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<blockquote data-quote="JULIO LUNA" data-source="post: 851982"><p>Los militares siempre intervinieron en polìtica desde San Martin hasta la fecha ¿no estàn hablando del General Balsa ? hay muchos nombres que puedo citar.Como que no pueden estar afiliados a un partido, conozco algunos que fundaron partidos.Manifestaciones pùblicas y algunos van por supuesto sin uniforme.Ocupar la presidencia es politica ¿o no ? hubo presidentes democràticos que eran militares .</p><p>Y otros que tomaron la presidencia y se nombraron presidentes estaban interveniendo en polìtica ¿ o no ?.Tambièn hacen politica dentro de los cuarteles ¿o de donde salen las internas militares = los liberales,los nacionalistas , los profesionales? los azules y los colorados ,los carapintadas etc.etc..</p><p></p><p></p><p></p><p></p><p>Pdta: Si esto no es politica ¿como se llama?</p><p></p><p>El Partido Militar comenzó a elaborar planes de gobierno al promediar la gestión de Frondizi, alentado por un puñado de conspiradores, dominados por la ambición del poder y unidos por el rechazo al pacto del presidente con Perón. Sin em bargo, este núcleo predispuesto a derribar el sistema constitucional no encontró espacio suficiente hasta el día en que Frondizi se reunió con Ernesto Guevara, agente viajero de la revolución cubana.Rápidamente los conspiradores, que habían trabajado sobre la hipótesis negativa de que Frondizi obedecía órdenes de Perón, doblaron la apuesta y denunciaron abiertamente que el presidente ahora recibía además instrucciones desde La Habana. Arturo Frondizi, el antiguo y brillante discípulo de los fundadores del radicalismo, quedó entonces aprisionado por los dos brazos de una tenaza que lo apretaba como cómplice de Perón y como agente del comunismo cubano. Ocho meses después, Frondizi cayó. Pero el Partido Militar, en contacto con el oxígeno político, se oxidó rápidamente y, como todo partido argentino que respete la tradición, se dividió en dos. Así nacieron los azules y colorados, fracciones que casi sin darse cuenta terminaron acusándose de los mismos crímenes que habían explicado la destitución de Frondizi.Los azules comenzaron a atacar a los colorados recordando que Fidel Castro vino después de Batista y afirmando que la dictadura siempre lleva al comunismo. El jefe militar colorado respondía que en nuestras almas reina Cristo y no (como en las almas de los azules) el Anticristo.Todos eran militares pero los azules deseaban la institucionalización política del peronismo, aunque rechazaban a Perón, y los colorados intentaban prolongar el régimen provisional implantado después de voltear a Frondizi justamente para impedir que el peronismo institucionalizado tomara el poder. El paso siguiente fue dado por los azules, cuando sostuvieron que el peronismo es una fuerza nacional y cristiana que permitió salvar a la clase obrera del comunismo, y los colorados contestaron que por obra de los azules el estado de guerra revolucionaria comunista ya ha comenzado en la Argentina.Palabras más, palabras menos, los dos bandos del impaciente Partido Militar estuvieron acusándose de peronistas y comunistas. Los tanques salieron a los caminos y entraron a las ciudades, la artillería bombardeó nidos enemigos y los presidios militares se llenaron de oficiales que, a menudo, perdieron su carrera. Un entreacto democráticoLa segunda experiencia de la década fue la corta presidencia del radical Arturo Illia, apenas tolerada como antesala de otro gobierno castrense, que fue vivida por los conspiradores del Partido Militar como el entreacto indispensable para ajustar las cuentas de las dos facciones y prepararse para un nuevo asalto al poder. Esta vez el Partido Militar dispuso de una ideología condensada en el anticomunismo que impregnaba entonces la política mundial, y cuando golpeó sobre Illia parecía traer resuelto el teorema peronista: no negociaría con Perón pero gobernaría de acuerdo con los sindicatos peronistas. En julio de 1966 el Partido Militar despojó de la presidencia al siempre sereno Illia. Entonces emprendió el último tramo de la década con la conducción del general Juan Carlos Onganía, un oficial superior de quien sus camaradas confiaban que aquietaría las pasiones ideológicas por la sencilla razón de que no tenía ninguna idea. Esta creencia resultó equivocada: Onganía estaba atado por compromisos y juramentos a grupos integristas que avanzaron detrás de él y ocuparon posiciones en la educación y la economía, con propuestas desconcertantes, rechazadas por la sociedad al principio y en el interior de la fuerzas armadas, a continuación. El Partido Militar volvió a dividirse y comprobó que no era suficiente su tozuda unidad anticomunista para gobernar el país. Tampoco alcanzaba la mano tendida a los sindicatos peronistas. El general Aramburu, que había decidido quebrar el círculo vicioso abriendo una negociación secreta con Perón, me dijo en los primeros días de mayo de 1970: No se haga ilusiones. El Ejército no cree que ha fracasado una política económica, sólo está convencido de que ha fallado la dirección de esa política. Unos días más tarde, el 29 de mayo, Aramburu fue secuestrado y asesinado. El 8 de junio Onganía enfrentó una rebelión de los mandos que lo habían llevado al poder y dimitió. La década terminaba tan enigmáticamente como había comenzado. El fracaso fue completo.Entretanto, al calor de las revueltas populares y estudiantiles producidas en Europa, pero con una dinámica propia de signo gremial, en una tranquila ciudad del interior había estallado, en mayo del 69, una protesta inédita que pasaría a la historia como el Cordobazo.</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="JULIO LUNA, post: 851982"] Los militares siempre intervinieron en polìtica desde San Martin hasta la fecha ¿no estàn hablando del General Balsa ? hay muchos nombres que puedo citar.Como que no pueden estar afiliados a un partido, conozco algunos que fundaron partidos.Manifestaciones pùblicas y algunos van por supuesto sin uniforme.Ocupar la presidencia es politica ¿o no ? hubo presidentes democràticos que eran militares . Y otros que tomaron la presidencia y se nombraron presidentes estaban interveniendo en polìtica ¿ o no ?.Tambièn hacen politica dentro de los cuarteles ¿o de donde salen las internas militares = los liberales,los nacionalistas , los profesionales? los azules y los colorados ,los carapintadas etc.etc.. Pdta: Si esto no es politica ¿como se llama? El Partido Militar comenzó a elaborar planes de gobierno al promediar la gestión de Frondizi, alentado por un puñado de conspiradores, dominados por la ambición del poder y unidos por el rechazo al pacto del presidente con Perón. Sin em bargo, este núcleo predispuesto a derribar el sistema constitucional no encontró espacio suficiente hasta el día en que Frondizi se reunió con Ernesto Guevara, agente viajero de la revolución cubana.Rápidamente los conspiradores, que habían trabajado sobre la hipótesis negativa de que Frondizi obedecía órdenes de Perón, doblaron la apuesta y denunciaron abiertamente que el presidente ahora recibía además instrucciones desde La Habana. Arturo Frondizi, el antiguo y brillante discípulo de los fundadores del radicalismo, quedó entonces aprisionado por los dos brazos de una tenaza que lo apretaba como cómplice de Perón y como agente del comunismo cubano. Ocho meses después, Frondizi cayó. Pero el Partido Militar, en contacto con el oxígeno político, se oxidó rápidamente y, como todo partido argentino que respete la tradición, se dividió en dos. Así nacieron los azules y colorados, fracciones que casi sin darse cuenta terminaron acusándose de los mismos crímenes que habían explicado la destitución de Frondizi.Los azules comenzaron a atacar a los colorados recordando que Fidel Castro vino después de Batista y afirmando que la dictadura siempre lleva al comunismo. El jefe militar colorado respondía que en nuestras almas reina Cristo y no (como en las almas de los azules) el Anticristo.Todos eran militares pero los azules deseaban la institucionalización política del peronismo, aunque rechazaban a Perón, y los colorados intentaban prolongar el régimen provisional implantado después de voltear a Frondizi justamente para impedir que el peronismo institucionalizado tomara el poder. El paso siguiente fue dado por los azules, cuando sostuvieron que el peronismo es una fuerza nacional y cristiana que permitió salvar a la clase obrera del comunismo, y los colorados contestaron que por obra de los azules el estado de guerra revolucionaria comunista ya ha comenzado en la Argentina.Palabras más, palabras menos, los dos bandos del impaciente Partido Militar estuvieron acusándose de peronistas y comunistas. Los tanques salieron a los caminos y entraron a las ciudades, la artillería bombardeó nidos enemigos y los presidios militares se llenaron de oficiales que, a menudo, perdieron su carrera. Un entreacto democráticoLa segunda experiencia de la década fue la corta presidencia del radical Arturo Illia, apenas tolerada como antesala de otro gobierno castrense, que fue vivida por los conspiradores del Partido Militar como el entreacto indispensable para ajustar las cuentas de las dos facciones y prepararse para un nuevo asalto al poder. Esta vez el Partido Militar dispuso de una ideología condensada en el anticomunismo que impregnaba entonces la política mundial, y cuando golpeó sobre Illia parecía traer resuelto el teorema peronista: no negociaría con Perón pero gobernaría de acuerdo con los sindicatos peronistas. En julio de 1966 el Partido Militar despojó de la presidencia al siempre sereno Illia. Entonces emprendió el último tramo de la década con la conducción del general Juan Carlos Onganía, un oficial superior de quien sus camaradas confiaban que aquietaría las pasiones ideológicas por la sencilla razón de que no tenía ninguna idea. Esta creencia resultó equivocada: Onganía estaba atado por compromisos y juramentos a grupos integristas que avanzaron detrás de él y ocuparon posiciones en la educación y la economía, con propuestas desconcertantes, rechazadas por la sociedad al principio y en el interior de la fuerzas armadas, a continuación. El Partido Militar volvió a dividirse y comprobó que no era suficiente su tozuda unidad anticomunista para gobernar el país. Tampoco alcanzaba la mano tendida a los sindicatos peronistas. El general Aramburu, que había decidido quebrar el círculo vicioso abriendo una negociación secreta con Perón, me dijo en los primeros días de mayo de 1970: No se haga ilusiones. El Ejército no cree que ha fracasado una política económica, sólo está convencido de que ha fallado la dirección de esa política. Unos días más tarde, el 29 de mayo, Aramburu fue secuestrado y asesinado. El 8 de junio Onganía enfrentó una rebelión de los mandos que lo habían llevado al poder y dimitió. La década terminaba tan enigmáticamente como había comenzado. El fracaso fue completo.Entretanto, al calor de las revueltas populares y estudiantiles producidas en Europa, pero con una dinámica propia de signo gremial, en una tranquila ciudad del interior había estallado, en mayo del 69, una protesta inédita que pasaría a la historia como el Cordobazo. [/QUOTE]
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Guerra desarrollada entre Argentina y el Reino Unido en 1982
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