Tendencia Actual en el desarrollo de Armas Antitanque
Un poco de historia
Ya desde los comienzos de la humanidad, los hombres que se enfrentaban, se servían de medios para luchar unos con otros. Primero, estos medios fueron simples palos, y cuando la caballería se enfrentó a la infantería, aparecieron las lanzas y los piquetes -usados por los últimos-. De esta manera se llega a la época conocida como la era del blindado, en la que esta arma evolucionó rápidamente. Y su desarrollo fue tal, que, por contrapartida, el blindado provocó la evolución de elementos capaces de destruirlo, como lo fueron los primeros cañones sin retroceso y los cohetes. Finalmente, dicha evolución culminó con la aparición de los misiles de primera, segunda y tercera generación, con los cuales se iniciaba la larga y prometedora historia de las armas antitanque (Atan).
lucha contra el tanque, concretada en la evolución y desarrollo de las armas Atan, representa el esfuerzo necesario que requiere el soldado para contrarrestar la creciente amenaza que –tanto por su número y tecnología de avanzada- significa el tanque en el campo de combate. Comienza, entonces, la búsqueda tendiente a dotar a los elementos, con capacidad para enfrentar tanques y blindados, un arma que les ofrezca la seguridad y confianza necesarias para enfrentar tal amenaza.
Es en este punto donde surge el trabajo de investigación histórico, científico y técnico, cuyo objetivo será lograr un arma con un adecuado equilibrio de prestaciones, que sea viable para la lucha. En cuanto a las prestaciones, digamos que deben tenerse en cuenta cuatro aspectos: poder de penetración, alcance máximo y mínimo, tamaño y costo.
Históricamente, se advierte la tendencia a fijar un mayor empeño en combatir a la máxima distancia posible, ya que esta forma de combate les brindará a las tropas más tiempo y terreno para proyectar las operaciones (ofensivas y defensivas) contra los blindados enemigos. Sin embargo, constituye un error creer que el alcance máximo supera cualquier inconveniente. Por el contrario, las operaciones tácticas son muchas y las posibilidades de encontrarse en las distancias menores con un vehículo blindado o con un tanque, no son escasas, especialmente en los combates en localidades.
Por lo que hemos señalado, constituye un hecho importante contar con un arma eficaz para el combate, en las más cortas distancias. Digamos, también, que se relaciona con el tema de la poca importancia que, en un principio –sobre todo en lo referido a los misiles- se le dio el alcance mínimo. Ello contribuyó a que se le restara eficacia y se condicionara el poder de estas armas a ciertas operaciones, en terrenos determinados. Cabe imaginar, pues, el impacto negativo que sufre la moral del combatiente cuando se enfrenta cara a cara a la amenaza blindada y no cuenta con un arma capaz de destruirla en esas cortas distancias.
DESARROLLO DE LAS ARMAS ANTITANQUE
Observando, ahora, el caso de las fuerzas armadas de la OTAN (organización que está a la vanguardia en el desarrollo de tecnología aplicada a misiles antitanque en el campo de combate), debe pensarse que éstas desarrollaron sus armas Atan en torno a un enemigo que contaba con un gran número de unidades blindadas, y a los cuales se debía destruir, en lo posible, sin darles la oportunidad para que usaran su propio armamento. Teniendo en cuenta, además, las relaciones de costos, la opción más económica para Occidente era el desarrollo de armas Atan, ya que los tanques occidentales, en su mayoría, resultaban más costosos que los soviéticos.
En consecuencia, las fuerzas armadas de la OTAN desarrollaron sistemas de medio y largo alcance (Tow, Hot, Milan, Dragon, etc) aptos para reducir la capacidad del enemigo antes de que éste llegara a primera línea, y así reducir su efecto sobre las tropas. Empero, algunas de las deficiencias más notables de estas armas eran tanto su limitada movilidad y posibilidad de ser portadas por un sólo hombre/transporte, como la necesidad de una línea de puntería directa hacia el blanco, lo cual implicaba la necesidad de buscar terrenos acordes con las capacidades de las armas, limitando, de esta forma, las estrategias a emplear. Este último punto sería, posteriormente replanteado, en especial, sobre el diseño de las futuras generaciones de armas Atan.
Cabe consignar que el punto más importante en lo que se refiere a las prestaciones de un arma Atan, recaía para los países de Occidente, en las más largas distancias, descuidándose, entonces la calidad de las armas de este tipo, utilizadas para cortas distancias. Esta cuestión se vio agravada con el desarrollo de los blindajes adicionales de tipo reactivo y con las tecnologías de blindajes compuestos, pero peor aún, con la caída de la ex Unión Soviética. En efecto, la naturaleza de los conflictos que la OTAN preveía, cambiaba abruptamente, puesto que, de tener un enemigo claro y conocido, pasaba a proyectar la presencia de uno incierto, representado por una innumerable cantidad de pequeños conflictos en diversas partes del mundo, generados por problemas que iban desde temas relacionados con la geopolítica hasta las cuestiones religiosas. Fue entonces cuando se encontraron enemigos con diversos materiales de diferentes procedencias. Y si bien la mayoría era de origen soviético –dado la abundancia del mismo- no era de extrañar la posibilidad de encontrar ejércitos con variadas gamas de tanques y blindados.
Actualmente, cuando los conflictos se presentan en este nuevo marco mundial, donde se puede producir un combate tanto en campo abierto como en ciudades, con variada gama de armamentos, y con reglas a veces poco claras entre los bandos, la concepción de las armas Atan, exige una impostergable revisión, tendiente a un profundo cambio.
Téngase en cuenta que, el empleo de misiles antitanques en un terreno de llanura, o bien en uno desértico, sin accidentes geográficos, no limitará su uso, pero se encontrarán serias dificultades si estos elementos fueran destinados a usarse, por ejemplo, en ambientes geográficos como el de la ex Yugoslavia. En efecto, cualquier arma que no esté montada sobre un vehículo, que no sea móvil como el grueso de las fuerzas, o no pueda ser llevada cómodamente por el soldado a pie, o montada en un vehículo de combate o camiones, no resultará útil y será mejor desecharla.
Las consideraciones mencionadas permiten inferir un adecuado planteamiento, basado en dos sistemas diferentes de armas Atan. El primero debería ser de gran alcance e ir montado sobre un vehículo ligero 4x4, o en vehículos blindados, sobre todo como complemento de la actividad ofensiva de los tanques sobre la base de un misil. El sistema deberá incorporar, entonces, un perfil de ataque que pueda efectuarse desde arriba, con un tipo de guía que no siga la línea de puntería. Este constituirá un requisito previo de importancia extrema ya que permitirá su eficacia con independencia de los accidentes del terreno y la aparición de blindajes reactivos. Esta característica, con la no menos importante capacidad de hacer uso del arma en la noche o durante condiciones meteorológicas adversas, implica que los misiles deberán incluir costosos o complicados sistemas de guiado y adquisición de blancos.
Por otra parte, y como requisito imprescindible también se necesita un sistema de corto alcance –compacto y ligero- para la autodefensa. Aunque no necesariamente, podría pensarse en un arma desechable, lo ideal sería que fuese utilizable desde espacios cerrados, inclusive cuando ello supone emplear un principio de contraposición de masas más pesado que un lanzacohetes ordinario con rebufo. Las características generales del sistema suponen la consideración de las siguientes pautas:
- Deberá estar disponible de inmediato, siempre que se necesite y en las cantidades adecuadas. Ningún soldado ha de temer que su posición sea desbordada por blindados, sabiendo que tanto él como sus compañeros no disponen del suficiente número de armas Atan. Ello tiene clara repercusión, tanto en el costo como en la facilidad de producción en masa.
- Deberá poseer un sistema de fácil manejo, teniendo en cuenta que será utilizada por quienes, según puede suponerse, actúen bajo condicionantes, como son la fatiga y el miedo. Los soldados habrán de tener completa confianza en el resultado positivo de su funcionamiento, y sobre todo, la seguridad de que sabrán usarlo con total idoneidad.
- Deberá ser razonablemente eficaz contra la amenaza media. Si los recortes presupuestarios son inevitables, entonces el alcance deberá sacrificarse en beneficio del poder de penetración. Un sistema capaz de destruir un blanco a cincuenta metros, siempre resultará mejor que otro que quizás no lo pueda hacer a trescientos metros.
MISILES: SUS TRES GENERACIONES
Es importante diferenciar la evolución de las armas Atan, de lo que suponen los misiles de tres diferentes generaciones.
Veamos, en primer lugar, los misiles de primera generación: fundamentalmente, son de guiado manual a través de un control de mando, unido al misil por un cable, o a través de señal de radio (SS11). En este caso, el hombre debe guiar la trayectoria del misil al blanco, realizando pequeñas correcciones durante su vuelo. Con el tiempo, estos sistemas se tornaron ineficaces, debido a la cada vez más alta velocidad desarrollada por los tanques, y a las dificultades que el sistema presenta en cuanto a alcance y velocidad del misil –y por supuesto, la dificultad de guiar el misil al blanco-. Ejemplos de este tipo de sistemas son los misiles Cobra y AS11.
Referido a los misiles de segunda generación, debe tenerse en cuenta lo siguiente: como característica principal se cita el sistema de guiado del misil al blanco, mediante el cual, básicamente, debe mantener el blanco en el retículo de puntería hasta que éste hace impacto. Esta generación de misiles tuvo sucesivas modernizaciones, las cuales incluyeron sistemas de visión nocturna tipo térmico, disposición de la cabeza explosiva en tandem, para penetrar el blindaje de tipo reactivo (750-800 mm), más otros adelantos. Ejemplo de estos sistemas, son el Tow 2, Mapats y Milan.
Misiles de tercera generación (fire and forget): en su mayoría, durante su vuelo son guiados por láser. Corrigen su trayectoria a través del sistema electrónico del misil que envía al propulsor, modificando dicha trayectoria hasta que dé en el blanco.
Se denominan guiados por láse, ya que, durante la trayectoria del misil, algún elemento del sistema de armas que dispara el misil o externo ilumina el blanco con un equipo de láser. Este es el caso de la combinación de sistemas tal como lo muestra el helicóptero Apache (con los misiles Hellfire), en trabajo con el helicóptero Kiowa, que ilumina el blanco con un equipo láser (designador).
Sin embargo, y siempre conside
rando esta tercera generación, debe destacarse la concreción de un gran avance tecnológico. Efectivamente, los nuevos desarrollos de tercera generación prescinden del segundo elemento, el cual debe mantener el blanco iluminado por el láser. Esto se debe a que en los últimos misiles –una vez adquirido el blanco y disparado el misil- los sistemas electrónicos del mismo mantienen el blanco iluminado hasta que se produzca el impacto. Además, cuentan con sistemas de puntería de visión térmica, y de detección y adquisición de blancos de última generación. Algunos ejemplos de ellos, son, entre otros, el Hellfire II, Javelin, Metis y Trigat.
CONCLUSIÓN
Finalmente, puede decirse que la incesante carrera establecida entre el tanque y las armas Atan deriva en dos opciones, las cuales, combinadas, constituyen la mejor opción. Dichas opciones son las siguientes: el sistema de corto alcance, bajo costo y sencillo manejo y transporte. También, está el sistema de mayor alcance (medio y largo), montable en vehículos livianos, helicópteros y blindados -manejable por uno o dos hombres según el caso- pero no tendrá la comodidad que ofrece el sistema de corto alcance. Posee un sistema de mayor complejidad, lo cual aumenta su eficacia, a la par de su costo.
Willy
Un poco de historia
Ya desde los comienzos de la humanidad, los hombres que se enfrentaban, se servían de medios para luchar unos con otros. Primero, estos medios fueron simples palos, y cuando la caballería se enfrentó a la infantería, aparecieron las lanzas y los piquetes -usados por los últimos-. De esta manera se llega a la época conocida como la era del blindado, en la que esta arma evolucionó rápidamente. Y su desarrollo fue tal, que, por contrapartida, el blindado provocó la evolución de elementos capaces de destruirlo, como lo fueron los primeros cañones sin retroceso y los cohetes. Finalmente, dicha evolución culminó con la aparición de los misiles de primera, segunda y tercera generación, con los cuales se iniciaba la larga y prometedora historia de las armas antitanque (Atan).
lucha contra el tanque, concretada en la evolución y desarrollo de las armas Atan, representa el esfuerzo necesario que requiere el soldado para contrarrestar la creciente amenaza que –tanto por su número y tecnología de avanzada- significa el tanque en el campo de combate. Comienza, entonces, la búsqueda tendiente a dotar a los elementos, con capacidad para enfrentar tanques y blindados, un arma que les ofrezca la seguridad y confianza necesarias para enfrentar tal amenaza.
Es en este punto donde surge el trabajo de investigación histórico, científico y técnico, cuyo objetivo será lograr un arma con un adecuado equilibrio de prestaciones, que sea viable para la lucha. En cuanto a las prestaciones, digamos que deben tenerse en cuenta cuatro aspectos: poder de penetración, alcance máximo y mínimo, tamaño y costo.
Históricamente, se advierte la tendencia a fijar un mayor empeño en combatir a la máxima distancia posible, ya que esta forma de combate les brindará a las tropas más tiempo y terreno para proyectar las operaciones (ofensivas y defensivas) contra los blindados enemigos. Sin embargo, constituye un error creer que el alcance máximo supera cualquier inconveniente. Por el contrario, las operaciones tácticas son muchas y las posibilidades de encontrarse en las distancias menores con un vehículo blindado o con un tanque, no son escasas, especialmente en los combates en localidades.
Por lo que hemos señalado, constituye un hecho importante contar con un arma eficaz para el combate, en las más cortas distancias. Digamos, también, que se relaciona con el tema de la poca importancia que, en un principio –sobre todo en lo referido a los misiles- se le dio el alcance mínimo. Ello contribuyó a que se le restara eficacia y se condicionara el poder de estas armas a ciertas operaciones, en terrenos determinados. Cabe imaginar, pues, el impacto negativo que sufre la moral del combatiente cuando se enfrenta cara a cara a la amenaza blindada y no cuenta con un arma capaz de destruirla en esas cortas distancias.
DESARROLLO DE LAS ARMAS ANTITANQUE
Observando, ahora, el caso de las fuerzas armadas de la OTAN (organización que está a la vanguardia en el desarrollo de tecnología aplicada a misiles antitanque en el campo de combate), debe pensarse que éstas desarrollaron sus armas Atan en torno a un enemigo que contaba con un gran número de unidades blindadas, y a los cuales se debía destruir, en lo posible, sin darles la oportunidad para que usaran su propio armamento. Teniendo en cuenta, además, las relaciones de costos, la opción más económica para Occidente era el desarrollo de armas Atan, ya que los tanques occidentales, en su mayoría, resultaban más costosos que los soviéticos.
En consecuencia, las fuerzas armadas de la OTAN desarrollaron sistemas de medio y largo alcance (Tow, Hot, Milan, Dragon, etc) aptos para reducir la capacidad del enemigo antes de que éste llegara a primera línea, y así reducir su efecto sobre las tropas. Empero, algunas de las deficiencias más notables de estas armas eran tanto su limitada movilidad y posibilidad de ser portadas por un sólo hombre/transporte, como la necesidad de una línea de puntería directa hacia el blanco, lo cual implicaba la necesidad de buscar terrenos acordes con las capacidades de las armas, limitando, de esta forma, las estrategias a emplear. Este último punto sería, posteriormente replanteado, en especial, sobre el diseño de las futuras generaciones de armas Atan.
Cabe consignar que el punto más importante en lo que se refiere a las prestaciones de un arma Atan, recaía para los países de Occidente, en las más largas distancias, descuidándose, entonces la calidad de las armas de este tipo, utilizadas para cortas distancias. Esta cuestión se vio agravada con el desarrollo de los blindajes adicionales de tipo reactivo y con las tecnologías de blindajes compuestos, pero peor aún, con la caída de la ex Unión Soviética. En efecto, la naturaleza de los conflictos que la OTAN preveía, cambiaba abruptamente, puesto que, de tener un enemigo claro y conocido, pasaba a proyectar la presencia de uno incierto, representado por una innumerable cantidad de pequeños conflictos en diversas partes del mundo, generados por problemas que iban desde temas relacionados con la geopolítica hasta las cuestiones religiosas. Fue entonces cuando se encontraron enemigos con diversos materiales de diferentes procedencias. Y si bien la mayoría era de origen soviético –dado la abundancia del mismo- no era de extrañar la posibilidad de encontrar ejércitos con variadas gamas de tanques y blindados.
Actualmente, cuando los conflictos se presentan en este nuevo marco mundial, donde se puede producir un combate tanto en campo abierto como en ciudades, con variada gama de armamentos, y con reglas a veces poco claras entre los bandos, la concepción de las armas Atan, exige una impostergable revisión, tendiente a un profundo cambio.
Téngase en cuenta que, el empleo de misiles antitanques en un terreno de llanura, o bien en uno desértico, sin accidentes geográficos, no limitará su uso, pero se encontrarán serias dificultades si estos elementos fueran destinados a usarse, por ejemplo, en ambientes geográficos como el de la ex Yugoslavia. En efecto, cualquier arma que no esté montada sobre un vehículo, que no sea móvil como el grueso de las fuerzas, o no pueda ser llevada cómodamente por el soldado a pie, o montada en un vehículo de combate o camiones, no resultará útil y será mejor desecharla.
Las consideraciones mencionadas permiten inferir un adecuado planteamiento, basado en dos sistemas diferentes de armas Atan. El primero debería ser de gran alcance e ir montado sobre un vehículo ligero 4x4, o en vehículos blindados, sobre todo como complemento de la actividad ofensiva de los tanques sobre la base de un misil. El sistema deberá incorporar, entonces, un perfil de ataque que pueda efectuarse desde arriba, con un tipo de guía que no siga la línea de puntería. Este constituirá un requisito previo de importancia extrema ya que permitirá su eficacia con independencia de los accidentes del terreno y la aparición de blindajes reactivos. Esta característica, con la no menos importante capacidad de hacer uso del arma en la noche o durante condiciones meteorológicas adversas, implica que los misiles deberán incluir costosos o complicados sistemas de guiado y adquisición de blancos.
Por otra parte, y como requisito imprescindible también se necesita un sistema de corto alcance –compacto y ligero- para la autodefensa. Aunque no necesariamente, podría pensarse en un arma desechable, lo ideal sería que fuese utilizable desde espacios cerrados, inclusive cuando ello supone emplear un principio de contraposición de masas más pesado que un lanzacohetes ordinario con rebufo. Las características generales del sistema suponen la consideración de las siguientes pautas:
- Deberá estar disponible de inmediato, siempre que se necesite y en las cantidades adecuadas. Ningún soldado ha de temer que su posición sea desbordada por blindados, sabiendo que tanto él como sus compañeros no disponen del suficiente número de armas Atan. Ello tiene clara repercusión, tanto en el costo como en la facilidad de producción en masa.
- Deberá poseer un sistema de fácil manejo, teniendo en cuenta que será utilizada por quienes, según puede suponerse, actúen bajo condicionantes, como son la fatiga y el miedo. Los soldados habrán de tener completa confianza en el resultado positivo de su funcionamiento, y sobre todo, la seguridad de que sabrán usarlo con total idoneidad.
- Deberá ser razonablemente eficaz contra la amenaza media. Si los recortes presupuestarios son inevitables, entonces el alcance deberá sacrificarse en beneficio del poder de penetración. Un sistema capaz de destruir un blanco a cincuenta metros, siempre resultará mejor que otro que quizás no lo pueda hacer a trescientos metros.
MISILES: SUS TRES GENERACIONES
Es importante diferenciar la evolución de las armas Atan, de lo que suponen los misiles de tres diferentes generaciones.
Veamos, en primer lugar, los misiles de primera generación: fundamentalmente, son de guiado manual a través de un control de mando, unido al misil por un cable, o a través de señal de radio (SS11). En este caso, el hombre debe guiar la trayectoria del misil al blanco, realizando pequeñas correcciones durante su vuelo. Con el tiempo, estos sistemas se tornaron ineficaces, debido a la cada vez más alta velocidad desarrollada por los tanques, y a las dificultades que el sistema presenta en cuanto a alcance y velocidad del misil –y por supuesto, la dificultad de guiar el misil al blanco-. Ejemplos de este tipo de sistemas son los misiles Cobra y AS11.
Referido a los misiles de segunda generación, debe tenerse en cuenta lo siguiente: como característica principal se cita el sistema de guiado del misil al blanco, mediante el cual, básicamente, debe mantener el blanco en el retículo de puntería hasta que éste hace impacto. Esta generación de misiles tuvo sucesivas modernizaciones, las cuales incluyeron sistemas de visión nocturna tipo térmico, disposición de la cabeza explosiva en tandem, para penetrar el blindaje de tipo reactivo (750-800 mm), más otros adelantos. Ejemplo de estos sistemas, son el Tow 2, Mapats y Milan.
Misiles de tercera generación (fire and forget): en su mayoría, durante su vuelo son guiados por láser. Corrigen su trayectoria a través del sistema electrónico del misil que envía al propulsor, modificando dicha trayectoria hasta que dé en el blanco.
Se denominan guiados por láse, ya que, durante la trayectoria del misil, algún elemento del sistema de armas que dispara el misil o externo ilumina el blanco con un equipo de láser. Este es el caso de la combinación de sistemas tal como lo muestra el helicóptero Apache (con los misiles Hellfire), en trabajo con el helicóptero Kiowa, que ilumina el blanco con un equipo láser (designador).
Sin embargo, y siempre conside
rando esta tercera generación, debe destacarse la concreción de un gran avance tecnológico. Efectivamente, los nuevos desarrollos de tercera generación prescinden del segundo elemento, el cual debe mantener el blanco iluminado por el láser. Esto se debe a que en los últimos misiles –una vez adquirido el blanco y disparado el misil- los sistemas electrónicos del mismo mantienen el blanco iluminado hasta que se produzca el impacto. Además, cuentan con sistemas de puntería de visión térmica, y de detección y adquisición de blancos de última generación. Algunos ejemplos de ellos, son, entre otros, el Hellfire II, Javelin, Metis y Trigat.
CONCLUSIÓN
Finalmente, puede decirse que la incesante carrera establecida entre el tanque y las armas Atan deriva en dos opciones, las cuales, combinadas, constituyen la mejor opción. Dichas opciones son las siguientes: el sistema de corto alcance, bajo costo y sencillo manejo y transporte. También, está el sistema de mayor alcance (medio y largo), montable en vehículos livianos, helicópteros y blindados -manejable por uno o dos hombres según el caso- pero no tendrá la comodidad que ofrece el sistema de corto alcance. Posee un sistema de mayor complejidad, lo cual aumenta su eficacia, a la par de su costo.
Willy