La Defensa no se compone solamente desde las armas, sino también desde la diplomacia y -en cierta forma- el orden interno (por ejemplo, nadie acusaría a los suizos de ser un país beligerante, ni una amenaza a sus vecinos por sus conductas, ni un albergue de terroristas internacionales).
Argentina tiene Fuerzas Armadas (o sea, no resigna formalmente su capacidad de Defensa). Que estén lejos de lo que uno espera, es otro punto. Plata hubo en los últimos años. A mi criterio, muy mal administrada. Hoy es inviable salir a armar (literalmente) a las FFAA soslayando la realidad de sectores más críticos. Con esto no quiero ni supeditar el reequipamiento militar a metas hipotéticas de salud o educación (el famoso "hay chicos que no comen o maestros que ganan poco, entonces no compro aviones"), ni tampoco quedarme en que la Defensa no importa. Pero hay que ser conscientes de que se administran presupuestos escasos, y también saber calcular cuáles son las amenazas más urgentes. En mi opinión, hoy es más probable que tengamos desbordes por el lado de la salud y la educación (de la Justicia, ni hablar) que tengamos un problema de integridad territorial con los países vecinos o algún otro (aclaro, por las dudas, que no me olvido de Malvinas).
Entonces, para resumir, se puede aprovechar en este momento para trazar un plan estratégico referido a Defensa que sea lógico y cumplible, y al que gradualmente se le puedan ir asignando recursos para su concreción. Pero de ahí a salir a llenar arsenales y cuarteles hay un abismo.