SUECIA: Crece la protesta: incendian más escuelas y comisarías

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La protagonizan grupos de encapuchados, que acusan de racismo a la policía. Afecta a barrios de la capital y ahora se expandió a tres poblaciones del interior. El gobierno niega que haya segregación.

Extinción. Dos policías intentan apagar el incendio en una escuela del suburbio de Tensta, cerca de Estocolmo, en la sexta noche de protestas./AFP



Los suecos siguen conmocionados por los graves estallidos de violencia de la última semana, que pusieron en alerta a todo su sistema policial. Este rico país europeo, que por décadas fue símbolo de la integración social y de un estado de bienestar casi perfecto, no puede detener las revueltas en los barrios pobres y periféricos de Estocolmo, que continuaron anoche por sexto día consecutivo y que se extendieron a otras ciudades del interior.
Los episodios de ayer se dieron en grandes centros como Uppsala, Linköping y Örebro. En esta última ciudad, ubicada a 160 kilómetros de la capital, unos 25 manifestantes encapuchados prendieron fuego a una escuela y a varios vehículos. Algo semejante ocurrió también en Uppsala. En las afueras de Estocolmo, en tanto, el blanco de los manifestantes fueron principalmente las escuelas y las comisarías, muchas de las cuales fueron incendiadas. Aunque también quemaron numerosos coches, algunos restaurantes y comercios y mobiliario urbano. No hubo heridos de consideración porque las fuerzas policiales evitaron la represión directa.
Los desórdenes comenzaron el pasado domingo cuando la policía mató a un hombre de 69 años que los amenazaba con un hacha en Husby, un área periférica de Estocolmo. El barrio surgió a comienzos de los años 70 a partir de la construcción de dos torres de edificios en los que viven unas 12 mil personas, en un 80 % inmigrantes. Los habitantes del lugar no creyeron la versión oficial y acusaron a los agentes de haber actuado por un impulso racista.
Según la policía, la intensidad de los incidentes se fue reduciendo en las últimas horas en forma progresiva. Pero, en verdad, la protesta se expandió fuera del área metropolitana de la capital, donde viven más de dos millones de personas, la mayoría inmigrantes. La Policía de Estocolmo, que ha recibido importantes refuerzos del resto del país, detuvo a una treintena de manifestantes esta semana, la mayoría jóvenes, aunque solamente uno de ellos fue pasado a prisión preventiva.
En un hecho llamativo dentro de este fenómeno de violencia, algunos sectores sociales crearon rondas pacíficas de ciudadanos que intentan detener la violencia conversando con los jóvenes manifestantes. En contrapartida, también surgieron grupos de extrema de derecha que pretendían enfrentar por su cuenta las agresiones populares, pero la fuerte presencia policial los disuadió.
Las autoridades suecas descartan que las revueltas sean lideradas por grupos organizados. Por el contrario, consideran que se trata de pandillas que surgen de forma espontánea y se inspiran unas a otras en los distintos suburbios, que tienen en común una alta concentración de población pobre y con problemas sociales.
La oposición responsabilizó a las políticas del actual gobierno conservador de Fredrik Reinfeldt de generar las condiciones para estos estallidos, al recortar el gasto público y las prestaciones sociales, provocando así una marginación de amplios sectores. El primer ministro, que tardó tres días en pronunciarse sobre los incidentes, negó que en Suecia exista una población segregada.
Los graves incidentes determinaron que el Parlamento lleve a cabo una sesión especial el viernes próximo para debatir temas tan candentes como el aumento del desempleo y de las desigualdades, el impacto de la crisis europea en el sistema de bienestar, el fracaso del sistema escolar para los inmigrantes y el fortalecimiento de la extrema derecha.
 

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Suecia despierta de su sueño integrador

La discriminación de los barrios de inmigrantes resquebraja el antiguo modelo de convivencia para desatar un estallido de violencia sin precedentes en Estocolmo

erminal de autobuses de Kista, al noroeste de Estocolmo. El cliente se dirige a la ventanilla: “Querría ir a Tensta, ¿Cómo lo hago?”. Respuesta: “¿Y para qué quieres ir allí?”. Las risas, para tranquilidad del que es novato en lidiar con el sentido del humor sueco, no tardan en aparecer. ¿Qué se le puede haber perdido a alguien en Tensta? Tampoco hay tanta distancia entre los dos barrios de la capital de Suecia. Al menos, en kilómetros. Kista, diana también de la ira de los jóvenes que protagonizan los disturbios desde hace una semana, se desengancha de los distritos más populares gracias al empujón de los centros comerciales y los mastodontes de las sedes de grandes multinacionales. A Tensta no llega todo eso. Los que sí se acercaron en la madrugada del sábado y por sexto día consecutivo fueron los vándalos para reducir a cenizas un vehículo.
“Aquí los días son todos iguales”, se resigna Girre Jong, de 22 años, mientras toma el sol con el pecho al aire, junto a la estación de Tensta. Él es de allí, como el resto de su pandilla, todos de origen inmigrante. Jong conoce a alguno de los que salieron a patear las calles. “Nadie quiere hacer daño, solo es una forma de expresión, cuando solo les hablamos no nos hacen ni caso”. Pero, ¿qué os está pasando con la policía? “Vienen todos los días a registrarnos”, dice este joven, desocupado, pero loco por el fútbol. ¿A ti te pasó? “Sí, claro”.
No se llevan bien. La inmigración, los jóvenes de las barriadas que rodean el centro de Estocolmo, aseguran que la policía es racista, les persigue, insulta y atosiga con maneras discriminatorias. Podría ser una de las conclusiones de una semana de disturbios en la capital sueca, que arrancó con la muerte a balazos en Husby de un hombre de 69 años, al que varios agentes pretendían detener. Nada que ver con el modelo de interculturalidad del que presumía la sociedad escandinava.
Pero Suecia no es lo que era y los números pueden ayudar a atar cabos. El crecimiento económico se ha desplomado desde tasas por encima del 6% hace tres años hasta situarse por debajo del 1% en 2012; la OCDE ha hecho retroceder al país de la cabeza del ránking de sociedades con mayor igualdad hasta el puesto 14; ahí es donde los no nacidos en Suecia, un 15% de los más de nueve millones de habitantes, se juegan mucho; entre ellos, el desempleo se dispara, como muestra el ejemplo del barrio de Husby, con un 80% de población inmigrante: el paro afecta al 8,8% de su población, mientras en el conjunto de Estocolmo solo es del 3,3%.
Lo raro en Tensta es que sus vecinos no se confundan de timbre al llegar a casa. Todas son iguales, recortadas a tijera sobre un molde de formas rectangulares y rugosas. Petter Carlsson, de 21 años, sueco por todos los costados, se mudó allí hace dos meses. “Me enteré de los disturbios porque mi madre me llamó”, dice este joven, empleado de una tienda online, que no para de atusarse el flequillo. “Eso sí, creo que los jóvenes de por aquí tienen problemas con la policía”. En el bloque de al lado, sirva de contraste, cinco mujeres, algunas tocadas con un velo, bailan en el césped al son de una canción árabe.
La música, a buen volumen, acompaña por la calle hasta el puente de piedra más cercano. Encapuchado, Rickard —se niega a facilitar el apellido—, de 24 años, aporta otro detalle de ese manto de discriminación del que se quejan: “Si vienes de fuera”, señala con aspavientos, “tienes que pasar por inmigración y ellos te dicen dónde vivir. Tú, aquí, tú aquí…”. Sea o no tan simple, vista la periferia de Estocolmo, parece que Rickard no anda desencaminado.
Pero los dedos de los habitantes de la periferia de Estocolmo no señalan solo a las fuerzas de seguridad, aunque son ellos los que recibieron las pedradas. Apuntan hacia el Gobierno del conservador Fredrik Reinfeldt, que tras siete años en el poder, tradicionalmente en manos de los socialdemócratas, no hizo lo suficiente para evitar la desconexión de la población inmigrante. Y a río revuelto, últimamente la ganancia es de los partidos de derechas que ven en la inmigración —para la que Suecia ofrece una política de asilo ejemplar— el principio de todos los males. En este país escandinavo se llaman Demócratas de Suecia y ocupan ya el tercer lugar en las encuestas ante las elecciones de septiembre de 2014.
Cuando los suecos vayan a votar, salvo ingrata sorpresa, los disturbios serán historia. Y en ese esfuerzo por apagar el incendio mucho tienen que ver los voluntarios que, ataviados con sus chalecos amarillos, salen cada noche a hablar con los chavales. Ali Abdu, de 25 años y natural de Husby, vestido con una chilaba, enumera algunos de esos colectivos: Ungdomvardar, Medborgarvardar, Moske gruppen... “No sé por qué los jóvenes tiran piedras, no soy político”, dice Abdu, “pero es cierto que carecen de cultura, hábitos, intereses…”. Y de motivos para liarla fuera de Husby, donde tuvo lugar el incidente hace siete días. “Lo de los otros barrios es estúpido, lo hacen por diversión”.
No opina igual F. Paris, amigo que, para no molestar, prefiere dar su versión cuando Abdu ha marchado. Así de fácil: “Si en las manos no tienen libros, cogen las piedras”. “No es que lo justifique”, continúa, “pero hay que entender si no tienes una razón para vivir…”. Entender que la segregación entre inmigrantes y no inmigrantes es un hecho en los colegios, que muchos no asisten a clase, que la educación no logró extender el uso del sueco entre los habitantes de las barriadas, que ese idioma es vital para tener un empleo y que, incluso así, el premio gordo suele caer entre los suecos de toda la vida.
Terminal central de Estocolmo, corazón de la capital, a 20 minutos de Tensta. El mundo parece otro. Suecia parece otra, es bonita, salpicada por medio centenar de puentes y agua por todas partes. Por eso decía el joven Girre Jong: “Voy allí todas las semanas, me gusta mucho. Pero el Gobierno prefiere allí a los turistas”.

el pais
 
T

tsunami

no entiendo bien este tema. Cryy

es similar a lo que paso en Paris hace unos años??

alguien lo puede explicar??
 
Aparentemente es un problema de segregacion social. Tipico en casi cualquier parte del mundo....sobre todo en europa.
El lio empezo hace unos dias cuando aparentemente la policia mato a un trabajador "inmigrante". Entonces salto el tema de la discriminacion en uno de los paises que se considera mas "avanzados" en cuestiones de igualdad y justicia social.

La cuestion es que, como toda noticia, hay que ver porque te la cuentan. Yo no se que les parece a ustedes pero a mi me huele que los "no suecos" estan diciendo...."ven, ahi tienen, ustedes que pensaron que eran tan avanzados" ..... y esa actitud me parece bastante pelot.uda...

Saludos
 
La cuestion es que, como toda noticia, hay que ver porque te la cuentan. Yo no se que les parece a ustedes pero a mi me huele que los "no suecos" estan diciendo...."ven, ahi tienen, ustedes que pensaron que eran tan avanzados" ..... y esa actitud me parece bastante pelot.uda...

Saludos


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