerra híbrida': una confrontación no declarada que se sirve de propaganda, sabotajes y operaciones encubiertas.</p><p></p><p>La anexión de Crimea y la injerencia de Rusia en el este de Ucrania han vuelto a colocar a Europa como principal prioridad de la OTAN, una institución ligada en su origen a la Guerra Fría. La alianza dio luz verde el año pasado al despliegue por rotaciones de cuatro batallones en los países bálticos y Polonia (algo más de 4.000 militares) para reforzar el flanco este y disuadir a Rusia. Estados Unidos impulsa el batallón en Polonia, Alemania lidera el batallón en Lituania y Reino Unido asumió el mando del contingente en Estonia.</p><p></p><p>Mientras tanto, Moscú sostiene que el despliegue de estos contingentes cerca de su frontera supone una amenaza a su seguridad. El embajador de Rusia en Vilna, Alexander Udaltsov cree que "el aumento de la presencia de la OTAN en los países vecinos con Rusia obliga a Moscú a dar pasos serios a modo de respuesta". Es cierto que en los últimos años la Alianza ha reforzado su presencia en un gran perímetro alrededor de las fronteras de la Federación de Rusia. El año pasado entró en servicio el sistema antimisiles estadounidense Aegis Ashore -parte del escudo de la OTAN- en la base de Deveselu, en Rumanía, a unos 600 kilómetros al oeste de la península -ahora rusa- de Crimea. EEUU optó por construir otra instalación similar con radares y misiles interceptores en la localidad polaca de Redzikowo.</p><p></p><p>Ahora Rusia ha vuelto a poner en guardia a todos con sus maniobras. Moscú se siente objetivo de una campaña de demonización cuyo fin es "justificar el aumento de la presencia militar de la OTAN en el flanco este" y niega que vaya a sumar más de 13.000 soldados entrenando, el límite legar a partir del cual es obligatorio invitar a otros países como observadores. En al última convocatoria, en 2013, también anunciaron no más de 13.000 y la OTAN calculó después 70.000.</p><p></p><p><strong>Vuelve la Guerra Fría</strong></p><p>Todo el Ejército de Lituania (unas 10.000 personas) junto al batallón europeo de tropas de la OTAN destacadas- en Lituania de forma permanente, está en alerta. Los 2.000 vecinos de Rukla parece que siguen ajenos a que su pueblo sea uno de los escenarios del despliegue militar más importante de la OTAN desde el fin de la Guerra Fría. El batallón tiene unos 1.200 soldados que también incluye fuerzas de países como Holanda, Bélgica, Noruega y Luxemburgo. Las tropas van rotándose, es el 'regate' formal que ha encontrado el mando de Bruselas para proteger esta zona sin incumplir el compromiso que los aliados hicieron a Rusia en 1997 de no estacionar de forma permanente tropas en territorios que antes formaban parte del Pacto de Varsovia.</p><p></p><p>Los soldados que forman cada mañana Rukla no pueden tener recuerdos del 'telón de acero'. La barrera que ciega las vistas de la base es un bosque de abedules. Dice la leyenda que el arroyo que parte en dos la foresta está hecho por el llanto de chicas jóvenes por su amado.</p><p></p><p>Para no repetir el pasado, los estrategas militares prefieren prevenir antes que curar: "Ante una invasión a gran escala el batallón no sería suficiente, pero cumple una función de fusible, como un gatillo, porque si fuese atacado o si sufriese bajas desencadenaría una respuesta de la OTAN", dice Vaidas Saldinas, experto militar del medio lituano Delfi.lt. Analistas y asesores gubernamentales admiten en privado que más importante que el número es la procedencia del batallón: Moscú se lo piensa más si puede causar la muerte de soldados alemanes o noruegos que si se trata de lituanos o ucranianos.</p><p></p><p>Cuando Lituania entró en la OTAN, en 2004, apenas llevaba década y media integrada en el mundo capitalista. Ha pasado casi otra década y media y el comunismo queda muy lejos. El estado de ánimo nacional ha cambiado de signo: los bálticos han sustituido la melancolía por la incertidumbre tras ver la mala experiencia ucraniana. Moscú vuelve a ser el ogro para una parte de la población que no tiene recuerdos de la era soviética. "Era difícil de imaginar la anexión de Crimea antes de 2014 y hoy es complicado adivinar qué va a hacer Rusia con los bálticos", dice Saldinas, nacido en 1984, un año antes de que Mijail Gorbachov fuese elegido secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la URSS.</p><p></p><p>La propia geografía de la zona hace que los bálticos sean un asunto 'delicado' para ambos 'bandos'. Lituania separa a Kaliningrado (un enclave ruso que antes perteneció a los alemanes) del resto de la Federación de Rusia. Allí los rusos tienen un importante puerto e instalaciones militares, pero están rodeados por dos miembros de la OTAN enemistados con Moscú: Polonia y Lituania. Para enmendar esta vulnerabilidad, Moscú colocó misiles en Kaliningrado, un movimiento que amenaza indirectamente a los países bálticos. Rusia podría envolverlos y aislarlos del resto de la OTAN.</p><p></p><p>Cada parte se siente amenazada por esta situación, así que Occidente envía más tropas y Moscú hace lo mismo, creando una dinámica de rearme sin fin que puede conducir a un escenario prebélico. El ministro Karoblis denuncia que los ejercicios 'Zapad' que prepara Rusia "no son una simulación defensiva sino ofensiva". Zapad significa oeste en ruso, y hacia esa parte se inclina su músculo bélico.</p><p></p><p>La demografía de la zona también es un territorio propicio para emboscadas geopolíticas. En los bálticos vive más de un millón de personas que se consideran rusas en mayor o menor medida. No están tan concentradas geográficamente como en Ucrania, pero sí hay algunas ciudades -Daugavpils en Letonia, por ejemplo- con una población prorrusa que es mayoritaria y en muchos casos está descontenta con el gobierno de la capital. "En Lituania los rusos son menos del 6%, sobre todo están concentrados cerca de Klaipeda y de Kaliningrado, pero en Estonia y Letonia suponen un 24% y 27% de la población respectivamente", recuerda la lituana Agnia Grigas, autora del libro Más allá de Crimea.</p><p></p><p>Algunos cargos del Ministerio de Exteriores de Rusia se han mostrado dispuestos a proteger los derechos de los ciudadanos rusos "donde quiera que estén", mencionando explícitamente a los bálticos. Esa excusa de defender a rusos -o al menos a rusohablantes- fue la que preparó el terreno para la anexión de Crimea. La gran diferencia entre Ucrania (o Georgia, que también sufrió una intervención rusa) es que los bálticos ya forman parte de la OTAN, que estaría obligada en teoría a defenderles en virtud del Artículo V. Este vínculo supone una garantía, pero al mismo tiempo un riesgo de que un conflicto regional pase a ser global incluso aunque no haya una gran guerra. En Ucrania la derrotada fue la influencia de la Unión Europea, frenada en seco por un conflicto brutal. Pero en una incursión báltica que la OTAN no lograse afrontar con firmeza la víctima sería la propia Alianza Atlántica, cuya razón de ser es ofrecer garantías de que atacar a uno es atacar a todos. Una 'espantada' de la Alianza la dejaría malherida durante mucho tiempo.</p><p></p><p>Las maniobras preocupan porque son el vector perfecto para pasar de las palabras a los hechos. Hay que tener en cuenta que los efectivos de las maniobras se suman a las tropas que Rusia tiene estacionadas en Bielorrusia y en el enclave ruso de Kaliningrado. Así que esta 'guerra de mentira' sería la más grande del mandato de Putin, un especialista en los movimientos inesperados. Vaidas Saldinas ve a Letonia como el eslabón más débil: "Está en manos de oligarcas rusos, tiene muchos rusoparlantes, fricciones internas y un ejército más débil". Pero Kaliningrado también es un lugar donde Moscú podría prender la mecha. De esa madeja saca Saldinas posibles escenarios, que alcanzan el mismo tomo paranoica que si alguien hubiese planteado antes de 2014 cómo iban los rusos a anexionarse Crimea: "Los servicios secretos rusos podrían armar a unos supuestos nacionalistas lituanos, permitirles tomar una ciudad fronteriza, serían repelidos hacia el interior de Lituania, donde Rusia desencadenaría una operación antiterrorista, ahí la OTAN tendría que aplicar el Artículo V, pero también podría dudar".</p><p></p><p>Llega la orden de romper filas. Jonas vuelve a la cantina. El ministro lituano, tras pasar revista, se sube en su coche rumbo a Vilna, la capital. Sobre la pista quedan sin dueño los blindados alemanes, que significan una cosa distinta en la memoria de cada generación: esperando a que la nueva hornada de soldados les diga hacia donde marchar.</p><p></p><p><a href="http://www.elmundo.es/internacional/2017/08/25/599f176846163fbf198b45b0.html">http://www.elmundo.es/internacional/2017/08/25/599f176846163fbf198b45b0.html</a></p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Barbanegra, post: 2288404, member: 10064"] [CENTER][IMG]http://k.uecdn.es/html5/html5lib/v1.9.1-ue4/modules/KalturaSupport/thumbnail.php/p/108/uiconf_id/8704917/entry_id/0_yt7gsi5u/height/402?[/IMG] [U][SIZE=6][B]Los juegos de guerra de Putin asustan a Europa[/B][/SIZE][/U][/CENTER] Europa central mira estos días hacia Rusia con más preocupación. Al otro lado de la frontera, hasta 100.000 soldados rusos participarán en unas maniobras a gran escala el mes que viene. Estos 'juegos de guerra' en los que Rusia ensaya cómo atacar y protegerse de un eventual enemigo europeo, durarán desde el 14 hasta el 20 de septiembre. Moscú insiste en que son los mismos ejercicios que se organizan cada cuatro años. La OTAN, que este año ha reforzado su presencia en los países bálticos para evitar una injerencia rusa como la sucedida en Ucrania, no tiene prevista ninguna respuesta, aunque observará de cerca los movimientos rusos y ha pedido transparencia a Moscú en sus maniobras militares. Jonas es un espigado joven lituano con un pelo rubio como la cerveza oculto bajo el casco militar. Sabe que en cuanto acaba el verano, montando guardia a -12 grados de cara al bosque, el fusil se convierte en un cuerpo extraño con ganas de caerse sobre el hielo. Pero es donde toca estar: en Rukla, a 100 kilómetros de la frontera rusa. Allí la OTAN -escarmentada tras la anexión de Crimea y la injerencia en Donbás por parte de Moscú- ha estado acumulando soldados hasta completar un batallón. Cuando los hermanos mayores de Jonas eran niños, la tele soviética emitía justo antes de los dibujos animados un programa sobre armamento. Así, una generación creció recitando modelos de tanques y cohetes: "Todas las películas eran de la Segunda Guerra Mundial, y los soviéticos eran siempre los buenos". Los malos de aquellas gestas, los alemanes, comparten ahora rancho con Jonas. La OTAN ha reforzado su flanco más débil con una mezcolanza de soldados de distintos países. El tiempo dirá si esa disuasión es suficiente. Lituania asegura que las maniobras de los rusos ensayan una ofensiva hacia el oeste. El pasado 31 de julio, la presidenta, Dalia Grybauskaite, anunció que Estados Unidos incrementará su presencia militar en el país durante el periodo que duren estos entrenamientos. EEUU desplegará una compañía de soldados en cada uno de los tres países Bálticos antes del inicio de las maniobras, según adelantó la embajada norteamericana en Estonia. En el cuartel de Rukla, sentado a la mesa de la cantina, sin lograr parecer uno más porque la edad y la ropa de paisano le delata, está el ministro de Defensa lituano, Raimondas Karoblis: "Está claro que Rusia quiere restablecer su dominación en la zona y cambiar así el sistema de defensa en Europa". Lituania ha reintroducido el servicio militar, se han distribuido manuales entre la población para hacer frente a una eventual 'guerra híbrida': una confrontación no declarada que se sirve de propaganda, sabotajes y operaciones encubiertas. La anexión de Crimea y la injerencia de Rusia en el este de Ucrania han vuelto a colocar a Europa como principal prioridad de la OTAN, una institución ligada en su origen a la Guerra Fría. La alianza dio luz verde el año pasado al despliegue por rotaciones de cuatro batallones en los países bálticos y Polonia (algo más de 4.000 militares) para reforzar el flanco este y disuadir a Rusia. Estados Unidos impulsa el batallón en Polonia, Alemania lidera el batallón en Lituania y Reino Unido asumió el mando del contingente en Estonia. Mientras tanto, Moscú sostiene que el despliegue de estos contingentes cerca de su frontera supone una amenaza a su seguridad. El embajador de Rusia en Vilna, Alexander Udaltsov cree que "el aumento de la presencia de la OTAN en los países vecinos con Rusia obliga a Moscú a dar pasos serios a modo de respuesta". Es cierto que en los últimos años la Alianza ha reforzado su presencia en un gran perímetro alrededor de las fronteras de la Federación de Rusia. El año pasado entró en servicio el sistema antimisiles estadounidense Aegis Ashore -parte del escudo de la OTAN- en la base de Deveselu, en Rumanía, a unos 600 kilómetros al oeste de la península -ahora rusa- de Crimea. EEUU optó por construir otra instalación similar con radares y misiles interceptores en la localidad polaca de Redzikowo. Ahora Rusia ha vuelto a poner en guardia a todos con sus maniobras. Moscú se siente objetivo de una campaña de demonización cuyo fin es "justificar el aumento de la presencia militar de la OTAN en el flanco este" y niega que vaya a sumar más de 13.000 soldados entrenando, el límite legar a partir del cual es obligatorio invitar a otros países como observadores. En al última convocatoria, en 2013, también anunciaron no más de 13.000 y la OTAN calculó después 70.000. [B]Vuelve la Guerra Fría[/B] Todo el Ejército de Lituania (unas 10.000 personas) junto al batallón europeo de tropas de la OTAN destacadas- en Lituania de forma permanente, está en alerta. Los 2.000 vecinos de Rukla parece que siguen ajenos a que su pueblo sea uno de los escenarios del despliegue militar más importante de la OTAN desde el fin de la Guerra Fría. El batallón tiene unos 1.200 soldados que también incluye fuerzas de países como Holanda, Bélgica, Noruega y Luxemburgo. Las tropas van rotándose, es el 'regate' formal que ha encontrado el mando de Bruselas para proteger esta zona sin incumplir el compromiso que los aliados hicieron a Rusia en 1997 de no estacionar de forma permanente tropas en territorios que antes formaban parte del Pacto de Varsovia. Los soldados que forman cada mañana Rukla no pueden tener recuerdos del 'telón de acero'. La barrera que ciega las vistas de la base es un bosque de abedules. Dice la leyenda que el arroyo que parte en dos la foresta está hecho por el llanto de chicas jóvenes por su amado. Para no repetir el pasado, los estrategas militares prefieren prevenir antes que curar: "Ante una invasión a gran escala el batallón no sería suficiente, pero cumple una función de fusible, como un gatillo, porque si fuese atacado o si sufriese bajas desencadenaría una respuesta de la OTAN", dice Vaidas Saldinas, experto militar del medio lituano Delfi.lt. Analistas y asesores gubernamentales admiten en privado que más importante que el número es la procedencia del batallón: Moscú se lo piensa más si puede causar la muerte de soldados alemanes o noruegos que si se trata de lituanos o ucranianos. Cuando Lituania entró en la OTAN, en 2004, apenas llevaba década y media integrada en el mundo capitalista. Ha pasado casi otra década y media y el comunismo queda muy lejos. El estado de ánimo nacional ha cambiado de signo: los bálticos han sustituido la melancolía por la incertidumbre tras ver la mala experiencia ucraniana. Moscú vuelve a ser el ogro para una parte de la población que no tiene recuerdos de la era soviética. "Era difícil de imaginar la anexión de Crimea antes de 2014 y hoy es complicado adivinar qué va a hacer Rusia con los bálticos", dice Saldinas, nacido en 1984, un año antes de que Mijail Gorbachov fuese elegido secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la URSS. La propia geografía de la zona hace que los bálticos sean un asunto 'delicado' para ambos 'bandos'. Lituania separa a Kaliningrado (un enclave ruso que antes perteneció a los alemanes) del resto de la Federación de Rusia. Allí los rusos tienen un importante puerto e instalaciones militares, pero están rodeados por dos miembros de la OTAN enemistados con Moscú: Polonia y Lituania. Para enmendar esta vulnerabilidad, Moscú colocó misiles en Kaliningrado, un movimiento que amenaza indirectamente a los países bálticos. Rusia podría envolverlos y aislarlos del resto de la OTAN. Cada parte se siente amenazada por esta situación, así que Occidente envía más tropas y Moscú hace lo mismo, creando una dinámica de rearme sin fin que puede conducir a un escenario prebélico. El ministro Karoblis denuncia que los ejercicios 'Zapad' que prepara Rusia "no son una simulación defensiva sino ofensiva". Zapad significa oeste en ruso, y hacia esa parte se inclina su músculo bélico. La demografía de la zona también es un territorio propicio para emboscadas geopolíticas. En los bálticos vive más de un millón de personas que se consideran rusas en mayor o menor medida. No están tan concentradas geográficamente como en Ucrania, pero sí hay algunas ciudades -Daugavpils en Letonia, por ejemplo- con una población prorrusa que es mayoritaria y en muchos casos está descontenta con el gobierno de la capital. "En Lituania los rusos son menos del 6%, sobre todo están concentrados cerca de Klaipeda y de Kaliningrado, pero en Estonia y Letonia suponen un 24% y 27% de la población respectivamente", recuerda la lituana Agnia Grigas, autora del libro Más allá de Crimea. Algunos cargos del Ministerio de Exteriores de Rusia se han mostrado dispuestos a proteger los derechos de los ciudadanos rusos "donde quiera que estén", mencionando explícitamente a los bálticos. Esa excusa de defender a rusos -o al menos a rusohablantes- fue la que preparó el terreno para la anexión de Crimea. La gran diferencia entre Ucrania (o Georgia, que también sufrió una intervención rusa) es que los bálticos ya forman parte de la OTAN, que estaría obligada en teoría a defenderles en virtud del Artículo V. Este vínculo supone una garantía, pero al mismo tiempo un riesgo de que un conflicto regional pase a ser global incluso aunque no haya una gran guerra. En Ucrania la derrotada fue la influencia de la Unión Europea, frenada en seco por un conflicto brutal. Pero en una incursión báltica que la OTAN no lograse afrontar con firmeza la víctima sería la propia Alianza Atlántica, cuya razón de ser es ofrecer garantías de que atacar a uno es atacar a todos. Una 'espantada' de la Alianza la dejaría malherida durante mucho tiempo. Las maniobras preocupan porque son el vector perfecto para pasar de las palabras a los hechos. Hay que tener en cuenta que los efectivos de las maniobras se suman a las tropas que Rusia tiene estacionadas en Bielorrusia y en el enclave ruso de Kaliningrado. Así que esta 'guerra de mentira' sería la más grande del mandato de Putin, un especialista en los movimientos inesperados. Vaidas Saldinas ve a Letonia como el eslabón más débil: "Está en manos de oligarcas rusos, tiene muchos rusoparlantes, fricciones internas y un ejército más débil". Pero Kaliningrado también es un lugar donde Moscú podría prender la mecha. De esa madeja saca Saldinas posibles escenarios, que alcanzan el mismo tomo paranoica que si alguien hubiese planteado antes de 2014 cómo iban los rusos a anexionarse Crimea: "Los servicios secretos rusos podrían armar a unos supuestos nacionalistas lituanos, permitirles tomar una ciudad fronteriza, serían repelidos hacia el interior de Lituania, donde Rusia desencadenaría una operación antiterrorista, ahí la OTAN tendría que aplicar el Artículo V, pero también podría dudar". Llega la orden de romper filas. Jonas vuelve a la cantina. El ministro lituano, tras pasar revista, se sube en su coche rumbo a Vilna, la capital. Sobre la pista quedan sin dueño los blindados alemanes, que significan una cosa distinta en la memoria de cada generación: esperando a que la nueva hornada de soldados les diga hacia donde marchar. [URL]http://www.elmundo.es/internacional/2017/08/25/599f176846163fbf198b45b0.html[/URL] [/QUOTE]
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Guerra desarrollada entre Argentina y el Reino Unido en 1982
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