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Relaciones:Venezuela - Colombia
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<blockquote data-quote="Caballero Negro" data-source="post: 2203486" data-attributes="member: 28917"><p>Algunos pormenores sobre el abuso de los militares venezolanos que trae una columna de la revista semana:</p><p></p><p>Al mismo tiempo, 400 soldados adscritos a la Brigada 18 se movilizaron hacia la región, varios aviones hicieron sobrevuelos y otras unidades realizaron maniobras de inteligencia.</p><p></p><p>En Arauca, el comandante de la Brigada 18 estaba en contacto con su par, el comandante del Ejército en el estado Apure. Este último le informó en la noche del miércoles que el coronel a cargo de las tropas en el río Arauca había decidido levantar el campamento y moverse hacia territorio claramente venezolano para evitar incidentes. Sin embargo, esa misma tarde ocurrió todo lo contrario. Al amanecer del jueves, había más tropa bolivariana en el lugar y, según dijeron a los colombianos, habían recibido órdenes de Caracas de permanecer allí.</p><p></p><p>Ese jueves amaneció lloviendo a cántaros y el jefe de Soberanía y el contraalmirante Flórez decidieron viajar por carretera hasta el sitio invadido. La comisión enviada desde Caracas, en cambio, nunca llegó pues el mal clima les impidió arribar en helicóptero. La de Colombia comprobó hacia media mañana que el lugar donde ondeaba la bandera venezolana era territorio colombiano. No había ni islas ni brazos que dieran lugar a confusión. Cuando Montenegro llamó a la Casa de Nariño ya el presidente Santos estaba reunido con la canciller Holguín, el ministro de Defensa y la cúpula militar en una jornada que duró más de cinco horas. Todos escucharon por el altavoz cuando Montenegro dijo: “No hay ninguna duda. Es territorio colombiano”.</p><p></p><p>La conversación entre ambos presidentes y la subsiguiente salida de las tropas le ha costado duros cuestionamientos de quienes en los círculos radicales de Caracas creen que debió pelear por una redefinición de los límites en Arauca. “Hay cierta molestia de este lado de que el gobierno ni siquiera haya esperado para determinar conjuntamente dónde está la frontera, sino que prácticamente Santos mandó a sacar a los militares y Maduro obedeció”, dice Philip Gunson, analista sénior del International Crisis Group para el área andina. “Esto es una humillación para Venezuela”, agrega.</p><p></p><p>La segunda hipótesis es que esta fue una jugada de los militares venezolanos, que por tradición han tenido un papel crucial en las relaciones internacionales de ese país. No cabe duda de que el límite entre Colombia y Venezuela es el río Arauca. Así está definido desde hace casi dos siglos. Ahora, el río cambia. Eso es una realidad. Lo que no ha cambiado es el tratado ni la definición de la frontera.</p><p></p><p><strong><span style="font-size: 18px">En 1931 existían cuatro islas, y una comisión binacional decidió que se le asignarían dos a Colombia y dos a Venezuela. Esas islas han desaparecido parcialmente, se han fragmentado y algunas se han adherido a las riberas de un lado y de otro. Por eso Venezuela arguyó que los militares estaban en una isla, en el entendido de que es un terreno que se pegó a Colombia, pero que sigue siendo suyo. Algo que suena absurdo en el derecho internacional y que de ninguna manera modifica el tratado fronterizo, según el cual el río, con islas o sin ellas, marca el límite entre ambos países.</span></strong></p><p></p><p>Para muchos observadores no deja de ser preocupante que una tropa pequeña, que está patrullando un río, de repente ice la bandera de su país en un campamento de paso. Ese gesto ha llamado la atención y da pie a interpretar que se pueden combinar las dos hipótesis: la de los militares venezolanos de volver sobre el tema de los límites, y la del gobierno de Caracas de encontrar algún pretexto para cambiar la ecuación política frente a la crisis doméstica, donde ha perdido espacios tan importantes como la mayoría en la Asamblea Nacional, o en el terreno internacional, donde está a punto de salir del club de las democracias por cuenta de sus eventuales incumplimientos a los principios de la OEA.</p><p></p><p>En el mundo entero se presentan este tipo de problemas con los ríos límitrofes. Pero a nadie se le había ocurrido hasta ahora mandar tropas y plantar la bandera antes de entablar un diálogo razonable sobre una realidad sin duda compleja. Para el excanciller Julio Londoño ese es el paso que sigue. Porque, según él mismo señala, desde hace 40 años hay discusiones sobre estas islas, y seguramente van a continuar.</p><p></p><p>Está prevista una reunión binacional para hablar de este tema pero aún no están claros los alcances de la misma, ni si Venezuela aspira a que se redefinan los límites.</p><p></p><p>El problema, además, es que los incidentes en el río Arauca son frecuentes pues ambos países pueden usar su cauce en operaciones, especialmente contra el contrabando. A eso se suma que de ambos lados operan grupos armados, tanto guerrillas colombianas como grupos de autodefensa bolivariana en Venezuela. En el vecino país, la crisis política e institucional se siente en forma de desgreño en algunas regiones como Apure. Y del lado colombiano, es conocida la dificultad del Estado para controlar su territorio. Esto le da una particular porosidad a la frontera, y exige un diálogo más refinado entre los representantes de ambos países.</p><p></p><p>El asunto es que con el deterioro tan dramático de la situación política, económica y social de Venezuela, cualquier incidente de soberanía con Colombia, que encienda la llama nacionalista allá, ofrece al gobierno de Caracas una oportunidad para cohesionar un país fragmentado que se está desmoronando. Dadas las diferencias históricas sobre el tema limítrofe, cualquier incidente o escaramuza puede ser un fósforo al aire en un ambiente cargado que podría llegar a ser explosivo.</p><p></p><p>Fuente: <a href="http://www.semana.com/nacion/articulo/colombia-tension-con-venezuela-por-llegada-de-soldados-venezolanos-a-colombia/519667">http://www.semana.com/nacion/articulo/colombia-tension-con-venezuela-por-llegada-de-soldados-venezolanos-a-colombia/519667</a></p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Caballero Negro, post: 2203486, member: 28917"] Algunos pormenores sobre el abuso de los militares venezolanos que trae una columna de la revista semana: Al mismo tiempo, 400 soldados adscritos a la Brigada 18 se movilizaron hacia la región, varios aviones hicieron sobrevuelos y otras unidades realizaron maniobras de inteligencia. En Arauca, el comandante de la Brigada 18 estaba en contacto con su par, el comandante del Ejército en el estado Apure. Este último le informó en la noche del miércoles que el coronel a cargo de las tropas en el río Arauca había decidido levantar el campamento y moverse hacia territorio claramente venezolano para evitar incidentes. Sin embargo, esa misma tarde ocurrió todo lo contrario. Al amanecer del jueves, había más tropa bolivariana en el lugar y, según dijeron a los colombianos, habían recibido órdenes de Caracas de permanecer allí. Ese jueves amaneció lloviendo a cántaros y el jefe de Soberanía y el contraalmirante Flórez decidieron viajar por carretera hasta el sitio invadido. La comisión enviada desde Caracas, en cambio, nunca llegó pues el mal clima les impidió arribar en helicóptero. La de Colombia comprobó hacia media mañana que el lugar donde ondeaba la bandera venezolana era territorio colombiano. No había ni islas ni brazos que dieran lugar a confusión. Cuando Montenegro llamó a la Casa de Nariño ya el presidente Santos estaba reunido con la canciller Holguín, el ministro de Defensa y la cúpula militar en una jornada que duró más de cinco horas. Todos escucharon por el altavoz cuando Montenegro dijo: “No hay ninguna duda. Es territorio colombiano”. La conversación entre ambos presidentes y la subsiguiente salida de las tropas le ha costado duros cuestionamientos de quienes en los círculos radicales de Caracas creen que debió pelear por una redefinición de los límites en Arauca. “Hay cierta molestia de este lado de que el gobierno ni siquiera haya esperado para determinar conjuntamente dónde está la frontera, sino que prácticamente Santos mandó a sacar a los militares y Maduro obedeció”, dice Philip Gunson, analista sénior del International Crisis Group para el área andina. “Esto es una humillación para Venezuela”, agrega. La segunda hipótesis es que esta fue una jugada de los militares venezolanos, que por tradición han tenido un papel crucial en las relaciones internacionales de ese país. No cabe duda de que el límite entre Colombia y Venezuela es el río Arauca. Así está definido desde hace casi dos siglos. Ahora, el río cambia. Eso es una realidad. Lo que no ha cambiado es el tratado ni la definición de la frontera. [B][SIZE=5]En 1931 existían cuatro islas, y una comisión binacional decidió que se le asignarían dos a Colombia y dos a Venezuela. Esas islas han desaparecido parcialmente, se han fragmentado y algunas se han adherido a las riberas de un lado y de otro. Por eso Venezuela arguyó que los militares estaban en una isla, en el entendido de que es un terreno que se pegó a Colombia, pero que sigue siendo suyo. Algo que suena absurdo en el derecho internacional y que de ninguna manera modifica el tratado fronterizo, según el cual el río, con islas o sin ellas, marca el límite entre ambos países.[/SIZE][/B] Para muchos observadores no deja de ser preocupante que una tropa pequeña, que está patrullando un río, de repente ice la bandera de su país en un campamento de paso. Ese gesto ha llamado la atención y da pie a interpretar que se pueden combinar las dos hipótesis: la de los militares venezolanos de volver sobre el tema de los límites, y la del gobierno de Caracas de encontrar algún pretexto para cambiar la ecuación política frente a la crisis doméstica, donde ha perdido espacios tan importantes como la mayoría en la Asamblea Nacional, o en el terreno internacional, donde está a punto de salir del club de las democracias por cuenta de sus eventuales incumplimientos a los principios de la OEA. En el mundo entero se presentan este tipo de problemas con los ríos límitrofes. Pero a nadie se le había ocurrido hasta ahora mandar tropas y plantar la bandera antes de entablar un diálogo razonable sobre una realidad sin duda compleja. Para el excanciller Julio Londoño ese es el paso que sigue. Porque, según él mismo señala, desde hace 40 años hay discusiones sobre estas islas, y seguramente van a continuar. Está prevista una reunión binacional para hablar de este tema pero aún no están claros los alcances de la misma, ni si Venezuela aspira a que se redefinan los límites. El problema, además, es que los incidentes en el río Arauca son frecuentes pues ambos países pueden usar su cauce en operaciones, especialmente contra el contrabando. A eso se suma que de ambos lados operan grupos armados, tanto guerrillas colombianas como grupos de autodefensa bolivariana en Venezuela. En el vecino país, la crisis política e institucional se siente en forma de desgreño en algunas regiones como Apure. Y del lado colombiano, es conocida la dificultad del Estado para controlar su territorio. Esto le da una particular porosidad a la frontera, y exige un diálogo más refinado entre los representantes de ambos países. El asunto es que con el deterioro tan dramático de la situación política, económica y social de Venezuela, cualquier incidente de soberanía con Colombia, que encienda la llama nacionalista allá, ofrece al gobierno de Caracas una oportunidad para cohesionar un país fragmentado que se está desmoronando. Dadas las diferencias históricas sobre el tema limítrofe, cualquier incidente o escaramuza puede ser un fósforo al aire en un ambiente cargado que podría llegar a ser explosivo. Fuente: [URL]http://www.semana.com/nacion/articulo/colombia-tension-con-venezuela-por-llegada-de-soldados-venezolanos-a-colombia/519667[/URL] [/QUOTE]
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